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Monografías de Economía

La Crisis de 1929

El 24 de octubre de 1929 (jueves negro) se produjo una quiebra del mercado de valores de Nueva York, que provocó un prolongado período de deflación. La crisis se trasladó rápidamente al conjunto de la economía estadounidense, europea y de otras áreas del mundo. Una de sus consecuencias más inmediatas fue el colapso del sistema de pagos internacionales.


1. Introducción

La debacle económica de 1929 ha concitado la atención de historiadores y economistas como no lo ha hecho ningún otro momento de la historia económica del capitalismo. El debate en torno a los orígenes de la crisis se prolonga, de hecho, hasta los años ochenta, reactivado por la necesidad de dar una explicación fundada a la crisis de las últimas décadas. Marxistas, monetaristas y keynesianos han intentado dar una explicación de este episodio que, en realidad, se correspondió con un largo período, que va desde 1929 hasta 1939.

1929: Una multitud se agolpa en Wall Street para vender sus acciones


El crack de 1929 tuvo claros precedentes en Europa y también en EEUU. En 1927 se produjo la caída del mercado de valores de Alemania, en 1928 esto se repite en Gran Bretaña, y en febrero de 1929 en Francia. El carácter espectacular del hundimiento de la Bolsa de Nueva York no debe eclipsar, sin embargo, otro tipo de manifestaciones que dan cuenta de la difícil situación por la que atravesaba el capitalismo.

En diciembre de 1928, la poderosa industria del acero de Renania- Westfalia había hecho suspensión de pagos y provocó una fuerte recesión en toda Alemania. Los signos que precedieron al colapso en EEUU fueron contradictorios. Por una parte, el mercado de valores conoció una actividad febril, con fuertes beneficios y un incremento sostenido de los precios de las acciones. Por otra parte, de Europa, y de la misma economía estadounidense, provenían signos inequívocos: la caída de la construcción (debido en gran medida al menor ritmo de inmigración); la debilidad del índice de producción industrial daba también señales claras de una inminente recesión.



La deflación, la caída de la producción, la acumulación de stocks, el desempleo masivo, la contracción del comercio mundial y la ruptura del sistema de pagos internacionales marcaron la coyuntura en la mayoría de países capitalistas avanzados. El paro superó los 12 millones en EEUU, siete millones en Alemania y tres millones en Gran Bretaña. La producción industrial cayó entre 1929 y 1932 un 38 por ciento a escala mundial, y un 50 por ciento en EEUU. Galbraith («El crac del 29», 1955) distingue entre el crac propiamente y lo que él llama la «Gran Crisis», período este último que se prolonga hasta 1939.

Las explicaciones de las causas de la crisis son variadas y complejas, si bien coinciden en la conjunción de diversos factores económicos y sociales, y que, a su vez, se influenciaron recíprocamente. Las consecuencias que produjo el tratamiento de la crisis fueron absolutamente trascendentales, hasta el punto que los historiadores más prestigiosos la responsabilizan directamente de la II Guerra Mundial. Las medidas económicas adoptadas en la mayoría de países produjeron un fraccionamiento de la economía mundial y un fuerte impulso de la autarquía.

Se constituyeron bloques monetarios liderados por EEUU, Francia y Gran Bretaña. La fragmentación del comercio mundial afectó de desigual forma a los grandes países. Mientras que Francia y Gran Bretaña pudieron reorientar su comercio hacia sus respectivos imperios coloniales -EEUU lo hizo hacia América Latina-, Alemania, Italia y Japón, por su parte, se volcaron en programas de rearme de gran alcance, en un contexto de tensiones crecientes en el sistema internacional. Esta crisis marcó asimismo el fin de la ilusión acerca de la capacidad del capitalismo para autorregularse, dando paso, bajo distintas modalidades, a la intervención masiva y directa del Estado en los procesos de reproducción económicos.

2. Causas de la Gran Depresión

Han sido muchas las posturas tomadas por los especialistas en la elaboración de hipótesis que conduzcan a establecer las causas de la gran depresión de los años treinta. La teoría económica marxista ha hecho hincapié en el análisis de las grandes crisis del capitalismo achacándolas a la descoordinación entre producción y consumo. La sobreproducción ha estado siempre en el punto de mira de los historiadores de este período, como Nogaro, como clave explicativa de la crisis del 29. para Nere, en cambio, la sobreproducción es un mito ideologizado y no explica todas las posibilidades causales.

Trataré de elaborar en este epígrafe una síntesis de los factores que causaron la crisis de los años treinta. Estos factores son: La sobreproducción, el desorden monetario y la desigual y relativa recuperación económica.

2.1 La Sobreproducción

La producción supera las necesidades reales de consumo a partir de 1925, sobre todo en los Estados Unidos, donde los Stocks aumentaban conforme se reconstruían las economías europeas. Las causas de la sobreproducción son:

·  Distribución desigual de las rentas, que lleva implícita la limitación del consumo a las capas sociales más ricas, que en la mayor parte de los países no eran muy numerosas. Galbraith señala que en los Estados Unidos el 5 por 100 de la población recibía la tercera parte de la renta nacional.

·  Mantenimiento de precios de monopolio, tipo cartel, que obligaba a la existencia de grandes cantidades de stocks sin vender, al comprometerse los fabricantes a mantener unos precios pactados de antemano.

·  Desfase entre precios agrícolas e industriales: los primeros crecen más lentamente que los segundos y hacen disminuir, por tanto, el poder adquisitivo de los campesinos ( importante clientela de la industria.

·  La reconstrucción de las economías europeas, y el incremento de producción de algunos países menos desarrollados o coloniales durante la guerra, junto con el desenfreno productivo de los Estados Unidos.

El sector agrario fue el más perjudicado por los excedentes invendidos y la consiguiente baja de precios, cuyo índice pasó de 147 en 1925 a 138 en 1929.

2.2 El desorden monetario

Los momentos de expansión exigen una sensibilidad monetaria y el funcionamiento de un sistema monetario que organice los intercambios desde un centro financiero mediante una divisa hegemónica. Pues la relativa expansión de los años veinte se caracterizó por el marasmo monetario, la pérdida del patrón oro y la excesiva dependencia financiera de los Estados Unidos, convertidos en los principales acreedores y con Wall Street como el centro financiero más importante del mundo.

La existencia de nuevos centros financieros como el de Wall Street, junto con los de Londres y París, originó una competencia de préstamos exteriores entre el dólar y la libra que añadió nuevas dosis de inestabilidad.

En la conferencia de Génova (1922) se revisa el sistema del patrón oro clásico, y se establece el empleo de divisas claves (el dólar y la libra), junto con el oro, para respaldar los billetes emitidos por los bancos nacionales.

2.3 La Desigual y Relativa Recuperación Económica

A partir de 1924 se produce una tendencia al alza en le economía mundial, favorecida por la coyuntura política. Pero de hecho, puede afirmarse que únicamente los Estados Unidos tuvieron una clara recuperación, sustentada en la expansión del consumo de masas de dos sectores nuevos: los electrodomésticos y el automóvil.

El resto de países capitalistas, experimentó tan solo una relativa recuperación.

Al mismo tiempo aparecen, signos de desequilibrios económicos: por un lado, hay un estancamiento de sectores industriales tradicionales, como el ferrocarril, la siderurgia, el algodón y el carbón.

Por otro, la agricultura sufrió una crisis que se traducía en la acumulación de stocks (debido al aumento de la producción mundial al recuperarse la agricultura en los países destrozados por la guerra) y el descenso de los precios. Finalmente, hay que hablar de una disminución del comercio a causa de las medidas proteccionistas norteamericanas y europeas a partir de 1922.

3. Los años difíciles de la Posguerra (1919-1924)

En la inmediata posguerra el sistema capitalista tenía que redefinirse de acuerdo con las nuevas circunstancias: La hegemonía norteamericana y la revolución socialista en Rusia. Hasta entonces los países ricos (Francia, Inglaterra y Alemania) importaban más que exportaban aunque compensaban el déficit de la balanza comercial con los intereses de los créditos dados a los países menos ricos, productores de materias primas.

La situación permitía un equilibrio económico, ya que los no industrializados podían vender a los industrializados las materias primas y, con ello, pagar sus deudas y obtener divisas para comprar los productos manufacturados y de consumo que necesitaban.

Tras la guerra, los Estados Unidos se negaron a desarrollar la misma política económica y cerraron sus fronteras a los productos europeos, impidiendo de esa forma a los países deudores obtener dólares con que pagar sus deudas. El equilibrio se rompe. El oro fluye hacia Norteamérica y los capitales americanos se invierten en Europa, pero sin que ello permita una recuperación de la economía europea.

Se creía que, al igual que antes de la guerra, los países fuertes tenían que tener una moneda estable y todas las naciones se afanaban por conseguirlo volviendo al patrón oro. Sin embargo, las nuevas circunstancias lo hacían difícil.

En 1920 se registra una primera crisis, que hace aparecer el paro en países que habían perdido una gran cantidad de hombres en la guerra. Las causas son complejas y se han apuntado, entre otras, las barreras aduaneras surgidas en Europa con la aparición de nuevos países, que entorpecían el comercio; la carga que para Alemania suponían las reparaciones de guerra, que repercutían en el equilibrio económico europeo, y el desorden monetario que había favorecido la especulación. Pero, sobre todo, está el hundimiento del comercio internacional, que se produce cuando algunos países dejan de comprar al agotárseles las reservas y, otros, al no necesitar comprar ya más por tener sus necesidades satisfechas. Además el Tesoro norteamericano anunció que no concedería más préstamos ni anularía las deudas de guerra, en una política claramente deflacionaria.

Las soluciones adoptadas para salir de la crisis fueron dispares: Unos países siguieron con medidas inflacionistas, como Alemania y Francia, cuyas economías, aún débiles, no les permitían tomar otras soluciones y dejaron que la inflación aumentara. Otros, en cambio, como es el caso de Estados Unidos e Inglaterra decidieron controlar la situación con medidas deflacionarias, que se tradujeron en un descenso de la producción y en un aumento del número de parados. Al cabo de algo más de un año la economía se restableció, pero sin volver a alcanzar el nivel de 1913.

3.2 La Prosperidad Parcial (1924-1929)

En 1924 la crisis se da por superada y se entra en una fase de euforia económica. Algunos países vuelven a la paridad oro, como Inglaterra, en 1926. Otros, como Francia, estabilizan su moneda, consiguiendo con eso, al menos, crear un clima de confianza en el país.

Los índices de producción alcanzan los niveles de 1913. En Alemania se asiste a una cierta recuperación económica, acompañada de una revisión de las reparaciones de guerra. La coyuntura económica favorable repercute en las relaciones internacionales, y la armonía entre los países (Locarno, pacto Briand-Kellog) repercute, a su vez, en la marcha de la economía. Nadie parecía encontrar preocupante que los precios agrarios hubieran entrado en una depresión de la que ya no saldrían hasta 1929. Al mismo tiempo los dólares americanos invaden Europa en busca de todo el que necesite crédito.

Junto con sus capitales, Norteamérica exporta también su estilo de vida.

Pero desde la perspectiva actual es posible ver una serie de sombras sobre ese panorama en apariencia brillante. En primer lugar, la recuperación no afectó de la misma forma a todos los países.

4. El Crac de Wall Street

4.1 Las Causas del Crack de 1929. La Especulación

La principal causa del crac de la Bolsa de Nueva York fue la especulación.

Los años veinte fueron buenos para los Estados Unidos, como dice Galbraith, los más ricos se enriquecieron mucho más deprisa que los pobres dejaron de serlo. Además los norteamericanos desplegaron un asombroso afán de enriquecerse rápidamente y con un mínimo esfuerzo. El ánimo especulativo fue creciendo día a día, y en el caso de Florida, donde hombres del norte se lanzaron a comprar terrenos que aumentaban de valor sin motivos aparentes, es una prueba de ello.

La especulación llegó a la Bolsa gracias a las normas de Wall Street y por el alza que durante la década de los veinte se produjo en las acciones.

Los negocios eran rápidos y beneficiosos. Había muchos pequeños ahorradores que decidieron invertir, e hicieron de ello su forma de vida. Los agentes de bolsa prestaban a sus clientes tomando como garantía los propios títulos comprados, y, a su vez, pedían prestado a los bancos para comprar esos títulos, pues con las ganancias de la bolsa se podía pagar los créditos y sus intereses. Una situación de esta índole no podía continuar indefinidamente, ya que dependía exclusivamente del alza de la bolsa, y ésta era ficticia, fruto exclusivo de la especulación y del mantenimiento de la creencia de que la economía de los Estados Unidos era inquebrantable.

La especulación, sin relación con la actividad económica real, llevó la bolsa a la quiebra. ¿Cómo y por qué se mantuvo esta situación especulativa? Las razones son varias:

·  La inflación monetaria, que dio como resultado una política de dinero barato y facilidad de créditos.

·  La estructura bancaria, que estaba formada por múltiples y pequeños bancos, cuya supervivencia financiera dependía del alza de los valores de bolsa. Prestaban casi siempre a corto plazo con un interés del 12 por 100, cuando ellos obtenían créditos de la “Federal Reserve” al 5 por 100. El negocio era bueno, pero los bancos dependían mucho de la especulación bursátil y contribuían al alza de los valores. Además no existía control estatal ninguno sobre los bancos.

·  La existencia de compañías de “cartera”, que poseían abundantes acciones y estaban interesadas en la subida de las cotizaciones.

·  La psicología de las masas, convencidas de que el sistema era infalible, alentadas, por capitalistas sin escrúpulos y políticos que no sabían o no querían acabar con ese estado de cosas.

4.2 El Crack de la Bolsa de Nueva York

La economía entra en 1929 en un período de serios problemas y, en un momento determinado, con las circunstancias especulativas descritas anteriormente en marcha, esos trastornos se muestran violentamente en Wall Street.

En los días finales de septiembre y principios de octubre de 1929 las cotizaciones fueron buenas y malas, pero aún se hacían buenos negocios.

A partir del 19 de octubre la situación empezó a ponerse difícil, pero el jueves 24 no estalló el pánico en la Bolsa de Nueva York: ese día se pusieron a la venta 12.894.650 acciones y la demanda fue casi nula; el descenso de las cotizaciones osciló entre 12 y 15 enteros. Un grupo de banqueros y hombres de negocios intentaron frenar la caída comprando acciones; gracias a ello el viernes y el sábado parecía que se iba a detener la baja, pero el lunes 28 comenzó el desastre, el índice del Times bajó 49 enteros y fue el más desastroso de la história de Wall Street: se ofrecieron a la venta 33 millones de títulos y los índices bajaron de nuevo.

5. Los Años de Depresión. Su extensión Geográfica

La bancarrota dio al traste con la capacidad adquisitiva de los consumidores, con las inversiones en los negocios y con la solvencia de los bancos y de las empresas. Después de la Gran Bancarrota, vino la Gran Depresión; primero la eutanasia de los ricos, y después, la de los pobres. En 1933 casi la cuarta parte de todos los trabajadores norteamericanos estaban sin empleo. La producción PNB (producto nacional bruto) había bajado un tercio. Quebraron unos nueve mil bancos. En junio de 1930, las cosas iban de mal en peor.

5.1 La Depresión en los Estados Unidos

El modelo económico de los Estados Unidos, basado en la especulación, se viene abajo al estallar la crisis de Wall Street.

La crisis del 29 genera en cadena una serie de quiebras que configuran la llamada gran depresión, que tocaría fondo allá por el año 1933, y que, en síntesis, son las siguientes:

·  Quiebra bancaria. Ya hemos visto la dependencia de los bancos respecto a la Bolsa en relación con los préstamos a los agentes. Esto hace que el crac del 29 produzca el hundimiento y debilitamiento del sistema bancario. Entre 1929 y 1932 quebraron 5096 bancos. Este derrumbamiento restringió los créditos.

·  Quiebra de empresas comerciales e industriales. Consecuencia de la restricción de créditos fue la quiebra de más de treinta mil empresas, lo que trajo consigo el descenso de las tasas de inversión y la disminución correspondiente de la renta nacional.

·  Aumento considerable del paro, cuyo porcentaje más alto se alcanzó en 1932. Esto determinó la disminución del consumo y el consiguiente aumento de los stocks. Los productores y vendedores no aumentaron sus existencias.

·  Reducción de los precios. La acumulación de stocks provocó un descenso apreciable de los precios, más en el sector agrícola que el industrial. Con el fin de frenar esta caída se reduce voluntariamente la producción.

5.2. La Extensión de la Crisis

El peso de la economía de los Estados Unidos en el resto del mundo hizo que la crisis se extendiera a partir de 1931. Los norteamericanos se vieron obligados a repatriar capitales, lo que motivó quiebras bancarias en Alemania y Austria y tensiones en la economía británica. La caída de precios norteamericanos obligó a los países europeos a rebajar los suyos para hacerlos competitivos y dar salida a sus stocks. Pero el descenso del poder de compra de los Estados Unidos y su posterior proteccionismo cerraron aún más el mercado mundial.

En Europa, y en general en el mundo, la crisis fue similar a la americana: desplome de las cotizaciones de Bolsa, descenso de los precios, sobretodo los agrícolas, caída de los créditos y de las inversiones, hundimiento de la producción industrial y aumento del paro.

· En Alemania, el crecimiento de los años veinte se debía a los préstamos exteriores de los Estados Unidos. La crisis del 29 hizo que los capitales se fueran retirando de Alemania, lo que produjo la reducción de la inversión y, por consiguiente, de la producción industrial en cerca de 58 por 100. El paro afectó a más de 6 millones de trabajadores y la agricultura quedó al borde del colapso. Ante esta situación el gobierno excluyó la devaluación por temor a una nueva inflación y escogió la deflación.

· En Francia la crisis afectó a partir de 1931, año en que las exportaciones descendieron a la cuarta parte. El desempleo no llegó a alcanzar las altas cotas de Inglaterra y Alemania, gracias a la marcha de muchos emigrantes que habían llegado en los años anteriores y a la reducción del número de horas de trabajo. El descenso de los precios permitió a los trabajadores industriales mantener el poder adquisitivo, aunque sus salarios bajasen, pero las rentas de los que vivían de la agricultura se vieron drásticamente reducidas. El gobierno optó por aplicar una política deflacionaria.

· Después de 1929 Inglaterra sufrió el impacto de la crisis mundial, y las exportaciones, que ya estaban estancadas, se vieron más afectadas debido a la contracción de la demanda en el mundo entero. Pero a pesar de este estancamiento económico, que mantuvo e incluso aumentó el paro, Inglaterra no vio alterarse demasiado la situación política y social.

· En España la crisis paralizó las obras públicas emprendidas por la dictadura de Primo de Rivera, provocando una disminución de la producción y, posteriormente, el cambio político, con la llegada de la República acentuó la crisis a causa de la fuga de capitales.

· En las economías dependientes, esto es, en las áreas coloniales con dependencia directa de las metrópolis y en los países políticamente independientes pero de gran dependencia neocolonial, la crisis de los años treinta tuvo una gran repercusión. Los intercambios coloniales (materias primas por productos manufacturados) se hunden al disminuir el consumo en las grandes potencias, y surge el problema de la sobreproducción. Las políticas proteccionistas y la repatriación de capitales contribuyen a ensombrecer más el panorama en esas zonas. Iberoamérica, por su gran dependencia de la economía de Estados Unidos es la que sufre con mayor fuerza la repercusión de la crisis. El deterioro de la situación económica llevó la inestabilidad política a Cuba, Brasil, Uruguay, Chile y Ecuador.

6. Consecuencias de la Crisis

6.1 Consecuencias Sociales

a) El paro. Constituye la primera y más terrible consecuencia de la gran depresión. En 1932 había en el mundo 40 millones de desempleados. En los Estados Unidos, el paro total y el paro parcial: el primero va acompañado de mendicidad, enfermedad y hacinamiento en la Ciudades de lata (llamadas Hoovervilles irónicamente en Estados Unidos) y en los arrabales de las grandes ciudades; el paro parcial, aunque menos dramático también afectó a la vida diaria. En los Estados Unidos se calcula que el 63 por 100 de los trabajadores industriales estaban contratados a tiempo parcial, con lo que los salarios, ya de por sí bajos, se convertían en salarios de hambre. La juventud sufrió con mayor dureza aún esta situación, pues la búsqueda de un primer empleo sé hacia totalmente inútil y los centros docentes no podían soportar la prolongación de la escolaridad.

b) Descenso demográfico. Se produce por la disminución de la nupcialidad, la natalidad y las migraciones, unida al aumento de la mortalidad infantil y senil. Los distintos regímenes políticos establecieron distintas medidas demográficas para afrontar la crisis; las democracias liberales tendieron a restringir la natalidad para paliar los efectos sociales de la crisis (paro), mientras que los regímenes totalitarios, sobre todo el alemán, fomentaron el crecimiento de la población por razones ideológicas. En cuanto a las migraciones, los Estados Unidos se negaron a la entrada de emigrantes. En este aspecto la crisis también contribuyó a cambiar el statu quo imperante en el mundo.

c) Desigualdad en la estructura social. La crisis acentuó las desigualdades sociales, pues aunque se produjeron importantes quiebras en sus negocios, los patrimonios personales de los ricos no mermaron mucho, mientras que la depresión afectó de lleno a las clases medias y bajas.

La burguesía media y pequeña (rentistas, profesionales liberales, medianos y pequeños comerciantes) sufrieron de manera muy especial los embates de la crisis, empobreciéndose y proletarizándose. Muchos buscaron la solución en los fascismos.

Pero sobre quien más recayó el peso de la crisis fue sobre el proletariado, que incluso llegó a subdividirse en estratos diferentes según fuera industrial, rural, parado, semiparado o con trabajo fijo.

6.2 Consecuencias en las Teorías Económicas

La doctrina del liberalismo económico salió malparada de la crisis, pues ésta supuso la necesidad de la intervención del Estado en la economía, Idea opuesta al liberalismo.

La fórmula de intervención estatal fue propuesta por John Maynard Keynes en su “Teoría general de la ocupación. El interés y el dinero”. Las medidas keynesianas establecían la corrección del sistema capitalista mediante la intervención del Estado para incrementar el consumo y la inversión; además propugnaban la ayuda a empresas expansivas, el fomento de obras públicas por el Estado y el proteccionismo.

Las teorías de Keynes no alcanzaron plena vigencia hasta después de la Segunda Guerra Mundial.

El intervensionismo se puso en práctica mediante la aplicación de diferentes métodos, tales como: medidas monetarias, acción sobre los salarios y los precios, proteccionismo, fomento de la política de austeridad, autarquía, desarrollo del sector público,... según los casos y los distintos países.

6.3 Consecuencias Políticas

Puede decirse que a partir de 1930 se plantea una crisis de los partidos socialdemócratas, que tuvieron que transformar sus principios y preparar los planteamientos ideológicos que surgirían tras la Segunda Guerra Mundial. El triunfo del comunismo en Rusia y la creación de la III Internacional habían desplazado al socialismo a posiciones más moderadas; en la crisis estos partidos socialistas tuvieron que colaborar con el capitalismo y renunciar a algunas de sus conquistas sociales. De esta forma, la separación entre socialismo y comunismo se hace más manifiesta.

Pero la consecuencia política más importante de la crisis va a ser, sin duda, el auge que alcanzaron los movimientos fascistas y la ascensión de otro partido de este talante al poder: el Nacional-Socialista en Alemania.

7. Las Soluciones a la Crisis

Hubo una primera respuesta a la casi común a todos los países: la política deflacionista, que establece restricciones al crédito y a las importaciones. Esta política tenía como objetivo preservar el equilibrio de los intercambios exteriores y defender la moneda. Se ponen en marcha medidas proteccionistas: control de cambios y fijación de contingentes de importación.

Todas estas restricciones estaban condenadas al fracaso, pues eran difícilmente soportables en el ámbito social. La llegada de nuevos equipos al poder, que se dieron cuenta de la necesidad de cambiar de rumbo, propicia la devaluación de las monedas (con excepción de Alemania), así como el relanzamiento de la producción y el consumo gracias al crédito del Estado.

El carácter opuesto de estas dos medidas (deflación y devaluación) provocó la larga duración de la crisis. La falta de solidaridad entre las naciones perpetuó aún más el marasmo. La conferencia de Londres de 1933 demostró que cada una de las naciones iba a intentar solucionar sus problemas sin contar con la participación de las demás: la frase exportar la crisis es la más explícita en este aspecto. Es conveniente analizar dos modelos básicos de superación de la crisis: el New Deal en los Estados Unidos y la autarquía en Alemania.

7.1 El Modelo Norteamericano. El New Deal

Tras el fracaso de la administración Hoover (1929-1933) para salir de la crisis, los demócratas ganan las elecciones presidenciales en la persona de Franklin D. Roosevelt, que implanta una política innovadora para reactivar el consumo y la inversión y, para erradicar los males que había padecido la economía norteamericana; se trataba del llamado New Deal.

En realidad hubo dos New Deal: el primero se refiere, a medidas económicas, mediante leyes elaboradas en la primavera de 1933; el segundo, a medidas sociales, a partir de 1935.

Estas son algunas de ellas:

·  En el campo de las finanzas. Se intentó enderezar la situación monetaria y crediticia, para ello:

· Se prohíbe el atesoramiento y las exportaciones de oro.

· Se devalúa el dólar con el fin de hacer subir los precios en le interior y favorecer las exportaciones.

· Se toman una serie de medidas para proteger los depósitos bancarios (creación de un seguro sobre los depósitos bancarios) y evitar la concesión de créditos destinados a la especulación en la bolsa.

·  En el sector agrícola, a la política de almacenamiento iniciada por Hoover, Roosevelt añade la de limitación de cosechas. Mediante la Agricultural Adjustement Act se indemniza a los campesinos que reduzcan las superficies cultivadas. Con ello se persigue la disminución de excedentes, aunque no se logra del todo.

c) En el terreno industrial, se crea la National Industrial Recovery Act (NIRA). Con ella se pretendía organizar la intervención estatal en el ámbito industrial y establecer las reglas de juego de las empresas privadas con el fin de evitar los desmanes de la total libertad de mercado.

Se crea la TVA (Tennessee Valley Authority), empresa estatal encargada de construir presas, es decir, todo un programa de obras públicas en manos estatales.

La NIRA impedía la libre competencia con el establecimiento de los “códigos” (convenios colectivos), que garantizaban unos beneficios mínimos a los empresarios y un salario justo a los trabajadores, reconociendo la libertad sindical y del sistema de contratación colectiva. Además la NIRA favorecía la creación de monopolios, por lo que, al ser declarada inconstitucional en 1935, Roosevelt aprovechó para eliminarla y volver a la política anti-trust.

·  Las medidas sociales del segundo New Deal iban encaminadas a la protección social del ciudadano; en especial de los desempleados y los ancianos. Se fijaba la jornada laboral máxima en 40 horas semanales y se abolía el trabajo de los niños. Por la National Labor Realtions Act se apoyaba a los sindicatos, revitalizándose centrales obreras como la American Federation of Labor (AFL).

En general, la burguesía americana rechazó el New Deal. En cambio, las masas obreras la apoyaban, lo que impidió que se constituyese en los Estados Unidos un partido comunista.

Podemos, finalmente, afirmar que si bien la política económica de Roosvelt no mejoró sensiblemente la situación de crisis, sí, al menos, contribuyó a hacerla menos mala.

Autor: Sandra Susane Silva

Un Acercamiento a la Heterogeneidad del Sector Informal: El Caso de la Ciudad de México en 1994 y 2003

Un Acercamiento a la Heterogeneidad del Sector Informal:



El Caso de la Ciudad de México en 1994 y 2003*

A Look in the Heterogeneity of the Informal Sector:

The Case of Mexico City in 1994 and 2003*



Autor: León Darío Parra Bernal**

Resumen

El estudio del empleo en el sector informal y la precariedad en las condiciones de vida de la población que labora en él bien podrían verse como dos temas de amplio debate tanto teórico como empírico, pero lo cierto es que hoy por hoy aún no se encuentra una “receta” eficaz  para darle solución a este problema, máxime que día a día la economía informal aumenta en lugar de decrecer.



El presente artículo lleva acabo un acercamiento tanto a la heterogeneidad que existe al interior del sector informal, como a la relación entre el tipo de actividades que allí se realizan y las condiciones laborales y sociodemográficas de los individuos que trabajan en este sector, tomando como unidad de análisis la Ciudad de México en 1994 y el 2003.

