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Cumbre del Mercosur

foto o proyecto común..?


Hace más de medio siglo que se advirtió la necesidad de institucionalizar e integrar necesidades geopolíticas, sociales, económicas y culturales para, progresivamente, estrechar vínculos que nos permitiesen una integración plena, sostenida, cooperativa y complementaria.

Recordemos la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio), la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), el Acuerdo de Cartagena o Pacto Andino, la Cuenca del Plata, URUPABOL (Convenio de Coordinación y Cooperación entre Bolivia, Paraguay y Uruguay), el Acuerdo Amazónico, el SELA (Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe) entre otros intentos pero que, en general, no pudieron lograr plena y duraderamente sus objetivos, objetivos admirables en orden al desarrollo de la infraestructura necesaria para mejorar la vinculación física de personas y economías, brindando condiciones para el desarrollo y cohesión de las economías locales y regionales, facilitando el aprovechamiento de oportunidades y la igualdad de trato.

Con el Mercado Común del Sur (Mercosur) se trató de implementar un ambicioso proyecto de integración económica, en el cual se encontraron inicialmente comprometidos Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.


Su principal objetivo, fue aumentar el grado de eficiencia y competitividad de las economías involucradas ampliando las actuales dimensiones de sus mercados y acelerando su desarrollo económico mediante el aprovechamiento eficaz de los recursos disponibles, la preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las comunicaciones, la coordinación de las políticas macroeconómicas y la complementación de los diferentes sectores de sus economías todo eso con miras a la conformación de un Mercado Común para una respuesta adecuada a la consolidación de grandes espacios económicos en el mundo y a la necesidad de lograr una adecuada inserción internacional.

El Mercosur fue creado el 26 de marzo de 1991 por el Tratado de Asunción, vigente desde el 29 de noviembre del mismo año que establece desde 1994 (Reunión de Ouro Preto) un arancel externo común y, a partir de 1999 existe una zona libre de aranceles entre sus integrantes con la sola excepción del azúcar y el sector automotriz. Su Unión Aduanera se encuentra aún en proceso de construcción, siendo el mayor productor de alimentos del mundo.

En el 2006, aún pendiente el logro pleno y armonioso de su objetivo fundacional como la inclusión de una `agenda social´, ya hemos escuchados demasiados discursos y actitudes contra fácticos de algunos presidentes sudamericanos, muy alejados del propósito fundacional.

En efecto, como bien sostiene el profesor uruguayo Bernardo Quagliotti de Bellis, algunos de esos dicursos y algunas actitudes no esconden ni disimulan del todo, posibles expectatitvas ideológicas hegemónicas: -el anillo energético, el gasoducto del sur, las rutas bioceánicas, sistemas bancarios, portuarios hasta el ejercito del Mercosur, provocando en algunos casos, por efecto de su trasfondo ideológico una marcada reacción frente a ellos, pues estarían reflejando distintos proyectos de liderazgo que no cuentan con un consenso subcontinental.


Lo cierto es que, el fenómeno de la globalizaron resulta irreversible y, ante las expresiones de concentración económica, tecnológica, financiera y comunicacional-, luce ineludible un franco itinerario cooperativo en la región sudamericana capaz de integrar personas - autónoma, independiente y responsablemente-, hermanando multitudes pero no masas ni amontonamientos espasmódicos.

Con la mundialización asistimos a un renacimiento de la homogeneidad, a un aumento de la concertación y el diálogo internacional por lo cual, la agenda política se debe encauzar de manera grupal, con un banco de ideas y proyectos para alianzas y asociativismos de variados objetivos.

Vivimos tiempos hipermodernos que se caracterizan mayoritariamente por el liberalismo económico, fluidez mediática e hiperconsumo, que coexiste con el nivel de los estados integrados que asocian sus afluentes sociales, políticos, económicos y culturales, así como programas eficaces para las adversidades.

Son tiempos en los que debemos procurar la defensa de los derechos del hombre y el cumplimiento de sus deberes, de un hombre que convive con otros fenómenos como los mercados ampliados más allá de las fronteras y la tecnociencia.

Este hombre ahora, en la búsqueda de certezas, vuelve a marcar límites y exigencias, desea compartir la soberanía, rescatar el poder del Estado con la regulación y el control, “solidarizar la economía”, fiscalizar los mercados e incorporar las organizaciones sociales en la instancia de la responsabilidad pública, tanto para gestionar como para fiscalizar e incentivar acciones y conductas de interés publico.

Será preciso entonces, profundizar y expandir auténticas democracias con mayor y mejor legitimidad, con más federalismo y autonomía municipal, regionalizando el conocimiento, la inclusión, la justicia, el derecho -logrando un digesto común y actualizado de leyes, tratados, normas y resoluciones aplicables a cada situación controversial en la región- y gran seguridad jurídica para ampliar el abanico de atracción a las inversiones.

Tenemos grandes necesidades comunes, afines y en no pocos casos, semejantes, pero no carecemos de enormes oportunidades para una formidable integración sudamericana: 1) fecundos territorios; 2) agua en abundancia; 3) riquísimos recursos energéticos y minerales; 4) un valioso litoral marítimo; 5) climas variados; 6) atractivos turísticos, 7) población reducida para el tamaño de la región, mayoritariamente homogénea cultural e idiomáticamente con buena formación profesional aún en aquellos de menor formación; 8) una singular ductilidad de absorción e incorporación de conocimientos y técnicas, 9) ausencia de discrepancias étnicas, raciales o religiosas; 10) tendencias marcadas de crecimiento y superávit.

Nos falta si, lograr –sin más demoras ni distracciones- simetrías regionales razonables en políticas fiscales, convergentes, cooperativas y complementarias con más políticas sociales y de incentivos para la infraestructura, el crédito, la producción, la agroindustria, el intercambio, las exportaciones, las nuevas tecnologías, la ciencia, la técnica y una investigación permanente que nos provea de una institucionalidad y de un pensamiento propio para alcanzar respuestas adecuadas a las nuevas oportunidades y demandas, con rigor y prontitud.

Con esa perspectiva, resultaría útil replicar un Fondo de Cohesión como posee la Unión Europea, esto es, un instrumento estructural que ayude a los Estados miembros a reducir las disparidades económicas y sociales así como a estabilizar sus economías. El Fondo de Cohesión financia allí hasta el 85% de los gastos subvencionables de proyectos de gran envergadura en el ámbito del medio ambiente y la infraestructura de transporte. Esta medida fortalece la cohesión y la solidaridad en el seno de la UE. Los países subvencionables son los Estados miembros menos prósperos de la Unión, cuyo producto interior bruto (PIB) per cápita es inferior al 90% de la media comunitaria (desde el 1/5/2004 son Grecia, Portugal, España, Chipre, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia).

Si bien cuando uno se pregunta de un modo absoluto cuál es la mejor integración, se hace una pregunta tan inescrutable como indeterminada o, si se quiere, tiene tantas soluciones posibles como combinaciones hay en las situaciones absolutas y relativas de los pueblos y, por eso mismo, esta Cumbre ampliada es una excelente oportunidad mediterránea que nos convoca a re-pensar el Mercosur en términos de políticas publicas nacionales convergentes y en una región que se propone integrar heterogeneidad nacionales para relanzar el Mercado Común del Sud con mayor capacidad de gestión para procesos de cambio que nos asegure conservarnos, crecer y expandirnos, interna y externamente.

Para concluir saludamos y celebramos las contribuciones cooperativas que se acuerden en esta cumbre ampliada, regionalmente eficaces y abiertas -sin discriminaciones ni resentimientos- al marco de las nuevas políticas públicas regionales en tanto persigan con espíritu reflexivo y critico –mucho más que una foto- conciliar el dinamismo del Mercado con Estados `semáforos´ y moderadores, reafirmando las soberanías y autonomías nacionales, la cohesión, la seguridad y la solidaridad social regional con la revalorización del ambiente y el uso racional como eficiente de nuestros recursos naturales en una construcción proactiva de desarrollo humano con legitimidad y equidad, para todos y en paz.-

Roberto F. Bertossi

Fútbol y Economía

El Fútbol como Manifestación del Capitalismo



“El simple contacto social engendra en la mayoría de los trabajos productivos una emulación y una excitación propia de los espíritus vitales que incrementan el rendimiento individual de cada uno, de suerte que una docena de personas juntas rinden en una jornada laboral de 144 horas un producto total mucho mayor que 12 obreros aislados, cada una de los cuales trabaja doce horas, o que un obrero que trabaja doce días seguidos. Esto se debe a que el hombre es por naturaleza, si no un animal político, como opinaba Aristóteles, sí un animal social”. Karl Marx. El Capital.

