blog de Sebastián Laza

Adam Smith

ADAM SMITH: EL PADRE DE LA ECONOMÍA POLÍTICA

Más allá de las críticas que han recibido sus postulados económicos, nadie puede discutir la enorme influencia de su obra dentro de la ciencia económica moderna.


Autor: Sebastián Laza

economista

seblaza@gmail.com

ww.conexionfinanciera.com.ar

Con Adam Smith nace el liberalismo económico. Influido intelectualmente entre otros por Quesnay y David Hume, Smith escribe uno de sus principales libros “Acerca de la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones”, considerado “la Biblia” de la Economía Política. Smith venía observando el gran incremento de la producción de bienes que vivía Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII, en plena revolución industrial. Su pregunta no difería mucho de la de fisiócratas y mercantilistas: ¿de dónde sale la riqueza de una nación? Dos conceptos aparecen como respuesta, a partir de los cuales se construye todo un programa político que ha tenido repercusiones hasta nuestros días:

• la división del trabajo como fuente de productividad y

• el papel del mercado

La productividad: Adam Smith sostiene que la productividad aumenta a medida que se incrementa la división del trabajo. La productividad, considerada como la capacidad de producir una cierta cantidad de bienes con un conjunto de recursos dados, será mayor si el trabajo se divide entre especialistas que cumplan funciones definidas. Si bien no lo vamos a reproducir aquí, es famoso el ejemplo de Smith sobre la fábrica de alfileres. A la división del trabajo, producida al interior de la fábrica, Smith la llama división técnica del trabajo. Si se demuestra que la división técnica del trabajo puede aumentar la productividad en un establecimiento, esto también puede ser cierto para una nación entera, razonaba Smith, denominándola división social del trabajo. Habría un ahorro de tiempo, y por ende más y mejores bienes. La riqueza de esa comunidad habrá sin duda aumentado con respecto a la de un hipotético mundo sin división del trabajo. También debemos recordar que Smith, en su faceta de filósofo y moralista, también observaba los efectos negativos de esta hiperespecialización en el trabajo que postulaba el Smith economista: él ya notaba y se lamentaba porque el operario se transformaba en el personaje de Charles Chaplin en “Tiempos Modernos”, un ser que realizaba durante muchas horas del día la misma monótona tarea, con la consiguiente pérdida de otras capacidades de la mente por desuso.


El mercado: en la visión de Smith, aquellos bienes provenientes de la división del trabajo se deben distribuir a través del intercambio del mercado. Existe una propensión natural a hacerlo, que proviene de las propiedades naturales del ser humano hacia “la razón y el habla”. Los seres humanos, que han producido y tienen en su poder los bienes en los que se especializaron, se los ceden a otros no por caridad, sino porque esperan obtener un beneficio. “No esperamos nuestra cena de la benevolencia del panadero o del carnicero, no apelamos a su misericordia, sino a su interés”. Y a través de este razonamiento Smith institucionaliza el ser humano maximizador que sería hasta nuestros días modelizado por la mayoría de los teóricos de la economía, el ser humano de la mano invisible –visión que según algunos economistas Nash habría destruido matemáticamente hace algunas décadas con su “Teoría de Juegos”-. Según Smith, cada uno trata de obtener para sí, egoístamente, el máximo beneficio de ese intercambio. Tratará para ello de producir los mejores bienes y de hacerlo lo más barato posible, para ganarle a sus competidores. Como todos los miembros de la comunidad harán lo mismo, el conjunto de bienes existentes aumentará el máximo del que es capaz. Así, sin que nadie lo decida centralmente, a partir de un sinnúmero de decisiones individuales, se obtendrá un máximo u óptimo social. Y todo gracias a “la mano invisible del mercado”. Cualquier intervención del Estado, por más bienintencionada que sea, sólo logra trabar el funcionamiento del mercado, disminuyendo el óptimo social, razonaba Smith, criticando directamente a los mercantilistas. Decía Smith que el gobierno sólo debe tener cuatro deberes:

• la defensa contra la agresión extranjera,

• la administración de justicia,

• el sostenimiento de obras e instituciones públicas que no son rentables para los particulares y

• la defensa de la propiedad privada.

