Biografías de Economistas

Hurwicz

Leonid Hurwics es un economista ruso/estadounidense cuyos estudios se enmarcan dentro del área de métodos cuantitativos de la Teoría de Juegos. Obtuvo el Premio Nobel de Economía compartido en 2007.


Leonid Huwicz nació en Moscú, Rusia, en el año 1917. Proveniente de una familia de judíos polacos. Su familia volvió a Varsovia en 1917. Se graduó en la Universidad de Varsovia en 1938, con 21 años. Entre 1935 y 1938 Hurwicz estudió en el Instituto de Física experimental, mientras que al mismo tiempo estudiaba piano en el conservatorio de Música de Warschau. En 1938/39 realizó estudios en la Londos School of Economics y en Genf en 1939/40. En 1940 Hurwicz se desplazó a los Estados Unidos, obteniendo luego su ciudadanía estadounidense.

En el año 2007 obtuvo el Premio Nobel de Economía, compartido con Maskin y Myerson por "haber sentado las bases de la Teoría del Diseño de Mecanismos".

La Teoría del Diseño de Mecanismos es una parte de la Teoría de Juegos, que estudia como diseñar reglas de juego que incentiven a los jugadores a tomar decisiones que lleven a obtener un resultado específico, buscado por el diseñador del juego. Es decir que estudia las estrategias que se establecen al realizar los contratos, de modo que los mecanismos que podrían llevar a un resultado Pareto óptimo pueden ser manipulados por los jugadores.


Anteriormente realizó aportes en las áreas de Estadística, Econometría y Teoría de la Optimización. Realizó un importante trabajo sobre la estabilidad del mercado de competencia con Arrow y Brock. También realizó importantes investigaciones en la Teoría de la Firma, de la Teoría de las Organizaciones y la Teoría de las Decisiones. Los estudiantes de Administración de Empresas y Economía suelen ver como parte de su carrera el Criterio de Hurwicz.

Criterio de Hurwicz

Es criterio de Hurwicz es un criterio intermedio entre el criterio de Wald y el criterio de maximax, y considera que el desisor ordena las alternatias de acuerdo con una media ponderada de los niveles de seguridad y optimismo

Strauss-Kahn

Donminique Strauss-Kahn fue ministro de economía de Francia entre 1997 y 1999 y es miembro del Partido Socialista francés. En el año 2007 se postuló como candidato a presidente en las elecciones internas de su partido pero fue derrotado. En Septiembre de 2007, Strauss-Kahn fue elegido director gerente del Fondo Monetario Internacional.


Considerado un socialista que no rechaza las bondades de la economía de mercado, a Strauss-Kahn se le atribuye haber preparado a Francia para la adopción del euro a través del control del déficit fiscal mediante la aplicación de medidas de austeridad. Impulsó la privatización de grandes empresas francesas. Como economista es considerado un experto y como político goza de cierta popularidad. Aboga por un “socialismo renovado” y es considerado perteneciente a una nueva clase de políticos socialistas.

Strauss-Kahn nació el 25 de Abril de 1949 en la ciudad de Neuilly-sus-SeineFué. Proviene de una familia de origen judío. Pasó parte de su infancia en Marruecos, pero en el año 1960 se mudaron a Mónaco, para luego regresar a Francia

Estudió economía y ciencias políticas en la Escuela de Ciencias Políticas en París, y negocios en la Escuela de Estudios Superiores de Comercio, también en París. Obtuve un título en Leyes Públicas y un doctorado en Economía. Enseñó en la Universida de Nancy-II entre los años 1977 y 1980, en la Universidad de Nanterre y en la Escuela Nacional de Administración. Trabajó en el Centro de Investigaciones sobre el Ahorro (Centre de recherche sur l'épargne).


Strauss-Kahn fue Ministro de Industria y Comercio Exterior entre 1991 y 1993. Luego de la derrota electoral de su partido en el año 1993, Strauss-Kahn fue presidente del “Grupo de Expertos del Partido Socialista”. También el mismo año creó la empresa “DSK Consultants”, donde trabajó como abogado de negocios. (nota: DSK se refiere a Dominique Strauss-Kahn). Actualmente, enseña micro y macroeconomía en el IEP de París.

En 1994, Strauss-Kahn se unió al Cercle de L'Industrie, asociación de las empresas francesas más importantes.

En 1995 Strauss-Kahn se casó con la periodista Anne Sinclair, que conducía un programa de entrevistas a figuras políticas. Este casamiento fue un punto a favor de Strauss-Kahn, ya que le dió una enorme fuerza mediática. En el mismo año fue electo intendente de Sarcelles. Cuando en 1997 fue nombrado ministro de economía, su esposa dejó el programa para evitar dobles objetivos, y Strauss-Kahn cedió su puesto como alcalde.


En 1997 el socialista Jospin lo designó ministro de Economía de Francia. Favorecido por los buenos resultados en materia económica durante su gestión, Strauss-Kahn se transformó en un “hombre fuerte” del gobierno, aunque luego Strauss-Kahn sería procesado por presuntamente haber obligado a la petrolera Elf, a pagar el sueldo de su secretaria y por presuntamente falsificar documentos para justificar el cobro de un trabajo realizado para la MNEF (Mutual Nacional de Estudiantes de Francia). Estos juicios le obligaron a dimitir temporalmente de su cargo. De ambos casos fue sobreseído y retornó a la carrera política sin sufrir muchos daños colaterales.

Strauss-Kahn se opuso a la implementación de la jornada de 35 horas y apoyó la privatización de empresas como France Telecom y Air France. Hizo campaña por el “si” a la nueva Constitución europea. Strauss-Kahn pertenece a una nueva clase de socialistas franceses, alejados de conceptos como “lucha de clases” a los que consideran desactualizados. Considera a los empresarios innovadores como autores del progreso social y no como “enemigos de clase”.

En el año 2007 se postuló como candidato a presidente en las elecciones internas de su partido, pero fue derrotado por Ségolène Royal.

Luego, en Septiebre de 2007, Strauss-Kahn fue elegido como director gerente del Fondo Monetario Internacional, con el apoyo de la Unión Europea, Estados Unidos y la mayor parte de los países emergentes. Strauss-Kahn asumió en uno de los peores momentos del FMI, debido a su gran desprestigio como institución capaz de brindar ayuda a los países emergentes en momentos de crisis, criticada por sus contraproducentes planes de ajuste y estabilización en países emergentes de América Latina, África y Asia.

