La teoría del consumidor nos explica que el consumo óptimo se logra cuando el consumidor elige una canasta o una combinación de bienes y servicios que maximiza su utilidad o bienestar dado un ingreso o restricción presupuestal. En términos gráficos, el consumo óptimo se presenta cuando la recta de la restricción presupuestal es tangente a una de las curvas de indiferencia.
Sin embargo, al no conocerse las curvas de indiferencia al detalle, un análisis gráfico solamente nos daría las alternativas que tendría una persona para que logre su objetivo que es la de maximizar su utilidad dada su restricción presupuestal.
En la figura1 Nº 1 tenemos el caso en que el consumidor tiene a su disposición dos bienes, el bien “X” y el bien “Y”. Cuando el precio del bien “X” disminuye, se le presentan tres alternativas de consumo.
El punto “1” es la condición inicial consumidor. Sea la siguiente ecuación de la restricción presupuestal:
I = X.Px+Y.Py
despejando “Y”, tenemos que:
Y = ( I/ Px) - ( Px/Py).X
Si el precio del bien “X” disminuye a “Px*”, tenemos la siguiente ecuación:
Y = ( I/ Px) - ( Px*/Py).X
donde
(Px*/Py) < (Px/Py)
Cuando el precio del bien “X” disminuye, el precio relativo del bien “X” respecto al bien “Y” también disminuye. Este nuevo precio relativo se interpreta de la siguiente forma: el precio del bien “X” se hace menor respecto el bien “Y”, sin embargo, el bien “Y” se hace más caro respecto al bien “X”.
Analizando la figura Nº 1, el punto “1” es el inicial y cuando disminuye el precio del bien “X”, el consumidor puede escoger otra canasta donde maximiza su utilidad.
Supongamos que escoge como canasta óptima el punto “2”. (ver figura Nº 2)
El punto “2” se caracteriza porque el consumo del bien “X” y del bien “Y” aumenta. Esto significa que el consumo de ambos bienes se complementan, es decir, cuando disminuye el precio del bien “X”, aumenta el consumo de este bien y también se incrementa el consumo del otro bien que conforma la canasta de consumo.
Al mantenerse constante el ingreso nominal “I”, entonces este ingreso se redistribuye entre los bienes de la canasta. Al disminuir el precio del bien “X”, se origina un ahorro que se orienta al consumo del bien “Y”.
Si el consumidor mantiene el consumo de “X”, se forma un excedente que podría ser orientado en su totalidad al consumo del bien Y, pero éste no es el caso del punto “2” de la Figura Nº 2. El consumo del bien “X” aumenta al hacerse más barato, pero este aumento del consumo multiplicado por el nuevo precio, da un valor menor que el gasto anterior en este bien. Esta diferencia o ahorro, se orienta al consumo adicional del bien “Y”. En otras palabras, si bien es cierto que el consumo del bien “X” aumenta, el gasto en éste será menor al anterior (con el precio inicial) lo que permitirá al consumidor aumentar el consumo del otro bien, es decir, del bien “Y”.
Este es un caso de transferencia del consumo del bien “X” al bien “Y”, lo que significa que ambos bienes se complementan en el consumo. El consumidor consume más de ambos bienes pero el gasto marginal en el bien “Y” es mayor que en el bien “X”.
Si volvemos a la figura Nº 1 y observamos el punto el punto “3”, el consumo del bien “X” aumenta pero no así el del bien “Y”, lo que significa que el gasto en el bien “Y” y en el bien “X” se mantienen iguales. Al no aumentar el gasto en el bien “Y” se deduce que el gasto en el bien “X” tampoco cambia, dado que el ingreso nominal se mantiene constante.
En el caso del punto “4” de la misma figura, el consumo del bien “X” aumenta pero el del bien “Y” disminuye. Aún disminuyendo el precio del bien “X”, el gasto en este bien aumenta ya que el gasto en el bien “Y” disminuye. Ambos bienes se sustituyen en el consumo cuando varía el precio relativo. En este caso, el consumidor orienta el ahorro obtenido en la disminución del precio del bien X al mismo bienY”.
En el caso del punto “2” de la Figura Nº 1, el efecto variación del precio1 no es tan fuerte como en el caso del punto “4” de la misma figura. En el primer caso, el bien “Y”, dadas sus características, influye para que el consumidor decida menos en el bien “X”. En cambio, en el caso del punto “4”, el bien “Y” influye para que se gaste más en el bien “X”.
