Diccionario de Economía

Deficiones de los términos de economía.

Senoriaje

La emisión de dinero es una alternativa más de financiamiento que tiene el gobierno. Para pagar sus gastos, el Estado emite bonos, algunos son colocados en el público y el remanente es comprado por el banco central, con la contrapartida de emisión.



Si el Estado sólo puede financiarse mediante la emisión, la magnitud de la creación de dinero será igual al tamaño del déficit. En términos reales, tenemos.



Los ingresos obtenidos mediante la creación de dinero, , son lo que se denomina señoriaje. Para entender mejor cómo funciona la relación entre la emisión monetaria y el beneficio que puede extraer el Estado de dicho comportamiento, desplegaremos la fórmula de la siguiente manera:





La fórmula anterior indica que el señoriaje es igual al crecimiento del dinero (?M/M) multiplicado por los saldos reales (M/P). Dada una tasa de crecimiento de dinero, el señoriaje que pueda obtener el gobierno será mayor mientras mayores sean los saldos reales que mantiene el público.

Es muy importante tener en cuenta que esto no es una relación lineal, es decir, el gobierno no puede emitir sin límite para aumentar su señoriaje, ya que la emisión trae aparejado un aumento en los precios y la consiguiente disminución de los saldos monetarios reales.



El señoriaje también puede ser entendido como un impuesto inflación, donde el tipo impositivo es la tasa de inflación ?, que reduce el valor real de las tenencias de dinero. La base impositiva son los saldos reales, M/P. El impuesto inflación es el producto de la base por la tasa impositiva. El Estado no recibe el impuesto a la inflación sino el señoñriaje, es decir, el incremento en la base monetaria (?M/M) multiplicado por los saldos reales (M/P). Cuando el crecimiento del dinero se mantiene constante, la inflación debe terminar siendo igual al crecimiento del dinero, de esta forma tenemos que:



=

= señoriaje

El financiamiento del gobierno, consiste entonces en pagar sus gastos imprimiendo dinero. La medida del ingreso que obtiene mediante esta forma de financiamiento, se mide a través de los bienes y servicios reales que el gobierno puede comprar con el dinero que imprime en cada período. El incremento de la oferta de dinero en cada período es la causa de la inflación. Esto es, imprimir moneda es la forma precisa en que el gobierno recauda el impuesto inflación.

El impuesto inflación es un tipo especial de impuesto; por ejemplo, su recaudación no requiere ni aprobación legislativa ni la administración de una agencia recaudadora de impuestos. El impuesto se paga automáticamente a medida que las familias sufren la pérdida de valor de sus saldos de dinero en cada período cuando sube el nivel de precios.

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Curva de Phillips

Alrededor de los años 60, Phillips, Solow y Samuelson, estudiaron la relación entre el desempleo y la inflación. Para datos de Estados Unidos y el Reino Unido, encontraron una relación negativa entre el desempleo y la inflación. Dicha relación podría representarse por medio de:




Una reducción en el desempleo, sólo se puede conseguir a costa de un aumento en los salarios que se trasladará a un aumento en los precios. La ecuación anterior describe esta relación, dado los precios esperados (que son los del período anterior), una reducción en el desempleo implica un aumento en la tasa de inflación. El segundo término del lado derecho de la ecuación, intenta captar otros factores que para un nivel de inflación dado, afectan la determinación de la tasa de empleo. Dentro de este término se podría incluir, la influencia de los efectos del margen de precios que fijan las empresas, también se puede contener aquí el efecto de los factores que determinan los salarios. Así por ejemplo, manteniendo todo lo demás constante, un aumento en el margen que cargan los empresarios mayor será la inflación, lo mismo ocurre si los sindicatos tienen más poder para negociar un aumento en los salarios.



Durante la década de 1960 esta relación negativa entre el desempleo y la inflación, tuvo gran influencia sobre los lineamientos de política económica. La curva de Phillips indicaba que ya no se podrían alcanzar en forma conjunta el pleno empleo y una baja inflación, habría que aceptar en nivel de empleo que fuera congruente con un nivel de inflación aceptable.

Una década después, la relación que encerraba la curva de Phillips cambió debido a dos razones. Por una parte, las dos crisis del petróleo que sacudieron el mundo en los años setenta, trajeron aparejado un nuevo fenómeno que se conoció como estanflación, en el que se presentaban en forma conjunta altas tasas de desempleo con inflación. Por otra parte, se presentó un cambio en el proceso inflacionario, se volvió ascendente y persistente. Dicha alteración, tuvo como consecuencia un cambio en la forma en que, tanto trabajadores como empresarios, asimilaron las expectativas inflacionarias. Las expectativas racionales impactaron sobre la forma de hacer política económica, ya que si los agentes son capaces de comprender el efecto que tendrá una medida de política, adaptarán inmediatamente su comportamiento a esas previsiones y el crecimiento de la inflación será inmediato. De esta manera, las políticas expansivas no tendrán éxito ni siquiera a corto plazo.