Lo social y lo privado

Marx no cesó de señalar el carácter social de los procesos económicos y el carácter privado de sus rendimientos. Dicho de forma muy sencilla: en todo lo que ocurre de grandioso en el mundo son siempre muchos los que trabajan, pero al final terminan aprovechándose sólo unos pocos. Hoy día la vida de masas se manifiesta en muchos fenómenos sociales, pero su aprovechamiento, sus mayores rendimientos, sigue teniendo un carácter privado. Demos un primer dato sobre el Mundial de Fútbol de Alemania 2006: la audiencia acumulada al finalizar el torneo ascenderá a 33.000 millones de telespectadores. Se destaca así de forma abrumadora el carácter eminentemente social de este evento. Demos ahora un segundo dato: La FIFA ingresará 1.800 millones de dólares procedentes de proveedores y de derechos de televisión. Se destaca ahora, por el contrario, el carácter privado del aprovechamiento de sus resultados. Esto es un hecho que caracteriza la esencia del capitalismo: algo sucede por obra de los muchos, pero son unos pocos quienes se aprovechan y de modo desproporcionado.

El fútbol como fenómeno de masas



A la gente le gusta estar con la gente y asistir a un estadio de fútbol es un medio para dicho fin. No es lo mismo ver un partido de fútbol solo que acompañado de decenas de miles de personas. Para los futbolistas tampoco sería lo mismo. La masa social da vida, alegría y entusiasmo. La pregunta sería ahora por qué hacer vida de masas debe costar tan caro. La afición al fútbol sale cara. Una vez un taxista me comentó que él se gastaba al mes doscientos euros en fútbol: en asistir al estadio dos veces al mes, cuando su equipo jugaba en casa, y en comprar los partidos televisados más interesantes. Además, como él mismo me comentó, el aficionado siempre termina financiando al club de varias maneras: comprando acciones, que nunca le van a arrojar dividendo alguno, camisetas, bufandas, gorras, etcétera. También las peñas de fútbol, que acompañan al equipo cuando éste juega fuera, se gastan sus buenas sumas de dinero. Así que hoy día las masas futboleras se han convertido en una fuente muy importante de financiación de los clubes de fútbol.

El fútbol y la enajenación

Sin duda que el mundo de hoy está muy mal. Hay demasiadas desgraciadas. Si la gente, después de acabar la jornada laboral, se pusiera a pensar en el mundo y sus males, se hundiría en el pozo de la depresión. Así que necesita de medios que le hagan olvidar las desgracias y le alegren un poco la vida. El fútbol es uno de esos medios. Está así la gente fuera de sí misma, dominada por una pasión de la que participan las grandes masas, olvidada de los problemas que le agobian día a día. Es un momento de respiro, aunque de un respiro enajenante.

Enajenarse, sin duda, que no es bueno. Pero en ocasiones es necesario. Si acabáramos con los males que azotan a la humanidad, la necesidad de enajenarse caería en picado y todos seríamos realmente más libres. Pues no debemos creer a los teóricos burgueses, expertos en sistematizar la vida superficial y en justificar el orden existente, cuando nos presentan a la sociedad capitalista como una sociedad libre, sin señalar que esa libertad es enajenante. Y enajenarse es perderse uno de sí mismo o vivir algo para no ver otra cosa u olvidarse de ella.


El fútbol y las señas de identidad

Todos los clubes de fútbol se convierten en señas de identidad de sus abnegados y sacrificados aficionados. Pero además de eso, se convierten en señas de identidad de una localidad, de una ciudad y de una nación. Cuando se celebran los mundiales de fútbol, cada equipo se convierte en representante de una nación. Y es entonces cuando las banderas nacionales ondean en los estadios y cuando los colores nacionales visten a los aficionados. Aunque los futbolistas tienen el honor de representar a una nación, no lo hacen por amor a la nación, sino por amor al prestigio y al dinero. Los futbolistas españoles, sin ir más lejos, si hubieran ganado el mundial, cada uno de ellos hubiera percibido 540.000 euros. Y son un total de 23 jugadores. Así que todo tiene un precio, incluso la defensa de los colores nacionales. Es la victoria del dinero sobre la nación.

No nos engañemos sobre la realidad dejándonos llevar por el entusiasmo futbolero. No seamos tan superficiales hasta el punto de creer que la selección española une a los españoles. No creamos en esos símbolos y apariencias, creamos en el contante y sonante dinero, que es el más importante y poderoso de todos los símbolos. Esto todo el mundo lo sabe: el fútbol se ha convertido en un enorme negocio. El mundial de Alemania es el más comercializado de todos los mundiales: el volumen de negocio que moverá ascenderá a 12 mil millones de dólares y los premios a repartir entre las 32 selecciones superarán los 260 millones de dólares.

El fútbol y la energía de masas

Cuando se observa la cantidad de personas que se mueven en torno al fútbol, el tiempo que le dedican, la pasión e interés que ponen en ello, uno no puede dejar de pensar cómo se podría cambiar el mundo si esta enorme energía de masas se empleara para fines más trascendentes: acabar con la pobreza, las guerras, las discriminaciones, etcétera. Pero esto no sólo sucede en el fútbol: se observa también en las celebraciones religiosas y en los eventos musicales. Hay ahí unas enormes energías de masas empleadas, no para transformar el mundo, sino para divertirse y enajenarse. Esto nos da una idea de hasta que punto la irracionalidad domina nuestras vidas y cuánto derroche, no sólo material sino también espiritual, se produce en los países supuestamente más avanzados y civilizados del mundo.

La confluencia de intereses en torno al fútbol

En el fútbol se han fundido hoy día muchos intereses: los de los propietarios de los clubes, los de las empresas deportivas, los de las empresas publicitarias, los de los medios de comunicación y los de los propios futbolistas. Es una máquina de intereses que sólo se preocupa de cómo sacarles a los aficionados y amantes del fútbol la mayor cantidad de dinero de los bolsillos. Esta alianza hace que los unos protejan y justifiquen a los otros. Así el antiguo dueño de un club de fútbol como el Real Madrid, Florentino Pérez, acostumbrado a ganar muchísimos millones de euros al año, ve razonable que los jugadores ganen igualmente muchísimos millones de euros al año. Y a su vez lo jugadores ven razonable que su club haga lo imposible por aumentar sus arcas, aunque ello suponga la explotación de los aficionados.

Jugadores y aficionados

Eric Hobsbawm, prestigioso historiador marxista, en una entrevista publicada en Rebelión el 27 de junio de 2006, se expresaba a tenor de este tema en los siguientes términos: “Pero el fútbol, en general, está dominado por un puñado de equipos europeos, como el Manchesterd United, el Real Madrid, el Milan, etcétera, que, desde los años 80, reclutan a sus jugadores en todos los rincones del mundo. Algunos otros equipos europeos ganan dinero descubriendo talentos en el exterior, comprándolos baratos y revendiéndolos a los grandes. Eso viene ocurriendo con frecuencia con jugadores brasileños y argentinos. Pero lo paradójico de esa situación es que el atractivo global del fútbol, que genera un enorme público del que las translaciones como Nike sacan beneficio, se funda en el atractivo nacional del juego”. En todo este discurso falta el espíritu crítico y faltan los verdaderos blancos sobre los que apuntar la crítica.

Los futbolistas

Cuando Hobsbawm habla de que el fútbol está dominado por un puñado de equipos europeos, plantea las cosas como si la principal contradicción en el mundo del fútbol fuera la existente entre los equipos grandes y ricos y los equipos pequeños y pobres. Pero la contradicción no es esa, sino esta otra: la existente entre un puñado de jugadores que ganan cantidades fabulosas de dinero y las grandes masas de aficionados. Los explotados no son los jugadores, sino los aficionados. Las grandes estrellas del fútbol forman parte de los explotadores. Resulta, además, que estas grandes estrellas son endiosadas por los periodistas deportivos y son puestos como ejemplo ético para la juventud, cuando en realidad no son un buen ejemplo. Porque no es un buen ejemplo enriquecerse de modo desproporcionado y a costa de explotar las necesidades de diversión y enajenación de los muchos.

La alianza de los futbolistas con las empresa deportivas

Nike, gracias al concurso de las grandes estrellas del fútbol, aumentan sus ventas y, en consecuencia, obtiene más beneficios. Y de esos beneficios cobran las grandes estrellas de fútbol. Pero esos beneficios no han sido generados por los futbolistas, sino por los empleados de Nike. La mentalidad capitalista hace caer el mayor esfuerzo sobre el que produce frente al que vende, mientras que las mayores retribuciones las hace caer más sobre el que vende frente al que produce. Así que cuanto más venda Nike, cuanto más crezcan las necesidades de esa prenda deportiva, los futbolistas que hacen publicidad de esa marca, más ganarán.

