El presente artículo considera como hipótesis esencial que las exigencias del nuevo Paradigma Técnico Económico, (PTE) han provocado cambios en las bases teórico-metodológicas de la planificación del desarrollo. Esto se demuestra en el análisis que se realiza en el estudio de los rasgos de la planificación del desarrollo tradicional, las perspectivas múltiples del enfoque de la planificación para el desarrollo y la nueva concepción de la planificación del desarrollo.
Autores: MSc. Santos Pineda Zamora (miembro del Centro de Estudio de Dirección Empresarial y Territorial (CECET)
Dra. Ana de Dios Martínez Decana de la Facultad de Economía y Directora de un proyecto de investigación del Centro de Estudios de Dirección Empresarial y Territorial (CECET) de la Facultad de Economía de la Universidad de Camagüey, Cuba.
E-mail: santos.pineda@reduc.edu.cu , ana.dedios@reduc.edu.cu
País : Cuba
Fecha : octubre de 2006
Resumen:
El presente artículo considera como hipótesis esencial que las exigencias del nuevo Paradigma Técnico Económico, (PTE) han provocado cambios en las bases teórico-metodológicas de la planificación del desarrollo. Esto se demuestra en el análisis que se realiza en el estudio de los rasgos de la planificación del desarrollo tradicional, las perspectivas múltiples del enfoque de la planificación para el desarrollo y la nueva concepción de la planificación del desarrollo.
Palabras claves: Paradigma Técnico Económico, planificación, desarrollo.
Abstract.
This article considers as essential hypothesis that the demands of the new Technical-economic Paradigm have brought about changes in the theoretical-methodological basis of the development planification. This shows the analysis we make when studying the characteristics of the planification of the traditional development, the perspectives of the planification approach for development and the new conception of planification for development.
Keyword: Technical-economic Paradigm , planification, development.
Introducción.
La planificación como todo proceso ha evolucionado junto con los cambios que se van operando, dictados por el fuerte desarrollo de las Fuerzas Productivas (FP), que implica un cambio paulatino de las relaciones sociales de producción.
Por tanto, está en el centro mismo del debate científico, cómo adaptarse a las nuevas exigencias del nuevo Paradigma Técnico Económico, (PTE) y como este proceso es reflejo de los cambios ocurridos en las bases teórico-metodológicas de la planificación del desarrollo.
Esta situación es generadora de nuevas condiciones histórico-concretas y exige de la comunidad científica y de la sociedad nuevas percepciones acerca del papel que debe asumir el proceso de planificación del desarrollo en su aspecto teórico-metodológico.
En esta investigación no se pretende realizar un tratado teórico, acerca de las diferencias de criterios dados al concepto de metodología, pero se asume la concepción dada por Georgui Rudenko en la cual plantea que la metodología se examina en dos sentidos:
Primero : como teoría sobre el método de intelección científica del mundo o como teoría sobre el método, modo de investigación.
Segundo : como conjunto de procedimientos, métodos de investigación aplicados en cualquier ciencia.
Desde este segundo punto de vista acerca del vocablo metodología es que se plantea en esta investigación analizar los cambios de las bases teórico- metodológicas de la planificación del desarrollo.
Esto se demuestra cuando se realiza un estudio de los rasgos de la planificación del desarrollo tradicional, las perspectivas múltiples del enfoque de la planificación para el desarrollo y la nueva concepción de la planificación del desarrollo.
Rasgos del proceso de planificación del desarrollo tradicional.
Los métodos y técnicas de la planificación, se remontan a la práctica panificadora de los países socialistas y especialmente a la extinta URSS en la década del 20, esta experiencia fue posteriormente ampliamente utilizada en Europa Occidental (Francia, Holanda y países Nórdicos), en los años 50 en América Latina y en Cuba con posterioridad al triunfo de la Revolución.
Es así como se generaliza en casi todo los países la elaboración del plan, concebido como un documento de carácter global y totalizador que tenía la finalidad de servir de marco de referencia para orientar y controlar la trayectoria de las diversas variables a lo largo del periodo de planificación ., es así como el plan se convertía en el elemento básico, inicial y central del proceso de planificación.
Los métodos y técnicas de planificación, también se trasladaban a otros países; el método de planificación por etapas, modelos macroeconómicos, técnicas de insumo producto para la disgregación sectorial del plan, etc., basados en la escuela de Tinbergen y en la teoría de W. Leontieff (premio Nóbel de Economía 1973)
Es así como se generalizó este tipo de planificación y como se convirtió en una práctica por los organismos de planificación y se materializó en la preparación de planes formales de desarrollo y en instancias de decisión dentro de un orden jerárquico y cronológico.
