Presentamos a continuación un conjunto seleccionado de las que consideramos las propuestas estratégicas de mayor significación para el Sistema Nacional de Innovación, contenidas en el Informe.
1. El fortalecimiento del Sistema Nacional de Innovación mediante la creación de una institucionalidad permanente cuya cabeza conductora sería un Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad como órgano asesor del Presidente de la República, junto a CORFO y CONICYT como las instituciones ejecutoras fundamentales del apoyo público a los procesos innovativos, cada una con su campo de acción determinado y debidamente fortalecidas en materia institucional. De este modo podrá dársele al sistema sentido estratégico, orientación, coordinación eficaz y evaluación permanente.
2. El Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad que proponemos se compondría de la siguiente manera:
• Los ministros de Hacienda, Economía y Educación.
• Dos ministros adicionales designados a voluntad del Presidente de la República, por períodos determinados.
• Tres empresarios seleccionados de una lista de diez nombres propuestos por la Confederación de la Producción y del Comercio.
• Tres científicos seleccionados de una lista de diez nombres propuesta por la Academia Chilena de Ciencias.
• Dos expertos en capital humano seleccionado de una lista de seis nombres propuestos por los rectores de las universidades acreditadas del país.
• Dos expertos en políticas públicas, uno de los cuales desempeñaría la presidencia del Consejo.
• Dos especialistas en capacitación, productividad y calidad, de una lista de seis nombres propuestos por las organizaciones de trabajadores más representativas.
• Además de los anteriores, serían miembros permanentes con derecho a voz el Vicepresidente Ejecutivo de CORFO y el Presidente de CONICYT.
• El Consejo contaría con una Secretaría Ejecutiva radicada en la Subsecretaría de Economía, dirigida por el Subsecretario. En virtud de las tareas que se proponen para el Consejo, este deberá contar con un presupuesto para operación y contratación de estudios, asignado a la Secretaría Ejecutiva.
3. La necesidad en un país pequeño y de recursos limitados como Chile de conjugar el respeto y las oportunidades de libre investigación y de total autonomía de las iniciativas empresariales, con la formulación de prioridades que surjan de la identificación de necesidades y oportunidades de clara relevancia o posibilidad cierta de éxito, ya sea que se trate de áreas temáticas, sectores productivos o clusters.
Dicho de otra manera, se consagra un principio de selectividad en las políticas, sin perjuicio de que la neutralidad siga siendo la regla general, y con la condición de que se respeten efectivamente los principios de excelencia, equidad en el acceso y transparencia en la asignación de recursos públicos, contestabilidad y evaluación rigurosa por personas o entidades competentes externas, nacionales o extranjeras.
4. El desarrollo de una cultura nacional del emprendimiento y la innovación tecnológica a partir del sistema escolar hasta culminar en la universidad y el postgrado, extendida al conjunto del país y en especial a los actores principales de los procesos innovativos, vale decir las empresas y sus ejecutivos, los científicos e ingenieros, los profesionales, los técnicos de nivel medio y superior, y los trabajadores en general. [Ver capítulo C]
5. La creación de capacidades para la innovación, incluida la transferencia tecnológica, en capital humano e investigación científica en las regiones del país, para potenciar su participación relevante en los procesos innovativos. [Ver capítulo F]
6. El despertar masivo de la empresa privada a la conciencia de la necesidad de innovar, un cambio cultural y de percepción de futuro que impulse su compromiso y participación activa en los procesos innovativos.
7. Un esfuerzo deliberado para promover la innovación empresarial en torno a los siguientes ejes:
a. El fortalecimiento de clusters constituidos en torno a nuestras ventajas comparativas actuales (en sectores de recursos naturales y otros), así como el desarrollo de nuevos clusters, de modo de generar ventajas competitivas dinámicas, sostenibles en el tiempo, lo que facilitará la emergencia de empresas derivadas, o spin-offs, intensivas en tecnología.
b. El incremento de la productividad de las pequeñas y medianas empresas a través de un gran esfuerzo de difusión tecnológica que les permita adoptar las mejores prácticas productivas presentes en Chile y el mundo y les dé la posibilidad de incorporarse al ámbito de la innovación.
c. El impulso a la emergencia de nuevas empresas intensivas en innovación tecnológica, lo que en primer lugar requiere, sin perjuicio de otras tareas, de la consolidación de una industria financiera para las etapas iniciales de mayor riesgo e incertidumbre de los procesos innovativos, en particular capital semilla, presemilla y de riesgo.
d. El establecimiento en Chile de unidades de investigación, desarrollo o provisión de servicios intensivos en tecnología de empresas multinacionales.
