Pobreza

Conclusiones - Índices de Pobreza

Presentamos un cuadro resumen con todos los índices propuestos para comparar en números cómo las características de cantidad, intensidad y desigualdad entre los pobres importan a la hora de medir la pobreza.



Situation inicial
  Po P1 P2 Ps
Pais A 40% 13,33 % 4,44 % 13,33 %
Pais B 40% 1,33 % 0,04 % 1,33 %
Escenario 1: Empeoran los pobres en el pals A
  Po P1 P2 Ps
Pais A 40% 21,33 % 12,09 % 25,07 %
Pais B 40% 1,33 % 0,04 % 1,33 %
Escenario 2: Mejoran los pobres en el pals A, pero siguen siendo pobres
  Po P1 P2 Ps
Pais A 40% 6,13 % 1,80 % 11,55 %
Pais B 40% 1,33 % 0,04 % 1,33 %


 



Como se puede apreciar en la tabla anterior, las diferencias pueden ser notables de acuerdo con el índice que se esté utilizando.

El valor más alto lo da el headcount index (P0), el cual es insensible a los cambios tanto en los ingresos de los pobres como a la intensidad entre ellos. Este índice, como se dijo anteriormente, considera al pobre sin importar si el mismo tiene cero ingresos o cuenta con un ingreso que le permite cubrir alguna parte de sus necesidades, aun cuando siga siendo pobre.

A este índice le sigue la propuesta de Sen, sobre todo cuando no hay equidad entre los pobres. Su valor resume todos los aspectos relevantes para un indicador ideal de pobreza. No sólo tiene en cuenta la cantidad de pobres, sino la intensidad de pobreza y la desigualdad entre ellos. La intensidad hace referencia a qué tan lejos de la línea de pobreza se encuentra el individuo. Pero también se tiene en cuenta el grado de desigualdad entre ellos por medio del coeficiente de Gini medido para los pobres.



En tercer lugar de magnitud de índice, se encuentra el que considera el ratio entre la brecha de pobreza y la línea de pobreza. Esta brecha sólo existe para los pobres. Este índice promedia la distancia a la que se encuentra una persona para dejar de ser pobre, medida en niveles de ingreso. No toma en cuenta la desigualdad entre los pobres ni su cantidad.

Finalmente, quien menor valor de índice presenta es el índice de severidad de pobreza. Este índice pondera mucho más a los de mayor brecha de pobreza, es decir a quienes más lejos están del nivel mínimo de ingreso para ser considerados no pobres. Es una alternativa para enfocar el problema de la pobreza desde otra óptica. Sin embargo, tampoco refleja la cantidad de pobres.

Autor: Magister Guido Vignoli - Octubre de 2016

El presente trabajo fue publicado en el boletín del CENFEM nro. 6 CENFEM Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano www.ub.edu.ar Zabala 1837, CABA, Argentina

Referencias

Sen, Amartya (1976), “Poverty: an Ordinal Approach to Measurement”, Econometrica, Vol. 44, No. 2, pp. 219-231.

Shorrocks, Anthony F. (1995), “Revisiting the Sen Poverty Index”, Econometrica, Vol. 63, No. 5, pp. 1225-1230.

Thon, Dominique (1979), “On Measuring Poverty”, The Review of Income and Wealth, Vol. 25, No. 4, pp. 429-439.

Xu, Kuan y Lars Osberg (2002), “The Social Welfare Implications, Decomposability, and Geometry of the Sen Family of Poverty Indices”, Canadian Journal of Economics, Vol. 35, No. 1, pp. 138-152.

Zheng, Buhong (1997), “Aggregate Poverty Measures”, Journal of Economics Surveys, Vol. 11, No. 2, pp. 123-162.

Índice de Sen – Shorrocks – Thon

Xu y Osberg (2002) logran reescribir el índice de Sen, tomando como referencias los trabajos de Thon (1979) y Shorrocks (1995).



La fórmula propuesta para este nuevo índice es la siguiente:



La diferencia más importante con respecto al índice de Sen (PS) es la incorporación del índice de brecha de pobreza sólo entre los pobres (P1P ) y el coeficiente de Gini calculado entre las brechas de pobreza entre los pobres (^GP).



De esta manera, se puede identificar el impacto de cada dimensión analizada cuando se modifica el índice de pobreza según esta propuesta. La ecuación relevante es:



De esta manera, el cambio porcentual en la pobreza es explicado por el cambio porcentual en la cantidad de pobres, más el cambio porcentual en los índices de brecha de pobreza entre los pobres, más el cambio porcentual en el coeficiente de Gini calculado sobre las brechas de pobreza entre los mismos pobres.



En otras palabras, se puede tener fácilmente identificado si la mayor pobreza se debe a que hay más pobres, los pobres son más pobres, o si creció la desigualdad entre los pobres (o una combinación de todos ellos). También se puede considerar el impacto porcentual de cada una de estas dimensiones sobre la situación general de la pobreza en una economía.

Como se puede apreciar, es el índice más completo. Pero su cálculo y manipulación requiere de información detallada y un correcto entendimiento de lo que se está midiendo con el PSST. El ejemplo que veníamos trabajando se ve limitado por la cantidad de datos, por lo que, al precisar de una base más grande, no se lo calcula en este documento.

Autor: Magister Guido Vignoli - Octubre de 2016

El presente trabajo fue publicado en el boletín del CENFEM nro. 6 CENFEM Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano www.ub.edu.ar Zabala 1837, CABA, Argentina

Brecha de Pobreza

Este índice incorpora el factor de magnitud o intensidad en la pobreza. Para ello, lo primero es definir la brecha de pobreza (B) como la diferencia entre la línea de pobreza (z) y el ingreso individual (y).





La función I cumple el mismo rol que antes. La diferencia es que, para aquellos identificados como pobres, ahora se toma en cuenta la distancia entre la línea de pobreza y su nivel de ingresos. Es decir: qué tan lejos está de dejar de ser considerado pobre.