También Smith diferenciaba entre valor de uso y valor de cambio de los bienes. El primero expresa la utilidad de un objeto para quien lo usa, el segundo expresa la capacidad para comprar otros productos. Por ejemplo el agua tiene mucho valor de uso y poco de cambio, mientras que los diamantes poco valor de uso y mucho de cambio, para ilustrar el razonamiento Smith. Finalmente Smith llega a la equivocada conclusión de que la medida real del valor de todas las mercancías es el trabajo, o sea el esfuerzo que requiere producir dicha mercancía y también el trabajo que se puede ahorrar al intercambiarla por otra mercancía. Por lo tanto el precio de toda mercancía se compone de salarios, beneficios y renta.

Escuelas económicas

Desde el mercantilismo y la fisiocracia hasta nuestros días.



Autor: Sebastián Laza *

economista

seblaza@gmail.com

www.conexionfinanciera.com.ar

La economía es la ciencia social que estudia la forma en que las sociedades asignan sus recursos escasos a la producción de los bienes y servicios que van a satisfacer sus necesidades (siempre crecientes).(ver: definición de economía) El estudio de la economía puede dividirse en dos grandes campos. La teoría de los precios, o microeconomía, que explica cómo la interacción de la oferta y la demanda en mercados con distintos niveles de competencia determinan los precios de cada bien, el nivel de salarios, el margen de beneficios y las variaciones de las rentas. La microeconomía parte del supuesto de comportamiento racional. Los ciudadanos gastarán su renta intentando obtener la máxima satisfacción posible o, como dicen los analistas económicos, tratarán de maximizar su utilidad. Por su parte, los empresarios intentarán obtener el máximo beneficio posible por sobre sus costos de producción.

El segundo campo, el de la macroeconomía, comprende los problemas relativos al nivel de empleo y al índice de ingresos o renta de un país. El estudio de la macroeconomía surgió con la publicación de La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936), del economista británico John Maynard Keynes. Sus conclusiones sobre las fases de expansión y depresión económica se centran en la demanda total, o agregada, de bienes y servicios por parte de consumidores, inversores y gobiernos. Según Keynes, una demanda agregada insuficiente generará desempleo; la solución estaría en incrementar la inversión de las empresas o del gasto público, aunque para ello sea necesario tener un déficit presupuestario.


Las cuestiones económicas han preocupado a muchos intelectuales a lo largo de los siglos. En la antigua Grecia, Aristóteles y Platón disertaron sobre los problemas relativos a la riqueza, la propiedad y el comercio. Durante la Edad Media predominaron las ideas de la Iglesia, se impuso el Derecho Canónico, que condenaba la usura (el cobro de intereses abusivos a cambio de efectivo) y consideraba que el comercio era una actividad inferior a la agricultura.

La economía, como ciencia moderna independiente de la filosofía y de la política, data de la publicación de la obra Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (más conocida por el título abreviado de La riqueza de las naciones, 1776), del filósofo y economista escocés Adam Smith. El mercantilismo y las especulaciones de los fisiócratas precedieron a la economía clásica de Smith y sus seguidores del siglo XIX.

* La sección "Clásicos y Neoclásicos ha sido confeccionada por Darío Blatman

¿Es la FED independiente?

Según algunos investigadores, el capital accionario del FED -Reserva Federal de EE.UU.- sería propiedad de algunos pocos bancos privados de ese país. ¿Y la independencia del FED?


Autor: Sebastián Laza - economista

En opinión de algunos investigadores, el FED no sería un Banco Central común y corriente. No sería como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No sería un banco central propiedad del Estado. Sería lisa y llanamente, un banco privado. Y se trataría de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Según dichos investigadores, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones -62%- eran propiedad de sólo tres bancos hacia 1994. ¿Qué bancos? El Chase Manhatan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas controlarían esos tres bancos: Rockefeller, Rotschild y Davison -Morgan-. Es más, según dichos investigadores, sería por ello que en el anverso de cualquier billete dólar se lee la expresión FEDERAL RESERVE NOTE, y no UNITED STATES TREASURY NOTE.

Recuerdo cuando aún era estudiante de la Licenciatura en Economía, en la materia Economía Monetaria teníamos un profesor brillante, Gustavo Reyes, uno de esos jóvenes economistas que tuvieron la posibilidad de posgraduarse en universidades del 1er mundo, en su caso Inglaterra, y volver a su país nutridos de modelos teóricos nuevitos, listos para estrenar en la lejana América del Sur, en su caso en Argentina, en la época donde Menem-Cavallo y sus políticas pro-mercado todavía hacían furor. Corría el año 1995.


