¿Existen hoy izquierdas y Derechas? ¿Se puede hablar, en el presente, de enfrentamientos ideológicos en los términos en los que se exponían en tiempos de marxistas y liberales y de un mundo polarizado?
En esta era de las comunicaciones la palabra esta devaluada. Vengo redundando el concepto porque me parece fuente interesante de debates que deben darse para comenzar a comprender que el lenguaje es dinámico, y su dinamismo debería acompañar los cambios que se dan en la historia de los seres humanos y sus sociedades, porque esencialmente son la consciencia de los seres humanos y las cosmovisiones de sus sociedades, las que de forma dinámica, modifican comprensiones y comportamientos. En medio de estos cambios, ciertos conceptos pierden significado y contenido. Es entonces importante debatir para resignificarlos. Es decir, intentar rescatar algo de lo original pero referido a las transformaciones y novedades del presente.
Un Poco de Historia
Replicando los resultados que, en las décadas que van del 70 hacia fines del siglo pasado, sostuvo el neoliberalismo en América Latina y el entonces llamado Tercer Mundo (Precisamente referido a la mayoritaria cantidad de naciones que quedaban fuera de los dos bloques hegemónicos que se disputan la primacía mundial: URSS y EEUU+Europa), hoy son precisamente las naciones que ganaron aquella batalla las que sufren las políticas emanadas del FMI y de la economía financiera transnacional. Tras la caída emblemática del muro de Berlín, la glasnost y la Perestroika en el bloque de la URSS, se definió un planeta único y supuso erróneamente el fin de la historia y de las ideologías bajo el imperio de una única realidad global, Occidental, democrática y fundamentalmente Capitalista. Pero este Capitalismo ya no era el mismo por el que se luchaba en sus comienzos. El liberalismo, como utopía resultante de los postulados de la revolución Francesa, la conformación de los Estados Nacionales, la caída de las monarquías y el imperio de la libertad, especialmente económica, como fin del colonialismo, había evolucionado a otras formas que la “euforia” de la victoria no permitió analizar, ni distinguir.
El capitalismo devenido en neoliberalismo generó, primero en los mas débiles y ahora en las supuestas potencias vencedoras, un acelerado proceso de desintegración política, de convergencia ideológica donde las derechas e izquierdas tradicionales se funden para dar lugar, dentro y fuera de cada una a expresiones radicalizadas, xenófobas y racistas, por un lado; Y un progresismo edulcorado, mas como soporte de mecanismos mas tolerantes, democráticos y respetuosos de la soberanía popular, como resultado de un progresismo social-democráta, que de los contenidos anticapitalistas que adquiría el carácter ideológico de antaño.
El neoliberalismo corroe y subvierte todo contenido ideológico, pues lo somete al imperio de lo posible en contextos globales donde los poderes mas fuertes de las dinámicas de producción y organización social en torno a estos, se desplazan de los estados a las transnacionales económicas y financieras. Las dificultades de los partidos tradicionales para reescribir marcos ideológicos conceptuales, alimentar contenidos programáticos de gobierno y estrategias de conducción social y gestión de políticas públicas consecuentes con los esquemas tradicionales de izquierdas y derechas clásicos en republicanos y demócratas o fieles a las social democracias o democracias cristianas, y conservadores europeas no encuentran adecuaciones a los tiempos nuevos. No se percibieron en medio de las profundas transformaciones que comenzaron a darse, no se actualizaron. Estas situaciones no provocaron tantos problemas nuevos, como la agudización y cronicidad de los conocidos, pero restando capacidad para influir en las direcciones y los sentidos de los cambios que pudieran evitar esto. Hoy, como ayer en nuestros territorios, la política Europea y de los EEUU, se encuentran débiles y dependientes de las fuerzas transnacionales que ellos mismos contribuyeron a alimentar y desarrollar.
Resultados de las mismas dinámicas globales, pero con experiencias y momentos históricos distintos, las realidades emergentes y las decadentes, como nueva forma de entender las realidades del otrora Tercer Mundo y Primer Mundo, configuran el anverso y reverso de una misma moneda global, de una misma realidad que procesa de modos diferentes sus experiencias y los resultados de las evoluciones que comienzan en los primeros años de la década del 70.
La Madre de la Inflación
América Latina y el Tercer Mundo soportaron durante algunos decenios los costos globales de la inflación norteamericana y los años de “estados de bienestar” europeos, en tiempos de creación del Euro. La primera por medio de las Deudas Externas, el pago de servicios por la deuda y el aumento unilateral de las tasas de interés por parte de los Bancos de EEUU, que encarecían el valor dólar, para palear los aumentos que imponía la OPEP (Organización de Estados Petroleros) al precio del barril de petróleo, aumentando los niveles de endeudamiento de las naciones deudoras. El segundo, por medio de los procesos de privatización que favorecieron a las empresas transnacionales de aquellas naciones.
