Hipótesis de Investigación

La presente investigación se guío bajo las siguientes hipótesis:



  1. De acuerdo con la información teórico empírica disponible existen elementos de tipo conceptual y empírico para suponer, por una parte, una alta heterogeneidad laboral del sector informal con una mayor acentuación en 2003 que en 1994; y por la otra, un grado de asociación significativo y creciente entre el tipo de informalidad –subsistencia o empresarial- y las condiciones de vida de cada sujeto.
  2. El crecimiento de la heterogeneidad del sector informal ha sido analizado desde varias perspectivas. Pérez-Sainz (1998) argumenta que la informalidad ocupacional es un fenómeno no estacional que hoy por hoy manifiesta un comportamiento totalmente diferente al que se daba en la década de los ochenta. Para este autor,  hoy en día existen diversos tipos de “neoinformalidad” que difieren en sus características a los que había en épocas del modelo fordista. Por su parte, Portes y Haller (2004) indican que las actividades informales se ajustan a diferentes objetos productivos según el interés particular de cada individuo, por lo que la heterogeneidad del sector informal se iría modificando, o ampliando, de acuerdo al contexto socioeconómico en el que se desarrolla.

    Respecto a la segunda parte de la hipótesis de investigación, algunos estudios han encontrado asociaciones significativas entre el tipo de actividades que se realizan en el sector informal y las condiciones de vida de los sujetos que laboran allí. Tuirán (2004), por ejemplo,  indica que la pobreza moderada es más frecuente entre los individuos autoempleados que laboran en el sector informal, que en aquellos cuya posición es patrón o empleador. El mismo autor señala que en el 60 por ciento de los hogares clasificados como pobres extremos en el 2003 en México su jefe laboraba en el sector informal. De este porcentaje tan solo el 5 por ciento tenía un jefe de hogar que fuera patrón o empleador, otro 35 por ciento tenía un jefe asalariado sin seguridad social  y en el 20 por ciento  restante el  jefe de hogar era  trabajador por cuenta propia.



  3. La evolución del empleo en el sector informal en Ciudad de México refleja una acentuación de las actividades cuyo fin principal es la subsistencia propia de los individuos, frente a aquellas de tipo empresarial orientadas hacia la acumulación de capital, las cuales tenderían a bajar entre 1994 y 2003.
  4. Hernández – Licona (1999) observa que mientras los trabajadores asalariados sin seguridad social crecieron del 20 al 24 por ciento del total de la fuerza de trabajo entre 1988 y 1998, los trabajadores cuenta propia sin seguridad social ni personal a su cargo se mantuvieron alrededor del 14 por ciento, finalmente los trabajadores cuenta propia o patrones sin seguridad social pero con trabajadores familiares a su cargo no superaron el 4 por ciento del total de la fuerza de trabajo en el mismo periodo. Por su parte, Temkin y Zaremberg (2004), en su estudio de carácter cualitativo, indican que la razón mas importante para que los individuos se ocupen en actividades relacionadas con el sector informal es la supervivencia económica más que factores asociados a la autonomía laboral, la acumulación de capital o la flexibilidad de horario.



  5. Se espera un efecto diferencial por sexo y tipo de informalidad tendiente a acentuar más la participación de las mujeres en el tipo de informalidad de subsistencia, y menos en el empresarial frente a la participación de los hombres en los dos tipos de informalidad.

La inserción laboral  en el sector informal no se ha dado de manera homogénea entre hombres y mujeres. Pollack y Jusidman (1997) argumentan que mientras las mujeres tienden a concentrarse más en actividades de baja productividad y mayor flexibilidad laboral, los hombres  pueden acceder a un conjunto más amplio de posibilidades que les facilita una mejor inserción laboral, lo que los lleva a desempeñarse en actividades más productivas que les procuran una mejor retribución salarial.