Abstract

The study of work in the informal sector and the poor living conditions of the people  making up  this sector, although a long debated issues, still have not yielded  a satisfying  answer to the problem.

This article clarifies the degree of heterogeneity of the informal sector in Mexico City from 1994 to 2003 and the relation between informal activities and the labor and socio-demographic conditions of the people involved in it.

Key Words:  Informal work, Living conditions, Informal Sector, Labor Market, Labor Heterogeneity. 

Palabras Clave: Trabajo informal, Condiciones de vida, Sector informal, Mercado laboral, Heterogeneidad laboral.

Los cambios en la estructura productiva y laboral de Latinoamérica en las últimas décadas han dado lugar a un afianzamiento de la vulnerabilidad y de la precariedad como característica definitoria del mercado de trabajo contemporáneo. En este contexto, la economía informal, y dentro de ella, el cuenta propismo y las unidades micro empresariales no reguladas han absorbido cerca de 20 millones de personas, de los 29 millones de puestos nuevos de trabajo generados en la región  entre 1990 y 1999 (Franco, 2004).

A este panorama no escapa la Ciudad de México, región en la que  a pesar de existir una tasa de desempleo que no supera el 4 por ciento de la PEA , la población en condiciones críticas de empleo sigue siendo muy elevada si se tiene en cuenta que un 26 por ciento de los asalariados no gozaba de ningún tipo de prestaciones sociales en el 2003, aunado a un 44 por ciento de los ocupados que laboraba en establecimientos de menos de cinco personas, y a un 8 por ciento de los mismos que trabajaba menos de 35 horas semanales por razones de mercado .

Ahora, el problema de la generación de nuevos puestos de trabajo en actividades de baja productividad y “nula” protección social –sector informal-, radica en que dicha situación le restringe al individuo su margen de maniobra para solventar sus necesidades básicas y desarrollarse como persona. Además, esta situación vulnera la construcción de sus derechos sociales, al imposibilitarle la adquisición de activos productivos y mecanismos de poder con los cuales el sujeto participe de manera activa en su sociedad (Bayón, Roberts y Saraví, 1998).

No obstante, sería un tanto apresurado afirmar que los sujetos que laboran en la informalidad apenas pueden solventar sus necesidades básicas de sobrevivencia, o que todas las actividades desarrolladas en el sector informal se asocian con una empresarialidad obstruida por las fallas del mercado. El sector informal es tan heterogéneo que puede incluir tanto ocupaciones propias de una economía de subsistencia con escaso dinamismo económico y precarias condiciones laborales, como unidades empresariales más organizadas con ciertos atisbos de capitalismo formal. De allí surgiría, entonces, la pregunta, de si la informalidad ocupacional puede ser considerada como una estrategia de supervivencia ante la constante precarización y desaparición del empleo formal, o puede estar orientada hacia una empresarialidad naciente obstruida por la complejidad del sistema normativo y burocrático de las naciones en desarrollo, que les impide a los informales romper la campana de vidrio que los separa del resto de la economía e integrarse productivamente a ésta (De Soto 2000).

En pro de tratar de contestar el anterior interrogante, la presente investigación se planteó como objetivo estudiar la heterogeneidad del sector informal en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) en 1994 y 2003, partiendo de dos ejes analíticos: la heterogeneidad en función de las características laborales de los sujetos informales; y la heterogeneidad en función de la relación entre tipos de informalidad y condiciones de vida.

 Se planteó la necesidad de construir una definición alternativa a las tradicionales para medir el empleo generado por el sector informal. Esto significa que se abarcará a un conjunto más amplio de la población ocupada del que tradicionalmente se capta siguiendo la definición expuesta por la OIT u otros organismos multilaterales , y se tomará en cuenta otras variables que usualmente no se utilizan para clasificar a los informales, como  el nivel de escolaridad, la afiliación a sistemas de seguridad social, el tipo de empresa en el que labora y si el individuo emplea o no mano de obra en su negocio, o si ésta es remunerada o no.  Aunque más adelante se entrará en detalle sobre la definición construida, cabe  mencionar que a partir de ésta fue que se logró establecer una tipología de análisis que permitiera asociar cada tipo de informalidad con un contexto laboral específico y unas condiciones de vida particulares a cada sujeto y hogar. Ello requirió de la combinación de dos planos de análisis: el plano individual en el que se analizaron las características propias de cada persona ocupada en el sector informal, y el plano familiar en el que se visualizó el entorno inmediato en el que se inscriben los sujetos.

Finalmente se efectuó un análisis multivariado que acercará la discusión de la heterogeneidad del sector informal a la relación entre tipos de informalidad y características sociodemográficas y laborales. Ello permitió corroborar y matizar los hallazgos encontrados en el análisis bivariado, ver las diferencias intergrupales y sus cambios entre ambos años.

Según datos del INEGI el desempleo abierto en la Ciudad se ha mantenido entre el 2 y el 3 por ciento del total de la PEA en los últimos cinco años.

El INEGI asume como población en condiciones críticas de empleo a: Los ocupados que trabajan menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, o en establecimientos con menos de 5 trabajadores; y asalariados que no gozan de prestaciones sociales.

Cifras del Banco de Información Económica del INEGI, tercer trimestre de 2003.

La zona  metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) en la ENEU comprendía, en 1994, el Distrito Federal y 15 municipios conurbados del estado de México, y en el 2003, el Distrito Federal y 27 municipios conurbados. De aquí en adelante se denominará la ZMCM simplemente como Ciudad de México.

La OIT y el PREALC definen al sector informal como: el subempleo que afecta a  la población que no consigue ingresar en la economía moderna, dentro del cual se puede incluir a los trabajadores cuenta propia, los empleados domésticos, los trabajadores sin remuneración, y demás asalariados que laboren en unidades productivas con menos de 5 trabajadores(PREALC, 1985)

* El presente artículo es una síntesis de la investigación  elaborada para optar al grado de Maestro en Población otorgado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO –, Sede México, promoción 2003 -2005. Agradezco los aportes que la  Dra. Viviane Brachet efectúo para el mejoramiento de este escrito. 

· Economista, Maestro en Población por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO, Sede México-. En la actualidad es estudiante del doctorado en economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.  leondarioparra@yahoo.com.mx

Reflexiones en torno al papel de estado en el mercado laboral y la informalidad ocupacional . Aportes para política pública

Reflexiones en torno al papel de estado en el mercado laboral y la informalidad ocupacional1. Aportes para política pública



Autor: León Darío Parra B.

El estado moderno tal y como se concibe hoy dista mucho de la concepción totalitaria que planteaba Hobbes, para él, el estado surgía como una  necesidad de controlar y dominar a sus súbditos y sería más estable y eficiente en la medida que: “la calidad de sus ciudadanos le sea indiferente, y que no tenga que esperar de sus virtudes ni nada que temer de sus vicios”(Hobbes, 1979). Por el contrario, en la actualidad la concepción tiende a parecerse mas a lo planteado por Montesquieu, quien defendía la idea de un estado liberal en el que: “el gobierno mas conforme con la naturaleza es aquel cuya configuración se adecua mejor a la forma de ser de la población para la cual se ha establecido” (Montesquieu, 1977).

El estado de hoy debe concebirse en el contexto de un mundo globalizado en el que las fronteras, cualquiera que sea su forma (territorial, económica, tecnológica, social, etc.), se ven cada vez más diluidas. El estado – nación que se concebía en la modernidad bajo nociones de  espacio interior y exterior, a parir de las cuales los gobiernos tenían el control total del país en el que fueron elegidos, en la era postmoderna o actual se ve cada vez más desmantelado. Hoy, el mundo se enfrenta al advenimiento del megaestado (o comunidades económicas) en el que la soberanía nacional sobrepasa las fronteras físicas nacionales, para dar lugar a la realización plena del mercado mundial. (Druker, 1999, Hardt y Negri, 2002).



La cuestión radica en saber en qué medida los pobres se benefician o no de la anterior situación, dado que si bien es cierto que las economías nacionales deben de ajustarse a las exigencias de un mercado globalizado y competitivo, también es cierto, que la población menos favorecida no cuenta con el portafolio de activos suficientes para enfrentarlo. Habría que analizar, entonces, cuál es el papel que juega el estado en la garantía de los derechos sociales de los individuos y su posición dentro de la economía.

La concepción del papel del estado en la economía depende del  cristal con que se mire. Así, mientras que para los regímenes socialistas, el estado no solamente se circunscribiría en la cooperación del desarrollo económico, sino que sería la “fuerza fundamental y decisiva, que de un modo conciente y planificado determina la marcha de la economía bajo las leyes socialistas” (Ostrovitianov, 1950), para el modelo liberal su papel radicaría básicamente en “mantener la ley y el orden, prevenir la irrupción al derecho individual, definir los derechos de propiedad y la interpretación de estos en la economía, y por último la provisión de una estructura monetaria, acorde a las necesidades del mercado” (Friedman, 2002)     

Ambas posiciones contradictorias entre si podrían llevar o al despotismo total, en el que los derechos individuales se ven socavados por la opresión de una supuesta mayoría en manos de una clase déspota –socialismo-, o peor aún, al desmantelamiento del estado como garante y protector de los derechos sociales a expensas de la supremacía del mercado, que no se guía precisamente por principios de equidad e igualdad –neoliberalismo a ultranza-. Ello, llevaría a pensar un término medio que haciendo participe al estado en la economía de forma imaginativa y eficiente, legisle a favor de todos los ciudadanos, adecuando la estructura legal a las necesidades de crecimiento de la sociedad que lo integra, sin intervenir de forma obstructiva en el proceso de desarrollo, pero tampoco, generar los mecanismos, bien sea por acción u omisión, para favorecer a ciertas clases privilegiadas o permitir la dictadura del mercado.



Lo anterior llevaría a formular la siguiente pregunta: ¿Cuál debería ser el papel del estado en la economía en general y en el mercado laboral en particular, si se desea aminorar el crecimiento de la informalidad ocupacional y el impacto de esta en las condiciones de vida de la población ocupada? Para contestar este interrogante es necesario retomar las perspectivas que se han planteado al respecto, ver la relación que tiene el estado con la construcción y preservación de los derechos sociales y laborales de los individuos y analizar por qué la informalidad ocupacional podría ser vista como un problema de política pública en el cual el estado deba intervenir.

En consecuencia, el presente ensayo realiza un acercamiento en torno a cuatro aspectos: 1. reflexionar acerca del papel del estado en el mercado laboral y más concretamente en la informalidad ocupacional retomando algunas de las principales perspectivas que han tratado el tema, 2. analizar la relación estado construcción de derechos laborales y 3. ver si la informalidad ocupacional podría ser vista como un problema de política pública y 4. Analizar algunas experiencias de países exitosos en políticas orientadas a la informalidad ocupacional.  

1 Existe un amplio debate entorno a la definición de empleo y sector informal el cual puede ser consultado en diversos estudios (Rendón y Salas, 1990; Roubaud, 1995;Jusidman, 1993; Parra,2006). No obstante, para los efectos de este escrito, se asume como informalidad ocupacional al fenómeno que involucra toda la población que se encuentra ocupada en actividades generadoras de ingreso, pero no reguladas, en un medio donde actividades similares si lo están” (Portes, 1995).

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La Banca: de la Usura al Narcolavado

Durante el 2007 escuchamos con mucha fuerza a las élites económicas y políticas del país como: banqueros, propietarios de los medios de comunicación, cámaras de la producción y curas, hablar de libertad. “Libre empresa”, “libre mercado”,“libre expresión”, “libre fijación de tasa de interés”, “Ecuador libre”, “partido libertad”, “libertad de la oferta y la demanda”,“libertad de precios”, en fin. Llegaron al país “personajes”, invitados por las cámaras, que nos dejaron lecciones de cómo dirigir un país y nos hablaron de libertad.



Esta “cascada” de libertades esta presente a raíz de que existe un nuevo gobierno, que ya no pide permiso para tomar decisiones a las Cámaras de la Producción, ni nombres para que ocupen los principales cargos burocráticos, no esta rodeado de banqueros, -aunque sí de sus amigos- no consulta a los omnipotentes periodistas qué hacer con este país, no tuvo un solo diputado en el ex Congreso Nacional y arrasó con la elección a la Asamblea Constituyente.

A pesar de que estas élites nos impusieron el temor de estar frente al autoritarismo, comunismo, partido único, extinción de la propiedad privada, intolerancia, perpetuidad en el gobierno, inseguridad jurídica, temor a las inversiones, no lograron convencernos. Han sido derrotados por cuatro ocasiones seguidas, debido a su gran corrupción. Como dice el Presidente Correa: la fiesta se les acabó el 15 de enero de 2007, aunque en la banca continúan.

En los últimos casi 30 años de gobiernos “constitucionales” las élites nos han gobernado y hemos tenido: dos mini guerras con el Perú, una disminución de nuestra extensión territorial, la más grave crisis financiera, la desaparición del sucre,continuos golpes de Estado y 3 millones de ecuatorianos fuera del país.



De todas estas “crisis”, los UNICOS beneficiados han sido precisamente estas élites. Es decir fueron ellos los que promovieron las crisis para obtener pingues ganancias. El país no es que sea ingobernable, lo que pasa es que lasélites, divididas en grupos, no sacian su voracidad y codicia. Montaron grandes sainetes para encubrir sus quiebras fraudulentas y gobiernos que no estuvieron a órdenes del grupo más poderoso fueron derrocados. En la coyuntura actual tenemos un sainete semejante, denominado LUCHA por la LIBERTAD, para atacar al nuevo gobierno.

Pero, en realidad lo que quieren es continuar con el LIBERTINAJE, (prostitución de la libertad, desenfreno) en todas sus acciones. Los banqueros han saqueado el país, los empresarios de las cámaras de la corrupción suben los precios de sus productos o servicios, irracionalmente. Estos dos grupos básicamente, para conseguir su objetivo utilizan los partidos políticos, la mayoría de medios de comunicación, al Estado en su conjunto, iglesia católica, organismos internacionales.

Los banqueros en su gran codicia, profundizan la destrucción del país, alentando el narcotráfico a través de lavar los narcodólares, que les rinde ingentes ganancias. El Ecuador dejó de ser el país de tránsito de los narcóticos para convertirse en productor, procesador y centro de distribución.



El crimen de los banqueros no sólo está en el robo sino en la destrucción de una sociedad. No les basta haber destruido a cientos de miles de familias que han emigrado, ahora destruyen a una juventud a través de la droga. Como dirían los empresarios mexicanos, hay tres tipos de economía: legal, criminal e ilegal. Las dos primeras las desarrollan los banqueros.

En el presente estudio demostraremos cada una de nuestras afirmaciones. Conoceremos a la escoria social contra quien hay que luchar.

Ante la ignominia de tener un grupo de banqueros, empresarios y políticos, que han empobrecido nuestro país, Fundación Avanzar levanta su voz de protesta e indignación y señala sin ambages a los responsables de esta desgracia. Puntualiza todo lo que la prensa cómplice calla y en el mejor de los casos dice a medias o cuando han escapado los delincuentes.

Fundación Avanzar ha preparado éste título -que es la segunda reimpresión, corregida, aumentada y con nuevo título- para conmemorar el DECIMO TERCER aniversario de vida; demostrando que si podemos luchar contra poderes mafiosos (repetimos la fábula del pajarito que trata de apagar el incendio del bosque, llevando agua en sus alas), y como apoyo a los asambleístas, que quieran un cambio positivo para el país y transformar las estructuras deterioradas y corrompidas del actual Estado.

Luis Torres Rodríguez PRESIDENTE EJECUTIVO Forjamos

Propuestas

Asamblea constituyente

· Aprobar el proyecto de Ley denominado: “Red de Seguridad Financiera” donde la tasa de interés sea la sumatoria de: tasa de inflación, más costos operativos, más tasa pasiva y una ganancia racional que no pueda superar el 4%.

· La ley debe contener una disposición mediante la cual se cancele inmediatamente la autorización del banco que haya sido descubierto lavando narcodólares.

· Disponer la investigación de los mayores depositantes de la banca en los últimos 4 años y la justificación de sus ingresos.

· La conformación de una Comisión de Veedores para investigar la relación entre el lavado de dinero en el sistema financiero formal e informal, narcotraficantes y banqueros.

· Activar los juicios de lavado de dinero en el caso “Prada”.

· Eliminar la segmentación del mercado de usuarios de crédito, puesto que en ese momento existe DISCRIMINACIÓN, lo que es atentatorio a los derechos humanos.

· Un mandato de la Constituyente debe ser: la devolución de lo ilegal y dolosamente cobrado, por intereses, comisiones y servicios, por las instituciones financieras, en el período 2001 – 2007. Deberán ser entregados en el 100% más los interesas devengados a todos los depositantes o herederos, en el plazo de un año, a partir de la vigencia del mandato, caso contrario serán anuladas las autorizaciones para el funcionamiento de las instituciones financieras. Para el efecto la Superintendencia de Bancos utilizará el listado de clientes que consten en sus archivos.

· De la misma manera se actuará con las instituciones microfinancieras y cooperativas de ahorro y crédito, que no están reguladas por la Superintendencia de Bancos.

· Para el efecto la Asamblea Constituyente, conformará una Comisión Especial conformada por diez representantes de veedurías ciudadanas; diez de la tribuna del consumidor, que con la Comisión Especial de Devolución de los dineros indebidamente cobrados y tendrá la facultad de cobrar mediante acción coactiva y los gastos correrán a cargo de las instituciones financieras.

· La Asamblea Constituyente debe conformar una Comisión conformada por juristas y veedores de la ciudadanía, para que inicie los juicios penales por estafa y usura a todos los banqueros. Igual, por delitos de colusión al resto de funcionarios públicos de la superintendencia de bancos, banco central y ministerio de economía.

· El Estado debe retomar el papel de control, vigilancia, planificación, intervención y sanción, para impedir el desborde de la corrupción financiera – empresarial.

· El Estado debe iniciar acciones civiles y penales contra los representantes de los organismos internacionales, que “asesoraron” en la creación del AGD, y luego le convirtieron a la CFN en banco de segundo piso, para finalmente saquearlo.

· Aplicar el artículo 20 de la Constitución: “Las instituciones del Estado, sus delegatarios y concesionarios, estarán obligados a indemnizar a los particulares por los perjuicios que les irroguen como consecuencia de la prestación deficiente de los servicios públicos o de los actos de sus funcionarios y empleados, en el desempeño de sus cargos.“

· Impulsar la promulgación de le Ley de Régimen Legal para la Microempresa

· Desaparición de Elecciones Directas y Partidos

· Las futuras designaciones de legisladores, serán realizadas de manera indirecta y a través de computadoras. No se elegirá un Congreso sino comisiones especializadas de legisladores en cada área necesaria. Para el efecto una Comisión Especial será la encargada de elaborar los perfiles requeridos para las diferentes áreas. La computadora escogerá el 50% del número requerido para esa comisión y área; y, el otro 50% será escogido al azar, de personas que consten en la base de datos. Eliminamos los mayores focos de corrupción del país.

Cajas

· Convocar públicamente y a través de la prensa, a reuniones de clientes de un determinado banco y de un determinado barrio, para conformar Cajas de Ahorro y Crédito Barriales (condominio). Creamos fuentes de trabajo para jóvenes profesionales en finanzas y eliminamos la usura.

· Supresión de Representaciones de las Cámaras

· Eliminar de toda institución pública la representación de las Cámaras de la Corrupción y reemplazar con representantes de veedurías ciudadanas, legalmente conformadas. Educación

· El gobierno nacional debe contratar a canales de televisión como discovery channel, history channel, national geografic, discovery healt, biografic, y abrir la señal en forma gratuita para todo el país, para de esta manera terminar con la telebasura que tenemos.

· El gobierno debe conformar una nueva Comisión del CONESUP integrada por educadores, para delinear las nuevas políticas educativas para el país.

Auditorías

· Conformar un organismo de auditoría financiera, a cargo del Ministerio de Economía, para auditar los siete últimos años y a futuro para establecer la racionalidad y aplicación de los principios generalmente aceptados de auditoría. En ella participaran veedurías ciudadanas y la Tribuna del Consumidor. El organismo establecerá techos o racionalidad para gastos operativos, viajes, fiestas, becas, guardia de seguridad y agasajos del sistema financiero, en resguardo del dinero de los depositantes.

· Incorporación de Depositantes al Directorio

· Si el capital de propiedad de los depositantes de una institución financiera es inferior al 50% de las captaciones de esa institución, en el directorio de los bancos participarán dos representantes de los depositantes. El primero será el representante de los cuenta ahorristas y el segundo de los cuenta correntista, quienes rendirán cuentas anualmente. Si el capital de propiedad de los depositantes de una institución financiera es mayor al 50% de sus captaciones, la mayoría del directorio estará conformado por los depositantes. Si el capital de propiedad de los depositantes de una institución financiera es mayor al 80% de sus captaciones, los accionistas fundadores de la empresa tendrán un solo representante. Esta composición orgánicabancaria será implementada en un año. · Los representantes de los ahorristas en el directorio serán electos en asambleas generales de Asociaciones, que para el efecto se crearán, y estarán controladas y reguladas por el Banco Central del Ecuador.

Emprendimientos y Nuevos Organismos

· La CFN y el BNF deben unificarse y especializarse en atender al sector juvenil de emprendedores, con créditos donde la garantía sea la creatividad y trabajo, y no los bienes.

· En un mundo globalizado tendremos que crear nuevas instituciones financieras internacionales, que no vivan de generar pobreza.

Versión completa (formato pdf) disponible en

http://www.fundacionavanzar.org/descargas/la%20banca%20de%20la%20usura%20al%20narcolavado.pdf

Bibliografía:

Página web de la Superintendencia de Bancos

Diarios: El Comercio, El Universo, Hoy, Expreso, La Hora

Enciclopedia Wykipedia

Guttenberger, Carolina. Estudio de Mercado INSOTEC 2003 BID: Informe 2005

Ministerio de Industrias y Competitividad. “Politicas de desarrollo para PYMES”.

Revista Líderes

Revista Conquito

Revista América Economía

Obando, Alberto. www.monografias.com

BCE. Resumen de Historia Ecuatoriana 1996-1999

Toffler, Alvin. La Revolución de la Riqueza

Coparmex. Condiciones para la prosperidad de los mexicanos: Revista Entorno. Noviembre 2006. www.coparmex.org.mx

Aguirre, Silva José Ricardo. Condiciones para la prosperidad de los ecuatorianos. Ande 2007 Astorga, Lira Enrique, La Democracia Agoniza Voto a Voto. Editorial Universidad Santiago de Chile-Lom, 2006.

SRI, sociedades, www.sri.gov.ec

Tribunal Constitucional

Torres, Rodríguez Luis, El Microcrédito la Industria de la Pobreza

Torres, Rodríguez Luis, Artículos publicados en algunos medios de comunicación.

Torres, Rodríguez Luis, Oficios enviados y recibidos

Congreso y Partido

· El Congreso Nacional fue el reflejo fiel del capitalismo salvaje, donde los valores que se manejan son de la oferta y demanda… de dinero al mejor postor. No pudiendo obtener nada del ejecutivo, sacaron unas migajas a los banqueros y aprobaron la “Ley de Legalización de la Usura”, en un acto colusorio para perjudicar a las víctimas de la banca.

· El Congreso Nacional fue LA CASA DE VALORES, de oferta y demanda del mercado de votos, que decide la suerte del país.

· El Congreso Nacional no es ni ha sido el “representante” de los ecuatorianos. No es el representante de la voluntad popular. Son representantes de su ignorancia y ambiciones de enriquecimiento ilícito.

· El Congreso Nacional delegó el poder de una relativa mayoría de ecuatorianos a un grupo minúsculo de banqueros para que fijen las tasas de interés de usura.

· La denominada “Revolución Ciudadana” ha producido un gran cambio hasta el momento: el Directorio del Banco Central se ha convertido en Congreso Nacional y dictó una Resolución recogiendo el 98% de lo resuelto por el extinto Congreso.

· El Directorio del Central en forma ilegal y arbitraria, luego de declarada la inconstitucionalidad de la ley de Justicia Financiera, dejó en pie las tasas de usura de la banca.

· La democracia Cristiana en demostración de que no ha perdido sus habilidades demostradas en el atraco bancario, volvió por sus fueros y encabezó la aprobación de la “Ley de Legalización de la Usura”.

· Los Partidos políticos son escaparates viejos, administrados por rufianes.

Banqueros y Protectores

· Los banqueros han pasado de la “Libre” usura al “libre” lavado de narcodólares.

· Los banqueros serán los sepultureros del sistema capitalista, a través de sus grandes atracos y fraudes. Con sus acciones debilitan a las grandes capitales financieras y se comen la gallina de los huevos de oro.

· El éxito bancario se mide por el volumen de dinero atesorado, sin importar el medio utilizado para obtenerlo: chantaje, extorción, usura, narcolavado, engaño, violación legal, muerte, migración, quiebra fraudulenta, compra de votos, cleptomanía.

· La banca constituye un freno y obstáculo al desarrollo económico y social del Ecuador. Ni las guerras, ni los fenómenos naturales han producido tantos muertos, desempleo y migración, como el atraco bancario.

· Practica la “libre empresa” sin conciencia social y concluye con el libertinaje en una economía neoliberal.

· En el Ecuador existe un oligopolio financiero, donde 3 banqueros imponen las reglas de juego.

· Los banqueros no son empresarios son astutos. Con el dinero de los depositantes se enriquecen. Cobran cuando prestan pero no pagan cuando reciben.

· Los banqueros socializan las pérdidas y privatizan las ganancias.

· El poder político del Estado está al servicio de los banqueros, quienes legalizan con ley o sin ley todos sus atracos.

· La iglesia católica es socia y/o accionista del principal banco del Ecuador -banco Pichincha-. Mientras éste le multiplica el dinero de las limosnas, mediante la usura, el otro le presta su “virgen”.

· Un manto de corrupción cubre a los banqueros, pero son homenajeados, premiados, condecorados, por: medios de comunicación que reciben pautajes, políticos que reciben coimas, presidentes que son comprados.

· La responsabilidad social es desconocida para la mayoría de empresarios. Algunos bancos han creado sus propias fundaciones para dar limosna a los pobres o tercerizar servicios que ellos no pueden dar. Financian a deportistas y actividades deportivas, como un medio para cubrir su imagen desdibujada y usurera.

· El lavado y planchado de narcodólares es la evidente y globalizada actividad de los banqueros.

· La codicia es el norte fundamental que tienen los banqueros.

· La “Libre Competencia” y el “Libre Mercado”, son eufemismos para encubrir el oligopolio financiero que rige en el Ecuador. La “Libertad” no es para el mercado sino para los banqueros. La “Liberalización” de la banca condujo al gran atraco de finales de los 90, y la “libre negociación” de las tasas de interés fue la patente de corso de los banqueros desde el 2001 al 2007.

· La “Seguridad Jurídica” es otro elemento con el que juegan para encubrir sus grandes atracos, pues para ellos no existe ley que valga, a no ser que les beneficie exclusivamente.

· Para aprobar la “Ley de Legalización de la Usura” utilizaron el chantaje y narcodólares: “si nos controlan y fijan tasas de interés, volvemos a quebrar como en el 99 y les robamos todo a todos”.

· La orgía de dinero han impuesto los banqueros en la administración pública (superintendencia de bancos, banco central, congreso, fiscalía, corte suprema de justicia, entre otros)

· De alta rentabilidad es dar dinero a un proyecto de apoyo a niños de la calle o silla de ruedas a discapacitados, pero por otra no pagar impuestos o mandar a la desocupación a los padres de los niños de la calle.

· Las comisiones anticorrupción y de investigación son meras pantomimas para encubrir a delincuentes.

· Los famosos medios de comunicación, convertidos en portavoces, la mayoría, ahora quieren imponer su libertad de prensa, libertad de expresión, sus valores de chantaje para desestabilizar o no a un gobierno. El año de chantaje todavía no les da resultado, por su baja credibilidad.

· El Fiscal General de la Nación ha olvidado impulsar el juicio por lavado de dinero a los banqueros en el caso Prada.

· Las Cortes de Justicia y sus jueces dejan mucho que desear en los casos de la banca.

· Las Universidades del país están especializadas en segmentar servicios para “formar” profesionales que sostengan una pirámide de corrupción. Las U. particulares forman “MBAcios” en finanzas que ocupan los principales puestos en los bancos; las U. públicas forman extraordinarios abogados para defender los atracos bancarios, desde el bufet o desde las magistraturas.

