Neoclásicos

Teoría del Consumidor

La teoría del consumidor analiza el comportamiento de los agentes económicos como consumidores, por oposición a su comportamiento como productores. La teoría del consumidor es una perspectiva de la microeconomía. La parte de la microeconomía que estudia el comportamiento de los productores se llama teoría del productor.


La teoría neoclásica del consumidor es la mas extendida. La teoría neoclásica del consumidor se basa en:

- Las preferencias

- La restricción presupuestaria


Considera que el individuo interactúa en el mercado para aumentar su bienestar, escogiendo alternativas de consumo teniendo en cuenta sus preferencias, que son externas a la teoría, es decir, se consideran como dadas. La utilidad es un concepto subjetivo que se refiere a una medida de la satisfacción que una persona obtiene al consumir un bien o servicio. Una premisa de la teoría neoclásica del consumidor es el concepto de utilidad marginal decreciente: a medida que aumenta el consumo de un bien, la utilidad otorgada por el consumo de cada bien adicional va disminuyendo. Partiendo de las preferencias, se derivan las curvas de indiferencia. Mediante las curvas de indiferencia y la restricción presupuestaria, se puede arribar a la curva de demanda, que es de enorme utilidad para la teoría neoclásica de la economía.

La curva de demanda individual relaciona cantidades de bienes o servicios, con el monto máximo, en términos monetarios, que ese individuo está dispuesto a pagar por esa cantidad. La curva de demanda agregada, o del mercado, se puede obtener simplemente por la agregación de las curvas de demanda individuales.

Mediante la utilización de la curva de demanda, junto con la curva de oferta, se puede arribar a importantes conclusiones. La obtención de la curva de oferta corresponde a la teoría del productor.


La teoría neoclásica de la demanda surge principalmente con la aparición de grandes obras del marginalismo, en los años 1871 a 1874, aunque se venía gestando desde comienzos del siglo XIX. La aparición de las teorías marginalistas concluyen con una era en la cual la teoría económica estuvo dominada por la economía clásica, que se enfocaba en grupos o agregados económicos. Los principales exponentes del marginalismo fueron Menger, Jevons y Walras. Alfred Marshall fue muy importante a la hora de comprender como interactúan la oferta y la demanda.

Enfoques Alternativos a la Teoría Neoclásica del Consumidor

Sin entrar en una discusión sobre la prevalencia de la teoría neoclásica en la enseñanza universitaria, vale la pena mencionar que existen teorías que pueden complementar a la teoría neoclásica o bien que contradicen a la misma.

Algunas planteamientos de teorías alternativas son los siguientes:

- El productor puede tener un papel activo en la generación de necesidades, ya sea mediante la publicidad u otros medios. Esta hipótesis se contrapone al supuesto de soberanía del consumidor contenido en la teoría neoclásica del consumidor, ya que las grandes empresas tendrían capacidad para influir en la demanda.

- Las preferencias de una sociedad no podrían deducirse correctamente a partir de los supuestos neoclásicos, principalmente racionalidad individual, soberanía del consumidor y comportamiento maximizador de utilidad; porque a nivel social, existen otros comportamientos que van en contra de esos supuestos. En este punto cabe recordar que, quienes defienden a las teorías neoclásicas no pretender que los supuestos recien mencionados sean considerados reales, sino que indican que su teoría tiene un gran poder explicativo o capacidad predictiva, y gracias al uso de esos supuestos, logra una consistencia lógica y la utilización del método deductivo. Milton Friedman (Friedman, Milton 1953, “Essays in Positive Economics”), señaló que los supuestos son sólo útiles como instrumentos para formular conclusiones que puedan ser validadas empíricamente. Las teorías no se deben juzgar por sus supuestos, sino por la validación empírica.

Ampliación de la Teoría Neoclásica del Consumidor

Algunas respuestas por parte de autores neoclásicos amplían las premisas neoclásicas, para enriquecer el modelo de forma que permita explicar comportamientos que se observan en la realidad y que son incompatibles con el modelo neoclásico tradicional.

