Economía Urbana y Regional

Enfoques Teóricos sobre el Desarrollo Regional

Dado que en términos prácticos representa un escenario opuesto a la globalización, el concepto de región expresa la evolución, el desarrollo y las contradicciones esenciales del espacio geográfico, características que lo hacen particular y distinto de otras áreas geográficas y centros urbanos. En otras palabras los actores o agentes económicos pueden desenvolverse en condiciones semejantes en cualquier región del mundo.


Entre las teorías y escuelas sobre el desarrollo regional que critican el enfoque económico neoclásico que argumenta que las condiciones geográficas predeterminan las actividades económicas en una región, se encuentra la escuela francesa, donde uno de sus principales exponentes fue, François Perroux. Sus argumentos trazan la diferencia de interpretación sobre el desarrollo regional, al cuestionar que el crecimiento económico no se presenta y difunde de manera uniformes en los sectores de una económica, sino que se concentra en ciertos sectores y ciertamente en industrias con crecimientos similares.

Estas industrias de crecimiento homogéneo tienen la particularidad de fomentar la aglomeración de empresas y con esto dominar otras industrias con las que se relacionan (Higgins, 1985: 32).

Tanto Hirschman de la escuela americana como Perroux de la francesa, hicieron hincapié en fomentar las relaciones empresariales, los encadenamientos industriales (Hirschman, 1973). Los principales teóricos sobre el crecimiento económico, dirigidos por Perroux, sostenían que las redes empresariales e industriales y la teoría de la interdependencia industrial representan un papel importante en la teoría del polo de desarrollo.


El desarrollo regional con base en los polos de desarrollo fortaleció la estrategia keynesiana de creciente participación del Estado en la economía, la promoción de polos de desarrollo con inversión de fondos públicos se tradujo en una práctica común del gobierno (Higgins, 1985).

Desde la observación de esta teoría, los costos y las ganancias se volvieron indicadores de segundo nivel como criterios para promover el crecimiento económico, debido a que los para satisfacer la demanda efectiva.

Hay otros autores que sustentan teorías del desarrollo regional equilibrado distintas de la tradición alemán, un claro ejemplo es el caso de Paul Rosenstein y su teoría del gran empuje (Krugman, 1995). Esta teoría explica el crecimiento económico con base en los mecanismos keynesianos clásicos: el multiplicador y el acelerador. Según este autor, el crecimiento económico se provoca con la inversión pública en infraestructura, siempre y cuando esté acompañada con inversión privada. Bajo este argumento el polo de desarrollo y la región experimentan el crecimiento bajo la interacción de estas dos fuerzas, que actúan en coordinación.


El enfoque anterior hizo que Estado participara más en la economía de las regiones, al establecer la teoría de Keynes en la receta fundamental para impulsar el crecimiento económico.

A partir de lo anterior la cooperación se convierte en una práctica que caracteriza la organización industrial a través de clusters y es un ejercicio contrario a los principios básicos que gobiernan la empresa capitalista, cuya actividad se basa en la competencia.

También la competitividad colectiva, según Messner (1998) representa la alternativa que debe seguirse. Sin embargo esa competitividad reproduce la paradoja de que los empresarios tienen que cooperar para llevar a cabo sus operaciones comerciales como condición para la acumulación de capital.

El modelo cluster como estrategia para el desarrollo regional una economía global

José Ángel Bejarano Cortez- Tijuana, B. C., 10 de junio de 2013


En este ensayo se analiza la importancia de los cluster para las empresas pequeñas o medianas, (pymes) en su recorrido hacia las economías globalizadas y basadas en el conocimiento, así como la importancia de las características de las regiones como detonantes de la competitividad

Hoy en día la globalización se ha generalizado en todas la economías del mundo, un país, cuya actividad económica está limitada a la producción local minimizando las exportaciones y no fomentando las importaciones, está condenado a la crisis.

Al hacerse presente el fenómeno de la globalización en las regiones, estas experimentaron cambios profundos para modificar sus estados operativos y adecuarse a los avances tecnológicos y las nuevas estrategias de fraccionar los procesos de producción que han modificado la competitividad de las empresas en las regiones de un país. Estas transformaciones han conducido a nuevas formas de organización económica y empresarial para enfrentar la competencia mundial, lo cual desencadeno la formación de redes empresariales mejor conocidas como clusters.


En el contexto de la globalización el espacio físico, es decir el territorio y la región, se pierde importancia a este elemento debido a la dimensión de los procesos que caracterizan su concepción, que desborda fronteras nacionales e impone su patrón de actividades que comprenden la vida financiera, económica, tecnológica y cultural.

El desarrollo regional actual afronta una serie de cambios dado la importancia del espacio geográfico, que cada día pierde relevancia dado sus variables y características. Ciertamente pareciera que, la globalización y la región son conceptos totalmente contrarios; mientras la globalización es esa dinámica económica, financiera, tecnológica, cultural, etcétera, que no conoce fronteras, la región le impone elementos y características particulares a estas variables para acelerarlas o retardar sus ciclos reproductivos.

Las maneras organizativas de los actores regionales hacen que las regiones sean más o menos dinámicas. De esta forma, en esta época de creciente globalización, por región se entiende a ese conjunto de relaciones entre empresas y agentes económicos que generan un espacio específico, económico y social.


En la realidad económica actual, es fácil observar como las empresas tanto grandes y pequeñas, nacionales o extranjeras convergen en un mismo espacio, quizás no con la misma capacidad financiera, tecnológica o comercial, pero entre ellas se realizan prácticas de interacción constante para poder acceder a los mercados de todos lugares de posible interés de negocio.

Al observar cómo operan las empresas grandes en función de las ventajas que les brinda estar ubicadas en lugares de fácil acceso a las pymes es interesante destacar como se generan una serie de encadenamientos productivos que fomentan la aglomeración y el desarrollo de nuevas formas productivas.

La culpa es de las multinacionales (MNC), quienes han venido creciendo tanto en número como en organización apropiándose de las regiones con sus capacidades instaladas y su poderío de negociación, presencia e influencia. Según Dicken (2006) son las MNC las que a partir de la diversificación de sus estrategias para operar, se han fragmentado, y segmentado sus procesos de producción, adaptándose a políticas regionales, y siendo más abiertas a la negociación con competidoras, propiciando con ello, un nuevo desarrollo regional basado en clusters.

También Dicken (2006) argumenta que al incrementar la presencia internacional de las MNC es más probable que asuman características propias de la región destino, donde operan pero al construir redes empresariales, no pierden identidad nacional. Las empresas locales generalmente pequeñas y proveedoras y que son las que forman los clusters, incrementan su ventaja competitiva al insertarse en la competencia global por medio de las MNC.

Según (Dicken, 2006 y Pozas, 1999) las MNC también operan en red, al establecer alianzas estratégicas entre empresas del mismo perfil industrial para enfrentar a la competencia y poder acceder a mercados y nuevas tecnologías, lo cual genera un ambiente sistémico, para que las empresas pequeñas operen también en redes horizontales y verticales.

Otro elemento básico de las regiones en la actualidad es su creciente autonomía para impulsar estrategias que fomentan la participación de pymes con las MNC a través de esquemas como la subcontratación. Con la globalización se opera con mayor libertad y velocidad el movimiento de capitales. (Ruiz, 1999 y Dicken, 2006).

En sintonía con lo anterior, para las pymes la asociación, y colaboración con otras de tamaño similar representa una alternativa estratégica, que les permite aprovechar las ventajas competitivas de las empresas con las que se asocian, en algunos casos acuerdos de tipo horizontal y en otros vertical. Al incrementarse los acuerdos entre las pymes, se van construyendo redes que se entrelazan de manera importante y estas redes organizativas se desarrollan normalmente en un espacio geográfico limitado y concreto formando así, conglomerados y clusters (Masia, 2007).

1.3 Polos, Distritos y Parques

1.3.1 Características y diferencias de las aglomeraciones geográficas de empresas



Antes de comenzar a tratar el tema de los clusters TIC nacionales, se hará una breve disgresión para comprender mejor los significados y diferencias que hay cuando hablamos de los polos, distritos y parques, tanto industriales como tecnológicos. En principio, todos representan algún grado de concentración geográfica de empresas de una misma rama económica, que puede ser más o menos específica; por ejemplo, un polo petroquímico puede ir desde la refinación de petróleo, a la producción de fertilizantes o el tratamiento de químicos básicos para otra industria.