En particular en América Latina, la aceptación generalizada, a escala oficial, de la planificación como instrumento para promover el desarrollo, aparece estrechamente vinculada a las resoluciones de la Conferencia de Punta del Este en 1961.
Los planificadores de esta etapa se encontraban vinculados con una corriente de pensamiento económico Latinoamericano, el Estructuralismo (CEPAL) que postulaba la realización de transformaciones en la estructura socioeconómica de estos países que atravesaban por una difícil situación económica, social y política.
Los rasgos de la ortodoxia de la planificación fueron los siguientes:
Voluntarismo utópico: que se expresó en la orientación y el contenido de los planes, en el hecho que los planificadores tendieron a anteponer su ideología a la del grupo social que tenía el control efectivo de los procesos de toma de decisiones a partir de las aspiraciones de los representantes del modelo desarrollista de la (CEPAL).
Es así como la figura del planificador se idealiza, en tanto se consideraba como agente de cambio social y se le suponía dotado de cierta autonomía para actuar y de esta forma, la concepción de la planificación tendió a olvidar que las decisiones sobre la orientación y el contenido de los procesos reales de planificación son independientes de la ideología de los planificadores, todo lo que emanó de un análisis abstracto al dejar a un lado la consideración de los condicionamientos históricos estructurales y el papel que desempeña la ideología de los grupos sociales que intervienen en ellos.
En la actualidad muchos especialistas llaman la atención sobre el carácter reformista y esencialmente político de la planificación a fin de desmitificarla La planificación según Carlos de Mattos tiene que desenvolverse en los límites que imponen las condiciones económicas, sociales y políticas de cada realidad, y solamente dentro de ellas ", El alcance, y la naturaleza de la planificación dependen de las relaciones de propiedad imperantes "... la planificación es un proceso que comienza y termina en el ámbito de las relaciones y estructuras de poder (O. lamí, 1971)
Excesivo reduccionismo economicista: Los sistemas nacionales se observaban, describían y explicaban casi exclusivamente a través de su dimensión económica, de igual forma se encaraba esencialmente con instrumentos de política económica lo que se sustentaba teóricamente en una gran proliferación de definiciones de planificación económica, dejándose a un lado los estudios de la gravitación que en los procesos concretos tenían la escasez de recursos políticos, de conocimiento, de información.
Este reduccionismo economicista llevo a soslayar el alcance y la magnitud del conflicto social, derivado de la dispersión ideológica y de poder que caracterizaba la situación socio-política de estos países, lo que impidió el análisis de la vialidad política de los planes.
Formalismo: Se expresó en el uso del método de planificación por etapas, que culminaba en la elaboración de un plan económico global elaborado ex-antes y era referido a la actividad económica en su conjunto (incluyendo a todos los sectores de la economía), basándose en la creencia que era posible imprimir al sistema económico el comportamiento asignado por el plan
Estos planes muy sensatos desde el punto de vista técnico, restaron efectividad a la planificación por las siguientes razones:
• El plan resultó un instrumento excesivamente rígido e Inflexible ante la situación altamente inestable y cambiante de las economías, (la vulnerabilidad externa), lo que hace cambiar radicalmente la situación de un país, si cambia el comportamiento de las variables. La incertidumbre es una característica que junto con la complejidad, se acentúan con el tiempo, en los procesos de crecimiento y desarrollo que enfrentan los países y demandan respuestas igualmente complejas desde el punto de vista de la planificación.
• El plan presupone la hipótesis implícita de permanencia y validez a mediano plazo de metas, del comportamiento de distintas variables y de las medidas de política económica propuestas.
Es así como la imagen-objetivo que los planificadores adoptaban como base de los planes, no eran compatibles con las condiciones económicas, sociales y políticas del momento, por su falta de realismo social y político (perspectiva limitada sobre el papel de los agentes económicos), por su enfoque economicista, que no preveía el condicionamiento social, estos planes dejaron de adoptarse al generarse distancias, casi siempre, insalvables entre el proceso técnico del plan y el proceso real de toma de decisiones.
Los ejercicios globales de planificación fracasaron en la etapa de crisis general del capitalismo, (década del 70) sobre todo en los países de economías mixtas, debido a que la toma de decisiones se da en el contexto del pluralismo político.
Este tipo de planificación, predominante desde la post guerra, tanto en los países industrializados como en los menos desarrollados, es clasificada por Harold Linstone como tradicional o técnica (T), y para ello utilizó la metodología de análisis basada en la ciencia y la tecnología, y determinó que la planificación presenta un enfoque múltiple que pasa de ser un proceso Técnico, a uno Organizativo Societal (O/S) y Personal (P). El autor está llamando la atención sobre la necesidad de considerar la planificación del desarrollo como un sistema complejo desde diferentes perspectivas y del papel insuficiente de la perspectiva técnica y la necesidad de una ejecución eficaz a través de la (O/S) y (P).
