Keynes

Enfoque Keynesiano

Enfoque neoclasico-keynesiano



INTRODUCCIÓN

El presente trabajo abarca el enfoque de la síntesis Neoclásica-keynesiana, donde nos permitirá realizar un estudio detallado de todos los temas que este involucra ya que se presentan solo puntos clave a tratar.

La síntesis neoclásica–keynesiana dominó ampliamente la teoría macroeconómica en los años posteriores de la segunda guerra mundial y tuvo mucha influencia en el manejo de la política económica de muchos países que mediante apropiadas políticas fiscales y monetarias el gobierno podría evitar que la economía cayera en cualquiera de los extremos: elevado desempleo o alta inflación, permitiendo suavizar notoriamente los ciclos económicos.


A la vez este enfoque abarca temas que en el keynesianismo no lo tomaron en cuenta o tal vez no lo tomaron como punto importante, a tratar, tal es el caso de las expectativas y de la curva de Phillips. Que permitirá entender en que se basaban cada uno de los aportes anteriores, para explicar los diversos fenómenos económicos tales son como la inflación, el desempleo, y el mercado laboral en su conjunto. Sobre todo, separar el análisis de la síntesis neoclásica tanto a corto y largo plazo, también cabe resaltar la importante diferenciación entre corto y largo plazo de la curva de Phillips.

1. LA SINTESIS NEOCLASICA KEYNESIANA

En años recientes, el 90 por ciento de los economistas americanos han dejado de ser keynesianos o no keynesianos. En vez de ello, han trabajado hacia una síntesis de aquello que sea valioso en la teoría económica más antigua y en las teorías modernas de la determinación del ingreso. Este resultado puede ser llamado economía neoclásica y es aceptado, en sus visión general, por todos excepto por el cinco por ciento de escritores del ala de extrema izquierda y de extrema derecha”1.


1.1 INTRODUCCIÓN

A pocos años de la aparición de la Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, el ambiente académico macroeconómico estuvo fuertemente influenciado por la teoría de John Maynard Keynes. No existía el consenso total pero se tenía la seguridad de que se había llegado a un nivel de conocimientos hasta ese momento nunca antes alcanzado – lo cual nunca más se volvería repetir inclusive hasta nuestros días- de la macroeconomía que nos permitiría explicar cabalmente cuales eran los factores que influenciaban en el desenvolvimiento de las variables como el producto, la inflación, el desempleo, etc.

En 1958, A.W. Phillips publicó su conocido estudio "La Relación entre el desempleo y las tasas de cambio en Reino Unido, 1861-1957", el cual presentaba una relación entre la tasa de variación de los salarios y el nivel de desempleo. Esto representó el hallazgo de lo que muchos economistas consideraban la "ecuación perdida del sistema keynesiano" ya que esta relacionaba el sistema real de la economía con el sistema monetario, motivo por el cual se popularizó en poco tiempo y añadió confianza al conjunto de conocimientos que hasta ese momento se tenía desarrollado.

Tal como ya se ha señalado anteriormente, existían grupos de economistas que no estaban de acuerdo con algunas de las recomendaciones de política que se derivaban del armazón keynesiano destacando entre ellos a los monetaristas encabezados por Milton Friedman. Las principales diferencias entre estos dos escuelas se centran en la efectividad de la política monetaria y fiscal.

Durante esta etapa también hacen presencia incorporando dentro del marco analítico conceptos muy importantes tales como la incorporación de las expectativas dentro de la curva de Phillips y sus recomendaciones de política monetaria, dos puntos que se relacionan directamente.

Estas nos indican cual es la influencia del variables nominales sobre las reales en el corto y en el largo plazo.

Sin embargo, a partir de los años cincuenta, se logra una amplio consenso dentro del análisis económico gracias a la integración de varias de las ideas keynesianas con otras planteadas en épocas anteriores. A esta etapa se le consideró como la Síntesis Neoclásica y se extendió hasta los años setentas, en la que se podría denominar la Edad Dorada de la Macroeconomía.

