Europa

Acuerdo de Libre Comercio Mercosur Unión Europea: Todo lo que necesitas saber

26 de Junio de 2019


Luego de 20 años de negociaciones, se acaba de firmar un "entendimiento político" para lograr un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.

¿Qué es un Acuerdo de Libre Comercio?

Un acuerdo de libre comercio es un tratado entre dos o mas países o regiones económicas, mediante el cual se eliminan o disminuyen los aranceles de importación y exportación de ciertos grupos de bienes y servicios.


Los acuerdos de libre comercio no deben ser confundidos con otro tipo de acuerdos de integración económica. En especial, hay que tener en cuenta que los acuerdos de libre comercio no implican necesariamente programas de integración fiscal, política o monetaria.

Los principales objetivos de los acuerdos de libre comercio son fomentar el crecimiento económico, la ocupación y la disponibilidad de bienes y servicios en los países participantes. La teoría económica subyacente indica que las menores trabas al comercio internacional permiten lograr una mejor asignación de recursos, gracias a que los países asignarán mas recursos hacia aquellos sectores en los que tengan ventajas comparativas.

Las empresas de los sectores con ventajas comparativas también se ven beneficiadas por un aumento de su escala, lo que permite que puedan operar con mayor eficiencia técnica, y por la posibilidad de acceder a insumos importados a menores costos, lo que permite que puedan operar con mayor eficiencia económica.


Sin embargo, no todos resultan beneficiados con un acuerdo de libre comercio. Al disminuirse los aranceles a la importación, también se pueden ver perjudicados ciertos sectores productivos que se enfrentarán a mayor competencia con bienes o servicios importados. En el caso del Mercosur, algunos sectores industriales se podrían ver perjudicados por una mayor competencia internacional, mientras que los sectores agropecuarios claramente tendrán beneficios por un mayor acceso al mercado europeo.

Si bien una opción es aplicar un cronograma de desgravación arancelaria paulatina, los sectores con desventajas comparativas estructurales se perjudican y desde el punto de vista económico, liberarán recursos que a largo plazo se utilizarán en los sectores con mayores ventajas en el ámbito del comercio internacional.

En el acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea contempla períodos de desgravación que van desde los 10 hasta los 15 años para el Mercosur, mientras que la Unión Europea aceptó plazos de desgravación inmediatos.

Los acuerdos de libre comercio no solo traen aparejados cambios en el flujo de mercancías, sino que también provocan cambios en los flujos internacionales de capital y de personas. Por ejemplo, luego de firmarse el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre México, Canadá y Estados Unidos, muchas empresas que utilizan mano de obra de manera intensiva, mudaron sus plantas productivas a México porque podrían exportar desde allí hacia Estados Unidos sin barreras arancelarias.

La Unión Europea representa la región económica con un importante stock de inversiones globales. Si bien el flujo de inversiones desde la Unión Europea hacia el Mercosur podría verse favorecido, la situación política de cada país jugará un factor fundamental.

El Acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur

Si bien se logró un acuerdo de entendimiento, el acuerdo requiere pasos adicionales para su implementación. La Unión Europea exige mantener la prohibición de transgénicos.

Además, el acuerdo todavía debe ser aprobado por los países miembros de la Unión Europea. Probablemente, diversos sectores presentarán oposición a algunos puntos del acuerdo de libre comercio. Organizaciones ecologistas, además de oponerse a los alimentos transgénicos, se opondrán a un posible aumento de la deforestación en Sudamérica. En Francia, sectores ven con recelo un posible aumento de las importaciones de carne argentina.

Países Miembros del Mercosur

  • Argentina
  • Brasil
  • Paraguay
  • Uruguay

Países Miembros la Unión Europea

  • Alemania
  • Austria
  • Bélgica
  • Bulgaria
  • Chipre
  • Croacia
  • Dinamarca
  • Eslovaquia
  • Eslovenia
  • España
  • Estonia
  • Finlandia
  • Francia
  • Grecia
  • Hungría
  • Irlanda
  • Italia
  • Letonia
  • Lituania
  • Luxemburgo
  • Malta
  • Países Bajos
  • Polonia
  • Portugal
  • Reino Unido
  • República Checha
  • Rumania
  • Suecia

Marco Internacional

Las negociaciones para lograr el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur se intensificaron desde que Donald Trump fue elegido presidente de los Estados Unidos. Trump impulsa una fuerte política proteccionista que está teniendo un impacto en las economías europeas, que se ven perjudicadas por la reciente guerra comercial. La Unión Europea logró acuerdos similares con Canadá, México y Japón.

