Segundo juicio: El valor de uso es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas de cualquier clase.
Tercer juicio: El valor de uso es una cosa que por sus propiedades puede ser útil en diversos aspectos.
Todos los juicios cuyo operador verbal sea el verbo ser los denominaremos juicios conceptuales. Y en todo concepto debemos distinguir dos lados: el objeto y el contenido. Y en el ámbito lingüístico debemos distinguir también dos lados: el nombre del objeto del concepto y el sintagma con que se expresa el contenido del concepto. Así, en nuestro caso, ‘valor de uso' es el nombre del objeto del concepto, mientras que ‘cosa que por sus propiedades puede satisfacer necesidades humanas' y ‘cosa que por sus propiedades puede ser útil en diversos aspectos' son los sintagmas con que expresamos el contenido del concepto.
Forma lógica del contenido del juicio: una cosa que por ser A, puede ser B. Es muy importante esta distinción, puesto que A y B no desempeñan el mismo papel ni tienen el mismo valor en la elaboración del juicio de concepto. Una cosa no puede ser B si no es A. Sin embargo, una cosa puede ser A sin ser necesariamente B.
La tarea científica, el trabajo propiamente conceptual, debe centrarse en la indagación, análisis y desarrollo del contenido del concepto, y no en el uso caprichoso y arbitrario del nombre del objeto del concepto. Y esta es la primera tarea que hace Marx en El Capital : elaborar el concepto de valor de uso. Y una vez que ha sido elaborado el concepto, el nombre del objeto del concepto (valor de uso) puede circular como categoría, como nombre que ha sido cargado previamente con un contenido conceptual o con un contenido informativo. Y quien no elabore previamente el concepto de valor de uso, empleara el nombre ‘valor de uso', no como categoría, sino como simple palabra cargada de su significado general. Categoría es el uso que damos al nombre del objeto de un concepto una vez que hemos elaborado su contenido. En este sentido el libro de Baudrillard, Crítica de la economía política del signo, no es categorial, no elabora previamente los conceptos que pone en circulación o los elabora muy deficientemente.
Pero reflexionemos sobre los dos contenidos conceptuales. Empecemos por el segundo: como cada cosa es un conjunto de muchas propiedades, puede ser útil en diversos aspectos. Representemos la lógica de este juicio: como cada cosa es A, puede ser B. Observamos que la lógica de este juicio le asigna a A (las propiedades) y a B (la utilidad) dos papeles distintos. Analicemos esos dos papeles en el ámbito de la dialéctica formal. Primera consideración: una cosa puede ser útil, si tiene propiedades. Si la cosa no tiene propiedades, no puede ser útil. Así, por ejemplo, si un martillo no tuviera ciertas propiedades, como la dureza y una determinada forma física, no sería útil para clavar tachas. Segunda consideración: una cosa puede tener propiedades y no ser útil, por ejemplo, el polvo que recogemos todos los días en nuestras casas. Por lo tanto, las propiedades constituyen la parte independiente del valor de uso, puede existir sin que exista la otra parte, la utilidad. Mientras que la utilidad constituye la parte no independiente del valor de uso, no puede existir si la otra parte no existe, las propiedades. Marx lo expresa así: la utilidad no flota en el aire, condicionada por las propiedades del cuerpo del valor de uso, no existe sin ellas.
Reflexionemos ahora sobre el segundo contenido del concepto: una cosa que por sus propiedades puede satisfacer necesidades humanas. Representemos la lógica de este juicio: una cosa que por ser A, puede ser B. Observamos que la lógica de este juicio le asigna a A (las propiedades) y a B (la satisfacción de necesidades humanas) papeles distintos. Analicemos estos dos papeles en el ámbito de la dialéctica formal. Una cosa sólo satisface necesidades humanas, si tiene propiedades. Si no tiene propiedades, la cosa no puede satisfacer necesidades humanas. Una cosa puede tener propiedades y no satisfacer necesidades humanas, pero nunca una cosa podría satisfacer necesidades humanas si no tuviera propiedades. Así, por ejemplo, una naranja puede satisfacer necesidades alimenticias porque tiene propiedades nutritivas. Por lo tanto, las propiedades constituyen la parte independiente del valor de uso, puede existir sin que exista la otra parte, la satisfacción de las necesidades humanas. Mientras que la satisfacción de las necesidades humanas constituye la parte no independiente del valor de uso, no puede existir si no existe la otra parte, las propiedades.