Algunas variaciones a la teoría neoclásica son:

- El comportamiento egoísta puede ser sustituido por el comportamiento influido por el grupo social sin tener que eliminar el supuesto de racionalidad.

- Se sustituye el supuesto de información perfecta por el de información imperfecta. De este modo se explican comportamientos por parte de la oferta, como ser la diferenciación de productos, publicidad, etc.. Una rama de la economía, la economía de la información, se encarga de analizar como la información afecta las decisiones económicas.

- También se incluyen elementos socio psicológicos que explicarían porqué elecciones individuales, que a priori parecieran incompatibles con sus preferencias, de hecho no lo son, porque el individuo, inconscientemente, modificaría su percepción de la realidad para ajustarla a sus preferencias. Por ejemplo, sobrevaloraría las virtudes de un nuevo automotor o justificaría sus pautas de consumo mediante la publicidad.

Pareto, Liberal en Economía, Autoritario en Política

Pareto se esfuerza por librar a la teoría económica de todo postulado psicológico. No se trata de medir subjetivamente la utilidad, sino de constatar objetivamente las preferencias que se traducen por elecciones. Se reemplazan los entes económicos concretos y las relaciones ordinarias por entes y relaciones abstractos lo que permite razonar como en las ciencias exactas. Es la Economía Pura, la Escuela Matemática, de una precisión teórica hasta entonces desconocida. Sin embargo Pareto es escéptico sobre la capacidad de su propio sistema de rendir cuentas de lo real. La teoría económica alcanza sólo una pequeña porción de la realidad humana. La sociología paretiana sostiene que la mayor parte de las acciones humanas son “acciones alógicas” que ponen en claro el rol de los sentimientos, los mitos y las supersticiones en la vida y en la historia. Mientras repudia todo conocimiento que no sea científico, abandona a las pasiones el dominio de la acción y se adhiere a un movimiento que reduce la autonomía del dominio económico y lo subordina. Partidario del Orden y del rol de las Elites sostiene que es el Gobierno el que tarde o temprano ejerce “las funciones momentáneamente abandonadas a la iniciativa privada”. Pareto es designado en 1923 Senador Vitalicio por el Partido Fascista. Muere en agosto del mismo año. Hasta ese momento el fascismo es una doctrina embrionaria cuya principal contribución al ideal social de Pareto ha sido reestablecer el Orden violado por las huelgas y la agitación social que sucedieron a la Gran Guerra y detener la posible expansión del bolchevismo.


El Fascismo pretendió apropiarse de las ideas del maestro, pero la adhesión de Pareto a esa doctrina en los siguientes años sería objeto de especulación e historia contrafáctica.

DISCÍPULOS DE PARETO Y FASCISMO



El apogeo de la economía neoclásica se alcanza a principios del siglo XX. Para la tercera década del siglo los aportes de las principales escuelas (en especial Cambridge y Lausana) se pueden considerar complementarios y parte del bagaje teórico de la mayoría de los economistas del mundo occidental. Sin duda Pareto era un referente en todo el mundo (en nuestro país entre otros, Prebisch, Olivera y Gondra se nutrieron de sus obras) pero, (ya superadas las críticas mordaces y las antipatías personales) la subsistencia de diferencias entre escuelas en cuanto al método y a algunos focos de interés especial no alcanzaban a romper la unidad del pensamiento neoclásico, y los desarrollos posteriores constituyen, más refinamientos que aportes medulares. Desde este punto de vista, discípulos del Pareto economista eran todos. Por el contrario su sociología no creó escuela.

La gran depresión del ’29 sacude a los economistas que recordaban las profecías de Marx sobre el fin del capitalismo como consecuencia de una gran crisis económica.