Lo que los estados dominantes no percibieron fueron los cambios que se dieron al interior de sus propias naciones. La transnacionalización del Capital financiero y la generación de un mercado paralelo e independiente de divisas que no respondía a las dinámicas del capital productivo, La translocalización física y virtual de las empresas o partes de estas, en especial en las naciones del sureste Asiático, que comenzaron asi un excepcional ciclo expansivo que los puso a la vanguardia en tecnología y los convirtieron en los actores mas importantes de la economía global. La demanda de productos primarios, especialmente de alimentos, producto del crecimiento y la inclusión de grandes masas de personas que superaron sus niveles de pobreza e ingresaron al mercado de consumo en aquellas naciones, provoca la replica del fenómeno de inclusión y de crecimiento y demanda del mercado interno en América Latina y el caribe.
Estos nuevos escenarios globales y el aprovechamiento que de él hicieron nuestras naciones en términos de desendeudamiento externo y de integración regional y de cooperación Sur-Sur y con las naciones del Sureste Asiàtico, frenaron las intenciones nortemericanas en su reacción tardía a tales dinámicas, intentando imponer el tratado de libre comercio entre EEUU y Canada y nuestra naciones al sur del Río Bravo. Los procesos de acumulación de Capital (Reservas) y de desendeudamiento en la mayoría de las naciones de América Latina y la drástica reducción de estas en las naciones del Caribe, mas el crecimiento de los intercambios regionales, generó, para los estados de la región, posicionamientos globales importantes y capacidad para intervenir y controlar a los mercados de especulación financiera de modos mas o menos eficientes.
¿Izquierdas y Derechas?
En estos contextos, las izquierdas y derechas se deshilachan conceptualmente, pierden identidad ideológica y adquieren contenidos mas pragmáticos que, radicalizan unas y diluyen otras en términos de ruptura con el sistema. Surgen entonces los gobiernos progresistas que se identifican con un discurso democrático, que adquiere formas de un Capitalismo social inclusivo, que aspira a generar movilidad social ascendente interviniendo en los mercados de capitales, dando dirección estratégica a las producciones y desarrollos industriales, científicos y tecnológicos, controlando los mercados financieros especulativos y achicando los margenes de apropiación de excedentes por parte de las transnacionales, impidiendo así que financien las recuperación de las naciones decadentes de los mismos modos que lo hicieron con las dinámicas de deudas y privatizaciones.
El surgimiento de las TIC modifica las bases mismas de las concepciones capitalistas y comienzan a erosionar sus postulados básicos. Por primera ves desde la revolución industrial, las fuerzas del conocimiento superan en la generación de plus valor global a las fuerzas del trabajo y del empleo en sus formas tradicionales. Esto modifica el concepto de proletariado de la ideología marxista clásica, que ahora deviene, en estas nuevas dinámicas, en científicos, técnicos y emprendedores.
La característica cíclica de la economía y de la producción científica y técnica que la impulsa generando las dinámicas perfectamente explicadas en la teoría shumpeteriana, comienza a desdibujarse bajo un modelo nuevo, que al incorporar la innovación como proceso permanente en las dinámicas de producción, no puede actuar como impulsor de nuevos ciclos expansivos de la economía. Por lo que los procesos recesivos actuales, lejos de ser parte de esos ciclos tradicionales, deberían percibirse como procesos de modificación sistémica de las dinámicas de producción y generación de plus valía global. Por eso es pertinente hablar de economías decadentes y economías emergentes, porque en realidad se esta dando una reconversión de las formas de producción que, de no mediar transformaciones globales que equilibren las dinámicas de formas menos traumáticas, seguirán equilibrándose en los términos actuales. Pero los fenómenos actuales no pueden ser reducidos a economías que crecen y otras que se deterioran aceleradamente. En realidad los fenómenos que se están dando son mucho mas complejos que estos y las reconversiones operan en múltiples niveles, en especial el de las conciencias y las formas de comprendernos como humanos y sociedades en el mundo.
Mundo Viejo, Mundo Nuevo
El desplazamiento hacia el conocimiento como insumo básico de las innovaciones presupone una masificación y socialización en los mismos términos que para la fuerza física y del trabajo supuso el paso del feudalismo de súbditos y esclavos al obrero industrial y empleado, siempre bajo la fuerza del capital.
En estas nuevas realidades, el nuevo proletariado emergente es el científico y técnico precarizado y puesto a universalizar sus ámbitos de especificidad “privilegiada” para constituir nuevas masas de técnicos, científicos e inventores, enmarcados como emprendedores o innovadores.
La Derecha no cambia sino que se radicaliza en sus defensas a al propiedad privada, el lucro, y la competencia, agudizando xenofobias, reivindicaciones de clase y posiciones totalitarias. Como contrapartida, las izquierdas pierden su contenido anti-sistema y se refugian en los valores democráticos y la aceptación de representaciones de las mayorías para preservar el imperio del Capital pero bajo formas mas “sociales”, representados en conceptos como “Capitalismo social”, “Responsabilidad social”, “inclusión”, “equidad” y “movilidad social ascendente”. Las izquierdas y derechas se reconvierten, pero como ideologías enfrentadas entre sí, dentro del sistema y no como ruptura una de la otra.