La atracción por el fútbol

Hobsbawm habla de que el atractivo global del fútbol se funda en el atractivo nacional del fútbol. Recordemos lo que decía Marx en su reflexión sobre el método de la economía política: la percepción del objeto crea la necesidad del objeto. El fútbol, como objeto de la necesidad, es fruto de la percepción continuada y reiterada por parte de la gente, percepción que la televisión y la radio no se cansan de alimentar. Y la necesidad que sienten los niños de comprar una camiseta de Beckham también esta creada porque la percepción de ese niño ha sido alimentada por los medios de comunicación. La globalización sirve, por ejemplo, para que el Real Madrid venda camisetas de Beckham por todo el globo, de la que se aprovecha el propio Beckham. Así que la atracción desproporcionada que genera el fútbol sobre el mundo es obra de la televisión y de sus intereses privados. Y de estos privados participan las grandes empresas transnacionales y los futbolistas transnacionales.

El fútbol como manifestación del capitalismo

Marx decía del capitalista que su mentalidad era del tal modo que en todo, absolutamente en todo, veía un negocio. Y para que todo se transforme en un negocio, todo debe transformarse en mercancía. Y esto ha sucedido con el fútbol. Antes el fútbol estaba en manos de sociedades deportivas y no se producía como mercancía. Pero todo cambió: los clubes de fútbol fueron transformados en sociedades anónimas y el fútbol empezó a producirse como mercancía. Ha sido una gran victoria de la propiedad privada y del capitalismo sobre la propiedad pública y el socialismo. Pero muchos recordamos cómo eran los equipos de fútbol de los países del socialismo real: sus jugadores eran nobles en la cancha, percibían un salario normal, y una vez que acababan su etapa deportiva retornaban a su trabajo. Eran estrellas y eran muy admirados. Pero no se enriquecían ni vivían como reyes a costa de explotar las necesidades e ilusiones de las grandes masas.

La economía convencional y el enriquecimiento desorbitado

¿Cómo explicar que Ronaldinho perciba anualmente 8 millones de euros del club de fútbol donde milita en la actualidad? Los economistas convencionales recurren a dos conceptos: ingresos de transferencia y renta económica pura. El ingreso de transferencia sería equivalente al dinero que ganaría Ronaldinho en otra ocupación, por ejemplo, de camarero. Mientras que la renta económica pura sería la diferencia existente entre el ingreso de transferencia y lo que percibe en concepto de sueldo y prima del Fútbol Club Barcelona. De manera que la mayor parte de lo que gana Ronaldinho es renta económica pura. Para rematar esta concepción los economistas convencionales hablan de individuos únicos. Así que Ronaldinho es un individuo único y por esa razón gana lo que gana. La cuestión estaría, si quisiéramos evitar esta injusticia, en encontrar otro futbolista que hiciera lo mismo que Ronaldinho pero que cobrara menos. Así razonan los economistas convencionales. Pero en verdad los conceptos de ingresos por transferencia y renta económica pura no explican para nada por qué Ronaldinho se enriquece del modo tan exagerado como lo hace. Por el contrario, esas categorías sólo sirven para confirmar el orden existente y justificar el enriquecimiento desproporcionado. ¿Qué sabemos acerca del valor y su naturaleza llamando renta económica pura a la diferencia que hay entre lo que Ronaldinho ingresa como futbolista y lo que ingresaría como camarero? Nada, pero nada de nada. Sólo tenemos un nombre. Pero como dijera Marx: nada sé de una cosa sí solo sé su nombre.

Las categorías económicas y las relaciones entre las personas

Los economistas convencionales toman las categorías como si expresaran cosas o propiedades de las cosas, mientras que los marxistas las toman como expresión de las relaciones entre las personas. Antes el fútbol televisado era gratuito. No tenía precio. No era una mercancía. Así que las relaciones entre los clubes de fútbol y los televidentes no eran mercantiles. Pero una vez que esas relaciones de no mercantiles pasaron a ser mercantiles, los partidos de fútbol televisados adquirieron un precio. Así que una parte de los grandes ingresos percibidos por los clubes de fútbol, los derechos por retransmisiones deportivas, se explica porque han cambiado las relaciones económicas entre las personas. Pero para que la retransmisión televisiva de los partidos de fútbol se convirtiera en mercancía tuvo que producirse previamente dos cosas: por un lado, la aparición de las cadenas de televisión de propiedad privada, y por otro lado, la transformación de los clubes de fútbol en empresas capitalistas. Así que los desorbitados ingresos de los clubes de fútbol se deben a que las relaciones económicas entre las personas ha cambiado: de ser meramente deportivas a ser capitalistas. De manera que los ingresos desorbitados de Ronaldinho no se explican por medio del concepto de renta económica pura, sino por la constatación de que las relaciones económicas entre los hombres han cambiado. Basta con dejar de producir el fútbol como mercancía y Ronaldinho dejaría de percibir el dinero tan exagerado que percibe.

Los cambios económicos y la costumbre

Todos estamos acostumbrados a ir a la playa, tumbarnos en la arena a coger el sol y a bañarnos en el mar. Todo eso no cuesta nada. Es un bien público y todos lo disfrutamos. No obstante, en el lugar donde vivo hubo un tiempo en que ciertos sectores empresariales hablaron de la necesidad de que el disfrute de ese bien público tuviera un precio. ¿Por qué? Porque al Ayuntamiento le cuesta dinero mantener la playa limpia, mantener en funcionamiento los balnearios y acometer todas las obras de infraestructuras necesarias para el correcto disfrute de ese bien. Los capitalistas suelen hablar de este modo: al Ayuntamiento le cuesta dinero. Pero resulta que el Ayuntamiento es la representación objetiva de la sociedad, de manera que a quien le cuesta dinero es a la propia sociedad. Y si es a la propia sociedad a la que le cuesta dinero, es la propia sociedad quien debe disfrutarla.

Supongamos, no obstante, que esa tendencia se afianza y los capitalistas logran transformar a la playa en una mercancía y se deja en manos de una empresa privada su explotación. A partir de entonces ir a la playa costaría una determinada cantidad de dinero. Supongamos ahora que han pasado veinte años desde que se produjo ese cambio. Las personas que tuvieran quince años les parecería normal pagar una determinada suma de dinero por ir a la playa. Les parecería normal que como la empresa que explota la playa tiene una serie de gastos, cobrara lo que tuviera que cobrar. Se trata sólo de que observen cómo al cambiar las relaciones sociales entre los hombres, puesto que la transformación de la playa de un bien público en un bien privado es un cambio en esas relaciones, un sector de la sociedad se enriquece, la empresa que explota ese bien, mientras que el sector mayoritario de la misma, la que hasta ese entonces disfrutaba gratuitamente de la playa, ve mermada su renta disponible. Y la costumbre hace pasar por normal lo que no es normal. Puesto que para la izquierda lo normal es que las relaciones económicas entre los hombres sean socialistas, mientras que para la derecha lo normal es que las relaciones económicas entre los hombres sean capitalistas. Dicho de forma más gráfica: la izquierda quiere que las personas no se exploten los unos a los otros, mientras que la derecha quiere que unas personas exploten a otras.

Algo semejante ha ocurrido con la televisión y con el fútbol. Antes, al menos en España, eran bienes públicos. Pero con la profundización de la democracia, con la profundización de la libertad, se convirtieron ambos en bienes privados. Lo que sucedió fue que las grandes masas no se movilizaron para frenar esas privatizaciones y la izquierda no lo impidió. Cuando EEUU se disponía a atacar militarmente a Irak, millones de personas salieron a la calle para protestar e intentar impedir esa agresión. Desgraciadamente falta en la gente la conciencia de que las privatizaciones son tan graves como las guerras. Nos despojan de nuestros bienes y nosotros dejamos que lo hagan.

Las restricciones económicas

Primera restricción. Nadie duda de que la publicidad sea una agresión y que haya en exceso, sobre todo en la televisión y en la radio. Se ha prohibido en los márgenes de la carretera porque afeaba al paisaje. Del mismo modo se debía prohibir la publicidad estática en los estadios y la publicidad en las vestimentas deportivas. Puesto que las empresa no tienen derecho a estar constantemente bombardeándonos para excitarnos a consumir.