· Los banqueros a pesar de no estar manejando directamente las instituciones que los controlan, han logrado aliados importantes en esas instancias, que los protegen en el gobierno de la “Revolución Ciudadana”.

· El gobierno de Correa en un año de funciones ha sido incapaz de meter a la cárcel a un solo banquero y peor de bajar las tasas de usura que rigen.

· Los banqueros con ley o sin ley, con gobierno o sin gobierno siguen haciendo de las suyas.

Economía Experimental

Introducción

Los economistas [desafortunadamente]… no pueden llevar a cabo los experimentos controlados de los químicos o biólogos… Como los astrónomos o los meteorólogos, generalmente deben contentarse en gran medida con observar. (Samuelson y Nordhaus, 1985, p. 8)(1)



Las palabras aquí citadas de Samuelson y Nordhaus hacen referencia a una antigua y ampliamente compartida visión acerca de que algunas disciplinas son inherentemente experimentales, pero otras (incluyendo a la economía) no lo son. Desde hacía mucho tiempo, se concebía que la economía debía apoyarse en las observaciones del mundo real más que en aquellas derivadas de experimentos de laboratorio. Sin embargo, la historia y el camino recorrido por muchas otras ciencias no han sido amables con este punto de vista. En los días de Aristóteles, inclusive la física era considerada una disciplina no-experimental. Hace aproximadamente 400 años, personajes innovadores como Bacon y Galileo establecieron una tradición basada en los experimentos controlados de laboratorio, mayormente en la física. Inclusive la psicología, cuyo objeto de estudio puede parecer menos accesible para los estudios de laboratorio, ha desarrollado una tradición experimental distintiva a lo largo del último siglo.

La historia sugiere que una disciplina se vuelve experimental cuando quienes innovan desarrollan técnicas para conducir experimentos relevantes. El proceso puede ser contagioso cuando avances en técnicas experimentales en una disciplina inspiran avances en otras materias. Sin embargo, cada disciplina debe innovar a su propia manera. Inclusive las disciplinas estrechamente relacionadas difieren en sus focos intelectuales, por lo que la transferencia al por mayor de técnicas experimentales a través de las fronteras interdisciplinarias es raramente posible.

Ha llevado un largo tiempo, pero la economía se ha convertido finalmente en una ciencia experimental. Muchos economistas han escuchado, en las últimas tres décadas, sobre la obra experimental de Vernon Smith, Charles Plott, Reinhard Selten, entre otros. (De hecho, en posteriores ediciones de su texto, Nordhaus y Samuelson quitaron la observación que hemos citado al inicio). Los experimentos son ahora algo recurrente en los estudios de la organización industrial, la teoría de juegos, las finanzas, la decisión pública y muchos otros tópicos de la microeconomía.


Aún cuando el método así como la sustancia de la economía experimental son nuevos en algunos aspectos en el último tiempo los descubrimientos sustanciales de esta disciplina han sido examinados por expertos en varias ocasiones y los resultados han sido publicados en las más prestigiosas revistas de economía, logrando poco a poco una aceptación general.

El surgimiento de la economía experimental como una nueva línea metodológica de la economía repercute mayormente en la manera en la que se obtienen los datos económicamente relevantes. Kuhn (1970) y Lakatos (1978) discutieron sobre cómo los datos y la teoría interactúan a través del tiempo. La alternación de la teoría y el trabajo empírico, uno refinando el otro, es el motor del progreso en la ciencia, y la economía no es la excepción. Tradicionalmente, las observaciones de los fenómenos económicos que se dan naturalmente eran la única fuente de datos para estimular la revisión de la teoría. Si los datos relevantes para una concepción económica no podían ser capturados a partir de la ocurrencia natural de los hechos, entonces dicha concepción no podía gozar de la ventaja del refinamiento empírico. Es aquí donde se destaca la importancia de esta nueva disciplina metodológica.

En años recientes, los métodos experimentales han dado acceso a los economistas a nuevas fuentes de datos y han ampliado el conjunto de conceptos económicos sobre los cuales los datos pueden ser aplicados. De esta manera, los nuevos datos motivan extensiones en la teoría, la nueva teoría puede ser confrontada con nuevas observaciones de laboratorio o de campo, y esta confrontación lleva a avances y refinamientos de la ciencia a lo largo del tiempo.



Breve referencia histórica

Por más que encuentre antiguos antecedentes, la economía experimental como línea de investigación es relativamente nueva, habiéndose originado casi contemporáneamente junto con la teoría de juegos. De hecho, mucho de los primeros economistas experimentales son reconocidos principalmente como distinguidos teóricos de juegos, y se iniciaron en la experimentación dada la oportunidad de poder testear las predicciones de las teorías que los experimentos brindan, y observar comportamientos no predichos en ambientes controlados. A partir de la década de 1930, la literatura experimental ha mostrado un crecimiento exponencial.

En 1931 L. L. Thurstone llevó a cabo uno de los primeros experimentos económicos de laboratorio. Su objeto de estudio era la decisión individual y su objetivo, determinar a través del experimento las curvas de indiferencia de los participantes. Con este fin, Thurstone le pidió a cada uno de los participantes que hiciera un gran número de decisiones hipotéticas entre distintas combinaciones de sombreros, zapatos y abrigos. Luego de recavar los datos y, a través de ellos, estimar las Tasas Marginales de Sustitución de los individuos entre sombreros y zapatos y entre sombreros y abrigos, estimó las curvas de indiferencia entre zapatos y abrigos que, para su sorpresa, concordaban en gran medida con los datos que había obtenido a partir de las preguntas iniciales.

Sin embargo, el trabajo de Thurstone fue rápidamente criticado por W. Allen Wallis y Milton Friedman (1942). Sus palabras fueron las siguientes:

“Es cuestionable si un sujeto en una situación tan artificial como lo es un experimento pudiera saber qué decisiones hubiera tomado en una situación económica [real]. Para que un experimento sea satisfactorio es esencial que el sujeto reaccione de manera verdadera a estímulos verdaderos(2) … Cuestionarios basados en respuestas hipotéticas a estímulos hipotéticos no satisfacen estos requisitos. Las respuestas no tienen valor alguno dado que el sujeto no puede saber cómo hubiera reaccionado [verdaderamente]”.

Las predicciones de la Teoría de la Utilidad Esperada, formulada por von Neumann y Morgenstern en 1944, fue una de las primeras materias de estudio en llamar fuertemente la atención de los experimentalistas interesados en la decisión individual. En 1951, Mosteller y Nogee, luego de una serie de experimentos llevados a cabo para testear el poder de predicción de esta teoría, concluyeron que era posible construir experimentalmente funciones de utilidad de los sujetos y que las predicciones derivadas de estas funciones, si bien no fueron tan buenas como ellos lo hubieran esperado, tenían una dirección general correcta.

El primer juego en ser testeado de forma experimental fue el “Dilema del Prisionero” (Flood, 1952), ante cuyos resultados el propio Nash se sintió decepcionado pues mostraban que su concepto de equilibrio no explicaba las decisiones de un gran número de los sujetos. En la conferencia de la RAND Coorporation de 1952, que reunió a los teóricos de juegos más destacados de la época, éstos se mostraron desilusionados con los resultados de los experimentos realizados hasta entonces. Sin embargo, en cualquier caso, esta desilusión fue enriquecedora pues se tradujo en la mejora en el diseño de los experimentos y en la creación de nuevas teorías.

La economía como una ciencia experimental

La capacidad de una disciplina de volverse experimental no es inherente a la disciplina misma, sino que depende del estado de la teoría subyacente. Los paradigmas que gobernaban a la ciencia económica hasta la década de 1960 no daban lugar a experimentos de laboratorio. Para entonces, la microeconomía y la macroeconomía estaban agudamente separadas la una de la otra. La macroeconomía no podrá convertirse fácilmente en una ciencia experimental (en caso de que lo haga algún día). Sería política y éticamente incorrecto llevar a cabo experimentos que manipulen las políticas fiscales y monetarias de un gobierno con el objetivo de recavar información para poner a prueba una teoría macroeconómica. Es por esto que no es sorprendente que Paul Samuelson, Milton Friedman, y muchos otros economistas de mitad de siglo concibieran a la economía como inherentemente no-experimental.

Sin embargo, estos argumentos no son válidos para el caso de la microeconomía. Entre las ciencias sociales, la microeconomía ha logrado un grado extraordinario de coherencia y poder debido a su voluntad de abstraerse de la realidad y utilizar de las matemáticas las técnicas de optimización y el concepto de equilibrio. Es así que los representantes de las principales corrientes económicas no estaban interesados en testear si los seres humanos realmente maximizan su sutilidad o si las firmas maximizan sus beneficios, ya que la lógica de las matemáticas era un fundamento suficientemente fuerte. Es virtualmente imposible asegurar que los supuestos abstractos de las teorías económicas de optimización y equilibrio se resuelvan en el laboratorio, por lo que resultó sencillo para los microeconomistas ignorar, e inclusive rechazar, la posibilidad de que los experimentos de laboratorio pudieran contribuir provechosamente a la disciplina. Su opinión era que de una proposición científica de tipo “si p entones q”, el laboratorio y los experimentos no podrían respetar el “si p”, debido a que incluye una cantidad de variables que no son observables en el laboratorio.

Desde este punto de vista, la economía experimental llegó a ser viable y aceptada debido a que los cambios en los paradigmas regidores de la microeconomía a partir de 1960 crearon puertas para experimentos significativos. Vernon Smith relata su propia experiencia en cuanto al tema en cuestión de la siguiente manera:

“Las ciencias se hallan mucho más cerca de la observación rigurosa que la economía. Los datos utilizados por los economistas no suelen recogerse con intenciones científicas, mientras que con paciencia, son los propios científicos quienes recopilan los datos. No me di cuenta de todas estas cosas cuando empecé, y eso fue lo que me llevó a los experimentos: la insatisfacción con el proceso de observación en la Economía. La economía experimental no habrá logrado nada a la altura de su potencial hasta que no consiga que los economistas y los teóricos cambien su manera de pensar en estos problemas.”

Propósitos de los experimentos

Alvin E. Roth (1987) propone clasificar a los experimentos según el motivo por el cual fueron llevados a cabo y a quién (o a quienes) pretenden persuadir. Según el autor, existen (o deberían existir) tres tipos de categorías.

A la primera la llama “Hablando a los teóricos”. Esta categoría hace referencia a los experimentos que son parte de un diálogo entre experimentalistas y teóricos. Dichos experimentos son diseñados para poner a prueba las predicciones de las teorías económicas comúnmente aceptadas y para observar regularidades no predichas por esas teorías. Dado que, por un lado, existen áreas económicas de estudio en las que una amplia gama de teorías ofrecen explicaciones y predicciones distintas acerca de los acontecimientos y, por el otro, existen áreas económicas de estudio en las que sola una teoría realiza predicciones, se pueden llevar a cabo estudios de laboratorio para discriminar entre las distintas teorías –para el primer caso- o testear si la única teoría vigente en el campo es sustancialmente válida –para el segundo caso-.

 La segunda categoría es “Buscando hechos”. El profesor Smith se refiere a estos experimentos con el nombre de heurísticos. Los experimentos que pertenecen a esta categoría son aquellos en los que se estudian los efectos de ciertas variables sobre las cuales la teoría tiene poco que decir o no ha dicho mucho hasta ese momento; forman parte del diálogo que los experimentalistas tienen entre ellos. Si los datos observados y las conclusiones de un experimento que se lleva a cabo reiteradas veces se van repitiendo, según Roth se puede empezar a hablar de “Buscar un significado” y se pueden llevar a cabo, con este objetivo, experimentos que Smith llama nomotéticos.

A la última categoría el autor la denomina “Susurrando en los oídos de los príncipes” y hace referencia a aquellos experimentos que son llevados a cabo para generar datos que podrían influenciar una decisión en particular. Son parte del diálogo entre experimentalistas y funcionarios públicos, y su característica principal es que la “puesta en escena” dentro del laboratorio es diseñada para asemejar lo máximo posible al ambiente natural que interesa a quienes quieren llevar a cabo una política en particular. Sin embargo, influenciar a las autoridades no es el único propósito de los experimentos. Innumerables experimentos de campo han sido conducidos para proveer datos sobre la mejor manera de influenciar las decisiones de consumidores, votantes, etc. como, por ejemplo, se hace durante las campañas políticas en Estados Unidos desde 1988.

Elementos. Los ingredientes de un experimento

Cada experimento de laboratorio es definido por un environment, que especifica las dotaciones iniciales, preferencias y costos que motivan el intercambio. Este environment es controlado utilizando pagos monetarios para inducir en los sujetos del experimento la configuración específica de valores/costos que se desea. Un experimento también utiliza una institución que define el lenguaje, la reglas bajo las cuales los mensajes y las acciones se convierten en contratos y resultados. Esta institución es definida por las instrucciones del experimento que describen los mensajes y los procedimientos. Finalmente, el comportamiento observado de los participantes en el experimento –el fin último de la razón de los experimentos- se toma como una función del environment y la institución, es decir, de variables controladas.

Teoría del valor inducido

La idea principal en la teoría del valor inducido (Smith, 1976) es que el uso apropiado de un premio permite al individuo que lleva a cabo el experimento inducir características predefinidas en los sujetos del experimento, y así sus características innatas –las cuales no interesan para los fines del estudio- se vuelven irrelevantes.

Existen cuatro condiciones para poder inducir satisfactoriamente las características deseadas en los agentes.

Monotonicidad. Los sujetos deben preferir más recompensa a menos, y no deben alcanzar un estado de saciedad. Formalmente, si V (r, z) representa las preferencias inobservables del sujeto sobre las recompensas (r) y todas las demás variables (z), entonces la condición de monotonicidad implica que la derivada parcial de V respecto a r existe y es positiva para cada posible par (r, z). Esta condición parecería ser fácil de satisfacer si la recompensa es monetaria. De hecho, el uso de pagos monetarios como incentivos es el más extendido entre los experimentalistas. Sin embargo, incluso utilizando incentivos monetarios, Loewenstein (1999) advierte que “los sujetos pueden verse motivados de forma importante por otros objetivos que no sean la maximización de beneficios. Entre estos motivos se encuentran el deseo de comportarse de cierta forma, el cumplir con ciertas expectativas del experimentalista, dar la impresión de ser listo, buena persona, un ganador…”. Es decir, pueden existir otros móviles sobre los cuales el experimentalista no pueda ejercer el control deseado.

Relevancia. La recompensa recibida por los sujetos debe depender de sus acciones (y de la de los otros agentes) según reglas que conozca y pueda comprender. La relación entre las acciones y las recompensas definen la institución económica que se estudia en el laboratorio (por ejemplo, un determinado tipo de mercado).

Acerca de este punto, Ken Binmore (1999) argumenta que se debería esperar que la teoría económica  prediga el comportamiento en el laboratorio sólo si los problemas presentados a los participantes son razonablemente simples y enmarcados en una manera comprensible, y si hay incentivos adecuados y suficiente tiempo para que los sujetos puedan aprender de la experiencia y ajustar el comportamiento acorde a lo aprendido.

Dominación. Los cambios en la utilidad de los sujetos a partir del experimento se deriva de la recompensa y otras posibles influencias deben ser insignificantes. Esta condición es la más problemática dado que las preferencias V y “todo lo demás” z no son observables para el experimentor. La dominación se vuelve más plausible si los premios relevantes se incrementan y si los componentes más obvios de z permanecen constantes.

Privacidad. Este precepto es utilizado para ejercer control sobre la utilidad interpersonal. La gente real puede experimentar utilidades negativas o positivas acerca de los pagos de los otros, y esto podría atentar contra el control que se pretende tener sobre las preferencias y los costos de los participantes.

Cuando estas cuatro condiciones se satisfacen, el experimentor logra satisfactoriamente el control sobre las características de los agentes. En la medida en que el experimentalista explique claramente las reglas del juego a los agentes (relevancia), y los agentes se vean motivados por las recompensas (monotonicidad) y no por otras influencias (dominación), entonces el experimentor puede controlar las características de los sujetos para poder poner en práctica en el laboratorio lo que se haya decidido probar.

Del mundo real hacia el laboratorio: la teoría y los experimentos

Intentar refutar ciertas teorías económicas desde el laboratorio es un tema controversial. Este “conflicto” estuvo presente de manera indirecta en la batalla intelectual que tuvieron alguna vez Milton Friedman y Paul Samuelson acerca de la importancia de la validez de los supuestos de un modelo. Metodológicamente, Samuelson calificó la posición de Friedman, acerca de la irrelevancia de los supuestos detrás de las teorías, como el "sesgo F" y "como una perversión monstruosa de la ciencia", al considerar que una teoría es mejor entre más limitados sean sus supuestos. Samuelson apuntaba a la invalidez empírica de teoremas deducidos de hipótesis en "contra de los hechos".

Esto se relaciona con la economía experimental en el sentido que al llevar a cabo experimentos, lo que se pretende testear la mayoría de las veces es el poder de predicción de cierta teoría, por lo que se respetan los supuestos de dicha teoría, por más “inverosímiles” que éstos puedan parecer. Desde un punto de vista formal, una teoría consiste en una serie de axiomas o supuestos y definiciones, junto con las conclusiones que lógicamente se derivan de ellos. Una teoría es formalmente válida si es internamente consistente - esto es, si no lleva a proposiciones que se contradicen entre ellas – y si las conclusiones son demostrables a partir de los supuestos. ¿Qué se puede aprender sobre las teorías a través de los experimentos? Algunos experimentalistas (incluyendo muchos psicólogos) conciben al dato experimental como un medio para poner a prueba la validez descriptiva de los supuestos sobre el comportamiento humano sobre los que se basa la teoría. Otros (incluyendo muchos economistas) concederían fácilmente que los supuestos sobre el comportamiento humano de muchas teorías económicas no necesitan resolver el criterio descriptivo de validez utilizado en la psicología. En vez de esto ellos creen que una teoría es de directo interés práctico únicamente si sus conclusiones proveen una buena aproximación aún cuando sus supuestos no sean precisamente satisfechos.

¿Qué es lo que se puede testear de una teoría? Al testear una teoría, los economistas comparan los resultados obtenidos con las predicciones de la teoría. Según Smith, en cualquier confrontación entre teoría y observación la teoría puede funcionar o no. Cuando la teoría funciona se vuelve creíble en proporción a su poder de predicción, en lugar de ser sólo “respetable” en proporción a su elegancia interna. Si la teoría pasa la prueba, esto se puede deber a que todos los elementos de la teoría son “correctos”, o a que los elementos “incorrectos” tienen efectos compensatorios que no pudieron ser identificados por la prueba. Si la teoría falla, el economista no puede saber cuál de los elementos es el responsable del resultado de falsificación. Es por esto que cuando las observaciones de un experimento fallan en confirmar las implicaciones de la teoría, la primera cosa que hay que hacer es reexaminar el diseño del experimento para estar seguro de que la falla en la predicción se debe a la teoría.

Del laboratorio hacia el mundo real: los problemas de validez

Muchos economistas cuestionan la validez externa de los resultados de los experimentos y en cierta manera sienten que esos resultados no representan al mundo real. La lógica deductiva no provee las bases para rechazar tal escepticismo. El principio general de la inducción es que las regularidades del comportamiento persisten mientras las condiciones fundamentales permanezcan sustancialmente inalteradas. La teoría sugiere qué es “relevante” y qué es un cambio “sustancial”, pero el principio en sí es un supuesto, no una proposición deducible.

Ante esta crítica Charles Plott argumenta:

“El arte de presentar preguntas se basa en la habilidad de realizar estudios de casos simples especiales relevantes para entender lo complejo. Los modelos y las teorías generales por definición se aplican a todos los casos especiales. Por lo tanto, los modelos y las teorías generales deberían funcionar en los casos de mercados de laboratorio. Si el modelo falla en capturar lo que se observa en casos especiales, estos pueden ser modificados o rechazados a la luz de la experiencia. La relevancia de los métodos experimentales es de tal modo establecida.”

En el mismo artículo, Plott trata sobre temas generales respecto a la validez externa como sigue:

“Mientras los procesos de laboratorio son simples en comparación con los procesos que ocurren de manera natural, son verdaderos procesos en el sentido de que gente real participa por beneficios reales y sustanciales y sigue reglas reales para obtenerlos. Es precisamente porque son reales que son interesantes.”

Los experimentos son, por lo general, muy simples en relación a los fenómenos económicos que ocurren de manera natural. Esta simplicidad es, a la vez, su fortaleza y su debilidad. La fortaleza se deriva del hecho que la simplicidad permite una clara visión de los comportamientos. La debilidad, por su lado, se deriva del hecho que cada número finito de experimentos deja sin examinar una infinitud de casos que quedan sin explorar. Es aquí donde la teoría provee la fortaleza que le faltan al método experimental y que, como se ha dicho anteriormente, entra en juego el enriquecimiento mutuo y simbiótico entre la teoría y los datos.

Resultados

En esta sección haremos referencia a los resultados más importantes que la economía experimental ha logrado desde sus inicios.

Toería de la Utilidad Esperada. Starmer señala que hay una gran cantidad de evidencia derivada de los experimentos económicos de laboratorio que muestra que todos los supuestos básicos de la Teoría de la Utilidad Esperada son propensos a ser sustancial y sistemáticamente violados, aún bajo condiciones aparentemente favorables. Dichos descubrimientos han estimulado una gran cantidad de modelos alternativos que pretenden explicar dichos patrones observados de comportamiento. Estos nuevos modelos fueron también sujetos a pruebas para testear su poder de predicción pero todos, algunos en menor grado que otros, logran explicar solo una cantidad reducida de los resultados de los experimentos. Por lo tanto, mientras la Teoría de la Utilidad Esperada parece claramente ser falsa en cuanto a sus predicciones, todavía no se han encontrado modelos que parezcan capaces de organizar más que una pequeña fracción de los datos.

¿Cómo valoran los individuos el bienestar de otros individuos?  Uno de los supuestos fundamentales de la Teoría de Juegos es que los individuos toman sus decisiones estratégicas con el fin de maximizar su bienestar, representada por una función de utilidad. Sin embargo, la Teoría nada dice sobre qué es lo que otorga “utilidad” a los individuos. En particular, un tema recurrente es si el nivel de bienestar de otros individuos influye en nuestro propio nivel de bienestar.

Existen dos juegos llevados al campo de los experimentos en los cuales la teoría ortodoxa parece tener poco más que nulo poder de predicción. El primero es el “Juego del Dictador” donde un único individuo debe decidir cómo repartir una cantidad entre él y otro individuo. Un individuo cuyo bienestar dependiera únicamente de sus propios pagos monetarios se quedaría con toda la cantidad. Los resultados de múltiples experimentos con este juego muestran cómo una proporción no despreciable de sujetos otorga una cantidad significativa, en algunos casos cercana a la media, a los otros individuos, aún en condiciones que controlan estrictamente el anonimato entre los sujetos y con respecto al experimentalista.

El otro caso es el del “Juego del Ultimátum” el cual permite reproducir la situación anterior añadiendo una segunda etapa en la que el individuo receptor puede decidir si acepta o no el reparto propuesto. En caso de rechazo, ninguno de los individuos recibe ningún pago. Aunque este juego amplía el número de posibles razones por las que el individuo que decide cómo repartir puede ofrecer cantidades positivas, puesto que ahora podría hacerlo tanto porque valora el bienestar del otro como porque intente evitar que su propuesta sea rechazada, la observación de las decisiones del receptor son también interesantes. En particular, las decisiones del receptor nos permiten estudiar si las preferencias individuales dependen no únicamente de las distribuciones de pagos, en cuyo caso debería aceptarse cualquier reparto que otorgue al receptor un pago positivo, sino de cómo se llega a dicha distribución. Por ejemplo, un receptor puede rechazar una cantidad positiva pequeña, renunciando él mismo a obtener ningún pago, como castigo a que el otro individuo haya pretendido llevarse una proporción mayor.

Estos resultados han llevado a la creación de diversos modelos teóricos en los que los pagos de los demás o las intenciones señaladas por las decisiones de otros son un argumento en la función de utilidad propia. A su vez, se han realizado nuevos experimentos para comprobar cuál de estos modelos explica mejor un mayor número de experimentos. Además los resultados muestran que la importancia de los motivos incluidos en estas preferencias difiere dependiendo de las instituciones, la cultura, el individuo, etc., por lo que los experimentos en esta área han contribuido a abrir el camino a áreas como la Economía del Comportamiento.

La Hipótesis de Hayek. Vernon Smith (1962) reportó un conjunto de experimentos de simples mercados de laboratorio. Utilizó como sujetos de los experimento a varias docenas de estudiantes de grado que separó en compradores y vendedores, a quienes asignó valores y costos privados acerca de los bienes en cuestión. La institución que utilizó en su experimento fue la de Subasta Doble en la cual compradores y vendedores llevan a cabo transacciones haciendo (y aceptando) ofertas (y pedidos). Smith encontró que los precios de transacción convergían rápidamente a los valores del equilibrio competitivo predichos por la teoría económica. Llamó a su descubrimiento “la Hipótesis de Hayek”. Según Friedrich von Hayek “el factor más significativo de este sistema de precios es la economía de la información con la que opera, o cuán pequeña tiene que ser la información individual [acerca de las situaciones del mercado] para que los individuos puedan tomar la acción correcta.” Los resultados obtenidos por Smith demuestran que Hayek tenía razón y que el supuesto económico ortodoxo de que los participantes de un mercado deben tener completa y perfecta información para lograr el equilibrio competitivo (el eficiente) no es del todo correcto.

Conclusiones

A partir de la década de 1930, y adquiriendo una mayor vitalidad promediando el siglo XX, la economía como ciencia ha sufrido importantes cambios en cuanto a su línea metodológica. Estos cambios se deben a la incorporación de experimentos de laboratorio como una herramienta en el análisis económico empírico. Esta nueva metodología, extremadamente radical para ese entonces y sistemáticamente criticada por la corrientes económicas ortodoxas, fue convirtiéndose en una disciplina conocida como “economía experimental”. Desde entonces, sus aportes han sido fundamentales para la ciencia económica –para la microeconomía en particular-, brindando nuevas maneras y herramientas para la recolección de datos económicamente relevantes, sin tener que esperar los acontecimientos naturales de los fenómenos económicos. A su vez, ha otorgado a la economía el motor de toda ciencia, esto es, la posibilidad del enriquecimiento mutuo y simbiótico entre la teoría y los datos.

Si bien el camino recorrido por la economía experimental no fue del todo sencillo, teniéndose que enfrentar una y otra vez con los ataques provenientes de las corrientes económicas dominantes, las cuales concebían a la economía como una ciencia inherentemente no-experimental, hoy por hoy la disciplina goza de un status respetado y aceptado por la mayoría de los economistas. A fines de 2002, la aceptación se hizo oficial cuando la Real Academia Sueca de Ciencias, a través del Banco de Suecia, otorgó a Vernon Lomax Smith el Premio Nobel de Economía “por haber establecido a los experimentos de laboratorio como una herramienta en el análisis económico empírico, especialmente en el estudio de mecanismos alternativos de mercado”.

Gracias a la economía experimental y a los trabajos pioneros de profesionales como Smith, Plott y Selten, entre otros, las investigaciones en economía han tomado una nueva dirección.

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(1) La traducción es mía.

(2) La cursiva es mía.

Factores condicionantes de la legitimidad democrática durante períodos de crisis económicas en Latinoamérica

Autor: Pedro Aravena Lavín



Ingeniero Comercial, Universidad la República, Magíster en Estudios Internacionales, Universidad de Chile; Email: aravena.pedro@gmail.com

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Muchos son los factores que nos ha entregado la literatura como condicionantes de la legitimidad democrática. No obstante, ello ha generado uno de los debates más enérgicos en nuestra disciplina, a saber: cuál es el grado de importancia de cada uno de ellos en la pérdida de legitimidad de los sistemas políticos.



Dado este estado de la discusión, resulta ambiguo averiguar cuáles factores son los de mayor relevancia al momento de evaluar la legitimidad democrática durante los períodos de crisis económicas, debido al estrecho vínculo entre éstas y la corriente teórica sustentada por los autores. Frente a ello, un economista tendería a pensar que obviamente serían los factores económicos los causales del deterioro del sistema democrático, no obstante, no sería lo mismo para un culturalista o un cientista político cuya base teórica es sustentada por factores estructurales políticos.

Por consiguiente, este artículo constituye una indagación teórica, digna de discusión, en que se han recopilado una serie de investigaciones referentes a la región latinoamericana, con el objeto de que el lector logre entender las diferentes corrientes teóricas para esta problemática.