Teniendo en cuenta su ideología y sus historial en el gobierno francés, Strauss-Kahn no representaría una figura revolucionaria para el FMI, pero se distancia de visiones mas “ortodoxas” como las de Koelher, Krueger y Rato, quienes eras expresiones típicas del establishment neoliberal.

Strauss-Kahn tiene un blog propio en internet. Su dirección es http://www.blogdsk.net/

Thomas Hobbes

Thomas Hobbes (1588-1679)


Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Malmesbury, en Wiltshire, en Inglaterra. Su padre era vicario de Charlton y Westport, localidades cercanas a Malmesbury, pero una disputa mantenida a la puerta de la iglesia con otro vicario, provocó su traslado a Londres. Como consecuencia de ello, a los siete años de edad, Thomas Hobbes, quedó bajo la tutela de su tío Francis, hermano mayor de su padre, que se dedicaba al comercio y no tenía más familia.

Hobbes realizará sus primeros estudios en Malmesbury y posteriormente en Westport, en la escuela privada de Robert Latimer, en donde mostró sus dotes intelectuales en los estudios clásicos. A los catorce años, en 1603, financiados sus estudios por su tío Francis, ingresa en Magdalen Hall, Oxford, donde predominaba entonces la filosofía escolástica de inspiración aristotélica, por la que no mostrará ningún entusiasmo.

En 1608 obtuvo el título de Bachiller, siendo nombrado tutor, a instancias del Director de Magdalen Hall, de William Cavendish, con quien mantuvo en los dos años siguientes una relación de camaradería. En 1610 emprendió un viaje por Europa, acompañando a William Cavendish por Francia, Italia y Alemania, pudiendo observar de primera mano el poco aprecio del que la escolástica gozaba en esas fechas, ya en clara decadencia, y los numerosos intentos por abrir otras puertas al desarrollo del conocimiento, por lo que decide, a su regreso a Inglaterra, profundizar el estudio de los clásicos. También pasa de ser tutor de William Cavendish a ser su secretario y, disponiendo además de algunos ahorros, decide dedicarse lo más intensamente posible a sus estudios. De esta época son, además, sus relaciones con Francis Bacon, que le refuerzan en la línea de su propio pensamiento, muy alejado del aristotelismo y de la escolástica.

En 1628 muere William Cavendish, por lo que Hobbes deja de prestar sus servicios a la familia Cavendish, no siendo ya requerido para ello, pasando a ser tutor del hijo de Sir Gervase Clinton de Nottinghamshire, hasta 1631. En 1629 publicará su traducción de Tucídides, en la que había estado trabajando los últimos años, y con la que Hobbes parece querer transmitir una advertencia a los ingleses sobre los peligros de la democracia.


De 1629 a 1631 emprenderá un nuevo viaje a la Europa continental, como tutor del hijo de Sir Gervase Clinton, en el que descubrirá el valor de la geometría y la posibilidad de aplicar su método a la defensa de sus ideas sociales y políticas.

En 1631 de nuevo la familia Cavendish requiere sus servicios como tutor del tercer Duque de Devonshire, cargo que desempeñará hasta 1642. En ese período realiza un nuevo viaje al continente, permaneciendo allí de 1634 a 1637, entrando en contacto con el círculo intelectual del padre Mersenne, mentor de Descartes y Gassendi, con quien establecerá una cordial amistad, y entre los que se encontraba Roberval, reputado matemático del círculo. En general, Hobbes se muestra partidario de las explicaciones mecanicistas del universo, frente a las teleológicas, defendidas por los aristotélicos y la escolástica. También tiene ocasión de conocer a Galileo, durante un viaje por Italia en 1636, bajo cuya influencia desarrolla su filosofía social, basada en los principios de la geometría y de la ciencia natural.

En 1640, a raíz de la guerra civil que estalló en Inglaterra, tras un período de tensiones entre el rey y el parlamento, Hobbes, temiendo por su vida, al ser un conocido defensor de la monarquía, viaja de nuevo a París, donde vuelve a ser bien recibido por el círculo de Mersenne. De esta época son sus objeciones a las "Meditaciones metafísicas" de Descartes, a solicitud de este, y publicadas también en su obra De Cive en 1642, de la que editará una nueva versión en 1647.


En 1646, todavía en París, será tutor de matemáticas, durante los siguientes dos años, hasta 1648, del Príncipe de Gales, futuro Carlos II, que se había exiliado también en París. Allí permanecerá Hobbes hasta 1651, en que regresará a Inglaterra. De este año, también, es su publicación del Leviatán, lo que provocará el inicio de sus disputas con John Bramall, obispo de Derry, al que se dirigen varias de su publicaciones de los años siguientes.

La publicación del De Corpore en 1665 dará lugar a una polémica con destacados miembros de la Royal Society, en la que se criticarán sus aportaciones en matemáticas así como las posiciones defendidas por Hobbes en el tema de la religión, al entender que defendían el ateísmo.

En 1668 intenta publicar una historia de los años 1640-1660, titulada Behemoth, pero se le prohibe su publicación. En 1672 termina su autobiografía, que trasladará posteriormente a verso, en latín. Tres años después publicará su traducción de la Iliada y de la Odisea. Muere el 4 de diciembre de 1679, en Hardwick may, a la edad de 91 años.

Dedicado para Evelyn Carlott

William Anglas

williamanglas@yahoo.it

Biografía de Milton Friedman

Ayer murió el célebre economista, Milton Friedman, estadounidense nacido en 1912, profesor que fue de la Universidad de Chicago y figura principal de la Escuela que lleva ese mismo nombre; generadora de largas promociones de los que en la jerga económica internacional se han denominado alguna vez, «Chicago boys», habiendo conseguido el Premio Nobel de Economía en 1976.


En la Windy City, Friedman trabó amistad con Friedrich von Hayek y, a finales del decenio de 1950 ambos consiguieron que se empezase a hablar de la citada Escuela de Chicago, como un foco de oposición al keynesianismo. En ese sentido, su libro Capitalismo y libertad (1962) fue una especie de biblia del neoliberalismo emergente. Luego, nuestro hombre se hizo notar ante la opinión pública por sus críticas a los controles de salarios y precios que Nixon estableció en el verano de 1971; para proteger al dólar, a pesar de lo cual éste fue declarado inconvertible en oro, debiendo ser devaluado por dos veces, para romper así el sistema monetario internacional vigente desde la década de 1940 al llegarse a los cambios flotantes.