Se define el índice de brecha de pobreza de la siguiente manera:





El ratio B/z indica cuánto representa la brecha de pobreza sobre el nivel mínimo para dejar de ser pobre en cada individuo. Este ratio toma valores positivos menores a 1. Cuanto menor es el valor de este ratio, menos preocupante es la situación del pobre.

Es decir: la distancia que separa al individuo de dejar de ser pobre es menor cuanto más cercano a cero es el valor del ratio. En otras palabras, se puede identificar cuáles serían aquellos individuos a los que resulte menos costoso sacar de la pobreza. Los de menor ratio B/z están más cerca del límite. Por lo tanto, el costo de sacarlos de la pobreza es menor en ellos que en aquellos más pobres.



Cuando el valor del ratio se acerca a 1, esos individuos son los más pobres entre los pobres. En el caso extremo, cuando el índice es igual a 1 significa que esa persona tiene ingreso cero. Por lo tanto, no cubre nada de lo mínimo necesario medido por la línea de pobreza. Los planes dedicados a ayudar a estos individuos serán los más costosos.

Incorporamos en nuestro ejemplo el índice de brecha de pobreza (P1) para los tres escenarios. Recordemos que la línea de la pobreza es $ 150.

Tabla 2

Situación Inicial
  Ind 1 Ind 2 Ind 3 Ind 4 Ind 5 P1
País A 100 100 160 170 180 0.1333
País B 145 145 160 170 180 0.0133
Bi (País A) 50 50        
Bi (País B) 5 5        
Escenario 1: Empeoran los pobres en el país A
  Ind 1 Ind 2 Ind 3 Ind 4 Ind 5 P1
País A 90 50 160 170 180 0.2133
País B 145 145 160 170 180 0.0133
Bi (País A) 60 100        
Bi (País B) 5 5        
Escenario 2: Mejoran los pobres en el país A, pero siguen siendo pobres
  Ind 1 Ind 2 Ind 3 Ind 4 Ind 5 P1
País A 105 149 160 170 180 0.0613
País B 145 145 160 170 180 0.0133
Bi (País A) 45 1        
Bi (País B) 5 5        


 


En la situación inicial, el resultado indica que los pobres son un 13,3% pobres en el país A, y un 1,33% pobres en el país B. Es decir, en el país A, los pobres son más pobres que en el país B.

Una desventaja de este índice es que no indica como primer resultado la cantidad de pobres que hay en la población, ya que no es construido para tal fin. Por lo tanto, al momento de interpretarlo podríamos cometer un error si, por ejemplo, dijésemos que en el país A el 13,3% de la población es pobre.

Como podemos observar, este índice tiene en cuenta la intensidad de la pobreza. La principal diferencia respecto del anterior índice (P0) es que tiene valores sensiblemente inferiores. De alguna manera, lo que indica es que existe una parte de las necesidades que realmente están cubiertas, aunque no todas.

Una ventaja es que ahora sí se refleja la efectividad o no de un plan que busque combatir la pobreza. Por ejemplo, bajo el escenario 1, cuando los pobres son más pobres, el índice en el País A aumenta su valor. En el escenario 2, cuando se mejora el ingreso de los pobres pero siguen siendo pobres, el índice en el País A disminuye su valor.

Si bien tenemos un mejor sentido de la situación de los pobres, no sabemos cómo impactó el cambio de los ingresos en la desigualdad entre los pobres.

Finalmente, la suma de las brechas de pobreza indica cuál es el mínimo costo de eliminar la pobreza. Este es un elemento muy importante al momento de asignar recursos para las políticas públicas en pos de erradicar este problema, o por lo menos cuánto dinero sería necesario para lograr tal fin. Por ejemplo, para el país A el costo de eliminar la pobreza sería de $ 100 (en la situación inicial), $ 160 (en el escenario 1), y $ 46 (en el escenario 2).

Autor: Magister Guido Vignoli - Octubre de 2016

El presente trabajo fue publicado en el boletín del CENFEM nro. 6 CENFEM Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano www.ub.edu.ar Zabala 1837, CABA, Argentina

Definición de Índice de Pobreza

El índice de pobreza cuenta la cantidad de individuos que son clasificados como pobres y considerarlos con relación al total de la población (o de una muestra en particular).





Donde NP es el número de pobres y N es la población total o muestra analizada.

Para determinar el número de pobres, antes debe definirse cómo identificar a quien es pobre. En este documento seguiremos el enfoque tradicional, tomando en cuenta los niveles de ingresos, y no el enfoque multidimensional de la pobreza. Pobre es aquel individuo cuyo ingreso (y) es menor a un nivel mínimo necesario para consumo. Este nivel mínimo describe una línea de pobreza (z). Es decir: una persona es considerada pobre si su ingreso no supera la línea de pobreza (y < z). De esta forma, podemos reescribir la ecuación (1) de la siguiente manera:





La función I compara, para cada observación, el ingreso individual con la línea de pobreza. Les asigna el valor 1 cuando el ingreso es menor a la línea de pobreza, y el valor 0 en caso contrario. Al sumar todos los valores 1 en la muestra analizada se obtiene la cantidad de pobres (NP).

Comencemos a utilizar un ejemplo que continuaremos empleando durante todo el documento para ir aplicándole las diferentes propuestas de índices.



Consideremos dos países (A y B) donde habitan 5 individuos en cada uno. La línea de pobreza es la misma en ambos países y su nivel es de $ 150 (z = 150). En la tabla se presentan los niveles de ingreso de cada uno de los individuos.