Referente a la estructura, en primer lugar se analizan los conceptos de legitimidad y eficacia de la democracia, para luego enfrentar la discusión acerca de si los resultados económicos afectan la legitimidad democrática o únicamente su eficacia. En una segunda parte se exponen las condicionantes de la legitimidad democrática, para luego analizar la influencia de los factores relacionados al desarrollo económico, socioeconómico, y cultura política en ella. Por último, se aborda la discusión de fondo, concerniente a la importancia de los factores condicionantes en la legitimidad democrática durante períodos de crisis económica.



Acuerdos Comerciales del Perú

Autor: Claudia Mera

pedequisa@hotmail.com

Agosto de 2007


El Perú ha firmado una serie razonable de acuerdos comerciales, entre los más importantes; por el volumen de comercio que realiza son: el APEC (Cooperación Económica Asia Pacífico), TLC (Tratado de Libre Comercio), ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), Comunidad Andina de Naciones y MERCOSUR (Mercado Común del Sur).

“Este proceso integracionista, para países como el Perú, es fundamental para iniciar el despegue. No podemos resolver todos nuestros problemas al mero nivel nacional. Con la integración tenemos una acción más poderosa, estimulamos el intercambio comercial, podemos ampliar industrias que exigen vastos mercados de consumo y una gran tecnología.” (1)

Con esto el Perú tiene más posibilidades para mejorar su economía, dejar de ser un país tercermundista, abrirse al mercado internacional, exportar sus recursos, hacerse conocido en el extranjero por la calidad de sus productos y brindarle un mejor ambiente a su población.


Por otro lado, de nada sirve si es que el Perú no cuenta con personas competitivas con capacidad productiva; existen aquellas que sólo se conforman con exportar materia prima pudiendo exportar productos más elaborados.

Hoy en día la falta de tecnología, entre otras cosas, ya no es problema; al asociarnos con otros países que poseen lo que a nosotros nos hace falta, podemos ganar mucho; el problema radica en cómo aprovechar los acuerdos comerciales.

De nada sirve estar integrados a grandes potencias si no tenemos que exportar, no tenemos en claro los principios básicos de cómo hacerlo; y no tenemos la motivación suficiente.


Para competir en el mercado internacional nuestros productos deben ser excelentes, ya que la competencia es grande debido a que sus productos son de la más alta calidad y además, algunos son reconocidos por todo el mundo.

Si bien es cierto aún somos un país tercermundista, desde hace tiempo con el título de “un país en vías de desarrollo”, ahora es cuando se debe cambiar esa ideología aprovechando al máximo los grandes acuerdos comerciales de los que somos parte. Tenemos todo para salir adelante: riqueza nacional, biodiversidad de recursos naturales distribuidos entre la flora y fauna, paisajes hermosos, diversidad de razas y lenguas, entre otras cosas. Sólo falta una sociedad inteligente que sepa cómo aprovechar todas estas riquezas no dejando de lado la existencia de un desarrollo sustentable

Al margen de describir los acuerdos comerciales en el que se ha suscrito el Perú, como lo haré a continuación; mi objetivo es también estimular a aquellas personas que se sientan comprometidas con el progreso de su país.

La carrera de Administración de Negocios Internacionales, nos permite orientarnos en el campo comercial nos instruye para formar grandes empresas, exportar al máximo los recursos peruanos; y así ir rescatando de la pobreza y el atraso en el que se encuentra sumergido el país en comparación con los otros que han ido creciendo.

(1) SOTELO APOLAYA, Daniel y SANDOVAL DÁVILA, Carlos. Geografía (Introducción a la Geopolítica). Surquillo. Pág.82.

Estado de Hidalgo: Problemas de Desarrollo

Problemas del Desarrollo en Hidalgo

Durante los últimos quince años, la economía mexicana se ha caracterizado por su persistente inestabilidad y por ser el escenario modelo para la aplicación de los programas de ajuste y estabilización económica promovidos por los organismos financieros multinacionales. Estos programas han perseguido sanear las cuentas de la nación para buscar su equilibrio, reactivar la economía y garantizar el pago de la deuda externa, pero han obviado los efectos perniciosos de las crisis y de las medidas económicas sobre la población, los cuales han sido más desbastadores sobre la economía de aquellos estados de la federación que presentan mayores signos de atraso económico y social, cuyo nivel de vida evidencia el subdesarrollo, como es el caso de Hidalgo.



Autor:

José Luis ORTIZ SANTILLAN

Director de Educación Superior del IHEMSYS

Gobierno del Estado de Hidalgo, México.

Mayo 1996

E-Mail: jlosmex@hotmail.com

Bajo éstas condiciones, la transición de la economía de enclave del Estado de Hidalgo, dependiente casi exclusivamente de algunos productos de exportación como minerales, cemento y textiles, hacia una economía de mercado competitiva y diversificada, que aproveche plenamente sus ventajas comparativas en sus relaciones comerciales con los mercados nacionales e internacionales, ha sido particularmente difícil.

A pesar de que en los años más recientes Hidalgo ha incursionado en la industria metal-mecánica y automotriz, éste gracias a la ayuda federal ha resentido más que otros Estados los efectos devastadores de ésta crisis permanente sobre la economía.

Paralelamente al éxodo de miles de hidalguenses que se han visto obligados a emigrar por la falta de fuentes de empleo, la crisis de los años ochenta provocó una caída severa de su Producto Interno Bruto, que en promedio anual fue de 0.81%, lo cual le llevó a disminuir su participación en el producto nacional de 1.52% a 1.27%1, como consecuencia de la falta de fuentes internas de autofinanciamiento de su aparato productivo y la reducción radical de la inversión pública federal que apoyaran la transformación de su economía.



La escasez de agua y de tierras fértiles propicias para la agricultura, el lento crecimiento y la escasa articulación y complementariedad territorial de los sectores de su economía, su dependencia, casi exclusiva, de la exportación de materias primas con poco valor agregado, la escasez de mano de obra calificada factible de ser absorbida por los proyectos que utilizan tecnología avanzada, la utilización de aguas residuales con fines de riego sin tratamiento y la aparición de nuevos problemas de contaminación y esterilidad de las tierras derivados de su uso, son entre otros, algunos de los obstáculos que obstruyen el crecimiento de la economía del Estado, amenazan los recursos naturales, alientan la marginación de amplios sectores de la población y dificultan la transición al desarrollo.

No obstante éstas dificultades, las bases para el desarrollo sostenido y equilibrado de Hidalgo se encuentran en el aprovechamiento pleno de su riqueza, caracterizada por la variedad de recursos naturales existentes en su territorio gracias a su ubicación geográfica y la diversidad étnica y cultural de que dispone.

Sin embargo a pesar de ésta multiplicidad de recursos naturales y de culturas, el Estado se ha caracterizado por poseer una sociedad y una economía con un bajo nivel de integración, lo cual puede explicar parcialmente los problemas que han frenado su desarrollo.



1 Poder Ejecutivo, Gobierno del Estado de Hidalgo, PLAN DE DESARROLLO ESTATAL 1994-1999, Periódico Oficial, 7 de marzo de 1994, No. 10, Tomo CXXVII, Hidalgo 1994, pág. 16.

I.1. Bases para el desarrollo económico y social del estado

Por su ubicación geográfica, Hidalgo posee una gran variedad de recursos naturales sobre una superficie que abarca a penas el 1% del territorio nacional con sus 20 502 Km2, divididos en tres zonas climáticas delimitadas por la presencia de la Sierra Madre Oriental, quien lo protege de los vientos húmedos del Golfo de México:

  1. Zona de climas cálidos y semicálidos de la Huasteca Hidalguense

  2. Zona de climas templados de la Sierra Madre Oriental y Eje Neovolcánico

  3. Zona de climas secos y semisecos de la Sierra Madre Oriental y Eje Neovolcánico.

(Complejo industrial Ciudad Sahagún, Sistema de Riego del Valle del Mezquital, Complejo de Productos Lácteos de Tizayuca, Industria Textil de Tulancingo, Industria del Cemento de Tula, Refinería de Tula, Central Termoeléctrica, Planta Petroquímica, etc.),

Esta diferencia climática va ligada a la existencia de trece variedades de suelo en el territorio de la entidad. Sin embargo, solo el 11% de su superficie dispone de suelos de primera y otro 75% de suelos de calidad intermedia, el resto de suelos no son aptos para la agricultura producto de su topografía y de las condiciones orográficas; incidiendo directamente en la calidad y productividad de los suelos, la escasez de agua y la falta de infraestructura para irrigar las tierras destinadas a la agricultura.

Debido a lo anterior, solamente el 66% de la superficie del Estado se ha destinado a actividades agropecuarias y de ella solo el 30% se dedica a la agricultura, el 14% a la ganadería y el 22% a la silvicultura; en tanto que la superficie potencialmente apta para la agricultura apenas representa algo más del 9% de la que actualmente se explota1, lo cual limita el desarrollo extensiva de esta actividad agropecuaria invita a pensar en el desarrollo de técnicas intensivas de explotación.

Los climas predominantes que caracterizan a cada una de las zonas climáticas citadas, determinan la distribución desigual de las precipitaciones en el Estado, cuyo promedio anual es de 866 mm, generando enormes contrastes entre zonas áridas como el Valle del Mezquital y aquellas de densa húmeda ubicadas en el noreste de la entidad.

Ésta disparidad provocada por el régimen de lluvias existente en cada zona, se ve atenuada por la disponibilidad de aguas superficiales y subterráneas disponibles en el Estado. Las primeras constituyen el 88% del potencial hidráulico y están compuestas en un 17% por aguas residuales, mientras que las segundas se estiman en 8 835 millones de metros cúbicos, ésto gracias a su ubicación dentro de la regiones hidrológicas “Río Panuco” y “Tuxpan-Nautla”, así como de las aguas subterráneas localizadas en zonas de Meztitlán, Tepeji de Ocampo, Valle del Mezquital, Actopan, Tulancingo, Tecozautla, Pachuca, Tizayuca y Apan, entre otros acuíferos.

La geotermia constituye un recurso natural con un alto potencial económico ligado a la generación de eléctricidad a través de plantas Termoeléctricas. El Estado de Hidalgo posee varios centros de aguas termales potencialmente aprovechables, entre los que sobresale el centro del Pathe (95º), con grandes posibilidades de desarrollo geotérmico, así como los centros de Zacualtipán (55º), Vito (46º), Tula (44º), Ajacuba (44º), Tolantongo (44º), Dios Padre (38º), Tlaxhido (37º), Tezontepec (37º), Amajac (36º), Pathecito (35º) y Zindejé (35º)2.

Geológicamente se ha dividido Hidalgo en tres provincias, la Sierra Madre Oriental, Eje Neovolcánico y Llanura Costera del Golfo Norte; tal distribución geográfica de los recursos geológicos ha favorecido notablemente la minería metálica y no metálica, de tal forma que después de varios siglos de explotación el Estado continua manteniendo un gran potencial de reservas de oro, plata, plomo, cobre, zinc, manganeso, fluorita, fosforita y caliza, ésta última utilizada industrialmente para la producción de cal y de cemento.

Geólogos del Consejo de recursos Minerales han realizado estudios geológicos en Hidalgo y señalado que éste tiene grandes posibilidades de volver a ocupar, en un futuro próximo, los primeros lugares en la producción nacional de plata3, mientras que en la Plataforma Valle San Luis Potosí de la Sierra Madre Oriental, en Atlapexco en la Llanura Costera del Golfo y en las áreas de Actopan e Ixmiquilpan del Eje Neovolcánico, estudios y prospecciones geológicas han revelado la existencia de grandes reservas de hidrocarburos.

Cohabitándo con la accidentada geografía del Estado, con zonas semi desérticas, los bosques de encinos, pinos, oyameles, abetos, enebros, copales, caobas, ébanos, framboyanes, palo de rosa, etc., se elevan sobre sierras, lomerios y mesetas de la entidad, ofreciendo otro potencial de recursos naturales que puede ser explotado con fines comerciales bajo un plan de desarrollo, mejoramiento y conservación de las especies, en oposición a la voracidad del cultivo extensivo de la agricultura y la ganadería que amenaza la existencia de los bosques.

La subprovincia Carso Huasteco, en la provincia Sierra Madre Oriental, ofrece la mejor representación de los bosques del Estado y una gran variedad de vegetación distribuida de acuerdo al tipo de suelo, clima y topografía. Paralelamente, en las sierras, en la Huasteca y en el Altiplano comparten el territorio un sin número de animales silvestres como el venado, el gato montes, el jaguar, la onza, el puerco espín, el tigrillo, el tejón, la cotorra, la codorniz, el guajolote silvestre, etc., solo por mencionar algunos de los animales que habitan en los bosques de la entidad.

Todos éstos recursos naturales, aunados a la infraestructura económica y social con que cuenta Hidalgo, a la composición y estructura de su población, sus habilidades y cultura, así como su cercanía estratégica con uno de los mercados más grandes del país y su acceso casi inmediato a los puertos del Golfo de México, constituyen la riqueza de Hidalgo, a partir de la cual toda estrategia de desarrollo deberá estar sustentada.

1 CEPAL, MÉXICO: DIAGNÓSTICO ECONÓMICO DEL ESTADO DE HIDALGO, CEPAL, Santiago de Chile, 16 de agosto de 1991, pág. 24.

2 YTA Miriam, Bosquejo Diagnóstico de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Región SIZA, CONACYT, Puebla 1994, pág. 8.

3 INEGI, SINTESIS GEOGRAFICA DEL ESTADO DE HIDALGO, INEGI, México 1992, pág. 13.



Población y desarrollo en el estado

Desde 1970 Hidalgo ha venido observando tasas de crecimiento de su población por debajo del 3% promedio anual; de aquí que la CEPAL en su diagnóstico realizado sobre el Estado en 1991, calificara el crecimiento demográfico de la entidad como moderado, puesto que con una tasa de crecimiento de la población del 2.3% anual se mantenía por debajo de la media nacional del 2.6% y en dos décadas, de 1970 a 1990, su población solo se había incrementado en un 58.2%.

No obstante, con una población aproximada de 1 888 366 habitantes, según las cifras del INEGI obtenidas en 19901, distribuida en 20 502 km2, Hidalgo es uno de los Estados de la federación con mayor densidad de población, 92 habitantes por km2, que presenta las deformaciones estructurales más típicas del desarrollo de los países subdesarrollados.

La composición de su población muestra un mosaico racial conformado, aproximadamente, por un 83% de mestizos, un 16.8% de indígenas procedente de los pueblos Nahuatls, Otomís, Tepehuas y por casi diez mil habitantes indígenas cuya procedencia étnica no ha sido determinada (ver tabla 1), así como por un porcentaje mucho menor de blancos europeos y de otras razas provenientes de varios países. Tal diversidad racial y cultural no puede hacer sino aumenta aún más la riqueza potencial de Hidalgo.

Tabla 1. Hidalgo: Población indígena por grupo étnico

(número de habitantes)

GRUPO ÉTNICO

POBLACIÓN

POBLACIÓN BILINGÜE

  1. Nahuatl

  1. Otomí

  1. Tepehua

  1. Otros

TOTAL

HIDALGO

188 530

117 393

2 001

9 914

317 838

1 888 366

10 %

6.2 %

0.1 %

0.5 %

16.8 %

100 %

137 695

103 701

1 965

8 624

251 985

-

73 %

88 %

98 %

87 %

79 %

13.34 %

FUENTE: Secretaría de Desarrollo Regional, CARTA GEOGRÁFICA DEL ESTADO 1995,

Gobierno del Estado de Hidalgo, Hidalgo 1993.

Sin embargo, un problema que se presenta en las regiones donde se encuentran los pueblas indígenas es el de la integración, ya que un 21% de la población indígena del estado no habla el español y su acceso a los servicios públicos de educación y salud se ve limitado por el idioma, al igual que su participación en el mercado laboral y en el comercio, producto de la barrera lingüística y en ocasiones racial.

La tabla 1 muestra como más del 70% de la población indígena es bilingüe, mientras que un alto porcentaje de personas mayores de cinco años hablan una lengua autóctona al menos. Sin embargo, éste proceso ha estado determinado sólo después del crecimiento del área irrigada y de las vías de comunicación en el Valle del Mezquital, que ha propiciado una mayor incorporación de los grupos indígenas a la economía de la región2.

Lo anterior demuestra la importancia del desarrollo económico de las regiones indígenas para su integración económica y social dentro del estado, así como el interés de ésta parte de la población por integrarse al mundo de habla hispana que la rodea y al desarrollo de Hidalgo, conservando su lengua materna, su cultura y exigiendo reciprocidad, en cuanto al respeto de sus lenguas, tradiciones y costumbres, así como una mayor participación en las decisiones que afectan su desarrollo.

Particularmente grave es el problema de la población Nahuatl de Hidalgo; aislada en las partes montañosas de la Huasteca hidalguense con escasa infraestructura en caminos, carreteras, electricidad, clínicas, drenaje, agua potable, etc. en 1980 solo un 40% de ella hablaba español.

De la población hidalguense que vive en condiciones de miseria extrema y marginada de todo proceso de desarrollo, la población indígena es quien más sufre éstas secuelas del subdesarrollo, caracterizadas por el bajo nivel de ingresos de la población, los bajos índices de nutrición, las altas tasas de mortalidad y natalidad, la reducción de la esperanza de vida al nacer de los niños y de vida de la población adulta, su limitada capacidad de acceso a la educación y a la salud, la escasa disponibilidad de bienes públicos colectivos, como carreteras, agua potable, electricidad, teléfono, pavimentación, drenaje, letrinas, clínicas, hospitales, etc..

Hidalgo pose más del 20% de la población mayor de 15 años analfabeta, 45 % de ésta población no ha concluido su instrucción primaria, más del 40 % de la población total carece del sistema de drenaje, servicios sanitarios o letrinas, más del 30% vive en viviendas sin agua potable y más del 20% no tiene acceso a la energía eléctrica, mientras que un poco más del 60% de la población vive en condiciones de hacinamiento.

Más aun el 30.3% de la población económicamente activa tiene ingresos inferiores a un salario mínimo, en tanto que el desempleo rebasa más del 10% de ésta y la cobertura de las instituciones de seguridad social ha descendido, debido a los problemas económico financieros que padece el país, solo en 1992 uno de los mejores años de la economía mexicana, solo el 36.4% de la población tenía acceso a estos servicios.

1 INEGI, Anuario Estadístico del Estado de Hidalgo, INEGI, Edición 1993, Aguascalientes 1993.

2 Ibídem 2, pág. 13.

I.2.1. Distribución territorial de la población

El nivel de vida de la población hidalguense varía en función de su ubicación geográfica, del nivel de urbanización de las regiones donde se encuentra asentada y de la actividad económica que realiza. De éste modo, los habitantes del sur del Estado tienen un mayor acceso a los bienes públicos y a los satisfactores que el desarrollo y la modernidad ofrecen, debido a su cercanía a la ciudad de México, y a sus principales vías de comunicación, así como resultado de la creación de polos de crecimiento industrial a lo largo de la frontera con el Estado de México, en comparación con los habitantes de la sierra.

En consecuencia, pese a que el 62.80% de la población de Hidalgo vive en las zonas rurales y solo el 37.20% en la zonas urbanas, se observa una mayor densidad de población por km2 en el sur del Estado que en el resto del territorio hidalguense, existiendo un total de 10 ciudades con más de 20 mil habitantes cerca de la zona urbana de la ciudad de México, en relación a solo dos ciudades con más de 20 mil habitantes, Ixmiquilpan y Huejutla, ubicadas en el interior de su territorio.

Esta concentración desproporcional de la población es una de las característica típicas del desarrollo desigual de Hidalgo que puede observarse en la gráfica 1, donde se representa el porciento de la población total de Hidalgo que absorbe cada una de las regiones del Estado, de acuerdo a las cifras del censo de población 1990 del INEGI.

Obsérvese como las regiones de Pachuca, Tulancingo, Tula y Actopan albergan cada una más del 10% de la población de la entidad y en conjunto concentran más del 55% del total, mientras que el resto de las regiones, a excepción de Huejutla, concentran cada una de ellas menos del 10% y acogen menos del 50% de la población del estado.

GRÁFICA 1. Hidalgo: Concentración de la población (%)



FUENTE: Dirección de Educación Superior, IHEMSYS, Hidalgo. En base a datos del Anuario Estadístico del Estado de Hidalgo 1995.



Este fenómeno provocado por la creación de polos de desarrollo industrial cercanos a la ciudad de México, plantea serios problemas de planificación territorial de los asentamientos humanos y de distribución de los servicios para el gobierno de Hidalgo, los que pueden agudizarse en el futuro si no son atendidos y no son previstos, territorialmente, los efectos de los grandes proyectos (aeropuerto internacional) en el desarrollo económico y social del Estado.

Hidalgo pose una población joven menor de cuarenta años, en promedio lo cual permite contar con abundante fuerza de trabajo para impulsar el despegue de su economía, como puede verse en la gráfica 2. La estructura de la población por edades representa, más que una pirámide con amplia base, un árbol cuya punta se expande, lo que evidencia un cambio radical en el ritmo de crecimiento de la población y de donde se desprenden las siguientes conclusiones.

En primer lugar, se observa una reducción substancial de la base de la pirámide de edades de la población, lo que demuestra importantes avances en la planificación y educación familiar, aunados a los efectos de la crisis económica sobre el comportamiento de las familias.

En segundo lugar, el análisis comparativo de la estructura de la población por edades de los años 1970, 1980 y 1990, muestra como la reducción de la base de esta pirámide ha sido la tendencia de las últimas dos décadas, mientras que el resto de los grupos de edades tendieron a aumentar.

En tercer lugar, se observa un aumento en el nivel superior de la pirámide de edades de la población, de 65 a más, como resultado de los adelantos en la medicina y el mejoramiento de las dietas alimenticias de la población, manifestándose éstos efectos positivos sobre la población de la tercera edad y el aumento de la esperanza de vida.

Gráfica 2: Hidalgo - Estructura de la población por edades



Fuente: Dirección de Educación Superior



A pesar de éstos avances demográficos, que bien pueden aproximarse al comportamiento de alguno de los país emergentes de hoy, Hidalgo continua padeciendo los mismos problemas de los países subdesarrollados y de la mayoría de los Estados de la federación en las áreas relacionadas con el empleo, la educación, la salud y la alimentación de la población, que se han convertidos en serios obstáculos para su desarrollo.

I.2.3. Los flujos migratorios

Los diferentes estudios realizados en torno al problema migratorio de Hidalgo, coinciden en señalar la tendencia de la entidad a exportar población hacia las zonas urbanas de los estados de México, Querétaro, Veracruz, Puebla y Distrito Federal, dentro de la federación, así como hacia los Estados Unidos.

La gráfica 3 muestra los movimientos migratorios durante las dos últimas décadas en Hidalgo y permite constatar la tendencia de las migraciones. Obsérvese que pese a la disminución reciente de la propensión de la población a emigrar, el flujo de emigraciones supera ampliamente el de las inmigraciones sin llegar a compensar la salida de hidalguenses de su Estado.

Solamente en 1970 la emigración representó el 27% de la población total, de la cual casi cuatro quintas partes se dirigieron al Distrito Federal y al Estado de México1; por el contrario en 1980 ésta representó 30.5% y solo en 1990 se redujo al 27.9%. En cambio, la inmigración ha continuado su tendencia progresiva , de 4% de la población total en 1970 ésta pasó al 7.6% en 1980 y en 1990, después del último censo de población, representaba ya el 9.9%.

1 Ibídem 2, pág. 16.



FUENTE: Dirección de Educación Superior, IHEMSYS, Hidalgo. En base a datos tomados de los Anuarios Estadísticos de INEGI.

Estos cambios en los flujos migratorios están ligados a la lógica de desarrollo industrial aplicada en Hidalgo, basada en la creación de polos de desarrollo industrial cercanos a la ciudad de México y en regiones que contaban con mayor infraestructura, entre ésta vías de comunicación.

Producto de ésta lógica, en las últimas dos décadas los municipios cercanos a la ciudad de México, donde se han desarrollado importantes proyectos de desarrollo o se han construido grandes obras de infraestructura como en Tepeapulco, Emiliano Zapata, Tulancingo, Tlanalapa, Tula, Tepeji del Río, Tizayuca, Tlahuelilpan, Zapotlán, Tolcayuca, Zempoala, Villa de Tezontepec, Pachuca, Mineral de la Reforma, entre otros, se convirtieron en importantes centros de atracción migratoria, no solo para la población de la sierra, de la Huasteca y del Valle del Mezquital, sino para la población proveniente de los estados de Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Querétaro, México y Distrito Federal.



Esta propensión a la emigración de la población de Hidalgo puede considerarse como el resultado del insuficiente desarrollo económico alcanzado por la entidad, el cual se ha visto agravado por la disminución de la actividad minera como resultado del desplome de los precios internacionales  y la inestabilidad de la economía del país, caracterizado por un bajo dinamismo de los diferentes sectores de la economía, una marcada escasez de servicios, la disparidad entre las personas y los municipios de la entidad en cuanto al acceso a los bienes públicos colectivos y a la cantidad  consumida por los mismos y por la perdida de fuentes estables de empleo.



I.2.3. Problemas del mercado laboral

Generalmente los movimientos migratorios de la población están asociados a la demanda de fuerza de trabajo por los mercados y al exceso de oferta sobre los mismos, lo cual genera desempleo y baja el nivel de los salarios. En el caso de Hidalgo, el análisis del número de ocupados en cada sector de su economía durante las dos últimas décadas, permite ver la evolución de los mercados de trabajo ligada a tres factores:

  • La creación de nuevas industrias, como producto de la descentralización de la industria de la ciudad de México.

  • Al desarrollo de los servicios producto del proceso de urbanización del sur del estado.

  • A la baja rentabilidad de la producción agropecuaria y la caída de los precios de los productos primarios en los mercados internacionales.

La gráfica 5 muestra como de 1970 a1990 el sector agropecuario ha dejado de ser la principal fuente generadora de empleo en el Estado, al pasar de 60% del total de la población ocupada en 1970 a solo el 37% en 1990; en tanto que los sectores industrial y de los servicios han mostrado una mejoría considerable al avanzar del 18% a 25% el primero y el segundo, del 25% al 38% del total de la población ocupada durante el mismo período; mostrando ésto un movimiento intersectorial de la fuerza de trabajo en el Estado.

GRAFICA 5. Hidalgo: generado por sector (%)



FUENTE: Dirección de Educación Superior, IHEMSYS, Hidalgo. En base a datos tomados de los censos del INEGI.



A pesar del crecimiento del empleo en la industria y en los servicios, no se puede obviar la existencia de una corriente emigratoria por falta de oportunidades de empleo y de condiciones que permitan mejorar el nivel de vida de los hidalguenses, como resultado de las deformaciones existentes en el mercado laboral debido a las barreras a la entrada que ejercen algunos sindicatos (PEMEX, CFE, TELMEX, etc.) en ciertas ramas de la economía, a la rigidez de los salarios y su bajo nivel.

La lógica de impulsar el desarrollo del Estado a partir de la creación de “parques industriales” en los setentas, como el complejo industrial ciudad Sahagún, el complejo lechero de Tizayuca, la construcción de la refinería, la termoeléctrica y la planta petroquímica en Tula, lejos de convertirse en fuentes generadoras de empleo para asimilar la mano de obra excedentaria de Hidalgo, generó nuevos problemas al estimular la inmigración e incrementar la presión sobre la demanda de bienes públicos colectivos.

Las nuevas empresas creadas, intensivas en capital, demandaban mano de obra altamente calificada, de tal forma que las obras fueron realizadas por constructoras que requirieron trabajadores especializados del exterior del Estado. Dada la organización sindical de Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Eléctricidad, las plazas de base fueron ocupadas por trabajadores provenientes de otras regiones1, eliminando así el efecto multiplicador del empleo de las nuevas inversiones.

A pesar de éste hecho, cifras de INEGI señalan que en 1990 el porcentaje de técnicos y profesionales que trabajaban en todos los sectores de la economía de Hidalgo era a penas del 3.7%, sin considerar a los trabajadores del arte, de la educación, a los funcionarios y directivos; tomando en cuenta a éstos solo se llegó en ese año al 9.6%. Esto indica que la economía hidalguense se basa en lo fundamental, en el empleo extensivo de mano de obra sin o con escasa calificación, como puede verse en la gráfica 6 para el sector industrial, donde solo un cuarto de la fuerza de trabajo empleada son técnicos y profesionales.