La perspectiva (O/S), está basada en una visión del mundo, donde la infraestructura social, sus actores e instituciones, y sus valores éticos, son esenciales para explicar los procesos de estabilidad y cambio social, presta más atención a armonizar el cambio tecnológico con el cambio social, el tiempo más que tecnológico, es social.
Este autor no solo se enfrenta a la visión ortodoxa de la tecnología (concepción heredada o tradicional de la ciencia y la tecnología ), sino que apunta hacia la necesidad de rebasar el reduccionismo que ha caracterizado a la planificación para el desarrollo en casi todos los países del mundo.»
De lo que se trata, no es solo de enfocar la planificación desde estas perspectivas (que pueden ser muy útiles para evaluar un sistema complejo), sino de demostrar que todo proceso de planificación del desarrollo, tiene que rebasar el enfoque puramente técnico.
Análisis posteriores, permitirán evaluar los cambios tanto en los procedimientos de planificación, como en los paradigmas que hoy la sustentan, y arribar entonces a la demostración afirmativa de que las bases teórico-metodológicas de la planificación han suscitado cambios radicales.
Perspectivas múltiples del enfoque de la planificación del desarrollo.
Un balance interpretativo de la evolución de la planificación, conduce inevitablemente a considerar que la planificación es un proceso de perspectivas múltiples en concordancia con lo que plantea ( Harold Linstone) y que emerge con mayor claridad ante la creciente complejidad e incertidumbre de los procesos de cambio y desarrollo en países y regiones, dado las exigencias del nuevo PTE, los cuales ejercen una presión sobre los enfoques e instrumentos tradicionales de la planificación empresarial y territorial e inducen a su adecuación ante los cambios actuales y futuros.
Teniendo en cuenta los nuevos enfoques y tendencias que se están produciendo en la práctica de la planificación, se considera que además de la perspectiva técnica, organizacional, societal y personal la planificación debe ser considerada como un proceso de perspectivas múltiples, es decir, más integrado. Así lo plantea (Martínez Ana de Dios, 2003): en su tesis doctoral de economía plantea que planificación es un proceso de perspectivas múltiples: participativo, de cambios estructurales, estratégicos y prospectivos.
La planificación como proceso Participativo.
La planificación, ya sea empresarial o territorial, se mueve en el marco definido por el sistema económico, teniendo que desenvolverse en los límites que imponen las condiciones económicas, sociales y políticas de cada realidad.
El proceso de planificación empresarial o territorial se da en los límites que imponen las relaciones de propiedad y supone tener en cuenta los procesos reales del desarrollo, su carácter contradictorio, los sujetos del proceso social y sus contradicciones, las instituciones y las organizaciones, lo que implica, además, que se involucren los actores que permitan poner en marcha o acelerar los procesos conducentes a los objetivos planteados y la participación directa de la alta dirección en la formulación de las estrategias.
De ahí que la planificación sea un proceso participativo, de negociación y compromiso. Tanto los objetivos que se adopten en este proceso, como las medidas que se tomen para alcanzarlos, son resultado de la interrelación entre los diversos actores, organizaciones, instituciones.
La planificación como proceso de cambios estructurales
Todo proceso de desarrollo implica determinados cambios estructurales que tienen que darse para que este se produzca (Todaro, 1989; Van Arkadie, 1986). Desde esta perspectiva, la planificación en sus términos esenciales puede percibirse como un proceso que intenta producir una determinada modificación preestablecida en la estructura del sistema empresarial o territorial.
Así expuesto el problema, la planificación se presenta como, un proceso conducente a cambios estructurales, la antítesis de un futuro indiferente, una vía hacia el desarrollo. Tal afirmación tiene repercusiones metodológicas al introducirse la necesidad del estudio de la estructura actual del sistema ya sea empresarial, territorial y del futuro: el diseño de la visión, la formulación de pronósticos , el uso de escenarios , con el delimitado propósito de monitorear la variable tecnológica, que luego permitirá a los decidores trazar políticas estructurales a favor del desarrollo tecnológico, aspectos sobre el que han insistido varios autores desde la década del 80 hasta la actualidad (Ingelstan, 1980; de Mattos, 1986; Godet, 1994; Rodríguez, 2000).
