Apertura Comercial
Concepto de Apertura Comercial
Se denomina apertura comercial a la capacidad de un país de transar bienes y servicios con el resto del mundo.
La apertura comercial depende mucho del nivel de las llamadas barreras arancelarias y para-arancelarias establecidas por el país. En la literatura económica podemos encontrar aquellos que sostienen que una economía más abierta crecerá más rápidamente, mientras otros defienden que medidas proteccionistas pueden contribuir con la buena performance económica de los países.
Entre los beneficios ligados a la apertura se cuentan el uso más eficiente de los recursos, la mayor competencia, el aumento del flujo de conocimiento y de la productividad (lo cual trae aparejado una tasa de acumulación de capital y progreso técnico más alta y el aumento de la variedad de bienes), la reducción de la búsqueda de renta, y la mejora de las instituciones y políticas gubernamentales. También una mayor apertura es una herramienta útil contra la inflación al estimular la inversión. Por lo tanto, un mayor grado de apertura aumenta la producción, el intercambio y las posibilidades de consumo, y permite alcanzar un mayor nivel de vida que de cualquier otra forma.
Así mismo, se puede observar que en la realidad no todos los países cuentan con los elementos necesarios para aprovechar al máximo los beneficios que la apertura comercial puede ofrecer. Hay ciertos patrones de desarrollo en el proceso de crecimiento que varían según el nivel de ingreso de las naciones.
Por el frente de la contrastación empírica surge un inconveniente ligado a que no existe una medida consensuada de apertura comercial y la forma de medir las barreras al comercio. A su vez, la apertura influye en el crecimiento económico a través de diferentes canales, que varían según el nivel de ingresos de los países. Entre los principales canales publicados en la literatura económica se encuentran el acceso a la tecnología, el costo de imitación, el tamaño de mercado, la competencia doméstica, las exportaciones, la inversión, la política gubernamental y la distorsión de los precios.
El Índice de Apertura Comercial
El índice de apertura comercial es una estimación de la apertura comercial de un país. La fórmula del índice de apertura comercial es:
Apertura Comercial = (X+M)/PBI
Donde:
X: Exportaciones
M: Importaciones
PBI: Producto Interno Bruto
A nivel mundial, la apertura comercial viene creciendo desde la revolución industrial. A nivel mundial, el índice de apertura comercial se encuentra cerca del 70%. Cerca de un cuarto de toda la producción mundial es exportada.
En muchos países, el índice de apertura comercial es mayor al 100%. Las economías pequeñas tienden a tener índices de apertura comercial mayores, porque no pueden producir todos los productos necesarios. Es natural que países grandes y diversificados, como Estados Unidos, tengan índices de apertura comercial menores. Esto no significa que estos países lleven a cabo políticas restrictivas del comercio internacional.
Por ejemplo, si analizamos los países con un mayor grado de apertura comercial, vemos que el ranking está liderado por países con economías pequeñas:
Teorías sobre Apertura Comercial
La noción de que el comercio entre países es beneficioso para las sociedades data desde tiempo atrás, sin embargo esta idea ha cambiado considerablemente. Se comenzará el análisis desde la época del mercantilismo, conformación del pensamiento económico de Europa de 1500 hasta 1750 cuyas inconsistencias fueron desnudadas por los economistas llamados clásicos como Adam Smith y David Ricardo. Y a continuación se señalan tanto las aportaciones al modelo ricardiano por parte de la escuela neo-clásica como así también las contribuciones heterodoxas.
Mercantilismo y Apertura Comercial
El enfoque de la riqueza nacional se reflejaba en la posesión de metales preciosos en la cual, bajo la premisa de la estática de los recursos naturales, se identificaba al escenario económico mundial como un “juego de suma cero” donde lo que unos ganan otros lo pierden, por lo que se consideraba crucial el fortalecimiento de los Estados-Nación y la toma de decisiones privada y sin control actuaba contra el objetivo primario de acumular metales. Por ello se hacía sumamente necesario mantener una balanza comercial favorable, es decir que las exportaciones tengan más peso que las importaciones en el intercambio. El consecuente aumento de la oferta monetaria, al considerar la economía en un nivel menor del pleno empleo, se creía aumentaba el empleo y la producción y no siempre la inflación. Una balanza comercial desfavorable tendría consecuencias opuestas no deseadas.
La Corriente Ortodoxa y La Apertura Comercial
Pensamiento Clásico
Hacia el siglo XVIII surgieron nuevas ideas que atacaban el pensamiento mercantilista, entre las cuales podemos destacar a David Hume que sostenía que la acumulación de metal contribuiría a aumentar la oferta monetaria, lo cual estimularía el nivel de los precios y los salarios y, por consiguiente, debilitaría la competitividad del país con superávit comercial; ocurriendo lo contrario en el país con déficit. Pues el comercio entre países sirve como mecanismo de ajuste automático para equilibrar la balanza comercial.
Luego Adam Smith escribió que la riqueza de una nación residía en la capacidad productiva de la misma y no en la posesión de metales preciosos; la mejora de dicha capacidad era propicia en un entorno donde los agentes privados pueden libremente perseguir su interés, el cual los llevaría a especializarse intercambiando bienes y servicios con base en sus propias habilidades. Por ello el papel apropiado del gobierno es velar por el libre funcionamiento del mercado en base al respeto por los derechos de propiedad (“la mano invisible”) y los países deberían especializarse y exportar aquellos bienes en los cuales tuvieran una ventaja absoluta, pues el comercio es un juego de suma positiva que repercute en mutuo beneficio.