La economía keynesiana era propia de una situación de desempleo, además se caracterizaba por el supuesto de salarios y precios rígidos o bien que se ajusten lentamente. En la realidad se observa que el nivel de precios varía tanto para arriba como para abajo (como los presentados en la época de post guerra y de La Depresión, respectivamente). Además, durante este tiempo, las principales economía mundiales estaban presentado un crecimiento sostenido, lo cual invirtió la situación que se vivió en 1929, por una en donde los ratios de desempleo e inflación eran bajos.

En la síntesis neoclásica, se puede analizar la dinámica de la economía tanto cuando se encuentra en equilibrio de pleno empleo (El producto corriente es igual al producto de pleno empleo) como en la situación de desequilibrio.

Por consiguiente, se necesitaba ajustar el modelo a esta evidencia empírica.

1.2 CARACTERISTICAS

- La teoría neoclásica, considera que el mercado laboral funciona a largo plazo, con salarios flexibles aunque en el corto plazo sea algo rígido.

- Tuvo mucha influencia en el manejo de la política económica de muchos países que mediante apropiadas políticas fiscales y monetarias el gobierno podía evitar que la economía cayera en cualquiera de los extremos: Elevando desempleo ó alta inflación, permitiendo suavizar notoriamente los ciclos económicos.

- La síntesis neoclásica keynesiana señala que a largo plazo tiende al pleno empleo, pero a corto plazo existen imperfecciones de mercados que impiden que la economía vuelva rápidamente al nivel de producción potencial. Por ello proponen la intervención del gobierno, mediante los instrumentos de política económica envés de confiar en la libre iniciativa.

- El modelo general de la síntesis neoclásica es un modelo de equilibrio general agregada, que bajo el supuesto de plena y absoluta flexibilidad de los precios, alcanza el equilibrio en los diversos mercados

1.3 TEORIAS

Esto se logró en la Síntesis Neoclásica se puede resumir en tres teorías:

1.3.1 La Teoría de la Demanda Agregada Keynesiana.

La demanda agregada representa gráficamente la suma total de lo que una familia quiere y puede comprar a distintos niveles de precios, puede considerarse como una combinación de todos los productos que la gente desea comprar.

1.3.2 La Teoría del Modelo Clásico de Oferta Agregada

Los economistas clásicos opinaban que la función de la oferta agregada era vertical en e nivel de producción potencial o de pleno empleo. La producción es igual a la de pleno empleo.

1.3.3 La Teoría del Ajuste de Precios

Muestra el nivel de inflación en la economía en un punto determinado del tiempo.

Durante casi toda la historia los precios se fijaron por negociación entre quienes compran y quienes venden. Establecer un mismo precio para todos los compradores es una idea relativamente moderna que surgió con el desarrollo de las ventas al detalle a gran escala al final del siglo XIX F. W. Woolworth, Tiffany & Co., y otros anunciaron una "política estricta de un solo precio" por que trabajaban tantos artículos y supervisaban a tantos empleados.

Con la introducción de esta última teoría, se está dejando de utilizar un modelo estático para incorporar uno dinámico. Hasta este momento se había considerado como fijo el nivel de precios o como un stock la oferta de dinero. Pero en la realidad, el nivel de precios no se mantiene fijo durante un periodo sino que va variando y la oferta de dinero está dada por un monto de emisión, es decir, no es un stock sino un flujo. En este capítulo vamos a redefinir el modelo IS-LM para que tome en cuenta la inflación.

En la Síntesis Neoclásica, se puede analizar la dinámica de la economía tanto cuando se encuentra en equilibrio de pleno empleo (el producto corriente es igual al producto de pleno empleo) como en situaciones de desequilibrio.

Teoría Keynesiana

La teoría keynesiana es una teoría económica desarrollada por John Maynard Keynes, que se basa en la idea fundamental de que la intervención del gobierno puede estabilizar la economía, aumentando los niveles de empleo y producción, principalmente mediante el aumento del gasto público en períodos de desempleo.


La teoría keynesiana fue desarollada por John Maynard Keynes durante los años 1930 como un intento para comprender la crisis de 1929.

