Las estadísticas muestran claramente que, sólo en catorce años, el país perdió casi la mitad de sus existencias ovinas. Durante la década de los ´90 el efecto combinado de bajos precios internacionales y el tipo de cambio fijo, impuesto por el Plan de Convertibilidad, produjo un fuerte impacto negativo en la rentabilidad de las explotaciones ovinas. Además, en esa época se acentuó la caída del precio internacional de las lanas y se produjeron accidentes ambientales excepcionales, lo que retardó la reacción de la actividad ante las nuevas condiciones macroeconómicas y llevaron a los productores a postergar las decisiones orientadas hacia una mayor eficiencia e innovación. Las limitaciones para diversificar la producción o cambiar de actividad por completo, llevó a muchos establecimientos a sobrecargar sus campos con la expectativa de compensar las pérdidas económicas. La consecuencia fue el abuso de las pasturas naturales. Así, la disminución de las existencias ganaderas fue acompañada por un proceso de degradación del ambiente y muchos de los campos entraron en proceso de desertificación. Se estima que actualmente el 33% de la Patagonia está en condiciones de deterioro irreversible. Esto colaboró en la disminución de la rentabilidad de las explotaciones en forma más que proporcional al deterioro.
Actualmente se advierte en el sector una notable recuperación a partir de la devaluación, del alza sostenida de los precios internacionales de la lana y del buen posicionamiento del cordero patagónico en los principales mercados del mundo. Todos estos factores han significado que los productores vean triplicados sus ingresos. Como todas las actividades relacionadas con la producción de bienes para la exportación y bajo consumo de insumos importados, la ganadería ovina comenzó nuevamente a obtener márgenes de rentabilidad importantes. El proceso de recuperación será largo y complicado. La recuperación de la actividad se está traduciendo en un paulatino repoblamiento de los campos, en mejoras en la calidad de las lanas que tienen como destino principal la exportación y en la adopción de nuevas tecnologías de manejo.
Aunque la lejanía de los centros de consumo y otros aspectos estructurales, limitan la rentabilidad aún en campos relativamente grandes. A esto se suma la insuficiente disponibilidad de vientres para recomponer las majadas de una manera inmediata. Con el objeto de asistir a los productores laneros del país para el mejoramiento de la calidad de la lana, en 1994 la SAGPyA en conjunto con el INTA y la Federación Lanera Argentina, lanzaron el Programa PROLANA. El objetivo de este es la obtención de un producto altamente confiable, libre de contaminantes y acondicionado según requerimientos de la industria.
El Gobierno Nacional, mientras, intenta reactivar el sector a través de la Ley ovina, adicionalmente, ha creado un fondo específico para su recuperación. Éste prevé el otorgamiento de créditos a productores con destino a proyectos productivos, al mejoramiento genético y al banco de ovejas. Por su parte, el Banco Nación anunció el lanzamiento de una nueva línea de créditos destinada a productores con proyectos para crear o recomponer rebaños de ovinos en las provincias patagónicas.
La actividad lanera tiene significativa importancia en la provincia de Río Negro. Esta se da tanto desde el punto de vista social como en materia de ocupación territorial, aunque su incidencia en términos económicos es inferior a la de otros sectores, como por ejemplo el frutícola.
A nivel provincial el stock ovino ha disminuido porcentualmente en forma coincidente con el stock nacional. La ganadería ovina, que hasta hace unas pocas décadas ocupaba toda la provincia, actualmente se concentra en la Región Sur de la misma. En el norte, ha operado un reemplazo por la ganadería vacuna y la fruticultura. Si se analiza el sector ganadero de la provincia en conjunto, se observa que el incremento en el sector bovino contrasta fuertemente con la involución de las especies correspondientes a los ovinos y caprinos. Esto abre paso a la discusión de las posibles consecuencias económicas y ambientales de este proceso a mediano y largo plazo.
La clasificación de las EAPs en “familiares” y “empresariales”, utilizando como criterio el tamaño de la majada, constituyó una forma válida para analizar la situación del sector. Se confirmó la permanencia y la mayor participación relativa de las explotaciones familiares dentro de la actividad primaria. La concentración de la actividad ovina en el estrato de pequeños y medianos productores evidencia la importancia vital del ovino en la economía de estos. La presencia de la familia en la producción representa una riqueza social y cultural que deber ser preservada en un marco de equidad y calidad de vida.
Al analizar la forma de organización de una empresa en general, o de un establecimiento ovino en particular, se deben considerar no sólo las condiciones tecnológicas y de precios. Además, se deben tener en cuenta las fricciones de la realidad dadas por la información limitada, la existencia de costos de transacción, los costos en los ajustes de precios, las acciones del gobierno, las barreras a la entrada y a la salida. Si se consideran estos conceptos, surgen los problemas de riesgo moral, especialización y costos de transacción, entre otros.
Para comprender con mayor grado de detalle lo ocurrido en el sector ovino y poder hacer inferencias respecto a su futura evolución, se incorporaron para su análisis los conceptos aportados por los nuevos enfoques de la teoría económica con el objetivo de ampliar el marco tradicional neoclásico. Esto fue necesario debido a que el medio ovino ganadero no es homogéneo en cuanto al comportamiento económico de los productores.
