blog de Bertossi

Economía Solidaria Alternativa

Economía Solidaria Alternativa

Urbana y rural

(Energías y agroalimentos)



p. Roberto F. Bertossi

 

Cuando ciertos signos de  desconcierto, perplejidad y hasta angustia o ansiedad  empezaban a palpitarse y se podían percibir en buena parte de la humanidad, atento el paulatino y creciente agotamiento cierto de  recursos tradicionales vitales no renovables –Vg. combustibles y alimentos naturales-, madre  ` naturaleza vuelve a sorprendernos con su generosidad (e indulgencia) aliviando sensaciones pesimistas con una contundente renovación de la esperanza para el hombre de hoy.



Ahora bien,  el hombre deberá acreditar que atesoró experiencias erróneas y está dispuesto -enriquecido y con mas madurez- a implementar una nueva economía desde lo doméstico hasta lo de mayor envergadura.

Unos de los desafíos centrales y enormes para esa economía gira sin dudas en torno a la generación, adopción y adaptación de las denominadas energías alternativas y la consecución de alimentos esenciales sustitutos, entre otras cosas para una economía sudamericana estratégica y posmoderna.


Sudamérica cuenta con unas de las reservas más grandes y estratégicas en materia de insumos para nuevos combustibles, tal el caso Vg.,  del  biodiesel que  permitirá no tan solo mayor competitividad, ventajas comparativas y mejor productividad sino, adicionalmente exportar este nuevo elemento esencial para la marcha de la economía mundial.

Sin duda este combustible ya es uno de los elementos que han sacudido el escenario económico y productivo mundial, acrecentando igualmente su valía, alcance, significación y trascendencia



Con ello, Sudamérica no solo se ha de reposicionar internacionalmente sino que incrementaría sus naturales atractivos para atraer fuertes inversiones conforme los aspectos e impactos más destacables de estos verdaderos insumos esenciales.

Ahora bien, son inocuos el biodiesel y sus eventuales derivaciones ?

El medio ambiente es básicamente sensible a la utilización de toda substancia combustible, razón por la cual, la utilización indebida de cualquiera de ellas fue, es y será causal de profundos y graves cambios climáticos.

Eso mismo nos demanda  un riguroso equilibrio entre las promisorias  posibilidades de contar con la contribución despliegue y  desenvolvimiento de combustibles, productos y alimentos alternativas en función de que nuestro planeta, de alguna forma, ingrese en una nueva y sustentable fase que garantice la utilización racional de todos los recursos naturales, especialmente de aquellos no renovables acreditando una seria y responsable transición de la economía tradicional a una nueva economía solidaria alternativa, esto es, la transición a una nueva época en que el hombre con un `timonazo histórico´ recupere duraderamente todo lo posible,  el  equilibrio y la armonía natural total del globo terrestre.


Sólo y a partir de estas premisas vitales, nuestras necesidades globales encontrarán respuestas adecuadas, satisfactorias y cadenas productivas más competitivas con mayores posibilidades consecuentes.

Esto permite visualizar que estamos próximos a disponibilidades de alcance y significación para lograr finalmente,  mediante una decidida economía solidaria alternativa, una perfomenace económica posmoderna,  el crecimiento de la industria, como la producción de nuevos puestos de trabajos, directos e indirectos; pymes internas y `satelitales´  que también  proponemos como los instrumentos de los más adecuados para satisfacer buena parte de las demandas actuales como las de generaciones venideras,  todo lo que repercutirá, finalmente,   -sin dudas- en equidad, inclusión y paz social.

Ahora bien, para todo ello, es imprescindible denunciar en términos de principio precautorio ambiental, todos los peligros y amenazas que como verdaderas `agalmas´ podrían no advertirse oportuna y apropiadamente  detrás de un supuesto ímpetu económico que las nuevas alternativas prometen para un renovado desarrollo, para el aliento y el alivio de actuales y calificadas preocupaciones en torno del medio ambiente y el ecosistema partiendo del mismo hombre de hoy que mantiene una `riña´ necia y absurda consigo mismo en tanto de ecología se trate.