Entonces se desprende de este análisis que el bien “Y” influye si el consumidor gasta más o menos en el bien “X” cuando el precio de éste varía. El aumento del consumo del bien “X” se puede deber entonces a dos efectos: el primero, el efecto variación del precio, y el segundo, la influencia del bien “Y” en el bien “X”, es decir, como se relaciona con el bien “X”.
El primero efecto se relaciona a como reacciona el consumidor cuando el bien se hace más barato. El segundo efecto se relaciona con la influencia que tiene el bien “Y” en el consumo del bien X, es decir, en la concepción que tiene el consumidor sobre el bien “Y” y su importancia respecto a la variación que pudiera darse en el consumo del bien “X”.
En el caso del punto “2”, el bien “X” tendrá una demanda rígida porque cuando disminuye su precio, consumirá más del bien “Y”; en cambio, en el caso del punto “4”, la demanda del bien “X” es flexible porque cuando disminuye el precio del bien “X”, disminuye el consumo del bien “Y”.
El Enfoque de las Ventas
Todo consumo y gasto de los consumidores es un ingreso para las empresas. Asumiendo que la figura Nº 1 representa las elecciones óptimas de un grupo de consumidores representativos, podemos analizar como variarían las ventas de un conjunto de empresas que venden bienes homogéneos.
Cuando el precio del bien “X” disminuye, y asumiendo que el consumidor se ubica en el punto “2” de la Figura Nº 1, entonces el valor de las ventas del bien “X” disminuye pero el ingreso en las ventas del bien “Y” aumenta.
El aumento en el consumo del bien “Y” presionará el precio de este bien lo que traerá una serie de variaciones hasta que se logre un equilibrio entre los precios nominales y se forme el precio relativo.
En este caso, las empresas que venden el bien “Y” se benefician con la disminución del precio del bien “X”, sin embargo las empresas que comercializan el bien “X” tendrán menos ingresos brutos por las ventas.
Pareciera paradójico que suceda lo contrario cuando disminuye el precio de un bien, pues, se esperaría que las empresas que comercializan el bien “X” se beneficien y que las que venden el bien “Y”, se vean afectadas dado que el precio relativo del bien “Y” respecto al bien “X” aumenta, mientras el precio relativo del bien “X” respecto al bien “Y” disminuye.
Vemos así que se puede presentar esta situación en que la disminución del precio de un bien ocasione que los ingresos por ventas disminuyan en lugar de aumentar, mientras el ingreso por ventas de otro bien, relacionado al bien cuyo precio disminuyó, aumenten. Esta situación se da cuando los bienes relacionados son complementarios en el consumo, es decir, el aumento o disminución en el consumo siempre van en el mismo sentido entre ambos bienes.
El caso del punto “4” es el contrario al del punto “2”, dejándolo al lector para que efectúe el análisis respectivo.
La Demanda del Consumidor
En la sección anterior hemos analizado los cambios en el consumo cuando se presenta una variación en el precio relativo. A continuación se deduce la demanda del consumidor gráficamente.
Iniciamos el análisis con la figura Nº 2 donde se aprecian cuatro gráficos, dos relacionados al bien “X” y al bien “Y”, y el otro gráfico, al bien “X” y al bien “Z”.
Asumimos inicialmente que el consumidor consume una canasta con dos bienes, el bien “X” y el bien “Y”.
En los dos gráficos de la izquierda, en el de arriba, se puede observar el presupuesto del consumidor, y en el gráfico de abajo, la relación entre el precio del bien “X”, “Px” y el consumo del bien X, “qx”.
Se observa que el precio del bien “X” disminuye y el presupuesto del consumidor pivotea sobre el intercepto del eje vertical. El conjunto factible de consumo se expande (área debajo de la restricción presupuestal) y el consumidor tiene la posibilidad de consumir más de ambos bienes (que sería una de las alternativas planteadas en la Figura Nº 1, el punto 2).
En el punto “1” de la Figura Nº 2, el consumidor maximiza su utilidad; cuando disminuye el precio del bien “X”, y suponiendo que el consumidor mantenga el mismo consumo, entonces no estaría maximizando la utilidad.
Dado el concepto que el consumidor tiene sobre la relación entre ambos bienes, al disminuir el precio del bien “X”, consumirá más de ambos bienes.
El punto “1” de la Figura Nº 2 se relaciona con el primer precio del bien “X” y por ende con el primer precio relativo del bien “X” respecto al bien Y. El punto “2” se relaciona con el segundo precio del bien “X” y con el segundo precio relativo respectivo.La pendiente de la restricción presupuestal nos permite apreciar la variación en el valor del precio relativo.
