1.2 La ventaja competitiva de las naciones

1.2.1 Determinantes de la ventaja nacional



Como se ha mencionado, el estadounidense Michael Porter fue el pionero en analizar y señalar el fenómeno de los cluster, que en inglés significa “agrupar”. Justamente, lo que este autor hizo fue estudiar científicamente las razones y beneficios por el cual las empresas podían elegir agruparse geográficamente.

Para empezar, se debe citar lo que Porter distingue como los determinantes de la “ventaja nacional” cuando se preguntaba el motivo por el cual una nación alcanza el éxito en un sector en particular Porter, Michael. La ventaja competitiva de las naciones. Buenos Aires. Javier Vergara Editor, 1991, 110.. Como primer punto cita las condiciones de los factores, referido a las dotaciones de trabajadores especializados e infraestructura adecuada para un determinado sector; que debe ser complementado por las condiciones de la “demanda” interna de esa gama de productos y servicios, sin menospreciar la capacidad exportadora de un sector competitivo también fuera de las fronteras nacionales.

El tercer determinante se analiza desde la existencia o ausencia dentro de una nación de sectores proveedores e industrias complementarias que también sean internacionalmente competitivos. Finalmente, Porter se centra en la “estrategia, estructura y rivalidad de la empresa”, adentrándose en un examen microeconómico de las formas como las compañías se organizan y gestionan, así como también la “naturaleza de la rivalidad doméstica”, es decir la competencia interna que fomenta la competitividad hacia afuera.


Estos cuatro factores, que el autor relaciona entre sí a través de un diagrama en forma de diamante, es un ensayo de responder al cuestionamiento original sobre los atributos genéricos de una nación para generar un entorno de competitividad.

1.2.2 La concentración geográfica de sectores competitivos

Una vez que se forma un agrupamiento, la totalidad del grupo de sectores se presta apoyo mutuo. Los beneficios fluyen hacia adelante, hacia atrás y horizontalmente. La rivalidad agresiva de un sector tiende a propagarse a otros del agrupamiento Porter, Michael. Op. Cit., 208-211., afirma Porter en los comienzos del capítulo fundacional en el estudio de los clusters. Esta aglomeración geográfica reafirma lo que observaba Marshall respecto a que la información circula a mayor velocidad, que la relación proveedor-comprador se enriquece, mientras que surgen nuevas innovaciones y oportunidades competitivas que llevan a las empresas dentro del cluster a mantenerse siempre a la vanguardia del sector.


Todas estas compañías invierten en tecnología, capacitación e infraestructura que a través de las conexiones derivadas del agrupamiento generan “derramamientos”, beneficiándose del entorno geográfico. Según Porter, la escala del agrupamiento lleva a mayores inversiones y especializaciones, donde el retorno de las mismas sería superior al que se obtendría de un análisis microeconómico aplicado a la empresa individual. El autor finaliza este apartado con la sentencia: el agrupamiento de sectores competitivos representa más que la suma de las partes.

Al respecto de la concentración de los “rivales domésticos” cabe aclarar que si hacemos un análisis aplicado a determinados sectores en un contexto de amplio acceso a los mercados internacionales, se puede decir que muchas empresas no serían rivales en sentido estricto compitiendo por ganar porciones de un mercado acotado, sino que hay espacio para todos los agentes crezcan y ganen dinero. Como se verá luego en este trabajo, la industria del software en Argentina ha incrementado sus exportaciones, contratado nuevo personal (con restricciones de oferta de mano de obra especializada) y fomentado la aparición de nuevos emprendimientos y/o la radicación de grandes empresas para hacer frente a los incrementos de la demanda. Es decir, el término “rival” para determinados sectores, como por ejemplo las vinculadas a las TIC con mercados en continua expansión mundial, no debe interpretarse en el sentido clásico de ganarse mutuamente participación sino que seguir estrategias de cluster lograría potenciar la competitividad del conjunto y las empresas pasan a “coopetir” (palabra que integra los conceptos de competencia en un marco de cooperación).

Al respecto, se señala que en la actualidad una sola empresa no puede brindar todos los componentes de un sistema de información, sino que es realizado por firmas distintas con variados modelos de producción y gestión, donde las mismas venden componentes complementarios en un conjunto Shapiro, Carl; y Hal Varian. Information rules: a strategic guide to the network economy. Boston: Harvard Business School Press, 1998, 10.. Como señalan Shapiro y Varian, la dependencia de las tecnologías con el resto de sistema significa que las empresas tienen que centrarse no sólo en los competidores, sino también en los colaboradores.

La tecnología ha generado dinámicas de competencia que se diferencian de la tradicional competencia por precios, ya que ésta se refiere a la oferta de bienes estandarizados, disminuyendo costos de producción en un mercado delimitado. En cambio, en la competencia tecnológica, el mercado se rige por cambios incrementales o rupturas productivas que dan origen a la mejora cualitativa del producto o al surgimiento de nuevos bienes o servicios, en nichos de mercado de mercado no saturados Garud, Raghu; y Andrew Van de Ven. “A framework for understanding the emergence of new industries”, en Research on Technological Innovation, Management and Policy (vol.4). Nueva York: 1989, 195-225..