De allí la prudencia y sobriedad imprescindibles en todo lo concerniente a los modos, maneras y/o metodologías para  descubrimientos y expansión de energías, bienes y productos alternativos;  aguda y puntualmente,  en los países proveedores de los `commodities´ necesarios y correspondientes



Si su producción se sujeta entonces fiel y  lealmente a  pautas ambientales sustentables no advertimos objeción ninguna que formular pero, si torpemente replicamos Vg.  el desatino sojero regional con consecuencias climáticas desequilibrantes que todos  empezamos a padecer, quizás estemos a los umbrales de una auto inmolación colectiva.

Del mismo modo, en materia alimentaria,  si bien no es deseable que el `agroboom´ sojero  nos obligue finalmente a importar carne, trigo, maíz, etc.,  luce propicio indagar sobre cereales y carnes alternativas y  sustitutas como aquellas que se pueden obtener de otros ganados Vg. la alpaca,  la llama, el guanaco, la vicuña,  las cabras o, en materia de fibras alimenticias Vg.  la avena, la cebada, el mijo, el centeno  y otros, predominantemente andinos en la actualidad pero,  asimilables a buena parte de nuestras tierras sudamericanas.

Que mejor entonces que advertir `a tiempo´ renovados emprendimientos agrícola ganaderos de macro influjo con seguros, diversos y múltiples impactos positivos en términos de salud, nutrición, calidad de vida, medio ambiente, desarrollos locales, desarrollo humano que desactivará  tanta violencia  e  inseguridad actuales.

Por su parte, el hecho irrefutable de que Argentina a nivel macroeconómico se haya reposicionado como en sus mejores épocas (Vg. llegó a conocérsele como. `granero del mundo`, etc), favorece usufructuar tanto se pueda y de una buena vez, nuestra producción primaria  agregando valor `criollo´  con actualizada producción y asimilación  tecnológicas para lograr en términos tan centrales como de `proyecto obelisco nacional´,  eficiencia, prestigio y marca “patacón” en el escenario de la productividad y competitividad global, sin dejar de acopiar todas las reservas cerealeras factibles para ganar en autonomía e independencia, esto es, solvencia país transfigurada institucionalmente  en más  soberanía.

Las retenciones agrícolas deben priorizar en el mejor de sus propósitos, el financiamiento de políticas publicas regionales y agrícolas, alejando todo tipo y clases de incertidumbres (Vg., estrés climático y satelital de mercados) que en categoría de plaga nueva acecha y distrae actualmente al sector rural productivo, le desalienta, todo ello  recuperando sin demoras y en los hechos a nuestros mejores profesionales, geólogos,  investigadores y científicos argentinos  como Laura ECHARTE o Carolina Garriga  y tantos otros, excelentes –reconocidos mundialmente-,   residiendo con `disgusto desarraigo´,  incómoda y nostálgicamente en el exterior; lo que  nos  hace resignar absurdamente ventajas intelectuales (dan cátedra en el primer mundo) en términos comparativos y competitivos relativos.

Esta economía solidaria alternativa tiene eficacia suficiente para sustituir importaciones nacionales y penetrar mercados internacionales lo que,  al fin de `la estiba´, resultan objetivos asequibles para un “desarrollo frondicista”  mediante el financiamiento e impulso pleno de denuedo a la infraestructura imprescindible para  vincular oportunidades,  personas y empresas; para  más y mejores fuentes de trabajo, más producción, más industria nacional, más comercialización, más construcción de viviendas y más  consumos de bienes durables, productos, bienes,  servicios, etcétera.

Así como `el maná´ es incompatible con todo monopsonio,  sólo con la  mancomunada certeza máxima: “sobre todo recurso natural `late´ una hipoteca  global” y de que  no somos más que “okupantes de este planeta (un `barrio´  más del universo),  podremos exhibir y disfrutar  entonces, con equidad y solidaridad intergeneracional,  de una auténtica  y duradera economía alternativa que debería encontrar `alcurnia constitucional´





Fundador de la primera Cátedra Universitaria especializada y opcional  de Derecho Cooperativo en toda Ibero América.