Segunda restricción. Debería quedar prohibido que cualquier famoso haga publicidad a favor de cualquier producto. Puesto que sabemos que no hace publicidad de ese producto por las cualidades que tiene, sino por el dinero que le paga la empresa que vende ese producto. Todo no puede ser vender y vender.

Tercera restricción. Los precios de las entradas de fútbol deben se establecidas por el Estado. Y para ello los clubes de fútbol tienen que retornar a ser sociedades deportivas y dejar de ser sociedades anónimas. Los precios de las entradas de la final del mundial de Alemania 2006 ascienden nada menos que a 768 dólares. Esto es una forma descarada e impune de explotación de masas. Con todo esto debe acabarse.

Con estas medidas no se están restringiendo las libertades de nadie, sino cambiando las relaciones económicas entre las personas, de manera que los pocos no exploten a los muchos. Como dice Marx en la cita que encabeza este trabajo: el hombre es un ser social. Pues bien, los frutos y los disfrutes de los grandes acontecimientos sociales también deben ser sociales.

Es necesario limitar los ámbitos de existencia de las formas mercantiles. Todo no puede ser mercancía ni todo se puede convertir en un negocio. Esta sociedad capitalista que se presenta a sí misma como defensora de los derechos humanos, que no cesa de vociferar que no hay valor más grande que el propio ser humano, pues bien, que libere al hombre de la deshumanización mercantil y monetaria, que cree espacios donde quede prohibido absolutamente la existencia de las formas mercantiles.

Francisco Umpiérrez Sánchez

En Las Palmas de Gran Canaria. 28 de junio de 2006.

Las Empresas por Acciones y el Socialismo del Siglo XXI

“La empresas capitalistas por acciones deben considerarse, lo mismo que las fábricas cooperativas, como formas de transición del modo capitalista de producción al asociado”. El Capital. Karl Marx.



Lo sustancial y lo accidental

Muchos analistas marxistas, en vistas de concebir el socialismo del siglo XXI y evitar los errores del pasado, hablan de que fueron la corrupción y la burocracia las causas principales de la desintegración de la URSS. Pero la corrupción y la burocracia no son aspectos esenciales de la economía, sino accidentales. Y puesta la mirada en lo accidental, estos analistas se alejan de lo sustancial: por un lado, no aprecian el desorbitado desarrollo que tenía en la URSS la industria pesada respecto de la industria ligera, que daba como resultado empresas muy bien equipadas y trabajadores muy mal pagados. Y por otro lado, no aprecian en su debida medida que en la URSS no se respetaba la ley del valor, puesto que los precios no los determinaba el mercado sino la autoridad estatal central.

Política y economía

No niego la prioridad o predominio de la política sobre la economía. Cuando se proyectan grandes transformaciones sociales, la política tiene que ser el lado predominante, máxime si hablamos del proceso de transformación del capitalismo en socialismo. No obstante, la política debe respetar las leyes objetivas de la economía. Y esto supone que quienes estén al frente del Estado deben tener conocimientos económicos de la sociedad actual en la que se vive y de la sociedad futura que se quiere conquistar. Entre marxistas se conoce muy bien la sustancia del valor, la cantidad de trabajo socialmente necesario para producir la riqueza, pero se desconoce las múltiples y variadas formas del valor, de las que cabe destacar la forma dinero. Este desconocimiento de las formas del valor es la causa principal de que muchos dirigentes políticos de la izquierda transformadora tengan una concepción errónea del socialismo.

La forma del valor

Heinz Dieterich en su trabajo El Socialismo del siglo XXI , publicado en Rebelión, hace dos afirmaciones que merecen ser enmendadas: una, “La necesidad de determinar el valor objetivo de los productos, tal como estipuló la economía clásica, es conditio sine qua non del socialismo, cuyos postulados fundamentales son: a) la justicia social y, b) la democracia participativa”. Y dos, “la determinación del valor objetivo es un problema metodológico-científico; la implementación del intercambio de valores iguales (equivalentes), es un problema de poder. Lo primero se resuelve con las matemáticas avanzadas y la informática; lo segundo con la Democracia Participativa. A diferencia del carácter subjetivo de los conceptos de precio y valor que usa la economía burguesa, el concepto de valor como trabajo abstracto incorporado a un producto o servicio es una magnitud objetiva”.



Estas afirmaciones no sólo están aquejadas de una grave confusión entre economía y política, sino que además son muy poco prácticas. Veamos primero la determinación objetiva del valor. Por mucho que se mire las mercancías que hay en un expositor, no habrá manera de percibir el valor contenido en ellas. Esa cuestión la deja muy clara Marx en El Capital: el valor en su forma natural, el valor como cantidad de trabajo abstracto contenido en un bien, carece de forma objetiva. Sólo adquiere forma objetiva en la relación de cambio de unas mercancías con otras, esto es, en el mercado. Así que el carácter objetivo del valor no es un problema que haya de resolver las matemáticas y la informática, sino que lo resuelve el mercado.

Ahora hablemos del intercambio de valores iguales. Un tejedor manual elabora un metro de tela en una hora. Pero mientras tanto se produce un cambio en el desarrollo de las fuerzas productivas y aparece en escena el telar a vapor, con el cual elaborar un metro de tela sólo cuesta media hora de trabajo. El tejedor manual, atado al viejo método de producción, seguirá incorporando una hora de trabajo a 1 metro de tela, pero su producto sólo representará media hora de trabajo social medio. Su trabajo individual de una hora representa ahora sólo media hora de trabajo social. Y cuando hablamos de valores, hablamos del trabajo social y no del trabajo individual. Así que el intercambio de valores iguales no es una cuestión que tenga que ver con la Democracia Participativa, sino con el desarrollo de las fuerzas productivas y la competencia.

Formas mercantiles y formas de capital

Es fundamental en la reflexión sobre el socialismo del siglo XXI distinguir con claridad la forma mercantil de la riqueza de su forma de capital. En la producción de mercancías rige el principio del derecho de propiedad sobre el trabajo propio. Accidentalmente podemos considerar que hay intercambios de valores desiguales, de manera que unas personas se apropien de ciertas cantidades de trabajo de otras personas, pero en un intercambio regular y habitual rige el intercambio de equivalentes o valores iguales. Así que insistimos: en el mundo mercantil rige el derecho de propiedad sobre el trabajo propio.



Marx demuestra en El Capital cómo la riqueza producida como capital permite a los capitalistas apropiarse de trabajo ajeno sin infringir la ley del intercambio de valores iguales. Cómo se produce esta apropiación y cómo se evita la infracción de esa ley no es el objetivo teórico del presente trabajo, pero todos los marxistas saben que la forma capitalista de producir la riqueza permite a los propietarios de los medios de producción apropiarse de trabajo ajeno. Así que bajo el punto de vista de la propiedad es fundamental distinguir la forma mercantil de la riqueza de la forma de capital: en la forma mercantil de la riqueza rige el derecho de propiedad sobre el trabajo propio, mientras que en la forma de capital de la riqueza rige el derecho de propiedad sobre el trabajo ajeno.

Uno de los principales errores del modelo soviético de socialismo fue la confusión que hubo entre sus dirigentes entre la forma mercantil de la riqueza y la forma de capital. Se pensó que la tarea del poder soviético no era sólo acabar con la forma capitalista de la riqueza sino también con su forma mercantil. Y al negar la forma mercantil de la riqueza, al no permitir que los precios los estableciera el mercado, no se respetó la ley del valor. Y cuando no se respetan las leyes objetivas de la economía, las cosas van mal y lo paga el pueblo.

Empresario y capitalista

En los inicios del capitalismo, esto sucede hoy día también en las pequeñas empresas, el propietario de la empresa era al mismo tiempo el empresario o gestor de la misma. De esta manera no se distinguía con claridad lo que ganaba dicha persona como gestor de la empresa de lo que ganaba como propietario de la misma. En esa época reinaba la idea de que todo lo que poseía el capitalista se lo había ganado con su trabajo. Pero desde que surgió la sociedad anónima, la sociedad por acciones, quedó claro que unas personas eran las propietarias de la empresa, que cobran dividendos, y otra persona es el gestor o empresario, que cobra un salario. Este salario suele ser muy grande o bastante grande en relación con el salario medio. Pero lo importante es que con las sociedades anónimas la función de propiedad quedó diferenciada de la función de trabajo. Así que ser empresario es una función de trabajo y ser capitalista es una función de propiedad. Ahora ya no se puede argumentar que lo que gana una persona como capitalista es fruto de su trabajo. Ahora queda demostrado que lo que gana una persona como capitalista es fruto de la apropiación de trabajo ajeno. De ahí los intentos repetidos de la economía convencional por demostrar que el trabajo no es la sustancia de los valores. Como en las economías actuales, por muy avanzadas que sean, la pequeña y la mediana empresa siguen creando la mayor cantidad de empleo, la confusión entre empresario y capitalista se sigue dando. Y sigue teniendo un gran peso en la conciencia media que lo que posee en propiedad el empresario-capitalista es fruto de su trabajo.