Al ahondar en estos conceptos, se puede ver que hay pequeñas diferencias entre ellos, según el tipo de aglomeración que se estudie. Nuevamente, el punto de partida lo representa la observación de Marshall que comenzó definiendo a los “distritos industriales” de su época. Hay dos clases de modos de producción que él distinguió: uno centrado en grandes unidades productivas integradas verticalmente hacia su interior, y otro basado en la concentración de numerosas fábricas de pequeñas dimensiones y especializadas en las diferentes fases de un único proceso productivo en una o varias localidades. Con respecto al segundo, Marshall considera que si bien las ventajas de la división del trabajo sólo se pueden obtener en las fábricas muy grandes, también se pueden obtener de pequeñas fábricas y talleres, con tal de que exista un número muy elevado de la misma actividad.

Por su parte, la visión de Porter varias décadas más tarde se centra en el concepto de “cluster”, donde observaba que las empresas se conglomeraban en pequeñas áreas geográficas específicas para cada tipo de industria (haciendo hincapié en la competitividad de dicho sector analizado) Porter, Michael. Op. Cit., 115.. Este territorio se caracteriza, como se vio, en la calidad de los recursos humanos especializados, las cadenas de proveedores, la rivalidad competitiva-cooperativa y la generación de sinergias que hacen eficiente al conjunto.


En los últimos 20 años han surgido diferentes estudios sobre lo que debería entenderse por cluster, motivados por un proceso de desarrollo capitalista global que tuvo su correlato en la aparición de muchos conglomerados geográficos de empresas que no siempre se podían definir de una manera determinada. El catedrático español Mikel Navarro realizó un compendio de los diferentes análisis al respecto, encontrando que los clusters pueden distinguirse por diferentes parámetros: según el tipo de integración y relacionamiento (vertical, horizontal, sectorial o transectorial); por el nivel económico de los flujos (“micro” entre empresas, “meso” intra e intersectorial, o “macro” por el patrón de especialización del conjunto del territorio); según las organizaciones que participan (solo empresas, o también universidades, institución pública, etc.); entre demás clasificaciones Navarro Arancegui, Mikel. El análisis y la política de clusters. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2001, 25-26.. Para el objetivo de este trabajo, desde el punto de vista de los vínculos o flujos el análisis se centrará en su faceta de tipo “macro” de la industria TIC en Argentina, dejando de lado las vinculaciones micro y meso.

Para sintetizar las diferencias entre cluster y distrito industrial, se puede empezar diciendo que el distrito es una entidad socio-territorial caracterizada por la presencia simultánea activa, en un área territorial delimitada desde el punto de vista natural e históricamente determinada; de una comunidad de personas y de una población de empresas que tienden a interrelacionarse mutuamente1. Es una visión más territorial en el que se le da importancia al agrupamiento de empresas y personas en un ámbito local; está asociado (ya desde el análisis de Marshall) a un modo de vida y relacionamiento sociolaboral de una comunidad.

Por su parte, según ha definido Porter, los clusters son concentraciones geográficas de empresas interconectadas, de proveedores especializados, organizaciones vinculadas y trabajo especializado. Se centra en las ventajas competitivas desde el punto de vista corporativo, no en una mirada de desarrollo e integración social; es un modelo más microeconómico y administrativo de redes de relación para generación de competitividad.


Es decir, un análisis de “distrito” tiene en general un mayor protagonismo sociológico, histórico y hasta político (por las tendencias de sus habitantes a votar a determinadas fuerzas políticas, por ejemplo), mientras que un “cluster” se centraría en una mirada hacia las organizaciones productivas y sus ventajas competitivas en la economía global.

Para finalizar este apartado, hay que nombrar también a los llamados “parques” o “polos”, que en general están destinados a actividades industriales. En su mayoría, estos espacios se encuentran delimitados geográficamente en las afueras de alguna ciudad para la instalación de industrias, actividades productivas y de servicios. Los mismos cuentan con infraestructura y equipamientos, que optimizan la radicación y organización territorial de las actividades productivas. Becattini, Giacomo. “The marshallian industrial district as a socio-economic concept”, en Industrial Districts and Inter-firm Cooperation, Pyke, F. Becattini, G. y Sengenberger. W. (eds.). Génova: IILS, 1990. Se basa en un plan deliberado de proveer de infraestructura, servicios públicos, seguridad interna y periférica, control ambiental, planificación urbana y accesos a rutas terrestres, fluviales y/o marítimas, entre demás beneficios. Además de lo antedicho, los parques o polos se caracterizan por tener un fuerte componente de programación pública (ya sea del Estado nacional, provincial, municipal o los mismos en conjunto), que delimita el lugar y le instala cercos perimetrales, amén de los diversos beneficios fiscales y de provisión “privilegiada” de determinados servicios públicos.

A pesar de que este tema de las diferencias entre distrito, parque, zona, polo, cluster y demás formas de denominar a esas aglomeraciones posee una rica bibliografía, se detiene aquí el análisis por no ser el objetivo primordial del trabajo. Simplemente es una oportunidad de adquirir nuevos conceptos al hablar de ciertas palabras que muchas veces se toman como sinónimos pero el estudio científico se ha encargado de realizar análisis de mucho mayor valor agregado.

En lo sucesivo, se utilizará la denominación “cluster” por ser el concepto que más se acerca a las características de cada uno de los casos estudiados, aunque los mismos posean nombres disímiles como “polo tecnológico”, “cluster IT” o “distrito informático”, entre otros. En este apartado se pudo ver que los nombres de estos lugares están más relacionados con la estética de las palabras utilizadas para autodenominarse que con la definición exacta de su propio espacio geográfico con empresas de base tecnológica.

1.3.2 Ejemplos en la Ciudad de Buenos Aires

La información suministrada en este apartado pertenece al Ministerio de Desarrollo Económico del G.C.B.A. http://www.buenosaires.gov.ar/areas/produccion/?menu_id=6 (acceso mayo 2011)

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires posee la característica de tener el PBI per cápita más alto del país (US$ 24.300 por habitante, mientras que la media de Argentina es US$ 8.050), una gran dinámica económica y por ser el centro de decisiones políticas y financieras del país. El G.C.B.A. a través de su Ministerio de Desarrollo Económico ha definido un grupo de actividades estratégicas: las empresas TIC, el turismo, las industrias audiovisuales y el real estate. Para ello ha impulsado políticas de impulso a la formación de aglomeraciones de empresas, mediante la sanción de leyes municipales, oficinas de atención para minimizar las trabas burocráticas, sumado a beneficios fiscales y créditos preferenciales del Banco Ciudad.

En esta ciudad se presentan diferentes casos de concentraciones que se pueden analizar más profundamente gracias a las herramientas conceptuales vistas arribas. Por un lado, desde 2005 funciona el Centro Metropolitano de Diseño en las instalaciones recicladas del antiguo Mercado del Pescado. Es un “ámbito de apoyo a la innovación” y centraliza las respuestas de la Ciudad sus emprendedores de diseño; amén de que Buenos Aires fue declarada Ciudad del Diseño por la UNESCO.

Los dos edificios que componen el conjunto CMD suman una superficie de 14.000 m², con un potencial de ocupación cercano a las 1.500 personas. En su interior albergan oficinas gubernamentales de promoción del diseño, las industrias creativas y el comercio exterior; 70 boxes para incubación de emprendimientos; un auditorio con capacidad para 250 personas; aulas y espacios para talleres y laboratorios; 3.000 m² para exposiciones y muestras; una biblioteca especializada, un museo de sitio, un centro cultural y de interpretación barrial y cafetería, entre otras. El Centro de Investigación, Desarrollo, Innovación y Diseño en Ingeniería (CIDIDI) ocupa un espacio privilegiado en el edificio, con laboratorios y talleres propios Centro Metropolitano de Diseño. http://cmd.mdebuenosaires.gob.ar/system/contenido.php?id_cat=36 (acceso mayo 2011).