Surgimiento de la Teoría Keynesiana

Hacia principios de los años 30 del siglo pasado el mundo entraba en una crisis muy profunda, los niveles de desempleo y marginación se extendieron por la debacle conocida como la “Gran Depresión” que, iniciada en Estados Unidos, se dilató a todo el mundo capitalista. Por aquel entonces reinaba en el mundo académico económico las teorías de los denominados clásicos, expresión que Karl Marx usó para envolver las ideas de economistas como Adam Smith y David Ricardo; a los que Keynes sumará los nombres de John S. Mill, Francis Edgeworth, Alfred Marshall y Arthur Pigou.

Los pensadores clásicos cuponían pleno empleo para todos los factores de la producción, si bien hay momentos de la vida económica en que esto no sucede así, afirmaban que hay una clara tendencia a su cumplimiento. Si la economía demora en llegar a su equilibrio, esto sucede por la existencia de intervenciones por parte del gobierno o de poderes monopólicos que impiden el correcto funcionamiento de la competencia. Sólo admitían la existencia de paro voluntario, es decir, los individuos que deciden por propia voluntad no ofrecer sus servicios en el mercado laboral al salario vigente; y paro friccional, que incluye los individuos que cambian de trabajo y al hacerlo transcurre un tiempo desde el cese de la última ocupación hasta el comienzo de la nueva.



Entonces la teoría clásica intentaba explicar cómo asignar los recursos productivos, el desempleo no era un problema a resolver y como los mercados son autorregulables, los niveles de desempleo pronto serían reducidos por las mismas fuerzas que operan en el mercado, evitando así un gran desempleo. Estos economistas pronto caen en descrédito puesto que se hace casi imposible sostener dichas teorías ante la abrumadora realidad de la crisis de 1929.

Es en este contexto donde aparece en la escena de la teoría keynesiana. Keynes fue un economista inglés que impuso una nueva forma de pensar la economía capitalista instaurando un marco teórico que traería aparejadas renovadas políticas. Realmente nació un paradigma diferente que dominó la escena político-económica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y hasta principios de los 70, período que algunos llaman “la edad de oro del capitalismo”, pues la economía global experimentó un crecimiento sin precedentes en la historia.

La obra cumbre de Keynes editada en 1936 titulada "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero"; constituye la esencia de su contribución a la teoría económica en general y es donde a partir de la cual, junto con otros estudios previos, se conforma lo que hoy conocemos como la macroeconomía. Resaltaba el término “general” por entender que las ideas clásicas sólo eran aplicables a un caso particular y ésta dejaba de lado todo un cúmulo de situaciones que necesitaban ser explicadas. Con ella ataca principalmente el supuesto de pleno empleo, intentando demostrar que el capitalismo se desarrolla en condiciones fluctuantes de la actividad económica y que dicho pleno empleo es sólo un caso específico. Además la teoría es general porque apunta a explicar el funcionamiento del sistema económico en su totalidad y no analizar sólo el ámbito de un mercado como lo hacía hasta entonces la teoría clásica.



Hipótesis subyacentes de la Teoría Keynesiana

Inflexibilidad de salarios: El mercado por sí solo no es autorregulable al menos con la rapidez necesaria, el hecho de que por un tiempo considerable no siempre los mercados están correctamente equilibrados se da por la existencia de rigideces en los precios, especialmente si hablamos de salarios nominales en el mercado laboral. La teoría clásica falla al esperar que el mismo exceso de oferta en el mercado laboral, léase desempleo, sea el propulsor de una baja en el salario que logre eliminar tal desequilibrio; pues, siguiendo a Keynes, los clásicos no están considerando la existencia y actuación de las asociaciones obreras y la legislación de protección social que son parte integrante de la escena económico-política1.