Exportaciones Alemanas

Una moneda común a toda Europa como el euro, menos fuerte de lo que sería un marco alemán, beneficia claramente las exportaciones germanas, particularmente a los países emergentes, pero también al resto de estados comunitarios. Estos, como economías independientes, si tuvieran monedas propias perderían buena parte de su actual capacidad compradora. Porque el euro es más débil frente a un potencial marco, pero mucho más fuerte de lo que sería una lira o una peseta. La reseña del Presidente de la Federación Alemana de Comercio inserta al final de este texto confirma como Alemania se alimenta, fundamentalmente, de lo que le compra el resto de Europa. Ellos pagan los fondos de cohesión, los rescates y aportan la mayor parte del presupuesto de la UE, pero la economía de esos países que reciben sus aportaciones públicas es la que, en gran medida, nutre sus fábricas. La UE y el euro son claramente un buen negocio para Alemania. Por tanto, si el resto de Europa va mal (o sigue mal por mucho tiempo), Alemania irá mal. No se puede decir que son la única economía que funciona en el continente cuando buena parte de su éxito se debe al mercado y a la moneda únicos. Sencillamente, ellos son los que fabrican (que no tiene poco merito, más si lo comparamos con Estados Unidos), pero dentro de un contexto económico y geográfico que entre todos les (nos) hemos dado. Como unidad económica, o somos todos uno o no lo somos ninguno; sobre todo a la luz de estas interdependencias. A Alemania le toca ser la locomotora, pero de un tren del que –por su mismo diseño– tiramos todos. Lo cual llama, más si cabe, a la solidaridad territorial, al reparto (también) en la atribución de meritos y, en definitiva, a la redistribución de beneficios, ventajas y rentas. Lo irrepetible de la actual coyuntura para la economía alemana se debe a que, a su tradicional potencia y base industrial, se unen: La novedad de la capacidad compradora de los países emergentes (hacia donde exporta de forma creciente). La novedad de una mano de obra más barata por una Europa ampliada por el este y en crisis por el sur y por las islas británicas. El hecho sin precedente (salvando el caso de China) de que un país/estado puede exportar más y más sin que su moneda se vea por ello reforzada. En este caso, al contrario, por causa de la crisis que ha afectado particularmente a los países PIGS de la UE (Portugal, Irlanda, Grecia y España), asegurando la debilidad del Euro y, con ello, el impulso ‘indirecto y particularísimo’ de las exportaciones alemanas. En otras palabras, la caída de Grecia le vino bien a Alemania, y la de Irlanda le asegura más tiempo de increíble crecimiento. El dinero de los rescates (por otro lado, deuda con intereses) a países tan pequeños es poca cosa frente a lo que gana exportando por tener como moneda un euro débil (el efecto de esas crisis). Sólo el gran mercado de Estados Unidos se pierde parcialmente por la flaqueza de su dólar frente al euro, pero ya no resulta tan necesario cuando se cuenta con los emergentes. Puede que ahora, otra potencia industrial como el Reino Unido, esté lamentando no estar en el euro. En esta primera instancia, beneficioso para los grandes como facilitador de las exportaciones, tanto dentro –al simplificar las transacciones y otorgar una moneda fuerte a los ‘pobres’– como fuera –al ser la media o marcha del conjunto de las doce economías la que determina su cotización–. Ahí va la reseña:

El presidente de la Federación Alemana de Comercio Mayorista y Exterior, Antor Börner, admitió que este año ‘ya no se podrá mantener ese fuerte ritmo de crecimiento
. Según él, la fortaleza del euro afectará negativamente a las exportaciones alemanas hacia Estados Unidos, sin embargo, las importaciones provenientes de ese país se abaratarán considerablemente. Börner tranquilizó diciendo que para Alemania, el principal mercado de exportación es la Unión Europea, la zona del euro. Alemania coloca en esos países alrededor de dos tercios de sus exportaciones (fuente: “Registran alza récord exportaciones alemanas en última década”, 8-7-2010, publimetro.com). Otras fuentes consultadas: “El euro fortalece exportaciones alemanas”, 13 de Julio de 2010, el papeldigital.com (fuente: El semanario, México). Autor: Fernando de Souza - 2/02/2011





Modelos en Europa

En el Boletín Económico de Información Comercial Española, el excelente semanario del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (Secretaria de Estado de Comercio), en el número 2891 del 16 de octubre, hay un interesante artículo del profesor de Economía Aplicada en la UCM, Rafael Fernández Sánchez, sobre “Irlanda y Finlandia. Dos modelos de especialización en tecnologías avanzadas”. Un escrito en el que se comparan las experiencias de esos dos países, que durante el lapso 1994/2004 alcanzaron las tasas de crecimiento más elevadas de la UE. A base de reorientar sus economías hacia nuevos patrones de especialización, en sectores de tecnología avanzada que se han comportado de manera muy competitiva a escala internacional.