No solo es eficacia y especialización lo que se obtiene de la concentración geográfica de empresas competidoras, proveedores y trabajadores especializados sino es la mejora en la innovación, mediante el aprovechamiento de la creatividad del capital humano formado (por empresas y universidades locales) y de la experiencia colectiva transmitida de manera intangible hacia todos agentes del lugar. El surgimiento de innovaciones dentro de las firmas y de emprendedores que forman sus nuevos proyectos es también una consecuencia de este marco geográfico de competencia y cooperación, ya que la fuerza de trabajo especializada no solo vive allí, sino que también tienen sus relaciones consolidadas y es la proximidad lo que aumenta la rapidez del flujo de la información Porter, Michael. Op. Cit., 216-217.

Pero en los textos de Porter también hay espacio para la advertencia, al afirmar que esta proximidad puede conllevar riesgos a largo plazo, “especialmente si la mayoría de los compradores, proveedores y rivales no operan a escala internacional”. O sea, la competitividad lograda gracias a la conformación del cluster no debe quedar restringida a la dinámica propia de esa aglomeración, sino que debería diversificarse el riesgo empresario mediante una salida de competencia global o exportadora. Hacer depender toda la estructura competitiva de una firma en la dinámica del cluster donde se encuentra instalada implicaría acotar su margen de reacción ante una posible dificultad local.

1.2.3 La ventaja competitiva global con base local

Un somero análisis del fenómeno de la globalización, la apertura comercial, el acceso a las telecomunicaciones, la baja de los costos del transporte y la competencia mundial de empresas haría pensar que la ubicación geográfica no es trascendental a la hora de hablar de competitividad global. Pero las observaciones de Porter se basaban justamente en resaltar la paradoja de que para destacarse mundialmente es necesaria la innovación sectorial dada por las ventajas derivadas de la ubicación, siguiendo este razonamiento de entender las ventajas competitivas desde el punto de vista microeconómico.

Señala también que mientras que los factores clásicos de producción son cada vez más accesibles por la mundialización del comercio, “las ventajas competitivas en sectores avanzados se ve determinada de forma creciente por los conocimientos, aptitudes y capacidad de innovación encerrados en el personal especializado y las rutinas de las organizaciones”. Es así como el proceso de creación de técnicas innovadoras tiene un componente “intensamente local”, que resalta esta paradoja de que la competencia global más abierta hace que la base central sea más importante y nunca menos Porter, Michael. Op. Cit., 219..

1.2.4 La Nueva Geografía Económica

Visto desde su impacto en el comercio internacional, las economías externas pueden hacer que un país se especialice en sectores por el tamaño de sus cluster y el nivel de vinculación logrado por sus agentes económicos. Esto también puede afectar de manera negativa a una nación si el patrón de especialización que adopta no es el deseado, de ahí la importancia del sector público para apoyar y facilitar la aglomeración de determinados sectores que se consideran beneficiosos también para el resto de la sociedad y no solo para un grupo de empresarios.

Justamente un estudioso de la economía internacional como Krugman ha desarrollado el concepto de Nueva Geografía Internacional, analizando la relevancia de la ubicación geográfica y los beneficios de la concentración de una industria determinada. Este economista afirma que, en principio, el crecimiento demográfico y la expansión de las economías deberían crear motivos para dispersar a los agentes económicos1, citando entre otras razones el aumento de la contaminación, los efectos negativos de las grandes aglomeraciones urbanas, la congestión del tráfico, que sumado a la baja del costo de transporte y de las telecomunicaciones generarían condiciones para que las denominadas fuerzas centrífugas “expulsen” a las empresas y personas (trabajadores) hacia diferentes localidades. La competencia de costos y la menor fuerza de los recursos humanos no concentrados crearían incentivos a que las empresas decidan hacerse eficientes por separado en regiones distintas donde sean socioeconómicamente dominantes y puedan imponer sus lógicas optimizadoras.

Por el contrario, las fuerzas centrípetas estarían dadas por el tamaño del mercado, los encadenamientos de las cadenas productivas (relación productor-proveedor) y la ya mencionada circulación “tácita” de la información. Estas características generan economías de escala para el conjunto, de manera que las firmas se ven atraídas a participar de una aglomeración geográfica y los trabajadores también querrán dirigirse allí; a pesar de los mayores salarios que los empleadores van a tener que pagar, el buen nivel del capital humano especializado y “actualizado” hará que el rendimiento de la mano de obra sea más productivo. Se podría llegar a afirmar, a grandes rasgos, que las externalidades positivas superan a las externalidades negativas en el balance global de una firma al momento de tomar una decisión de radicación.

Las ventajas de la concentración por las fuerzas centrípetas mencionadas hace que se “retroalimente el proceso de creación de la riqueza”, y por eso es importante para los países el hecho de analizar y seleccionar correctamente sectores específicos para desarrollarse. Nuevamente entra en escena el sector público, que debería generar las condiciones para facilitar estas aglomeraciones que benefician a empresas, trabajadores (directos e indirectos) y demás agentes relacionados.

Autor: Juan Ignacio Zaballa