En 1985 el 4% de la población de Hidalgo había emigrado hacia otro estado y el 1% hacia otro país; cinco años más tarde el 27.6% de su población había abandonado la entidad, mientras que su economía solo mostraba capacidad para absorber al 39.3% de la población en edad de trabajar2.

1 Ibídem 1, pág. 9

2 En México la legislación establece la edad de 12 años como edad límite para trabajar.

GRAFICA 6. Hidalgo: Técnicos y profesionales empleados en la industria (% de total de trabajadores)



FUENTE: Dirección de Educación Superior, IHEMSYS, Hidalgo. En base a datos del

Anuario Estadístico del Estado de Hidalgo 1995



En lo que concierne a los salarios, éstos continúan entre los más bajos del mundo. Tomando como referencia el salario promedio en los Estados Unidos, los salarios en México son inferiores 8 veces en la industria maquiladora, 18 veces en los sectores de la industria y 30 veces el salario mínimo1. Mientras que en 1993 el salario por hora indicaba que en la industria de equipos electrónicos éste era 9.1 veces mayor en Estados Unidos en relación a México, 8 veces mayor en la industrias de alimentos y automóviles, 7.9 veces en la industria de maquinas herramientas, 7.3 veces en en la industria química y 5.3 veces en la industria textil, tal como puede apreciarse en la gráfica 6.

1 HUSSON Michel, La modernisation libérale de l’économie mexicaine, Probleèmes d’Amérique Latine No. 2, France, juillet-septembre 1991, p. 135.

GRAFICA 7. México y Estados Unidos: costo de mano de obra

($US por hora de 1991)



FUENTE: Dirección de Educación Superior, IHEMSYS, Hidalgo. En base a datos tomados de LE SOIR, Bélgica, 17/11/1993.

Un año antes de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los salarios por hora en México no rebasan los cinco dólares en ninguna de las industrias en relación a los de Estados Unidos (véase gráfica 7), lo que constituye sin duda una ventaja comparativa de México sobre la economía de los Estados Unidos dentro del TLCAN. Sin embargo, ésta disparidad de salarios sin nuevas inversiones productivas y generación de empleos, con muchos precios internos similares a los existentes en los países desarrollados, no pueden sino estimular la emigración, particularmente de la población del Estado de Hidalgo, por falta de empleo de salarios remunerativos y de alternativas viables de desarrollo individual.



I.3. Acceso y disponibilidad de bienes públicos

Una forma de reducir las desigualdades entre las regiones y redistribuir la riqueza entre los ciudadanos, es a través de la ampliación de la oferta de bienes públicos de consumo colectivo, responsabilidad que corre a cargo del Estado y a través de la cual es posible estimular la solidaridad social para impulsar el desarrollo equilibrado de territorios y comunidades.

Entre éstos bienes se encuentran servicios tales como la educación, la seguridad social, la electrificación, la vigilancia, etc., y en menor medida, la construcción y uso de caminos, carreteras, puentes, sistemas de drenaje, de suministro de agua potable, de irrigación, los servicios de limpieza y reciclaje de basura, etc., servicios éstos en proceso de privatización en la mayoría de los países durante los últimos años.

Considerando el acceso a éste tipo de bienes de los hidalguenses, el nivel de sus ingresos, el porcentaje que vive en el medio rural, el tipo de trabajos que realizan, su nivel de escolaridad, la calidad de sus viviendas, la cantidad y calidad de los servicios con que cuentan, las tasas de fecundidad y la emigración de la población, etc., en 1980 Hidalgo fue considerado uno de los Estados con más alto índice de marginación social1, en relación al resto de los estados de la federación.

No obstante, la marginación es disímil en el Estado, ella depende del grado de explotación de los recursos naturales que existen, de la infraestructura económica y social disponible, de las actividades productivas que se realizan y del nivel de urbanización. De aquí que en los municipios donde la marginación tiene un bajo nivel radiquen los tres principales centros urbanos2: Pachuca, Tulancingo y Tepeapulco-Tlanalapa.

I.3.1. La seguridad social y el acceso a la salud

Los artículos 4 y 123 de la constitución de la federación establecen las bases del Sistema Nacional de Salud, el cual se materializa en la primera Ley de Seguridad Social de 1943. A pesar de ello, no obstante que el objetivo es proporcionar los cuidados médicos, los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para asegurar el bienestar individual y colectivo de los ciudadanos, una de sus limitaciones continua siendo su cobertura insuficiente y la calidad de los servicios en el nivel primario de salud.

En efecto, la seguridad social mexicana no tiene una cobertura universal y obligatoria como es el caso de la mayoría de países que forman parte de la OCDE, organismo al que pertenece México. El sistema compuesto por un régimen obligatorio público para todos los asalariados y un régimen voluntario para el resto de ellos, no es igualitario y está muy lejos de alcanzar su objetivo, pues no garantiza el acceso a la seguridad social a todos los ciudadanos.

Un análisis retrospectivo indica que de 1965 a 1994 la cobertura del sistema ha evolucionado muy lentamente, en 1965 solo el 20% de la población estaba cubierta, en tanto que en 1980 la cobertura había crecido hasta llegar al 43.01%, en cambio de 1980 a 1994 ésta creció solamente en 6.3%; mientras que las oscilaciones de la economía en la época de crisis excluyen a un gran número de ciudadanos de él al perder sus fuentes de empleo (ver gráfica 8).

Solamente en febrero de 1995, luego de la nueva crisis sobre la economía, de una Población Económicamente Activa (PEA) de 36 millones 740 mil persona, más de 21 millones 507 mil se encontraban en el sector informal de la economía o desempleados totalmente y solo 15 millones 243 mil trabajaban formalmente y estaban cubiertos 100% por la seguridad social.

Según cifras del gobierno, sumando los 39.5 millones de personas cubiertas por los programas de asistencia social de la SSA y del IMSS-SOLIDARIDAD en 1994 (diferentes a un seguro contra enfermedad, vejez e incapacidad laboral) a los 45.52 millones cubiertos por el IMSS y el ISSSTE, de una población total de 92.38 millones de habitantes, la cobertura abarcaba en ese año al 98.53% de la población. Falso o no este indicador del bienestar de la población está muy lejos de la realidad de Hidalgo.

Factores como el crecimiento demográfico, el nivel de industrialización y de empleo, la concentración de los servicios, etc. determinan el nivel de la cobertura del sistema de seguridad social, debido a que depende de la inserción en el mercado laboral de los ciudadanos para tener acceso al seguro obligatorio o del nivel de ingreso para contratar un seguro privado (ver gráfica 9).

GRAFICA 8. Población asegurada IMSS-ISSSTE

(Millones de asegurados)



FUENTE: Presidencia de la República, Informe de Gobierno 1994, México 1994

Hidalgo es uno de los miembros de la federación con niveles intermedios de industrialización y uno de los estados con mayor índice de marginación,  de aquí que en 1978 la cobertura nominal de la seguridad social solo abarcara al 39.6% de su población y en 1992 descendiera al 36.4%, luego de la crisis de la deuda y sus efectos posteriores sobre la economía (vea gráfica 9).



Durante éste período la población cubierta por el IMSS pasó de 85.7% al 66.7%, mientras que el ISSSTE extendió su cobertura del 12.3% al 24.1%, al igual que el resto de las instituciones, que pasaron del 2% al 9.2%.  Lo cual evidencia la perdida de empleos productivos, la generación de empleo por las paraestatales y el crecimiento del aparato estatal de gobierno;  las cifras actuales de la cobertura de la seguridad social expresan sin duda  la inestabilidad del mercado laboral como puede verse en la gráfica 9.

            La gráfica 10 muestra como la mayoría de la población que hizo uso de los servicios de salud en 1994 en Hidalgo, fueron cubiertos por los programas de asistencia social de la SSA y del IMSS-SOLIDARIDAD, 75% de la población usuaria, y solo un 25% fue cubierta por un seguro contra enfermedad del IMSS, del ISSSTE o de PEMEX; tendencia ésta que con el agravamiento de la crisis actual y sus efectos sobre el empleo debió agravarse, una vez que de acuerdo a cifras del IMSS y de los organismos empresariales, durante 1995 entre 12 mil y 20 mil personas perdieron su empleo en el Estado.



La iniquidad del Sistema de Salud de Hidalgo se manifiesta luego que de los 84 municipios con que cuenta el Estado, el 52.4% entre ello no tienen acceso a la seguridad social, solo a los servicios de asistencia social proporcionados por la SSA y el IMSS-SOLIDARIDAD.

            De este modo, en seis municipios del sur, donde se encuentra concentrada la cuarta parte de la población total, se localiza el 54.6% de los médicos existentes en el Estado ; mientras que los servicios de asistencia social absorben al 52.9% del total de éstos médicos, lo que equivale a un médico por cada 1236 habitantes sin derecho a la seguridad social, la mayoría de los cuales son aún estudiantes de medicina, en tanto que el promedio estatal es de 1318 médicos por habitante.

            Aún más, de los 84 municipios solo 13 cuentan con servicios de hospitalización general y 7 con servicios de hospitalización especializada; lo que equivale a contar con una infraestructura de salud en el Estado conformada por 14 unidades de hospitalización general y 10 de hospitalización especializada, apoyadas  por 600 unidades de consulta externa, 93% de éstas últimas pertenecen al sistema de asistencia social, el cual cuenta con 9 de las 14 unidades de hospitalización general y una de hospitalización especializada.

            Sin embargo no se puede negar que la infraestructura en salud ha ido creciendo paulatinamente en Hidalgo durante los últimos años, la gráfica 11 recoge una muestra de como ha evolucionado recientemente para contribuir a hacer más eficiente la atención a los casi dos millones de hidalguenses, lo que ha permitido reducir la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida al nacer en el Estado, prolongar la vida de los adultos.


Ibídem 1, pág. 23.



Sin embargo, el problema fundamental continua siendo la centralización en determinados centros urbanos de la infraestructura y del personal médico y para médico, la poca investigación al interior de las unidades hospitalarias y la segmentación de los servicios de un sistema de salud que no está integrado, que margina a más de la mitad de la población del derecho a la seguridad social.

            Un análisis de las principales causas de muerte en el Estado durante el período 1991-1993 (vea gráfica 12), nos permite constatar que las enfermedades del corazón y la cirrosis continúan prevaleciendo entre las causas de muerte en Hidalgo, en tanto que los tumores malignos evidencian las deficiencias del sistema de salud en torno a la previsión y atención de este tipo de enfermedades.

            El porcentaje de muertes por enfermedades del corazón, cirrosis y tumores aumentó relativamente de 1991 a 1993 como puede verse en la gráfica 12, lo que hace suponer que los servicios de salud y los trabajos de investigación científica deberán tender en el futuro a buscar soluciones preventivas a éstas enfermedades, sin obviar el combate a las causas de las mismas, íntimamente ligadas a la marginación, a las condiciones de vida de los ciudadanos y al acceso a los servicios de salud.

Es indudable que el acceso al mercado de trabajo y el nivel de ingresos de los ciudadanos determina considerablemente su estado de salud, en la medida que va posibilitar o no su acceso a la seguridad social, mediante la adquisición de un seguro público o privado, a la vez que puede variar su dieta alimenticia, pues generalmente el consumo de alimentos se ve afectado por los bajos ingresos económicos de la población, lo que redunda en insuficiencias de cantidad y calidad de alimentos requeridos para cubrir los mínimos nutricionales .

Ibídem 1, pág. 23.



I.3.2.  El acceso a la educación

            El acceso a la educación, como a la salud, está determinado por la oferta territorial de los servicios de educación públicos o privados, así como por el nivel de los ingresos de la población para cubrir los gastos que implica acceder a ella.  De esta forma en las zonas rurales de Hidalgo donde los ingresos son más bajos, los niveles de educación son deficientes ya que la mayor parte de los centros de educación se ubican en núcleos urbanos y en localidades de fácil acceso, quedando sin cubrir la mayor parte de la entidad .

            Las teorías del desarrollo económico han centrado su atención en la importancia de la formación de capital humano y la acumulación de conocimientos científicos como punto de partida para impulsar el desarrollo de los países, lo cual ha pasado a constituir una de las principales preocupaciones de muchos países en desarrollo.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados durante los últimos años, considerables encaminados a reducir el nivel de analfabetismo en el Estado a elevar la eficiencia terminal de los diferentes subsistemas de educación y  la oferta de recursos humanos calificados en las diferentes áreas del conocimiento científico.

            Los problemas que presenta el Estado de Hidalgo en materia de educación, se caracterizan por la existencia de grandes zonas de su territorio, así como segmentos importantes de su población, que permanecen marginadas de acceder a ella, debido al nivel de los ingresos de las familias y a la falta de infraestructura en otros casos.  Por lo tanto, sigue siendo preocupante el numero de niños que abandonan la educación primaria, sobre todo en los tres primeros grados y el déficit en infraestructura .

Ibídem 1, pág. 25.

Ibídem 1, pág. 26.



Por otro lado, la existencia de varios pueblos indígenas que constituyen un porcentaje elevado de la población, exige un esfuerzo especial del sistema de educación para desarrollar un sistema bilingüe, que posibilite su integración y contribuya a reducir substancialmente el nivel de analfabetismo en la entidad.

            Estos problemas presentes en la educación impactan directamente el desarrollo de los sectores de la economía hidalguense, los cuales tienen que recurrir a la contratación de fuerza de trabajo calificada proveniente de otros estados de la federación, aumentando de esta manera sus costos de producción o de operación; mientras que las posibilidades de que las inversiones productivas,  ayuden a reducir el desempleo y a retener la población en la entidad,  terminan por esfumarse al no encontrar la fuerza de trabajo calificada que requieren.

            Un problema aun mayor,  lo constituye la poca investigación científica realizada en el Estado y su escasa vinculación con las actividades productivas, particularmente con aquellas relacionadas con la modernización y la innovación tecnológica dentro del sector industrial.

            Esto es debido, a que los centro de educación superior no han logrado acercarse a los sectores productivos de la economía y ganarse el prestigio que les permita trascender las fronteras de la colaboración científica entre empresas y universidades, para aportar su impulso al desarrollo conjunto de la ciencia y la técnica en el Estado,  en función de la modernización del aparato productivo de la entidad y su desarrollo.

            Mientras ésto pasa en Hidalgo, la globalización de la economía en el mundo actual impone nuevos retos a los países no desarrollados para acceder al desarrollo y a los mercados internacionales, en los cuales han surgido nuevas formas de proteccionismo al eliminarse las barreras arancelarias a la importación, en el marco del nuevo auge que han cobrado los acuerdos comerciales,  retos en los que la educación tiene un rol estelar que desempeñar.

            Este nuevo proteccionismo, promovido por los países industrializados en el marco del “libre comercio”, caracterizado por la utilización de barreras no arancelarias tales como cuotas, mercados públicos reservados a los productores nacionales, subsidios a la importación, restricciones sobre la publicidad, normas de higiene e industriales, restricciones sobre productos tóxicos, etc., pretende limitar la entrada de productos provenientes de los países no desarrollados y aprovechar en cambio su capacidad tecnológica para controlar segmentos importantes de sus mercados.

            Ligado a ello, la revolución científico técnica se ha convertido en la principal fuerza productiva de la sociedad y ha conducido a una nueva división internacional del trabajo, en la cual los países industrializados tienden a especializarse en los servicios y a producir productos intensivos en capital utilizando su monopolio sobre la tecnología de punta, mientras que desplazan la vieja industria intensiva en mano de obra y altamente contaminante hacia los países emergentes y los países subdesarrollados se especializan en la producción de materias primas.

            Este panorama descrito plantea, al país en general y particularmente a Hidalgo, la urgencia de aumentar la inversión en educación e investigación y desarrollo como único medio para superar los obstáculos de acceso a los mercados internacionales y a la tecnología de punta impuestos por los países desarrollados.El acceso de los productos se basa cada vez más en normas sanitarias y técnicas que hay que satisfacer, así como en la calidad de los mismos; mientras que la nueva tecnología y la innovación tecnológica no garantizan por si solas ampliar las escalas de producción, el aumento de la competitividad y productividad de las empresas sino se cuenta con la fuerza de trabajo calificada para ello, lo cual no es posible sin un esfuerzo substancial para impulsar la educación y la investigación científica.

            El gobierno de Hidalgo, consciente de los obstáculos que frenan el desarrollo del Estado y del papel que juega la educación y la investigación, se ha propuesto entre otros objetivos estratégicos, la reordenación de la educación para garantizar que responda a las necesidades del desarrollo estatal y regional , formando los recursos humanos que se requieren y vinculando la investigación al quehacer de los sectores productivos.

            En este sentido, se han realizado esfuerzos considerables en materia de educación durante los últimos años encaminados a reducir el nivel de analfabetismo y a elevar la eficiencia terminal de los diferentes subsistemas de educación, a incrementar la oferta de recursos humanos calificados y a crear la infraestructura necesaria para el desarrollo de la educación y la investigación en el Estado, lo cual se manifiesta en el incremento del número de estudiantes inscriptos en período escolar 1993-1994 (véase gráfica 13).  Sin embargo, los esfuerzos para impulsar el desarrollo de la investigación son aún efímeros y queda mucho por hacer.

            Bajo este contexto, el gobierno de Hidalgo ha venido desarrollando acciones concertadas con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para descentralizar la educación, extender la oferta educativa territorialmente y posibilitar el acceso a todos los hidalguenses a la formación profesional.

            Éstas acciones han ido acompañadas de un esfuerzo permanente por vincular el trabajo académico con las necesidades de los sectores de la economía y con la población, en la búsqueda de mecanismos que permitan potenciar el desarrollo económico integral de Hidalgo,  bajo el  propósito de  hacer que Hidalgo juegue un papel relevante en el proceso de reconvención industrial del país y en su aportación al crecimiento de la economía nacional en el futuro; lo cual se manifiesta en el apoyo del gobierno a la educación superior, explícitado en el Plan de Desarrollo Estatal 1994-1999 y materializado en la apertura de tres universidades tecnológicas en la entidad, entre otros proyectos desarrollados en apoyo a la educación.

            Con un nivel intermedio de industrialización, en 1993 Hidalgo ocupaba el 34 % de la fuerza de trabajo en la producción industrial y contaba apenas con 41 579 unidades económicas, de las cuales solo el 12.4 % pertenecían al sector industrial; mientras que del total de trabajadores empleados en la industria solo una mínima parte eran profesionales y técnicos calificados, muchos de los cuales procedían venían de otros estados de la federación.

            De aquí los retos que la educación debe acometer para eliminar los obstáculos al desarrollo, promover un proceso de industrialización ordenado y con respeto al medio ambiente, aprovechar racionalmente las reservas de recursos naturales disponibles y explotar las escalas de producción aún ocultas de la planta productiva instalada.

            La experiencia de los países asiáticos y la reconvención industrial actual en los países industrializados, nos muestran que en el mundo de hoy la educación es la piedra angular de toda estrategia de desarrollo, sin la cual el crecimiento económico tiene límites, los dictados por la capacidad de la fuerza de trabajo para adaptarse a la nueva tecnología.

            Precisamente, una gran parte del desempleo que padecen hoy los países industrializados, es debido entre otros factores a la modificación cualitativa de la demanda de la fuerza de trabajo por los sectores de la economía, los cuales requieren una alta calificación de la mano de obra para explotar la tecnología de punta empleada en la nueva industria y para realizar las complejas operaciones que el desarrollo de los servicios demandan, funciones para las cuales no toda la fuerza laboral estaba preparada.

            Las reservas de los recursos naturales, las escalas de producción por explotar y la formación y calificación profesional de los recursos humanos constituyen en perspectiva, las bases para el desarrollo económico y social de Hidalgo.  Sin embargo, sin desarrollar la educación y la investigación, las posibilidades de empleo de los hidalguenses, de transferencia y adaptación de la tecnología de punta a los procesos productivos, etc., quedarían postergadas indefinidamente y con ello el desarrollo económico.

            La concepción de los nuevos centros universitarios en Hidalgo parte de ésta nueva estrategia de desarrollo, que gira en torno a la educación como motor del cambio, pues la acumulación y reproducción de conocimientos es determinante en el proceso de reproducción y acumulación del capital en el mundo actual.

            En éste sentido, la creación de las universidades tecnológicas en el Estado ha ido acompañada de estudios regionales y consultas previas, para garantizar la pertinencia de los programas académicos en función de las características económicas y sociales predominantes en cada región, de los problemas por resolver y de las necesidades reales de cuadros técnicos y de profesionales calificados que demanda la economía.

            Este esfuerzo ha permitido que de solo cuatro instituciones de educación superior existentes hasta antes de 1994, concentradas principalmente en Pachuca a excepción del Instituto Tecnológico de Agropecuario de Huejutla, el Estado pueda contar hoy con un número radicalmente mayor de centros universitarios como se puede ver en la tabla siguiente.

Ibídem 1, pág. 25.

Tabla  2  ESTADO DE HIDALGO: INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR, 1995

INSTITUCIONES PUBLICAS

INSTITUCIONES PRIVADAS

Existen antes de 1991

  • Instituto Tecnológico Agropecuario de Huejutla.
  • Instituto Tecnológico de Pachuca
  • Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

Existen después de 1991

  • Universidad Tecnológica de Tula-Tepejí
  • Universidad Tecnológica de Tulancingo

Existen antes de 1991

  • ITESM, Campus Hidalgo

Existen después de 1991

  • Centro Hidalguense de Estudios Superiores
  • Colegio Anahuac
  • Instituto Tecnológico Latinoamericano
  • Universidad Científica Latino Americana de Hidalgo
  • Universidad La Salle de Pachuca
  • Centro Universitario de Hidalgo
  • Instituto de Enseñanza Superior Alfonso Cravioto
  • Centro de Estudios Superiores Sahagún
  • Centro de Estudios Universitarios Tulancingo

FUENTE: Dirección de Educación Superior, IHEMSYS, Hidalgo, México 1995.

Sin embargo, las cifras publicadas en el Anuario estadístico del ANUIES, referidas exclusivamente a las tres instituciones privadas de educación superior existentes hasta antes de 1991 y al ITESM, muestran como el número de estudiantes inscritos en las instituciones privadas ha experimentado un aumento en su matricula (véase gráfica 13), lo que exige una revisión de la educación pública en términos de calidad de la enseñanza, y de fomento de la investigación.



El esfuerzo más relevante del gobierno de Hidalgo por democratizar la educación con la desconcentración de las instituciones de enseñanza y las facilidades de acceso para amplios sectores y pueblos del Estado hasta hoy marginados, ha quedado materializado en su apoyo irrestricto a la promoción de la educación media superior a través del Sistema de Tele Bachilleratos y en la educación superior al Sistema de Universidades Tecnológicas y al Sistema de Investigación Regional Ignacio Zaragoza; lo cual está permitiendo crear la infraestructura universitaria necesaria para el despegue económico futuro de Hidalgo. (véase anexo 2)

            Comparativamente con otros estados de la federación, quizá donde más sea evidente el atraso en la educación sea en el desarrollo de la investigación científica, tema sobre el cual el gobierno de Hidalgo ha hecho especial enfácis en el Plan de Desarrollo Estatal al proponer su vinculación con los sectores productivos de la economía para potenciar el desarrollo del Estado.

 

1.3.3 La urbanización y los bienes públicos

            Factores geográficos y decisiones de política económica, tomadas a lo largo de la historia del Estado de Hidalgo, han provocado un desarrollo desigual y desequilibrado de Hidalgo que es necesario corregir para impulsar el desarrollo armónico y proporcional de su territorio y de la población que lo habita, 62.8% de la cual vive en la áreas rurales del Estado, en comparación con el 37.2% que reside en zonas urbanas.

            En este sentido, como ya ha sido señalado, existen zonas como las del sur del Estado densamente pobladas y una amplia extensión de su territorio poco poblada; esto como producto de la fertilidad de los suelos y de las dificultades físicas y económicas para construir vías de comunicación.  En el sur del Estado la facilidad de acceso a las vías de comunicación y a los bienes públicos colectivos fundamentales, así como al empleo industrial a estimulado un mayor asentamiento de ciudadanos procedentes del interior de Hidalgo y de los estado limítrofes, ejerciendo una presión mayor sobre la demanda de bienes públicos.



Las limitaciones en el suministro de servicios son mayores en las zonas rurales poco urbanizadas o si ningún desarrollo urbano, debido al las dificultades de acceso a las comunidades por falta de caminos, la falta de transporte público, de centros de salud y de medicamentos.  Mientras en las zonas urbanas, las deficiencias en materia de vivienda y el hacinamiento contribuyen a empeorar las deterioradas condiciones de salubridad e higiene de la población, pues persisten los desequilibrios en el medio urbano, donde se considera necesaria la construcción de 3 600 viviendas para un total de 18 500 habitantes que equivalen al 2.2% de la población urbana .

            La oferta de bienes públicos colectivos a la población como carreteras, puentes, educación básica, agua potable, alcantarillado, electrificación, etc., es aún insuficiente para cubrir la demanda del Estado, a pesar de que se han hecho esfuerzo por cubrir la demanda.  En 1990 solo el 70% de las viviendas contaba con agua potable, el 44 % con sistema de drenaje y el 77% con electricidad (véase gráfica 15); de aquí que el desarrollo equilibrado del Estado sea una premisa necesaria para retener las migraciones y poder llevar a cabo una buena planificación del desarrollo urbano.

 

1.4. Problemas que inhiben la producción en Hidalgo

            La producción, como una actividad del hombre encaminada a la creación de bienes que satisfagan las necesidades de la sociedad está determinada no solo por la cultura productiva de los individuos, sino también por las condiciones naturales y los recursos naturales con que se cuenta, así como por la infraestructura productiva creada en la que se sustentan los procesos de producción productivos, los cuales tienen carácter acumulativo.

 

1.4.1.  Infraestructura de apoyo a la producción

            Hidalgo ha ido generando paulatinamente la infraestructura necesaria para apoyar el desarrollo de los sectores productivos de su economía, particularmente después de los años sesenta.  De tal forma que ya en 1987 contaba con 3 kilómetros de caminos aptos para el transporte de carga pesada por cada kilometro de vía férrea; caracterizándose el crecimiento de las vías terrestres de comunicación por el dinamismo del crecimiento de la red de carreteras en el Estado, frente al estatismo de las vías férreas.

            Este crecimiento de la red de carreteras se explica por lo accidentado de la geografía de Hidalgo, que estimuló la construcción de carreteras en relación a la apertura de nuevas vías de ferrocarril.  Estos caminos han proliferado particularmente en el sur del Estado donde la superficie es más plana, está más densamente poblada y cuya cercanía con la ciudad de México ha estimulado el desarrollo de la industria.  No así en las zonas montañosa de Hidalgo, donde la dispersión de la población y lo accidentado de la geografía han frenado el desarrollo de la población y de las economías regionales (véase anexo  ).

            Más recientemente, de 1991 a 1994 la extensión de la red de carreteras se ha incrementado en un 15 %, pasando de 6 804 kilómetros a 7 822; mientras que la red ferroviaria ha presentado un comportamiento inverso al pasar de 946 kilómetros en 1991 a 879 en 1994 y el volumen de la carga transportada pasaba de 2 millones 313 toneladas transportadas a 2 millones 169.  Situación ésta, que muestra la tendencia futura del desarrollo de las vías terrestres de comunicación si antes no se moderniza el sistema de transporte ferroviario para hacerlo rentable.

            Estas vías de comunicación son apoyadas además por 8 aeródromos distribuidos por el Estado, cuyas pistas no permiten el uso de grandes aviones de carga en apoyo a la producción o la movilización comercial de pasajeros.  Sin embargo, pese al esfuerzo por desarrollar un sistema de comunicaciones como soporte de la economía, queda aún mucho por hacer en el Estado por incorporar a todas las comunidades de Hidalgo al desarrollo, pues el mayor número de metros de caminos de terracería por kilómetro cuadrado de superficie se encuentra en los municipios con mayor atraso económico y menos comunicados , en contraste con los municipios del sur de Hidalgo donde éstos han sido suprimidos.

            Ésta infraestructura que facilita las  comunicaciones es apoyada además por los sistemas de telégrafos, de teléfonos, de radioteléfonos, de radio, de correos, etc., los cuales han ido expandiendo su capacidad; así Hidalgo, contaba con 59 oficinas de telégrafo en 1994 en relación a las 34 existentes en 1991, mientras que las líneas telefónicas en servicio pasaron de 70 334 en 1991 a 92 346 en 1994, en tanto que el número de oficinas postales había aumentado de 1 063 oficinas a 1 312.

