Desarrollo Económico: Economía del Desarrollo

Después de la gran depresión de los años treinta y los desastres provocados por la segunda guerra mundial, la evidente brecha en términos económicos y sociales de los países subdesarrollados, devino en objeto de preocupación de políticos y teóricos. Surgió así lo que ha dado en llamarse la Economía del Desarrollo, fundamentalmente de inspiración neoclásica, y entre los principales teóricos se destacaron Raúl Prebish, Ragnar Nurske, Gunnar Myrdall, y Rosestein Rodan, entre otros.



Estos autores se dieron a la tarea de interpretar la existencia de lo que hoy denominamos subdesarrollo y elaboraron propuestas de diferente tipo, pero prácticamente todos identificaron la necesidad de acometer el proceso de industrialización que garantizara elevar sustancialmente los ritmos de crecimiento económico y los volúmenes de acumulación imprescindibles para ello.

La influencia keynesiana en el pensamiento de la época, se reveló en que varios autores centraran su atención en la estrechez del mercado interno de los países subdesarrollados. Rosenstein Rodan, por ejemplo, apuntaba que la insuficiencia de la demanda provocaba la escasez de inversión en el sector moderno, de aquí los pobres ritmos de crecimiento económico. Por su parte, Nurkse insistió en la presencia de un círculo vicioso de la pobreza, es decir las relaciones de causa- efecto entre varios fenómenos. Por el lado de la oferta advirtió: una baja renta por habitante, baja propensión al ahorro, insuficiencia de capital y baja productividad. Mientras, por el lado de la demanda observó la presencia de un bajo poder adquisitivo, insuficiencia de producción en el sector moderno, baja productividad media y baja capacidad de compra. Se hacía necesaria aumentar el tamaño del mercado para incrementar la rentabilidad esperada, la inversión y el aprovechamiento de las economías de escala, además de movilizar los recursos existentes hacia el sector moderno y así generar más incentivos al ahorro por ejemplo, mediante los controles sobre la demanda de consumo.

En su mayoría estos autores coincidieron en la necesidad de la afluencia de ahorro externo, en particular, de inversiones de capital extranjero, como vía para enfrentar las limitaciones internas del proceso de acumulación. La idea de un big push, es decir, de una oleada de inversiones simultáneas, sería la solución que permitiría impulsar el desarrollo del mercado interno.



Autor: Eloy Samuel Ramírez Acosta