Situación Inicial
 Ind 1Ind 2Ind 3Ind 4Ind 5P0
País A1001001601701800.4000
País B1451451601701800.4000
Escenario 1: Empeoran los pobres en el país A
 Ind 1Ind 2Ind 3Ind 4Ind 5P1
País A90501601701800.4000
País B1451451601701800.4000
Escenario 2: Mejoran los pobres en el país A, pero siguen siendo pobres
 Ind 1Ind 2Ind 3Ind 4Ind 5P1
País A1051491601701800.4000
País B1451451601701800.4000

En este caso, los individuos 1 y 2 en ambos países tienen un nivel de ingreso menor al de la línea de pobreza. Por lo tanto, son considerados pobres. El índice de pobreza da como resultado 0,4 lo que significa que el 40% de la población en cada país es pobre.

Hemos presentado tres escenarios: la situación inicial; una en la que los pobres del país A son más pobres, y otra en la que hay una mejora de ingreso en los pobres del país A, pero no pueden salir de la pobreza.

En cualquiera caso, el índice de pobreza sigue siendo 40%.

Por lo tanto, podemos comenzar a ver algunas fallas en este índice de pobreza:

a) Sólo cuenta la cantidad de pobres. Por lo tanto, ignora las diferentes intensidades de pobreza que pueden existir. Al solo hecho de cuantificar quién es pobre, para el índice resulta indiferente que la persona tenga ingreso cero o no, cuando en realidad este punto es muy importante. Es decir, no toma en cuenta la intensidad de la pobreza. El índice no identifica si algún pobre se volvió más pobre.

b) Tampoco considera si el pobre tiene más ingreso, aun cuando siga siendo pobre. Estas situaciones pueden intensificar las desigualdades entre los mismos pobres, hecho que el índice ignora totalmente. Es decir: el índice no toma en cuenta la desigualdad entre los pobres.

Siguiendo nuestro ejemplo, el índice nos indica que el 40% de la población es pobre.

En términos de propuestas que quieran acabar con la pobreza, no es lo mismo destinar recursos para quien está lejos de la línea de la pobreza que para quien está cerca, es decir para quienes tienen mayor o menos intensidad de pobreza. La eficiencia de los planes que busquen combatir la pobreza también se traduce en la mejor utilización de los recursos para llevarlos a cabo.

Autor: Magister Guido Vignoli - Octubre de 2016

El presente trabajo fue publicado en el boletín del CENFEM nro. 6 CENFEM Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano www.ub.edu.ar Zabala 1837, CABA, Argentina

¿Cómo se mide la pobreza? Los Índices mas Usados

La pobreza identifica a las personas que necesitan ayuda. Ellas se enfrentan a situaciones límites por no estar en condiciones de satisfacer muchas de sus necesidades, incluso las más imprescindibles para la vida diaria.



Si bien lo relevante del tema no es algo que esté en discusión, la forma de contabilizar la pobreza es un punto que amerita un mayor esfuerzo y dedicación, porque los planes de acción, tanto políticos como económicos, dependen finalmente de un resultado numérico.

El hecho de que exista más de una forma de contabilizar el estado de pobreza implica, entre otras cosas, resultados numéricos diferentes. Aquí, nuevamente surge otro potencial problema pues, si existe mucha diferencia entre los índices, los planes de acción que busquen combatir la pobreza no sólo pueden llegar a ser incorrectos sino también muy costosos.

Dicho de otra forma: ante las diferentes alternativas de cuantificación de pobres, buscar el mejor índice posible también es la forma de lograr eficiencia en la asignación de los recursos económicos.



El mejor índice de pobreza es aquel que refleja la situación de los individuos de un país con mayor exactitud y precisión. Sin embargo, es el más complejo de calcular por el detalle de información requerida.

Un índice ideal de pobreza debe ser capaz de responder las siguientes preguntas:

• ¿Hay más pobres?



• ¿Los pobres son más pobres?

• ¿Hay más desigualdad entre los pobres?

Las preguntas anteriores son un ejemplo de lo que Sen (1976) propone por medio de los dos axiomas que considera fundamentales en el estudio y medición de la pobreza:

• Monotonicidad: teniendo en cuenta otras variables constantes, una reducción en el ingreso de una persona que se encuentra debajo de la línea de pobreza debe incrementar la medida de pobreza.

• Transferencia: considerando otras variables constantes, una transferencia de ingresos pura de una persona debajo de la línea de pobreza a otra que es más rica debe incrementar la medida de pobreza.

Vamos a hacer un breve recorrido por los índices de pobreza más utilizados, desde el más simple al más ideal, indicando las ventajas y desventajas de cada uno de ellos (Zheng (1997) ofrece un completo listado de índices de pobreza utilizados hasta el momento.) . Por medio de un ejemplo teórico, veremos la reacción de cada uno de ellos a diferentes situaciones e interpretaremos sus resultados.

Autor: Magister Guido Vignoli - Octubre de 2016

El presente trabajo fue publicado en el boletín del CENFEM nro. 6 CENFEM Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano www.ub.edu.ar Zabala 1837, CABA, Argentina

Índices de Pobreza

Autor: Magister Guido Vignoli Octubre de 2016



Este boletín del CENFEM presenta un estudio del magister Guido Vignoli, profesor de Economía de la Empresa en el MBA, quien analiza las diferentes maneras de medir la pobreza.

El trabajo ilustra sobre los diferentes índices que existen a los efectos de contabilizar la pobreza. No es meramente un ejercicio académico, ya que las decisiones de política económica y ayuda a la población en situación de pobreza deberían ser distintas en cuanto a su intensidad y alcance de acuerdo con el modo en que se mida la pobreza.

En cuanto a su medida, un índice completo de pobreza debe ser capaz de responder las siguientes preguntas:



• ¿Hay más o menos pobres? ¿Cuántos son? El tema de la cantidad de pobres.

• ¿Los pobres son más o menos pobres? El tema de la magnitud o intensidad de la pobreza.

• ¿Hay más o menos desigualdad entre los pobres? El tema de la distribución de ingresos entre los pobres.El índice tradicional de pobreza sólo contesta la primera pregunta. Normalmente, se cuenta la cantidad de individuos con un ingreso por debajo de lo que se define como línea de pobreza y esta cantidad es la de pobres. Pero esta medida no es informativa acerca de cuán próximos o lejanos están los individuos de la línea de pobreza.