Las acciones y los trabajadores

En principio podemos dejar sentado que quien se compre una acción y cobre anualmente un dividendo, se está apropiando de trabajo ajeno. Y como comprar acciones es algo que está al alcance de cualquiera, incluido los trabajadores, cualquiera tiene la posibilidad de apropiarse de trabajo ajeno. De esta manera parece quedar disuelta la contradicción entre capital y trabajo. Ya que si cualquier trabajador puede comprar acciones, cualquier trabajador es un capitalista, aunque sea en pequeña escala. Vista esta situación parece que lo razonable sea que en el socialismo quede prohibida la creación de empresas por acciones y con ella el derecho de comprar acciones. Pero surge un pequeño problema: ¿qué sucede con los ahorros de los trabajadores? ¿Permitiremos que esos activos económicos queden en paro? ¿No estaríamos así impidiendo un mayor desarrollo económico? Creo que ningún dirigente político dejaría que una parte de los recursos monetarios del país no tuvieran rendimientos. Así que no queda más remedio que permitir que en el socialismo haya sociedades anónimas donde los trabajadores inviertan sus ahorros.

Las acciones y el derecho de propiedad

En El Capital , en la sección dedicada al estudio de las rentas y sus fuentes, Marx dice lo siguiente: “Plustrabajo en general, como trabajo que rebasa las necesidades dadas, tiene que quedar siempre. Se requiere una determinada cantidad de plustrabajo para asegurarse contra los accidentes y para la necesaria y progresiva expansión del proceso de reproducción, la cual corresponde al desarrollo de las necesidades y al aumento de la población, lo que desde el punto de vista capitalista se llama acumulación”. Debemos partir de la base de que en el socialismo la jornada de trabajo seguirá quedando dividida en dos partes: trabajo necesario y plustrabajo. Pero tanto el trabajo necesario como el plustrabajo seguirá siendo una creación del trabajador. De manera que si hay trabajadores que han invertido sus ahorros en acciones y cobran unos determinados dividendos, podemos suponer que esos dividendos son parte del plustrabajo que ellos mismos han creado.

Lo cualitativo y lo cuantitativo en las acciones

¿Cómo evitar que los trabajadores a título individual se apropien de más cantidad de plustrabajo del que han creado? No podemos hacerlo negando la necesidad de las sociedades anónimas y el derecho a comprar acciones, sino poniendo un tope máximo al ingreso personal. Se trata de una solución cuantitativa, poner un tope máximo al ingreso personal, y no de una solución cualitativa, negar el derecho de compra de acciones o de cualquier clase de títulos de valor.

La acción como forma mercantil y como forma socialista

La acción es una forma mercantil creada por el capitalismo y, como indica Marx según la cita que encabeza este trabajo, representa una forma económica de transición del capitalismo al socialismo. Pero puede transformarse en una forma económica del socialismo con el sencillo método de poner un tope máximo al ingreso personal. Esta solución cuantitativa, impedir que cualquier persona se apropie de más trabajo del que ha creado, tiene un resultado económico cualitativo: transformar una forma económica capitalista en una forma económica socialista.

Francisco Umpiérrez Sánchez

En Las Palmas de Gran Canaria. 4 de junio de 2006.

Cartas y propuestas para mejorar la enseñanza de la economía y la ciencia económica

Diferentes cartas que proponen una reforma de la ciencia económica. Me parecieron francamente muy interesantes.


Gracias ciudadano_cero123 por el vínculo

fuente: http://www.sindominio.net/

licencia: creative commons Atribución 2.5 http://creativecommons.org/licenses/by/2.5/



Ecuación de Slutsky

Leandro Ezequiel Brufman


Debo confesar que en mi vida nunca imaginé que realizaría una monografía sobre una ecuación. ¿Cual es el motivo que me impulsa a hacerla? Para entenderlo, primero debemos recordar que la ciencia moderna se funda en una precomprensión del sentido de la realidad en términos de “aquello que puede ser calculado y medido”. Lo real será lo “calculable”. Es por eso que el científico de la modernidad le asignaba tanta importancia a las matemáticas: “la naturaleza está escrita en caracteres matemáticos” sentenció Galileo Galilei algún tiempo atrás. Considero que hoy en día pocos científicos se atreverían a realizar una afirmación tan categórica.

Sin embargo, el hecho de que las matemáticas tengan una utilidad limitada y no sirvan para explicar todas las conductas humanas, y en nuestro caso particular las conductas económicas, no significa que la ciencia matemática no sea una herramienta provechosa a una ciencia social como lo es la Economía. Es por eso que me veo impulsado a realizar esta monografía, simplemente para mostrar a las matemáticas como una herramienta que en ciertas ocasiones sirve para “calcular y medir” fenómenos económicos.

Esta monografía tiene como propósito principal exponer la relevancia de la ecuación de Slutsky en los términos de Hicks, y mostrar las diferentes expresiones que puede adoptar la misma, explicando en cada caso las diferencias y similitudes que puedan existir.



Nacionalización del Petróleo Boliviano

1ero de Mayo “Queremos pedir (a las Fuerzas Armadas) desde acá, a partir de este momento, tomar todos los campos petrolíferos en toda Bolivia con los batallones de ingenieros”
“Bolivia ha sido el primer país del continente en nacionalizar sus hidrocarburos; la de hoy es la tercera y definitiva nacionalización de nuestros recursos”
dijo Evo.



Las empresas están obligadas a entregar toda su producción a la empresa estatal YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), que comercializará la producción y determinará las condiciones de venta tanto en el mercado interno y externo.

Las empresas petroleras deberán firmar un nuevo contrato dentro de los 180 días e YPFB se encargará de la operación de los campos petroleros

El Estado recuperará las acciones en poder de las AFPs (Administradoras de Fondos de Pensiones) y se nacionalizarán las acciones necesarias para llegar al 50% mas uno del capital accionario de las empresas petroleras, entre ellas Chaco y Andina (Repsol).



Los campos que produjeron en promedio más de 100 millones de pies cúbicos diarios de gas en el 2005 (Sábalo y San Alberto, que representan el 70 por ciento del total nacional) pagarán una combinación de impuestos y regalías de 82 por ciento

Evo Morales dispuso la nacionalización del petróleo boliviano. La constitución de Bolivia dice que lo que está bajo suelo pertenece al Estado boliviano, pero cuando una empresa lo saca a la superficie, pertence a la empresa. Ahora, luego de lo decretado por el gobierno de Evo Morales, lo que las empresas sacan a la superficie debe ser entregado al Estado.

Lula se puso nervioso por la nacionalización del petróleo en Bolivia, porque la economía brasilera depende en parte del petróleo boliviano. “Me hubiera gustado que me avisaran”, dijo. Bolivia piensa subir el precio que cobra por el gas que va a Argentina y a Brasil, países que piensan negociar este precio en bloque con Bolivia.



11 de Mayo

Cumbre Unión Europea, América Latina y el Caribe (UE-ALC) en Viena

Evo Morales anunció que puede que no se paguen indemnizaciones a las empresas privadas afectadas porque éstas han recuperado ya sus inversiones y han actuado en algunos casos de forma ilegal.

12 de Mayo

Koffi Annan: Secretario General de la ONU

Kofin Annan, el secretario general de la ONU criticó la nacionalización de los hidrocarburos.

Según Annan "Los inversores necesitan condiciones que se mantengan en el mediano y largo plazo, sin esa condición no es posible un comercio mutuamente satisfactorio y beneficioso"

El canciller autríaco, Wolfgang Schuessel también criticó la nacionalización del petróleo boliviano, afirmando que si un país quiere inversiones extrangeras, tiene que dar garantías.

El canciller de Brasil instó a Bolivia a indemnizar a Petrobras si el gobierno boliviano incauta bienes de esa compañia.

El gobierno boliviano a través del ministro de la presidencia aclaró que Evo Morales se refirióa a la "ilegalidad de los contratos petroleros" que no fueron ratificados en el congreso.

El ministro Solís señaló que Bolivia no será parte del gasoducto que impulsa Venezuela, Brasil y Argentina, si Petrobras mantiene la mayoría de los capitales privados.