En definitiva este denominado “centro” es un espacio físico concreto para dar respuesta a una actividad que por sus propias características tiene un alto grado de emprendimientos individuales y donde estos diseñadores necesitan el apoyo del sector público para desarrollar sus ideas.

El G.C.B.A. también se encuentra impulsando el Distrito Tecnológico de Parque Patricios, con una importante inversión en infraestructura, beneficios fiscales y la idea de cambiar la fisonomía del barrio. En este caso hay una clara intención de que se instalen nuevas empresas, se construyan nuevos edificios y viviendas, convirtiéndose en una opción viable para que los futuros “trabajadores IT” decidan vivir allí. Una alternativa al respecto es la que ofrece el Banco Ciudad, que posee líneas de créditos especiales para quienes decidan comprar o edificar en esa zona de la Ciudad. Es decir, este Distrito Tecnológico es una de las estrategias de políticas públicas selectivas para fomentar una aglomeración geográfica no solo de empresas, sino de las personas que decidan instalarse a vivir ahí.

En la Ciudad de Buenos Aires hay otros dos proyectos con diferente grado de avance: el Distrito Audiovisual y el Polo Farmacéutico. El primero abarcaría partes de los barrios de Chacarita, Colegiales, Palermo y Villa Ortúzar, con beneficios impositivos (exención de Ingresos Brutos) para las empresas audiovisuales que decidan instalarse, amén de la concentración de la oferta para los que decidan producir contenidos tanto para este país como para el exterior. Según datos del G.C.B.A., la Ciudad concentra más de un 58,7% del rodaje del país, ocupando aproximadamente a unos 63.000 personas Ministerio Desarrollo Económico, GCBA. http://www.buenosaires.gob.ar/areas/produccion/distritoaudio.php (acc. mayo 2011). A su vez, se afirma que será un nuevo punto de atracción turística por la nueva faceta “fashion”.

El Polo Farmacéutico, por su parte, estará ubicado en los terrenos delimitados por las avenidas Escalada, Gral. Francisco Fernández de la Cruz y la calle pública paralela a las vías del Ferrocarril Metropolitano (ex Gral. Belgrano), que fue zonificada para tal fin por una ley de la Legislatura de la Ciudad en agosto del 2005. La superficie de los terrenos es de 82.590 M², que serán destinados a la construcción de plantas farmacéuticas, más 23.910 M² para toda la obra de infraestructura necesaria para su funcionamiento, como la delimitación del perímetro, nivelación, construcción de accesos y calles de circulación interna, acometidas y distribución de los servicios públicos y desagües de las parcelas, mantenimiento, iluminación y parquización. Se estima que la concreción del proyecto completo ocupará alrededor de 2.000 personas Ministerio Desarrollo Económico, GCBA.

http://www.buenosaires.gov.ar/noticias/?modulo=ver&idioma=es&item_id=6&contenido_id=11549 (acceso mayo 2011).

Este último es un ejemplo más acabado de la idea de parque o polo que se trató anteriormente, donde el sector público delimita un área geográfica, brinda infraestructura, instala servicios públicos y luego fomenta la instalación de empresas de un rubro determinado mediante diversos beneficios impositivos y/o crediticios.

En síntesis, el objetivo de esta parte del trabajo fue mostrar cómo en una misma zona geográfica pueden surgir diferentes alternativas de aglomeraciones geográficas de empresas, con características diferentes según el sector económico que se vaya a instalar (tecnología y software, plantas industriales, emprendedores de diseño), la dinámica propia que los actores del sector público le quieran imprimir y la planificación urbana que al invertir en infraestructura pública para el transporte, los servicios, la iluminación y la seguridad buscan influenciar positivamente en las decisiones de radicación no solo de empresas, sino de los trabajadores que elijan vivir en estas nuevas zonas.

Autor: Juan Ignacio Zaballa

1.2 La ventaja competitiva de las naciones

1.2.1 Determinantes de la ventaja nacional



Como se ha mencionado, el estadounidense Michael Porter fue el pionero en analizar y señalar el fenómeno de los cluster, que en inglés significa “agrupar”. Justamente, lo que este autor hizo fue estudiar científicamente las razones y beneficios por el cual las empresas podían elegir agruparse geográficamente.

Para empezar, se debe citar lo que Porter distingue como los determinantes de la “ventaja nacional” cuando se preguntaba el motivo por el cual una nación alcanza el éxito en un sector en particular Porter, Michael. La ventaja competitiva de las naciones. Buenos Aires. Javier Vergara Editor, 1991, 110.. Como primer punto cita las condiciones de los factores, referido a las dotaciones de trabajadores especializados e infraestructura adecuada para un determinado sector; que debe ser complementado por las condiciones de la “demanda” interna de esa gama de productos y servicios, sin menospreciar la capacidad exportadora de un sector competitivo también fuera de las fronteras nacionales.

El tercer determinante se analiza desde la existencia o ausencia dentro de una nación de sectores proveedores e industrias complementarias que también sean internacionalmente competitivos. Finalmente, Porter se centra en la “estrategia, estructura y rivalidad de la empresa”, adentrándose en un examen microeconómico de las formas como las compañías se organizan y gestionan, así como también la “naturaleza de la rivalidad doméstica”, es decir la competencia interna que fomenta la competitividad hacia afuera.


Estos cuatro factores, que el autor relaciona entre sí a través de un diagrama en forma de diamante, es un ensayo de responder al cuestionamiento original sobre los atributos genéricos de una nación para generar un entorno de competitividad.

1.2.2 La concentración geográfica de sectores competitivos

Una vez que se forma un agrupamiento, la totalidad del grupo de sectores se presta apoyo mutuo. Los beneficios fluyen hacia adelante, hacia atrás y horizontalmente. La rivalidad agresiva de un sector tiende a propagarse a otros del agrupamiento Porter, Michael. Op. Cit., 208-211., afirma Porter en los comienzos del capítulo fundacional en el estudio de los clusters. Esta aglomeración geográfica reafirma lo que observaba Marshall respecto a que la información circula a mayor velocidad, que la relación proveedor-comprador se enriquece, mientras que surgen nuevas innovaciones y oportunidades competitivas que llevan a las empresas dentro del cluster a mantenerse siempre a la vanguardia del sector.


Todas estas compañías invierten en tecnología, capacitación e infraestructura que a través de las conexiones derivadas del agrupamiento generan “derramamientos”, beneficiándose del entorno geográfico. Según Porter, la escala del agrupamiento lleva a mayores inversiones y especializaciones, donde el retorno de las mismas sería superior al que se obtendría de un análisis microeconómico aplicado a la empresa individual. El autor finaliza este apartado con la sentencia: el agrupamiento de sectores competitivos representa más que la suma de las partes.

Al respecto de la concentración de los “rivales domésticos” cabe aclarar que si hacemos un análisis aplicado a determinados sectores en un contexto de amplio acceso a los mercados internacionales, se puede decir que muchas empresas no serían rivales en sentido estricto compitiendo por ganar porciones de un mercado acotado, sino que hay espacio para todos los agentes crezcan y ganen dinero. Como se verá luego en este trabajo, la industria del software en Argentina ha incrementado sus exportaciones, contratado nuevo personal (con restricciones de oferta de mano de obra especializada) y fomentado la aparición de nuevos emprendimientos y/o la radicación de grandes empresas para hacer frente a los incrementos de la demanda. Es decir, el término “rival” para determinados sectores, como por ejemplo las vinculadas a las TIC con mercados en continua expansión mundial, no debe interpretarse en el sentido clásico de ganarse mutuamente participación sino que seguir estrategias de cluster lograría potenciar la competitividad del conjunto y las empresas pasan a “coopetir” (palabra que integra los conceptos de competencia en un marco de cooperación).

Al respecto, se señala que en la actualidad una sola empresa no puede brindar todos los componentes de un sistema de información, sino que es realizado por firmas distintas con variados modelos de producción y gestión, donde las mismas venden componentes complementarios en un conjunto Shapiro, Carl; y Hal Varian. Information rules: a strategic guide to the network economy. Boston: Harvard Business School Press, 1998, 10.. Como señalan Shapiro y Varian, la dependencia de las tecnologías con el resto de sistema significa que las empresas tienen que centrarse no sólo en los competidores, sino también en los colaboradores.