Algunos como Keynes (consciente y orgulloso de su formación marshalliana) desarrollan doctrinas y teorías de corte macroeconómico para la superación de la crisis, convencido de la superioridad del capitalismo sobre la planificación de tipo soviético. Otros teóricos calificados en Italia y Alemania buscaron fundamentar un sistema alternativo convencidos de la inviabilidad del capitalismo sumado a su rechazo moral y teórico del marxismo, y emprendieron esta tarea utilizando las herramientas marginalistas, (básicamente enfocadas en la microeconomía).


Desde el catolicismo autores como Lombardini analizaron las tendencias destructivas de la concentración económica y las contradicciones internas de la economía capitalista en una economía relativamente pequeña como la italiana y sugirieron regulaciones estatales de tinte corporativista. Corrado Gini uno de los referentes de la estadística y de la Economía Matemática (recordemos el índice de Gini actual y universalmente aplicado), participa activamente como funcionario del Gobierno del Duce.

Hubo otros autores católicos (todos ellos de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán) que se podrían calificar de corporativo-progresistas como Amintore Fanfani y Francesco Vito. Este último, también de extracción católica (con influencias marshallianas, historicistas e institucionalistas) intenta la fundamentación teórica de la economía fascista con las herramientas neoclásicas y elementos normativos como el concepto de “justicia social”.

Luigi Amoroso, el economista italiano más influyente después de Pareto y su discípulo directo, construye la teoría pura del Corporativismo utilizando el análisis neomarginalista. En las décadas del 20 y el 30 Amoroso pasa a ser el más explícito divulgador académico de la teoría y política fascista. Su entusiasmo por el régimen fue emocional y también subproducto de su antiizquierdismo. Nunca superó la contradicción entre sus pensamientos librecambistas y los elementos espiritualistas de la doctrina fascista, que le pudieron valer la calificación de “liberal de clase media”. Tenía un dominio absoluto del análisis neoclásico combinado con un enfoque fuertemente personal de la Economía Política. Publicó mucho sobre teoría y política fascista en la década del 30. De estas obras se destacan ”La lógica del sistema corporativo” (1933) en coautoria con Alberto de Stefani y “Principios de economía corporativa” ( 1938). Según De Pablo, no pudo alcanzar una síntesis entre el análisis neomarginalista y sus simpatías fascistas.

Algunos de sus aportes más conocidos a la teoría neoclásica son la curva estática de oferta y sus pruebas de existencia de solución al sistema de ecuaciones que describen el equilibrio del consumidor. En la medida que autores como Einaudi y Vito retuvieron sus cátedras en el periodo fascista, sin ser perseguidos, se podría asegurar que Amoroso defendió el fascismo por convicción.

Derrotadas las potencias del Eje, el corporativismo queda desacreditado, pero por ejemplo, Francesco Vito bajo el nombre de “Economía Dirigida” retiene elementos teóricos e ideológicos de su obra previa y pasa a apoyarse en la Doctrina Social de la Iglesia.

Cuando las economías desarrolladas son jaqueadas por un nuevo fenómeno -la “inflación de costos”- resistente a las políticas fiscales y monetarias, varios economistas proponen y en muchos casos se llevan a la práctica, acuerdos de precios y salarios entre gobierno, empresas y sindicatos con el fin de redistribuir el ingreso y alcanzar la estabilidad. Estas políticas reeditaban los acuerdos corporativos de la Italia Fascista y tuvieron su apogeo en países como EEUU, Reino Unido y Holanda en los ‘60, volvieron a aparecer a fines del siglo XX y fueron bautizadas como “Políticas de Precios e Ingresos”.

COMENTARIOS FINALES

El Fascismo - en la medida en que se pueda definir como un pensamiento orgánico- es una filosofía de la historia y de la política más que una doctrina económica. Por otra parte preconiza la subordinación de la economía a la política, profesa un relativismo integral en materia económica, niega la existencia de leyes económicas naturales y reduce la disciplina a una mera profesión. Se podría decir que es un pensamiento antieconómico. La relación de Pareto y algunos de sus discípulos con el régimen fue disímil y el principal referente de la teoría económica fascista ha sido Luigi Amoroso.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Borkenau Franz. Pareto. Fondo De Cultura Económica; México. 1941

De Pablo J. Luigi Amoroso, en: Incompletísimo diccionario de economía, Pág.44-46.Macchi. Buenos Aires, 1998

Fernández López M.; La recepción del pensamiento de Pareto en la Argentina.

http://www.aaep.org.ar/espa/anales/PDF_02/fernandezlopez.pdf. 2002.