La planificación estratégica y prospectiva
La planificación estratégica representa un progreso importante en relación con los intentos anteriores de planificación a largo plazo, pues introduce un análisis sistemático del entorno, dentro del diagnóstico estratégico; un esfuerzo para generar varias alternativas estratégicas
Las decisiones vinculadas a la planificación territorial enfrentan dos características asociadas a los sistemas y a su entorno que se han acentuado en la actualidad: la complejidad y la incertidumbre. Estas ejercen una presión sobre los enfoques e instrumentos tradicionales de la planificación y exigen su adecuación a los cambios crecientes del entorno.
Existe un consenso, respecto a que el desarrollo es un fenómeno complejo e incierto. Y que la incertidumbre “ se ha convertido en una faceta estructural del entorno socio-económico, y no en una desviación ocasional, respecto a una previsión, por tanto, es obvio que la previsión vista como extrapolación, es una técnica no del todo conveniente para explicar los cambios que pueden producirse y se requieren de herramientas más flexibles como la prospectiva ” .
La primera característica supone el uso de métodos de programación, enfoques sistémicos, etc.; la segunda requiere, además, la introducción del análisis aleatorio (decisiones aleatorias) y por tanto de la estrategia, que aparece en este caso, como una modalidad reactiva de acción, al establecer un conjunto de decisiones alternativas que definen las acciones a llevar a cabo en función de las circunstancias actuales y futuras que puedan presentarse, permitiendo que el sistema se mantenga en equilibrio con el entorno.
La prospectiva admite que el futuro es múltiple y no determinista, pero que aún cuando el azar y las propias limitaciones de los sistemas influyan sobre él, la confrontación de los diferentes actores y de sus proyectos, se convierte en un factor que influirá determinantemente el futuro al cual nos enfrentaremos.
Asumir la planificación desde estas perspectivas implica, entre otros aspectos, un análisis estructural del sistema ya sea empresarial o territorial objeto de estudio y el análisis de redes de actores para establecer sus relaciones y conformar sus estrategias.
Por tanto de este análisis se deduce que la planificación a entrado a un nuevo umbral en su desarrollo y asume una nueva concepción en relación con el último enfoque que plantea (Martínez, Ana de Dios, 2003) que la planificación es estratégica y prospectiva.
La nueva concepción de la planificación del desarrollo.
En los años 70 comienza a perfilarse en América Latina una nueva modalidad de planificación del desarrollo que difiere de la establecida por la ortodoxia imperante durante la década del 60 y hasta mediados del 70, el nuevo procedimiento de planificación, renuncia al plan como hilo conductor del proceso, en su lugar se establecen las estrategias que en la práctica empresarial habían alcanzado cierto nivel de desarrollo.
Esta modalidad se fue definiendo en la praxis al hacer frente a situaciones concretas que así lo exigían. Este nuevo modelo de planificación es el resultado del concepto, de que para salir de una situación indeseada en camino a una situación deseada se requiere necesariamente de un amplío conjunto de medidas de política económica que con dificultad podrían ser previstas desde el año cero.
En este proceso de planificación la estrategia tiende a convertirse en el elemento clave del mismo, ubicándose como marco general (hilo conductor) que permite asegurar la coherencia y continuidad de la política económica.
La estrategia constituye la base y la guía de la política económica que se adopte durante el periodo de planificación. Como forma selectiva de pensamiento ella encara los problemas que son prioritarios, estructuralmente definitorios para el crecimiento y desarrollo de un país, una región, etc.
El plan estratégico, por su metodología, es para la Administración local mucho más amplio, consistente y realizable que el proceso de planificación a largo plazo que asume las tendencias vigentes. Por otro lado, el plan estratégico de un territorio se decanta por la situación más deseable entre todas las posibles y en especial diseña la estrategia para gestionar el cambio.
En un proceso de planificación estratégica de un territorio es importante por parte de las instituciones u organismos rectores de este proceso, iniciar la planificación estratégica teniendo presente dos razones: la primera adelantarse al proceso de reflexión estratégica que se lleva a cabo en la región y poder ejercer el liderazgo en el mismo; segunda, debe dar respuesta a las siguientes interrogantes ¿ por qué es necesario adaptar la organización del territorio a las transformaciones previstas en el plan, a la realización de los objetivos que se propone? ¿Por qué la organización en su conjunto debe seguir los cambios en las relaciones, y en especial las relaciones de colaboración, que se establecen entre los diferentes agentes y entidades económicas y sociales y del gobierno en el proceso de elaboración del plan? Es por ello que resulta necesario analizar las:
Características específicas de la planificación estratégica
La planificación estratégica recoge de forma sistemática la evolución previsible del entorno y del análisis interno del territorio y organiza las propuestas de los diferentes estamentos y en especial, de los actores que gestionan el desarrollo en las regiones. Esta debe fijar unos objetivos válidos y fiables, pero su obtención y los medios que hay que emplear son responsabilidad de los actores que llevan este proceso. En este sentido, no impone métodos de trabajo. No es en absoluto dogmática; igual que la dirección por objetivos favorece la innovación, la gestión de los actores que propician el desarrollo.