Entre mediados del decenio de 1970 y finales del de 1980, las teorías de Friedman fueron muy bien acogidas por el presidente Ronald Reagan y la primera ministra británica Margaret Thatcher, quienes contaron con su asesoramiento continuo. Y con la serie de televisión Libertad de elegir, basada en el libro del mismo nombre (1980), los Friedman (ella, Rose) llegaron al gran público.

El mensaje de Friedman ha sido bien sencillo: el siglo xx fue el más próspero de la historia económica por la existencia de mercados abiertos y un gasto público contenido que no superaba el 10 por 100 del PIB. Y todo eso fue acabándose con el igualitarismo del siglo XX, asertos excesivamente contundentes salvo para los friedmadictos. Y en cuanto a las empresas, Friedman creía que su único objetivo era obtener beneficios y que sería impropio exigirles responsabilidades sociales, pues en esa dirección se caería en el «taxation without representation»; un lema que con un “no” delante dio origen a la revolución norteamericana en 1776.


Personalmente, me gustaría llamar la atención sobre tres puntos relacionados con Friedman que considero de interés. El primero, la NAIRU (non accelerating inflation rate of unemployment), traducida generalmente al español como tasa natural de desempleo. Esto es, aquel nivel de desocupación del que no puede bajarse, para así evitar que se acelere la inflación. Un concepto muy debatido y que cada vez se muestra más deslizante. La segunda cuestión figura en otro libro de Rose y Milton titulado La tiranía del status quo, donde los Friedman se declaran partidarios de la despenalización de las drogas, con ciertos controles, para acabar con el fraude mortífero, los altos precios que conducen a toda suerte de delincuencias, y la corrupción entre policías y políticos. Y en el tercer punto, dicho con todo el respeto a un maestro, se esté o no de acuerdo con él, Don Milton se columpió. Al pronosticar, primero, que el euro nunca llegaría a existir, y después que la Unión Monetaria ya conseguida duraría pocos años. En cualquier caso, un hombre tan trabajador e incisivo, aunque demasiado frío en las consecuencias sociales de sus prédicas, ya se merecía un buen descanso. Que lo tenga.

Licencia de este artículo: http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/

(algunos derechos reservados)

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/

Harsanyi



El Legado del Profesor Harsanyi

Premio Nobel de Economía 1994 con John Nash

Jaime Barcón

Universidad Central de Venezuela, Caracas

barcon@cantv.net



La Economía Política de la Modernidad comienza cuando Adam Smith se pregunta por qué los diamantes son tan caros, siendo tan poco útiles, mientras que el agua, tan útil, es tan barata. Esto le llevó a distinguir entre el "valor de uso" y el "valor de cambio". Cuando hay mercado, es decir suficiente oferta y demanda, el valor de cambio se puede medir pues no es más que el precio. Pero el valor de uso se resiste a ser medido, entre otras cosas porque varía de persona a persona. Naturalmente que el poder "medir", es decir, asignar números que vayan mas allá de identificar o asignar un orden a elementos de un conjunto, es fundamental en cualquier rama del conocimiento. Y siendo el valor de uso el que determina la medida en que las necesidades humanas son satisfechas, el no poder medirlo, constituye el gran obstáculo para la instrumentación de cualquier programa que aspire a repartir bienes y servicios de utilidad de acuerdo a las necesidades, en forma eficiente y equitativa.

Lo curioso del caso es que John von Neumann, insigne matemático del siglo XX, para desarrollar su Teoría de Juegos, Princeton University Press, 1944, encontró casi sin proponérselo, la solución al problema de medir, o cuantificar, el valor de uso, al desarrollar lo que llamó los Axiomas del Comportamiento Racional, que constituyen la base de la Teoría de la Utilidad. Tan poca importancia le dio, que los relegó a un apéndice. Y todavía más curioso, que Oskar Morgenstern, coautor del libro, y que era economista, tampoco se dio cuenta de la relevancia del hallazgo. Naturalmente que los juegos que tenían en mente los autores eran Juegos de Guerra, pues estaban en plena Segunda Guerra Mundial, lo que les impidió anticipar la importancia de su hallazgo para efectos de la asignación equitativa de bienes, servicios y contribuciones entre los miembros de una sociedad, lo que también tiene características que pueden asociarse a un juego matemático, pero de Paz.


Es John Harsanyi, con su artículo "Cardinal Utility in Welfare Economics", Journal of Political Economy, 1953, el que se da cuenta de la importancia del hallazgo y sus implicaciones para la Economía del Bienestar. Para apreciar debidamente el aporte de Harsanyi hay que recordar las herramientas con que se contaba antes de esa fecha. Sólo se disponía de la llamada Utilidad Ordinal que proporcionaba un instrumento muy pobre si se quería evaluar la bondad de alternativas en materia de Administración Pública. En efecto, a todo lo que se podía llegar era a considerar mejor una política que favoreciese a algún, o algunos, miembros del colectivo sin perjudicar a nadie, lo que se denomina un Pareto Óptimo. Pero el alcance de este criterio es muy limitado, puesto que en general en toda decisión de orden público, lo que favorece a algunos, perjudica a otros, y de lo que se trata, es que los beneficios sociales sean mayores que los posibles perjuicios, para cuya evaluación es imprescindible el manejo de utilidades cardinales, tal como propone Harsanyi.

Para ilustrar lo anterior consideremos el problema de determinar el desempeño de una Economía. El procedimiento usual consiste en calcular el Producto Nacional Bruto (PNB), medido en unidades monetarias, sean estas Bolívares, Euros, Dólares, etc, o sea precios, que miden valores de cambio. Muchos economistas asumen que cuanto mayor sea el PNB, mayor será el bienestar social, lo cual no es necesariamente cierto, puesto que la medida del bienestar, es decir, la medida en que nuestras necesidades --"provenientes de nuestro estómago o de nuestra fantasía"-- son satisfechas, tiene que medirse en valores de uso, mediante la utilidad cardinal. O dicho de otra manera, el bienestar social no depende sólo del producto social; depende también de cómo se reparte ese producto.