Frid C., Lanciotti N. La recepción del pensamiento económico fascista en la Argentina; http://www.fcecon.unr.edu.ar/investigacion/jornadas/archivos/fridylanciottiotro.pdf. 2005

Llosa H.P. El pensamiento corporativo en Italia. aaep.org.ar/espa/anales/works05/llosas.pdf

Payne S.G. capítulo 4 Autarquía y modernización, en: El fascismo. Alianza. Madrid 1982.

Tuchard J. fascismo y nacionalsocialismo; en: Historia de las Ideas Políticas, Pág. 608- 616; Tecnos, Madrid, 3º edición, 1972.

Villey Daniel. ¿Hacia la neutralidad del pensamiento económico?, en: Historia de las grandes doctrinas económicas; pág. 278-289. Nova, Buenos Aires. 1960.

Economia Neoclasica

La síntesis neoclásica englobó hasta hace algunas décadas, a muchas corrientes que dominaron la economía cada una con su época de apogeo, desde los clásicos hasta el monetarismo, pasando por los marginalistas y el keynesianismo. Esta fue la corriente dominante durante muchos años y en mi opinión sigue dominando la enseñanza de la economía, pero no la investigación. Se han vertido muchas críticas hacia la corriente dominante haciendo mención a esta síntesis neoclásica. Muchas de estas críticas atacan supuestos como:


- el racionalismo,

- el proceso de toma de desiciones,

- la ausencia de feedback entre individuios e instituciones,

- el individualismo metodológico,

- etc..

Sucede que la síntesis neoclásica "evolucionó" incorporando modelos matemáticos mucho mas amplios y complejos, algunos de ellos solo solubles mediante simulaciones computacionales, que permiten "levantar" la mayoría de los supuestos de la síntesis neoclásica, es decir, si se la criticaba por la ausencia de feedback entre individuos e instituciones, ahora la economía tiene modelos matemáticos que incorporan estas relaciones; si se la criticaba por el supuesto de racionalidad, ahora la economía tiene modelos matemáticos que incorporan a la racionalidad limitada o a otras formas de comportamiento, si a la síntesis neoclásica se la criticaba por no incorporar conceptos de la teoría de juegos, ahora la economía tiene herramientas que permiten modelar situaciones de cooperación, estrategias o cosas que antes no eran contempladas.

Esta nueva corriente se llama economía moderna y es la corriente que hoy domina el terreno de la investigación. Pero aún se critica a la economía moderna ¿porqué? Lo que sucede es que la síntesis neoclásica y la economía moderna se apoyan en los mismos cimientos: los cimientos del método matemático deductivo, que aún no se bajó del altar.


¿Qué alternativas hay? La economía heterodoxa , que engloba a varias corrientes que no están sujetas al fundamentalismo metodológico del método matemático deductivo, es decir, están abiertas a otros métodos de investigación, a otras formas de hacer ciencia, pero no descartan utilizar el método matemático deductivo, aunque por su concepción de la realidad, limitan su utilización a casos particulares y limitados. La economía heterodoxa engloba a corrientes como el institucionalimo, el nuevo keynesianismo y la economía evolucionista.

Autor: Federico Anzil

© 2009

Enfoque Keynesiano

Enfoque neoclasico-keynesiano



INTRODUCCIÓN

El presente trabajo abarca el enfoque de la síntesis Neoclásica-keynesiana, donde nos permitirá realizar un estudio detallado de todos los temas que este involucra ya que se presentan solo puntos clave a tratar.