De lo anterior expuesto seria necesario realizar un breve análisis de los conceptos asociados a los términos estrategia y planificación estratégica por su relevancia e implementación en la gestión de los territorios en la actualidad.
El término Estrategia proviene del vocablo “strategos” que inicialmente se refería al nombramiento del general en jefe del ejército. Más tarde pasó a significar “el arte del general”, es decir, las habilidades psicológicas y el carácter con los que se asumía el papel asignado. En época del Imperio Romano vino a significar habilidades administrativas en la conducción de problemas de Estado (administración, liderazgo, oratoria, poder, etc.)
Ya en tiempos de Alejandro de Macedonia (330 a.n.e) el término hacía referencia a la habilidad para aplicar la fuerza, vencer al enemigo y crear un sistema unificado de gobierno local. Es en ésta época cuando se consolida su extensión de la esfera militar a la de gobierno, incluyendo habilidades administrativas y políticas que permitieran dominar los territorios conquistados.
En la cultura japonesa el vocablo se corresponde con el de “heiho” significando “el arte del samurai”.
En el diccionario de Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española se señalan como términos afines: destreza, pericia, habilidad, táctica, maniobra.
En 1962 el historiador Alfred D.Chandler definió estrategia como: la determinación de las metas y objetivos básicos de una empresa a largo plazo, las acciones a emprender y la asignación de los recursos necesarios para lograr dichas metas. Esta fórmula de Chandler es ahora reconocida como el enfoque de la estrategia inicial.
La definición de Estrategia de Chandler fue eventualmente refinada por Kenneth Adrews, H. Igor Ansoff y otros, quienes introdujeron la idea de la estrategia como un proceso. Esta idea constituyó la piedra angular del enfoque de la dirección estratégica, basado en el principio de que el diseño general de una organización puede ser descrito únicamente si el logro de los objetivos se agrega a las políticas y a la estrategia como uno de los factores claves en el proceso de dirección estratégica.
H. Mintzberg, 1978, define la estrategia:
Como plan acciones en función de objetivos: Acciones conscientes con un propósito determinado.
Como pauta de acción: maniobra para ganar al contrincante.
Como patrón: concibe no sólo qué hacer, sino también el cómo. Es un modelo de comportamiento, incluye la definición de políticas.
Como posición: es un medio para ubicar a la empresa en su entorno.
Como perspectiva: Es una abstracción que existe en la mente, una invención de mentes imaginativas. Es una perspectiva compartida.
En resumen, una estrategia es un proceso donde se establecen las decisiones, alternativas y acciones fundamentales que deberán ser introducidas en el proceso de planificación según una secuencia temporal determinada en el marco de viabilidad política y factibilidad técnica para alcanzar los objetivos definidos.
Pero, la estrategia cobra su sentido dentro de la planificación estratégica. En el ámbito empresarial esta se define como el análisis racional de las oportunidades y amenazas que presenta el entorno para la empresa, de los puntos fuertes y débiles de esta frente al entorno y la selección de un compromiso estratégico entre estos dos elementos, que mejor satisfagan las aspiraciones de los directivos en relación con la empresa.
Hasta fines de la década de los cincuenta la planificación, entendida como procedimiento idóneo para racionalizar el proceso de decisiones y acciones requeridas para la ejecución de un determinado proyecto político, no había logrado mayor aceptación oficial en una buena parte de los países latinoamericanos.
La palabra planificación tenía entonces para la mayoría de ellos una resonancia desfavorable que, en algunos casos, hasta podría llegar a ser calificada como de subversiva.
Ello se derivaba principalmente del hecho de que hasta ese momento se la identificaba con los procedimientos utilizados en la conducción del proceso soviético.
En 1961 se aceleró el proceso de creación de organismos de planificación y de elaboración de planes nacionales de desarrollo económico y social. Sin embargo, este hecho no significa que entonces se haya producido la efectiva iniciación de un conjunto de experiencias concretas de planificación del desarrollo. Este período se caracteriza por la práctica efectiva de la planificación, por una intensa dedicación a la elaboración de planes, lo que llegó a cimentar el equívoco de que planificar equivalía a preparar planes.
Ese ciclo se desenvolvió, por lo menos en sus etapas iniciales, siguiendo una ortodoxia de planificación económica de carácter normativo, que ubica la existencia de un plan escrito como centro y eje del proceso y que además, privilegiaba las dimensiones globales del sistema, sin llegar a otorgar mayor importancia a los problemas de carácter regional.