Teoría de la demanda efectiva: Para la teoría keynesiana, el empleo total depende de la demanda total y el paro es el resultado de una falta de demanda total. La demanda efectiva se manifiesta en el gasto de la renta, si aumenta la renta de una comunidad también aumentará su consumo, pero éste menos que aquella. Por lo tanto, para que haya una demanda suficiente para mantener el nivel de empleo, se debe verificar un nivel de inversión equivalente a la diferencia entre la renta y el consumo. Por ello podemos decir que la inflexibilidad de salarios no es el único factor que desencadena el desempleo, aún cuando exista competencia perfecta en los mercados y todos los precios milagrosamente se ajustaran instantáneamente, las decisiones de los inversores influirán sobre la demanda efectiva y por último en el nivel de empleo.

Por otro lado, no sólo el desempleo, también la inflación depende del volumen de demanda efectiva; cuando la demanda es deficiente se produce el desempleo y cuando la demanda es excesiva se produce la inflación. Keynes acepta la conclusión tradicional de que los aumentos de la cantidad de dinero llevarán a aumentos en el nivel de precios, pero difiere en el proceso causal. El impacto inicial del aumento en la cantidad de dinero disminuye los tipos de interés, lo que aumenta la demanda efectiva por inversión, asociada a un aumento de la renta, del empleo y de la producción. Es a causa del incremento en el costo de la mano de obra que los precios también comienzan a subir.

El interés como premio por no atesorar dinero: En la teoría keynesiana, el dinero desempeña las funciones de ser unidad de cambio, medida de cuenta y reserva de valor. Considerando esta última función, los que poseen más renta de la que consumen tienen como alternativas atesorar dinero, prestarlo a una determinada tasa de interés o invertir en una actividad que brinde cierto beneficio. Si las personas deciden acumular riqueza en forma estéril, debe haber un por qué al tomar esta decisión. Para Keynes cada individuo posee una preferencia por la liquidez que combinada con la cantidad de dinero determina la tasa real de interés en un momento dado. Es decir, la gente atesora dinero porque existe incertidumbre acerca de la evolución de las variables económicas y con ello “los poseedores de dinero tienen un tipo de seguridad del que no gozan los poseedores de otras especies de riqueza.2

Consideraciones del ciclo económico: La demanda agregada privada se compone de consumo privado e inversión privada, esta última es la fuente principal de impulsos que desencadenan fluctuaciones económicas; las decisiones de inversión dependen a su vez de las expectativas sobre la rentabilidad futura, las cuales tienden a ser inestables. Los cambios en el optimismo o pesimismo de los inversores Keynes los denominó “animals spirits” y los señaló como los causantes de desplazamientos en la demanda agregada y, a través de ella, en el producto agregado y en los niveles de desempleo.

Como los mercados no son autorregulables, se hace necesaria la aplicación por parte de las autoridades económicas de políticas fiscales y/o monetarias para contrarrestar el ciclo, esto es medidas expansivas en el presupuesto público y en la oferta monetaria durante los períodos de estancamiento del producto. Pues si existe desempleo, esto es por una demanda efectiva deficiente, ésta a su vez se da por un nivel bajo de inversión; ante ello caben dos acciones por parte del gobierno: una es la política fiscal a través de la expansión en inversión pública que suplante a la privada y otra es la política monetaria a través de la variación en la cantidad de dinero que modifique la tasa de interés3 y haga atractivas nuevas inversiones por parte de los privados.

Resumen de la “teoría general”

Ayudados por el siguiente esquema tomado de Dillard (1962) podremos formarnos una idea más acabada de la teoría general del empleo:

Ya dijimos que en la teoría keynesiana, la demanda agregada se compone de consumo e inversión. A su vez, el consumo es función de las características psicológicas de una sociedad que Keynes llamó propensión al consumo y del ingreso global o volumen de la renta. El gasto en inversión juega un papel fundamental, pues la propensión al consumo es bastante estable. Esta inversión depende de la tasa de interés y la eficacia marginal del capital. A su vez, la tasa de interés es el premio por no atesorar dinero y depende de la preferencia por liquidez del público y del volumen de dinero, este último es controlable por la autoridad monetaria. Por otro lado, cabe destacar que la eficacia marginal del capital, a la cual Keynes le atribuye importancia capital en la generación de los ciclos, depende de la previsión de beneficios que es una variable inestable, encontrándose influida por la confianza comercial, por el “animal spirit”.