De todas aquellas excelentes clases con Reyes, me quedó sobremanera grabada una de ellas: la clase sobre "Reglas versus Discrecionalidad en las Políticas Monetarias", donde aún recuerdo el ahínco que Reyes ponía cuando nos hablaba de la necesidad de que los Bancos Centrales fueran independientes de los Ministros de Economía de turno. Decía Reyes que esta condición era clave para un Banco Central, para ir logrando una buena reputación ante "los mercados", a los fines de lograr determinada credibilidad para que la política monetaria tuviera efectividad.

Por supuesto que la recomendación venía porque en aquella época -y aún hoy, año 2006- en Argentina el Banco Central era bastante influído por el Ministerio de Economía. El Mingo Cavallo tallaba pesadamente en la política monetaria que ejecutaba Roque Fernández, como hoy lo hacen Kirchner-Miceli con Martín Redrado. Y así en muchísimos países del mundo. Y Reyes nos insistía que para un país con la inflacionaria historia económica de Argentina eso no era bueno, remarcando que un buen ejemplo a seguir era el de EE.UU. con su Reserva Federal, donde su titular Alan Greenspan -aún hoy sigue en el cargo- era bastante independiente del presidente de EE.UU.

En síntesis, subyacente al pensamiento de Reyes y de muchos otros economistas, estaba la aún hoy arraigada idea de que el Tesoro de EE.UU. no mete mano en el manejo de la política monetaria de la economía norteamericana. Es decir, la cantidad de dinero circulante en dicha economía, su nivel de crédito, sus tasas de interés, su tipo de cambio, etc., todos serían instrumentos resorte de Greenspan y nadie más. Greenspan a la misma altura del presidente de EE.UU., el ideal, el paraíso para la política monetaria de un país.


Es más, la historia reciente avala esta idea generalizada, cómo habría de ser de independiente el Banco Central de EE.UU. que en los '90 el FED le habría hecho perder a Bush padre su reelección -ante Clinton- porque no sacó a tiempo a EE.UU. de una recesión, que hizo decaer la popularidad del presidente ante el electorado. Como en Argentina y muchos otros países el Bancos Central siempre juega a favor del presidente de turno, y en EE.UU. según éste y otros ejemplos no, la realidad norteamericana era "el dorado" a la vista de Reyes y de la mayoría de los economistas sensatos del mundo, cómo dudar de la independencia del FED. El mismo Bush padre reforzó esta idea de independencia cuando dijo, después de perder su reelección, en referencia a Greenspan: "I've appointed him and he disappointed me", como diciendo "yo te ayudé a que llegaras ahí y ahora me pagás con esto".

Y yo mismo como economista me formé con esa idea: la independencia del FED, el modelo a seguir. Es por eso que gran conmoción me causó hacia el año 2004 cuando, leyendo "Hitler ganó la guerra" del inefable Walter Graziano, inteligente y polémico economista argentino, ex-gurú de la city porteña, y para nada de izquierda, me entero de que el FED no sería como en Argentina y la mayoría de los países del mundo un Banco Central estatal, sino que sería una entidad privada, donde sólo tres grupos financieros tienen más del 60% de su capital accionario. O sea que, si es verdad lo que dice Graziano, el dólar norteamericano, no sería la moneda emitida por la Républica de EE.UU., sino básicamente por tres bancos privados, o sea por unos pocos clanes familiares, y peor aún, la política monetaria del FED, que impacta en la economía de todos los países emergentes como Argentina, sería manejada por dicho pequeño grupo chico de personas.

Me dije a mi mismo, ¿será ésto verdad o Graziano se habrá vuelto loco? Si ésto fuera verdad, se me estaría cayendo del pedestal la principal institución que rige la economía internacional. Habrá sabido de este "detalle", de esta presunta sospecha, el profesor Reyes. No creo, es más, no creo que lo sospechen ni siquiera la mayoría de los economistas norteamericanos. Ya que si ésto fuera verdad, de qué independencia del FED vamos a hablar, ya que no la influenciaría el Secretario del Tesoro de EE.UU., tampoco el presidente, pero significaría que la política monetaria de EE.UU. estaría privatizada. A propósito, si Menem hubiera tenido éxito en su proyecto dolarizador, bajo este punto de vista habríamos privatizado también la moneda Argentina.