Es justamente en el ámbito de este proceso de elaboración de planes de desarrollo donde también se ubica la aparición en forma generalizada de la preocupación por los problemas regionales y encontrar caminos efectivos para enfrentarlos. Ello contribuyó a dar un vigoroso impulso a la discusión y a la utilización de diversos paradigmas, modelos y estrategias para promover el desarrollo regional.
Por tanto, la Planificación implica que los administradores piensen, a través de sus objetivos, acciones y con anticipación; que sus acciones se basen en algún método, plan o lógica, más que en una mera suposición.
Es el proceso donde se establecen las directrices apropiadas para el logro de las metas y se puede ver como la función principal de la administración.
En cambio la planificación estratégica representa un progreso importante en relación con los intentos anteriores de planificación a largo plazo, pues introduce un análisis sistemático del entorno, dentro del diagnóstico estratégico; un esfuerzo para generar varias alternativas estratégicas; y la participación directa de la alta dirección en la formulación de las estrategias.
¿Que es la panificación estratégica aplicada al territorio? La planificación estratégica trata de establecer un conjunto de objetivos a largo plazo, de una organización territorial y definir las actuaciones que permitirán alcanzar los objetivos teniendo en cuenta el comportamiento probable del entorno exterior . Adopta una misión global integrada y prospectiva de la dinámica y de los problemas de la organización territorial de que se trate. No basta, sin embargo, con diseñar un plan basado en los elementos objetivos que proporcionan el análisis de la realidad sino que es necesario tener en cuenta las intenciones y proyectos de los agentes sociales en relación con la dinámica territorial.
(Kaufman y Jacobs 1997), entienden que la planificación estratégica tiene importantes antecedentes en la literatura de la planificación, pero aceptan que existen diferencias importantes con respecto a la planificación pública tal como se ha venido analizando en las administraciones locales y regionales. Entre estas diferencias se destacan las siguientes:
La planificación estratégica es más pragmática. Está decididamente orientada a la acción, a la obtención de resultados y a la ejecución de los planes.
Procura la participación de los agentes públicos y privados en el proceso de formulación y realización del plan: la definición de los objetivos, el diseño de las acciones y su ejecución.
Pone un gran énfasis en el diagnóstico de la dinámica económica de la ciudad (o la región), en función de las relaciones que tiene con el entorno en el cual se mueve. A partir del diagnóstico define las actuaciones que mejor se adaptan al entorno, afín de definir la producción; mejorar el posicionamiento en los mercados y aumentar la tasa de beneficios.
Entiende que la comunidad local se mueve a un sistema cada vez más competitivo, por lo que concibe a la región y/o a la ciudad compitiendo en el sistema regional urbano con las demás regiones o ciudades.
Por tanto, La planificación estratégica es un método de análisis y programación que ha recibido formulaciones muy diversas en función de los problemas que las empresas y los gobiernos locales tenían que enfrentar.
Su adaptación al ámbito y planificación territorial ha sido progresiva durante la última década. En la actualidad ningún ámbito de la vida social escapa a la necesidad de aplicar el llamado pensamiento estratégico , esta necesidad ha surgido a consecuencia de que en nuestros tiempos si hay algo estable y perdurable, es la conciencia de que el mundo es inestable y que para triunfar y mantenerse en él es imprescindible anticiparse a los posibles escenarios que puedan ocurrir, creando ventajas competitivas sostenibles.
La superioridad del hombre entre sus congéneres se basa precisamente en la capacidad de anticiparse a los acontecimientos y en la voluntad de influir creando situaciones favorables a sus propósitos. Por lo que la elaboración de estrategias siempre ha estado presente en el perfeccionamiento de todas las esferas de la vida social.
La instrumentación de un Plan Estratégico para una región, implica la incorporación de un cambio en las perspectivas de esta, focalizando la atención en los problemas internos del área urbana, en las condiciones de competitividad de las economías locales y en el potencial de los recursos endógenos en los municipios y sus territorios circundantes. Contar con un plan estratégico regional implica tener un nivel de respuesta “innovador” frente a las demandas del entorno socioeconómico cambiante y de los enfoques tradicionales de planificación.
Las transformaciones a nivel local y regional se vuelven un objetivo necesario en una estrategia para la planificación del desarrollo, con fuerte competencia entre las ciudades por posicionarse en base a sus ventajas comparativas.
Aparece entonces la descentralización como estrategia de desarrollo local , la cual ofrece perspectivas por demás interesantes. La descentralización: significa aportar creatividad, agilidad y control en la utilización de los recursos, que los gobiernos locales y los directivos correspondientes, centren su atención en aquellas dimensiones sociales que resultan estratégicas, accionando en éstas con mayores iniciativas, buscando cambios cualitativos favorables en el grado de desarrollo social alcanzado este análisis amerita describir las Características principales de la planificación estratégica de ciudades y territorios.