            La ubicación geográfica de Hidalgo le garantiza un rápido acceso a los mercados internacionales gracias a su cercanía al golfo de México a través de la carretera México-Tuxpan y México-Tampico y a la frontera norte a través de la vía México-Laredo.  Sin embargo, éstas vías de comunicación son las que tienen mayores problemas de operación por ser vías con más de 50 años en operación y no estar adaptadas para el transporte de los grandes volúmenes de carga que impone el crecimiento de los flujos del comercio internacional.

 

1.4.2.  Problemas que inhiben la producción

            Pese a los esfuerzos del gobierno federal por inducir el desarrollo del Estado de manera exógena, creando la infraestructura económica necesaria a partir de inversiones provenientes del gasto público que sirvieran de motor de un nuevo modelo alternativo, basado en la creación de polos de desarrollo, para poner fin a la producción de productos primarios con poco valor en los mercados internacionales y cuyos precios tendían a la baja.  Hidalgo continua siendo uno de los Estados más pobres de la federación y su economía no ha dejado de ser eminentemente agrícola y productora de materias primas (véase gráfica 16).

Ibídem  1, pág. 24.

Ibídem 2, pág. 42.



Gracias a las inversiones federales, al apoyo del gobierno a la inversión privada, a los subsidios a la producción y a los precios internacionales de las materias primas, aún no deprimidos, durante los años setenta la economía hidalguense mostró signos que auguraban una pronta modernización de su aparato productivo y un crecimiento sostenido de su economía, sustentado por el desarrollo incipiente de algunas industrias y la modernización de las actividades agropecuarias, lo cual puede apreciarse en el incremento del PIB percapita durante esos años en la gráfica 17.



En efecto, a partir de los años setenta se inicia un cambio fundamental que altera el proceso de acumulación en todos los sectores y modifica por tanto, sus condiciones socio-políticas .  La introducción a la economía de los mecanismos de funcionamiento de la economía de mercado, dieron un nuevo impulso al proceso de acumulación de la economía hidalguense, pero afectaron el funcionamiento de ramas e industrias hasta entonces protegidas y de las economías campesinas y artesanales que no estaban preparadas para producir bajo otras condiciones de concurrencia en los mercados y de financiamiento.

            Durante el período 1970-1980 el dinamismo cobrado por la industria manufacturera, la industria eléctrica y los servicios, principalmente, permitió que el producto interno bruto creciera a una tasa promedio cercana al 5%, en tanto la población se incrementó 2.4% , lo cual posibilitó un incremento del producto percapita mayor al 2%.  Este impulso de la economía, estuvo pues, acompañado de fuertes inversiones federales y estatales en infraestructura productiva, tales como la refinería y la termoeléctrica de Tula y la evolución positiva del sector agropecuario.

            Con el estallido de la “crisis de la deuda” y la reducción de las inversiones federales, los años ochenta en cambio, marcan el declive de la economía hidalguense (véase gráfica 17) y ponen en evidencia la debilidad del modelo de desarrollo adoptado.  Al no consolidarse un proceso económico autosustentable y al depender de subsidios y vínculos externos, la economía hidalguense sufrió de manera más acentuada que otras entidades .

            En este sentido, el ritmo de la actividad económica se tornó negativo (-2%) en casi todos los sectores productivos y si durante los años setenta el PIB creció a una tasa promedio anual del 8%, durante los años ochenta la economía hidalguense se vio colapsada y enfrentada a un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias de producción, lo que condujo, tal como hoy, a la desaparición de numerosas empresas que no pudieron adaptarse.

            Los problemas que han inhibido el crecimiento de la economía en Hidalgo están asociados a los obstáculos que el país ha sorteado durante los últimos años, a los errores de política económica y a la falta de un verdadera política industrial nacional y estatal, así como a un proyecto de desarrollo económico y social a largo plazo, creíble, que proporcione estabilidad y estimule la acumulación interna en el país y en los estados.

            Los sectores productivos de la economía habían sido protegidos hasta finales de los años 70s por un intervencionismo del Estado en la economía que cultivó la ineficiencia, derrochó recursos y heredó a la economía una baja competitividad internacional.  Bajo este contexto, la economía mexicana se enfrentó en los años ochenta a sus debilidades estructurales, entre otras, proteccionismo, subsidios, intervencionismo gubernamental, administración discrecional , etc., lo cual no permitió a las empresas madurar, ampliar sus escalas de producción, ser competitivas y poder adaptarse con más facilidad a las reglas del libre comercio y al libre funcionamiento de los mecanismos de la economía de mercado, luego de la reducción de los obstáculos al comercio internacional y de la liberalización de la economía.

            Hoy, uno de los problemas que el Hidalgo debe superar para impulsar su desarrollo es el incremento de la productividad y la competitividad de las empresas locales, como condición para tener acceso a los mercados internacionales y conservar el segmento de sus mercados locales.

            Sin embargo, la apertura comercial exige un esfuerzo mucho mayor para impulsar la modernización de sectores como el agropecuario, el cual, como ya se dijo, no tiene posibilidades de desarrollarse extensivamente y requiere de abundantes recursos financieros para su modernización, es decir para la introducción de técnicas intensivas de producción, de tecnología y para formar la fuerza de trabajo requerida.

            En este sentido, cabe señalar que las técnicas de mejoramiento genético y el desarrollo de la biotecnología en el país constituyen hasta hoy un privilegio solo de ciertos productores; mientras que la liberalización total del sector prevista en el TLC, con Estados Unidos y Canadá, prevé poner en igualdad de condiciones de concurrencia a todos los productores, lo cual exige un esfuerzo para acercar a los productores de Hidalgo a la modernidad, en función de aprovechar las ventajas comparativas que pose el Estado, potenciar su desarrollo y evitar que la liberalización comercial se revierta.

            Como en el pasado, cuando la población expulsada por las economías campesinas, al no encontrar dentro de la entidad posibilidades de empleo industrial o de servicios, no tuvo otra opción que emigrar ; la liberalización comercial total del sector agropecuario puede provocar, sino se toman medidas preventivas, una emigración masiva de trabajadores del campo hacia los centros urbanos y la profundización de la crisis del sector agropecuario, generando problemas de urbanización y de incremento de la demanda de los servicios.

            Los problemas que frenan la producción minera, de la que dependió la economía hidalguense durante muchos años, están relacionados con el agotamiento de los recursos y la obsolescencia tecnológica , lo que ligado a la baja de los precios internacionales y de la demanda, la convierten en una actividad poco rentable que exige la innovación tecnológica para desarrollar nuevos procesos y nuevos productos terminados de exportación (ejemplo: Carbonatos Industriales de Zimapan).

            La intervención del Estado en la economía, en su calidad de productor y consumidor, le permitió promover la industria nacional  y actuar sobre la estructura por medio de sus empresas.  En este contexto, el peso de la industria manufacturera hidalguense en la producción nacional fue determinado por las inversiones federales realizadas en algunas ramas como la metalmecánica y la petroquímica.

            Lo anterior propició que la industria manufacturera evolucionara apoyada en dos segmentos: uno inducido, producto de la política económica que hasta principios del decenio de los ochenta evolucionó con rapidez, y otro autónomo, derivado de las condiciones del mercado, de lento crecimiento .  Lo que pone en evidencia la necesidad de estimular la inversión privada productiva para que su arraigo contribuya al desarrollo industrial de Hidalgo.

            De aquí que uno de los objetivos del gobierno del Estado de Hidalgo sea promover un proceso de acumulación en la entidad que permita elevar los niveles de actividad y competitividad de los sectores de la economía, como bases para elevar el nivel de ingresos y el bienestar de la población, a través de la modernización de la economía, de la generación de empleos productivos estables y de ampliación de la cobertura y calidad de los servicios básicos destinados a la población.  Propósito que no puede obviar la necesidad de superar los obstáculos al desarrollo económico del Estado, para que la competitividad, la productividad y a la eficiencia de las empresas contribuyan al desarrollo.

 

I.5.  La industrialización y los dilemas actuales del Estado de Hidalgo

            En el caso del proceso de industrialización del país, el Estado se convirtió en el principal empresario y promotor de la industrialización, creando inicialmente la infraestructura necesaria para ello.  Así por ejemplo, en 1925 fundó el Banco de México y en 1933 Nacional Financiera (NAFIN) para dirigir los recursos financieros necesarios a la industria; paralelamente, empresas consideradas estratégicas fueron nacionalizadas, tales como tales como PEMEX y Ferrocarriles Nacionales de México (FNDEM), la industria petroquímica y la industria eléctrica.

            A la vez, en 1942 el Estado creo la empresa Altos Hornos de México y en 1945 Guanos y Fertilizantes de México (GUANOMEX), empresas que en menos de 20 años pasaron a controlar prácticamente todo el mercado nacional de acero y de fertilizantes.  Otras empresas como Ayotla Textil, Complejo Industrial Ciudad Sahagún, Nacional Azucarera, MINSA y CONASUPO, la Industria Nacional Química Farmacéutica, la Comisión Federal de Electricidad, etc., también fueron creadas por el Estado ante la lentitud de la inversión privada.

            El Estado se convirtió así en propietario de empresas de autos, de camiones, de bicicletas, de pesca, etc., pasando el número de empresas estatales de 36 en 1938 a 236 en 1970, para llegar en 1982 a tener, aproximadamente, 1155 empresas.  Con esta penetración del Estado en la economía se procedió a desarrollar una política industrial intervencionista hasta principios de los años ochenta, a través de la cual la industrialización del Estado de Hidalgo recibió un primer impulso con la creación de los “Polos de Desarrollo Industrial”.

            Sin embargo, la excesiva regulación de la economía y el proteccionismo comercial desmedido, introdujo serias deformaciones en los mercados que no hicieron posible la madurez de la gran mayoría de la empresas, una vez que quien dictaba las reglas de entrada y salida de una empresa a un sector o rama, no era eran los criterios de eficiencia o la productividad, sino una Secretaría de Estado, quien lo hacía en función de intereses de política económica o particulares, en detrimento de la competitividad.

            En este contexto, el control por el Estado de los sectores clave de la economía, los subsidios al sector privado y el apoyo del gobierno a las multinacionales, fueron las características de una industria nacional altamente protegida, que creció de forma desordenada atraída por los recursos materiales, la infraestructura y la proximidad de los mercados, a pesar de la capacidad de dirección del Estado mexicano.

             A  ello contribuyó la carencia de una política de desarrollo industrial, inexistente hasta hoy, que considerada como un conjunto de objetivos fijados por el Estado, de medios y recursos a utilizar, de instrumentos y de medidas a ejecutar, coordinadas entre si en el cuadro de una estrategia de desarrollo concertada, que permitiera al Estado mexicano establecer el cuadro en el cual se deben realizar las actividades de los productores y la elección de los consumidores.

Ibídem 1, pág. 7.

Ibídem 2, pág. 49.

Ibídem 1, pág. 28.

Ibídem 2, pág. 49.

Ibídem 1, pág. 14.

Ibídem 1, pág. 13.

Ibídem 2, pág. 69.

Ibídem 2, pág. 79.



En Hidalgo, aparte de la minería, hasta la década de los setenta, la actividad económica se concentraba fundamentalmente en un enclave nacido el siglo pasado en Tula, (cemento); la industria textil localizada en Tulancingo; y textil y alimenticia en Tepejí del Río.  El desarrollo industrial solo fue posible gracias a inversiones federales en la industria metalmecánica y automotriz, en la industria del petróleo y petroquímica, en la generación de electricidad y en la creación de infraestructura económica, entre otras; mientras que se estimuló a la inversión privada en la industria a través de financiamientos blandos, subsidios, estímulos fiscales y medidas arancelarias; lo que contribuyó a la larga a la reactivación de la economía hidalguense.

            Las datos de INEGI indican, que en 1993 Hidalgo concentraba solo el 1.8 % del total de las Unidades Económicas existentes en el país, las que absorvian el 1.5 % de la fuerza laboral empleada en la economía nacional con 41 579 Unidades, de las cuales solo el 12.35 % pertenecían al sector industrial; cifras que demuestran el limitado aporte de Hidalgo a la economía nacional en términos de generación de empleo.

            Por otra parte, considerando el número de establecimientos industriales y los empleos generados por las diferentes ramas de la industria existentes en Hidalgo, ésta se basa, en lo fundamental, en la producción de alimentos, prendas de vestir, productos metálicos, minerales no metálicos y textiles (véase gráfica 20); mientras que las ramas de prendas de vestir, productos metálicos, alimentos y maquinaria y equipo no eléctrico fueron las que más empleo generaron en 1994 (véase gráfica 21 ).

Ibídem 1, pág. 6.



De lo anterior se puede deducir, que la industria manufacturera tiende a desarrollarse en las actividades industriales extensivas en mano de obra barata poco calificada, productoras de manufacturas con poco valor agregado, pero dejando una amplia gama de posibilidades de desarrollo en industrias intensivas en capital.

            Comparativamente la industria manufacturera hidalguense tiene una mayor participación en los ingresos nacionales en relación a la minería, a pesar de que ésta última cuenta con un mayor número de establecimientos y de puestos de trabajo, lo cual pone en evidencia el carácter extensivo de la explotación minera y del desarrollo industrial en el Estado y plantea la posibilidad de mejorar la producción minera a partir de la modernización de la tecnología utilizada y de la calificación de la fuerza de trabajo.

            De aquí que la disyuntiva del proceso de industrialización de Hidalgo sea, promover la creación de empresas industriales extensivas en mano de obra sin calificación  y mal remunerada, altamente contaminantes y demandadoras de grandes cantidades de agua, que el Estado no pose, o estimular la instalación de industrias intensivas en capital, que no requieren de grandes recursos acuifero y generan pocos desechos contaminantes como es el caso de la electrónica; para lo cual será necesario formar la fuerza de trabajo calificada que requiere la tecnología de punta, aprovechando las ventajas de la ubicación geográfica de Hidalgo, que le dan acceso por tierra y por mar a mercados donde la mano de obra calificada es más costosa.



Otro aspecto, está relacionado con la prioridad que el gobierno estatal ha dado a la micro, pequeña y mediana empresa dentro de la industrialización del Estado.  En este sentido cabe señalar que, hasta antes de la crisis actual, el número de micro y pequeñas empresas había crecido vertiginosamente, gracias al trato preferencial de los intermediarios y organismos financieros, que como Nacional Financiera (NAFIN) apoyaron a éste tipo de empresas (véase gráfica  22).

            En este sentido, los datos indican, por ejemplo, que si bien la crisis ha dañado hoy mucho más a las micro, pequeñas y medianas empresas, hasta antes de nueva recesión el 90.2 % de las plantas mineras hidalguenses, que explotaban a las 18 de las 46 minas existentes, eran micro empresas, el 6.9% pequeñas empresas, el 2.1% medianas y solo el 0.8% grandes empresas; destacándose el aporte de la pequeña industria al empleo en el Estado, como puede (verse en la gráfica 23)      

Este desarrollo industrial apoyado por NAFIN, quien otorgó a la industria el 88.7% de los recursos financieros destinados a la economía hidalguense en 1990 y aproximadamente el 71% en 1994, como se puede ver en la gráfica   23),  requiere mejoras y servicios complementarios, así como de estabilidad financiera, para elevar la productividad, la eficiencia y la competitividad y poder acceder a los mercados internacionales, pues hasta hoy la mayor parte de la producción se destina a cubrir la demanda interna.



Por lo tanto, el tipo de desarrollo industrial que logre implantarse en el Estado dependerá, en gran medida, de la dirección que le otorguen al proceso de industrialización los poderes públicos y de su capacidad para sentar las bases que permitan su incorporación al proceso de modernización económica, atraer inversión privada, nacional o extranjera, o aprovechar sus ventajas comparativas , en relación a otros estados o a otros países.

            El desarrollo del Estado de Hidalgo pasa, en los albores del nuevo federalismo, por decisiones locales que permitan una mejor integración de los sectores de su economía y la definición de las líneas más importantes de lo que puede constituir una política de desarrollo industrial a corto, mediano y  largo plazo; por una política de promoción del Estado en los mercados internacionales, que posibilite la atracción de inversiones directas productivas y la apertura de mercados de exportación, lo que debe obligar a intensificar los trabajos encaminados a desarrollar la educación y la investigación que sustente el desarrollo local.

 


1.6  ECOLOGIA Y PROBLEMATICA DE LAS AGUAS RESIDUALES

El uso de sistemas de riego en la agricultura, necesario dada la baja precipitación pluvial en muchas regiones del país, se ha ido incrementando, en especial desde los años 70, gracias a inversiones importantes en la infraestructura. El establecimiento o ampliación de distritos de riego, con la construcción de sus respectivas presas almacenadoras y derivadoras, canales de riego, etc., ha posibilitado el incremento de la productividad agrícola, y con ello la comercialización regional, nacional e internacional. Sin embargo, los grandes beneficios obtenidos muchas veces también han llevado consigo una serie de problemas, ecológicos en particular, que afectan tanto los ecosistemas como la salud de las personas.

            En el caso del Valle de México, la construcción de la infraestructura para el riego está directamente vinculada al problema de desagüe de la ciudad de México. En efecto, a finales del siglo pasado el Gran Canal de desagüe de la ciudad fue conectado al río Tula, y desde entonces ha incrementado continuamente el flujo de aguas residuales de la ciudad hacia el estado de Hidalgo, en particular el Valle del Mezquital.

1.6.1. Panorama de las condiciones hidrológicas del estado de Hidalgo

Por cuestiones de clima y de topografía, las corrientes son escasas en el estado. Los principales ríos de la entidad son el Tula, el Tizahuapan y el Tulancingo.

En el norte y noreste hay abundantes lluvias, provocadas por los vientos húmedos del Golfo, pero debido al relieve de la Sierra Madre su aprovechamiento es muy reducido, ya que se escurren rápidamente. En el resto del estado, aunque la topografía es más favorable al aprovechamiento del agua, las lluvias son escasas.

El agua subterránea es difícil de explotar en las zonas montañosas. En el resto del estado se ha dado una sobreexplotación de la misma.

Hidalgo se encuentra dentro de la región hidrológica "Río Pánuco", con la salvedad de una pequeña extensión al oriente que pertenece a la región "Tuxpan-Nautla", donde el aprovechamiento hidráulico es mínimo.

La región hidrológica "Río Pánuco" forma parte de la vertiente del Golfo. Es una de las más importantes del país. Por su extensión suele dividirse en dos zonas, "Alto Pánuco" (cuencas de los ríos Tula y San Juan del Río; afluentes del río Moctezuma; cuencas Metztitlán y Amajac, que originan el río Amajac) y "Bajo Pánuco" (cuencas de los ríos Extóraz, Bajo Amajac, Tempoal, Moctezuma, Tampaón y Pánuco). Parte de ambas zonas se encuentra en el estado.

La contaminación del agua es muy alta debido a las zonas densamente pobladas y altamente industrializadas por las que pasan los ríos. A esto se añaden, en el Valle del Mezquital, los problemas de contaminación debidos a las aguas residuales provenientes del Distrito Federal que contienen, esencialmente, detergentes y compuestos nitrogenados.

En cuanto a las aguas subterráneas, las zonas más importantes son Tepeji de Ocampo, Valle del Mezquital (Ixmiquilpan, Actopan) Tulancingo, Tecozautla, Pachuca, Tizayuca y Apan, particularmente los acuíferos del Valle del Mezquital. Allí, además, hay problemas de contaminación por infiltración de las aguas residuales utilizadas en la agricultura. En la zona de Tula la extracción de aguas subterráneas ha incrementado por la industrialización (refinería de petróleo, planta termoeléctrica). Los acuíferos de los valles de Apan y Tulancingo forman parte de la cuenca de México y son explotados principalmente con fines agrícolas. Existen, además, en Hidalgo, varios manantiales de aguas termales.

La precipitación media anual del estado es de 866 mm, pero en el Valle del Mezquital es de sólo 385 mm. Su equilibrio hídrico es negativo (la evapotranspiración es superior a las precipitaciones). En el Mezquital, p. ej., hay una evapotranspiración promedio de más de 2000 mm, frente a una precipitación que es inferior a 400 mm.

Es difícil utilizar la disponibilidad real que ofrece el potencial hidráulico (corrientes superficiales y aguas subterráneas): sólo se emplea el 25%, por las condiciones orográficas, la falta de infraestructura así como las medidas de la federación que impiden que se use parte del agua en la entidad, ya que está reservada para las necesidades actuales y futuras de la gran ciudad de México (hay seis zonas de veda, ya sea por causa de sobreexplotación o por tratarse de agua prevista para el D.F.).

La demanda de agua para uso agrícola representa más del 90% (de ésta, el 76% corresponde a la subcuenca del río Tula, abastecida en un 77% por aguas residuales. La demanda para uso urbano es de 5% de la demanda total y hay un déficit de 48% en la prestación de este servicio. La cobertura para la población urbana es de 73% (cercano al promedio nacional) y 36% en el medio rural (el promedio nacional es de 45%). El uso en el sector industrial y minero representa sólo 2% de la demanda total. La industria eléctrica también requiere 2% de la demanda total. La principal planta generadora se encuentra en Tula y se abastece en un 60% de fuentes subterráneas y en un 40% de aguas residuales.

1.6.2.  Ecosistemas

El estado de Hidalgo presenta una gran riqueza en cuanto a fauna y flora. Aunque la diversidad biótica del estado no ha sido lo suficientemente estudiada, es evidente el deterioro que presentan los ecosistemas.

Como es sabido, la flora original es esencial en la prevención contra la erosión, sobre todo en una región en la que abundan zonas cerriles y montañosas. Desgraciadamente, muchos daños se han profundizado al cabo de los años y son prácticamente irreversibles. De los 1.5 millones de hectáreas de bosques y selvas con que contaba el territorio de lo que hoy es el estado en la época de la conquista, quedan actualmente 434 mil hectáreas de bosques, 50 mil de selva alta, 11 mil de selva mediana y 62 mil de selva baja, es decir, un total de 556 mil hectáreas.

Lo mismo puede decirse para las plantas xerófitas (nopales, cardones, etc.) Esta modificación en la flora ha tenido consecuencias directas en la fauna, que se ha visto terriblemente afectada por la destrucción de su habitat natural. La erosión se ha acrecentado proporcionalmente. En 1977 la SARH constató un 65% de erosión en el estado, cifra que se ha incrementado desde entonces.

Es bien conocida la vinculación entre pérdida de vegetación original, en particular superficies boscosas, y erosión, pérdida de agua y de humus. Se provocan grandes alteraciones de los caudales hidrográficos, la exposición directa al sol causa una mayor evapotranspitación, se constata una modificación del clima local y regional y disminuye la precipitación pluvial, destruyendo aún más la vegetación, con lo cual se presenta un círculo vicioso.

En el estado de Hidalgo este deterioro se fue acumulando a través de los siglos, contribuyendo en gran medida la tala desmesurada para los beneficios mineros. Sin embargo, los últimos 40 años han sido determinantes por la explotación no planificada y la falta casi total de reforestación. También son causa de la disminución de los recursos florísticos la tala hormiga y el pastoreo, particularmente de cabras, los cuales, sin embargo, son esenciales para el sustento de las poblaciones marginadas del campo, estableciéndose otro círculo vicioso: las costumbres de explotación de recursos naturales están vinculadas a los escasos recursos de la población y, a la vez, continúan disminuyendo las posibilidades de aprovechamiento del campo, incidiendo en una marginación aún mayor.

El riego, aunque ha contribuido al desarrollo económico de la región, también presenta problemas para el ecosistema. En el Mezquital, por ejemplo, una superficie de más de 100 mil hectáreas beneficiada por el riego sufrió la destrucción total de la vegetación original y, por ende, de la fauna original. Además, las aguas de los mantos freáticos, que surten a la población, a los animales y las plantas de agua de buena calidad, han sido infiltradas y contaminadas por las aguas residuales.

Urge una evaluación de los recursos florísticos y faunísticos aún existentes, en vista de la creación de zonas de reservas ecológicas para protegerlos. Plantas como la biznaga, el órgano y el capulín, que tardan muchos años en crecer, se encuentran en peligro, al igual que árboles como el huizache y el mezquite. Esto es tanto más grave que son justamente estas plantas, al igual que el cada vez menos cultivado maguey, las que frenan la erosión de los suelos, de por sí delgados, de la región.

1.6.3.  Las aguas residuales

Actualmente, la contaminación por aguas residuales se ha convertido en un problema nacional. Hidalgo, y particularmente el Valle del Mezquital, es quizá el ejemplo más dramático de esta situación, ya que representa, en 1991, 79% de la superficie dominada y 57% de la superficie regada en el Valle de México (ver cuadro 1). En Hidalgo se aprovecha el 78.2% de la capacidad útil de agua que fluye en los distritos de riego del Valle de México, de los cuales 99% se concentran en el Mezquital. De las 20 presas existentes en el Valle de México 8 se encuentran en Hidalgo, 7 de las cuales están conectadas al sistema de riego del Valle del Mezquital. En total se maneja un volumen de 1,400 millones de metros cúbicos anuales, incluyendo 200 millones de metros cúbicos generados por las corrientes del propio estado.

Ibídem 1, pág. 37.

SIZA, 1995

SIZA, 1995

CEPAL, 1991

CEPAL, 1991

Herrera Cabañas, 1990

Ultimo censo forestal disponible de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, citado en Herrera Cabañas, 1990.

Gutiérrez Herrera, 1995

CEPAL, 1991





En el estado de Hidalgo se encuentran 4 distritos de riego. Los distritos 003 (Tula) y 100 (Alfajayucan), en el Valle del Mezquital, representan 97,5% de la superficie total de riego. Muy por detrás viene el distrito 028 (Tulancingo), que representa tan sólo el 1,5% de la superficie irrigada (ver cuadro 2).

El aprovechamiento de aguas residuales en el Mezquital inició a finales del siglo pasado. A partir de 1912 se hicieron grandes obras, como la construcción de la presa Taxhimay (1912), la presa Requena (1922), las presas Endho y Vicente Aguirre (1952), mejoramiento de la presa Requena (1964), construcción de la presa Javier Rojo Gómez (1976), etc.

La infraestructura de riego fue incrementada en casi 90% de 1970-90. Se llevaron a cabo tanto obras de gran irrigación (+ 86%, esencialmente en el Valle del Mezquital) como pequeñas obras para la extracción y utilización directa de agua subterránea (+ 90%, en 54 de los 84 municipios del estado).

Así fue estableciéndose en el Mezquital el mayor sistema de riego del mundo por su extensión, con 5 presas con capacidad para almacenar casi 350 millones de m3 de agua, 13 presas derivadoras, una extensa red de canales de conducción y distribución, túneles, drenaje, sifones y plantas de bombeo (estas últimas de manera reducida, ya que en su mayor parte el sistema de riego funciona por gravedad).

Este sistema de riego ha permitido el uso agrícola de una zona semidesértica, dándole un lugar importante en la producción a nivel nacional, y con el consiguiente incremento del nivel de vida de una parte de su población.

En un principio se aumentó la producción de cultivos tradicionales (esencialmente maíz y frijol), para disminuir después en favor de cultivos de verduras de alto rendimiento (jitomate, chile, etc.) y plantas forrajeras (en primer lugar la alfalfa).

Actualmente los cultivos del ciclo otoño-invierno son esencialmente hortalizas, cebada y avena; los del ciclo primavera-verano maíz, jitomate, chile, tomate, calabacita y alfalfa. La alfalfa permite el uso de las tierras durante todo el año, relegando los demás cultivos a una producción complementaria. También es de mencionarse, particularmente en el distrito de riego 100 (Alfajayucan), la producción pecuaria (ganado para carne y leche).

Estos cultivos, como se verá más adelante, se han visto restringidos y modificados por su mayor o menor absorción de contaminantes.

1.6.4.  Problemática derivada del uso de aguas residuales

Los distritos de riego fueron constituidos bajo la doble presión de la necesidad de evacuación de aguas de la ciudad de México y la posibilidad de aumento de la productividad (y por ende mejora de la situación de la población) gracias a la irrigación de tierras semiáridas. Esto tuvo como consecuencia que se actuara sin efectuar estudios previos de impacto, y que la infraestructura nunca incluyera, por falta de fondos y de previsión, el tratamiento del agua. No fueron evaluados ni los riesgos sanitarios ni los riesgos ecológicos, ambos ahora constatados a posteriori y aún insuficientemente estudiados. No ha habido posibilidad de tratamiento del agua por los altos costos y la cantidad cada vez mayor de agua manejada.