¿Pero de dónde habrá sacado semejante teoría Graziano? Dejando de lado la posibilidad de que se haya vuelto loco, podemos decir que el ex-gurú estuvo más de 2 años investigando para dicho libro, junto a un equipo multidisciplinario de jóvenes profesionales que lo ayudaron, y que en estos temas ha sido influenciado, entre otros, por las obras de Anthony Sutton, recientemente fallecido economista y periodista norteamericano, que trabajó en grandes universidades americanas -Stanford por ejemplo- hasta que sus libros empezaron a incomodar al poder y perdió su trabajo. Pero más allá de su situación de desempleado, Sutton durante los '80 y '90 no dejó de investigar estos temas, pasando al mundo editorial underground. Durante esa época produjo una serie de libros antisistema muy interesantes, que narran quiénes y cómo manejarían el poder desde las sombras en los EE.UU., incluyendo el manejo del FED y Wall Street. Graziano ha chequeado la presunta seriedad de todo esta obra y se ha animado a analizarla, reproducirla y enriquecerla con otros autores también, por lo tanto debemos darle al asunto la seriedad que se merece.

Vamos a citar textualmente algunos de sus comentarios más polémicos, para que el lector reciba su mensaje sin distorsiones:

"El FED fue creado por ley del Congreso el 22 de diciembre de 1913. Los banqueros privados, en aquel momento, venían criticando en forma pública la ley que creaba un Banco Central en EE.UU. Sin embargo, en forma reservada, los principales banqueros norteamericanos se frotaban las manos ante esa ley que habían logrado sacar, entre gallos y mediasnoches, gracias al senador Aldrich, casado con una hija del magnate John D. Rockefeller I. Una gran cantidad de legisladores se encontraban ausentes al acercarse la Navidad y la votación parlamentaria fue manipulada."

"Se trató de un movimiento magistral a la medida de la elite que se originó en conversaciones reservadas entre los principales banqueros en 1910. Para poder crear el FED, la elite financiera y petrolera norteamericana tuvo que manipular las elecciones de 1912. El presidente Taft buscaba la reelección. Pero su partido, el Republicano, se había pronunciado públicamente contra la creación del FED. Así dadas las cosas, la elite decidió fracturar al Partido Republicano en dos. Por un lado, se presentaba Taft. Por el otro, Theodore Roosevelt, ex presidente de la República. La división abrió las puertas para que el manipulable Woodrow Wilson accediera al poder con mucho menos del 50% de los votos. La elite, con su presencia y la del senador Aldrich, se ganaría la seguridad de la aprobación de la creación de un Banco Central privado: el FED."

"No cabe dudas que el mejor negocio de la Tierra es emitir moneda. Desde hace siglos los principales banqueros saben muy bien que si la gente acepta como medio de pago un papel emitido por un banquero privado, con la promesa de redimirlo en oro o plata metálica, entonces tal banquero tendrá la potestad de decidir quiénes deben recibir crédito y cuánto, qué tasas de interés cobrarles, a quién no prestarle. Y todo mediante la creación de medios de pago."

"Si los banqueros privados observaban que la gente no requería que le redimieran en metálico los billetes puestos en circulación, sino que la población los acumulaba y efectuaba sus transacciones en papel moneda, entonces podían generar de la nada muchos más billetes y ponerlos en circulación. De esta manera, el total de papel moneda superaba con creces las reservas en metálico que los banqueros privados guardaban en sus cajas fuertes. En otras palabras, los banqueros privados tenían la potestad de crear dinero de la nada si la gente aceptaba sus billetes. Y fue lo que ocurrió."

"El origen de la propia banca debe buscarse a través de operaciones de este tipo. Los bancos de Inglaterra, Francia y Alemania no comenzaron -como usualmente se piensa- como bancos estatales ni como empresas de las respectivas coronas, sino como bancos privados, controlados en buena medida por la dinastía banquera europea que se había instalado en forma familiar en Inglaterra, Francia, Alemania, Austria e Italia: el clan Rotschild, junto con sus asociadas Khun, Loeb, Lehman, Warburg, etc."

"Que el negocio bancario estaba monopolizado en unos pocos clanes familiares se puede ver simplemente a través de una vieja anécdota: mientras Max Warburg dirigía el Banco Central alemán durante el gobierno del káiser Guillermo II, y se constituía en su banquero personal antes de la 1ra Guerra Mundial, su hermano, Paul Warburg, era directivo del FED. El tema alcanzó ribetes escandalosos en EE.UU. y obligó el rápido reemplazo de Paul Warburg."