Las características más relevantes para el desarrollo estratégico de territorios y, especialmente, para los planes estratégicos de municipios con participación activa de los sectores públicos y privados, se pueden resumir en las siguientes:
1- Es aquella que determina los objetivos estratégicos para una ciudad o un territorio. Por objetivos estratégicos se entienden aquellos que permitan a la ciudad a medio plazo (entre 4 y 8 años) conseguir una posición de competitividad económica y de calidad de vida superior a la media de las ciudades de su entorno tomadas como referencia. Como mínimo, son los que aseguran un crecimiento de las variables anteriores por encima de la media del entorno durante un período de referencia.
2- se concibe como un plan de acción. Por lo que, no es un estudio prospectivo que define las grandes variables del entorno de la ciudad y las respuestas posibles analizadas desde un punto de vista teórico. Tampoco es un estudio técnico elaborado por un equipo consultor, por prestigioso que sea, que define las acciones a emprender según el futuro previsible.
Por tanto, se trata de concertar las estrategias de las entidades y las empresas que tienen capacidad y recursos para incidir mediante su actuación sobre la evolución del territorio. Hacer propuestas dirigidas a organismos, entidades o empresas que no han participado en el plan ni se consideran implicados y que, por tanto, no harán caso, puede ser un intento interesante pero no es un plan estratégico. El plan estratégico, por esta razón, tiene que implicar a los principales agentes de decisión económica y social y, de manera especial, a la principal autoridad democrática del territorio.
3- Un plan estratégico debe tener necesariamente un apartado referido a la comunicación (en general habrá un plan específico de comunicación con los ciudadanos dentro del plan estratégico) con el fin de generar ilusión ciudadana en el proyecto y sobre todo, para constituirse teniendo en cuenta (y siendo marco de referencia) las actividades públicas y privadas. Por eso es necesario que el ciudadano, las empresas y las entidades del territorio estén como mínimo informados del conjunto y de cada una de sus etapas y actividades.
A nuestro entender, para que un plan actúe como revulsivo para poner efectivamente en marcha una ciudad o un municipio entorno a unos objetivos es necesaria una amplia participación ciudadana.
4- El diagnóstico se ha de basar en el análisis externo e interno. Externo, en cuanto a todos aquellos factores clave que influyen en el desarrollo del municipio, fuera de su control; interno, por lo que se refiere a los factores endógenos que posibilitan el crecimiento económico y la cohesión social.
Por tal razón, el análisis diagnóstico se formalizará bajo la forma del análisis DAFO. Es decir, hay que identificar plenamente las debilidades y las amenazas, y también las potencialidades y las oportunidades. Esto no excluye otras formas de realizar un diagnóstico como la implementación del análisis estructural y de redes, junto a los métodos de análisis causal.
5- El plan de ciudades y territorios debe ser un plan que tenga en cuenta los diferentes aspectos de la ciudad: económicos, sociales, culturales, educativos, asociativos, entre otros.
6- El plan estratégico debe centrarse en pocos objetivos, pero claves para poder conducir al territorio a la situación que se ha identificado como posible y deseable. Los objetivos del plan tienen que ser factibles .
Las anteriores características nos permiten realizar el razonamiento siguiente: no podemos absolutizar que un plan sectorial de servicios sociales, transporte o turismo de un territorio no pueda tener la consideración de estratégico dentro de su sector. Un plan de este tipo puede tener, efectivamente, las características que mencionamos. Pero, de la misma manera que un plan estratégico sectorial ha de tener en cuenta todas las variables importantes que influyen en el sector, un plan estratégico del territorio también tiene que preverlas todas, en la medida en que condicionen la transformación del territorio.
Eso no significa que un plan estratégico de ciudad y territorio tenga que ser una sumatoria de planes: plan económico, de servicios, de transporte, etc. En un plan de ciudad y territorio no se pueden, ni interesa, prever todas las variables específicas que van a ser valoradas en un plan estratégico sectorial.
Por tanto, lo que hace falta en un plan de ciudad o territorio es identificar desde una amplia perspectiva los factores y las variables principales que en un momento determinado y con perspectiva de futuro tienen más importancia en un territorio concreto respecto al desarrollo económico sostenido y la calidad de vida de los ciudadanos.
A manera de resumen, se puede afirmar que la planificación del desarrollo, con carácter estratégico, asume rasgos propios de la tecnología y la tecnociencia. En la nueva visión de los estudios económicos con un enfoque científico, tecnológico y social esta asume:
Un enfoque histórico-concreto.