Las aguas residuales contienen nutrientes beneficiosos (sólidos en suspensión, coloidales o disueltos) que suplen a los fertilizantes, evitando en parte el uso desmedido de estos últimos y la contaminación que generarían.

Sin embargo, este aporte benéfico es superado con creces por la presencia de contaminantes y toxinas, debidos a:

- descargas de aguas residuales de los centros de población (gérmenes patógenos: virus, bacterias, protozoos y helmintos; sólidos insolubles, detergentes)

- aguas residuales provenientes de la industria (compuestos tóxicos: cloruro y sulfatos); la contaminación se ve aumentada por el paso del agua por la zona industrial de Tula (fábricas de cemento, refinería, termoeléctrica) y la ciudad misma.

- aguas provenientes de los campos agrícolas (plaguicidas y fertilizantes); en época de lluvias se eleva el caudal de las aguas y arrastran los desechos que se acumulan a orillas de los ríos, con lo cual se incrementa considerablemente la presencia de sólidos disueltos y bacterias.

Aunque faltan estudios sistemáticos, es sabida la presencia por arriba de los límites tolerables de sulfatos, cloruro y boro. Los dos primeros afectan principalmente la tierra. Las tierras no se han ensalitrado mucho por las condiciones de buen drenaje, la abundancia de calcio y las texturas medias y ligeras de la tierra. El problema causado por el boro (derivado de los detergentes) es una sustancia fitotóxica sobre todo para los cítricos, se ha limitado seleccionado cultivos que toleran cantidades relativamente altas de este producto.

La contaminación biológica es muy grave. El único tipo de control que ha podido implementarse es la restricción de cultivos: no pueden cultivarse la lechuga, la col, el betabel, el cilantro, el rábano, la zanahoria, la espinaca y el perejil.

Faltan estudios en cuanto a los efectos del consumo de los productos sobre los pobladores de la región. Lo mismo es cierto para el consumo de animales que se alimentan de forraje regado por esta agua. También urgen estudios sistemáticos sobre el desarrollo de las plantas, el suelo, los mantos freáticos y los cuerpos receptores.

Sin embargo, puede constatarse el aumento, de manera evidente, de las enfermedades gastrointestinales, la presencia de lirio acuático, así como la extinción de la fauna acuática en algunas presas. Además, las altas concentraciones de sólidos acarreados azolvan los canales, lo cual conlleva un uso deficiente y altos gastos de mantenimiento (el azolve disminuye la conducción del agua, los productos químicos ocasionan un rápido desgaste de las compuertas).

Algunos de los contaminantes identificados son:

- agentes patógenos que atacan al hombre: vibrio cholera, salmonella, shigella, enterovirus, etc. (77.57% de los habitantes de la región sufren parasitosis por organismos de origen fecal);

- patógenos que atacan el ganado: salmonellas, oxiuros (95% del ganado lanar presenta infestación);

- patógenos que atacan a las plantas (enfermedades fungosas, bacterianas, virales);

- presencia de detergentes aniónicos incrementa la susceptibilidad y persistencia de los plaguicidas;

- aceites de origen mineral o sintético son de difícil o nula degradación; algunos de sus elementos son tóxicos a las plantas;

- contaminación de los mantos freáticos de abastecimiento de agua potable con minerales, materia orgánica y metales pesados como As, Hg y Mn;

- la leche de vaca y sus derivados muestran altos contenidos de agentes agroquímicos;

- la leche materna contiene hasta 10 clases de contaminantes como DDT, heptacloro, eldrin, etc.

1.6.5. El ejemplo del lirio acuático: contaminación, peligro para la salud, destrucción de ecosistemas, freno al desarrollo económico

Esta planta se introdujo de América del Sur a principios de siglo, y actualmente cubre el 60% de la superficie acuática del país, es decir, unas 120 000 ha. Los estados más afectados son Hidalgo, Jalisco, Tabasco, Michoacán, Veracruz, el Estado de México y Tamaulipas.

            El lirio acuático crece tanto en lagos naturales y en presas como en ríos y canales de riego. Cubre superficies acuáticas enteras, causando daños de diversa índole:

Las enfermedades

Las superficies cubiertas de lirio son caldos de cultivo idóneos para agentes patógenos. Cantidades impresionantes de mosquitos se reproducen y se convierten en vectores de distintas enfermedades como el paludismo, la filariasis (infección que causa, a largo plazo, la destrucción del sistema linfático) o la encefalitis.

            Además, hay infecciones que afectan tanto a las personas como a los animales, llegando al organismo por medio de la cadena alimenticia, como la fasciolasis (afectación de los conductos biliares) o la esquistosomiasis.

Las consecuencias económicas

El lirio acuático disminuye la capacidad de almacenamiento de las presas y el flujo de agua de los canales de riego. También obstruyen el funcionamiento de las obras hidráulicas. La densa cobertura de la superficie acuática dificulta e incluso llega a impedir la navegación. Esto afecta la pesca como actividad económica y recurso alimenticio. Además, las zonas turísticas a orillas de lagos y embalses pierden su atractivo, con graves consecuencias para la población que vivía de ellas.

El problema ecológico

En las zonas áridas del país, gran parte del suministro de agua de las ciudades así como el riego en agricultura pasa por embalses. El crecimiento del lirio acuático en las presas conlleva una mayor superficie de evaporación con una disminución proporcional del nivel de agua. Comparada con superficies acuáticas limpias, la evapotranspiración en embalses densamente cubiertos de lirio es de 1,66 a 2,9 veces mayor en el estiaje y de 3,2 (y hasta 6,6 en el caso de hojas de 50cm) en la época de lluvias. Los animales y plantas que viven en el agua se ven desplazados por falta de luz, oxígeno y espacio. Los organismos necesarios para la limpieza y el mantenimiento natural del agua mueren. El daño causado por el lirio acuático es prácticamente irreversible en varias regiones.

Características biológicas del lirio acuático

El lirio acuático no es la única maleza que cubre superficies acuáticas, pero es la más dañina, sobre todo por su gran capacidad de adaptación y resistencia, así como su rápida reproducción, que lo hace extremadamente difícil de controlar.

            Se trata de una planta que se desenvuelve particularmente bien en climas cálidos y se nutre en gran medida de los nitratos y fosfatos de las aguas residuales.

            El lirio flota libremente y forma grandes tapetes. Modifica su tamaño según la disponibilidad de alimento, la calidad del agua y la competencia de otras plantas. En aguas con poco movimiento (lagos y embalses) alcanza un tamaño mediano; en los ríos, sin embargo, en los que la cantidad de oxígeno es superior por el mayor movimiento del agua, llega a ser particularmente grande. Los lirios más grandes alcanzan un tamaño de hasta un metro por encima del nivel del agua. La calidad del agua también incide en el desarrollo del lirio. En aguas ultraoligotróficas hasta oligotróficas (es decir, pobres en nutrimentos) la planta desarrolla raíces más largas y hojas más pequeñas, mientras que en aguas eutróficas hasta hipereutróficas, es decir, "sobreabonadas" por el hombre mediante el agregado de aguas residuales ricas en nitratos y fosfatos, las hojas son más grandes y las raíces más pequeñas, y por lo tanto la evaporación es particularmente grande. El lirio acuático no tiene enemigos naturales en México.

            El mayor problema para el control del lirio acuático es su gran capacidad reproductiva. Puede reproducirse sexualmente por medio de sus 2 a 35 cápsulas de semillas, cada una de las cuales contiene 50 semillas. La cápsula madura al cabo de 16 a 23 días y se rompe. Las semillas caen sobre el tapete creado por las plantas, o al fondo del agua. Allí pueden germinar hasta 15 años después. La germinación se efectúa, en condiciones óptimas (entre otros una temperatura de 36 a 38oC), al cabo de unos 40 días.

            Sin embargo, la reproducción asexual o vegetativa es mucho más significativa. La planta genera brotes horizontales, los cuales desarrollan hojas y flores propios. ¡En condiciones óptimas, una población de lirio puede duplicarse en un plazo de 5 a 15 días! La tasa de crecimiento depende de distintos factores tanto bióticos como abióticos, como son la disponibilidad de nutrimentos, la temperatura y la calidad del agua, la densidad de la población vegetal, etc... En los meses fríos el crecimiento disminuye hasta en un 90%.

            Los tapetes formados por el lirio se cubren rápidamente con otras plantas (se constataron hasta 50 especies diferentes). Estos tapetes son muy compactos y considerablemente resistentes.

            Todas estas características explican los grandes cambios ecológicos que el lirio acuático provoca en muy poco tiempo.

Impacto del lirio acuático (1990)

JALISCO                    Chapala                      35,000 hectáreas

                                   Cajititlán                        2,500 hectáreas

                                   La Vega                        2,000 hectáreas

GUANAJUATO                       Yuriria               4,500 hectáreas

                                   uitzeo                4,000 hectáreas

                                   Presa Solis       3,500 hectáreas

                                   Presa Purísima            1,500 hectáreas

                                   Jalpa                    600 hectáreas

MICHOACAN              Presa M. Ocampo        2,500 hectáreas

                                   Presa Malpais      900 hectáreas

ESTADO DE MEXICO           Presa Alzate     1,200 hectáreas

                                   Zumpango           800 hectáreas

                                   Guadalupe           400 hectáreas

HIDALGO                   Presa Endho       550 hectáreas

                                   Presa la Pena      350 hectáreas

                                   Río Tula                           350 hectáreas

                                   Huasca                            500 hectáreas

SINALOA                    Culiacán                       3,000 hectáreas

TABASCO                  Cd. Pemex          900 hectáreas

                                   TOTAL                       65,050 hectáreas

1.6.6.  Conclusión: necesidades de investigación

Es evidente la urgente necesidad de acciones respaldadas en investigaciones científicas serias para

a) evitar la continuación de la contaminación de agua, tierras, plantas, etc. y la consiguiente destrucción de los ecosistemas.

b) revertir dentro de lo posible los daños ya presentes a nivel ecológico, determinar con claridad los problemas de salud en las personas para prevenir y curarlos, etc.

c) lograr el aprovechamiento racional del agua, cada vez más escasa: ¡el agua debe ser considerada como un recurso natural renovable!

Están concernidas múltiples disciplinas:

Biologías: recursos naturales, fauna, flora, ecosistemas; características de plantas y animales nocivos que proliferan en aguas contaminadas; calidad y contaminación de los suelos;

Química: posibilidades de depuración, naturaleza exacta de los contaminantes, posibilidades de neutralización, sustitución de fertilizantes y plaguicidas químicos por naturales;

Ingeniería: eficientización del uso del agua; posibilidades técnicas de depuración; menor contaminación por industrias;

Geologías: posibilidades de eficientización de los recursos hidráulicos en su situación natural; problemas de erosión;

Medicina: enfermedades causadas directa e indirectamente por la contaminación, su prevención y cura; educación preventiva de la población;

Veterinaria: estudio de los efectos de la contaminación en los animales y, por ende, en el consumo de carne, leche, etc.;

Sociología y antropología: estudio de la relación entre pobreza y deterioro ecológico; posibilidades de explotación sustentable de los recursos naturales y sus implicaciones culturales; rescate de sabiduría ancestral sobre el cuidado de recursos naturales.

etc.

Lo ideal, evidentemente, sería un acercamiento pluridisciplinario al problema, ya que por sus diversas facetas requiere de acciones concertadas, previo estudio, que ataquen paralelamente tanto causas, rescate como prevención.

Es importante subrayar que, si bien el problema del deterioro de los ecosistemas y en particular de la contaminación de las aguas residuales es particularmente agudo en Hidalgo y en el Valle del Mezquital, se trata de un problema de proporción nacional cuyo estudio en Hidalgo, a manera de proyecto piloto, sería beneficioso para otras regiones diseminadas por toda la república.

II.   Principales acciones de investigación en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

            La evaluacion institucional 1992-1993 señalo como prioritarias las actividades de investigaci{on realizadas por el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Tierra,  el Centro de Estudios de Poblacion y el Programa de Micologia; quiza por esta razon las principales acciones de investigaci{on de la UAEH se han orientado a investigar los problemas relacionados con los recursos naturales y el medio ambiente, los relacionados con la salud, los problemas sociales del estado, aquellos problemas vinculados con las ciencias de la tierra, la geografia, la cartografia y la antropologia.

            Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados por la casa maxima de estudios del Estado para impulsar la investigacion,  ésta es aún muy pobre si  la comparamos con el cumulo de investigaciónes que se realizan  en el Estado de Puebla, con quien participa en el Sistema de Investigación Regional Ignacio Zaragoza (siza), y cuya primer convocatoria pública presentó investigaciones en comparación con las siguientes 54 presentadas por Hidalgo,  lo que demuestra la necesidad que tiene Hidalgo de desarrollar la investigaci{on cientifica y fomentar el arraigo de los investigadores.

 

II.1.  Principales Áreas donde la UAEH realiza investigaciones.

            Un analisis de los proyectos de investigaci{on registrados en la base de datos Aries de la UNAM, muestra que durante los ultimos años la UAEH ha realizados investigaciones en lo fundamental en las siguientes areas:

1.- Área de Recursos Naturales y Medio Ambiente.

2.- Area de Salud

3.- Area de Sociales y Humanidades

4.- Area Desarrollo Urbano

5.- Area de Ciencias de la Tierra

6.- Area de Geografia y Cartografia

7.- Area de Antropologia

            Para lo cual la UAEH cuenta con la  División de Investigaciones y Posgrado integrada por  cuatro direcciones de área: el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Tierra (IICT) y cinco centros de investigación en las áreas de química, biología, estudios sobre el Estado de Hidalgo, de población, sobre la universidad y el programa de micología.  Para lo cual cuenta con un promedio de 38 investigadores y 13 auxiliares, 5 de los cuales  pertenecían en 1995 al Sistema Nacional de Investigadores. (SNI).

CEPAL, 1991

Gutiérrez Herrera, 1995

CEPAL, 1991; García Vernon, 1992

García Vernon, 1992

Centro Social de Cardonal, 1992

Estudio realizado por el Centro Social de Cardonal en 1990.



Considerando las áreas de investigación desarrolladas por lla UAEH  y los temas de las invesitigaciones (ve{ase anexo 6 y 7) y se observa que en lo fundamental los investigadores hasta hoy continúan en la búsqueda de correctivos a los problemas causados por los “modelos de desarrollo” aplicados en el Estado sin previsión de los efectos nocivos provocados por la tecnificación de la producción agropecuaria o industrial sobre los hombres, los ecosistemas, la tierra y el medio ambiente. y muy pocos trabajan para apoyar la modernización y el crecimiento de la producción;  postergando así la investigación en innovación y desarrollo  tecnológico ligado al crecimiento de la producción y al desarrollo de  los sectores productivos de la economía.

            Se destaca en cambio, el interés de la UAEH por llevar a cabo investigaciones conjuntas con otras universidades, como la de “Lodos Residuales”, realizada en colaboración con las universidades del Estado de México, Tlaxcala y Morelos, así como en la promoción de los resultados de las investigaciones en Foros y Congresos nacionales e internacionales

Por otra parte, como se podrá ver en el anexo 6 , es notorio el esfuerzo que ha realizado  la UAEH  la primera convocatoria del SIZA, publicada en enero de este año;  al presentar un total de 18 proyectos de investigación en casi todas las áreas establecidas por CONACYT  6 áreas; así como el realizado por la delegación del IMSS, que presentó 6 proyectos el de los Servicios Coordinados de Salud Pública, quienes presentarón 5, y el de Universidad Tecnológica de Tulancingo que presentó 4  a pesar de sus pocos meses de vida (véase gráfica 25). 

            Sin embargo a pesar del esfuerzo , queda aún por materializarse en la práctica una de las líneas estratégicas del actual plan de gobierno para impulsar el desarrollo del Estado, la de ligar el quehacer de las instituciones de educación, es especial  la investigación, con las actividades productivas de la economía, para desarrollar la modernización  tecnológica y hacer que las universidades formen  los profesionales que necesitan las empresas.

Es este esfuerzo, es necesario considerar que no solo los centros de educación superior del Estado, están interesados por contribuir a la solución de los problemas de Hidalgo, otros centros universitarios del país se encuentran desarrollando investigaciones conjuntas o individualmente sobre temas de la entidad.

PANORAMA DE INVESTIGACIONES SOBRE EL ESTADO DE HIDALGO



El conteo de los proyectos de investigación arrojados por la base de datos Aries permite una evaluación preliminar de tendencias de los estudios que actualmente se realizan sobre el estado de Hidalgo en diversas instituciones.

III.1 Proyectos sobre el estado de Hidalgo

Como podía esperarse, la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAH) es la que más proyectos registra sobre el estado (47). Le siguen la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con 12, y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) también con 12. El Colegio de Posgraduados (CP) tiene 2 proyectos registrados sobre Hidalgo (ver cuadro 1)





En cuanto a temática llama la atención el énfasis en el estudios de las aguas residuales y la problemática que de ellas se deriva, con 11 proyectos sobre Hidalgo (21 proyectos en general). También en el ámbito de lo ecológico tenemos los recursos faunísticos y florísticos del estado, tema que cuenta con 14 proyectos. Le siguen estudios ecológicos de diversa índole, con 11 proyectos. La geología, con 9 proyectos (en su mayoría de la UAH), también tiene gran importancia. Se registran también 8 proyectos en sociología. Las demás disciplinas están débilmente representadas (medicina 6, demografía 4, historia 3, antropología 1, etc.) (ver cuadro 2).

III.2 Proyectos sobre aguas residuales

El estudio de las aguas residuales del estado de Hidalgo (11 en total) se centra en las temáticas siguientes: contaminación de comestibles 4, suelos 4, purificación (aspectos técnicos) 1, tratamiento biológico 1, determinación de la calidad del agua 1 (ver cuadro 3).



Los proyectos sobre aguas residuales a nivel nacional (21 en total) se reparten de manera similar, con 5 proyectos sobre la contaminación de comestibles, 5 sobre suelos, 3 sobre el tratamiento de aguas en general y 3 sobre tratamiento biológico, así como un proyecto en cada una de las áreas siguientes: edafología, metales pesados, agua potable, análisis del agua, sociología (ver cuadro 4).



En cuanto a instituciones, la UAH tiene 8 proyectos sobre aguas residuales, seguida del IPN con 5, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) con 3, la UNAM con 2, y la Universidad Autónoma de Guanajuato (UAGto), la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATlax) con 1 cada una (ver cuadro 5).

La preocupación por las aguas residuales en Hidalgo es evidente, y subraya la gravedad de este problema en el estado. El IPN, cuya vocación está relacionada con este tipo de temática, también destaca en su estudio del problema. Es de notarse, además, que el único proyecto sociológico relacionado con las aguas residuales está registrado en el IPN . Tres de los 5 proyectos del IPN sobre aguas residuales están ubicados en Hidalgo, así como uno de los 2 de la UNAM.

En general, es de notarse la gran preocupación por cuestiones ecológicas. Paralelamente, es débil la representación de temáticas sociales y humanísticas, a pesar de los problemas de desarrollo y marginación

Percepción y respuesta de campesinos a la contaminación del agua, Atitalaquia, Hgo.



que presenta el estado así como la riqueza cultural que ofrece.

De esto se deducen

a) una fortaleza: el interés y la preocupación que existen dentro y fuera de Hidalgo por la problemática ecológica, en particular las aguas residuales. esta circunstancia, aunada a la gravedad de los problemas ecológicos presentes, haría de Hidalgo un terreno ideal para un esfuerzo pluriinstitucional y pluridisciplinario en la propuesta de soluciones a un problema de alcance nacional;

b) una debilidad: aunque existe una amplia bibliografía sobre Hidalgo en ciencias sociales, su estudio en los últimos años se ha decrecentado notablemente. Sin embargo, sigue habiendo graves problemas cuya solución se vería respaldada por estudios científicos que deben ser alentados y que, en el estado actual de la investigación dentro del estado, no pueden ser resueltos únicamente desde dentro de Hidalgo.


IV.  Conclusiones y recomendaciones


BIBLIOGRAFÍA

LIBROS Y DOCUMENTOS

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  • CEPAL, MÉXICO: DIAGNÓSTICO ECONÓMICO DEL ESTADO DE HIDALGO, CEPAL, Santiago de Chile, 16 de agosto de 1991.
  • YTA Miriam, Bosquejo Diagnóstico de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Región SIZA, CONACYT, Puebla 1994.
  • INEGI, SÍNTESIS GEOGRÁFICA DEL ESTADO DE HIDALGO, INEGI, México 1992.
  • INEGI, Anuario Estadístico del Estado de Hidalgo, INEGI, Edición 1993, Aguascalientes 1993.
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  •    UAEH, Primer Informe de la Administración Universitaria 1994-1998. UAEH, Hidalgo 1994.
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GUTIERREZ HERRERA, Lucino (coord.), 1995 Los distritos de riego del estado de Hidalgo (Valle del Mezquital) En: Fundamentos macroregionales - Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital ,(anexo 4)

HERRERA CABAÑAS, Arturo, 1990 El Valle del Mezquital - Ecosistema: problemas y perspectivas

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REVISTAS

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  • SSA, Boletín de Información Estadística, Sistema Nacional de Salud, México 1978 y 1992

PERIÓDICOS

    • LE SOIR, Bélgica, 17/11/1993
    • EL FINANCIERO, México, 13/3/1996

Volatilidad del Tipo de Cambio en el Perú

El impacto de la Volatilidad del Tipo de Cambio sobre el nivel de Exportaciones Manufactureras en el Perú: 1994 - 2004

Este trabajo de investigación examina el impacto de la volatilidad del tipo de cambio en las exportaciones manufactureras en el Perú. Diversos estudios han demostrado que tal influencia es ambigua y que depende mucho de las características propias de cada país. Observando el comportamiento de las exportaciones manufactureras para un periodo muestral mensual de 1994.01 a 2004.01 se han evidenciado importantes fluctuaciones, mientras que el tipo de cambio real experimentó una marcada depreciación. En este sentido, el objetivo de este trabajo de investigación es intentar una aproximación del impacto de una mayor fluctuación cambiaria sobre las exportaciones utilizando un análisis de cointegración y estimación de un modelo de corrección de errores por medio de las metodologías de Johansen y Engle & Granger. Para ello, se ha construido como medida de aproximación de la incertidumbre del tipo de cambio, una volatilidad histórica y como alternativa se ha modelado una estimación GARCH, por medio de la cual se obtiene una varianza condicional. Los resultados muestran evidencia de una influencia negativa y significativa del tipo de cambio hacia las exportaciones en el largo plazo mientras que para el corto plazo no hay evidencia de una influencia negativa.


Aldo Adamo Otero

aldo_adamo_otero@gmail.com

Mario Silva Arteta

marioalejo77@gmail.com



Esparta y Macondo

Jaime Barcón

Universidad Central de Venezuela

jbarcon@gmail.com


El legislador Licurgo, según nos relata Plutarco, repartió tierras entre los ciudadanos de Esparta de forma tal, que la calidad compensaba con la superficie, quedando todos igualmente satisfechos. Aureliano Buendía, según nos cuenta Gabriel García Márquez en sus “Cien Años de Soledad”, diseñó el legendario Macondo de tal forma que todas las casas, en “calles trazadas con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del calor”, quedasen a la misma distancia del río. Pero, ¿cómo se puede determinar la calidad y cómo se compensa con la superficie de los terrenos?, ¿cómo hacer si la calle es perpendicular al río?

De la histórica Esparta al legendario Macondo mucha agua ha pasado por los ríos, sean éstos perpendiculares a las calles o no. Los estoicos griegos, las revoluciones agrarias acaudilladas por los hermanos Graco en la Roma imperial, los gladiadores de Espartaco, innumerables movimientos igualitarios de índole religioso, tanto cristianos como de otras religiones, Babeuf y sus compañeros de la “conspiración de los iguales” enviados a la guillotina por el Directorio a los pocos años de la Revolución Francesa, son apenas una muestra. Las curiosas analogías entre el teólogo Calvino, igualdad en el pecado, y el filósofo Hobbes, igualdad bajo el tirano; la interesante polémica entre Marx y Bakunin en la Primera Internacional sobre el tema de la igualdad ... todo confirma el indudable atractivo de las propuestas de reparto equitativo, por un lado, y de lo elusivo del concepto y la dificultad de implementarlo, por el otro.

¿Por qué tan elusivo? Todos estaríamos de acuerdo que antibióticos, aparatos de aire acondicionado, botas de montaña, juguetes, sillas de ruedas, no tiene sentido repartirlos a partes iguales entre niños, ancianos, enfermos, esquimales, y excursionistas. Y no tiene sentido porque sencillamente no considera una serie de características individuales y ambientales que hay que tener en cuenta en cualquier situación de asignación o reparto.

Si todos fuésemos exactamente iguales el reparto seria fácil. A partes iguales o mediante loterías que asignasen las mismas probabilidades a cada uno. Es casualmente por la desigualdad que podemos hablar del problema de repartir equitativamente entre individuos diferentes y no seriamos individuos sino hubiese diferencias.


Pero, ¿quién va a tener en cuenta las características individuales relevantes? Aunque admitiéramos que Licurgo y Aureliano pudieran haber repartido razonablemente bien, lo cual en comunidades pequeñas puede hasta suceder, en las complejas sociedades modernas procedimientos informales basados en una figura paternal están descartados. Habría que organizar todo un aparato burocrático en el que sería muy difícil evitar favoritismos de los funcionarios que acabarían corrompiendo todo mecanismo de reparto equitativo que se pretenda. Obsérvese que esto puede ocurrir aunque los funcionarios no hiciesen las asignaciones directamente (éstas podrían hacerse en forma automática) sino que simplemente se limitasen a informar sobre las características (necesidades, habilidades, etc.) de los individuos que se consideren relevantes para efectos del reparto. Si son los mismos individuos los que suministran la información, estos tendrán un incentivo estratégico para sobreestimar sus necesidades y subestimar ciertas habilidades que se requieren para trabajos considerados no placenteros. Lo que estamos buscando es un criterio de reparto que sea equitativo y que elimine en lo posible la discrecionalidad de funcionarios públicos potencialmente corrompibles, al tiempo que incentive a los individuos a no manipular la información revelante. Para lo cual hay que ponerse de acuerdo en que entendemos por un reparto equitativo y diseñar un mecanismo, que sin la ambigüedad de apreciaciones personales no cuantificables, nos determine una solución de reparto en cada situación que pueda presentarse dentro de un conjunto lo más amplio posible con respecto al número de participantes y de los bienes servicios y tareas a repartir o asignar.

Analicemos por ejemplo el criterio: “A cada uno, según sus necesidades”. La pregunta que surge de inmediato es: ¿Cómo se determina lo que necesita cada uno? Para eso hace falta saber “cuanto se necesita”, y si el objeto o artículo se puede dividir o separar, hay que establecer la correspondencia entre las distintas cantidades en las unidades físicas apropiadas y el grado en que las necesidades son satisfechas, que en general variarán con cada individuo. El satisfacer una necesidad proporciona bienestar, o según el caso, evita malestar. Naturalmente que las necesidades pueden ser satisfechas parcialmente originando distintos grados de bienestar. Ahora bien, ¿puede éste ser medido? Sí, se puede.

Para comprender como algo tan subjetivo, como es el nivel de bienestar personal, puede ser medido, es conveniente utilizar una analogía con la interpretación personal-subjetiva de la probabilidad. Esta interpretación, cuyos abanderados en los últimos años han sido Savage (1962) y De Finetti (1972), pero cuyos orígenes pueden trazarse a Jacobo Bernoulli (1713) en su Arte de las Conjeturas, considera a la probabilidad como una medida del grado de convencimiento personal de que un evento vaya a ocurrir. A la imposibilidad de que ocurra se le asigna el número cero y a la certeza el número uno. Si alguien considera que es casi seguro que algo va a ocurrir le asignará un numero cercano a la unidad, y si lo considera casi imposible el numero asignado será cercano al cero. Los distintos grados de convencimiento siempre encontraran representación en algún número real del intervalo cero-uno que medirá la intensidad del convencimiento. Naturalmente que estas asignaciones deben cumplir con los supuestos de la Teoría de la Probabilidad.


La medida del grado de bienestar, o felicidad, que alguien estima alcanzará en una situación dada puede hacerse mediante la Teoría de la Utilidad. Esta teoría fue desarrollada por von Neumann y Morgenstern (1944) para su Teoría de Juegos con el objeto de evaluar la deseabilidad de posibles escenarios, y puede aplicarse a cualquier situación que requiera de la evaluación que un individuo haga de un objeto, consecuencia, escenario, etc.