La tecnología ha generado dinámicas de competencia que se diferencian de la tradicional competencia por precios, ya que ésta se refiere a la oferta de bienes estandarizados, disminuyendo costos de producción en un mercado delimitado. En cambio, en la competencia tecnológica, el mercado se rige por cambios incrementales o rupturas productivas que dan origen a la mejora cualitativa del producto o al surgimiento de nuevos bienes o servicios, en nichos de mercado de mercado no saturados Garud, Raghu; y Andrew Van de Ven. “A framework for understanding the emergence of new industries”, en Research on Technological Innovation, Management and Policy (vol.4). Nueva York: 1989, 195-225..

No solo es eficacia y especialización lo que se obtiene de la concentración geográfica de empresas competidoras, proveedores y trabajadores especializados sino es la mejora en la innovación, mediante el aprovechamiento de la creatividad del capital humano formado (por empresas y universidades locales) y de la experiencia colectiva transmitida de manera intangible hacia todos agentes del lugar. El surgimiento de innovaciones dentro de las firmas y de emprendedores que forman sus nuevos proyectos es también una consecuencia de este marco geográfico de competencia y cooperación, ya que la fuerza de trabajo especializada no solo vive allí, sino que también tienen sus relaciones consolidadas y es la proximidad lo que aumenta la rapidez del flujo de la información Porter, Michael. Op. Cit., 216-217.

Pero en los textos de Porter también hay espacio para la advertencia, al afirmar que esta proximidad puede conllevar riesgos a largo plazo, “especialmente si la mayoría de los compradores, proveedores y rivales no operan a escala internacional”. O sea, la competitividad lograda gracias a la conformación del cluster no debe quedar restringida a la dinámica propia de esa aglomeración, sino que debería diversificarse el riesgo empresario mediante una salida de competencia global o exportadora. Hacer depender toda la estructura competitiva de una firma en la dinámica del cluster donde se encuentra instalada implicaría acotar su margen de reacción ante una posible dificultad local.

1.2.3 La ventaja competitiva global con base local

Un somero análisis del fenómeno de la globalización, la apertura comercial, el acceso a las telecomunicaciones, la baja de los costos del transporte y la competencia mundial de empresas haría pensar que la ubicación geográfica no es trascendental a la hora de hablar de competitividad global. Pero las observaciones de Porter se basaban justamente en resaltar la paradoja de que para destacarse mundialmente es necesaria la innovación sectorial dada por las ventajas derivadas de la ubicación, siguiendo este razonamiento de entender las ventajas competitivas desde el punto de vista microeconómico.

Señala también que mientras que los factores clásicos de producción son cada vez más accesibles por la mundialización del comercio, “las ventajas competitivas en sectores avanzados se ve determinada de forma creciente por los conocimientos, aptitudes y capacidad de innovación encerrados en el personal especializado y las rutinas de las organizaciones”. Es así como el proceso de creación de técnicas innovadoras tiene un componente “intensamente local”, que resalta esta paradoja de que la competencia global más abierta hace que la base central sea más importante y nunca menos Porter, Michael. Op. Cit., 219..

1.2.4 La Nueva Geografía Económica

Visto desde su impacto en el comercio internacional, las economías externas pueden hacer que un país se especialice en sectores por el tamaño de sus cluster y el nivel de vinculación logrado por sus agentes económicos. Esto también puede afectar de manera negativa a una nación si el patrón de especialización que adopta no es el deseado, de ahí la importancia del sector público para apoyar y facilitar la aglomeración de determinados sectores que se consideran beneficiosos también para el resto de la sociedad y no solo para un grupo de empresarios.

Justamente un estudioso de la economía internacional como Krugman ha desarrollado el concepto de Nueva Geografía Internacional, analizando la relevancia de la ubicación geográfica y los beneficios de la concentración de una industria determinada. Este economista afirma que, en principio, el crecimiento demográfico y la expansión de las economías deberían crear motivos para dispersar a los agentes económicos1, citando entre otras razones el aumento de la contaminación, los efectos negativos de las grandes aglomeraciones urbanas, la congestión del tráfico, que sumado a la baja del costo de transporte y de las telecomunicaciones generarían condiciones para que las denominadas fuerzas centrífugas “expulsen” a las empresas y personas (trabajadores) hacia diferentes localidades. La competencia de costos y la menor fuerza de los recursos humanos no concentrados crearían incentivos a que las empresas decidan hacerse eficientes por separado en regiones distintas donde sean socioeconómicamente dominantes y puedan imponer sus lógicas optimizadoras.

Por el contrario, las fuerzas centrípetas estarían dadas por el tamaño del mercado, los encadenamientos de las cadenas productivas (relación productor-proveedor) y la ya mencionada circulación “tácita” de la información. Estas características generan economías de escala para el conjunto, de manera que las firmas se ven atraídas a participar de una aglomeración geográfica y los trabajadores también querrán dirigirse allí; a pesar de los mayores salarios que los empleadores van a tener que pagar, el buen nivel del capital humano especializado y “actualizado” hará que el rendimiento de la mano de obra sea más productivo. Se podría llegar a afirmar, a grandes rasgos, que las externalidades positivas superan a las externalidades negativas en el balance global de una firma al momento de tomar una decisión de radicación.

Las ventajas de la concentración por las fuerzas centrípetas mencionadas hace que se “retroalimente el proceso de creación de la riqueza”, y por eso es importante para los países el hecho de analizar y seleccionar correctamente sectores específicos para desarrollarse. Nuevamente entra en escena el sector público, que debería generar las condiciones para facilitar estas aglomeraciones que benefician a empresas, trabajadores (directos e indirectos) y demás agentes relacionados.

Autor: Juan Ignacio Zaballa

Impacto de los Clusters del Sector TIC en las Economías Regionales Argentinas (2003-2009)

Análisis de los aglomerados tecnológicos en la postconvertibilidad. Historia, logros y desafíos*



Autor: Juan Ignacio Zaballa

Licenciado en Economía (UBA). Contacto: juanzaballa@hotmail.com

Junio de 2011

*Tesis final de la carrera de Economía en la FCE-UBA.


Resumen

Las experiencias de cluster son adoptadas en muchos sectores económicos como un generador de competitividad a partir de la sinergia positiva de las partes implicadas (empresas privadas, sector público, instituciones académicas). Para las actividades vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), esta estrategia de clustering es una de las los opciones predilectas para explotar el potencial de mercado que la nueva economía global del conocimiento les plantea. En Argentina también se utilizan estas estrategias de aglomeraciones de firmas tecnológicas.


En este trabajo se desarrollan los diferentes casos de clusters tecnológicos del país, con especial énfasis en la actividad de software y servicios informáticos (SSI), integrando temas como su nacimiento, desarrollo posterior, dinámica de integración con los sectores público y académico, redes de vinculaciones, desafíos hacia el futuro, entre otros. El lineamiento general que cruza a todas las experiencias será el análisis de su impacto en las economías regionales desde el punto de vista de la generación de empleo calificado, el surgimiento o radicación de nuevas empresas y la profundidad de su integración con el contexto socioeconómico. Finalmente, se dedica un apartado a observar la dinámica generada en la educación superior vinculada a las carreras informáticas en las diferentes universidades locales alrededor de todo el país.

Abstract

Cluster experiences are adopted in several economic areas as competitivity generators derived from positive synergy among the parties involved (private companies, public sector, academic institutions). For activities related to the new information and communication technologies, this clustering strategy is one of the most preferred options at the time of exploiting the market potential provided by the present global knowledge economy. Argentina is one of the countries using such strategy.

In this thesis, is explained the different technology cluster cases in Argentina, particularly focusing on the software and computer services activity, integrating topics such as the origin, later developtment, integration methods with the public and academic sectors, network connections, future challenges, among others. The common aspect shared by all experiences shall be the analysis of its impact on regional economies considering aspects such as the creation of qualified employment, the emergence and settlement of new companies and the level of integration in the socio economic context. Finally, there is a whole section focused on analysing the process about technology courses in local universities all along the country.