Pongamos un ejemplo numérico. Supongamos una sociedad compuesta por 10 personas que producen en valores de cambio el equivalente a 1000 unidades monetarias (UM). Pongamos ahora un caso extremo en que 5 personas se quedan con 200 UM cada una, lo que les proporciona un bienestar promedio equivalente a 10 útiles --pongamos-- de valor de uso. Obsérvese que para medir el valor de uso introducimos los "útiles", en forma análoga que para medir el valor de cambio lo hacemos en Bolívares, Euros, Dólares, etc. El Bienestar social será de 5x10=50 útiles si sumamos los bienestares individuales, tal como propone Harsanyi. Supongamos ahora otra sociedad, también de 10 personas, pero que sólo produce 800 UM. Esta segunda sociedad, reparte equitativamente el producto social, asignando 80 UM a cada uno produciéndoles un bienestar promedio equivalente a 7 útiles. El Bienestar de esta segunda sociedad será de 10x7=70 útiles que supera por 20 útiles el bienestar de la primera. El producto social ha sido menor, pero al repartirse mejor, el bienestar social es mayor.

En el ejemplo numérico hemos asumido, como es usual en Economía, que la utilidad marginal es decreciente. Obsérvese que a 200 UM hicimos corresponder 10 útiles mientras que a 80 UM le correspondieron 7, es decir, que no se mantiene la proporcionalidad. Cuando se obtienen valores de utilidad, en función de los ingresos, se observa esta característica que corresponde a la experiencia de que el primer millón proporciona más incremento de bienestar que el segundo, y que cuando se incorpora la comparación interpersonal de utilidades permite afirmar con Harsanyi que si aumentamos el ingreso de un pobre, el bienestar social se incrementa más de lo que incrementaría si el mismo aumento de ingreso fuera de un rico.

Cuando se comenzaron a hallar experimentalmente curvas de utilidad, en función del ingreso, se observó que en la gran mayoría de los casos estas presentaban la concavidad que corresponde a la supuesta utilidad marginal decreciente, que ya se venía asumiendo desde mucho tiempo atrás, pero que no se había podido corroborar experimentalmente. Todo hacía suponer que todos estarían muy satisfechos con esta corroboración experimental de una de las hipótesis claves de la Teoría Económica. Pero aquí intervino lo de "poderoso caballero es Don Dinero". Como para obtener las funciones de utilidad hay que recurrir a loterías hipotéticas, que van a reflejar la deseabilidad de los distintos escenarios u opciones, la interpretación que resultó más aceptada, tergiversando completamente a la que estaba proponiendo Harsanyi, fue que la Teoría de la Utilidad servía para medir una supuesta aversión, o inclinación, al riesgo. No se les escapaba a estos autores, las profundas implicaciones políticas que podría tener la interpretación de Harsanyi.

La Función de Bienestar Social consecuencia de esta interpretación es sencillamente la suma de "bienestares" individuales expresada en útiles, propuesta por el mismo Harsanyi. La objeción usual a esta función de Bienestar es que se están haciendo comparaciones interpersonales de bienestar (o malestar). Más aún, se asume implícitamente que todos los miembros de una sociedad "cuentan igual" a la hora de tomar decisiones públicas. Lo curioso es que dicha comparación se realiza en cualquier decisión pública. Pongamos un ejemplo. En plena ciudad de Caracas se encuentra un aeropuerto estupendamente comunicado, al lado de una autopista y cerca de una Línea de Metro que atraviesa toda la ciudad. Dicho aeropuerto es utilizado por un pequeño número de propietarios de aviones y sus amistades que escasamente llegarán a, sean, 5000 personas. Por otra parte, para el transporte terrestre interurbano, la ciudad dispone de dos incomodísimos terminales de autobuses, uno de ellos extramuros, y bastante lejos. El otro, en el extremo opuesto al primero y ambos muy mal comunicados, entre si y con el sistema de transporte público. Si en el terreno que actualmente ocupa el aeropuerto, se situara un único terminal de autobuses, un parque y otras instalaciones de uso público, hasta un helipuerto si se quiere, ello podría beneficiar a, supongamos, 5 millones, contando a viajeros que viven en el interior del país que podrían hacer conexiones cómodamente en dicho terminal, en lugar de tener que trasladarse de un terminal a otro, atravesando una congestionada ciudad como lo es Caracas. Pues bien, aún sin tener en cuenta el ruido y el peligro que supone un terminal aéreo en el centro de una ciudad, si se decide mantenerlo como está, implícitamente se está haciendo una comparación interpersonal de beneficio o utilidad. Grosso modo la relación es de mil a uno, es decir, para los poderes públicos, el bienestar promedio de los que disfrutan del Aeropuerto, cuenta en más de mil veces el bienestar de los viajeros en autobús.

Además de Harsanyi, y por la misma época --principios de los 50's--, John Nash, el de la película “A Beautiful Mind”, y premio Nobel 1994 junto con Harsanyi y Selten, interpreta en forma similar la utilidad cardinal y la aplica a problemas de "fair division" (reparto equitativo). Supone un juez imparcial que desea asignar en forma equitativa un conjunto de bienes y servicios entre varias personas de diferentes características y necesidades. A continuación "axiomatiza" lo que él entiende por una solución imparcial, equitativa y eficiente (Pareto óptima) y demuestra que la única solución, que puede requerir una lotería, es la asignación que maximiza el producto de las utilidades, cardinales e individuales, por supuesto.

Otro criterio que se ha sugerido, aparentemente como alternativo al de Harsanyi, ha sido el llamado MAXIMÍN, desarrollado por John Rawls en su "Teoría de Justicia", Harvard University Press, 1971, que consiste en maximizar el bienestar de la persona con bienestar mínimo en una sociedad. Lo interesante del caso, es que aunque Rawls propone su criterio como opuesto al utilitarismo, para implementarlo necesitaría una forma de evaluar el bienestar o sea que necesita recurrir al concepto de utilidad cardinal desarrollado por Harsanyi. Además la argumentación de Rawls se basa en lo que él considera mejor estrategia desde una hipotética posición original, que no es más que la posición en la sociedad que pueda quedar asignada a cada persona mediante una lotería equiprobable, inicial u original. Pero lo que se le escapa a Rawls, mejor filósofo que matemático, es que la estrategia Maximín es óptima sólo en juegos suma-cero, como en las guerras, pero no en el habitual juego económico en donde cada vez que se produce un intercambio comercial, ganan todos, en mayor o menor medida, pues se produce una plusvalía, que no es más que la diferencia entre el valor de uso --en útiles-- y el valor de cambio --precios. Naturalmente que lo anterior no iba a pasar desapercibido a una mente tan acuciosa como la de Harsanyi, que contraataca en su artículo, "Can the Maximín Principle Serve as a Basis for Morality? A Critique of John Rawls's Theory", American Political Science Review, 1975.