Crisis de la Teoría Keynesiana y contribución neo-keynesiana

Hacia principios de la década del 70 el mundo experimentó una nueva crisis conocida como estanflación, es decir estancamiento del producto conjuntamente con inflación de precios, que puso en tela de juicio e hizo caer en descreimiento al paradigma de la teoría keynesiana. Las ideas de política del gran economista del 30 resultaban en un embrollo frente al gran problema económico mundial, llegando muchos a culpar de tal crisis a las políticas inspiradas en las propuestas formuladas por Keynes.

Se entendía, siguiendo el modelo keynesiano, que un exceso de demanda efectiva podía provocar inflación y una demanda efectiva deficiente el desempleo, pero no era considerada la posibilidad de ocurrencia de ambos problemas a la vez.

Esto dio lugar, por un lado, al surgimiento a nuevas teorías que atacaban los postulados keynesianos y, por otro, a principios de los años 80 una nueva generación de economistas hiciera una revisión de las ideas keynesianas originarias, sobre todo en el Instituto Tecnológico de Masachusset (MIT) y en la universidad de Harvard, los que pasaron a denominarse neo-keynesianos.

Entre sus ideas podemos destacar: Las explicaciones de fondo de las causas por las cuales ocurre la rigidez de precios introduciendo la competencia imperfecta en los mercados, por una parte. Y por otra la enumeración de más factores que originan el ciclo económico como la existencia de fallos de mercado, fricciones nominales en la demanda o rigideces reales en los precios, además de reconocer que las oscilaciones en la oferta monetaria provocan fluctuaciones y generan ciclos, de forma que el dinero no es neutral.

Referencias

Dillard, D. (1962) “La Teoría Económica de John Maynard Keynes.” Traducción Editorial Aguilar. Madrid.

Keynes, J. M. (1930) “Tratado del dinero.” Ediciones Aosta. Madrid. 1996

Keynes, J. M. (1936) “Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero.” Traducción Fondo de Cultura Económica. México. 1943

1 Keynes (1936)

2 Keynes (1936)

3 Siguiendo a Keynes (1936) esto se logra porque al aumentar la cantidad de dinero, éste se hace más abundante, lo cual hará disminuir la preferencia por atesorarlo, por lo tanto debe disminuir el riesgo de perderlo, es decir, debe caer la tasa de interés que es el premio por no atesorar dinero.

Autor: Pablo DÍAZ ALMADA - Economista

Revolución Keynesiana

Por Christian Stange Marcus


Los economistas clásicos anteriores a los años treinta; nunca tuvieron en mente que el desempleo llegara a ser tan persistente, no podían imaginarse una gran cantidad de gente desempleada inundando las calles con la venta de lápices en forma tan abundante.

En respuesta a esto es que John Maynard Keynes propuso “LA TEORIA GENERAL DE KEYNES”, a través del cual se difundía una forma alternativa del estudio macroeconómico. En el cual se analizaban las malas políticas económicas y las perturbaciones externas. Esta revolución propuesta por Keynes se basa principalmente en dos aspectos que son; el concepto de demanda agregada(1) y la teoría Keynesiana de la oferta agregada(2).

Esto fue producido por que el clásico enfoque económico, que suponía precios y salarios flexibles; mientras que Keynes proponía que estos eran rígidos e inflexibles. Ya que según Keynes la oferta no dependía simple y directamente de la demanda, por lo que la producción podía alejarse de su nivel potencial (y mas eficiente) por largos periodos.


Con esto Keynes revoluciono la macroeconomía, al demostrar que la curva de oferta agregada tenia pendiente positiva a corto plazo, mientras que la de demanda agregada tenía pendiente negativa. Entonces mientras mayor la demanda agregada, la producción aumenta en conjunto con los precios y el empleo.

Retomando la idea anterior, según Keynes los precios y los salarios son inflexibles. Por ende si la demanda agregada es muy baja; esto nos llevara a un alto nivel de desempleo y a una baja producción. Lo que implicaría una gran miseria, y en el caso de no existir un mecanismo de regulación macroeconómico; esta miseria podría prolongarse por largos periodos.