Sin embargo, el conocimiento se esta transformando en el petroleo del siglo XXI. Este combustible tiene características especiales y propias y genera contradicciones imposibles de resolver dentro del sistema. La socialización masiva de las formas de creación, generación y divulgación de la producción científica y técnica para proletarizar a sus adquirentes, choca con la misma iluminación de tales intenciones, con el mismo conocimiento del proceso que se pretende de parte de las minorías que concentraron históricamente, capital y poder. Esto es, si el trabajo como capacidad física o tiempo-vida es inherente a la capacidad humana, de una u otra forma, la adquisición y generación de conocimientos y técnicas también debe serlos para adecuarse a replicar las dinámicas funcionales a los capitales transnacionales concentrados. La diferencia sustancial emerge en que no se puede escindir el conocimiento de sus formas de generarlo y transformarlo en técnicas e innovaciones para ser introducidas como productos o procesos capaces de generar plus valor en las dinámicas de producción global, por lo tanto, no se puede prescindir de la conciencia crítica universalizada para acceder a estos. La esencia crítica y cuestionadora de la creación de saber, pone en duda los postulados dados como ciertos para el sistema capitalista.
Las Tic no solo socializan los conocimientos y técnicas útiles al capital concentrado y a la evolución y continuidad de sus formas, sino que las somete al mismo análisis crítico propio de la generación de conocimientos científicos y técnicos y surgen entonces las antinomias:
Propiedad privada – Propiedad social; Lucro o excedentes comunitarios; competitividad o cooperación.
Esto sugiere la aparición de nuevas ideologías aún no sistematizadas, pero que no pueden corresponderse a las tradicionales derechas e izquierdas de las discusiones ideológicas tal cual se han venido sosteniendo, debido, además, a que surgen novedades en las concepciones y capacidades mentales de los humanos, sostenidos en los instrumentos informáticos para desarrollar pensamientos complejos y conceptualizaciones modulares y multidimensionales.-
Pensamiento Complejo Latinoamericano
En el presente, al sur del Río Bravo, y sin pretensiones de uniformar realidades históricas y actualidades diversas, pero atendiendo al origen común de nuestras nacionalidades y siguiendo el razonamiento que vengo desarrollando, es dable pensar que una nueva ideología irrumpirá, de algún modo, desde las llamadas Naciones emergentes, porque por esas paradojas de las existencias históricas vitales, son sus dinámicas sociales las que, superadas las visiones neoliberales, se encuentran en el ojo exacto del Huracán, al haber transitado parte del desastre que hoy sufren las naciones decadentes, pero al mismo tiempo, expuestos a los conflictos que surgen de esas contradicciones básicas con los postulados fundamentales del sistema capitalista.
Los conflictos territoriales por las megaproducciones (Megaminería y megaproducción agraria, con la tecnificación de ambas producciones), por la tenencia y administración de la Tierra, La construcción de democracia y ciudadanía, el rol de los estados en estas transiciones y en las formas nuevas que vendrán, son algunos de los debates que van surcando los devenires de los procesos políticos y sociales que se vienen observando y del que somos protagonistas en estos tiempos de transformaciones.
Los Estados de la región se encuentran en una encerrona de difícil solución toda ves que, dentro del sistema y para obtener cierto grado de poder que le permita intervenir con eficiencia en los mercados globales, necesita jugar el juego global impuesto por el Capital transnacional. Las oposiciones dispersas y fragmentadas, son mas útiles a las resistencias de estos sectores que a la construcción de alternativas nuevas que trasciendan las viejas formas y favorecen la radicalización de las derechas, dejando entonces, a una gran franja de disconformes sociales que solo atinan a aglutinarse en movimientos reivindicativos y sectoriales que, sin embargo, podrían ser germen de esas construcciones nuevas, en la medida que comiencen a verse y entenderse a sí mismos, como actores emergentes de estas nuevas realidades y comiencen a transitar en la práctica, formas no capitalistas de organización social.
De como los Estados nacionales y las ciudadanías vayan dando forma y conceptos a estas nuevas dinámicas sociales y globales y se responda a los conflictos que existen y que seguramente irán surgiendo en el andar, será el modo en que se produzcan la muerte final del Capitalismo histórico y la emergencia de una nueva forma de Organización Mundial. Esta nueva forma será inexorablemente global:
- Global y local en términos territoriales;
- Inteligente: en término de administraciones basadas en conocimiento;
- Compleja: de forma de equilibrar realidades y virtualidades a distintos niveles macro y micro;
- Inclusivas; En términos de formas participativas de las decisiones y de la distribución de sus producciones;
- Diversas: No se adoptará una forma única global y universal sino mas bien distintas, tolerantes entre sí y buscando equilibrios dinámicos que apunten a desarrollos mas generalizados y menos conflictivos.
Si de conocimiento real se trata no habrá forma de entender ningún desarrollo individual, social o nacional que se sostenga a expensas de desequilibrios, sometimientos y de postergar el desarrollo de otros grupos sociales o nacionales.
Daniel Roberto Távora Mac Cormack