Pero lo más sorprendente es que a pesar de las aparentes contradicciones, se ha visto que tanto el criterio de Harsanyi de maximizar la función de bienestar social como suma de los "bienestares" individuales, el de Nash de maximizar el producto, como el Maximín de Rawls, prácticamente proponen la misma solución en problemas de reparto equitativo, como se argumenta en mi artículo "Esparta y Macondo" aparecido en "Ética y Política en la Decisión Pública" (Angria Ediciones, Caracas, 1993).

El hecho de que los criterios de Harsanyi, Nash y Rawls proponen prácticamente la misma solución, nos permite elegir el criterio que presente menos dificultades a la hora de instrumentar políticas en materia de Economía del Bienestar (Welfare Economics). En este sentido el que parece más asequible es el Maximín de Rawls, puesto que tanto Harsanyi como Nash requerirían la construcción de complicadas funciones de Bienestar con atributos múltiples (alimentación, salud, educación, vivienda, etc). En cambio el de Rawls sólo requiere seleccionar las personas con bienestar mínimo, es decir los más necesitados. La dificultad principal estriba en determinar quien hace la selección. Si son funcionarios públicos, estos son vulnerables a sobornos, amenazas, y al tráfico de influencias. Si son los mismos menesterosos, estos tendrán incentivo para sobreestimar sus necesidades, mediante la manipulación de su función de utilidad --"pedigüeños de oficio". No se está completamente desarmado para enfrentar esta última dificultad, pues la Teoría de Juegos proporciona mecanismos en que la mejor estrategia consiste en revelar las verdaderas necesidades, pues si estas se exageran, y dado que pueden utilizarse loterías, aumenta la probabilidad de "ir por lana y salir trasquilado". Con respecto al criterio Maximín hay un antecedente histórico digno de mención. Entre las propuestas socialistas que proliferaron en el s. XIX, y que trataron de llevarse a la práctica en el XX, "científicas", "utópicas", etc, hubo una, en la Inglaterra Victoriana, que se denominó "Socialismo Fabiano", que contó con el entusiasta apoyo de George Bernard Shaw y que tenía como eslogan, "prohibido ser pobre". Pues el criterio Maximín no sería más que la versión aggiornada, hecha factible en la actualidad, por aportes teóricos como los de Harsanyi, y por la capacidad de la que disponemos de manejar grandes volúmenes de información.

A esta altura cabe preguntarse como califica el mecanismo del mercado, según los criterios expuestos, como distribuidor de bienes, servicios y tareas entre los miembros de un colectivo. Pues para sorpresa de muchos, ya que se ha hecho popular el satanizarlo, queda bastante bien, si la posición original de los individuos es similar. El precio, o punto de equilibrio, que se alcanza, es solución de Nash y de Harsanyi, es decir eficiente y equitativo. También lo es de Rawls, por lo argumentado anteriormente. Además no es vulnerable a la manipulación de la información con respecto a preferencias o necesidades. De lo anterior podemos inferir, que para una buena parte de la población, se podría prescindir de los siempre más elaborados valores de uso, y permitir que el mecanismo de los precios actuase sin mayor intervención gubernamental.

Pero hay mercados fundamentales que sencillamente no existen, porque no hay suficiente oferta, o demanda. Y entre ellos, el más importante de todos, el mercado de trabajo, que es el que proporciona empleo, al no existir demanda para el trabajo de la población marginal. Al no haber empleo, no hay ingreso, dejando de esta forma, fuera del mercado de bienes y servicios a grandes sectores de la población. Y así llegamos al gran problema del Tercer Mundo, la Pobreza, no sólo económica sino también existencial, ya que una de las primeras necesidades del ser humano es la de realizar alguna actividad relevante y satisfactoria. La incorporación de los "valores de uso", y su forma de medirlos mediante la "utilidad cardinal", es potencialmente la gran herramienta para los programas de la Administración Pública destinados a erradicar la pobreza. Podemos por lo tanto afirmar, que el legado que nos dejó Harsanyi (1920,2000) tiene hoy en día, más vigencia que nunca.

Jaime Barcón

Universidad Central de Venezuela, Caracas

Keynes



por Darío Blatman

La obra “ Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero “, publicada por John Maynard Keynes en el año 1936, es la culminación a la crítica de uno de los aspectos de la Teoría del Equilibrio, planteada por los clásicos. Éste reconocido economista, pretendía demostrar la posibilidad de un equilibrio con desocupación.

Dentro de la economía marginalista (neoclásica), opera la Ley de Say, la cuál se traduce en que toda oferta crea su propia demanda. Se debe tener en cuenta que las empresas son demandantes de trabajo y las personas oferentes del mismo. En consecuencia, según Say, siempre que la gente oferte más trabajo del que las empresas demanden se producirá un exceso de oferta, por lo que se reducirá el precio ( salario) para así arribar nuevamente a la situación de equilibrio. Si no se llega a aquella situación, se debe a que los trabajadores no están dispuestos a bajar sus pretensiones.


Keynes, contradice la ley de Say, sosteniendo que al generarse un exceso de oferta no disminuye el precio, sino que el mercado se mantiene un largo tiempo en situación de desequilibrio ( o equilibrio sin pleno empleo) o desempleo ( Según Say nunca habría desempleo porque siempre que se oferte trabajo, éste se demandará). Keynes, argumenta que la solución a este estado de desequilibrio debe provenir desde el Estado, el cuál deberá poner en práctica la política económica traducida tanto en políticas fiscales, aumentando el gasto público, interfiriendo en la cuestión impositiva y demás, como en políticas monetarias.