La hipótesis central del modelo estudiado en el Capítulo III es que las explotaciones ovinas pequeñas y medianas de características familiares estarán siempre presentes y difícilmente podrán ser reemplazas totalmente por las “grandes” organizaciones. Esta hipótesis y todas las predicciones del modelo fueron contrastadas con los datos estadísticos, investigación bibliográfica y entrevistas con profesionales y productores. Para adecuar el modelo a la realidad de la producción dentro de la provincia y darle una utilidad más práctica, se evaluaron las distintas formas de organización, pero no para la explotación ovina como una sola actividad sino, consideradas para cada una de las etapas desarrolladas por el productor. Estas etapas son la compra de insumos, la producción (a campo), la esquila y la comercialización de la lana sucia.
Para la actividad de producción, se puede afirmar que existen importantes restricciones que operan en contra en cuanto al aprovechamiento de las economías de escala y que para determinar el tipo de organización que aumente su valor, adicionalmente, se deben considerar las ganancias por la especialización versus los costos por riesgo moral.
Para el resto de las actividades ganar escala es lo más recomendable. Esto se puede llevar a cabo asociándose con otros productores o contratando mano de obra adicional. Por lo tanto, en estos casos las ganancias por especialización superan a los costos por riesgo moral.
Las pequeñas y medianas explotaciones ovinas de la provincia de Río Negro cumplen un importante rol en la economía regional, presentando una unión muy importante con las comunidades locales en la generación de renta y empleo, dado su carácter de empresas familiares y su estructura de ganadería de tiempo parcial. El fenómeno de las actividades extraprediales presenta una tendencia creciente y sería interesante en futuros estudios investigar si responde a una base agropecuaria o se convertirá en una actividad extrapredial de base urbana que reemplazará a los sectores rurales tradicionales.
Los ganaderos ovinos, principalmente los de características familiares, han comprendido la necesidad de agruparse con el fin de obtener mayores posibilidades de crecimiento. Si bien ésta metodología de trabajo, en determinadas actividades presenta numerosas ventajas con respecto al trabajo individual, es baja la articulación y coordinación de las Instituciones involucradas en su promoción.
Como se vio en el Capítulo II, la posibilidad de obtener economías a través de los costos de transacción admite la existencia de muchas soluciones organizativas distintas a la del mercado, por lo que desaparece el concepto de empresa representativa o el concepto de tamaño óptimo de la empresa, en el sentido de que esté determinado por un único parámetro productivo (cantidad de cabezas, cantidad de lana esquilada, etc.). Por lo tanto se elegirá la estructura de governance que minimice los costos de producción y de transacción.
Así la incertidumbre, la especificidad de activos, las asimetrías y los rasgos biológicos de la producción ovina, constituyen un estímulo para la búsqueda de soluciones coordinadoras como resultan ser, en muchas transacciones, los contratos. En su entorno local, los pequeños productores utilizan frecuentemente los acuerdos no formales como un modo de articulación horizontal. Estos se realizan diariamente para fines determinados (compra y venta conjunta, contratación de servicios, etc.) y están basados en la confianza.
Todo este marco de relaciones es explicado por la existencia de las “Instituciones” de North, debido a que éstas juegan un papel clave en la reducción de los costos de transacción. Además, no se debe dejar de lado que la “empresa” familiar es considerada, por numerosos autores de la teoría institucionalista como una Institución en sí misma. Además, el aumento en la especialización y la división del trabajo necesitan del desarrollo de una estructura institucional adecuada que les permita a los productores beneficiarse del progreso técnico.
Se debe aclarar que este trabajo de investigación es solo parcial y es necesario profundizar la investigación y desarrollo de producciones alternativas a la lana (carne, leche, quesos, cueros). Esto está dirigido a los fines de atenuar la volatilidad del ingreso de los pequeños productores y a su vez fortalecer su poder de negociación.
Sugerencias
De acuerdo con las perspectivas del mercado y la problemática productiva del sector ovino, a continuación se enumeran una serie de sugerencias generales sobre distintos aspectos que se consideran como los más relevantes. La existencia de distintos estratos de productores dentro de la provincia está indicando la necesidad de una consideración diferente de estos al momento de planificar actividades desde los organismos de gobierno o instituciones específicas.
Aunque, se debe aclarar que más allá de los esfuerzos que se realicen para recomponer una actividad que ha tenido en el pasado una gran importancia para la economía del país y que además es fuerte demandante de mano de obra, resulta imprescindible recuperar la "cultura ovina". Ésta se ha ido perdiendo con el desmantelamiento de muchas explotaciones que dejaron de funcionar en el peor momento de la crisis.
Es importante desatacar que en varios de los ítems que se consideran a continuación ya se han iniciado programas, se han formalizado actividades conjuntas y se han puesto en práctica tareas comunitarias, que ayudan a mejorar la situación de los pequeños y medianos productores.
Autor: Marcela Báez
Mendoza, Agosto de 2005
Universidad Nacional de Cuyo
Facultad de Ciencias Económicas