La síntesis neoclásica–keynesiana dominó ampliamente la teoría macroeconómica en los años posteriores de la segunda guerra mundial y tuvo mucha influencia en el manejo de la política económica de muchos países que mediante apropiadas políticas fiscales y monetarias el gobierno podría evitar que la economía cayera en cualquiera de los extremos: elevado desempleo o alta inflación, permitiendo suavizar notoriamente los ciclos económicos.


A la vez este enfoque abarca temas que en el keynesianismo no lo tomaron en cuenta o tal vez no lo tomaron como punto importante, a tratar, tal es el caso de las expectativas y de la curva de Phillips. Que permitirá entender en que se basaban cada uno de los aportes anteriores, para explicar los diversos fenómenos económicos tales son como la inflación, el desempleo, y el mercado laboral en su conjunto. Sobre todo, separar el análisis de la síntesis neoclásica tanto a corto y largo plazo, también cabe resaltar la importante diferenciación entre corto y largo plazo de la curva de Phillips.

1. LA SINTESIS NEOCLASICA KEYNESIANA

En años recientes, el 90 por ciento de los economistas americanos han dejado de ser keynesianos o no keynesianos. En vez de ello, han trabajado hacia una síntesis de aquello que sea valioso en la teoría económica más antigua y en las teorías modernas de la determinación del ingreso. Este resultado puede ser llamado economía neoclásica y es aceptado, en sus visión general, por todos excepto por el cinco por ciento de escritores del ala de extrema izquierda y de extrema derecha”1.


1.1 INTRODUCCIÓN

A pocos años de la aparición de la Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, el ambiente académico macroeconómico estuvo fuertemente influenciado por la teoría de John Maynard Keynes. No existía el consenso total pero se tenía la seguridad de que se había llegado a un nivel de conocimientos hasta ese momento nunca antes alcanzado – lo cual nunca más se volvería repetir inclusive hasta nuestros días- de la macroeconomía que nos permitiría explicar cabalmente cuales eran los factores que influenciaban en el desenvolvimiento de las variables como el producto, la inflación, el desempleo, etc.

En 1958, A.W. Phillips publicó su conocido estudio "La Relación entre el desempleo y las tasas de cambio en Reino Unido, 1861-1957", el cual presentaba una relación entre la tasa de variación de los salarios y el nivel de desempleo. Esto representó el hallazgo de lo que muchos economistas consideraban la "ecuación perdida del sistema keynesiano" ya que esta relacionaba el sistema real de la economía con el sistema monetario, motivo por el cual se popularizó en poco tiempo y añadió confianza al conjunto de conocimientos que hasta ese momento se tenía desarrollado.

Tal como ya se ha señalado anteriormente, existían grupos de economistas que no estaban de acuerdo con algunas de las recomendaciones de política que se derivaban del armazón keynesiano destacando entre ellos a los monetaristas encabezados por Milton Friedman. Las principales diferencias entre estos dos escuelas se centran en la efectividad de la política monetaria y fiscal.

Durante esta etapa también hacen presencia incorporando dentro del marco analítico conceptos muy importantes tales como la incorporación de las expectativas dentro de la curva de Phillips y sus recomendaciones de política monetaria, dos puntos que se relacionan directamente.

Estas nos indican cual es la influencia del variables nominales sobre las reales en el corto y en el largo plazo.

Sin embargo, a partir de los años cincuenta, se logra una amplio consenso dentro del análisis económico gracias a la integración de varias de las ideas keynesianas con otras planteadas en épocas anteriores. A esta etapa se le consideró como la Síntesis Neoclásica y se extendió hasta los años setentas, en la que se podría denominar la Edad Dorada de la Macroeconomía.

La economía keynesiana era propia de una situación de desempleo, además se caracterizaba por el supuesto de salarios y precios rígidos o bien que se ajusten lentamente. En la realidad se observa que el nivel de precios varía tanto para arriba como para abajo (como los presentados en la época de post guerra y de La Depresión, respectivamente). Además, durante este tiempo, las principales economía mundiales estaban presentado un crecimiento sostenido, lo cual invirtió la situación que se vivió en 1929, por una en donde los ratios de desempleo e inflación eran bajos.