`en su acepción  flamante dada por  la Real Academia Española que regirá a partir de 2010´.

El Valor del Ahorro

( entre el Indec y el C.E.R .)



p. Roberto F. Bertossi*

Adam Smith sostuvo con todo acierto que lo más importante para un país en crecimiento es el capital, definido como una masa monetaria disponible gracias al ahorro.

El Art. 75 inc. 19 y cc. de nuestra CN. garantiza en términos de supremacía la defensa del valor de la moneda con la clara y explicita finalidad de proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la investigación y desarrollo tecnológico, su difusión y aprovechamiento.


Si `una clave´ para el desarrollo es el financiamiento Pymes para alcanzar un crecimiento armónico evitando cualquier desequilibrio o malestar relativo de provincias y regiones, ciertamente esto no será posible con manipulaciones estadísticas si se bastardean la veracidad y solidez del Coeficiente de Estabilización de Referencia, un CER que se construye sobre la base real de la tasa media geométrica calculada sobre la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) alentando o desalentando consecuentemente la potencialidad de ahorro interno tanto como eventuales inversiones extranjeras.

En realidad, si esto fuera así, estamos fomentando simultáneamente financiamientos no tradicionales donde ni la transparencia ni los razonables intereses están asegurados ni garantizados posibilitando por su contrario usurarias mesas y mesones de moneda, fuera de todo control, raciocinio y proactividad ante lo cual no se requiere mayor esfuerzo advertir que, de tal modo, todo el sistema bancario resulta injusto e inútil como parasitario al país en tales condiciones ya que las tasas que ha de percibir son abismalmente superiores a las que este artilugio Indec-Cer determinaría pagar a los ahorristas confiscatoriamente y más propio de un `aquelarre financiero´.

La idea del ahorro es inherente también al concepto de los “plazos fijos” en los que se involucran esos “dinerillos” disponibles en el segmento oscilante y mayoritario nominalmente, que fluctúa entre los cinco y los cincuenta mil pesos, poco más, poco menos; pequeños y medianos ahorristas que hacen sin dudas a la riqueza de la Nación.

Esa idea supone custodia y seguridad estatal ante el flagelo del disvalor de la inseguridad y violencia actuales, precisamente las antípodas de un concreto e integral desarrollo humano lo que posibilita inferir para el ahorro actual, al menos la hipótesis de una connatural coactividad inadmisible e injusta en un Estado de derecho que se precia de democrático, donde reinaría el crecimiento y el superávit.


No hay espacio legal para la indolencia ni para la parsimonia de una justicia inconclusa.

El Valor Justicia es la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno su derecho, su dinero y sus intereses salvo que aberrantemente admitamos transformar y transfigurar `la usura subrepticia´ en la categoría de los sacrificios compartidos.

Argentina entonces, necesita poner todos los valores en acción, ampararlos y lograrlos evitando todo simulacro o caricaturas, so pena de sujeción a quienes los impidan por acción u omisión, a la responsabilidad de los infames traidores a la Patria.-

* Autor: Roberto Bertossi, Fundador de la primera Cátedra Universitaria especializada y opcional en Derecho Cooperativo en toda Ibero América.

Premio Nobel de la Paz



P Roberto F. Bertossi

Hace poco días, conocimos que le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz a Muhammad Yunus, un indio que ha provocado una de las revoluciones más espectaculares en el mundo de las finanzas y la banca, y no sólo ha llevado esperanza económica a los pobres del mundo, sino también un verdadero desafío exitoso al modo tradicional como la comunidad financiera global entiende y trata a las personas más desfavorecidas.