Los monetaristas, incorporaron estos cambios al modelo de la curva de Phillips, proponiendo una curva de Phillips de largo plazo. Bajo esta visión, la relación desempleo- inflación no es un proceso invariable ya que los intentos del gobierno por aumentar el empleo sólo tienen efecto en el corto plazo y ocasionan desplazamientos hacia arriba de la curva de Phillips y el desempleo en el largo plazo se mantiene en su tasa natural.

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Inflación

Inflación es el crecimiento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios y factores productivos de una economía a lo largo del tiempo.

En la práctica, la evolución de la inflación se mide por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Para comprender el fenómeno de la inflación, se debe distinguir entre aumentos generalizados de precios, que se producen de una vez y para siempre, de aquellos aumentos de precios que son persistentes en el tiempo. Dentro de estos últimos también podemos hacer una distinción respecto al grado de aumento. Hay países donde la inflación se encuentra controlada por debajo del 10% anual, otros con inflaciones medias que no superan el 20% anual y países en los que el crecimiento sostenido de precios ha superado el 100% anual. Cuando la variación de los precios alcanza el 50% mensual se la denomina hiperinflación.


Causas de la inflación

La inflación, como fenómeno económico tiene causas y efectos. La definición de sus causas no es una cuestión sencilla debido a que aumento generalizado de los precios suele convertirse en un complejo mecanismo circular, del cuál no resulta sencillo determinar los factores que impulsan al incremento de los precios. Esta dificultad para determinar las causas de la inflación, ha sido el motor que impulsó a diversos teóricos a ensayar diferentes explicaciones sobre los procesos inflacionarios. Las teorías explicativas suelen agruparse en tres categorías. Por una parte, están las que consideran como explicación de la inflación un exceso de demanda agregada, o sea inflación de demanda. Por otra parte, se encuentran aquellos que apuntan a la oferta agregada como disparadora del proceso inflacionario, esto es lo que se denomina inflación de costos. Por último, existe un grupo de teóricos que entienden a la inflación como el resultado de rigideces sociales, esto es lo que se denomina inflación estructural.

Los Déficit Fiscales, su financiación a través de emisión y la inflación

El déficit fiscal es un posible disparador de un proceso inflacionario. Por una parte, suponiendo que partimos de una situación de equilibrio entre oferta agregada y demanda agregada, un incremento en el gasto del gobierno sin que sea acompañado por un incremento similar en los ingresos tributarios, generará tanto un exceso de demanda agregada, como un incremento en el déficit fiscal. Este hecho es el que señalan los keynesianos como disparador del proceso inflacionario.

Los monetaristas también suponen que es un exceso de demanda agregada lo que enciende el proceso inflacionario, pero difieren con los keynesianos respecto a la causa que genera ese exceso de demanda. Desde su concepción, es un incremento en la oferta monetaria, vía mayor disponibilidad de liquidez, lo que provoca el incremento de la demanda agregada. Por lo tanto, si el Estado, luego de haber agotado todas las fuentes de crédito privado, recurre a financiarse a través de incrementos en la emisión de moneda, generará un exceso de liquidez que se traducirá en exceso de demanda e incremento generalizado en los precios.

Cuando un gobierno acarrea una pesada deuda, cada le vez resultará más complicado conseguir financiamiento genuino. Cuando las fuentes de crédito se agotan y los déficits son persistentes, los gobiernos suelen recurrir a la impresión de moneda como último instrumento para financiar sus gastos. La emisión no genuina, es decir un incremento en la oferta de dinero no acompañado de un aumento en la demanda de moneda, genera un incremento en los precios.

La financiación de un déficit mediante emisión, tiene efectos diferentes según se trate de un régimen de tipo de cambio fijo o flexible. Como se verá, a los países que tengan déficit presupuestario crónico y de alta magnitud, les resultará complicado en extremo mantener un tipo de cambio fijo y tendrán que optar por pasar a tipo de cambio flotante o, al menos, hacer frecuentes ajustes de la paridad monetaria.


Déficits fiscales con tipo de cambio fijo

Cuando una economía que opera bajo un sistema de tipo de cambio fijo ha agotado sus fuentes de financiamiento provenientes de préstamos directos del público, interno y externo, la única herramienta que le queda para financiar el exceso de gastos sobre los ingresos es tomar préstamos del banco central.