PALABRAS CLAVE: cluster, TICs, industria SSI, competitividad, coopetencia, sinergias, trabajadores IT, sector público, universidad local, economías regionales.

KEY WORDS: clusters, IT, software industry, competitiveness, synergies, IT workers, public sector, local university, economies.

Introducción

Los expertos en políticas públicas, sociales y económicas están prestando cada vez mayor atención a la conformación y desarrollo de conglomerados de empresas de base tecnológica como herramienta fundamental para el desarrollo local y regional. La concentración geográfica de empresas de un mismo sector económico es un fenómeno observado hace varias décadas, desde los distritos industriales británicos de principios de principios del siglo XX hasta el moderno conglomerado de firmas tecnológicas en el Silicon Valley estadounidense. Esto hace necesario llevar a cabo análisis microeconómicos que trasciendan a la firma individual para comprender el motivo por el cual dichas aglomeraciones generan mayor competitividad a todas ellas en su conjunto, con la paradoja de que una economía globalizada generaría los fundamentos para desconcentrar las actividades económicas y sin embargo la cercanía local de su propia competencia es una fuente de competitividad innegable.

Si bien hay diversas actividades económicas que a nivel mundial presentan estos ejemplos de congregarse en un mismo lugar, las industrias relacionadas a las tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) han demostrado una dinámica sin precedentes en este campo de estudio, constituyendo polos de empresas tecnológicas que permitieron no solo el crecimiento de las firmas que se concentraban sino el fomento al desarrollo de nuevos emprendimientos de este sector potentemente innovador y en permanente evolución.

En este trabajo se hablará puntualmente del concepto de “clusters” (“agrupar”, en inglés), desarrollado por Michael Porter a principios de los años ´90 y que constituye hasta el día de hoy una referencia para analizar estas experiencias. Porter planteaba que la concentración geográfica de empresas dedicadas a una misma industria generaba competitividad por medio del aumento de la productividad de dichas firmas, por fomentar la innovación en ese sector y porque el esquema estimulaba el ingreso de nuevos participantes que se beneficiaban del know how del lugar. A su vez, todas las empresas en su conjunto disfrutaban de economías de escala por la cercanía de proveedores, recursos humanos calificados, servicios públicos con costos compartidos, entre demás ventajas. Igualmente, a pesar de dedicar un apartado a distinguir las diferencias entre los casos de polos, parques, distrititos o clusters, se utilizarán todos estos vocablos según la característica de cada experiencia que se desarrolle en el presenta trabajo y se los identificará con la abarcadora idea de cluster, desde su acepción más generalista de la concentración de empresas dedicadas a una misma rama económica que se benefician en conjunto de las ventajas que genera su cercanía.

En Argentina, las experiencias de clustering se han desarrollado fuertemente para el caso de la industria de Software y Servicios Informáticos (SSI) que experimentó en los últimos años una gran expansión, no comparable con ningún otro sector económico del país. Los números de este sector son elocuentes; según la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), durante el período analizado en esta investigación (2003-2009) las ventas totales se incrementaron un 227,6%, las exportaciones 221,8% y el empleo 162,5%. En estas páginas se pondrá a disposición información sobre la evolución histórica del sector SSI nacional, haciendo hincapié en el impacto que sobre el mismo tuvo el crecimiento económico generalizado del país y la competitividad lograda por el nuevo escenario de posconvertibilidad. En estos años, el surgimiento de clusters de este sector fue un fenómeno extendido en diversas regiones del país, cada uno con sus propias particularidades y dinámicas que serán detalladas lo más representativamente posible.

Si bien el énfasis estará puesto en el mencionado sector SSI, en el tratamiento de cada experiencia se utilizarán criterios menos estrictos sobre el perfil específico de las firmas integrantes, por lo que se nombrará a todos las aglomeraciones de empresas intensivas en conocimiento o de base tecnológica, por entender que las actividades pueden ser tanto de SSI, como de hardware, electrónica industrial o de innovación científica productiva. Asimismo, dentro de cada caso se verá la interrelación con su contexto en su origen y evolución, analizando sus vinculaciones con los sectores público y académico local, el perfil y tamaño de las empresas que se suman.

El objetivo de esta investigación consistirá en analizar si las diferentes iniciativas de asociatividad sectorial de la industria SSI implicaron en su propia localización geográfica un marcado aumento del trabajo calificado que emplean, un incremento en la cantidad de nuevas empresas vinculadas a este sector y un estímulo a la formación universitaria en carreras informáticas. En principio, al ver la evolución del sector a nivel nacional e incluso a nivel provincial, sumado a que los clusters SSI han surgido prolíficamente y evolucionado sin registrarse casos de desintegraciones de los mismos, podría decirse que la respuesta es positiva. El planteo de esta hipótesis, pues, necesitará de mayores precisiones cuantitativas (empleo, empresas, estudiantes) para cada caso en particular, integrándose con el análisis cualitativo del desarrollo histórico y económico local.

El esquema de este trabajo comienza con un primer capítulo dedicado a desarrollar el concepto de cluster desde las ideas iniciales de Marshall hasta la actualidad, integrando diferentes autores que trataron el tema de la aglomeración geográfica de empresas de similar rubro económico y distinguieron la competitividad que logran a partir del conjunto para desempeñarse en una economía global. Las ventajas de dicha concentración en general están referidas a la especialización de los proveedores, la disponibilidad de recursos humanos calificados en un mismo lugar y la difusión tecnológica que la cercanía provoca implícitamente entre las firmas y los trabajadores locales.

A continuación, se tratará en el segundo capítulo la identificación formal de los clusters vinculados a la industria SSI en Argentina, con la posterior exposición de las experiencias más paradigmáticas: el Cluster Córdoba Technology, el Polo Tecnológico Rosario y el Bariloche Cluster Technology. Al ser estas las experiencias más emblemáticas, los análisis son conceptualmente muy valiosos y permiten identificar fehacientemente las características diferenciales de cada caso desde la dinámica empresarial, la evolución de los trabajadores, el grado de participación de los sectores público y académico regionales, la red de interrelaciones y vinculaciones logradas con el contexto socioeconómico, además de su desarrollo histórico desde sus conformaciones. En el capítulo que le sigue, estos mismos enfoques analíticos se posan sobre el resto de las experiencias de clustering tecnológicos del país, donde en cada caso se hace una disgregación en base a su contexto local y la profundidad alcanzada en las redes de vinculaciones.

Finalmente, se tratará sobre el principal insumo de las industrias intensivas en conocimiento: los recursos humanos calificados, en especial los “perfiles IT”. Al contar con estadísticas públicas a nivel provincial y desagregada por cada universidad pública se intentará establecer si los diversos clusters impactaron positivamente en la cantidad de nuevos estudiantes de carreras informáticas, así como computar los egresados anuales de dichas carreras. Este segmento trata brevemente el tema de la escasez de recursos humanos calificados para el sector, producto de la baja formación técnica en las competencias informáticas y también por la extraordinaria absorción de mano de obra, que como se vio tuvo un incremento del 165,2% para el período de convertibilidad analizado.

Como el foco del trabajo son los clusters y su impacto en las economías regionales, se deja un Apéndice para quien desee abundar en información referida a los antecedentes históricos de la industria SSI argentina, así como también detalles sobre la economía de las TIC, su subsectores y la descripción de la cadena de valor del software.

En vista de la cantidad de cluster tratados (unos 20 casos, algunos de gran importancia y otros experiencias más modestas), se puede afirmar que el siguiente es el trabajo más completo sobre la temática. La bibliografía disponible en general trata sobre los principales casos (Capital Federal, Rosario, Córdoba, etc.) pero no se había desarrollado hasta ahora un análisis consolidado de la totalidad de estas concentraciones geográficas de empresas de base tecnológica. Asimismo, esta es la razón por la cual la extensión de este trabajo es superior a la recomendada para realizar este tipo de tesis pero se justifica en la pretensión de presentar la enorme mayoría de los casos de conglomerados geográficos tecnológicos del país, y no quedarse acotados solamente con los más representativos, que habrían representado menor cantidad de páginas en detrimento del valioso conocimiento de diversas experiencias de menor importancia relativa a nivel nacional pero sí para sus respectivas regiones.