Yunus creó un banco nuevo, el `Graneen´ que sólo presta dinero a los más pobres de los pobres, a los que carecen de toda garantía que los respalde siendo pionero en el impulso al concepto de los micro créditos, en cantidades pequeñas concedidos a personas sin acceso a medios de financiación. Los micro créditos se han extendido por todo el mundo y ya han ayudado a casi veinte millones de personas con sus familias para salir de la pobreza.

El 94% de sus clientes son mujeres y su tasa de retorno es del 98%. Esto acredita que esta banca nueva ha resultado un éxito extraordinario y hoy es el modelo de otras instituciones en todo el mundo.

Esta `institucion bancaria´ ya opera en casi setenta países, también en Francia y los Estados Unidos entre los mas desarrollados.


A propósito, la propia secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, alabó la elección del bangladesí, Muhammad Yunus y su Banco Grameen como ganador del Premio Nobel de la Paz 2006 y subrayó que Yunus "ha ayudado a millones (de personas) a acceder a financiación para mejorar su calidad de vida".

El `banco nuevo´ direcciona proactiva, humana, equitativa y eficientemente toda la `liquidez´ disponible en creativas y especiales líneas de crédito asegurándose novedosamente que sirvan para fomentar actividades que garanticen las necesidades esenciales de millones de personas, impedidas por sus carencias actuales para poder acceder a los canales convencionales de crédito, personas que de tal modo se benefician de este programa crediticio logrando paulatinamente adelanto, progreso y bienestar.

Dicha premiación puede ayudar a despertar y revelar en el mundo de las empresas, el alcance y el sentido cabal del concepto: “responsabilidad social empresaria” alejando la `insaciabilidad´ , la búsqueda inmediata, afanosa y desenfrenada del lucro y cualquier otra ganancia, exagerada, sin ningún compromiso con el entorno social, el medioambiente,etc.

Igualmente, será sin dudas no solo un aliento contundente para la concientización de la función social de la empresa sino para la necesidad y el compromiso de todos en el logro del bien común como elemento preponderante en nuestras relaciones sociales y globales, ya que un más equitativo aprovechamiento de los bienes y recursos surge como `el contrafuegos´ imprescindible y la contrapartida al exceso de acumulación y concentración de rentabilidad lo que, únicamente sirve para agudizar y expandir los conflictos sociales, generando situaciones de menor a mayor violencia en tantas partes delmundo.

Para los Nobel existen claro, muchos bienes cuya difusión y propagación resultan extremadamente saludables para enriquecer la vida de todos por caso, el campo de la cultura, de las artes, del saber, etc.

De la misma manera, este reconocimiento a la iniciativa Yunus, confiere a los recursos financieros un carácter más justo e igualitario acreditando simultáneamente que pueden ser muy importantes y relevantes si también sabemos encontrar en ellos sus efectos multiplicadores y pacificadores de la sociedad toda.

El otorgamiento entonces de este premio a un banquero nos revela algo inédito en la historia de este importante galardón, ya que conceder el Nobel da Paz a un banquero significa reconocer que esa actividad llevada a cabo con mejor sensibilidad social, puede servir para atenuar o aminorar, de alguna manera, los conflictos existentes como derivación de graves asimetrías sociales.

Yunus cree que el crédito es la última esperanza para quienes enfrentan la pobreza absoluta; cree más: que el crédito debería ser reconocido como un derecho humano fundamental y, las garantías, como una subespecie esclavitud.

Así pues, no debemos menos que elogiar este premio al `financiamiento de la paz´, a un `mecanismo inclusivo´ importantísimo para el desarrollo humano y una contribución invalorable –inmejorablemente advertido y distinguido- para conservar y conseguir la Paz.

Director del Proyecto Nacional para la Microempresa Urbana y Rural

Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Universidad Nacional de Córdoba - Argentina

Premio Gota en el Mar, 2005

Cumbre del Mercosur

foto o proyecto común..?


Hace más de medio siglo que se advirtió la necesidad de institucionalizar e integrar necesidades geopolíticas, sociales, económicas y culturales para, progresivamente, estrechar vínculos que nos permitiesen una integración plena, sostenida, cooperativa y complementaria.