Si la mayor parte de los pobres están ligeramente por debajo de la línea de pobreza, entonces la magnitud o intensidad de la pobreza es menor que si la mayor parte de los pobres se encuentran muy por debajo de esa línea. En el primer caso, las políticas públicas para sacar a la población de la pobreza serán de un costo sensiblemente menor que en el segundo caso. Esto es medido por el índice de brecha de pobreza.

Finalmente, el índice de Sen y el de Sen-Shorrocks-Thon toman en cuenta los tres factores. Si hay más pobres, estos índices aumentan; si la magnitud o la intensidad de la pobreza son mayores, también aumentan, y hacen lo propio con un aumento en la desigualdad entre los pobres.

En la práctica, estos índices implican una exigencia mayor en cuanto a su cálculo y a la información estadística con que se debe contar.

Doctor Marcelo Dabós - Director del Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano

El presente trabajo fue publicado en el boletín del CENFEM nro. 6 CENFEM Centro de Estudios en Negocios, Finanzas, Economía y Marketing Universidad de Belgrano www.ub.edu.ar Zabala 1837, CABA, Argentina

Inflación en México



Inflación y Alimentos

Un poco de historia



Medición de la inflación

En México, el indicador que mide la inflación es el INPC (Índice Nacional de Precios al Consumidor). El instituto encargando de elaborar este índice es el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Economía).

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Inflación histórica

Inflación acumulada por sexenios:

SexenioInflación Acumuladadesdehastainflacion anual
Luis Echeverría Alvarez129.60%Dic 1970Nov 197614.87%
José López Portillo459.00%Dic 1976Nov 198233.26%
Miguel de la Madrid3710.10%Dic 1982Nov 198883.51%
Carlos Salinas de Gortari139.10%Dic 1988Nov 199415.66%
Ernesto Zedillo226.00%Dic 1994Nov 200021.78%
Vicente Fox29.80%Dic 2000Nov 20064.45%
Felipe Calderón28.00%Dic 2006Nov 20124.20%
Enrique Peña Nieto4.90% (*)Dic 2012Jul 20138.59%

(*) Hasta Junio de 2013

Podemos marcar algunos períodos históricos de la inflación en México:

  1. Desde la década del 70, la tasa de inflación fue en paulatino aumento.
  2. En 1988, la inflación alcanzó valores del 114% anual, por lo que podemos hablar de hiperinflación. En este período, se dió la misma situación en varios países latinoamericanos.
  3. Luego, la inflación fue disminuyendo, para volver a aumentar en 1995.
  4. La inflación disminuyó nuevamente, manteniendose entre 2002 y 2013 en valores relativamente estables y entre 3% y 5%.

Aumento en el precio de los alimentos

La economía de México está fuertemente integrada a la economía de los Estados Unidos. El impulso de los biocombustibles en Estados Unidos, aumentó fuertemente la demanda de maíz, aumentando su precio. Este aumento de precio a nivel internacional del maíz, impactó fuertemente en la economía mexicana.

En el siguiente gráfico vemos que el precio internacional del maíz aumentó fuertemente en el año 2006.

Gráfico 1: Precio Internacional del Maíz

El el siguiente gráfico, vemos que los precios de los alimentos aumentaron casi un 10% anual a partir del año 2006 y hasta abril del 2009.

Gráfico 2: Inflación Alimentos

Recordemos que en enero de 2007 estalló la famosa "Crisis de la Tortilla". Su precio se disparó rápidamente de 6 pesos el kilo, a mas de 10.

No solo el precio del maíz aumentó en los últimos años, sino que desde el año 2005, gran parte de los productos agropecuarios han aumentado de precio, por ejemplo el arroz y el trigo, componentes importantes de la canasta alimentaria mexicana.

Inflación y Pobreza

Hasta el año 2012, los alimentos aumentaron mas que el resto de los productos. Esto tiene importantes implicancias distributivas, porque para las familias de menores ingresos, la participación de los alimentos en la canasta de gastos es relativamente mayor que la su participación en las familias de mayores recursos. Es decir, que la inflación en México tuvo un efecto redistributivo negativo.

Los mexicanos por debajo de la línea de pobreza destinaron un 44% de su ingreso para la compra de alimentos.

La FAO (Organización de la ONU que se encarga de monitorear la seguridad alimentaria) alertó sobre la preocupante situación de México en este sentido.

La política económica debería concentrarse en aumentar la oferta local de bienes agropecuarios, logrando una mayor seguridad alimentaria que no deje a los mexicanos, en especial a los sectores menos adinerados, librados a la suerte de las fluctuaciones internacionales de los precios de los alimentos. Esta es una política de largo plazo cuyos resultados se verían, en caso de llevarse adelante correctamente, sólo dentro de varios años.

Datos Interesantes

Importaciones de Soya

Importaciones de Arroz

Importaciones de Maiz

Papel del Sistema Financiero en el Crecimiento Económico y Generación de Empleo en Colombia

De acuerdo a entrevista concedida por Juan Somavia, Director General de la Oficina Internacional del Trabajo, por la actual crisis económica que vive el mundo y por el desplome financiero presentado en Estados Unidos en el año 2008, se presentan altas tasas de desempleo, que han ido disminuyendo, aunque la cifra aún es preocupante. No obstante países como Colombia, a pesar de no haber presentado un desplome financiero como el de Estados Unidos, porque los bancos estaban blindados económicamente, a la fecha están presentado tasas de desempleo que están alrededor del 11.9 % en el último trimestre, cifra que muestra el rezago económico en que se encuentra el país, donde más del 50% de la población vive en estado de pobreza y un poco más del 20% se encuentran por debajo de la línea de pobreza.