En la síntesis neoclásica, se puede analizar la dinámica de la economía tanto cuando se encuentra en equilibrio de pleno empleo (El producto corriente es igual al producto de pleno empleo) como en la situación de desequilibrio.

Por consiguiente, se necesitaba ajustar el modelo a esta evidencia empírica.

1.2 CARACTERISTICAS

- La teoría neoclásica, considera que el mercado laboral funciona a largo plazo, con salarios flexibles aunque en el corto plazo sea algo rígido.

- Tuvo mucha influencia en el manejo de la política económica de muchos países que mediante apropiadas políticas fiscales y monetarias el gobierno podía evitar que la economía cayera en cualquiera de los extremos: Elevando desempleo ó alta inflación, permitiendo suavizar notoriamente los ciclos económicos.

- La síntesis neoclásica keynesiana señala que a largo plazo tiende al pleno empleo, pero a corto plazo existen imperfecciones de mercados que impiden que la economía vuelva rápidamente al nivel de producción potencial. Por ello proponen la intervención del gobierno, mediante los instrumentos de política económica envés de confiar en la libre iniciativa.

- El modelo general de la síntesis neoclásica es un modelo de equilibrio general agregada, que bajo el supuesto de plena y absoluta flexibilidad de los precios, alcanza el equilibrio en los diversos mercados

1.3 TEORIAS

Esto se logró en la Síntesis Neoclásica se puede resumir en tres teorías:

1.3.1 La Teoría de la Demanda Agregada Keynesiana.

La demanda agregada representa gráficamente la suma total de lo que una familia quiere y puede comprar a distintos niveles de precios, puede considerarse como una combinación de todos los productos que la gente desea comprar.

1.3.2 La Teoría del Modelo Clásico de Oferta Agregada

Los economistas clásicos opinaban que la función de la oferta agregada era vertical en e nivel de producción potencial o de pleno empleo. La producción es igual a la de pleno empleo.

1.3.3 La Teoría del Ajuste de Precios

Muestra el nivel de inflación en la economía en un punto determinado del tiempo.

Durante casi toda la historia los precios se fijaron por negociación entre quienes compran y quienes venden. Establecer un mismo precio para todos los compradores es una idea relativamente moderna que surgió con el desarrollo de las ventas al detalle a gran escala al final del siglo XIX F. W. Woolworth, Tiffany & Co., y otros anunciaron una "política estricta de un solo precio" por que trabajaban tantos artículos y supervisaban a tantos empleados.

Con la introducción de esta última teoría, se está dejando de utilizar un modelo estático para incorporar uno dinámico. Hasta este momento se había considerado como fijo el nivel de precios o como un stock la oferta de dinero. Pero en la realidad, el nivel de precios no se mantiene fijo durante un periodo sino que va variando y la oferta de dinero está dada por un monto de emisión, es decir, no es un stock sino un flujo. En este capítulo vamos a redefinir el modelo IS-LM para que tome en cuenta la inflación.

En la Síntesis Neoclásica, se puede analizar la dinámica de la economía tanto cuando se encuentra en equilibrio de pleno empleo (el producto corriente es igual al producto de pleno empleo) como en situaciones de desequilibrio.

Neoclasicos: Teoría económica neoclásica

La teoría neoclásica dividida en tres grandes escuelas como fueron; la Lausana, la Austriaca y la inglesa, también abordaron el trato al mercado. En si, estas escuelas se centraron en el tratamiento de la economía sobre la base microeconómica y con un fuerte enfoque matemático, desplegando importantes esfuerzos en torno a las teorías del productor y el consumidor, además del análisis marginalista.



