“Crisis económica” parece que la sola presencia de esta enorme palabra hace tambalear a cualquier mente preparada en el campo de la economía. Y desde el ultimo trimestre de 2008 empieza a asomar el panorama temprano de un posible desmoronamiento del equilibrio económico provocado en gran medida por la ruptura total de la burbuja especulativa que desde hace un tiempo atrás, venia presentando una hipertrofia afanosa.
Para muchos, la crisis fue consecuencia de un acelerado comportamiento lucrativo representado por la afanosa practica especulativa que tarde o temprano iba a terminar por incurrir en resultados negativos para el ciclo económico que estábamos atravesando y que entonces parecía mostrar los resultados de un enorme auge que probablemente justificaría el juego de un sistema económico desregulado, de libertad absoluta y expectativas infinitas en cuanto al comportamiento financiero de los países, esto, fuertemente ligado al crédito excesivo que termino por completar sus efectos sobre la aparición de los “activos tóxicos” , cuyo rango progresivo aun no se veía aparecer; entonces, todo parecía un estado de tranquilidad absoluta en el país de las maravillas.
Generalmente y como lo aseguro CLEMENT JUGLAR, todo periodo de auge, trae consigo la contracción del sistema, es decir, auge y contracción se convierten en comportamientos cíclicos del modelo económico que pueden afectar en cierta medida la estabilidad del mismo y repercutir en la ruina para muchos. Dado de este modo, parecería muy fácil comprender que en periodo de auge se deberían estar elaborando políticas macroeconómicas que previeran los efectos posteriores a la bonanza y así evitar un colapso o “cataclismo” inesperado que hiciera aguas del sistema. ¿Cómo no verlo antes? Pues realmente es complejo formular los contrastes que podrían aparecer, y esto, por que la economía, no es una ciencia de la adivinación y tampoco quienes nos formamos en la disciplina somos adivinadores o “brujos” del futuro, esto, porque la economía no es estática, no es reducida y mucho menos predecible; siempre he argüido que “lo que es hoy no lo será mañana” por la presencia de variables exógenos o externalidades que de alguna manera giran el Angulo económico todos los días, así pues, incurrimos en análisis de estática comparativa, donde la modificación de una variable, provoca un nuevo estado de equilibrio. Fue lo que aconteció en la crisis, la ruptura del pacifico equilibrio financiero ante la caída irremediable de un endeudamiento critico que termino por secar la liquidez de los mismos.
Desafortunadamente, los efectos de la crisis recaen en todos los países del globo pues al existir una internacionalización del mercado de capitales, este juega en las mayores plazas financieras del planeta: New York, Inglaterra, Europa, Asia. Que a su vez juega como una dinámica de cadena que hala el sistema financiero global a la trampa especulativa que recae cuando el pánico se apodera de los inversionistas. Y entonces la dinámica resulta ser curiosa, por que inmediatamente el valor especulativo representado en las diferentes transacciones y con prevalencia sobre los bonos disminuye, podría decirse, victima de un comportamiento subjetivo: “pánico”.
Se habla mucho de la crisis como una consecuencia de largo plazo, surgida en Estados Unidos cuando los bancos decidieron otorgar un gigantesco stock financiero representado en crédito fácil para la adquisición de vivienda, así mismo, tras este crédito, vinieron expectativas de los consumidores por disfrutar de un dinero extra quizás para gastarlo como diría Veblen, en bienes suntuosos, quizás un automóvil, unas vacaciones o una cena en el mejor de los restaurantes. Pero fijémonos que los bancos al jugar un papel de redentores, aprovechando la liberalización que habían obtenido luego de una larga lucha por la apertura comercial y la incursión de un sistema “neoliberal” que garantizaba la libertad del mercado para orientar la dinámica económica de los países, no se fijaron o quizás fueron tercos cuando a lo que se enfrentaban era a un riesgo inminente hacia la iliquidez una vez los agentes se rindieran ante sus deudas impagables, y es que , cuando se tiene un amplio porcentaje de la población en condiciones de deuda financiera la contraparte del consumo se traduce en la contracción y perdida de liquidez bancaria que a su vez envilece el equilibrio del modelo económico.
Ciertamente lo que acontece actualmente es un comportamiento lógico de los ciclos económicos que afectan y desequilibran el sistema, y recordemos para el efecto que las fases de un ciclo económico están dadas por: auge-contracción-resecion-depresión-recuperación-expansión; esperemos jamás caer en depresión otra vez como aconteció en la crisis de 1929. Porque si controlar la recesión y salir de ella se esta convirtiendo en un proceso lento, complejo y preocupante, imaginémonos, con las características de hoy, un mundo globalizado, de economías interdependientes y de tratados comerciales enormes el impacto de una depresión, obviamente destructivo de nuestras economías sobre todo de aquellas economías avanzadas que producen el 80% de los bienes de consumo globales. ¿A caso será errado pensar en un cataclismo como ya lo mencioné?