8. La necesidad de que el sector privado cuente con incentivos adecuados. Para ello es necesario potenciar los actuales subsidios directos, acelerar la tramitación del proyecto de reforma al mercado de capitales, especialmente en lo referente a los fondos de capital semilla y de riesgo y los aportes minoritarios de capital de CORFO. Además es necesario analizar la aplicación de incentivos tributarios bien diseñados. En relación a estos temas, debe evitarse tanto la elusión tributaria como la captura por intereses particulares, en su caso..
9. El desarrollo de redes que vinculen a las empresas con el mundo científico y las universidades de un modo más fluido y sistemático, tanto en el plano nacional como en relación al exterior. En este plano, el informe ha destacado el rol que deberían llegar a desempeñar las entidades articuladoras y de intermediación como son las entidades especializadas de transferencia tecnológica, los brokers tecnológicos, los consorcios tecnológicos empresariales y los institutos tecnológicos.
Fortalecer los institutos tecnológicos públicos, diferenciando las funciones que cada uno debiera desarrollar según su misión, previamente revisada. Asimismo, mejorar la evaluación de gestión y desempeño de los institutos, y potenciar en ellos las funciones de antena tecnológica, difusión y transferencia, tanto de tecnologías como de buenas prácticas.
10. El aumento y la preponderancia progresiva de la investigación con objetivos declarados vinculados al conocimiento para el cambio innovativo y la preeminencia creciente de la investigación impulsada desde la demanda, o sea desde las empresas, para actividades de I+D (demand pull) en relación con la que se origina en iniciativas de investigadores (science push).
11. Dada la trascendencia del conjunto de la actividad científica para el país proponemos conjuntamente con lo anterior el incremento gradual del apoyo a investigadores individuales o centros de excelencia para sus propias iniciativas.
12. El fortalecimiento de competencias básicas hoy débiles (inglés, matemáticas, ciencias, capacidad lectora) y de un sistema de certificación de competencias laborales junto al mayor desarrollo de educación técnico-vocacional tanto media como postsecundaria aún insuficiente en calidad y pertinencia. Estos últimos procesos se vincularán con la capacitación laboral hoy existente y se orientarán a hacer realidad el concepto de educación a lo largo de toda la vida.
13. Un aumento decisivo en el número de ingenieros y científicos involucrados en labores de I+D y en el personal de gestión de la innovación a nivel de la empresa, promoviendo una profundización de las reformas, que incluya reorientaciones en el nivel de la educación superior para lograr mayor pertinencia, y generando instrumentos de apoyo a la contratación de estos profesionales a nivel de empresa.
14. Un aumento significativo, año a año, de los recursos nacionales destinados a la innovación para la competitividad en todas las dimensiones consideradas en este texto. La empresa privada deberá elevar sustancialmente su participación en el total de los recursos destinados a esta finalidad, pues como sucede en todos los países desarrollados y emergentes exitosos, los recursos del sector privado constituyen la proporción mayoritaria de financiamiento disponible.
El Consejo considera que con este informe ha contribuido, en la medida de sus posibilidades, a poner de relieve la estructura, lineamientos estratégicos y las políticas y acciones más urgentes y prioritarias para el desarrollo más pleno y consolidación de un Sistema Nacional de Innovación.
Llamamos a todos los actores relevantes del Sistema Nacional de Innovación a incorporarse activamente a este complejo y trascendental desafío de cuyo éxito – como lo hemos señalado – dependerá en buena medida el progreso sostenido del país en el largo plazo. Sólo una conciencia compartida de actores directos y ciudadanos en general acerca de la relevancia de la temática cubierta por este informe y la generación de un gran consenso nacional en torno a sus objetivos, estrategias y políticas podrán darle la sustentación mantenida en el tiempo, la voluntad política continuada y el apoyo social suficiente para que el país pueda perseverar en el logro de este conjunto de objetivos y metas. Esto sólo se logrará en el largo plazo pero es una tarea en que debemos comprometernos a partir de hoy.
Para lograr la conciencia y el apoyo nacional requeridos para esta magna tarea deberá desarrollarse múltiples iniciativas de difusión, consulta y diálogo a lo largo del país respecto del tema de la innovación en sus variadas dimensiones, vale decir, un proceso de participación ciudadana de amplia cobertura nacional.
El presente informe y la labor que un Consejo como el actual pueda realizar en el futuro cercano es tan solo el comienzo de un largo camino de cambio de cuyo vigor y persistencia en el tiempo dependerá el éxito final de nuestra urgente e impostergable tarea de innovar. En este sentido adquiere particular relevancia lo que pueda avanzarse el presente año.