En cuanto al mercado, concebían a éste como un ente capaz de regularse por si solo, es decir, el libre juego de las fuerzas de ofertas y demandas tendía a establecer, en condiciones de competencia, precios de equilibrio que garantizan una asignación óptima de los recursos además de asegurar el pleno empleo. Esta definición llevaba a los neoclásicos a ocuparse solamente de la esfera de la circulación y no de la producción. Al asumir el criterio de que toda oferta tiende a crear su propia demanda (la ley de Say), sus investigaciones se encaminaban a la asignación, el intercambio y la distribución de los recursos solamente.

John M. Keynes rompió esta tradición. Enfrentado a una situación de notables desequilibrios, como las crisis se superproducción y el ejército de desempleados que caracterizaban a los principales países capitalistas en las primeras décadas del siglo XX, Keynes entró en conflicto con el esquema neoclásico. En su opinión, teorías de sus antecesores, Smith y los neoclásicos, sobre la lógica perfecta del mercado y su simple regulación, no expresaban realmente la realidad económica mundial en la que se vivía. La existencia de monopolios y de sus grandes presiones sobre el mercado, auguraban la necesidad de una nueva teoría que revitalizara la fundamentación del sistema.

Keynes defendió la necesidad de la intervención del Estado, en calidad de agente capaz de diseñar políticas económicas encaminadas a regular las imperfecciones del mercado, mediante el aumento de la demanda agregada a la que él llamaba efectiva y mediante el multiplicador se devenía en un incremento notorio de la renta. El comportamiento del mercado interno, como se deduce de lo anterior, fue un importante objeto de su preocupación, por su papel en el proceso de la reproducción capitalista ampliada.



Autor: Eloy Samuel Ramírez Acosta


Los Neoclásicos

Alfred Marshall



El debate sobre el valor es relegado a segundo término por los economistas a partir del margina-lismo, para ocuparse por la medición de la utilidad a través del consumidor y la estructura de su demanda. Alfred Marshall es el que sistematiza la nueva concepción y lo hace bajo los siguientes aspectos: la teoría del consumidor, el excedente del consumidor, la noción de elasticidad, las curvas de demanda y oferta parciales...

La propuesta de Marshall sobre el punto que ahora nos interesa es que el valor de un bien se fija en el equilibrio de su oferta y su demanda. Con esto generalizó el concepto de la utilidad marginal dentro de la teoría de la demanda y tomó el dinero como una medida, no de los deseos, pero sí del móvil de la acción para satisfacerlos. De este modo, la determinación de los precios del mercado sustituye a análisis del valor como categoría de importancia en lo que ya no es Eco-nomía Política, sino, Teoría Económica. Con Marshall, se consolida también el estudio especia-lizado, empírico y axiomático del consumidor, los precios y el mercado

Autor: Mario Blacutt Mendoza



Neoclásicos

Los NEOCLÁSICOS, encuentran su fundamento en el individualismo metodológico (que explica los fenómenos económicos y sociales a través de comportamientos individuales).

Al igual que los clásicos, los neoclásicos afirman que el mercado se autorregula por sí mismo y afirman que a largo plazo, todos los mercados tienden al equilibrio.


La teoría neoclásica, se diferencia como economía pura de la economía política ( planteada por Adam Smith). Por tal motivo, la designación neoclásica indica erróneamente cercanía a los clásicos, debido a que se pueden encontrar diversas diferencias, entre ellas, que los neoclásicos investigan la economía pura y suprimen por eso el área de la política; la teoría de la productividad marginal sirve en lugar de la teoría del valor-trabajo como teoría de la distribución y determinación de los precios; los neoclásicos se orientaron en la lógica matemática y por ellos es estática-comparativa, mientras que los clásicos efectúan un análisis más dinámico y por último, los neoclásicos ubican sólo al intercambio como aspecto central, mientras que para los clásicos son significativos tanto el intercambio como la producción.

Clarificando, la definición matemática parte de individuos que toman decisiones guiándose sólo por la información que les suministran los precios, y que actúan en el marco de ciertas condiciones, entre las que se destaca la existencia de un precio único para cada bien. Por otra parte, la optimización es la forma neoclásica de la racionalidad. Se trata de ponderar entre distintas posibilidades y elegir entre ellas la mejor opción. La optimización se puede definir como la minimización de algo malo o la maximización de algo bueno.