Recordemos la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio), la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), el Acuerdo de Cartagena o Pacto Andino, la Cuenca del Plata, URUPABOL (Convenio de Coordinación y Cooperación entre Bolivia, Paraguay y Uruguay), el Acuerdo Amazónico, el SELA (Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe) entre otros intentos pero que, en general, no pudieron lograr plena y duraderamente sus objetivos, objetivos admirables en orden al desarrollo de la infraestructura necesaria para mejorar la vinculación física de personas y economías, brindando condiciones para el desarrollo y cohesión de las economías locales y regionales, facilitando el aprovechamiento de oportunidades y la igualdad de trato.

Con el Mercado Común del Sur (Mercosur) se trató de implementar un ambicioso proyecto de integración económica, en el cual se encontraron inicialmente comprometidos Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.


Su principal objetivo, fue aumentar el grado de eficiencia y competitividad de las economías involucradas ampliando las actuales dimensiones de sus mercados y acelerando su desarrollo económico mediante el aprovechamiento eficaz de los recursos disponibles, la preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las comunicaciones, la coordinación de las políticas macroeconómicas y la complementación de los diferentes sectores de sus economías todo eso con miras a la conformación de un Mercado Común para una respuesta adecuada a la consolidación de grandes espacios económicos en el mundo y a la necesidad de lograr una adecuada inserción internacional.

El Mercosur fue creado el 26 de marzo de 1991 por el Tratado de Asunción, vigente desde el 29 de noviembre del mismo año que establece desde 1994 (Reunión de Ouro Preto) un arancel externo común y, a partir de 1999 existe una zona libre de aranceles entre sus integrantes con la sola excepción del azúcar y el sector automotriz. Su Unión Aduanera se encuentra aún en proceso de construcción, siendo el mayor productor de alimentos del mundo.

En el 2006, aún pendiente el logro pleno y armonioso de su objetivo fundacional como la inclusión de una `agenda social´, ya hemos escuchados demasiados discursos y actitudes contra fácticos de algunos presidentes sudamericanos, muy alejados del propósito fundacional.

En efecto, como bien sostiene el profesor uruguayo Bernardo Quagliotti de Bellis, algunos de esos dicursos y algunas actitudes no esconden ni disimulan del todo, posibles expectatitvas ideológicas hegemónicas: -el anillo energético, el gasoducto del sur, las rutas bioceánicas, sistemas bancarios, portuarios hasta el ejercito del Mercosur, provocando en algunos casos, por efecto de su trasfondo ideológico una marcada reacción frente a ellos, pues estarían reflejando distintos proyectos de liderazgo que no cuentan con un consenso subcontinental.


Lo cierto es que, el fenómeno de la globalizaron resulta irreversible y, ante las expresiones de concentración económica, tecnológica, financiera y comunicacional-, luce ineludible un franco itinerario cooperativo en la región sudamericana capaz de integrar personas - autónoma, independiente y responsablemente-, hermanando multitudes pero no masas ni amontonamientos espasmódicos.

Con la mundialización asistimos a un renacimiento de la homogeneidad, a un aumento de la concertación y el diálogo internacional por lo cual, la agenda política se debe encauzar de manera grupal, con un banco de ideas y proyectos para alianzas y asociativismos de variados objetivos.

Vivimos tiempos hipermodernos que se caracterizan mayoritariamente por el liberalismo económico, fluidez mediática e hiperconsumo, que coexiste con el nivel de los estados integrados que asocian sus afluentes sociales, políticos, económicos y culturales, así como programas eficaces para las adversidades.

Son tiempos en los que debemos procurar la defensa de los derechos del hombre y el cumplimiento de sus deberes, de un hombre que convive con otros fenómenos como los mercados ampliados más allá de las fronteras y la tecnociencia.