Es aquí donde yo destaco el rol del estado el cual debiera estimular la economía ayudando a mantener una alta producción y por ende un bajo desempleo.

Es entonces con la gran depresión económica de los treinta en donde se demostraba que el modelo clásico macroeconómico era insostenible, y con la revolución Keynesiana, se demuestra otra manera de análisis macroeconómico distinto al enfoque macroeconómico clásico. De esta manera el modelo Keynesiano fue cada vez más aceptado por los economistas produciendo un cambio fundamental en el manejo económico por parte del estado.

Por Christian Stange Marcus

1) Demanda agregada: gasto total planeado o deseado de la economía el cual se determina por factores como el nivel agregado de precios, la inversión, el gasto publico, la función de consumo y la oferta monetaria.

2) Oferta agregada: valor total de los servicios y bienes producidos por una empresa. La cual esta en función de la tecnología y el valor de los precios existentes en ese momento.

Keynes



por Darío Blatman

La obra “ Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero “, publicada por John Maynard Keynes en el año 1936, es la culminación a la crítica de uno de los aspectos de la Teoría del Equilibrio, planteada por los clásicos. Éste reconocido economista, pretendía demostrar la posibilidad de un equilibrio con desocupación.

Dentro de la economía marginalista (neoclásica), opera la Ley de Say, la cuál se traduce en que toda oferta crea su propia demanda. Se debe tener en cuenta que las empresas son demandantes de trabajo y las personas oferentes del mismo. En consecuencia, según Say, siempre que la gente oferte más trabajo del que las empresas demanden se producirá un exceso de oferta, por lo que se reducirá el precio ( salario) para así arribar nuevamente a la situación de equilibrio. Si no se llega a aquella situación, se debe a que los trabajadores no están dispuestos a bajar sus pretensiones.


Keynes, contradice la ley de Say, sosteniendo que al generarse un exceso de oferta no disminuye el precio, sino que el mercado se mantiene un largo tiempo en situación de desequilibrio ( o equilibrio sin pleno empleo) o desempleo ( Según Say nunca habría desempleo porque siempre que se oferte trabajo, éste se demandará). Keynes, argumenta que la solución a este estado de desequilibrio debe provenir desde el Estado, el cuál deberá poner en práctica la política económica traducida tanto en políticas fiscales, aumentando el gasto público, interfiriendo en la cuestión impositiva y demás, como en políticas monetarias.

El Estado debe ser el impulsor del crecimiento debido a que el mercado por sí solo no se autorregula. El estado debe impedir la caída de la demanda agregada aumentando sus propios gastos, para que de esa forma los individuos posean más dinero y consuman más, lo cual desembocaría en un eterno ciclo virtuoso. Es decir que el estado se convertiría en " el generador de la estabilidad económica y garante de un crecimiento sostenido".

Pero lo mas importante que planteaba Keynes era la presencia de un estado fuerte que estaba capacitado para comprar mano de obra e inyectar grandes montos de dinero para financiar la obra publica en el caso en que el estado que estuviera muy golpeado financieramente. Un Estado que tome participación activa en la economía cuando los ciclos económicos sean negativos, reactivando la actividad, y luego, en ciclos positivos, le ceda parte de dicha participación a las empresas privadas. Conceptualmente, el Estado debe actuar de manera intermedia entre un Estado ausente y un Estado empresario.


En resumen, Keynes plantea la necesidad de un Estado intervensionista, el cual ataque los problemas del lado de la demanda y el consumo interno. Al realizar inversiones, la gente posee más dinero para gastar y compra más productos, necesariamente habrá mas empresarios dispuestos a producir bienes, para hacerlo necesitaran contratar mas empleados, lo cual haría que en poco tiempo se reduzca la desocupación. Al haber mas empleados que perciban sueldos habrá mas gente que consuma y así sucesivamente (Efecto multiplicador).

La Argentina,, durante la década del 90`, tuvo como principal impulsor del crecimiento a la inversión privada. Una gran cantidad de prestigiosas empresas estatales fueron privatizadas y el Estado se manifestó muy ausente.