Como se verá, nos es posible hacer un estudio que permita obtener conclusiones generales a todos los clusters en su conjunto, porque muchos representan dinámicas completamente diferentes, que van desde una simple asociación de tipo gremial, pasando por una iniciativa del sector público que aglomera a diferentes actores clave, o por una universidad local que arma un proyecto de vinculación con las empresas para el desarrollo de un polo o parque tecnológico. Es así que se hace necesario presentar a través de herramientas comunes (cuantificación de empresas y empleados, redes de vinculación interfirma, interrelación con el contexto socioeconómico regional) análisis similares para cada experiencia que se haya desempeñado en el período delimitado.

Por otra parte, al tratar estas páginas sobre el impacto en las economías regionales se deja arbitrariamente de lado al sector metropolitano conformado por la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, zona que hacia 2009 concentraba alrededor de 100 empresas vinculadas a la industria SSI y ocupa directamente más de 5.800 empleados. Si bien el Polo IT Buenos Aires es uno de los más importantes del país, la propia atracción e importancia económica que tiene la Ciudad hace difícil determinar el real impacto de una política de cluster ya que las empresas igualmente eligen desarrollarse aquí, por lo beneficios que no del provienen del aumento de la competitividad conjunta, sino de la amplia disponibilidad de recursos humanos calificados, sumado a la importancia y variedad de los clientes que se pueden incorporar. Es así que este trabajo aparta del foco de análisis el caso de la Ciudad de Buenos Aires, aunque se le dedica en el primer capítulo información relevante sobre el estado del sector SSI local y la evolución del nuevo Distrito Tecnológico de Parque Patricios. En suma, el estudio de los clusters SSI en las economías regionales argentinas abarcará en detalle todas aquellas localizaciones geográficas fuera de la región metropolitana, así como también para cada zona (Cuyo, NOA, NEA, etc.) se presentará una breve reseña social y económica que contextualice el análisis de sus clusters correspondientes.

Se espera que este trabajo realice un aporte significativo al análisis de las experiencias de clusters como opción concreta de incremento de competitividad para las empresas, además de generar derrames positivos hacia el contexto socioeconómico donde se desempeñan, como por ejemplo mediante la vinculación de empresas de la región con las firmas desarrolladoras de software o la existencia de trabajadores calificados bien remunerados residentes en la localidad donde se conforma uno de estos. Asimismo, al desarrollar comparativamente diferentes tipos de iniciativas surgidas del sector público, privado o académico, junto con la posterior evolución en la densidad de las redes y vinculaciones logradas, se espera aportar a los análisis de políticas sectoriales para evaluar la posibilidad de establecer o reforzar un cluster de base tecnológica como dinamizador del desarrollo de una economía regional.

Autor: Juan Ignacio Zaballa

El Mercado Inmobiliario con Intervención del Estado frente a Disminuciones de Presupuesto

Marí Navarro, Mabel Estela

Instituto de Ciencias Básicas- FFHA- UNSJ

mabelmari@speedy.com.ar

Matemática Aplicada

Teoría de juegos, juegos de asignación, estabilidad.



En este trabajo se estudia el mercado inmobiliario con la variante que en el proceso de asignación interviene el estado con un presupuesto destinado al mismo.

Muchas veces, debido a una emergencia (la crisis financiera mundial, la pandemia de gripe A, u otros motivos), este presupuesto es recortado o bien destinado a otros servicios. En este contexto se deben recortar las asignaciones otorgadas.

Se muestra un método mediante el cual se resuelve el problema de truncar los beneficios otorgados a compradores y vendedores asignados unos a otros de manera que satisfagan una propiedad de estabilidad.


Introducción

El estudio de los mercados bilaterales, en una perspectiva de equilibrio, comienzan a captar la atención de los economistas laborales en décadas recientes, a partir de que ellos permiten predecir las anomalías o fallas del mercado. La complejidad que incorpora el análisis hace que estos conceptos difieran de los utilizados en los modelos tradicionales del análisis macroeconómico. Estos últimos, al simplificar el problema considerando una oferta y demanda homogéneas, “esconden” un proceso de “emparejamiento” (matching) que son heterogéneos. Esta noción tan sencilla es sumamente poderosa y permite entender una serie de temas de gran interés público y darles un tratamiento sistemático, como por ejemplo la economía de la discriminación, la distribución del ingreso, la valoración de la seguridad en el trabajo, los ingresos laborales de las “superestrellas”, etc. El análisis teórico de este proceso de emparejamiento o asignación fue iniciado por Gale y Shapley, proceso conocido con el nombre modelos de asignación bilateral.

Uno de los ejemplos de mercados bilaterales es el mercado inmobiliario. En un trabajo presentado por Federico Anzil, en el cual estudia el mercado inmobiliario en Argentina, una de sus conclusiones es que: “es necesario diseñar estrategias integrales de largo plazo para brindar soluciones en materia habitacional a los sectores de escasos recursos” y para ello sugiere: “la acción del estado se debe focalizar exclusivamente en los sectores de bajos recursos que actualmente no participan en el mercado inmobiliario”.


En el trabajo “El mercado inmobiliario con intervención del estado” de Femenia Delfina (5) se estudia un modelo que consiste en un conjunto de vendedores, un conjunto de compradores y el estado. Cada comprador tiene preferencias sobres los posibles vendedores, cada vendedor tiene preferencias sobre los posibles compradores y el estado tiene preferencia sobre los posibles pares “comprador-vendedor” que pueden acordar. Se muestra que en este nuevo modelo se resuelve el problema en el cual los compradores y vendedores son asignados unos a otros de manera que satisfagan una propiedad de estabilidad, la cual depende de las preferencias expresadas por los participantes y la preferencia del estado. Dicha propiedad consiste en que ningún comprador (vendedor) puede ser obligado a comprar (vender) una vivienda que él no puede (quiere), además no existe un par “comprador-vendedor” que prefiera llegar a un acuerdo distinto a lo que le designó el estado y, finalmente, todos los pares “comprador – vendedor” que llegaron a un acuerdo son aceptados por el estado y no superan el presupuesto que él dispone. Cuando esto no sucede se dice que el par “comprador-vendedor” bloquea la asignación.

En este trabajo se considera el mercado inmobiliario con intervención del estado, donde éste facilita el acceso a vivienda de los sectores de recursos limitados, con un cierto presupuesto; por alguna razón, (la crisis financiera mundial, la pandemia de gripe A, etc). este presupuesto es recortado o bien destinado a otros servicios. En este contexto se deben recortar las asignaciones otorgadas.

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El Proceso de Urbanización en Bolivia

Autor: Vladimir Barriga Cuentas


CONSIDERACIONES ECONÓMICAS SOBRE EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN BOLIVIA

Versión Para Impresora

La sociedad en la actualidad asiste a una dinámica de cambios, los más acelerados de la historia de la humanidad. La tendencia hacia un mundo globalizado plantea nuevos desafíos para las actuales y futuras generaciones que no pueden quedar al margen de procesos de cambio tan significativos para el desarrollo de un país.


En ese sentido surgieron diferentes movimientos, tanto a nivel nacional como internacional, que enarbolaron la bandera del derecho a la ciudad como un derecho inherente al ser humano.

Entonces se llevo a cabo el Primer Foro Social Mundial para la elaboración colectiva de una Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, basada en principios de solidaridad, libertad, equidad, dignidad, justicia social y fundamentalmente en el respeto a las diferentes culturas urbanas y el equilibrio entre lo urbano y los rural. En ese marco se elaboraron principios que sirvan de guía para la consolidación del derecho a la ciudad.

Es así que el presente ensayo, atendiendo a la convocatoria, abordará el segundo principio concerniente a la función social de la ciudad y de la propiedad urbana, donde los habitantes participemos activamente para garantizar que la distribución del territorio y el usufructo del mismo sea equitativo, socialmente justo, ambientalmente equilibrado y económicamente eficiente.