Vemos pues que el contenido del concepto de valor de uso tiene tres aspectos, partes o momentos: las propiedades, la utilidad y la satisfacción de las necesidades. Uno de esos aspectos, las propiedades, tiene una existencia independiente, mientras que los otros dos, la utilidad y la satisfacción de las necesidades humanas, tienen una existencia dependiente. De ahí que sea erróneo concebir la utilidad como si constituyera una existencia independiente y no como una parte que depende en su existencia de las propiedades. Y ese error lo comete Baudrillard. Y no sólo es que la utilidad de una cosa resida en sus propiedades, sino además que a determinadas propiedades sólo le corresponden determinadas utilidades. Así una naranja sirve como alimento porque tiene propiedades nutritivas, pero no sirve para romper la corteza de una nuez porque carece de la suficiente dureza. Sin embargo, una piedra sirve para romper la corteza de una almendra porque tiene la suficiente dureza, pero no sirve como alimento porque carece de propiedades nutritivas.
Valor ideológico del concepto de valor de uso. Fijémonos en el primer concepto de valor de uso, aquel que dice que es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas. Por medio de este contenido podemos definir lo que es un pobre y lo que es un rico. Un trabajador que vive del salario mínimo tiene las necesidades básicas satisfechas, pero sus necesidades superiores y sus necesidades de lujo no las tiene satisfechas. Son personas que tienen tendencia a soñar, a pensar que un día puedan ganar una suma de dinero por medio del juego, y así hacer feliz a su familia. Esperan un golpe de suerte. Y disfrutan de soñar esa posibilidad. Un capitalista es una persona que tiene las necesidades básicas, superiores y de lujo satisfechas. Pero como las necesidades no cesan de multiplicarse, los capitalistas también viven la ansiedad de ganar más y más dinero. Un pobre, sobre todo las miles de personas que mueren a diario de hambre, es una persona que no tiene ni tan siquiera las necesidades básicas satisfechas. Representan la necesidad que se ha enajenado completamente de los medios de satisfacción . Y la necesidad que se ha enajenado completamente de los medios de satisfacción, conduce a quien la padece a la muerte. Los pobres del mundo, las personas que viven en el reino de la necesidad abstracta, no sueñan con un golpe de suerte, sino que su alma se abre de par en par al mayor de los sueños humanos: la existencia de un Dios benefactor que les asegure una vida después de la muerte.
Forma objetiva y subjetiva del concepto de valor de uso. Cuando decimos que el valor de uso es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas, estamos definiendo el valor de uso de una manera subjetiva. ¿Pero qué significa elaborar el concepto de valor de uso de una forma subjetiva? Significa que en la definición del objeto introducimos el sujeto, y en el caso que nos ocupa esto queda perfectamente claro: las necesidades y las satisfacciones son aspectos que residen en la persona, en el sujeto, no en el objeto. Mientras que cuando decimos que el valor de uso es una cosa que por sus propiedades puede ser útil, estamos definiendo el valor de uso de una manera objetiva. ¿Pero qué significa aquí elaborar el concepto de valor de uso de una forma objetiva? Significa que en la definición del objeto no introducimos el sujeto, y en el caso que nos ocupa esto queda perfectamente claro: la utilidad es un aspecto que reside en la cosa, en el objeto, no en el sujeto.