Luego de la década del 90 la situación nacional fue crítica. El Estado, gradualmente, comenzó a manifestarse más activo implementando políticas orientadas a la reactivación económica del país, comenzando con la devaluación (Si bien esta medida resultaba ineludible debido a la insostenible situación cambiaria que padecía el país).

Durante el actual mandato del presidente Nestor Kirchner, se puede divisar claramente el papel activo que cumple el Estado, principalmente en materia de política fiscal. El gobierno ha impulsado numerosos planes de obras públicas (viviendas mayoritariamente), ha formulado decretos conducentes a subas salariales, ha realizado numerosas renegociaciones a fin de reprogramar la deuda externa con los tres organismos de préstamo (FMI, Bco Mundial, BID) y ha intervenido en materia impositiva.

Podemos decir entonces, que las medidas que de manera directa evidencian la presencia de un Estado fuerte que estimula la economía por el lado de la demanda agregada, son la inversión publica, las políticas de salarios, las de impuestos y las de deuda externa por el lado de la renegociación y obtención de nuevos créditos.

En conclusión, podemos decir que es evidente que al igual que Keynes, estas políticas están orientadas a reactivar la economía mediante el estimulo de los componentes de la demanda agregada, en particular del consumo, la inversión y las exportaciones. Por lo tanto, existe un alto grado de vinculación entre las medidas de política llevadas a cabo hasta el momento por el gobierno de Kirchner y lo que plantea la Teoría Keynesiana, sobre todo en lo referido al equilibrio con desocupación

Economía Keynesiana

John Maynard Keynes fue alumno de Alfred Marshall y defensor de la economía neoclásica hasta la década de 1930. La Gran Depresión sorprendió a economistas y políticos por igual. Los economistas siguieron defendiendo, a pesar de la experiencia contraria, que el tiempo y la naturaleza restaurarían el crecimiento económico si los gobiernos se abstenían de intervenir en el proceso económico. Por desgracia, los antiguos remedios no funcionaron. En Estados Unidos, la victoria en las elecciones presidenciales de Franklin D. Roosevelt (1932) sobre Herbert Hoover marcó el final político de las doctrinas del laissez-faire.


Se necesitaban nuevas políticas y nuevas explicaciones, que fue lo que en ese momento proporcionó Keynes. En su ya citada Teoría general (1936), aparecía un axioma central que puede resumirse en dos grandes afirmaciones: (1) las teorías existentes sobre el desempleo no tenían ningún sentido; ni un nivel de precios elevado ni unos salarios altos podían explicar la persistente depresión económica y el desempleo generalizado; (2) por el contrario, se proponía una explicación alternativa a estos fenómenos que giraba en torno a lo que se denominaba demanda agregada, es decir, el gasto total de los consumidores, los inversores y las instituciones públicas. Cuando la demanda agregada es insuficiente, decía Keynes, las ventas disminuyen y se pierden puestos de trabajo; cuando la demanda agregada es alta y crece, la economía prospera.

A partir de estas dos afirmaciones genéricas, surgió una poderosa teoría que permitía explicar el comportamiento económico. Esta interpretación constituye la base de la macroeconomía contemporánea. Puesto que la cantidad de bienes que puede adquirir un consumidor está limitada por los ingresos que éste percibe, los consumidores no pueden ser responsables de los altibajos del ciclo económico. Por lo tanto, las fuerzas motoras de la economía son los inversores (los empresarios) y los gobiernos. Durante una recesión, y también durante una depresión económica, hay que fomentar la inversión privada o, en su defecto, aumentar el gasto público. Si lo que se produce es una ligera contracción, hay que facilitar la concesión de créditos y reducir los tipos de interés (substrato fundamental de la política monetaria), para estimular la inversión privada y restablecer la demanda agregada, aumentándola de forma que se pueda alcanzar el pleno empleo. Si la contracción de la economía es grande, habrá que incurrir en déficit presupuestarios, invirtiendo en obras públicas o concediendo subvenciones a fondo perdido a los más perjudicados.



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