El tema será desarrollado de manera deductiva y sistemática. Partiendo de importantes conceptualizaciones en las Consideraciones Generales pasaré a utilizar una herramienta estadística como el Coeficiente de Gini para demostrar de manera fehaciente los argumentos esgrimidos para la concretización del derecho a la ciudad, puesto que el empleo de dicho indicador me permitirá comprobar el grado de desigualdad de la urbanización respecto al área rural en el departamento de La Paz. El tercer punto se refiere a la teoría de la utilidad marginal decreciente aplicada a la función social de una propiedad urbana. En el cuarto aspecto concerniente al Desarrollo del Tema pongo a consideración los sub principios o componentes de la función social de la ciudad y la propiedad urbana basados en preceptos neoinstitucionalistas aplicadas a la coyuntura.

Finalmente, en el apartado destinado a las conclusiones, el ensayo destaca como la participación de todos y cada uno de los habitantes de esta ciudad contribuirá al afianzamiento de la función social de la ciudad y de la propiedad urbana. Éste es el punto destinado a la cuota reflexiva del ensayo, la misma es proporcionada de manera alegórica para que el mensaje sea muy comprensible.

Versión Para Impresora

Bibliografía

- Borja Jordi, Documento de trabajo “Los derechos en la globalización y el derecho a la ciudad” Fundación Alternativas 2004

- Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad. Revisión previa a Barcelona- septiembre 2005.

- Dobb Mauricio, “Economía del Bienestar y economía del socialismo”. Editorial Siglo XXI. México1976

- Ferguson, “Teoría Microeconómica”. Fondo de Cultura Económica.

- Harvey David, Artículo “El Derecho a la Ciudad”, Oxford, 2004.

- Heintz Peter, “Curso de Sociología” Editorial Universitaria. Buenos Aires. 1968

- Instituto Nacional de Estadística. Resultados del Censo de Población y Vivienda 2001

- Instituto Nacional de Estadística. Anuario Estadístico 2007

- Instituto Nacional de Estadística. Información Estadística Regional. Departamento La Paz.

- Lamanna Paolo, “Historia de la Filosofía” Tomo IV y V. Librería Hachhete. Buenos Aires 1969

- Lefebvre Henri, “El derecho a la ciudad” Editorial Península. Barcelona 1969

- North, Douglass C., “Instituciones, cambio institucional y desempeño económico”, Editorial Fondo de Cultura Económica de México 1993

Economía Solidaria Alternativa

Economía Solidaria Alternativa

Urbana y rural

(Energías y agroalimentos)



p. Roberto F. Bertossi

 

Cuando ciertos signos de  desconcierto, perplejidad y hasta angustia o ansiedad  empezaban a palpitarse y se podían percibir en buena parte de la humanidad, atento el paulatino y creciente agotamiento cierto de  recursos tradicionales vitales no renovables –Vg. combustibles y alimentos naturales-, madre  ` naturaleza vuelve a sorprendernos con su generosidad (e indulgencia) aliviando sensaciones pesimistas con una contundente renovación de la esperanza para el hombre de hoy.



Ahora bien,  el hombre deberá acreditar que atesoró experiencias erróneas y está dispuesto -enriquecido y con mas madurez- a implementar una nueva economía desde lo doméstico hasta lo de mayor envergadura.

Unos de los desafíos centrales y enormes para esa economía gira sin dudas en torno a la generación, adopción y adaptación de las denominadas energías alternativas y la consecución de alimentos esenciales sustitutos, entre otras cosas para una economía sudamericana estratégica y posmoderna.


Sudamérica cuenta con unas de las reservas más grandes y estratégicas en materia de insumos para nuevos combustibles, tal el caso Vg.,  del  biodiesel que  permitirá no tan solo mayor competitividad, ventajas comparativas y mejor productividad sino, adicionalmente exportar este nuevo elemento esencial para la marcha de la economía mundial.

Sin duda este combustible ya es uno de los elementos que han sacudido el escenario económico y productivo mundial, acrecentando igualmente su valía, alcance, significación y trascendencia



Con ello, Sudamérica no solo se ha de reposicionar internacionalmente sino que incrementaría sus naturales atractivos para atraer fuertes inversiones conforme los aspectos e impactos más destacables de estos verdaderos insumos esenciales.

Ahora bien, son inocuos el biodiesel y sus eventuales derivaciones ?

El medio ambiente es básicamente sensible a la utilización de toda substancia combustible, razón por la cual, la utilización indebida de cualquiera de ellas fue, es y será causal de profundos y graves cambios climáticos.

Eso mismo nos demanda  un riguroso equilibrio entre las promisorias  posibilidades de contar con la contribución despliegue y  desenvolvimiento de combustibles, productos y alimentos alternativas en función de que nuestro planeta, de alguna forma, ingrese en una nueva y sustentable fase que garantice la utilización racional de todos los recursos naturales, especialmente de aquellos no renovables acreditando una seria y responsable transición de la economía tradicional a una nueva economía solidaria alternativa, esto es, la transición a una nueva época en que el hombre con un `timonazo histórico´ recupere duraderamente todo lo posible,  el  equilibrio y la armonía natural total del globo terrestre.


Sólo y a partir de estas premisas vitales, nuestras necesidades globales encontrarán respuestas adecuadas, satisfactorias y cadenas productivas más competitivas con mayores posibilidades consecuentes.

Esto permite visualizar que estamos próximos a disponibilidades de alcance y significación para lograr finalmente,  mediante una decidida economía solidaria alternativa, una perfomenace económica posmoderna,  el crecimiento de la industria, como la producción de nuevos puestos de trabajos, directos e indirectos; pymes internas y `satelitales´  que también  proponemos como los instrumentos de los más adecuados para satisfacer buena parte de las demandas actuales como las de generaciones venideras,  todo lo que repercutirá, finalmente,   -sin dudas- en equidad, inclusión y paz social.

Ahora bien, para todo ello, es imprescindible denunciar en términos de principio precautorio ambiental, todos los peligros y amenazas que como verdaderas `agalmas´ podrían no advertirse oportuna y apropiadamente  detrás de un supuesto ímpetu económico que las nuevas alternativas prometen para un renovado desarrollo, para el aliento y el alivio de actuales y calificadas preocupaciones en torno del medio ambiente y el ecosistema partiendo del mismo hombre de hoy que mantiene una `riña´ necia y absurda consigo mismo en tanto de ecología se trate.


De allí la prudencia y sobriedad imprescindibles en todo lo concerniente a los modos, maneras y/o metodologías para  descubrimientos y expansión de energías, bienes y productos alternativos;  aguda y puntualmente,  en los países proveedores de los `commodities´ necesarios y correspondientes



Si su producción se sujeta entonces fiel y  lealmente a  pautas ambientales sustentables no advertimos objeción ninguna que formular pero, si torpemente replicamos Vg.  el desatino sojero regional con consecuencias climáticas desequilibrantes que todos  empezamos a padecer, quizás estemos a los umbrales de una auto inmolación colectiva.

Del mismo modo, en materia alimentaria,  si bien no es deseable que el `agroboom´ sojero  nos obligue finalmente a importar carne, trigo, maíz, etc.,  luce propicio indagar sobre cereales y carnes alternativas y  sustitutas como aquellas que se pueden obtener de otros ganados Vg. la alpaca,  la llama, el guanaco, la vicuña,  las cabras o, en materia de fibras alimenticias Vg.  la avena, la cebada, el mijo, el centeno  y otros, predominantemente andinos en la actualidad pero,  asimilables a buena parte de nuestras tierras sudamericanas.

Que mejor entonces que advertir `a tiempo´ renovados emprendimientos agrícola ganaderos de macro influjo con seguros, diversos y múltiples impactos positivos en términos de salud, nutrición, calidad de vida, medio ambiente, desarrollos locales, desarrollo humano que desactivará  tanta violencia  e  inseguridad actuales.

Por su parte, el hecho irrefutable de que Argentina a nivel macroeconómico se haya reposicionado como en sus mejores épocas (Vg. llegó a conocérsele como. `granero del mundo`, etc), favorece usufructuar tanto se pueda y de una buena vez, nuestra producción primaria  agregando valor `criollo´  con actualizada producción y asimilación  tecnológicas para lograr en términos tan centrales como de `proyecto obelisco nacional´,  eficiencia, prestigio y marca “patacón” en el escenario de la productividad y competitividad global, sin dejar de acopiar todas las reservas cerealeras factibles para ganar en autonomía e independencia, esto es, solvencia país transfigurada institucionalmente  en más  soberanía.