Pero, sucede que los efectos tempranos de la crisis radican en la perdida directa de empleos a gran escala, aumentos porcentuales de hasta 3 puntos que son un valor considerable para la contracción de la economía, contracción que se da por la falta de dinero para el consumo y una fuerte baja en la propensión marginal a consumir, quizás apoyada de un ahorro excesivo con miras a la prevención y la preferencia por satisfacer necesidades futuras, así mismo, la inversión cae consecuente con ello y la industria se reciente ante la perdida de la demanda de los consumidores. Que sigue: el desempleo masivo, producto de la insuficiencia de ingresos o ganancias del productor una vez pagados los costes de factores y costes de uso, es lógico que los ingresos no alcanzan para pagar a la mano de obra presente y en algunos casos el alquiler del capital de producción como ya lo dije, por una baja en la PMC.
Este proceso se explica luego de que se hace necesaria la intervención del gobierno para salvar de la quiebra “generalmente” a las empresas mas representativas del mercado, (las pequeñas empresas quizás decidan cerrar por completo) y a trabes de que medios: de una inyección fuerte de capital financiero que reactive la actividad productiva de las mismas, generalmente son cadenas de montaje (para el efecto las automotrices), los bancos indudablemente no se pueden escapar ni las aseguradoras sobre las que recae en gran medida la perdida de liquidez. ¿Bajo que condiciones? Con el compromiso de que la cadena productiva se estabilice y vuelva a girar reactivando la economía, reactivando los fondos efectivos para la producción y los movimientos de capital financiero nuevo. Sin ello, son inútiles las ayudas de los gobiernos y ahora hablaríamos de incursiones en amplias pérdidas monetarias del sistema. ¿Cuales son las alternativas?: yo solo veo una y a mi juicio es la siguiente: “o se produce o se produce” pero la economía no se puede detener es una trágica consecuencia que no se puede pensar ni por error.
Pero ya hablamos del os efectos a nivel industrial, productor. Generalicé para ubicar el contexto de la crisis y hablé de los posibles determinantes de la misma. Ahora orientaré mi explicación hacia la otra cara de la moneda: LAS FAMILIAS.
Las familias o micro grupos de consumidores cuya sumatoria genera el nivel de consumo anual sobre el PIB de los países y que son quienes permiten la circulación del mercado en condiciones óptimas de oferta y demanda agregada son los actores sobre los que recaen directamente los efectos tempranos de la crisis cuando la Economía se contrae.
¿Y traducido esto en que? En la perdida de ingresos generados por el trabajo al situarse en condiciones de desocupación obligada. Es decir, quienes más se recienten son los grupos con ingresos nominales mínimos y las familias de estratos medios. ¿Por qué?
1. aquellas familias sujetas a una amplia dependencia económica de la persona que trabaja (jefe de hogar) y que por el monto total del ingreso del mismo apenas alcanza para cubrir las necesidades de primera mano, incursionan en un consumo total de los ingresos sin oportunidad al ahorro o si la tienen, este será de un porcentaje muy bajo.
2. las familias cuyos ingresos se traducen en una mayor cuantía pero no la suficiente para un ahorro sostenido tambalean y quizás se endeuden mas para logara mantener su estabilidad (por principio, las familias nunca pensarían en empeorar su situación) por lo que, un recorte en los ingresos ocasiona una acción directa en el uso del ahorro y este, que es pequeño, se agotaría en el corto plazo.
3. aquellas familias que poseen un alto nivel de ingresos, también poseen una alta propensión al ahorro, razón por la cual, su sentido de precaución es mas sólido y les permite mantener la estabilidad por un tiempo mas prolongado por lo cual perdura la condición; a no ser, que la razón hipotética de una perdida casi total de sus activos en especulación haya comprometido seriamente el stock de capital financiero presente.
Estas son las características de la dinámica de los consumidores en relación directa con sus ingresos según mi observación.
Ahora, la posición que sobre ello tome el estado es una opción de “recapitalizacion” financiera para activar la economía y promover la circulación del mercado, manteniendo una alta tasa de empleo (seria lo ideal) para lo cual, las políticas van orientadas a una baja de las tasas de interés e incentivos para el aporte de los créditos que ayuden a los consumidores para que no queden neutrales dentro del mercado (incentivar el consumo) si hay consumo, hay producción, si hay producción hay ingresos, ingresos-ahorro-ahorro-inversión.
De tal forma que se necesita la intervención inmediata del estado a fin de reactivar la economía y contraer las tasas de desocupación mediante el incentivo al consumo, la producción y el pleno empleo.
A esto llego, poniendo de manifiesto y mediante la realidad de las condiciones de que: efectivamente Keynes reaparece totalmente en este campo a partir de las políticas regulacionistas del Estado y la dirección hacia un pleno empleo. Razón por la cual el estado en tiempos de crisis debe inclusive generar un Déficit fiscal a fin de incentivar el consumo de los agentes.
Por el momento no profundizo mas en el tema, pues creo yo habrá, de aquí en adelante mucho tema de estudio con relación a la toma en marcha por parte de Keynes del equilibrio del sistema económico.
Antes que nada guardemos compostura y confiemos que la crisis la vamos a solucionar, recuperemos la confianza, pues ya se esta trabajando en la estabilización del sistema, que puede ser lento, quizás manteniendo la contracción pero el ideal es que la tasa de ocupación se mantenga estable.
1. Todo lo aquí citado es propiedad intelectual del autor. Cualquier irregularidad es responsabilidad del autor.