12.5 Nacionalización del Petróleo

José Luis Rodríguez Zapatero planteó la petición de Repsol de una compensación en una reunión celebrada en Viena entre representantes de la Unión Europea y Latinoamérica en la que coincidió con el presidente boliviano, Evo Morales, dijo la fuente. Zapatero calificó el encuentro de 'positivo'.

Evo Morales nacionalizó los hidrocarburos el 1 de mayo, para sorpresa de los inversores internacionales con intereses en Bolivia, incluyendo Repsol, el grupo británico BG y la francesa Total.

Morales coincidió con Zapatero en que los representantes deberían actuar de acuerdo con los principios de 'bilateralidad, discreción, reglas claras y medidas legales', dijo la fuente española.

En una carta de la embajada de boliviana en Viena dirigida al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se informaba de que tanto España como Bolivia acordaron que 'la negociación debería ser bilateral entre las compañías extranjeras y el gobierno boliviano'.

En ella, además, decía que en dicho marco la presencia del gobierno español sería bienvenida y que Bolivia comunicaría en breve quién será su representante en las negociaciones.

Repsol dijo el jueves que era demasiado pronto para evaluar los efectos que tendría la iniciativa de Bolivia pero que éste defendería los intereses de sus inversores y accionistas en el país, posiblemente recurriendo a los tribunales internacionales.

La petrolera dijo que el valor neto de sus negocios en Bolivia asciende a 500 millones de euros de los que aproximadamente la mitad pertenece a Repsol después de que los accionistas minoritarios hayan entrado en la cuenta.

Morales dijo el jueves que las compañías extranjeras no tiene derecho a compensación si han recuperado las inversiones en el país.

Repsol hizo un recorte del 25 por ciento en sus reservas comprobadas en enero - la mayoría en reservas de gas de Bolivia y Argentina.

2.5Unión Europea preocupada por la nacionalización del Petróleo

La Comisión Europea dijo que ve con preocupación el movimiento nacionalizador del sector energético en Bolivia, donde varias compañías europeas han realizado inversiones.

'La Comisión toma nota con preocupación de este decreto que nacionaliza la industria boliviana', dijo el portavoz jefe de la Comisión, Johannes Laitenberger, en un encuentro informativo.

'Habíamos esperado que se produjera un proceso de consulta previo a la adopción de estas medidas', añadió.

El presidente boliviano, Evo Morales, ordenó al Ejército ocupar los campos de gas natural el lunes tras nacionalizar los recursos energéticos y amenazar con la expulsión a las compañías extranjeras que no reconozcan el control estatal.

Entre los grandes inversores en Bolivia figura Petrobras - que controla un 45 por ciento de los campos de gas -, la hispano-argentina Repsol YPF, la francesa Total y el grupo británico BG Group.

Sin embargo, otro portavoz apuntó que la decisión del Ejecutivo boliviano no afectará al suministro a la Unión Europea.

'La decisión tomada por el Gobierno de Bolivia no tendrá impacto en la seguridad física del suministro a la UE', dijo Ferran Tarradellas Espuny, que sigue los temas económicos.

Este portavoz añadió que 'la decisión de Bolivia podría tener un impacto negativo en los mercados porque ahora estos están sujetos a una presión considerable en lo que respecta a precios.

fuente: http://www.20minutos.es/noticia/118560/0/ESPANA/BOLIVIA/REPSOL/

licencia: http://creativecommons.org/licenses/by/2.1/es/


Piero Sraffa

El presente trabajo presenta sucintamente las principales contribuciones a la teoría económica del economista italiano Piero Sraffa. Su aporte se estructura aquí en dos ramas centrales: por un lado, sus criticas al realismo de los modelos neoclásicos que analizan el comportamiento de la firma en competencia perfecta o monopolio; y por otro, a partir del modelo desarrollado en su “Producción de Mercancías por Medio de Mercancías”, se tratarán los problemas del valor y distribución del excedente y el fenómeno de reversión del capital. Esta última parte se estructura sobre la base de la obra de Alfredo Monza, ”Sraffa y sus Usos”, destacándose la visión heterodoxa de Sraffa para resolver los problemas planteados.


Sebastián Álvarez

salvarez@eco.unc.edu.ar

Febrero de 2006





Adam Smith

ADAM SMITH: EL PADRE DE LA ECONOMÍA POLÍTICA

Más allá de las críticas que han recibido sus postulados económicos, nadie puede discutir la enorme influencia de su obra dentro de la ciencia económica moderna.


Autor: Sebastián Laza

economista

seblaza@gmail.com

ww.conexionfinanciera.com.ar

Con Adam Smith nace el liberalismo económico. Influido intelectualmente entre otros por Quesnay y David Hume, Smith escribe uno de sus principales libros “Acerca de la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones”, considerado “la Biblia” de la Economía Política. Smith venía observando el gran incremento de la producción de bienes que vivía Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII, en plena revolución industrial. Su pregunta no difería mucho de la de fisiócratas y mercantilistas: ¿de dónde sale la riqueza de una nación? Dos conceptos aparecen como respuesta, a partir de los cuales se construye todo un programa político que ha tenido repercusiones hasta nuestros días:

• la división del trabajo como fuente de productividad y

• el papel del mercado

La productividad: Adam Smith sostiene que la productividad aumenta a medida que se incrementa la división del trabajo. La productividad, considerada como la capacidad de producir una cierta cantidad de bienes con un conjunto de recursos dados, será mayor si el trabajo se divide entre especialistas que cumplan funciones definidas. Si bien no lo vamos a reproducir aquí, es famoso el ejemplo de Smith sobre la fábrica de alfileres. A la división del trabajo, producida al interior de la fábrica, Smith la llama división técnica del trabajo. Si se demuestra que la división técnica del trabajo puede aumentar la productividad en un establecimiento, esto también puede ser cierto para una nación entera, razonaba Smith, denominándola división social del trabajo. Habría un ahorro de tiempo, y por ende más y mejores bienes. La riqueza de esa comunidad habrá sin duda aumentado con respecto a la de un hipotético mundo sin división del trabajo. También debemos recordar que Smith, en su faceta de filósofo y moralista, también observaba los efectos negativos de esta hiperespecialización en el trabajo que postulaba el Smith economista: él ya notaba y se lamentaba porque el operario se transformaba en el personaje de Charles Chaplin en “Tiempos Modernos”, un ser que realizaba durante muchas horas del día la misma monótona tarea, con la consiguiente pérdida de otras capacidades de la mente por desuso.


El mercado: en la visión de Smith, aquellos bienes provenientes de la división del trabajo se deben distribuir a través del intercambio del mercado. Existe una propensión natural a hacerlo, que proviene de las propiedades naturales del ser humano hacia “la razón y el habla”. Los seres humanos, que han producido y tienen en su poder los bienes en los que se especializaron, se los ceden a otros no por caridad, sino porque esperan obtener un beneficio. “No esperamos nuestra cena de la benevolencia del panadero o del carnicero, no apelamos a su misericordia, sino a su interés”. Y a través de este razonamiento Smith institucionaliza el ser humano maximizador que sería hasta nuestros días modelizado por la mayoría de los teóricos de la economía, el ser humano de la mano invisible –visión que según algunos economistas Nash habría destruido matemáticamente hace algunas décadas con su “Teoría de Juegos”-. Según Smith, cada uno trata de obtener para sí, egoístamente, el máximo beneficio de ese intercambio. Tratará para ello de producir los mejores bienes y de hacerlo lo más barato posible, para ganarle a sus competidores. Como todos los miembros de la comunidad harán lo mismo, el conjunto de bienes existentes aumentará el máximo del que es capaz. Así, sin que nadie lo decida centralmente, a partir de un sinnúmero de decisiones individuales, se obtendrá un máximo u óptimo social. Y todo gracias a “la mano invisible del mercado”. Cualquier intervención del Estado, por más bienintencionada que sea, sólo logra trabar el funcionamiento del mercado, disminuyendo el óptimo social, razonaba Smith, criticando directamente a los mercantilistas. Decía Smith que el gobierno sólo debe tener cuatro deberes:

• la defensa contra la agresión extranjera,

• la administración de justicia,

• el sostenimiento de obras e instituciones públicas que no son rentables para los particulares y

• la defensa de la propiedad privada.

También Smith diferenciaba entre valor de uso y valor de cambio de los bienes. El primero expresa la utilidad de un objeto para quien lo usa, el segundo expresa la capacidad para comprar otros productos. Por ejemplo el agua tiene mucho valor de uso y poco de cambio, mientras que los diamantes poco valor de uso y mucho de cambio, para ilustrar el razonamiento Smith. Finalmente Smith llega a la equivocada conclusión de que la medida real del valor de todas las mercancías es el trabajo, o sea el esfuerzo que requiere producir dicha mercancía y también el trabajo que se puede ahorrar al intercambiarla por otra mercancía. Por lo tanto el precio de toda mercancía se compone de salarios, beneficios y renta.