"Otra anécdota: mientras la familia Rotschild era una de las principales accionistas tanto en forma directa como indirecta del propio Banco de Inglaterra, la rama francesa de dicho clan colocaba varios integrantes para dirigir nada menos que el Banco de Francia, el cual sólo fue estatizado luego de la 2da Guerra Mundial"

"El 1er Banco Central creado fue el Banco de Inglaterra. Ya antes de las guerras napoleónicas los Rotschild poseían un enorme poder financiero en toda Europa. Deseaban aumentarlo y así establecer las políticas financieras en los principales países europeos. Lo mismo pudieron hacer durante el transcurso del siglo XIX con los bancos centrales de Francia y Alemania. A menudo financiaron guerras entre los países, con la estrategia de prestarles a ambos bandos. De esta manera, cuando las guerras finalizaban, las naciones y las casas reales quedaban debilitadas, endeudadas y, por lo tanto, cada vez más dependientes de los banqueros."

"Fueron los Rotschild quienes decidieron ingresar a EE.UU. financiando a clanes familiares a los que observaban durante mucho tiempo antes de otorgarles fondos para sus emprendimientos, y que resultaban "amigos incondicionales": los Rockefeller, los Morgan, Carnegie, los Harriman, etc."

"Por lo tanto, no debe llamar la atención del lector que el FED no sea un Banco Central común y corriente. No es como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No es un banco central propiedad del Estado. Es lisa y llanamente, un banco privado. Y se trata de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Por ejemplo, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones -62%- eran propiedad de sólo tres bancos hacia 1994. ¿Qué bancos? El Chase Manhatan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas han controlado y controlan esos tres bancos: Rockefeller, Rotschild, Davison -Morgan-.

"Ese porcentaje habría continuado creciendo merced a las fusiones que se registraron en la última década. Tampoco debe llamar la atención, entonces, que el actual jefe del FED, Alan Grenspan, haya sido director corporativo de JP Morgan, de Morgan Guaranty Trust y de la petrolera Mobil -Standard Oil of New York- de los Rockefeller, antes de ocupar el actual estratégico cargo que posee en el FED."

"Greenspan también es un empleado, más técnico, y quizás de mayor jerarquía que el propio presidente de EE.UU. Pero no deja de ser un empleado, un empleado de un banco privado propiedad mayoritaria de tres bancos privados."

"La moneda de EE.UU., el dólar, no es la moneda emitida por un país, sino la moneda emitida por el sistema de la FED, y su salud depende en realidad de la salud de esos bancos privados. Es por ello que en el anverso de cualquier billete dólar se lee la expresión FEDERAL RESERVE NOTE, y no UNITED STATES TREASURY NOTE. Aunque no nos extenderemos, simplemente mencionaremos que los dos presidentes de EE.UU. que intentaron suplantar los Federal Reserve Notes por los US Treasury Notes murieron asesinados antes de concluir sus mandatos."

"¿Dónde está el poder entonces? Es fácil y correcto deducir que unos pocos clanes familiares dominan la estructura de los bienes considerados estratégicos para el dominio global: energía, banca, armas y laboratorios. Pero es ridículo pensar que a esta altura del siglo XXI una decena de personas pueda sentarse a una mesa a decidir qué hacer con el mundo sin más ni más. La realidad es más sutil, más perfecta, aunque no menos espantosa.", finaliza Graziano, para luego continuar tratando de descifrar quiénes detentan el verdadero poder en el mundo."

Vemos entonces la tesis central de Graziano, fundamentada en la obra de Sutton y otros autores: el FED no sería el Banco Central independiente ideal de la teoría económica, tampoco el que se ganó el respeto de mi ex-profesor Gustavo Reyes y de tantos economistas en el mundo, incluído quien escribe este artículo, sino que, si bien independiente de la secretaría del tesoro de EE.UU. y hasta del presidente de EE.UU., sería un banco privado. Es decir, EE.UU., tendría privatizado el manejo de su moneda, y peor aún, a través de un monopolio.

No voy a terminar con un CREER o REVENTAR porque no corresponde, más bien sería un INVESTIGAR MÁS o REVENTAR. Graziano y Sutton son sólo dos voces, muy respetables, pero sólo dos veces que opinan tan radicalmente sobre el tema. Creo que sería interesante que una comisión de académicos notables investigue estos temas, ¿será muy utópica mi propuesta?

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