Los neoclásicos se concentran más en el proceso de demanda, tomando ésta como la función principal.


Por último, cabe destacar, que las ideas de esta escuela se encuentran vigente en mayor proporción hoy en día y que esta teoría realiza una gran cantidad de abstracciones, entre ellas, supone que la economía se encuentra en un estado de pleno empleo y el mercado en situación de competencia perfecta. Ambas, situaciones que en la realidad no se ven reflejadas.

Autor: Darío Blatman



Escuela Neoclásica

La economía clásica partía del principio de escasez, como lo muestra la ley de rendimientos decrecientes y la doctrina malthusiana sobre la población. A partir de la década de 1870, los economistas neoclásicos como William Stanley Jevons en Gran Bretaña, Léon Walras en Suiza, y Karl Menger en Austria, imprimieron un giro a la economía, abandonaron las limitaciones de la oferta para centrarse en la interpretación de las preferencias de los consumidores en términos psicológicos. Al fijarse en el estudio de la utilidad o satisfacción obtenida con la última unidad, o unidad marginal, consumida, los neoclásicos explicaban la formación de los precios, no en función de la cantidad de trabajo necesaria para producir los bienes, como en las teorías de Ricardo y de Marx, sino en función de la intensidad de la preferencia de los consumidores en obtener una unidad adicional de un determinado producto.


El economista británico Alfred Marshall, en su obra maestra, Principios de Economía (1890), explicaba la demanda a partir del principio de utilidad marginal, y la oferta a partir del coste marginal (coste de producir la última unidad). En los mercados competitivos, las preferencias de los consumidores hacia los bienes más baratos y la de los productores hacia los más caros, se ajustarían para alcanzar un nivel de equilibrio. Ese precio de equilibrio sería aquel que hiciera coincidir la cantidad que los compradores quieren comprar con la que los productores desean vender.

Este equilibrio también se alcanzaría en los mercados de dinero y de trabajo. En los mercados financieros, los tipos de interés equilibrarían la cantidad de dinero que desean prestar los ahorradores y la cantidad de dinero que desean pedir prestado los inversores. Los prestatarios quieren utilizar los préstamos que reciben para invertir en actividades que les permitan obtener beneficios superiores a los tipos de interés que tienen que pagar por los préstamos. Por su parte, los ahorradores cobran un precio a cambio de ceder su dinero y posponer la percepción de la utilidad que obtendrán al gastarlo. En el mercado de trabajo se alcanza asimismo un equilibrio. En los mercados de trabajo competitivos, los salarios pagados representan, por lo menos, el valor que el empresario otorga a la producción obtenida durante las horas trabajadas, que tiene que ser igual a la compensación que desea recibir el trabajador a cambio del cansancio y el tedio laboral.

La doctrina neoclásica es, de forma implícita, conservadora. Los defensores de esta doctrina prefieren que operen los mercados competitivos a que haya una intervención pública. Al menos hasta la Gran Depresión de la década de 1930, se defendía que la mejor política era la que reflejaba el pensamiento de Adam Smith: bajos impuestos, ahorro en el gasto público y presupuestos equilibrados. A los neoclásicos no les preocupa la causa de la riqueza, explican que la desigual distribución de ésta y de los ingresos se debe en gran medida a los distintos grados de inteligencia, talento, energía y ambición de las personas. Por lo tanto, el éxito de cada individuo depende de sus características individuales, y no de que se beneficien de ventajas excepcionales en el sentido que hablaba Marx. En las sociedades capitalistas, la economía neoclásica es la doctrina predominante a la hora de explicar la formación de los precios y el origen de los ingresos. De hecho la mayor parte de la Microeconomía que se estudia hoy en las universidades (a nivel de grado) se la debemos principalmente a ellos.



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