Tercer juicio: El valor de uso se realiza únicamente en el uso o en el consumo. Esta distinción entre el ser de una cosa y su realización es muy importante, y tanto en el ámbito económico como en el ámbito filosófico. Esta distinción también se aplica al valor. Se dice que el valor sólo se realiza en el mercado, en el cambio. Esta distinción no es equivalente a la existente entre ser en potencia y ser en acto. Aquí se trata sencillamente de saber que en la esfera del consumo es donde se demuestra que un valor de uso es tal valor de uso, si efectivamente es útil. Al igual que en la esfera del mercado se demuestra si una determinada mercancía es valor, esto es, si el trabajo gastado en producirla es socialmente necesario. Resulta paradójico que a Marx se le atribuya la idea de haber negado el mercado y haber concebido el valor al margen del mercado, cuando en verdad afirmó que sólo en mercado es donde se demuestra si una determinada mercancía tiene valor.
Cuarto juicio: Los valores de uso constituyen el contenido material de la riqueza, cualquiera que sea su forma social. Independientemente de que la riqueza se produzca de forma esclavista, de forma feudal, de forma capitalista o de forma socialista, el contenido material de la riqueza es el mismo: el valor de uso. Con el concepto de valor de uso no podemos saber en que forma social se produce la riqueza. Samuelson y Nordhaus dicen en su libro ECONOMIA: “Dado que los deseos son ilimitados, es importante que una economía saque el mayor provecho de sus recursos limitados, lo cual nos lleva al concepto fundamental de eficiencia. Eficiencia significa utilización de los recursos de la sociedad de la manera más eficaz posible para satisfacer las necesidades y los deseos de los individuos ” (La negrita de esta última parte es mía). Si esto fuera cierto, si la economía persiguiera satisfacer las necesidades y los deseos de los individuos, sería una evidencia que el capitalismo no es eficiente. Y por dos razones: primera, porque una gran parte de la población está condenada sólo a satisfacer las necesidades primarias, y segunda, porque cada minuto doce niños mueren de hambre. Es evidente que Samuelson y Nordhaus definen lo que es una economía en términos de valor de uso, esto es, una definición que sería común a cualquier modo de producción, mientras que evitan definirla por su forma social. ¿Y por qué razón afirmo que definen la economía en términos de valor de uso? Porque el contenido conceptual que emplean, la satisfacción de las necesidades de los individuos, pertenece al concepto de valor de uso. Los economistas convencionales quieren definir la economía independientemente de la naturaleza concreta de las relaciones de los hombres en la producción. Esta enajenación llega al extremo de que conciben la explotación del hombre por el hombre como un problema ético y no económico.
El concepto de valor de uso es también muy importante para el socialismo. El socialismo en tanto modelo soviético se entendió como un socialismo pobre, como un socialismo donde los trabajadores tenían limitado al mínimo sus necesidades materiales y condenada totalmente sus necesidades de lujo. La reforma china impulsada por Deng Xiaoping buscaba superar el socialismo pobre y conquistar el socialismo rico, el socialismo donde los trabajadores tengan mayores riquezas y, por lo tanto, mayores satisfacciones. ¿Y por qué esta demanda es justa? Porque la riqueza la producen los trabajadores. El hecho de que en el modelo soviético los trabajadores tuvieran un bajo nivel de vida no se debió a la existencia de una clase capitalista que se apropiara de una enorme plusvalía, sino al hecho de que en la economía total la industria pesada representaba el 70 por 100, mientras que la industria ligera representaba el 30 por 100. Y la vida de las masas, el consumo de la gente, su satisfacción diaria, depende de que la industria ligera ocupe un mayor peso en la economía total. Esta es una de las direcciones que siguió la economía china, aumentar el peso de la industria ligera, aumentar la cantidad, la calidad y la variedad de los bienes de consumo de masas. Y este aumento del consumo, este enriquecimiento de los trabajadores chinos, es interpretado erróneamente desde Occidente como el camino del capitalismo. Y no es así: confunden el capitalismo con el socialismo rico. China no ha cambiado el socialismo por el capitalismo, sino el socialismo pobre por el socialismo rico.