El Mercado del Trabajo en Chile

Evidentemente el efecto de la contracción económica se expresa principalmente en el mercado del trabajo, lo cual implica que el costo de la crisis se desplaza directamente a los trabajadores. Lo anterior implica que tanto las variables empleo como los salarios reales reflejan las condiciones de este mercado.



El análisis de las condiciones de empleo presentes en la economía chilena, exige atender a ciertas situaciones estructurales. La primera se refiere a una marcada estacionalidad que posee la ocupación, dado las características de la actividad agropecuaria, la cual posee una función de producción intensiva en trabajo. La demanda por trabajo de este sector se concentra en los periodos más intensivos de su actividad. De este modo, el periodo estival ve incrementarse la ocupación del sector, la que disminuye de manera ostensible durante el invierno. La fuerza de trabajo que se ocupa en ese sector se caracteriza por ser notoriamente precaria. Esto debido a los bajos salarios que percibe, como a la transitoriedad de su actividad económica. Generalmente este sector de trabajadores, conocidos como “temporeros” representan un ejemplo de la precariedad en el empleo.




El año 1998 presenta una inflexión menor debido al efecto de la crisis en la actividad agropecuaria. Sin embargo, esta situación no se continúa reproduciendo y el año 2000 recupera la tendencia estructural. Esta característica provoca que la desocupación en Chile alcance su punto más alto en el periodo invernal.



La segunda condición estructural se encuentra asociada a una tendencia en la caída de la tasa de absorción de la economía chilena. Esta situación, que implica que la economía cuenta cada vez con una menor capacidad para generar puestos de trabajo, plantea serias dificultades a la viabilidad estructural del modelo de crecimiento imperante. El principal problema que avizora, es un incremento tendencial de la desocupación.

Podemos observar durante el año 2001 un comportamiento del desempleo ligeramente más rígido respecto a la estacionalidad tradicional. De este mismo gráfico se desprende que en 1999, la tasa de desempleo superó durante seis meses consecutivos el 10%. Lo mismo ocurrió en el año 2000 esta vez durante cuatro meses consecutivos. Finalmente en el año 2001, esta situación sólo se produjo durante un solo mes. Estos antecedentes parecieran mostrar una tendencia hacia la superación del problema; sin embargo, esto constituye una realidad aparente.

Desde el año 2000 vienen implementándose programas de asistencia a los desocupados, que consisten en la creación de empleos de emergencia en el ámbito de los municipios y que se renuevan permanentemente. Es una medida que forma parte de la política asistencia social frente al problema de la desocupación. Si bien permite que las personas beneficiadas accedan a un ingreso mínimo por el hecho de realizar actividades menores de mantención de áreas verdes y reparación de instalaciones, no implica que las condiciones del mercado del trabajo hayan cambiado. Además estos empleos de emergencia son esencialmente transitorios.



En el año 2000 se crearon en promedio cerca de 80.000 de estos empleos de emergencia, los que en el año 2001, ascendieron a 150.000. Dado la condición de transitorios que hemos señalado y que su generación no da cuenta de una dinámica autónoma del mercado del trabajo, es que podemos considerarlos como parte de la desocupación real que existe actualmente en la economía (Visiones económicas, La Economía Chilena: De la crisis al estancamiento. Universidad Arcis, Septiembre 2001). . Si nos atenemos a esta definición, las condiciones del desempleo en nuestro país cambian de manera importante.



Ateniéndonos a estas nuevas condiciones, la situación se invierte. El año 1999 hay seis meses en que el desempleo alcanza los dos dígitos, esta situación aumenta a siete meses el año 2000. En lo que han transcurrido las estadísticas del año 2001, al mes de octubre todos los meses se mantenían con un desempleo por sobre el 10% e incluso desde mayo en adelante, sobre el 12%. La distribución administrativa del territorio nacional nos permite apreciar el modo en que la crisis de empleo ha afectado a las distintas zonas del país antes de que se desatara la crisis asiática.



La tendencia que se aprecia en el comportamiento de la fuerza de trabajo, más que reflejar una retirada voluntaria de las personas de la actividad “búsqueda de empleo” y por tanto de la categoría Fuerza de Trabajo, señala la presencia de un desempleo de larga duración que la encuesta del INE no logra detectar. Esta situación, de subestimación de la fuerza de trabajo contribuye a su vez a subestimar también el volumen de desocupación existente.

Este escenario que se aprecia en la economía y el mercado del trabajo, sintetiza un año particularmente difícil para la economía chilena. Los antecedentes existentes no permitían suponer a la fecha que el año 2002 resultara ser más positivo que el anterior. Por el contrario, todo apunta a que el cuadro que se desarrolló durante el 2001 sólo se profundizaría en el siguiente año. Esto se explica por una parte, por la crisis de la economía norteamericana, el impacto que esto tiene a escala mundial y el colapso de la economía argentina y su efecto en el ámbito regional. El otro factor que está presente en la explicación respecto a la imposibilidad de la economía de retomar una senda sólida de recuperación y crecimiento, se vincula a las condiciones internas. El modelo de economía abierta aplicado en Chile, muestra signos de agotamiento. De no imprimirse modificaciones, que no son menores, al funcionamiento de la economía, no puede revertirse la tendencia al incremento del desempleo y todas los conflictos y dificultades que ello acarrea (Visiones económicas, La Economía Chilena: De la crisis al estancamiento. Universidad Arcis, Septiembre 2001.)