Más tarde, David Ricardo retoca la teoría de Smith afirmando que las ganancias del comercio también pueden ser fruto de las ventajas comparativas. Parte, al igual que todos los clásicos, utilizando la teoría del valor-trabajo que considera que el valor de un bien está directamente relacionado con el nivel de trabajo que se ocupa en su proceso productivo. Con lo cual las mercancías que se exportan no necesariamente deben ser las de menor costo internacional de producción, sino aquellas que poseen un menor costo relativo en relación al de otros países. Para entender mejor la idea se propone el ejemplo llevado a cabo por Ricardo, donde se describe la producción de dos bienes (vino y tela) en Inglaterra y Portugal; los requerimientos de trabajo por unidad de producción se detallan en la tabla 1 y describen la tecnología utilizada en cada país. En este caso Portugal tiene la ventaja absoluta en la producción de ambos bienes, por lo que desde la base de Smith no habría lugar para el comercio, pero al ser Portugal relativamente más eficiente en la producción de vino que en la de tela, pues si observamos los precios de autarquía (sin comercio internacional) en Inglaterra una unidad de vino podría cambiarse por 1,2 unidades de tela mientras que en Portugal una unidad de vino se intercambiaría por solo 0,889 unidades de tela, Portugal resultará ganando si se especializa en la producción de vino y adquiere la tela comprando a Inglaterra a una razón de una unidad de vino por 1,2 de tela. Mientras tanto Inglaterra obtiene una ganancia si se especializa en la producción de tela vendiéndola a Portugal y obteniendo por cada unidad de tela 1,125 de vino, en lugar de obtener 0,833 domésticamente.
Precios relativos en autarquía | ||||
Vino | Tela | Vino/Tela | Tela/Vino | |
Portugal | 80 | 90 | 0.889 | 1.125 |
Inglaterra | 120 | 100 | 1.2 | 0.833 |
En 1848, John Stuart Mill agrega el análisis de la demanda recíproca en el modelo de Ricardo para mostrar cómo se determinan los términos de intercambio, concluyendo que al igualarse la oferta de una mercancía con la demanda de la misma, los términos de intercambio de equilibrio se ubicarían entre los precios relativos en condiciones de autarquía. Siguiendo el ejemplo anterior, si medimos los términos de intercambio de vino por tela, en equilibrio se ubicarían entre 0,889 y 1,2.
La Escuela Neoclásica y La Apertura Comercial
En el siglo XX se introdujeron algunas modificaciones más al modelo original de Ricardo, como la teoría del valor que considera no su utilización laboral sino la utilidad que el consumo de los mismos generan, bajo un marco de equilibrio general donde se interrelacionan todas las variables económicas, agregando el factor capital al análisis del proceso productivo conjuntamente con el supuesto de rendimientos marginales decrecientes. Quizá las aportaciones más importantes son debidas a las investigaciones de los economistas suecos Eli Filip Heckscher y Bertil Ohlin que explicaron las ventajas comparativas y la especialización en la producción a partir de las dotaciones o abundancia relativa de factores de los países. Estas diferencias originan diferentes precios relativos de factores, como el proceso productivo de cada bien es intensivo en uno de los factores, el comercio de bienes equivale al intercambio de factores productivos donde cada país compra en el extranjero su factor relativamente escaso y vende su factor relativamente abundante. A largo plazo los precios de factores se igualan internacionalmente y de la misma forma los precios de los bienes comerciados.
La Corriente Heterodoxa y la Apertura Comercial
Pensamiento Marxista
Para Marx la internacionalización de las relaciones económicas del capitalismo es fundamental para el desarrollo del mismo, el capital se fortalece con la conformación de un mercado mundial. Se muestra crítico con la idea de que el comercio beneficia a ambos países expresando la importancia de tener en cuenta los cambios cualitativos en la estructura económica y social que de él se derivan, distinguiendo entre países industriales y agrícolas, éstos obtienen resultados diversos de la apertura y en general el intercambio acentúa las asimetrías existentes.
La Hipótesis Centro-Periferia y la Apertura Comercial
Tomando la distinción hecha por Marx, Raúl Prebisch y Hans Wolfgang Singer criticaron la determinación clásica de los términos de intercambio y postularon que los precios de productos primarios caerían respecto a los industriales. Remarcaban que los países desarrollados, es decir el “centro”, mantienen el fruto de su progreso tecnológico y la “periferia”, o sea los países subdesarrollados, transfieren su mayor productividad por precios bajos; pues los primeros se especializan en bienes manufacturados y los segundos lo hacen en bienes primarios. La desigual evolución de los precios internacionales limita aún más las posibilidades de desarrollo de los países periféricos. El resultado es debido a la baja elasticidad de la demanda de productos primarios respecto de la renta. El progreso tecnológico de los países desarrollados ha permitido, además de crear bienes sustitutos de los insumos primarios, reducir el uso de los mismos en dichos procesos productivos.
Existen otras teorías estimuladas por las inconsistencias empíricas observadas en la corriente de pensamiento neo-clásica y la restricción de sus supuestos basada en el modelo de Hecscher-Ohlin, sin embargo éstas no alcanzan a concretar un cuerpo teórico de reconocimiento académico, sólo en las últimas tres décadas se ha avanzado en esta dirección con modelos más formales, los cuales se encuentran en franca evolución.
Referencias
Appleyard, D R; Field, A J (2003) “Economía Internacional.” 4º Edición. Mc Graw Hill. Madrid.
Feal Zubimendi, M S (2006) “Crecimiento Económico y apertura Comercial: Análisis de la influencia de los canales.” Anales de la Asociación Argentina de Economía Política.
López Martínez, Iván (2004) “Las relaciones comerciales entre España y Portugal en el contexto de la integración europea.” Edición digital a partir del texto original de la tesis doctoral. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=11392