Este hombre ahora, en la búsqueda de certezas, vuelve a marcar límites y exigencias, desea compartir la soberanía, rescatar el poder del Estado con la regulación y el control, “solidarizar la economía”, fiscalizar los mercados e incorporar las organizaciones sociales en la instancia de la responsabilidad pública, tanto para gestionar como para fiscalizar e incentivar acciones y conductas de interés publico.

Será preciso entonces, profundizar y expandir auténticas democracias con mayor y mejor legitimidad, con más federalismo y autonomía municipal, regionalizando el conocimiento, la inclusión, la justicia, el derecho -logrando un digesto común y actualizado de leyes, tratados, normas y resoluciones aplicables a cada situación controversial en la región- y gran seguridad jurídica para ampliar el abanico de atracción a las inversiones.

Tenemos grandes necesidades comunes, afines y en no pocos casos, semejantes, pero no carecemos de enormes oportunidades para una formidable integración sudamericana: 1) fecundos territorios; 2) agua en abundancia; 3) riquísimos recursos energéticos y minerales; 4) un valioso litoral marítimo; 5) climas variados; 6) atractivos turísticos, 7) población reducida para el tamaño de la región, mayoritariamente homogénea cultural e idiomáticamente con buena formación profesional aún en aquellos de menor formación; 8) una singular ductilidad de absorción e incorporación de conocimientos y técnicas, 9) ausencia de discrepancias étnicas, raciales o religiosas; 10) tendencias marcadas de crecimiento y superávit.

Nos falta si, lograr –sin más demoras ni distracciones- simetrías regionales razonables en políticas fiscales, convergentes, cooperativas y complementarias con más políticas sociales y de incentivos para la infraestructura, el crédito, la producción, la agroindustria, el intercambio, las exportaciones, las nuevas tecnologías, la ciencia, la técnica y una investigación permanente que nos provea de una institucionalidad y de un pensamiento propio para alcanzar respuestas adecuadas a las nuevas oportunidades y demandas, con rigor y prontitud.

Con esa perspectiva, resultaría útil replicar un Fondo de Cohesión como posee la Unión Europea, esto es, un instrumento estructural que ayude a los Estados miembros a reducir las disparidades económicas y sociales así como a estabilizar sus economías. El Fondo de Cohesión financia allí hasta el 85% de los gastos subvencionables de proyectos de gran envergadura en el ámbito del medio ambiente y la infraestructura de transporte. Esta medida fortalece la cohesión y la solidaridad en el seno de la UE. Los países subvencionables son los Estados miembros menos prósperos de la Unión, cuyo producto interior bruto (PIB) per cápita es inferior al 90% de la media comunitaria (desde el 1/5/2004 son Grecia, Portugal, España, Chipre, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia).

Si bien cuando uno se pregunta de un modo absoluto cuál es la mejor integración, se hace una pregunta tan inescrutable como indeterminada o, si se quiere, tiene tantas soluciones posibles como combinaciones hay en las situaciones absolutas y relativas de los pueblos y, por eso mismo, esta Cumbre ampliada es una excelente oportunidad mediterránea que nos convoca a re-pensar el Mercosur en términos de políticas publicas nacionales convergentes y en una región que se propone integrar heterogeneidad nacionales para relanzar el Mercado Común del Sud con mayor capacidad de gestión para procesos de cambio que nos asegure conservarnos, crecer y expandirnos, interna y externamente.

Para concluir saludamos y celebramos las contribuciones cooperativas que se acuerden en esta cumbre ampliada, regionalmente eficaces y abiertas -sin discriminaciones ni resentimientos- al marco de las nuevas políticas públicas regionales en tanto persigan con espíritu reflexivo y critico –mucho más que una foto- conciliar el dinamismo del Mercado con Estados `semáforos´ y moderadores, reafirmando las soberanías y autonomías nacionales, la cohesión, la seguridad y la solidaridad social regional con la revalorización del ambiente y el uso racional como eficiente de nuestros recursos naturales en una construcción proactiva de desarrollo humano con legitimidad y equidad, para todos y en paz.-

Roberto F. Bertossi

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