El Estado debe ser el impulsor del crecimiento debido a que el mercado por sí solo no se autorregula. El estado debe impedir la caída de la demanda agregada aumentando sus propios gastos, para que de esa forma los individuos posean más dinero y consuman más, lo cual desembocaría en un eterno ciclo virtuoso. Es decir que el estado se convertiría en " el generador de la estabilidad económica y garante de un crecimiento sostenido".

Pero lo mas importante que planteaba Keynes era la presencia de un estado fuerte que estaba capacitado para comprar mano de obra e inyectar grandes montos de dinero para financiar la obra publica en el caso en que el estado que estuviera muy golpeado financieramente. Un Estado que tome participación activa en la economía cuando los ciclos económicos sean negativos, reactivando la actividad, y luego, en ciclos positivos, le ceda parte de dicha participación a las empresas privadas. Conceptualmente, el Estado debe actuar de manera intermedia entre un Estado ausente y un Estado empresario.


En resumen, Keynes plantea la necesidad de un Estado intervensionista, el cual ataque los problemas del lado de la demanda y el consumo interno. Al realizar inversiones, la gente posee más dinero para gastar y compra más productos, necesariamente habrá mas empresarios dispuestos a producir bienes, para hacerlo necesitaran contratar mas empleados, lo cual haría que en poco tiempo se reduzca la desocupación. Al haber mas empleados que perciban sueldos habrá mas gente que consuma y así sucesivamente (Efecto multiplicador).

La Argentina,, durante la década del 90`, tuvo como principal impulsor del crecimiento a la inversión privada. Una gran cantidad de prestigiosas empresas estatales fueron privatizadas y el Estado se manifestó muy ausente.

Luego de la década del 90 la situación nacional fue crítica. El Estado, gradualmente, comenzó a manifestarse más activo implementando políticas orientadas a la reactivación económica del país, comenzando con la devaluación (Si bien esta medida resultaba ineludible debido a la insostenible situación cambiaria que padecía el país).

Durante el actual mandato del presidente Nestor Kirchner, se puede divisar claramente el papel activo que cumple el Estado, principalmente en materia de política fiscal. El gobierno ha impulsado numerosos planes de obras públicas (viviendas mayoritariamente), ha formulado decretos conducentes a subas salariales, ha realizado numerosas renegociaciones a fin de reprogramar la deuda externa con los tres organismos de préstamo (FMI, Bco Mundial, BID) y ha intervenido en materia impositiva.

Podemos decir entonces, que las medidas que de manera directa evidencian la presencia de un Estado fuerte que estimula la economía por el lado de la demanda agregada, son la inversión publica, las políticas de salarios, las de impuestos y las de deuda externa por el lado de la renegociación y obtención de nuevos créditos.

En conclusión, podemos decir que es evidente que al igual que Keynes, estas políticas están orientadas a reactivar la economía mediante el estimulo de los componentes de la demanda agregada, en particular del consumo, la inversión y las exportaciones. Por lo tanto, existe un alto grado de vinculación entre las medidas de política llevadas a cabo hasta el momento por el gobierno de Kirchner y lo que plantea la Teoría Keynesiana, sobre todo en lo referido al equilibrio con desocupación

Edmund Phelps

Edmund Phelps en un economista estadounidense reconocido por su teoría de la estangflación. Phelps ganó el premio nóbel de economía 2006


Biografía

Edmund Phelps nació en 1933 en Evanston, Illinois, Estados Unidos. A la edad de seis, su familia se mudó a Hastings-on-Hudson, Nueva York. Su padre era publicista y su madre nutricionista. Ambos perdieron sus empleos, por lo que tuvieron que vivir gracias a la ayuda de los abuelos de Edmund. Phelps realizó sus estudios secundarios en el colegio de Amherst. Inicialmente, se interesó por la filosofía, pero su padre lo convenció de que tomara unos cursos de economía. Luego de terminar sus estudios secundarios, en 1955, Phelps comenzó sus estudios universitarios en Yale. Entre sus profesores se encontraron James Tobin y Thomas Schelling. Obtuvo su doctorado en 1959. Comenzó su carrera académica en la comisión Cowles en Yale, luego siguió en la Universidad de Pennsylvania y en 1971 en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Allí es desde 1982 profesor de economía política.

Phelps se especializó en el estudio de la economía China. En 1981 fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y en el año 2000 fue nombrado miembro distinguido de la Asociación de Economía Americana. Ha trabajado para el Departamento del Tesoro, el Comité de Finanzas del Senado y la Reserva Federal, así como para instituciones extranjeras como el Observatorio francés de coyunturas económicas. Phelps es doctor honoris causa por las Universidades de Mannheim (Alemania), Roma, Nova Lisboa, Islandia, París, Dauphine y Pekín.


En Septiembe de 2006, Edmund Phelps ganó el premio nobel de economía, por ‘sus análisis sobre compensaciones internacionales en la política macroeconómica’, según informó la Academia Real Sueca de las Ciencias. 'El trabajo de Edmund Phelps ha ahondado nuestro conocimiento de la relación entre los efectos de corto y largo recorrido en la política internacional'. Según publicó la academia, 'sus contribuciones han tenido un impacto decisivo sobre la investigación económica y política'.

Aportes

Los aportes de Phelps se concentran en la introducción de las expectativas de los agentes económicos en la determinación de la relación entre la tasa de inflación y desempleo (La Curva de Phillips a largo plazo), y una fórmula de la formación de capital a largo plazo, que incluye a la educación y a la inversión en investigación y desarrollo como elementos que influyen en el consumo per cápita a largo plazo.

Curva de Phillips


En los años sesenta, la curva de Phillips era muy popular. Esta curva representa la relación existente entre la inflación y el desempleo. La curva de Phillips indicaba que ya no se podrían alcanzar en forma conjunta el pleno empleo y una baja inflación, habría que aceptar en nivel de empleo que fuera congruente con un nivel de inflación aceptable.

Phelps desafió esta idea, indicando que los individuos tienen un conocimiento incompleto de la economía, y basan sus acciones, por ejemplo, la fijación de precios, teniendo en cuenta sus expectativas. Principalmente, se dice que la inflación presente influirá de manera decisiva en la inflación futura. 'Una baja inflación hoy conduce a la expectativa de baja inflación también en el futuro', señala. Phelps dice que cuando la inflación actual y la esperada coinciden, se da un ‘equilibrio de la tasa de desempleo’. La academia Sueca de Ciencias afirmó, resumiendo las ideas de Phelps, que 'el equilibrio en el desempleo sólo depende del funcionamiento del mercado laboral. Los intentos de reducir permanentemente el paro por debajo del 'equilibrio de la tasa de desempleo' sólo tendrán como consecuencia un continuado aumento de la inflación'.

