3.1 Provincia de Buenos Aires

La provincia de Buenos Aires es la más poblada del país con aproximadamente 15,6 millones de habitantes que representan el 38,8% del total de Argentina, en un área de 307.571 km² que genera un PBI de U$S 107.100 millones (36% del país) y exportaciones por U$S 21.600 millones (37%) Secretaría de Hacienda. Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires (datos de 2009).. La participación sectorial es del 24% del PBI provincial para la industria manufacturera, 16% servicios inmobiliarios, 13% servicios de transporte, almacenamiento y comunicaciones, 12% comercio, 6% construcción y 5% actividad agropecuaria; si se sumaran todos los rubros de servicios se considera que superan el 60% del total del producto bonaerense.


Con la mayor concentración demográfica y económica en la zona del Gran Buenos Aires, la provincia presenta la particularidad de poseer en el interior bonaerense varios emplazamientos de base tecnológica con diferente grado de desarrollo, tamaño e importancia de empresas, cantidad de empleos y vinculaciones institucionales.

Un relevamiento provincial que la Federación Bonaerense de Parques Científicos y Tecnológicos en 2009 sintetizó por primera vez muchas de las características comunes de los polos de base tecnológica en base a encuestas a los integrantes de dichos agrupamientos, así como análisis locales para complementar los datos cuantitativos que las planillas de encuestas arrojaban Federación Bonaerense de Parques Científicos y Tecnológicos. Relevamiento provincial de: polos tecnológicos, parques industriales, sectores industriales planificados e incubadoras de empresas. La Plata: Centro Investigaciones Científicas, 2009..

En cuanto a las coincidencias que presentaban la mayoría de los polos era que el agrupamiento de empresas se configuraba mayormente bajo la forma jurídica de una asociación civil (el 70%, el resto como fundaciones o sociedades anónimas), que se iniciaban con bajos costos financiados por los patrocinantes de la misma y con los años se complementa con aportes públicos. En todos los casos, salvo en ATICMA, se encontraba a la universidad local como patrocinante (lo cual no implica que sean necesariamente socias fundadoras), junto con los municipios y las cámaras empresarias, ambas mencionadas en el 50% de los casos. Igualmente, en este punto debería haber una mirada crítica de lo que se entiende por “patrocinante” porque como venimos observando, muchas veces las instituciones académicas no participan activamente de la conformación inicial de estos proyectos asociativos, sumándose más tarde y no siempre como socios plenos con participación en las decisiones y planificación estratégica del rumbo de cada cluster.


Por su parte, en referencia a los servicios ofrecidos, el estudio enumeraba en orden de importancia a los cursos de capacitación (el 100% de los polos afirmó ofrecerlos), el asesoramiento en tecnologías específicas y la transferencia de tecnología. Asimismo, al relevar el objetivo que las había llevado a conformar un polo tecnológico la mayor parte de las empresas respondió que el desarrollo tecnológico (la mitad de las respuestas), el desarrollo socioeconómico regional y la creación de puestos de trabajo calificado habían sido sus principales motivaciones iniciales.

Respecto a las principales dificultades encontradas en estos años, las dos principales eran la ausencia de financiamiento accesible y la falta de compromiso de los actores integrantes, encontrando aquí una de las observaciones que encontramos cuando hacemos un análisis exhaustivo de estos clusters donde a pesar de los grandes avances no se visualizan profundas redes de interacción entre los integrantes de estos polos. Por el lado de los resultados positivos hay una coincidencia en afirmar que la creación de negocios de alta calidad y la mejora en la competitividad de los negocios existentes eran la principal contribución al desarrollo.