En el gráfico de la demanda, observamos dos precios relativos, que se relacionan con dos consumos diferentes. La unión de ambos puntos forman la curva de la demanda del bien “X”, la cual la podemos definir con la siguiente función:
qx = ƒ ( Px / Py , I )
donde se asume que el precio del bien “Y” no varía.
Esta función nos explica que el precio relativo y el ingreso nominal influyen en el consumo del bien “X”.
Si asumimos que la canasta del consumidor solamente posee el bien “X” y el bien “Z”, tendremos otra función de la demanda que dependerá del precio relativo del bien “X” respecto al bien “Z” y del ingreso nominal.
En el caso del bien “X” y del bien “Y”, estos bienes son complementarios porque el consumo de ambos aumenta cuando disminuye el precio relativo. En el caso del bien “X” y del bien “Z”, ambos son bienes sustitutos, porque mientras aumenta el consumo del bien “X”, el consumo del bien “Z” disminuye.
En el análisis vemos que la demanda es más rígida cuando el bien “X” se relaciona con el bien “Y”, y la demanda es más flexible cuando se relaciona el bien “X” con el bien “Z”.
La demanda en el caso de la limitación en el consumo
Si se retoma la figura Nº 3.10, la misma que se ha incluido en la Figura Nº 3.3, observamos que la demanda del bien “X” sufre una distorsión cuando existe una restricción en el consumo del bien “Y”. Este sería el caso donde el gasto en el consumo del bien “Y” tiene una gran proporción en el gasto total del consumo de la canasta en términos monetarios, dichos en otras palabras, del ingreso nominal.1
Analizando la Figura Nº 3.3, vemos que existen cuatro precios relativos del bien X respecto al bien Y, dado que se asume que el precio nominal del bien X disminuye y el precio nominal del bien Y se mantiene constante durante el ejercicio. El punto a, b, d y f son consumos óptimos y nos dan una curva de demanda determinada, la misma que se puede observar en la parte de debajo de la Figura Nº 3.3. Sin embargo, los puntos “c” y “e” no son óptimos pero son los consumos que tendrá el consumidor dada la existencia del límite inferior en el consumo del bien Y.
El consumidor consume como mínimo la cantidad QY* y por más que disminuye el precio nominal y el precio relativo del bien Y. Se puede deducir fácilmente que ne los puntos c y e el consumidor tendrá una menor utilidad, dado que dichos puntos pasarían curvas de indiferencia menores que las que pasan por los puntos d y f. En el punto e y f la tasa marginal de sustitución o la pendiente de la curva de indiferencia será menor que la pendiente de la restricción presupuestal con el precio relativo Nº 4, presentándose la situación explicada detalladamente en el capítulo Nº 1. Esta situación se caracteriza en que el consumidor estará dispuesto a entregar una mayor cantidad del bien Y a cambio de una unidad más del bien X. En términos teóricos, el óptimo es en l punto f, pero en términos prácticos, el óptimo es el punto e, dada la restricción en el consumo del bien Y. El punto e sería un consumo sub-óptimo lo que contradice la teoría del consumidor, lo que significa que esta teoría podría ser aplicada solamente cuando no existan restricciones en el consumo del bien X o cuando el gasto destinado el bien Y tiene una proporción grande en el gasto total, en este caso del ejemplo, este gasto sería
Py.Qy*
Se podría plantear luego de este análisis que el ingreso nominal es una restricción para cierto precio relativo, en vista que el consumo del bien “X” es reducido, pero si el precio relativo disminuye, entonces el consumo del bien “X” no aumentaría de una manera natural sino el aumento sería de una manera restringida. En tal sentido, la proporción del gasto límite del bien “Y” sería
(Py.Q*y)/(Px.Qx+Py.Q*y) = Py.Q*y / I
Esta proporción sería una variable importante en la demanda del bien “X”, en vista que si es pequeña, no influirá en el consumo del bien “X”, pero si es considerable, sí influye en el consumo del bien “X”.
Finalmente, la demanda del bien “X” deberá ser investigada por segmentos de la población donde la proporción antes planteada sea de dos tipos, primero, una proporción que no influye en el consumo del bien “X”, y la otra, que si influya en el consumo del bien “X”. Para este último caso, la demanda puede ser representada por la Figura N º 3.4
Autor: O. Jack Ocrospoma Huerta