Claro es que, en ambos casos, ha habido, como trasfondo, una política industrial de largo plazo, con todo un marco de referencias —fiscalidad, I+D, trato preferente a las multinacionales, sistemas educativos avanzados, etc— que han favorecido el éxito de ambos modelos, con sus diferencias entre sí, de modo que el Doctor Rafael Fernández Sánchez llega a la conclusión de que “la estrategia irlandesa parece más brillante, pero la experiencia escandinava resulta más consistente”.

Ya sabíamos que dentro de la UE, Irlanda y Finlandia son países económicamente admirables, entre otras cosas porque dejan que la libre empresa se manifieste con toda libertad en sus capacidades creativas, buscando siempre lo último de lo último. Y no hay más que visitar las ciudades de Dublín y Helsinki —cosa que personalmente he hecho en los últimos tres años—, para percatarse de que la gente tiene ganas de vivir, disfruta, como se dice coloquialmente, a tope; y en general está muy en la línea de dedicación a su propio trabajo.

El antimodelo europeo actualmente hay que situarlo en Italia, con bajo crecimiento, inflación considerable, y una deuda pública que no logra rebajarse del 100 por 100 del PIB. Además, en el marco de una pesada burocracia intervencionista, que es el origen mismo de la huida de los italianos hacia una economía informal tan abundante como diversificada, e incumplidora de las obligaciones fiscales.


Muchos pensaban que esa situación, mezclada con la persistencia de factores típicos de “Estados dentro del Estado”, como la Mafia y la Camorra, eran el resultado de una larga tradición de miserias y corruptelas, en una Italia que no encontraba el camino de modernizarse, y mucho menos teniendo a la cabeza a un personaje como Silvio Berlusconi; que en cuatro años de gobierno, aparte de proteger sus propios intereses mediáticos y en otras ramas de negocios, se reía de sus conciudadanos. Pero hete aquí que con una persona tan sesuda como Romano Prodi —il Profesore— al frente del nuevo ejecutivo, las cosas, lejos de mejorar, incluso están empeorando. Lean Vds. la entrevista que en el Financial Times de hoy le hacen al citado Primer Ministro, y anterior Presidente de la Comisión Europea, para percatarse de los profundos males que hoy se abaten sobre Italia. Dos modelos y un antimodelo, that is the question.

Licencia de este artículo: http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/

(algunos derechos reservados)

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/

Tasa de Interés de Estados Unidos y Europa

por Adrián Osvaldo RAVIER

El autor es economista e Investigador Asociado a la Fundación Atlas para una Sociedad Libre (Argentina)

Año 2006

No alcanza con reducir la carga tributaria para devolver dinero a los potenciales inversionistas e incentivarlos a instalarse en la región. Deben simultáneamente disminuir drásticamente el gasto público.