Según el señor Somavia, para que haya una recuperación económica que vaya de la mano con la generación de empleo, aparentemente es un panorama difícil de visualizar, pero es un resultado que puede darse si el sistema financiero toma en cuenta su función social vía créditos para incentivar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, que son grandes generadoras de empleos. Como dice el señor Somavia, el sistema financiero presta mal, pues las tasas de interés son muy altas y, a pesar, de las cantidades inauditas de dinero que se inyecta al sistema para salvarlo, este no tiene la conciencia, de que en sus momentos de recuperación económica, debe retribuirse a la comunidad en general los aportes hechos para salvarlo, ya que esto se hace con dinero del contribuyente, lo cual plantea un problema ético.

Más preocupante es ver la cifra de desigualdad que se presenta en Colombia donde el coeficiente de Gini se ha ubicado en los últimos años en 0.59, lo cual denota la desigualdad del ingreso que hay en el país y que evidentemente muestra la desigualdad tan elevada que existe entre la persona más rica y la más pobre.



De acuerdo a lo anterior considero que el sistema financiero, en la actualidad, siendo uno de los menos golpeados por la crisis económica global, tiene el deber ético de contribuir al crecimiento económico en Colombia, otorgando créditos a la pequeña y mediana industria, sin tantas restricciones, y asegurando un mayor acceso a la población de los servicios financieros en condiciones razonables, a lo cual considero debe prestarse mucha atención, pues si las personas necesitan bancarizarse para poder lograr mejoramiento de su estilo de vida, el sistema financiero debería disminuir o abolir algunos cobros que lo único que logran es que las personas acudan a otros medio de financiación o simplemente no lo hagan, y de esta manera no alcanzan o postergan sus metas a nivel económico.

Según la Asobancaria, a diciembre de 2008 15.921.080 personas tenían al menos un producto financiero, lo cual para mi opinión es muestra que aunque el sistema financiero se esfuerce en bancarizar a las personas, estas se muestran reticentes a la adquisición de productos financieros por los obstáculos que presentan estos, para lo cual hago referencia a las barreras que se imponen, así sea solo para hacer la apertura de una simple cuenta de ahorros. Muestra de ello es el miedo que tienen las personas hoy en día para adquirir deudas con las entidades financieras, ya que se rehúsan a  aceptar créditos otorgados y tarjetas de crédito entre otros, pues temen no poder llevar a cabo el pago de estos, teniendo en cuenta la recesión económica en que se encuentra el país y la buena relación económica que llevan con las entidades financieras y que puede llegar a deteriorarse.



Finalmente y a manera de conclusión, teniendo en cuenta la información suministrada por el señor Somavia y las noticias económicas que día a día se dan en Colombia y en el mundo, es bueno que el sistema financiero de Colombia, deje de pensar en llenarse los bolsillos de dinero y que sea más flexible a la hora de otorgar créditos para inversión a los diversos agentes que lo requieren, no sólo a los grandes inversionistas que llegan a Colombia obtienen lo que quieren y se van, es decir los capitales golondrina, sino a personas normales que son emprendedores y que tienen el deseo de crear un negocio propio, que no sólo va a generar un beneficio personal, sino que a nivel social va a generar empleo, tributos para el Estado y contribuirá en alguna medida al crecimiento económico que tanto ansia la sociedad en general.

Equidad de Género

Históricamente la diferencia entre el género humano ha sido marcada fuertemente, desde el inicio de la vida social, económica y política. Desde aquel entonces, la mujer no tenía derecho a ni a ser escuchada, ni a opinar, ni mucho menos a elegir su papel en la familia o  en la sociedad, pues existía una división de trabajo muy diferenciada; el hombre se dedicaba al trabajo y la mujer al cuidado de la casa y de la familia.



Esta forma de vida ha sido infundida a través de las diferentes generaciones, sin embargo poco a poco las mujeres han demostrado tener la suficiente capacidad de actuar en la vida social y económica, logrando excelentes resultados, derivados de la toma de decisiones en el sector político, en las entidades económicas  y en los importantes aportes en la ciencia y tecnología.

La equidad de género es la capacidad de ser equitativo, justo y correcto en el trato de mujeres y hombres según sus necesidades respectivas. La equidad de género se refiere a la justicia necesaria para  ofrecer el acceso y el control de recursos a mujeres y hombres por parte del gobierno, de las instituciones educativas y de la sociedad en su conjunto.

La equidad de género representa el respeto a nuestros derechos como seres humanos y la tolerancia de nuestras diferencias como mujeres y hombres, representa la igualdad de oportunidades en todos los sectores importantes y en cualquier ámbito, sea este social, cultural o político. Es en este último donde es necesario que la mujer haga valer su lugar, sus capacidades y sus conocimientos, su voto, su voz. En el terreno económico, es también de vital importancia lograr la equidad de género, ya que si a la mujer se le restringe el acceso al campo productivo, al campo laboral o al campo comercial, se genera pobreza. En el caso de mujeres estudiantes y trabajadoras, las madres solteras que son el pilar de la familia, ¿Qué pasa si no tienen una fuente generadora de ingresos? Se restringe la educación, el esparcimiento, la recreación, la salud y sobretodo la alimentación.



Actualmente la desigualdad de géneros es una problemática que los gobiernos y organismos nacionales e internacionales tratan de erradicar, pero si bien es cierto que se han tenido grandes avances en el tema, también es cierto que cada día surgen nuevos sectores donde la desigualdad de género, de etnia y de clase social obstaculizan el crecimiento económico y el desarrollo social y humano.

¿Por qué es importante que la sociedad y los gobiernos respeten y fomente la equidad de géneros?

La equidad de géneros es vital para mejorar las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales  de la sociedad en su conjunto, también contribuye a lograr una ciudadanía más integral y a fortalecer la gobernabilidad democrática.