Para efectuar la evaluación se proponen al evaluador dos opciones. La primera es la obtención cierta de lo evaluado. La segunda es una lotería en la cual hay una cierta probabilidad de obtener un objeto más valioso (“ganar”) y la probabilidad complementaria de obtener uno menos valioso (“perder”). Los objetos más y menos valiosos, con respecto al objeto evaluado son de referencia y tendrán que ser determinados en cada caso. Se les asigna arbitrariamente los valores de uno y cero respectivamente. Dado que la deseabilidad del objeto evaluado está entre las dos de referencia tendrá un valor entre cero y uno. La probabilidad de “ganar” en la lotería que haga indiferente las dos opciones es la evaluación buscada. Naturalmente que cuanto mayor sea la deseabilidad de lo evaluado, más cercano a la unidad será su evaluación.

Los axiomas que permiten el desarrollo de la Teoría de la Utilidad están basados en la relación de “preferencia”, entre opciones que incluyen loterías. La interpretación de los índices de utilidad, que la teoría permite determinar, es controversial, habiendo sostenido algunos autores, en contra de lo explícitamente afirmado por los mismos von Neumann y Morgenstern (vN-M), que reflejan una supuesta actitud frente a los “riesgos”. Otros autores, como Harsanyi (1955) y Vickrey (1960) sostienen que los índices de utilidad de vN-M también pueden ser interpretados como una medida del grado de preferencia, o deseabilidad, por las posibles consecuencias. Al término ”preferencia” no es necesario asignarle ninguna connotación hedonística del tipo “velada en la opera”. En efecto: si alguien en un momento dado manifiesta que prefiere un vaso de agua a un emparedado, y no existe motivación estratégica para ocultar preferencias, no parece un atentado contra el sentido común el concluir que ese alguien, en ese momento, está mas sediento que hambriento, esto es, que necesita más un vaso de agua.

Si algo sirve para satisfacer una necesidad humana, ese algo tiene valor de uso y es la Teoría de la Utilidad la que nos permite cuantificar ese valor. La importancia de lo anterior no puede ser subestimada pues fue la carencia de un procedimiento para medir el valor de uso lo que lleva a un callejón sin salida todos los esfuerzos por encontrar el precio justo. Y quien habla de precios, habla de sueldos, impuestos, transferencias, servicios sociales y de políticas económicas en general.

Tampoco las teorías derivadas de igualar el precio con el valor de cambio o teorías del valor-trabajo pueden avanzar en la solución del problema del reparto equitativo. En primer lugar porque no era su intención; en todo caso lo que pretendían era proponer una teoría para el análisis económico y en algunos casos poner de manifiesto la injusta distribución de la riqueza. En segundo lugar porque el valor nunca es igual al precio si hay intercambio (Cínico: “El que conoce el precio de todo y el valor de nada”). Si alguien compra algo por un cierto precio es que lo prefiere al dinero que paga por él, es decir para él tiene más valor y mutatis mutandi en el caso del vendedor. Se ha generado una plusvalía y el problema del justiprecio seria el de repartir equitativamente la plusvalía generada.

Los economistas de la última parte del siglo XIX vuelven a poner en el tapete la importancia de disponer de una teoría de la utilidad para analizar los problemas de economía política. Pocos años más tarde surge la controversia sobre si la medida de la utilidad que se necesita es ordinal o cardinal. Una medida ordinal (de orden) solo nos proporciona información acerca de si una magnitud es mayor o menor que otra pero no nos dice por cuanto, lo que sí hace una medida cardinal. El tipo de medida adecuado lo determina el problema que se quiere resolver. Gracias al ingenio desplegado por los economistas matemáticos de las ultimas décadas es posible demostrar la existencia de un conjunto de precios de equilibrio suponiendo únicamente la medida ordinal de la utilidad. Pero es imposible resolver problemas de reparto equitativo, como los que nos ocupan aquí, sin apelar a la utilidad cardinal. Con la Teoría de Juegos, no sólo tenemos una teoría que nos especifica los supuestos necesarios para la existencia de funciones de utilidad (de ahora en adelante la utilidad será cardinal en este trabajo) sino que la misma teoría permite instrumentar su obtención abriendo el camino para las aplicaciones.

Naturalmente que al obtener funciones de utilidad basándose en información suministrada por individuos, sobre sus preferencias personales, se presentan situaciones aparentemente paradójicas. Las preferencias deben ser coherentes, cumpliendo con los axiomas de la Teoría de la Utilidad, y bien informadas. Hay que eliminar las hetero-orientadas, tanto benevo como malevolentes y otras condiciones que pueden verse en Harsanyi (1993).

Otro escollo que necesita salvarse es el de las “comparaciones interpersonales de utilidad”. Naturalmente que para repartir de acuerdo a las necesidades vamos a necesitar un procedimiento que nos permita comparar las necesidades, o si se quiere la urgencia e intensidad de las mismas, sentidas por diferentes individuos. Utilizando funciones de utilidad calibramos estas necesidades relativas a un solo individuo. Pero recordemos que se fijaban los escenarios de referencia, evaluados en uno y cero, para proceder. En situaciones de decisión individual bajo incertidumbre, para lo cual también se aplica la Teoría de la Utilidad, estos escenarios de referencia son arbitrarios. En situaciones de reparto tendremos que fijarlos en forma adecuada, que en general ya no será arbitraria, para cada caso particular. Con respecto a este problema, que pueda resultar difícil de resolver por los juicios de valor que envuelve, véase a Harsanyi (1955 y 1977-Sección 4.10) en el contexto de funciones de Bienestar Social y a Rapoport (1974).

Supongamos ahora que ya estamos en condiciones de evaluar y comparar las necesidades y que queremos repartir de acuerdo a las mismas. Pero, ¿qué entendemos por “de acuerdo a”? Vamos a necesitar un criterio de reparto equitativo o lo que es prácticamente lo mismo un criterio de justicia que nos permita seleccionar una asignación o reparto que sea el mejor de entre todos los posibles. Como ya se dijo antes el criterio debe ser preciso, transparente, factible de ejecutar y sobre todo que reduzca en lo posible la discrecionalidad de funcionarios potencialmente corrompibles y las manipulaciones individuales del mecanismo. Entre los que han recibido atención últimamente, y que cumplen los requisitos, tenemos:

i) La moderna versión utilitaria de Harsanyi (1988) que propone maximizar la suma de las “utilidades” individuales (multiplicadas, quizás, por coeficientes de ponderación). Esa suma vendría a constituir una función de bienestar social.

ii) El Maximín de Rawls (1971) en su Teoría de Justicia que maximiza el bienestar, medido en “útiles”, del individuo con bienestar mínimo.

iii) La solución propuesta por Nash (1950) para juegos cooperativos que consiste en maximizar el producto de las utilidades individuales.

Otra solución interesante que se ha propuesto es la de Gauthier (1986) que él llama el Principio de la Concesión Relativa Mínimax, esto es, la que minimiza la concesión relativa máxima. La demostración de que existe y es única se basa en un teorema demostrado por Kalay y Smorodinsky (1975).

Los casos de reparto que se analizan a continuación permitirán fijar ideas acerca del alcance de los criterios enunciados en situaciones límites. Además nos servirán para comparar sus méritos relativos y sacar algunas conclusiones.

El juguete y los mellizos

Supongamos que dos mellizos idénticos quieren un juguete que no puede ser compartido. Supongamos también que no hay elementos de juicio que nos permitan establecer si alguno de los mellizos lo “necesita” o lo “merece” más que el otro. Tampoco hay otros juguetes o transaciones disponibles que permitan algún tipo de compensación. En estas circunstancias la situación de “máxima felicidad” a la que asignaremos un índice de utilidad de 1.00, corresponde a “poseer el juguete”. A no poseerlo le corresponderá la utilidad de 0.00, de forma que la utilidad de cualquier lotería será la de la probabilidad que asigne a poseer el juguete. Las “estrategias puras de reparto” son tres: Asignarlo al mellizo 1, al mellizo 2, o no asignarlo. Las aleatorias o mixtas son todas las loterías posibles entre las estrategias mixtas.

A esta altura es conveniente recurrir al llamado óptimo de Pareto que descarta alternativas en las que se puede mejorar la situación de algún individuo sin disminuir las de los demás. En nuestro caso esto nos permite descartar la alternativa “no asignar el juguete”. Pero Pareto no puede llegar más lejos pues no sirve para seleccionar una alternativa entre las que quedan factibles, que en general son muy numerosas, y por eso su utilidad es muy limitada para el problema de reparto que aquí nos ocupa. Obsérvese que lo que aquí sí necesitamos es la suposición de Harsanyi de no malevolencia o envidia de los mellizos. En la práctica esto se logra si se explica bien el criterio de reparto, hay consenso previo de los mellizos tanto del criterio, como del mecanismo de aleatorización o instrumentación de la lotería.

Pues bien, los criterios de Rawls y de Nash no tienen dificultad en concluir que la lotería equiprobable, echarlo a cara o cruz, es la solución, lo que en este caso podría haberse anticipado sin necesidad de tantas consideraciones. El de Rawls porque maximiza el mínimo, que es de 0,5 útiles para cada mellizo. El de Nash porque maximiza el producto de las utilidades que es de 0,25 (0,5 por 0,5) útiles. El criterio de Harsanyi no resuelve el problema, pues cualquier lotería o asignación arbitraria a cualquier mellizo (no hace falta mucha imaginación para anticipar como se sentirá el otro mellizo) resulta un máximo de la suma que siempre será igual a la unidad.

Un caso de vida o muerte

Podría alegarse que la “extrema simetría”, valga la expresión, del caso anterior conspira contra el criterio utilitario a favor del Maximín produciendo la indeterminación que encontramos. Para compensar vamos a plantear un caso “radicalmente asimétrico” que ha sido propuesto por el mismo Harsanyi (1975) en su crítica a la Teoría de Justicia de Rawls:

“Consideremos una sociedad compuesta por un medico y dos pacientes, ambos críticamente enfermos con neumonía. Su única posibilidad de recuperación es mediante el tratamiento con un antibiótico, pero la cantidad disponible solo alcanza para el tratamiento de uno de los pacientes. De éstos, el individuo A es básicamente una persona saludable, aparte de su presente ataque de neumonía. El individuo B padece de un cáncer terminal, pero aún así, el antibiótico podría prolongar su vida varios meses. ¿A qué paciente debería ser suministrado el antibiótico?”.

Naturalmente que en este caso, el criterio utilitario no tiene dificultades en asignar el antibiótico al individuo A, ya que la utilidad “marginal” del antibiótico para el B es razonable suponerla mucho menor que para A, reconociendo que el médico está haciendo una comparación interpersonal de utilidad.

Para analizar este ejemplo a la luz del criterio Maximín, vamos a distinguir entre la posición ”anterior” al reparo y la “posterior”. Es claro que cualquier repartición debe tener en cuenta, no sólo la posición anterior sino también la posterior de los individuos, puesto que el objeto del reparto puede tener una gran utilidad relativa a la posición anterior. En el ejemplo vemos que si la dosis de antibiótico es asignada a B, entonces es A el que queda en peores condiciones. Por lo tanto la solución no es estrictamente Maximín.

Tenemos entonces que recurrir a un reparto aleatorio, es decir, a una lotería en donde la utilidad que asignen los pacientes a los distintos escenarios va a tener que tomarse en cuenta. La solución que puede obtenerse por Programación Lineal, véase Barcón (1993), asigna a cada paciente la misma utilidad esperada. Pero hay algo perverso en esta solución, que es lo que estaba buscando Harsanyi al proponer el ejemplo, que consiste en que da una probabilidad mucho mayor de obtener el antibiótico al enfermo de cáncer terminal. Más aún, de ser conocido a priori que el médico se propone aplicar el criterio Maximín entonces el paciente con cáncer, el B, tiene un incentivo estratégico de subestimar la utilidad para él del antibiótico, lo que incrementaría la probabilidad de obtenerlo.

Sería difícil defender la bondad de este reparto ante críticas como la Harsanyi. Pero este enfoque no considera todos los elementos que propone Rawls en su Teoría de Justicia. En particular la posición “original” amerita ser considerada.

La posición original

En el ejemplo propuesto por Harsanyi, ¿Cuál podría considerarse como la posición original? Para Rawls es aquella en que ninguno de los integrantes de una sociedad sabe que posición le tocará ocupar en definitiva. Esta condición puede interpretarse como la existencia de equiprobabilidad con respecto a las posiciones definitivas a ocupar. Otros autores se refieren a ella como posiciones “ bajo el velo de la ignorancia”. En el ejemplo esto equivale a suponer que cada paciente tiene el 50% de probabilidades de ser el que padece de cáncer y estar en condiciones similares con respecto a edad, etc.

Pasemos ahora a comparar la solución utilitaria, asignar el antibiótico al paciente que no padece de cáncer, con el criterio Maximín, incorporando las consideraciones de Rawls sobre la posición original, es decir, suponiendo que no se conoce cual de los pacientes padece de cáncer, pero que en otros aspectos (edad, responsabilidades familiares, etc) están en condiciones similares. En este caso los escenarios posibles para ambos pacientes son tres:

1) Vida saludable superando la neumonía mediante el antibiótico.

2) Unos meses de vida y muerte por cáncer.

3) Muerte por neumonía en pocos días.

Si asignamos al mejor escenario --el 1)-- la utilidad de 1,00 y al peor –el 3)— la utilidad de 0,00 quedaría por determinar la utilidad del 2) que puede variar con cada individuo. Sin embargo, es de suponer que el fuerte atractivo de una vida saludable, por un lado, y el muy escaso del escenario 2), ocasionaría una evaluación muy baja de éste último, mucho menor que 0,5 útiles en cualquier caso, si exceptuamos suicidas potenciales.

Aceptando el análisis anterior resulta que la estrategia Maximín del médico es la de asignar el antibiótico al paciente que no padece de cáncer que resulta en una utilidad de 0,5 para cada paciente y que coincide con el criterio utilitario. Obsérvese que la utilidad de 0,5 se corresponde a la probabilidad de padecer de cáncer, en la posición original. Lo que sucede en este caso es que la lotería, una que nadie quiere ganar, la ha jugado la naturaleza en lugar del médico. Si ambos pacientes padecieran de neumonía, pero no de cáncer, sería el médico el que tendría que echarlo a suertes pues estaríamos en una situación similar, aunque mucha más dramática, a la de El juguete y los mellizos, estudiada anteriormente. Obsérvese también que las soluciones de Harsanyi y Rawls coinciden con la de Nash que requiere maximizar el producto de las utilidades.

De lo anterior se desprende, que en este tipo de problema es necesario prever las distintas situaciones (o “posiciones” en la terminología de Rawls) que pueden presentarse. Estas posiciones, corresponderán generalmente a distintos niveles de información; será necesario asignar probabilidades, de acuerdo con la información disponible, a los posibles eventos. Luego habrá que acordar, que posición puede tomarse como la posición original y cuando es razonable aplicar el criterio Maximín. Para Rawls los criterios de justicia deben acordarse “bajo el velo de la ignorancia” es decir, que los integrantes de una sociedad no deben saber (“ignorancia”) que puesto les tocará ocupar en definitiva.

Por otra parte, la solución Maximín encontrada, resulta ser Pareto superior (beneficia a ambos individuos en este caso) con respecto a la que sugiere la interpretación de Harsanyi del criterio Maximin. El hecho de que este reparto sea “mejor” simultáneamente para ambos individuos, no es paradójico si se enfoca bajo el siguiente punto de vista: el “precio” que paga por el antibiótico el paciente que no padece de cáncer, es el del antibiótico del que no va a disponer si lo padece. Dado que el valor de uso de ese antibiótico asignado es de 1.0 útiles y el valor de uso del no asignado es mucho menor debido al cáncer terminal, el precio pagado es menor que el valor recibido en ambos casos, es decir la plusvalía, diferencia entre el valor de uso y el precio (valor de cambio), ha sido repartida equitativamente, aunque no es necesariamente igual para ambos pacientes porque dependerá de sus características personales.

¿Y si la calle es perpendicular al río?

En los dos casos estudiados los objetos a repartir eran indivisibles lo que obligaba a recurrir a loterías. Pasemos ahora a analizar un caso en que el objeto del reparto esté compuesto por una “cesta de bienes” perfectamente divisibles (¿pan y agua?, ¿carne y vegetales?) o de algo con características que puedan variar en forma continua. Este sería el caso si quisiéramos repartir lotes de terreno que únicamente se diferenciaran en “superficie” y “distancia al río”.

Entonces supongamos que tenemos dos individuos, “1” y “2”, entre los que queremos repartir una cantidad limitada de dos bienes, “X” e “Y”, perfectamente divisibles. Sin perdida de generalidad asumimos 10 unidades de X y 10 de Y. Supongamos también que no hay posibilidad de intercambio con terceros (no hay “mercado”); que sus preferencias con respecto a la cantidad de cada bien son monótono crecientes (cuanto más mejor, es decir, son “bienes” y no “males”) y que no resultan saciados con las cantidades disponibles. Si un atributo relevante fuese “distancia al río”, habría que modificarlo a “cercanía al río” y medirlo como el complemento a una longitud de referencia – equivalente a 10 unidades- que no fuera menor a la máxima distancia posible. Para esto, determinamos las funciones de utilidad vN-M por el procedimiento usual de obtener puntos de indiferencia entre loterías y opciones de referencia, ajustando los resultados por el método de los mínimos cuadrados, usual en estadística, suponiendo aquí, U(0,0)=0 y U(10,10)=10, donde U es la función de utilidad de las variables X e Y.

Como ilustración vamos a dar algunos resultados obtenidos asumiendo funciones de utilidad del tipo

siendo Xi(Yi) la cantidad de “X”(“Y”) que se asigna a “i”.

Este tipo de función, similar a la Cobb-Douglas que se asume frecuentemente como función de producción, se ha elegido porque además de satisfacer los supuestos enunciados anteriormente, tiene derivadas parciales en X e Y que son monótono decrecientes, lo que corresponde a la suposición usual en economía de “utilidades marginales decrecientes” y a la de “concavidad” en la Teoría de la Utilidad (se supone que U(5,5) es mayor que la utilidad de una lotería equiprobable entre todo o nada – a lo que algunos llamarían – pero no nosotros, vade retro, “actitud riesgo evadiente”).

Obsérvese también que si ai > bi esto se puede interpretar como que “i” es X-buscante con respecto a Y. Si estamos en Macondo y X es “cercanía al río” puede ser que “i” cojea y por lo tanto necesita tener el río cerca. Si ai=bi, esto podría interpretarse como “neutralidad” con respecto a X e Y. Los valores de la tabla han sido obtenidos por los métodos usuales del cálculo. Cada fila representa un reparto de los bienes X y Y para distintos valores de a y b y criterios de reparto. En la función de utilidad considerada suponemos c=0,6.

La columna # es el numero de identificación del caso considerado. Las columnas a1 y b1, indican los valores de los parámetros de la función de utilidad del individuo “1”; lo mismo las columnas a2 y b2 para el individuo “2”. X1 es la cantidad del bien X que le toca a “1”. A “2” siempre le tocara X2=10-X y por falta de espacio no se indica en la tabla. Lo mismo ocurre con Y1. U1 y U2 son las evaluaciones en útiles del resultado del reparto que obtienen los individuos. La ultima columna es el criterio aplicado: U por utilitario, M por Maximín y N por Nash. El de Gauthier daría igual que el Maximín en todos estos casos.

Tabla de Comparación de Resultados

# a1 b1 a2 b2 X1 Y1 U1 U2 Criterio Aplicado

1. .20 .20 .20 .20 5.000 5.000 7.5786 7.5786 U,M,N

2. .30 .10 .30 .10 5.000 5.000 7.5786 7.5786 U,M,N

3. .30 .10 .10 .30 7.500 2.500 7.9857 7.9857 U,M,N

4. .30 .10 .20 .20 6.005 3.338 7.6896 7.6741 U

5. .30 .10 .20 .20 5.992 3.326 7.6818 7.6818 M

6. .30 .10 .20 .20 6.000 3.333 7.6866 7.6770 N

7. .30 .10 .10* .30* 6.005 3.338 7.6896 8.0769 U*

8. .30 .10 .10* .30* 5.992 3.326 7.6818 8.0837 M*

9. .30 .10 .10* .30* 6.000 3.333 7.6866 8.0794 N*

*significa preferencias estratégicamente encubiertas.

En la tabla podemos observar (#1 y #2) que si ambos individuos tienen la misma función de utilidad el reparto es a partes iguales, como era de esperar, independientemente del criterio aplicado. Si las necesidades difieren, pero son simétricas (#3), “1” es X-buscante y “2” Y-buscante, todos los criterios están de acuerdo en asignar en concierto con las preferencias o necesidades. Obsérvese que a1/b1=b2/a2=X1/Y1=Y2/X2. en #4, 5 y 6 no tenemos ni gustos iguales ni simétricos; los criterios estudiados obtienen distintos repartos aunque notablemente próximos. Otra vez la solución Nash nos aparece entre la Maximín y la Utilitaria. Los #7, 8 y 9 ponen de relieve un problema que puede ser mucho más importante que las pequeñas, o inexistentes, diferencias en los resultados obtenidos por los criterios estudiados: Motivaciones estratégicas para ocultar las “verdaderas” preferencias (o necesidades, habilidades,…). En efecto, los resultados de la tabla han sido calculados como si el individuo “2” hubiese revelado a=b=20, en lugar de a=10, b=30. obsérvese la perdida de eficiencia (U1+U2) y equidad ( ) con respecto a#3 para los tres criterios. El individuo “2” gana 0,0912 útiles a costa del “1” que pierde 0,2961 útiles. Esto a su vez motiva a “1” a manipular sus preferencias, y así ad infinitum. Caemos en las situaciones planteadas por vN-M en su Teoría de Juegos, no suma cero en este caso, por una parte, y en el conocido Dilema del Prisionero pues ambos individuos acabarán en peor situación que si hubiesen revelado sus verdaderas preferencias. Sobre el bien conocido Dilema del Prisionero, ver por ejemplo Luce y Raiffa (1957). Por lo tanto en el diseño de mecanismos de asignación o reparto estas consideraciones habrá que tenerlas en cuenta. Incentivos para revelar verdaderas preferencias, que pueden requerir de loterías, pueden verse en Green y Laffont (1979).

Volvamos a la tabla: ¿Qué es lo que nos están diciendo estos números? Que para efectos prácticos los criterios Utilitario, Maximín, y Nash son equivalentes. Comparemos por ejemplo las filas #4 y #5 de la tabla. En notación de punto flotante (el punto decimal a la izquierda del primer digito significativo) las diferencias son del orden de milésimas. Si son raciones de pan lo que se reparte, serian 600 gramos contra 599, la diferencia entre los criterios Utilitario y Maximín. Si es la asignación de una casa o un costoso procedimiento médico, por ejemplo un transplante para individuos en condiciones similares, la diferencia sería de 769 fichas ganadoras, versus 768 en una urna con mil fichas. Si son impuestos para un cierto nivel de ingreso o de patrimonio, serian 3.34 % versus 3.33 %.

Conclusiones

¿Hacia dónde “apuntan” los resultados obtenidos? Desde luego que no contradicen a los “utilitarios que al final del siglo XIX ya habían percibido que su doctrina conduciría a una distribución igualitaria de utilidades individuales” (Phelps, 1973, p. 22). Pero no hay que sorprenderse porque las ideas utilitarias habían comenzado con fuertes raíces igualitarias. Los argumentos de Hobbes (1651, 1971 p.183), “las diferencias entre los hombres no son tan grandes y siempre pueden ser compensadas mediante triquiñuelas de los más débiles o coaliciones contra los más fuertes”, y de Adam Smith (1776, 1970, p. 120), “las diferencias son más la consecuencia que la causa de la división del trabajo”, son significativas en ese sentido.

La similitud de los resultados obtenidos para los criterios Maximin y Utilitario nos permite también sospechar que la normativa “De cada cual de acuerdo a sus aptitudes, a cada cual de acuerdo con sus necesidades” no está tan lejos del lema “From each as they choose, to each as they are chosen”, Nozick, 1974, p.160, (“De cada cual como los demás escojan, a cada cual como ellos sean escogidos”) como en un principio pudiera parecer. Y así como es difícil traducir al español “choice”, también lo es traducir al inglés “reparto”.

Para los economistas liberales el problema de la distribución del ingreso y de las actividades entre la población había que analizarlo bajo la perspectiva de la contribución de los individuos en factores de producción, siendo los importantes el capital y el trabajo, pues la contribución del recurso natural era permanentemente subestimada. La “mano invisible del mercado”, de capitales, de trabajo, de bienes y servicios, se encarga de lo demás, minimizando las intervenciones del estado, y sus funcionarios, en la vida privada de los ciudadanos, lo cual, es indudable que tiene gran atractivo. Hay que reconocer que en el denominado Primer Mundo, la economía de mercado funciona bastante bien, siempre con correcciones ineludibles que se logran a base de impuestos, transferencias a los más necesitados, etc. Además ha ocurrido algo, que nunca hubiesen sospechado los socialistas del siglo XIX: la coalición entre los propietarios del capital y grandes sectores de los trabajadores como quedó de manifiesto en el apoyo de los sindicatos norteamericanos a la guerra de Vietnam.

Pero la situación es muy diferente en el Tercer Mundo, y curiosamente no por culpa del tan satanizado mercado, sino por la falta del mismo en el mercado más importante de todos, el del trabajo. En este mercado no existe demanda del trabajo de grandes sectores de la población, es decir que quedan marginados o excluidos del mecanismo del mercado y por lo tanto de los demás. Se pueden buscar causas en una muy injusta división histórica del trabajo, y de las actividades, a nivel internacional; en que las formas de producción son cada más capital intensivas necesitando por lo tanto menos mano de obra y en muchas otras.

Si al conflicto entre el mundo desarrollado y el Tercer Mundo, que se ha puesto de relieve con gran intensidad al comenzar el s. XXI, agregamos la escasez cada vez mayor de recursos naturales, que se habían supuesto prácticamente inagotables en el s. XIX, la búsqueda de mecanismos alternativos al del mercado, sin excluirlo en situaciones en que funcione relativamente bien, se hace ineludible.

Siendo cada vez más evidente que los problemas actuales no son tanto debidos a la relativa abundancia o escasez del producto social sino a su reparto entre la población, los resultados de los casos analizados en este trabajo apuntan a que el problema no está tanto en los criterios sino en su instrumentación. En este sentido parece que el criterio Maximín sería más fácil de instrumentar que el utilitario o el de Nash, pues no requeriría de la obtención siempre engorrosa de las funciones de utilidad, aunque estas podrían inferirse, al menos aproximadamente de los comportamientos individuales.

Para efectos operacionales tendríamos que ponernos de acuerdo en como interpretar los términos de “aptitudes” y “necesidades”. Si tiene sentido conectarlos por la vía de las “preferencias” individuales con los índices de “utilidad” entonces se puede abrir el camino para el empleo de procedimientos que son lugar común en lo que entendemos por Investigación de Operaciones (“o si uno prefiere, sin cambio de significado, Ingeniería Social”, Bruno de Finetti, 1974, p. 338) en problemas hasta hace poco reservados al campo de la Filosofía y de la Economía Política.

NOTA BIBLIOGRÁFICA

El lector interesado en los temas tratados en este artículo puede consultar a Lakoff (1964), “Equality in Political Philosophy”. Las diferencias entre Marx y Bakunin a que se hacen referencia pueden documentarse en Padover (1973), “On the firt International” (Vol. 3 de “The Karl Marx Library”). Un interesante análisis de la posición de Marx sobre el tema de la igualdad se puede encontrar en Arun Bose (1980), “Marx on Explotion and Inequality” especialmente en las paginas 153 a 173. Véase también en la “Crítica del Programa de Gotha” sus comentarios, críticos por supuesto, sobre “el derecho igual”.El lector interesado en los principios que sustentan la Teoría de la Utilidad y la forma, de obtener índices y funciones de utilidad puede consultar a Harsanyi (1955,1988), Raiffa (1968), Lindley (1971) Luce y Raiffa (1957), Keeney y Raiffa (1976), Shubik (1984) y Barcón (1981). Una versión previa de este trabajo fue publicado en Ética y Política en la Decisión Pública, Angria Ediciones, Caracas, 1993.

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