Estados Unidos continúa sin encontrar la política económica que lo saque de una crisis cada vez mayor. Continúa eligiendo el camino intervencionista en materia monetaria, aplicando una nueva baja en la tasa de redescuento, buscando con ello mayor inversión, mayor consumo y en definitiva mayor empleo. Alemania y Francia, como contrapartida, advierten que parte de sus problemas son por el enorme peso que le imponen a las empresas en materia tributaria, y se encaminan en grandes reducciones. Esto último evidencia un cambio importante para un continente que en lo que fue el siglo XX no ha dejado de incrementar la carga tributaria y el gasto público. "La economía de Estados Unidos ha soportado la caída de valores de la bolsa, la retracción de las inversiones y los atentados terroristas, y sigue creciendo", afirmó el martes el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Esta frase demuestra el desconocimiento del presidente del Banco Central más grande del Mundo, respecto de las consecuencias de sus políticas. En un trabajo que titulamos "Estados Unidos en una Nueva Gran Depresión" publicado en la Fundación Atlas a mediados de 2002 presentamos numerosos argumentos para explicar que la crisis Norteamericana se debe fundamentalmente a la política monetaria implementada por Alan Greenspan. No es por los escándalos contables de Enrón y Worldom que la Bolsa cayó estrepitosamente. Tampoco es por los atentados que la Bolsa no se recupera de aquella caída. La espectacular suba de las acciones a lo largo de la década del ?90 así como la también espectacular caída, está en directa relación con la política monetaria implementada por Greenspan. Hoy los Estados Unidos buscan debilitar su moneda respecto del Euro para poder así incrementar sus exportaciones a Europa y el mundo, y así revertir un déficit comercial que ha sido creciente durante los últimos años. Para ello ha decidido disminuir la tasa de redescuento, a través de la cual la Reserva Federal provee de dinero fresco a las entidades financieras, para que luego éstas presten el dinero a potenciales inversores. Pero Greenspan no ve que así como sus anteriores 12 bajas consecutivas no tuvieron resultado, tampoco lo tendrá esta última. Pero, ¿por qué no resulta positiva una baja en la tasa de interés?. ¿Acaso esto no genera que más proyectos se puedan llevar a cabo, incrementando la inversión, el trabajo, la producción y el consumo? No. La manipulación de la tasa de interés de redescuento implementada por Greenspan no hace más que distorsionar los precios relativos, así como la información que los empresarios necesitan para saber qué proyectos deben seguir y así poder satisfacer las necesidades de los consumidores. Se puede decir, que en el corto plazo, estas políticas generan un incremento en la producción y en el trabajo, pero inmediatamente se hace evidente que esto no es sostenible en el tiempo, además de que dicha producción no obedece a la información que provee el sistema de precios como producto de las necesidades de los innumerables agentes que componen la economía estadounidense. A su vez, debemos remarcar que hoy la tasa de interés real en los Estados Unidos, es negativa. Lo cual es evidente si se tiene en cuenta que la tasa de interés de redescuento es menor que la tasa de inflación. En resumen, Estados Unidos aun no ha comprendido que manipular la tasa de interés genera siempre grandes problemas en la economía, así como en su población. En junio la tasa de desempleo en Norteamérica ha sido la más alta en 9 años, ubicándose en el 6,4 %. Esto significa que el número de desempleados es de 9.4 millones, 360.000 más que en mayo, según el Departamento de Trabajo. Y todo "a pesar" de la baja en al tasa de interés. Nosotros diríamos, "como consecuencia" de las innumerables bajas en la tasa de interés, que se traduce en la política monetaria de Greenspan y en enormes distorsiones a la economía de mercado, que el presidente de la Reserva Federal constantemente dice defender. Europa por el contrario sigue un camino distinto. Desde la constitución de la Unión Europea, innumerables empresas se han trasladado de las grandes potencias Alemania y Francia a países relativamente más pobres, pero con cargas impositivas mucho menores. Esto mismo ha hecho que países como Francia y Alemania se encuentren con un estancamiento de su economía o un crecimiento que no supera el 1 %. Simultáneamente países como Irlanda experimentan enormes tasas de inversión, crecientes tasas de crecimiento, fuertes bajas en su deuda externa y una amplia disminución en la tasa de desempleo. Unos con tasas impositivas que se ubican entre el 50 y el 70 % del capital, otros con impuesto a las ganancias nulo y fuerte apertura económica. La constitución de la Unión Europea ha obligado a sus países miembros a hacer un enorme esfuerzo en materia fiscal, teniendo los países relativamente más pobres que cambiar drásticamente sus reglas de juego. Hoy Alemania y Francia, las dos mayores potencias de la región plantean como política fundamental disminuir fuertemente la carga impositiva. ¿Qué efectos tendrá esto en todo el resto de los países miembros? Necesariamente deberán seguir el mismo camino si pretenden mantener las inversiones extranjeras directas. Sin embargo, debemos hacer una importante aclaración: No alcanza con reducir la carga tributaria para devolver dinero a los potenciales inversionistas e incentivarlos a instalarse en la región. Deben simultáneamente disminuir drásticamente el gasto público. ¿O cómo piensan financiar esa reducción? ¿Acaso seguirán una política similar a la de los Estados Unidos, disminuyendo artificialmente la tasa de interés interbancaria e inundando el mercado de Euros? En principio, aplaudimos la disminución en la carga tributaria. Esperemos que Europa entienda lo que Estados Unidos no.


Fuente: opinionpress.com



Subscribe to RSS - Europa