Lograr la equidad de géneros es un reto para todas las sociedades y sus gobiernos, tan es así que dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un Proyecto de desarrollo  de las Naciones Unidas (órgano asesor independiente que elaboró un plan de acción concreto para que el mundo revertiera la pobreza absoluta, el hambre y la enfermedad que afectan a miles de millones de personas), se encuentra el objetivo de promover la Equidad de Género y la Autonomía de la Mujer.

Para lograr estos objetivos es necesario que problemas como la pobreza, la falta de accesos a la educación, servicios de salud y la falta de oportunidades de empleo y trabajo productivo dejen de recaer principalmente en las mujeres. Es también ineludible que se formulen y estructuren los medios pertinentes para desarrollar las mismas capacidades, oportunidades y seguridad reduciendo su vulnerabilidad a la violencia y al conflicto, esto con el fin de que tanto los hombres como las mujeres tengan la libertad y la capacidad de  elegir y decidir de manera estratégica y positiva sobre sus condiciones de vida.

Algunas de las propuestas concretas que creo deben considerarse al formular las políticas públicas en fomento al desarrollo social son:

  • Impulsar el desarrollo de las capacidades de la mujer
  • Facilitar el acceso de la mujer a oportunidades económicas, políticas, sociales y culturales.
  • Garantizar su seguridad.

Es preciso entonces formular políticas sociales donde se garantice  un nivel de vida saludable, decoroso, académico y seguro para las mujeres, con libre acceso a los diferentes programas y actividades sociales.

Es imperioso sobre todo iniciar por la mentalidad de todos los individuos, y comenzar a ver a la mujer como un ser complementario, con ansia de empoderamiento, con ansia de transformación y de cambio en las estructuras de dominación en todos los ámbitos, donde se promueva la participación equitativa de hombres y mujeres en todos los procesos, comenzando desde un poder y control sobre  sus propias vidas que involucre la toma de conciencia, la construcción de autoconfianza, ampliación de opciones y oportunidades y el creciente acceso y control de los recursos.

Sin embargo, yo creo que principalmente el empoderamiento de las mujeres consiste en la habilidad que tengamos para controlar nuestro propio destino.

Para poder llevar a cabo una buena política de desarrollo social y humana no deben verse las diferencias de sexo entre los seres humanos como obstáculos, si nomás bien se deben reconocer tales diferencias y potencializarlas, partiendo de ellas para diseñar estrategias encaminadas a ampliar y ofrecer igualdad de oportunidades a todos los hombres y mujeres.

Autor: Apún Salinas Paola María

Redacción: VCM

¿Creciendo para quién?

El modelo neoliberal de crecimiento colombiano anti pobres



David Castells*

Resumen

A pesar del crecimiento económico sostenido de los últimos años los niveles de pobreza en Colombia siguen aumentando. Los datos estadísticos reflejan claramente que el modelo de crecimiento colombiano es anti-pobres. Muchos factores, principalmente la política económica del país, han permitido que la desigualdad aumente y se siga desplazando más colombianos a la pobreza mientras que la economía del país se encuentra en expansión. Este artículo es fruto de un estudio del autor (La pobreza en Colombia: Persistencia, estrategias para su reducción y el fracaso del modelo neoliberal) más profundo, integral y sistemático sobre la pobreza en Colombia utilizando la metodología de diagnóstico diferencial propuesta por el profesor Jeffrey Sachs.


BRIVEFING

Although the sustained economic growth of the last years the poverty levels in Colombia are still rising. The data shows clearly that the Colombian growth is anti poor. Many factors, mainly the economic policy of the country, have allowed inequality to rise and the movement of more Colombians into poverty while the country’s economy is in expansion. These article is fruit of an author’s study (La pobreza en Colombia: Persistencia, estrategias para su reducción y el fracaso del modelo neoliberal) deeper, integral and systematic about poverty in Colombia using the differential diagnosis methodology proposed by doctor Jeffrey Sachs.

* David Castells es Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha estudiado también en la Universidad de Los Andes en Bogotá. Es Diplomado en Relaciones Internacionales y Master en Estudios para el Desarrollo. Durante los últimos años ha investigado sobre la persistencia de la pobreza en Colombia.


Email: dcastells@economistes.com

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PALABRAS CLAVE:

Crecimiento económico

Pobreza

Desigualdad

Política económica

El modelo neoliberal de crecimiento colombiano anti pobres

Cuál es la obsesión de los economistas y gobiernos por el crecimiento económico? Parte de la respuesta siempre ha sido que para un país solo un crecimiento sostenido permitirá mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos. Por tanto el crecimiento es lo importante. La medición y el análisis de la pobreza extrema quedan así relegados a un segundo plano. “Primero hemos de hacer crecer el pastel para que luego podamos repartirlo”, y así un país va bien cuando su crecimiento económico es bueno y mal cuando no.

Pero, nos cuestionamos de cuales son los sacrificios por esa búsqueda insaciable por el crecimiento? Cómo puede ir bien un país que crece a más del 5% pero cuyos índices de pobreza y desigualdad no paran de empeorar? Quienes son realmente los que se benefician del crecimiento? Para quién crecemos? Solo ahora, tras décadas de decepción en las teorías económicas tradicionales, los economistas y los gobiernos se empiezan a preocupar directamente por la pobreza como problema real desvinculado al crecimiento.

Crecimiento, desigualdad y pobreza

Existen tres razones fundamentales por las que crecimiento económico puede no representar mayores niveles de ingreso y de calidad de vida para la mayoría de la población de un país. En primer lugar los recursos pueden ser invertidos en sectores no relevantes para la mayoría de la sociedad, como la inversión en armamentos, muy comunes en muchos países hoy en día. En segundo lugar, los recursos pueden ser invertidos favoreciendo excesivamente el crecimiento futuro en detrimento del consumo presente. En tercer lugar, el crecimiento puede favorecer solo a pocos por una excesiva concentración de los recursos. Esta es la razón fundamental que explica porque el crecimiento económico en Colombia no reduce la pobreza.