Cada vez que el gobierno intente financiarse a través de préstamos del banco central, incrementará la base monetaria, pero dado que los saldos monetarios que se demandan permanecen constantes se generará un exceso de oferta de dinero. Las familias convertirán los saldos monetarios excedentes en activos externos, presionando hacia la devaluación del tipo de cambio. Como el banco central está comprometido a mantener el valor de la moneda doméstica a un nivel dado, deberá cambiar el exceso de moneda nacional por divisas. Este proceso continuará hasta que la oferta de dinero retorne a su nivel inicial e iguale a la demanda por saldos monetarios que se mantuvo constante durante todo el proceso.

Mientras el banco central disponga de divisas para sostener el tipo de cambio, la inflación se mantendrá bajo control dado que los precios internacionales no varían y se supone el cumplimiento de la ley de un solo precio. De esta forma, el gobierno podrá mantener el nivel de precios financiando sus gastos a través de la emisión. Pero esto es una solución que no puede sostenerse por mucho tiempo, ya que si el gobierno insiste con financiar sus déficits mediante la creación de dinero, sólo conseguirá agotar las reservas del banco central. Cuando los residentes del país advierten que el banco central no podrá mantener el valor de la moneda, cambian con mayor velocidad sus activos domésticos por activos externos, para protegerse de la eventual pérdida de valor que sufrirán ante la futura devaluación. Finalmente, cuando las reservas del banco central han llegado a su límite, no hay más opción que dejar que la moneda nacional se deprecie. El proceso finalizará con el abandono del sistema de tipo de cambio fijo, ya sea devaluando y fijando un nuevo valor más alto del tipo de cambio o permitiendo que la moneda nacional fluctúe libremente. Al colapso de un sistema de tipo de cambio fijo cuando se agotan las reservas del banco central se le llama crisis de balanza de pagos.

Déficits fiscales con tipo de cambio flotante

Cuando una economía se maneja bajo un sistema de tipo de cambio flotante ante un eventual incremento en la oferta monetaria el banco central ya no debe salir a defender el valor de la moneda ofreciendo divisas. Si la emisión se concreta, el valor de la moneda foránea aumentará. Dado que existe una relación entre los precios domésticos y externos, formalizada en la ley de un solo precio o paridad del poder de compra, la tasa de inflación será igual a la tasa de devaluación. En un sistema como este, hay una relación directa entre la magnitud del déficit que se pretende financiar y la tasa de inflación. El financiamiento del déficit proviene efectivamente del impuesto inflación.

Efectos de la inflación sobre la economía de un país

Los efectos de la inflación dependen en cierta medida según ésta pueda ser prevista o sea sorpresiva. Cualquiera sea la forma que tome la inflación, acarrea costos y mientras mayor sea la tasa de variación de los precios mayores serán los costos.


Existen costos de mantener dinero en efectivo, por lo que los agentes económicos dedican más tiempo a analizar qué harán con sus saldos monetarios. El proceso inflacionario implica, para los comerciantes, costos reales para actualizar los precios. El incremento continuo del nivel general de precios tiene efectos redistributivos a favor de los deudores, en la puja distributiva los asalariados y todos aquellos que dependan de ingresos nominales fijos verán disminuir sus ingresos reales. Por último, según ha sido estudiado por Olivera-Tanzi, la inflación también ocasiona costos para el fisco debido al retardo que existe entre el momento en que se realizan los gastos y el cobro de los impuestos.

Existen dos tipos de inflación; por un lado tenemos aquella que se conoce con anticipación y se incorpora a las expectativas de los agentes económicos; por otra parte, la inflación puede ser no anticipada por los agentes económcios, que es la que se presenta antes de que los individuos hayan ajustado sus expectativas.

Inflación Anticipada

- Los agentes tratarán de minimizar dicha pérdida reduciendo sus saldos medios de dinero.

- Se asignará mayor parte de la riqueza al consumo de bienes durables, como medio de protección contra el impuesto inflacionario.

- El proceso de actualización de los precios nominales implica costos reales asociados a las erogaciones que deben realizar los comerciantes en el proceso de demarcación.

- La inflación puede generar distorsiones en la presión tributaria. Por ejemplo, suponiendo que los tramos de impuesto a los ingresos se fijan en términos nominales, con el paso del tiempo los ingresos nominales se incrementarán, y la gente se desplazará a tramos tributarios más altos, incrementándose así su tasa tributaria marginal. De esta forma, una persona cuyo ingreso real antes de impuestos es constante sufrirá un incremento gradual en sus obligaciones tributarias y la pérdida consiguiente de ingreso disponible, debido simplemente a la inflación. Mientras mayor sea la variación en los precios, mayores serán los costos implicados.