Escuelas económicas

Desde el mercantilismo y la fisiocracia hasta nuestros días.



Autor: Sebastián Laza *

economista

seblaza@gmail.com

www.conexionfinanciera.com.ar

La economía es la ciencia social que estudia la forma en que las sociedades asignan sus recursos escasos a la producción de los bienes y servicios que van a satisfacer sus necesidades (siempre crecientes).(ver: definición de economía) El estudio de la economía puede dividirse en dos grandes campos. La teoría de los precios, o microeconomía, que explica cómo la interacción de la oferta y la demanda en mercados con distintos niveles de competencia determinan los precios de cada bien, el nivel de salarios, el margen de beneficios y las variaciones de las rentas. La microeconomía parte del supuesto de comportamiento racional. Los ciudadanos gastarán su renta intentando obtener la máxima satisfacción posible o, como dicen los analistas económicos, tratarán de maximizar su utilidad. Por su parte, los empresarios intentarán obtener el máximo beneficio posible por sobre sus costos de producción.

El segundo campo, el de la macroeconomía, comprende los problemas relativos al nivel de empleo y al índice de ingresos o renta de un país. El estudio de la macroeconomía surgió con la publicación de La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936), del economista británico John Maynard Keynes. Sus conclusiones sobre las fases de expansión y depresión económica se centran en la demanda total, o agregada, de bienes y servicios por parte de consumidores, inversores y gobiernos. Según Keynes, una demanda agregada insuficiente generará desempleo; la solución estaría en incrementar la inversión de las empresas o del gasto público, aunque para ello sea necesario tener un déficit presupuestario.


Las cuestiones económicas han preocupado a muchos intelectuales a lo largo de los siglos. En la antigua Grecia, Aristóteles y Platón disertaron sobre los problemas relativos a la riqueza, la propiedad y el comercio. Durante la Edad Media predominaron las ideas de la Iglesia, se impuso el Derecho Canónico, que condenaba la usura (el cobro de intereses abusivos a cambio de efectivo) y consideraba que el comercio era una actividad inferior a la agricultura.

La economía, como ciencia moderna independiente de la filosofía y de la política, data de la publicación de la obra Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (más conocida por el título abreviado de La riqueza de las naciones, 1776), del filósofo y economista escocés Adam Smith. El mercantilismo y las especulaciones de los fisiócratas precedieron a la economía clásica de Smith y sus seguidores del siglo XIX.

* La sección "Clásicos y Neoclásicos ha sido confeccionada por Darío Blatman

¿Es la FED independiente?

Según algunos investigadores, el capital accionario del FED -Reserva Federal de EE.UU.- sería propiedad de algunos pocos bancos privados de ese país. ¿Y la independencia del FED?


Autor: Sebastián Laza - economista

En opinión de algunos investigadores, el FED no sería un Banco Central común y corriente. No sería como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No sería un banco central propiedad del Estado. Sería lisa y llanamente, un banco privado. Y se trataría de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Según dichos investigadores, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones -62%- eran propiedad de sólo tres bancos hacia 1994. ¿Qué bancos? El Chase Manhatan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas controlarían esos tres bancos: Rockefeller, Rotschild y Davison -Morgan-. Es más, según dichos investigadores, sería por ello que en el anverso de cualquier billete dólar se lee la expresión FEDERAL RESERVE NOTE, y no UNITED STATES TREASURY NOTE.

Recuerdo cuando aún era estudiante de la Licenciatura en Economía, en la materia Economía Monetaria teníamos un profesor brillante, Gustavo Reyes, uno de esos jóvenes economistas que tuvieron la posibilidad de posgraduarse en universidades del 1er mundo, en su caso Inglaterra, y volver a su país nutridos de modelos teóricos nuevitos, listos para estrenar en la lejana América del Sur, en su caso en Argentina, en la época donde Menem-Cavallo y sus políticas pro-mercado todavía hacían furor. Corría el año 1995.


De todas aquellas excelentes clases con Reyes, me quedó sobremanera grabada una de ellas: la clase sobre "Reglas versus Discrecionalidad en las Políticas Monetarias", donde aún recuerdo el ahínco que Reyes ponía cuando nos hablaba de la necesidad de que los Bancos Centrales fueran independientes de los Ministros de Economía de turno. Decía Reyes que esta condición era clave para un Banco Central, para ir logrando una buena reputación ante "los mercados", a los fines de lograr determinada credibilidad para que la política monetaria tuviera efectividad.

Por supuesto que la recomendación venía porque en aquella época -y aún hoy, año 2006- en Argentina el Banco Central era bastante influído por el Ministerio de Economía. El Mingo Cavallo tallaba pesadamente en la política monetaria que ejecutaba Roque Fernández, como hoy lo hacen Kirchner-Miceli con Martín Redrado. Y así en muchísimos países del mundo. Y Reyes nos insistía que para un país con la inflacionaria historia económica de Argentina eso no era bueno, remarcando que un buen ejemplo a seguir era el de EE.UU. con su Reserva Federal, donde su titular Alan Greenspan -aún hoy sigue en el cargo- era bastante independiente del presidente de EE.UU.

En síntesis, subyacente al pensamiento de Reyes y de muchos otros economistas, estaba la aún hoy arraigada idea de que el Tesoro de EE.UU. no mete mano en el manejo de la política monetaria de la economía norteamericana. Es decir, la cantidad de dinero circulante en dicha economía, su nivel de crédito, sus tasas de interés, su tipo de cambio, etc., todos serían instrumentos resorte de Greenspan y nadie más. Greenspan a la misma altura del presidente de EE.UU., el ideal, el paraíso para la política monetaria de un país.


Es más, la historia reciente avala esta idea generalizada, cómo habría de ser de independiente el Banco Central de EE.UU. que en los '90 el FED le habría hecho perder a Bush padre su reelección -ante Clinton- porque no sacó a tiempo a EE.UU. de una recesión, que hizo decaer la popularidad del presidente ante el electorado. Como en Argentina y muchos otros países el Bancos Central siempre juega a favor del presidente de turno, y en EE.UU. según éste y otros ejemplos no, la realidad norteamericana era "el dorado" a la vista de Reyes y de la mayoría de los economistas sensatos del mundo, cómo dudar de la independencia del FED. El mismo Bush padre reforzó esta idea de independencia cuando dijo, después de perder su reelección, en referencia a Greenspan: "I've appointed him and he disappointed me", como diciendo "yo te ayudé a que llegaras ahí y ahora me pagás con esto".

Y yo mismo como economista me formé con esa idea: la independencia del FED, el modelo a seguir. Es por eso que gran conmoción me causó hacia el año 2004 cuando, leyendo "Hitler ganó la guerra" del inefable Walter Graziano, inteligente y polémico economista argentino, ex-gurú de la city porteña, y para nada de izquierda, me entero de que el FED no sería como en Argentina y la mayoría de los países del mundo un Banco Central estatal, sino que sería una entidad privada, donde sólo tres grupos financieros tienen más del 60% de su capital accionario. O sea que, si es verdad lo que dice Graziano, el dólar norteamericano, no sería la moneda emitida por la Républica de EE.UU., sino básicamente por tres bancos privados, o sea por unos pocos clanes familiares, y peor aún, la política monetaria del FED, que impacta en la economía de todos los países emergentes como Argentina, sería manejada por dicho pequeño grupo chico de personas.

Me dije a mi mismo, ¿será ésto verdad o Graziano se habrá vuelto loco? Si ésto fuera verdad, se me estaría cayendo del pedestal la principal institución que rige la economía internacional. Habrá sabido de este "detalle", de esta presunta sospecha, el profesor Reyes. No creo, es más, no creo que lo sospechen ni siquiera la mayoría de los economistas norteamericanos. Ya que si ésto fuera verdad, de qué independencia del FED vamos a hablar, ya que no la influenciaría el Secretario del Tesoro de EE.UU., tampoco el presidente, pero significaría que la política monetaria de EE.UU. estaría privatizada. A propósito, si Menem hubiera tenido éxito en su proyecto dolarizador, bajo este punto de vista habríamos privatizado también la moneda Argentina.