No cabe duda de que para alcanzar mayores niveles de desarrollo económico es imprescindible alcanzar también mayores tasas de crecimiento económico, sobre todo en los países pobres cuya producción anual es aún muy reducida, eso está claro. En este sentido el crecimiento económico es paso previo para la reducción de la desigualdad y de la pobreza, y varios estudios empíricos sustentan la correlación teórica entre crecimiento económico y reducción de la pobreza. Sin embargo, la experiencia de muchos de los países en vías de desarrollo durante las últimas décadas también ha puesto en evidencia que en muchos casos, mayores tasas de crecimiento pueden significar también mayores tasas de desigualdad, y a mayor desigualdad mayor propensión de una parte de la población a caer en la pobreza. Y es que la solución a la pobreza no pasa únicamente por el crecimiento económico, incluso éste puede traer consigo más pobreza.

Ya la teoría económica, desde la época clásica, sugería que los países en su proceso de industrialización y desarrollo experimentarían periodos de crecimiento económico acompañado de mayor desigualdad. David Ricardo pensaba que a largo plazo el ingreso se redistribuiría en favor de los propietarios de la tierra, al incrementar la renta de ésta, debido a ser un recurso escaso (Ricardo pensaba en términos de una economía cerrada y muy dependiente de la tierra como factor productivo) mientras los salarios se mantenían al nivel de subsistencia (según la teoría Maltusiana). Por su parte, Marx defendía que el capitalismo es un sistema inestable con una fuerte tendencia al incremento de la desigualdad entre las clases. Más recientemente, W.A. Lewis contribuyó al análisis teórico describiendo cómo las economías se industrializan gracias al desplazamiento de mano de obra excedente desde el sector rural, a partir de una mayor productividad de éste, hacía el sector urbano, donde los salarios son más altos. Así el modelo de Lewis predice que de una situación de baja renta en el sector rural la desigualdad incrementa entre este sector y el urbano a medida que el proceso toma lugar. De hecho, evidencias empíricas relativamente recientes demuestran que la relación entre crecimiento y desigualdad puede ser contradictoria según la etapa de desarrollo en la que se encuentre un país. En este sentido el trabajo de Simón Kuznet es imprescindible. Kuznet intentó demostrar que la relación entre el ingreso nacional per capita de una economía y la distribución de este ingreso sigue un patrón con la forma de una U invertida. Es decir que, a medida que el ingreso per capita incrementa la desigualdad también lo hace, hasta que se llega a un punto a partir del cual un mayor crecimiento genera una redistribución más equitativa. Este proceso es precisamente el que experimentaría una economía que se comportara según el modelo descrito por Lewis. Así mismo se puede decir que este proceso fue el que experimentaron en cierta medida varias de las economías europeas.

Paralelamente, muchas de las estrategias de desarrollo propuestas en las últimas décadas llevan implícito que los países que las implementan sufrirán este proceso en el que tendrán que sacrificar una distribución equitativa de la renta en favor del crecimiento económico para luego poder repartir los frutos de este. Sin embargo esta experiencia se vuelve cada vez más dolorosa para los países en desarrollo que no parecen alcanzar la segunda parte de la U invertida de Kuznet; cuando la distribución vuelve a ser equitativa a mayores niveles de calidad de vida. En cambio si ha significado en muchos casos el desplazamiento de un porcentaje importante de la población hacía la pobreza.

El crecimiento anti pobres

Así, y aunque sea, sin lugar a duda, un gran motor de desarrollo y permita avanzar en la reducción de la pobreza, la teoría y la realidad demuestran que el crecimiento económico no es neutro. El crecimiento no favorece a toda la sociedad por igual; suele favorecer más a unos que a otros.

En este sentido hay diversos tipos de crecimiento. Hoy en día algunos economistas usan el concepto de la “tasa de crecimiento pobreza-equivalente” (Poverty Equivalent Growth Rate – PEGR). Esta tasa nos permite verificar si los pobres se han beneficiado del crecimiento económico de un país o no durante una época determinada. La PEGR es la tasa de crecimiento que arroja la misma reducción de la pobreza que la que se daría si el crecimiento observado en un país hubiera sido neutro. Si la PEGR es mayor que el crecimiento observado, el crecimiento es pro-pobres. Si es menor, pero positiva, el crecimiento es trickle-down (derrame); el crecimiento reduce la pobreza pero aumenta la desigualdad. Por el contrario, si la PEGR es negativa, el crecimiento se define como anti-pobres: las ganancias del crecimiento son recibidas por los ricos y, a pesar del crecimiento, la pobreza aumenta.

La experiencia colombiana

Los datos demuestran que el crecimiento económico colombiano de la última década y media, en particular desde la apertura y la adopción de políticas neoliberales de la década de los noventa, no es pro-pobres; no está ayudando a disminuir los niveles de pobreza del país.

La apertura ha traído consigo una mayor volatilidad de los ciclos económicos y por tanto una mayor vulnerabilidad de las personas frente a la pobreza. Los ciclos económicos más pronunciados han significado mayor pobreza puesto que, como revelan los datos estadísticos, en épocas de expansión los pobres se han visto poco favorecidos, mientras que en épocas de crisis ellos han sido los más perjudicados:

Para verlo con más claridad podemos primero dividir el crecimiento económico colombiano desde los 90s en tres grandes periodos; un primer periodo de expansión entre 1990 y 1997 con tasas de crecimiento rodeando el 4%. Un segundo periodo de crisis entre 1998 y 2000, cuando el crecimiento promedio fue de -0.27% en términos absolutos y -2.04% en términos per cápita, y un tercer periodo posterior al 2001 donde las tasas de crecimiento son cada año mayores (superiores hoy al 6%.).

