por Adrián Osvaldo RAVIER
El autor es economista e Investigador Asociado a la Fundación Atlas para una Sociedad Libre (Argentina)
Año 2006
No alcanza con reducir la carga tributaria para devolver dinero a los potenciales inversionistas e incentivarlos a instalarse en la región. Deben simultáneamente disminuir drásticamente el gasto público.
Estados Unidos continúa sin encontrar la política económica que lo saque de una crisis cada vez mayor. Continúa eligiendo el camino intervencionista en materia monetaria, aplicando una nueva baja en la tasa de redescuento, buscando con ello mayor inversión, mayor consumo y en definitiva mayor empleo. Alemania y Francia, como contrapartida, advierten que parte de sus problemas son por el enorme peso que le imponen a las empresas en materia tributaria, y se encaminan en grandes reducciones. Esto último evidencia un cambio importante para un continente que en lo que fue el siglo XX no ha dejado de incrementar la carga tributaria y el gasto público. "La economía de Estados Unidos ha soportado la caída de valores de la bolsa, la retracción de las inversiones y los atentados terroristas, y sigue creciendo", afirmó el martes el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Esta frase demuestra el desconocimiento del presidente del Banco Central más grande del Mundo, respecto de las consecuencias de sus políticas. En un trabajo que titulamos "Estados Unidos en una Nueva Gran Depresión" publicado en la Fundación Atlas a mediados de 2002 presentamos numerosos argumentos para explicar que la crisis Norteamericana se debe fundamentalmente a la política monetaria implementada por Alan Greenspan. No es por los escándalos contables de Enrón y Worldom que la Bolsa cayó estrepitosamente. Tampoco es por los atentados que la Bolsa no se recupera de aquella caída. La espectacular suba de las acciones a lo largo de la década del ?90 así como la también espectacular caída, está en directa relación con la política monetaria implementada por Greenspan. Hoy los Estados Unidos buscan debilitar su moneda respecto del Euro para poder así incrementar sus exportaciones a Europa y el mundo, y así revertir un déficit comercial que ha sido creciente durante los últimos años. Para ello ha decidido disminuir la tasa de redescuento, a través de la cual la Reserva Federal provee de dinero fresco a las entidades financieras, para que luego éstas presten el dinero a potenciales inversores. Pero Greenspan no ve que así como sus anteriores 12 bajas consecutivas no tuvieron resultado, tampoco lo tendrá esta última. Pero, ¿por qué no resulta positiva una baja en la tasa de interés?. ¿Acaso esto no genera que más proyectos se puedan llevar a cabo, incrementando la inversión, el trabajo, la producción y el consumo? No. La manipulación de la tasa de interés de redescuento implementada por Greenspan no hace más que distorsionar los precios relativos, así como la información que los empresarios necesitan para saber qué proyectos deben seguir y así poder satisfacer las necesidades de los consumidores. Se puede decir, que en el corto plazo, estas políticas generan un incremento en la producción y en el trabajo, pero inmediatamente se hace evidente que esto no es sostenible en el tiempo, además de que dicha producción no obedece a la información que provee el sistema de precios como producto de las necesidades de los innumerables agentes que componen la economía estadounidense. A su vez, debemos remarcar que hoy la tasa de interés real en los Estados Unidos, es negativa. Lo cual es evidente si se tiene en cuenta que la tasa de interés de redescuento es menor que la tasa de inflación. En resumen, Estados Unidos aun no ha comprendido que manipular la tasa de interés genera siempre grandes problemas en la economía, así como en su población. En junio la tasa de desempleo en Norteamérica ha sido la más alta en 9 años, ubicándose en el 6,4 %. Esto significa que el número de desempleados es de 9.4 millones, 360.000 más que en mayo, según el Departamento de Trabajo. Y todo "a pesar" de la baja en al tasa de interés. Nosotros diríamos, "como consecuencia" de las innumerables bajas en la tasa de interés, que se traduce en la política monetaria de Greenspan y en enormes distorsiones a la economía de mercado, que el presidente de la Reserva Federal constantemente dice defender. Europa por el contrario sigue un camino distinto. Desde la constitución de la Unión Europea, innumerables empresas se han trasladado de las grandes potencias Alemania y Francia a países relativamente más pobres, pero con cargas impositivas mucho menores. Esto mismo ha hecho que países como Francia y Alemania se encuentren con un estancamiento de su economía o un crecimiento que no supera el 1 %. Simultáneamente países como Irlanda experimentan enormes tasas de inversión, crecientes tasas de crecimiento, fuertes bajas en su deuda externa y una amplia disminución en la tasa de desempleo. Unos con tasas impositivas que se ubican entre el 50 y el 70 % del capital, otros con impuesto a las ganancias nulo y fuerte apertura económica. La constitución de la Unión Europea ha obligado a sus países miembros a hacer un enorme esfuerzo en materia fiscal, teniendo los países relativamente más pobres que cambiar drásticamente sus reglas de juego. Hoy Alemania y Francia, las dos mayores potencias de la región plantean como política fundamental disminuir fuertemente la carga impositiva. ¿Qué efectos tendrá esto en todo el resto de los países miembros? Necesariamente deberán seguir el mismo camino si pretenden mantener las inversiones extranjeras directas. Sin embargo, debemos hacer una importante aclaración: No alcanza con reducir la carga tributaria para devolver dinero a los potenciales inversionistas e incentivarlos a instalarse en la región. Deben simultáneamente disminuir drásticamente el gasto público. ¿O cómo piensan financiar esa reducción? ¿Acaso seguirán una política similar a la de los Estados Unidos, disminuyendo artificialmente la tasa de interés interbancaria e inundando el mercado de Euros? En principio, aplaudimos la disminución en la carga tributaria. Esperemos que Europa entienda lo que Estados Unidos no.
Fuente: opinionpress.com