La Regla de Oro de la Formación de Capital

La teoría neoclásica de crecimiento, señala que existe un estado estacionario en el que todas las variables (consumo, inversión, producción, etc.) varían a una tasa constante. Este estado estacionario depende de ciertas características institucionales de la economía, como la tasa de crecimiento de la población y la tasa de ahorro de la economía. Otro de los aportes de Phelps consiste en introducir dentro de esta teoría elementos como la educación y la inversión en tecnología. Si bien él no fue el único ni el primero en hacer esto. Phelps, establece que hay una tasa de formación de capital físico y una tasa de formación de capital humano. Por otro lado, hay una tasa de depreciación. Entonces, si bien mayor capital (físico y humano) implican mayor producción, también implican mayor depreciación, por lo que existe un punto en el que la formación de capital es tal que, si sigue aumentando, el consumo de estado estacionario disminuye. Por lo que no es conveniente ahorrar mas de lo indica la regla de oro de la formación de capital.

Algunas Obras

Entre los libros de Phelps, se destacan 'Rewarding Work: How to Restore Participation and Self-Support to Free Enterprise' (1997), 'Structural Slumps: The Modern Equilibrium Theory of Unemployment, Interest and Assets' (1994) y 'Microeconomic Foundations of Employment and Inflation Theory' (1970).

Biografía de Schumpeter

Schumpeter nació en 1883 en lo que era el imperio Austro-húngaro. Uno de los hechos que marcó su juventud, fue el casamiento de su madre con un general de la armada, que elevó al niño Schumpeter de la clase media a la aristocracia austriaca. Este hecho llevó a que Schumpeter acceda a una educación rigurosa y a privilegios de las clases pudientes. Quizás esto haya influenciado en el hecho de que Schumpeter no sea en ningún sentido igualitarista. Schumpeter parece haber observado sólo dos clases de hombres: los ordinarios y los extraordinariamente dotados. El primero es importante solo como miembro de un rebaño, el segundo es un individuo de extraordinaria inteligencia, imaginación y coraje, es el agente del progreso humano. Para Schumpeter, algunos sistemas sociales son más favorables que otros para el despliegue de las fuerzas creadoras de los individuos dotados. El capitalismo en sus primeras etapas fue el que proveyó la atmósfera mas favorable a las actividades creadoras.


Mientras Schumpeter estudiaba, la doctrina marxista era la dominante en Austria. Schumpeter admiró a Marx, y tomó algunos elementos de él, mientras que rechazó categóricamente otros. En particular, Schumpeter reconoció la importancia de la percepción de Marx de que el capitalismo era fundamentalmente un proceso evolucionario. (Schumpeter, J.; 1950).





Biografía de Veblen

Veblen nació en 1857. Su juventud transcurrió en una colonia agrícola de inmigrantes noruegos en Estados Unidos. El mundo del joven Veblen consistía en una economía marcadamente familiar y cooperativa, dentro de la cual se producía gran parte de lo consumido y donde la solidaridad ocupaba un rol fundamental, lo que pudo haber influido con una simpatía que tuvo hacia organizaciones simples y con una limitada orientación hacia el mercado. Veblen estudió en la Universidad John Hopkins y en la Universidad de Yale, donde recibió su doctorado en filosofía. Intentó ingresar como académico en varias facultades, pero no fue aceptado. Esto no fue debido a sus posiciones “heterodoxas”, sino mas bien a las preferencias de las universidades estadounidenses de las primeras décadas del siglo veinte, que, según parece, seleccionaban teniendo en cuenta el status social de los postulantes. Aparentemente, el origen “noruego” y el agnosticismo religioso de Veblen le resultaron trabas para conseguir un empleo docente durante sus primeros años en el mercado laboral. (Dorfman, J.; 1996) Esto puede haber creado en Veblen un sentimiento de rechazo hacia el “stablishment”, que se refleja en el tono de ironía y rechazo con el que ilustró sus escritos.


Incapaz de asegurarse una posición académica, volvió a la granja de su padre, donde continuó estudiando de modo autodidacta. El contraste que ofreció el espectáculo que era el capitalismo en Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX, la “Era de Oro” de los Estados Unidos, y su comunidad agraria, puede haber influido en la formación de su espíritu en contra de ciertos aspectos de ese tipo de capitalismo.





Piero Sraffa

Piero Sraffa nació 1898, en Turín, uno de los principales centros industriales de Italia, ubicado en el noroeste de la República. Hijo de Ángelo Sraffa, profesor de derecho comercial, y de Irma. Estudió en su ciudad y se graduó en la universidad local con un trabajo sobre la inflación italiana durante y luego de la primera guerra mundial. Trabajo que realizó bajo la dirección y tutela de Luigi Einaudi[1].



Estudió desde 1921 a 1922 en la London School of Economics. A fines de 1922 estaba de regreso en su país natal como director del Departamento Provincial de Trabajo, en Milán. Durante el desarrollo de su temprana carrera como académico y profesor en las Universidades de Perugia y Cagliari, conoció a Antonio Gramsci (suerte de marxista no ortodoxo antifascista, líder y fundador del partido comunista italiano (PCI)) y posteriormente, a Filippo Turati (líder del partido socialista italiano), con quienes estrechó una comprometida amistad. El ceñido vínculo que forjó con Gramsci se evidencia en las recurrentes visitas que Sraffa realizó a Antonio luego de que éste resultara apresado por las fuerzas fascistas en 1926, bajo ordenamiento de Mussolini, y enviado a la prisión de la remota isla de Ustica[2].