Pues mientras que en 6 años de expansión del primer periodo la pobreza solo se redujo en 3 puntos porcentuales (de 53.8% a 50.3% según la Contraloría General de la República) en solo 3 años de crisis (1998, 1999 y 2000) la pobreza aumentó en más de 9 puntos porcentuales (de 50.3% a 59.8%). Peor aún, durante al tercer periodo, el actual periodo de expansión, la pobreza sigue aumentando superando ya el 60% de la población del país!

Es decir, a diferencia del buen desempeño de la economía colombiana en los últimos 4 años (buen ritmo de crecimiento y reducción de la inflación, principalmente), en los temas sociales, como la desigualdad y la pobreza los resultados no son tan buenos; la desigualdad y la pobreza se mantienen en niveles sumamente elevados, entre los mayores de América Latina.

Jairo Nuñez y Silvia Espinosa, en su estudio del 2005 sobre los determinantes de la pobreza , entre 1997 y 2004, encontraron que la PERG para Colombia fue mayor que el crecimiento observado tan solo en el 2000 y 2003. En los demás años la PERG fue negativa; el crecimiento fue anti-pobres. Por tanto, no solo la severa crisis del país de finales de siglo repercutió más fuertemente en los más pobres, sino que además, el crecimiento colombiano reciente no está favoreciendo a los más necesitados. Los datos hablan por si solos; si el crecimiento económico colombiano hubiera sido neutro, el nivel de pobreza en el 2004 hubiera sido más de 7% más bajo.

El modelo neoliberal y el crecimiento anti-pobres en Colombia

Por qué pues el crecimiento económico colombiano desde los noventa no favorece a los más necesitados y en muchos casos, incluso los perjudica? Nos ayuda el modelo económico a responder esta pregunta? Un Diagnóstico Diferencial, tal como lo propone uno de los grandes economistas contemporáneos como Jeffrey Sachs, que estudie todas las estructuras (tanto económicas como sociales, políticas o culturales, internas o internacionales) que pueden influir en los niveles de pobreza de un país puede contribuir a descubrir la respuesta. Los resultados de tal diagnóstico reflejan que la persistencia de la pobreza en un país cuyas capacidades deberían permitirle reducirla de forma sostenida, como lo es Colombia, es el resultado de diversos factores que hacen que dicha reducción no sea fácil. En primer lugar está el arraigo de la pobreza misma. En segundo lugar, el marco de política económica. En este sentido los datos más recientes nos muestran que algo no funciona; se estima que el crecimiento económico colombiano superó el 6% durante el pasado 2006 (el más alto en muchos años) mientras que por el contrario el desempleo subió a más del 12%. ¿Si en épocas de expansión no se genera empleo sino se destruye que podemos esperar de la evolución de la pobreza en el país?

Lo que sucede es que la política económica en Colombia no prima el desarrollo humano y la erradicación de la pobreza. Las políticas macroeconómicas de tipo neoliberal han propiciado buenos resultados macroeconómicos y un buen ambiente empresarial, pero las políticas tanto de desarrollo de capital físico como de capital humano presentan serias dificultades y están subordinadas a las primeras. Así mismo el modelo ha dejado al “mercado” el desarrollo social y, como era de esperarse, tal desarrollo se ha estancado y los únicos favorecidos han sido los empresarios. El marco fiscal del país refleja claramente las prioridades del gobierno colombiano actual en cuanto a gasto público en defensa y servicio de la deuda, dejando recursos limitados para el desarrollo humano y la reducción de la pobreza. Un gasto público que no ha estado focalizado en los más necesitados, que ha sido ineficiente y escaso; en el 2004, según la Contraloría General de la República (CGR), tan solo un 2.1% del PIB colombiano estuvo destinado a inversión social, frente a un 10% destinado a defensa.

El diagnóstico diferencial para estudiar la pobreza en Colombia muestra también, como era de esperarse, a la violación constante de derechos civiles y políticos, la corrupción, el clientelismo, la violencia y la inseguridad internas como claros factores que disminuyen significativamente las posibilidades de que el crecimiento económico colombiano se traduzca en menos pobreza. Así como a la escasísima movilidad social del país (en términos educativos, la correlación entre la educación de padres e hijos es superior al 0.7, el doble de otros países de América Latina), intrínseca a su modelo de desarrollo.

La pobreza y su reducción en Colombia están muy determinadas por el actual modelo neoliberal y por ello el crecimiento no ha favorecido a los más necesitados. El modelo neoliberal colombiano, privatizando los servicios públicos sin un control riguroso (como en el caso de los servicios de salud), confiando en reformas tributarias regresivas, desprotegiendo industrias nacionales intensivas en mano de obra apostando por mayor eficiencia en detrimento de la equidad, convirtiendo la estabilidad de precios en el máximo objetivo de la política económica -donde competitividad significa bajos salarios-, ha puesto al interés privado por encima del interés general. Ha acentuado la desigualdad y provocado más pobreza. Nuevamente los datos son claros; mientras la economía crece a buen rimo (superior al 3% durante los últimos 4 años), un tercio de la población colombiana vive hoy aún en indigencia (sin los recursos mínimos para una alimentación adecuada y según la CGR) y aproximadamente el 10% más pobre de la población colombiana participa en tan solo un 1.1% de los ingresos totales del país, mientras el 10% más rico lo hace en 46.1%, en un país donde el coeficiente de Gini se acerca ya a valores cercanos a 0.6 (de los más altos del mundo).

Ante la situación actual y con todos los datos dejando claro el desigual patrón de desarrollo colombiano, que deja de lado un gran porcentaje de sus ciudadanos, deberíamos concentrarnos más en luchar de forma más seria contra la desigualdad y la pobreza, sin esperar que el crecimiento lo solucione todo, y replantearnos nuestro modelo de desarrollo económico buscando los mecanismos que hagan que este produzca un crecimiento que favorezca a los que más lo necesitan. Sin embargo, y como siempre ha sido uno de los grandes frenos de nuestro país, queda la duda de que exista por fin la voluntad y el compromiso de todos para hacer realidad un modelo de desarrollo más equitativo.

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