No se caracteriza por la búsqueda abstracta e impersonal, sino contextualizada en condiciones histórico concretas, aplicándose en el contexto de la planificación la aseveración de Núñez Jover , la idea del conocimiento científico, como teorías objetivas, rigurosamente formalizadas, probadas y por elfo verdaderas, ha sido sustituida por una visión que acepta en uno y otro grado la labilidad del conocimiento y su carácter transitorio"
Reconsidera los conceptos de racionalidad, pues presupone, un enfoque científico de la realidad, la no linealidad, lo aleatorio, lo difuso, etc.
Presupone un enfoque sistémico de la realidad, dinámico, flexible.
Los paradigmas teórico que la sustentan, también se modifican, no pueden aplicarse de forma rígida, sobre todo, cuando muchas de ellas no incorporan lo social a su discurso o basamento, de igual forma se modifican los métodos, técnicas empleadas por la planificación, e incluso los procedimientos.
Renuncia a la pretendida Neutralidad Ideológica, no obstante, aun se producen intentos en la práctica, de definir idealmente los objetivos, en nombre de una sociedad y de valores abstractos, lógicamente, las estrategias definidas o diseñadas sobre esta base están destinadas al fracaso.
Conclusiones.
El escenario actual y el proceso que pugna por hacerse global: una transformación profunda, radical, de toda la estructura del proceso productivo que impactará en todos los órdenes de organización de la sociedad, específicamente en las relaciones de producción "La globalización del nuevo Paradigma Técnico Económico" se presenta como un imperativo frente a la crisis estructural del sistema capitalista y su implantación; la formación de un "sentido común" y su propagación, forman parte de las contradicciones presentes en la etapa de transición de la actual crisis. Obviamente, el costo de implantación del nuevo Paradigma Técnico Económico es alto en todas las sociedades pero más aún en aquellas ubicadas en la periferia del sistema-mundo.
Esta es la razón por la cual se concluye y se ha demostrado en la investigación que las bases metodológicas de la planificación han cambio a la luz de esto profundos cambios socio-tecnológicos en la contemporaneidad y demandan de los investigadores que asuman el proceso de planificación del desarrollo con una visión más adecuada a los cambios del entorno impulsado por el nuevo Paradigma Técnico Económico.
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PINEDA ZAMORA, SANTOS: " El análisis estructural en el estudio de las variables claves del objetivo estratégico desarrollo del trabajo comunitario integrado del plan estratégico de la provincia de Camagüey para el periodo 2004- 2006” . / Santos Pineda Zamora.-Tesis de Maestría en Desarrollo Regional . Universidad de Camagüey, 2006.-97p.
RUDENKO GEORGUI, La metodología leninista en la investigación del imperialismo, editorial ciencias sociales, La Habana , 1977, p 11-33.
VÁSQUEZ BARQUERO, ANTONIO. Política económica local. Madrid. Ed Pirámide.SA, 1999, p 34.
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Fidel Martínez Álvarez. Hacia una visión integral de la ciencia y la tecnología, Pág.10
Técnica tradicional de la planificación que supone que las tendencias actuales se mantendrán en el futuro.
Instrumento que comenzó a emplearse ampliamente en la década del 80 para explorar los problemas del desarrollo a largo plazo en muchos países. Un ejemplo de ello fue el estudio Bariloche Catastrophe or New Society por A. Herrera, 1977. En la actualidad es el principal instrumento para los estudios de prospectiva y es ampliamente utilizado en ámbito empresarial y público.
Indica la cantidad de elementos de un sistema (complejidad cuantitativa), sus potenciales interacciones o conectividades y el número de estados posible que se producen a través de esta (variedad y variabilidad).
M. Godet, El futuro es la razón de ser del presente, 1991, citado por José Miguel Fernández Guell, Planificación estratégica de ciudades, Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona 1997, Pág. 59.
Antonio Vásquez Barquero. Política económica local. Madrid. Ed Pirámide.SA, 1999, p 34.
Consultar artículo" La metodología del análisis estructural y causal para la toma de decisiones empresariales y territoriales" publicado en el periodo Enero-Julio de 2006, en la Revista Internacional Arbitrada: La Nueva Gestión Organizacional, con número de ISSN 1870-2058 y reserva de derecho 04-2005-120114252300-102, país México.
Martínez, Ana de dios: " Bases Metodológicas de la Planificación del Desarrollo Económico a la luz de los Estudios CTS ": artículo presentado al Mínimo de Ciencia Tecnología y Sociedad, Camagüey, 2003.
Núñez Jover, Jorge: "La ciencia y la tecnología como procesos sociales". Editorial Félix Valera, 1999, Pág. 7