Las características de los grupos asociativos formado por productores están relacionadas con la existencia de un conjunto de rasgos básicos que poseen las pequeñas y medianas explotaciones agropecuarias:
a) Centralización de la toma de decisiones en la figura del propietario
b) La estructura de la organización basada en el núcleo familiar
c) La importancia de su inserción en el contexto institucional local o regional para fortalecer su imagen y su legitimidad
d) La alta fragilidad
El vasto universo de las pequeñas y medianas explotaciones agropecuarias, ubicadas en la Región Sur de la provincia de Río Negro, posee en su gran mayoría una estructura y propiedad aún familiar que están fuertemente representadas en la producción ovina. Estas explotaciones han visto obstaculizado su acceso tanto a los mercados de capital, por carecer de garantías bancarias aceptables, como a los mercados de tecnología, debido a su proverbial falta de información. Tienen una insuficiente percepción de la naturaleza de los cambios del régimen global de políticas públicas y sus esfuerzos por adaptarse al nuevo modelo de organización industrial han sido imperfectos. El esfuerzo conjunto de los participantes en la asociatividad puede materializarse de distintas formas, desde la contratación de un agente de compras o vendedor pagado conjuntamente, hasta la formación de una empresa con personalidad jurídica y patrimonio propio que permita acceder a financiamiento con requisitos de garantías o para la comercialización de productos.
El término asociativismo surge como uno de los mecanismos de cooperación entre los pequeños y medianos productores que están enfrentando un proceso de globalización de las economías nacionales. En la búsqueda de las estrategias más viables para enfrentar la competencia derivada de las aperturas, los propietarios de las explotaciones, independientemente del tamaño de éstas, pueden apelar a un conjunto de opciones. Estas se pueden clasificar en dos grandes categorías, no excluyentes: las individuales y las colectivas. Las estrategias individuales son de la absoluta discrecionalidad del propietario, mientras que las colectivas requieren el concurso de numerosos participantes, al menos más de dos.
La necesidad de diseñar y adelantar estrategias colectivas, pasa a ser no solamente una posibilidad de desarrollar ventajas competitivas individuales y conjuntas sino que, puede llegar a constituir un requisito básico para la supervivencia de las pequeñas y medianas explotaciones. Incluso alguna de las estrategias individuales tendrán éxito en la medida que ellas sean complementadas con estrategias colectivas.
Dentro de la provincia de Río Negro y más específicamente en la Región Sur el asociativismo económico es una de las estrategias más importantes para poder ampliar las posibilidades de aumentar la escala para diferentes aspectos, principalmente para los pequeños productores.
Así los productores trabajan asociativamente para el logro de diferentes objetivos:
- Buscar escala y precio en la compra de insumos básicos, tanto para la producción como para la alimentación de la familia en el caso de los establecimientos más pequeños,
- Buscar escala y precio en la esquila y acopio de la lana
- Buscar escala y precio en la venta de lo producido
- Gestionar créditos solidarios del Programa Social Agropecuario (PSA), del ENTE de Desarrollo de la Región Sur, de la Federación de Cooperativas de la Región Sur (FECORSUR) y otros similares. Estos, principalmente los dirigidos a pequeños productores, fomentan la asociación de un grupo de personas que se organizan en el marco de un proyecto y a los cuales se les exige responsabilidad solidaria.
Mapa VI.1: Impacto del asociativismo
Fuente: ARGENTINA, MINISTERIO DE ECONOMÍA, SECRETARÍA DE
AGRICULTURA, GANADERÍA, INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA
AGROPECUARIA (INTA), Estación experimental agropecuaria Bariloche, CD,…, op. cit
En el mapa anterior se puede observar el impacto que tendría un mayor nivel de asociativismo en las diferentes regiones de la provincia. Los resultados obtenidos fueron los siguientes: tanto en el área de precordillera como en el monte pampeano se considera que el impacto sería limitado porque ya existe un alto nivel de asociativismo (cooperativas y asociaciones gremiales). En el área del monte austral, meseta cental y sierras y mesetas confluyen bajos niveles de asociativismo y un elevado número de productores de pequeña escala, por lo que el impacto de asociarse sería alto.
En esta sección se busca aportar a una mejor comprensión de las posibles formas asociativas como alternativas de tecnología organizativa para emprender una ganadería empresaria por parte de los pequeños y medianos productores. Se pretende que estos conozcan y analicen la alternativa del trabajo asociativo como una estrategia que les permita acceder a niveles adecuados de rentabilidad y capitalización a través de la superación de sus déficits en cuanto a dotación de factores y/o capacitación.
Se parte del convencimiento de que las limitaciones estructurales a la incorporación de ciertas tecnologías que permitirán incrementar producción e ingresos, así como mejorar las condiciones de la comercialización, pueden ser superadas a partir de la asociación voluntaria de los productores pequeños y medianos. Estas formas asociativas para el uso de determinados factores productivos permiten, en algunos casos, dispersar el riesgo del capital fijo invertido, disminuir la incidencia de este capital y también el peso de las cargas impositivas. Por esta vía se accede a la posibilidad de desarrollar un mejor manejo de la empresa. En otros casos permite superar las limitaciones de superficie, fuerza de trabajo, capital y tecnología.
La construcción de articulaciones de recursos y demandas puede implicar variadas estructuras organizativas en función de los objetivos perseguidos. Se puede o no buscar una permanencia en el tiempo, un crecimiento constante en la implicación y en la complejidad, un negocio exclusivo y excluyente. En general se observa que las organizaciones solidarias de mayor antigüedad en el sector son las cooperativas de comercialización, pero recientemente, en especial a partir del agravamiento de la crítica situación del pequeño y mediano productor agropecuario, se ha desarrollado gran variedad de tipos de formas asociativas. Estas se caracterizan tanto por la persecución de un objetivo económico concreto, como por la búsqueda de un marco institucional que asegure su accionar, pero sin que ambas dimensiones queden necesariamente definidas en forma total e inmediata. Los tiempos de maduración necesarios para que los grupos se consoliden, y sean capaces de diseñar estrategias empresariales superadoras, dependen de varias circunstancias. En especial de la calidad (intensidad), cantidad y duración del conocimiento mutuo entre los integrantes. Suele suceder que la alternativa asociativa en sus modalidades consideradas más simples, sea utilizada "también"1 como una herramienta de consolidación del grupo en cuanto tal.
En este sentido cabe destacar una vez más, la importancia de que la decisión de emprender un trabajo asociativo se base en una adecuada evaluación de las circunstancias económicas y productivas de todos y cada uno de los integrantes potenciales. El grado de acuerdo en cuanto al convencimiento de que se está actuando para solucionar un problema de escala que dificulta la obtención de un resultado técnico y/o económico posible condiciona, en buena medida, las posibilidades de éxito del mismo.
Porque esta forma de organizar la producción permite a los sujetos asociarse para protagonizar un proyecto, recuperando la fuerza vital del trabajo, en condiciones de igualdad y reciprocidad. Se presenta el asociativismo, no sólo como una estrategia de subsistencia para los más damnificados sino como una alternativa de sostén.
En una buena proporción los pequeños productores rurales pueden comenzar siendo beneficiarios de programas sociales o promocionales y con una asistencia y el seguimiento pertinentes, evolucionar hacia la autogestión productiva.
1- Además de los objetivos de rentabilidad.
Autor: Marcela Báez
Mendoza, Agosto de 2005
Universidad Nacional de Cuyo
Facultad de Ciencias Económicas