Las retenciones agrícolas deben priorizar en el mejor de sus propósitos, el financiamiento de políticas publicas regionales y agrícolas, alejando todo tipo y clases de incertidumbres (Vg., estrés climático y satelital de mercados) que en categoría de plaga nueva acecha y distrae actualmente al sector rural productivo, le desalienta, todo ello  recuperando sin demoras y en los hechos a nuestros mejores profesionales, geólogos,  investigadores y científicos argentinos  como Laura ECHARTE o Carolina Garriga  y tantos otros, excelentes –reconocidos mundialmente-,   residiendo con `disgusto desarraigo´,  incómoda y nostálgicamente en el exterior; lo que  nos  hace resignar absurdamente ventajas intelectuales (dan cátedra en el primer mundo) en términos comparativos y competitivos relativos.

Esta economía solidaria alternativa tiene eficacia suficiente para sustituir importaciones nacionales y penetrar mercados internacionales lo que,  al fin de `la estiba´, resultan objetivos asequibles para un “desarrollo frondicista”  mediante el financiamiento e impulso pleno de denuedo a la infraestructura imprescindible para  vincular oportunidades,  personas y empresas; para  más y mejores fuentes de trabajo, más producción, más industria nacional, más comercialización, más construcción de viviendas y más  consumos de bienes durables, productos, bienes,  servicios, etcétera.

Así como `el maná´ es incompatible con todo monopsonio,  sólo con la  mancomunada certeza máxima: “sobre todo recurso natural `late´ una hipoteca  global” y de que  no somos más que “okupantes de este planeta (un `barrio´  más del universo),  podremos exhibir y disfrutar  entonces, con equidad y solidaridad intergeneracional,  de una auténtica  y duradera economía alternativa que debería encontrar `alcurnia constitucional´





Fundador de la primera Cátedra Universitaria especializada y opcional  de Derecho Cooperativo en toda Ibero América.

`en su acepción  flamante dada por  la Real Academia Española que regirá a partir de 2010´.

Ferrocarriles en Argentina

Enviado por Roberto F. Bertossi - robertossi@hotmail.com

“El ferrocarril innova, reforma y cambia las cosas más difíciles sin decretos ni asonadas” (Alberdi).

Su carácter estratégico y su interés general pueden explicar y predecir como su desarrollo y seguridad resultan una notable estrategia disponible y complementaria para el desarrollo, progreso e inclusión.


En este ultimo sentido, nuestros ferrocarriles de pasajeros y de cargas, tienen mucho para aportar al desarrollo de una infraestructura imprescindible en orden a mejorar la vinculación física de personas y economías, para brindar condiciones para el desarrollo y cohesión de las economías locales y regionales, y facilitar así el aprovechamiento equitativo de oportunidades.

En efecto, si miramos a los ferrocarriles como servicios públicos, como elemento esencial e indispensable para el desenvolvimiento de la economía y la producción de los países más importantes, veremos más claro el porqué fueron abominable y cobardemente atacados por el terrorismo, tanto en España como en Inglaterra.

Precisamente también, recobra curiosidad que los españoles en el último tiempo de su reinado en América se ocuparan seriamente en la construcción de un camino carril interoceánico a través de los Andes.


Pero, fundamentalmente, los ferrocarriles dieron “el punta pie” inicial de la infraestructura primaria nacional, entendida esta como las redes de comunicaciones de sistemas de transporte.

Nadie ha de ignorar entonces que nuestros ferrocarriles y sus “zonas de vía”, son “bienes públicos” -inalienables e imprescriptibles- porque fueron financiados con fondos públicos, hacen a los servicios públicos de interés general y en consecuencia a una grave obligación estatal.

No cabe duda, nuestro producto bruto nacional, nuestro desarrollo regional y la urbanización del campo no hubiesen sido los mismos sin el notable desempeño ferroviario ni se hubiera reflejado en el valor monetario de la producción total de bienes y servicios.


En el progreso agrario y de la agroindustria, la disponibilidad de nuestros productos primarios (minerales, granos, cereales, maderas, ganado, etc.) los ferrocarriles argentinos cumplieron una “perfomance” invalorable, siendo artífices del desarrollo rural y elementos esenciales-proactivos para la productividad y competitividad nacional.

Los ferrocarriles fueron “claves” en la regionalización uniendo pueblos, provincias y países (Vg. con Chile), concretando verdaderas “uniones aduaneras”.

Los ferrocarriles favorecieron y facilitaron el acceso a factores de producción contribuyendo a crear riqueza, trabajo, urbanizaciones y otros servicios públicos.

Así, la producción patria pudo eficientizarse influyendo favorablemente en el desarrollo humano, en el comportamiento de la industria nacional y de los consumidores, individualmente considerados, a través de un trafico comercial –todavía- amigo del ambiente.

Con todo ello se mejoró, multiplico y diversificó la oferta argentina en el mundo logrando mejorar los precios de los recursos naturales, de los bienes y factores productivos –pre-ferrocarriles- así como progresar en una metodología cooperativa y complementaria de asignar recursos entre usos alternativos para los sectores públicos y privados, internos y externos.

Nuestros ferrocarriles son la impronta de innumerables pueblos y ciudades, urbanizaciones que fue ‘sembrando’ un portentoso desarrollo ferrocarrilero que traía consigo infraestructura, trabajo, traslado integral de pasajeros y de cargas pero, centralmente, nuestras primeras comunicaciones e intercomunicaciones del ‘telégrafo’, en suma, adelanto y bienestar.

Esos mismos ferrocarriles que hoy deben reciclarse y refuncionalizarse, por etapas, por ramales, por trochas, con un Estado decidido seriamente a reivindicar las zonas de vía y las vías mismas, desalojando a los usurpadores (Arts. 181, 191, 192, 193, 194 y cc. del Código Penal; Arts. 14, 85, 86 y cc. CN.), con una firme decisión política de invertir, mantener, custodiar, cobrar peajes, etc., con servicios tradicionales y los nuevos servicios de actividades complementarias y conexas; las explotaciones colaterales que demanda el turismo nacional, el envío de correspondencia y encomiendas y tantos otros servicios que nos permiten anticipar alianzas estratégicas con el Correo Argentino, con intereses provinciales, municipales, rurales, fiscales e inversores privados, contando ahora con todo el aliento de un MERCOSUR ampliado y convocado por intereses, necesidades y anhelos semejantes, afines, complementarios y estratégicos; megaemprendimiento que deberá quedar fuera de los “corsi e ricorsi” ideológicos sudamericanos en términos de políticas de estado porque, dispersos y reñidos –interna y externamente- no esperemos sino pobreza y menosprecio.

Salvar los actuales “costos hundidos” de los ferrocarriles ya seria ganancia más, si los refuncianalizamos y eficientizamos aglutinando intereses de todos los sectores involucrados en la responsabilidad de una decidida restauración ferroviaria, todo eso será cumplir con el programa de progreso insito en el articulo 75 de nuestra Constitución Nacional, la que –no es un dato menor- conservó en su texto un dato especifico sobre los ferrocarriles por imperio de la Convención Nacional Constituyente de 1994 “...Inc. 18) Proveer ...lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, la construcción de ferrocarriles...”.

A modo conclusivo, en materia de ferrocarriles, los números humanos cierran y los económicos también. No se dude. Si no siempre fue así, seguramente sus causas las encontraremos sólo en ineficiencias empresarias políticas, en espacios con ausencia de fraternidad y responsabilidad social gremial, en enormes corrupciones impunes, digo, cuando los intereses y anomalías sectoriales prevalecen sobre el interés general.

Pero, como ya advertía Alberdi, no tendremos crédito externo si no tenemos crédito interno, es decir, un crédito fundado en las seguridades y responsabilidades propias, repatriando capitales, consolidando la garantía de nuestras rentas y caudales, presentes y futuros, acreditando finalmente que ‘no somos malos pagadores’.-

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