Probablemente hayan sido estas riesgosas ideas marxistas y sus comprometidas amistades, conjuntamente al hecho de que aún se mantenía fuera de discusión académica su teoría del valor, originada en su famoso trabajo de 1926, “The Laws of Returns Under Competitive Conditions” (revisión de su paper italiano de 1925, “Sulle Relazione fra Costo e Quantita Perdotta”), lo que llevó a John Maynard Keynes a invitar a Sraffa a la Universidad de Cambridge, la que pasaría a convertirse en su segundo hogar, y en donde llevaría a cabo una vida tranquila, dedicada al estudio y a su gran afición, la colección de libros antiguos[3]. Una vez allí, no tardó en convertirse en una de las figuras más destacadas del impetuoso Cambridge de la primera mitad del siglo XX junto con el resto de los sobresalientes miembros, entre los que se encontraban N. Kaldor, J. Robinson, M. Kalecki, M. Dobb y, como no, J. M. Keynes. También allí se uniría al conocido como el ‘cafeteria group’, suerte de club informal de discusión, del que formaban parte también el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein y Frank Ramsey, en donde estudió y debatió la teoría de probabilidad de Keynes y la teoría de los ciclos económicos de Friedrich Hayek.

En cuanto a sus actividades académicas en la Universidad, su timidez en frente de los estudiantes hizo de los seminarios una experiencia tan horrorosa que pocas veces llegó a practicarla. Keynes daba cuenta de ello en una carta que enviara en 1929 a su esposa, donde escribía: “Se suponía que Piero iba a dar una clase mañana... se sentó a mi lado muy animado... y de pronto se levantó de la mesa, vomitó todo lo que había cenado y cayó al suelo sin pulso. Lo reanimamos con brandy... y no habrá finalmente clase mañana. Una vez más tendré que anunciar la suspensión”[4]. Ello llevó a que se lo asignara al desarrollo de otras actividades. Así fue que se lo designó como bibliotecario del King’s College y, para mantenerlo ocupado, el propio Keynes le consiguió el encargo de editar las obras de Ricardo en la Royal Economic Society. Dicha tarea de recolección y reedición de las obras comenzó en 1931, y demoró 20 años en ser concluida y publicada. Si bien ya para el año 1943 una versión previa de la obra final estaba ya en la imprenta, el descubrimiento a último momento de un paper de Ricardo en Irlanda, retrasó la edición hasta 1951 (“Introduction to the Works and Correspondence of David Ricardo”). Sraffa consagró a este trabajo una dedicación ejemplar, por lo que dicha publicación finalmente fue el resultado de un estudio realizado con un extraordinario grado de seriedad y conciencia, hecho que llevó al premio Nobel George Stigler a decir, años más tarde, que “Ricardo fue un hombre afortunado... Y ahora, 130 años después de su muerte, es más afortunado que nunca: él ha sido patrocinado por Sraffa”.



Otro ejemplo de la tranquilidad y calma con la que Sraffa se tomaba las cosas se observa en su ya mencionada obra “Producción de Mercancías por Medio de Mercancías”, que se subtitula “preludio a una crítica a la teoría económica”. Este libro tiene su origen en un manuscrito fechado en 1928, pero fue publicado finalmente en 1960. Si bien la demora en la edición del libro quitó parte de la originalidad de algunos temas tratados en él, el carácter polémico de la obra desató en los años 60 un intenso debate sobre la consistencia lógica de la teoría de los precios neoclásica (dominante por ese entonces y hoy en día) entre los dos Cambridge, el inglés y el norteamericano. Polémica de la que no participó el propio Sraffa, ya que después de 1960 prácticamente no volvió a escribir. Este punto se tratará en detalle en el ápice IV.c.

Alejado ya de las actividades académicas de análisis teórico y producción intelectual, en 1972 es galardonado como Doctor de Honor por la Universidad de la Sorbona (París) y luego, en 1976, recibe igual condecoración en Madrid.

Muere finalmente en 1983, con posterioridad a haber reunido una considerable fortuna. Sraffa se volvió rico luego de realizar una inversión en bonos de largo plazo del gobierno japonés, luego de que estallaran las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, anticipando correctamente que Japón no permanecería mucho tiempo sumido en la pobreza.



En lo que respecta a su legado bibliográfico, sus obras completas podrían reunirse en un volumen de apenas unas 300 páginas. De hecho hay editados unos ensayos en italiano por su discípulo Garegnani. Estos ensayos incluían sus dos famosos artículos de 1925 y 1926, una polémica con Hayek de 1932, el Prefacio a las Obras Completas de David Ricardo y la Introducción a sus Principios, un comentario a una recensión de Producción de Mercancías de Harrod, un breve intercambio epistolar con von Newman sobre temas tratados en el libro y poco más. A ello habría que sumar su Tesis Doctoral de 1920 y, por supuesto, la propia Producción de Mercancías. Todo de altísima calidad, muy trabajado y sumamente refinado pero, al lado de la obra de muchos otros pensadores y economistas no deja de ser escasa. No obstante ello, su influencia e importancia distan ampliamente de ser insignificantes.




[1] Uno de los economistas italianos más importantes; llegó a ocupar la presidencia de la república italiana durante los años 1948 y 1955.

[2] Considero interesente y oportuno presentar aquí fragmentos de una carta de Gramsci a Sraffa, en la que se clarifica su estrecha amistad y el marcado interés intelectual que los unía (ya se mencionará más adelante la gran pasión de Sraffa hacia los libros y la lectura):

“Querido amigo,

he llegado a Ustica el 7 de diciembre, tras un viaje algo incómodo (como comprenderás), pero muy interesante (...) Algo me preocupa el problema del tedio, que no podrá resolverse sólo con los paseos y el contacto con los amigos (...) Me dirijo a ti para que tengas la bondad de mandarme algún libro. Querría tener un buen tratado de economía y hacienda para el estudio, un libro básico que elijas tú según tu criterio. Cuando te sea posible, mándame también algún libro y alguna revista de cultura general que consideres de interés para mí. Querido amigo, tú conoces mis condiciones familiares y sabes lo difícil que me va a ser recibir libros como no sea de algún amigo personal. Créeme que no me habría atrevido a causarte esta molestia si no fuera por la necesidad de resolver este problema del embrutecimiento intelectual, que me preocupa especialmente.

Te abrazo con afecto,

A. Gramsci.”



[3] Su biblioteca personal llegó a poseer más de 8,000 volúmenes; hoy en día es parte de la Biblioteca del Trinity College.

[4]El miedo escénico de Piero Sraffa”; Francisco Cabrillo, profesor de la Universidad Complutense de Madrid; artículo de opinión publicado en el portal web Libertad Digital.

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