¿Pero de dónde habrá sacado semejante teoría Graziano? Dejando de lado la posibilidad de que se haya vuelto loco, podemos decir que el ex-gurú estuvo más de 2 años investigando para dicho libro, junto a un equipo multidisciplinario de jóvenes profesionales que lo ayudaron, y que en estos temas ha sido influenciado, entre otros, por las obras de Anthony Sutton, recientemente fallecido economista y periodista norteamericano, que trabajó en grandes universidades americanas -Stanford por ejemplo- hasta que sus libros empezaron a incomodar al poder y perdió su trabajo. Pero más allá de su situación de desempleado, Sutton durante los '80 y '90 no dejó de investigar estos temas, pasando al mundo editorial underground. Durante esa época produjo una serie de libros antisistema muy interesantes, que narran quiénes y cómo manejarían el poder desde las sombras en los EE.UU., incluyendo el manejo del FED y Wall Street. Graziano ha chequeado la presunta seriedad de todo esta obra y se ha animado a analizarla, reproducirla y enriquecerla con otros autores también, por lo tanto debemos darle al asunto la seriedad que se merece.

Vamos a citar textualmente algunos de sus comentarios más polémicos, para que el lector reciba su mensaje sin distorsiones:

"El FED fue creado por ley del Congreso el 22 de diciembre de 1913. Los banqueros privados, en aquel momento, venían criticando en forma pública la ley que creaba un Banco Central en EE.UU. Sin embargo, en forma reservada, los principales banqueros norteamericanos se frotaban las manos ante esa ley que habían logrado sacar, entre gallos y mediasnoches, gracias al senador Aldrich, casado con una hija del magnate John D. Rockefeller I. Una gran cantidad de legisladores se encontraban ausentes al acercarse la Navidad y la votación parlamentaria fue manipulada."

"Se trató de un movimiento magistral a la medida de la elite que se originó en conversaciones reservadas entre los principales banqueros en 1910. Para poder crear el FED, la elite financiera y petrolera norteamericana tuvo que manipular las elecciones de 1912. El presidente Taft buscaba la reelección. Pero su partido, el Republicano, se había pronunciado públicamente contra la creación del FED. Así dadas las cosas, la elite decidió fracturar al Partido Republicano en dos. Por un lado, se presentaba Taft. Por el otro, Theodore Roosevelt, ex presidente de la República. La división abrió las puertas para que el manipulable Woodrow Wilson accediera al poder con mucho menos del 50% de los votos. La elite, con su presencia y la del senador Aldrich, se ganaría la seguridad de la aprobación de la creación de un Banco Central privado: el FED."

"No cabe dudas que el mejor negocio de la Tierra es emitir moneda. Desde hace siglos los principales banqueros saben muy bien que si la gente acepta como medio de pago un papel emitido por un banquero privado, con la promesa de redimirlo en oro o plata metálica, entonces tal banquero tendrá la potestad de decidir quiénes deben recibir crédito y cuánto, qué tasas de interés cobrarles, a quién no prestarle. Y todo mediante la creación de medios de pago."

"Si los banqueros privados observaban que la gente no requería que le redimieran en metálico los billetes puestos en circulación, sino que la población los acumulaba y efectuaba sus transacciones en papel moneda, entonces podían generar de la nada muchos más billetes y ponerlos en circulación. De esta manera, el total de papel moneda superaba con creces las reservas en metálico que los banqueros privados guardaban en sus cajas fuertes. En otras palabras, los banqueros privados tenían la potestad de crear dinero de la nada si la gente aceptaba sus billetes. Y fue lo que ocurrió."

"El origen de la propia banca debe buscarse a través de operaciones de este tipo. Los bancos de Inglaterra, Francia y Alemania no comenzaron -como usualmente se piensa- como bancos estatales ni como empresas de las respectivas coronas, sino como bancos privados, controlados en buena medida por la dinastía banquera europea que se había instalado en forma familiar en Inglaterra, Francia, Alemania, Austria e Italia: el clan Rotschild, junto con sus asociadas Khun, Loeb, Lehman, Warburg, etc."

"Que el negocio bancario estaba monopolizado en unos pocos clanes familiares se puede ver simplemente a través de una vieja anécdota: mientras Max Warburg dirigía el Banco Central alemán durante el gobierno del káiser Guillermo II, y se constituía en su banquero personal antes de la 1ra Guerra Mundial, su hermano, Paul Warburg, era directivo del FED. El tema alcanzó ribetes escandalosos en EE.UU. y obligó el rápido reemplazo de Paul Warburg."

"Otra anécdota: mientras la familia Rotschild era una de las principales accionistas tanto en forma directa como indirecta del propio Banco de Inglaterra, la rama francesa de dicho clan colocaba varios integrantes para dirigir nada menos que el Banco de Francia, el cual sólo fue estatizado luego de la 2da Guerra Mundial"

"El 1er Banco Central creado fue el Banco de Inglaterra. Ya antes de las guerras napoleónicas los Rotschild poseían un enorme poder financiero en toda Europa. Deseaban aumentarlo y así establecer las políticas financieras en los principales países europeos. Lo mismo pudieron hacer durante el transcurso del siglo XIX con los bancos centrales de Francia y Alemania. A menudo financiaron guerras entre los países, con la estrategia de prestarles a ambos bandos. De esta manera, cuando las guerras finalizaban, las naciones y las casas reales quedaban debilitadas, endeudadas y, por lo tanto, cada vez más dependientes de los banqueros."

"Fueron los Rotschild quienes decidieron ingresar a EE.UU. financiando a clanes familiares a los que observaban durante mucho tiempo antes de otorgarles fondos para sus emprendimientos, y que resultaban "amigos incondicionales": los Rockefeller, los Morgan, Carnegie, los Harriman, etc."

"Por lo tanto, no debe llamar la atención del lector que el FED no sea un Banco Central común y corriente. No es como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No es un banco central propiedad del Estado. Es lisa y llanamente, un banco privado. Y se trata de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Por ejemplo, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones -62%- eran propiedad de sólo tres bancos hacia 1994. ¿Qué bancos? El Chase Manhatan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas han controlado y controlan esos tres bancos: Rockefeller, Rotschild, Davison -Morgan-.

"Ese porcentaje habría continuado creciendo merced a las fusiones que se registraron en la última década. Tampoco debe llamar la atención, entonces, que el actual jefe del FED, Alan Grenspan, haya sido director corporativo de JP Morgan, de Morgan Guaranty Trust y de la petrolera Mobil -Standard Oil of New York- de los Rockefeller, antes de ocupar el actual estratégico cargo que posee en el FED."

"Greenspan también es un empleado, más técnico, y quizás de mayor jerarquía que el propio presidente de EE.UU. Pero no deja de ser un empleado, un empleado de un banco privado propiedad mayoritaria de tres bancos privados."

"La moneda de EE.UU., el dólar, no es la moneda emitida por un país, sino la moneda emitida por el sistema de la FED, y su salud depende en realidad de la salud de esos bancos privados. Es por ello que en el anverso de cualquier billete dólar se lee la expresión FEDERAL RESERVE NOTE, y no UNITED STATES TREASURY NOTE. Aunque no nos extenderemos, simplemente mencionaremos que los dos presidentes de EE.UU. que intentaron suplantar los Federal Reserve Notes por los US Treasury Notes murieron asesinados antes de concluir sus mandatos."

"¿Dónde está el poder entonces? Es fácil y correcto deducir que unos pocos clanes familiares dominan la estructura de los bienes considerados estratégicos para el dominio global: energía, banca, armas y laboratorios. Pero es ridículo pensar que a esta altura del siglo XXI una decena de personas pueda sentarse a una mesa a decidir qué hacer con el mundo sin más ni más. La realidad es más sutil, más perfecta, aunque no menos espantosa.", finaliza Graziano, para luego continuar tratando de descifrar quiénes detentan el verdadero poder en el mundo."

Vemos entonces la tesis central de Graziano, fundamentada en la obra de Sutton y otros autores: el FED no sería el Banco Central independiente ideal de la teoría económica, tampoco el que se ganó el respeto de mi ex-profesor Gustavo Reyes y de tantos economistas en el mundo, incluído quien escribe este artículo, sino que, si bien independiente de la secretaría del tesoro de EE.UU. y hasta del presidente de EE.UU., sería un banco privado. Es decir, EE.UU., tendría privatizado el manejo de su moneda, y peor aún, a través de un monopolio.

No voy a terminar con un CREER o REVENTAR porque no corresponde, más bien sería un INVESTIGAR MÁS o REVENTAR. Graziano y Sutton son sólo dos voces, muy respetables, pero sólo dos veces que opinan tan radicalmente sobre el tema. Creo que sería interesante que una comisión de académicos notables investigue estos temas, ¿será muy utópica mi propuesta?

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