- La inflación también implica costos para el Estado, ya que socava el valor de los tributos que recauda. Esto se debe a que existe un lapso de tiempo entre el momento en que se produce el gasto del Estado y el momento en que se recaudan los impuestos para cubrir dichas erogaciones. En muchos países, durante este tiempo de rezago, no existe ningún mecanismo para mantener el valor real de la obligación tributaria. Este fenómeno se conoce como el efecto Oliver-Tanzi, que puede llevar a un círculo vicioso. Un incremento del déficit fiscal se traduce en un aumento en la inflación, que a su vez, reduce los ingresos tributarios; menores ingresos tributarios, por su parte, incrementan aún más el déficit fiscal, y así sucesivamente

Inflación no anticipada

Los principales efectos de la inflación no anticipada son redistributivos. Las sorpresas en las tasas de inflación conducen a desplazamientos del ingreso y la riqueza entre diferentes grupos de la población. Durante un proceso inflacionario, los deudores se verán beneficiados a costa de los acreedores, ya que la inflación socava las tasas reales de interés. Dependiendo del grado de aumento en los precios las tasas reales de interés pueden volverse negativas, lo que termina favoreciendo claramente a los sujetos que tomaron préstamos.

En general, todos los poseedores de activos financieros que tengan una tasa de rendimiento nominal fija, sufrirán una pérdida ante aumentos en la tasa de inflación. Para evitar el desgaste que sufren estos activos frente al aumento en los precios, se han desarrollado instrumentos indexados, que se comprometen a pagar una tasa de interés real o, dicho de otra manera, ajustan la tasa de interés nominal que pagan por un índice que evita la pérdida de valor provocada por el aumento en los precios.

Los efectos redistributivos de la inflación inesperada también se manifiestan dentro del sector familias. Los propietarios de viviendas hipotecadas resultarán beneficiados al ver que la cuota de su hipoteca disminuye en términos reales. Por otra parte las personas mayores, mantienen más saldos nominales que las más jóvenes, por este motivo un proceso inflacionario redistribuye ingresos a favor de los individuos de menor edad.

También se ven sujetos a una puja redistributiva los sectores asalariados. El aumento en los precios socava el salario real de los trabajadores contratados. Aun cuando los contratos laborales incluyan cláusulas de ajuste, la efectividad de estás para evitar la pérdida de los ingresos de los trabajadores, se ve reducida ya que los contratos se revisan esporádicamente mientras que el aumento en los precios es un proceso continuo, de esta forma los ajustes en los contratos sólo logran mejorar por cierto tiempo el salario real, a medida que la inflación sigue su curso ascendente, los salarios reales vuelven a caer. De esta forma, el proceso inflacionario no solo disminuye el salario real sino que también afecta su variabilidad.

Tipo de Cambio - SAT

El tipo de cambio es el precio de una divisa respecto a otra. Usualmente es la cantidad de moneda nacional que debe ser entregada a cambio de una unidad de moneda extranjera. Por ejemplo, si el tipo de cambio del dólar vendedor en Argenina es de 2,91 (ejemplo), esto significa que si queremos comprar dólares, debemos entregar 2,91 pesos argentinos por cada unidad de dólar.


El tipo de cambio comprador es el precio al cual las casas de cambio compran la moneda. El tipo de cambio vendedor es el precio al cual las casas de cambio venden la moneda. Por ejemplo, el 2 de febrero de 2005 el tipo de cambio libre del dólar respecto al peso argentino en Argentina era 2,91 comprador y 2,94 vendedor. Es decir, si íbamos a vender dólares a una casa de cambio, nos pagaban 2,91 por cada dólar, pero si íbamos a comprar dólares, cada dólar nos costaba 2,94. Esta diferencia se denomina "spread", y con esta diferencia las casas de cambio obtienen una rentabilidad realizando operaciones de compra y venta de divisas.

El tipo de cambio puede variar según la plaza en donde se realice la operación, por ejemplo, el 2 de febrero de 2005 el tipo de cambio dólar vendedor era de 2,94 en Buenos Aires, pero en Córdoba era 2,95. El comprador era similar en ambas plazas. Es decir que el spread era más alto en Córdoba que en Buenos Aires. Es de esperar que estas diferencias sean mínimas debido al fenómeno de arbitraje de divisas.

Además, las personas o instituciones que realizan operaciones con divisas de gran magnitud tienen usualmente acceso a otro tipo de cambio, es decir, otros precios de las divisas, debido a que dada la gran magnitud de las operaciones que realizan, pueden operar con instituciones financieras que les ofrecen otros tipos de cambio.


Tipo de Cambio

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Tipo de Cambio Sat

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