A continuación se señalan, sucintamente, las principales consideraciones interpretativas sobre el desarrollo económico y social en América Latina producto de las condiciones y resultados de los últimos cuarenta años:
A) Existe en la región un alto nivel de concentración de poder económico y un sistema social de la región basado fundamentalmente en la exclusión. Aún durante la década de los sesenta, cuando la estabilidad y el crecimiento fueron más evidentes, los patrones de alta concentración de la riqueza y exclusión de beneficios operaron en el área. El sistema económico general de América Latina ha demostrado que, a fin de funcionar, concentra beneficios y excluye de oportunidades a los sectores mayoritarios de la
sociedad, lo que profundiza su condición de pobreza, de marginalidad y de vulnerabilidad. Estas condiciones debilitan las instituciones de los sistemas democráticos y disminuyen la efectividad de la consecución de estados de derecho basados en legitimidad concreta, más allá de la legalidad de los sistemas jurídicos en que se amparan los gobiernos;
B) América Latina mantiene ante sí el permanente desafío de enfrentar el desempleo y el subempleo. Muchos de los más severos problemas sociales tienen su raíz en esos componentes. El subempleo está caracterizado por la carencia que tienen las personas o grupos sociales de una actividad remunerada permanente. Este fenómeno se manifestaba en la región aún antes de la crisis de los años ochenta. La aplicación de los programas de ajuste estructural, a la vez que mejoraron en cierta forma las cifras macroeconómicas, han tendido a agravar los problemas ocupacionales. Se estima que para fines de 1999 el desempleo en la región llegaba como mínimo al 13 por ciento, mientras el subempleo ascendía a 26 por ciento de la población económicamente activa;
C) Las políticas de ajuste económico implementadas en la región han tenido limitaciones estructurales en términos de la naturaleza de las exportaciones. Los procesos de ajuste macroeconómico favorecieron el estímulo a las exportaciones como medios para activar la economía, más allá de la aplicación tradicional de solamente políticas monetarias y fiscales. No obstante, una de las más significativas limitaciones fue la naturaleza de las exportaciones del área. Las mismas continúan basándose en los mismos productos, con poco valor agregado, y con casi inalteradas estructuras productivas en los países de la región. Esto es particularmente claro en el caso de las economías pequeñas con exportaciones basadas en productos primarios con poco procesamiento, tales los casos de América Central, Bolivia y Paraguay;
D) América Latina como región está enfrentando, más que un fenómeno de globalización basada en la integración, un proceso de marginalización de los sistemas económicos internacionales. En 1960 la región participaba con un 8 por ciento del comercio internacional. Esa participación era de 4 por ciento en 1995. Esto refleja un proceso de globalización segregativo en la esfera económica mundial. Los sectores sociales que no logran integrarse en la nueva dinámica económica, dentro de las naciones, y los países que no logran una mejor inserción en lo internacional, son sujetos de marginalización. Las condiciones de pobreza tanto extrema como no extrema ilustran dramáticamente esta condición en América Latina;
E) La necesidad de estabilización implica también una mejora en las condiciones sociales y económicas de muchos sectores. Esa mejora es vital para la credibilidad y la representatividad de las instituciones sociales. Los grupos sociales que están llamados a apoyar políticamente los regímenes requieren de mejoras en las oportunidades para elevar su calidad de vida. Si esas condiciones están ausentes, los gobiernos pueden mantener la legalidad formal de los sistemas, pero pierden el apoyo social en la aplicación de muchas medidas políticas. En América Latina ha tenido lugar en los últimos veinte años una seria y rica producción teórica acerca de lo autoritario de los regímenes "democráticos", los que fueron requeridos para ejecutar las políticas de ajuste económico. Debido a la carencia de oportunidades de mejora para los sectores mayoritarios de Latinoamérica, se ha establecido una atmósfera de inestabilidad y de inquietud social en muchas naciones del área.