Ante la falta de instrumentos financieros y el poco desarrollo de los mercados de capitales en el Perú, los bonos catastróficos podrían constituir una alternativa no sólo para que instituciones como las AFP puedan saciar su gran demanda por activos financieros, sino que se hace necesario mitigar los grandes costos que acarrean los desastres naturales en el Perú.
Recientemente, México ha emitido los primeros bonos catastróficos en su historia con el objetivo de mitigar las perdidas ocasionadas por terremotos de gran magnitud, con lo que sería el primer país en América Latina que realiza este tipo de emisiones. Antes de hacer un breve análisis sobre las condiciones en las que podría implementarse en el Perú un instrumento de este tipo, se hace necesario un poco de historia al respecto.
Los primeros bonos catastróficos se comenzaron a emitir en los EE.UU. como consecuencia de los huracanes Andrew (1992), Opal (1995) y Fran (1996) y terremotos como el de Kobe en los noventas, los cuales acarrearon perdidas de alrededor US$ 50,000 millones. Sin duda esto llamo la atención de aseguradores y reaseguradotes para la creación de este tipo de instrumentos.
Los bonos catastróficos, específicamente los que financian terremotos, se basan en un índice en el cual se activan, es decir, se hace uso de los fondos obtenidos por la venta de los bonos para financiar las perdidas; este índice vendría a ser la escala de Richter. Si hubiera un terremoto que sobrepase un umbral establecido en la escala de Richter (por ejemplo: 7 grados) entonces se financian las perdidas, de lo contrario no se financian.
¿Quién emite estos bonos? Podrían ser diversos agentes, por ejemplo, el mismo gobierno, reaseguradores o probablemente organismos cuyo rubro es justamente ese tipo de desastres como fue el caso del Instituto de California Earthquake Autority (CEA), el cual fue creado para proveer seguros contra desastres telúricos en EE.UU. En el caso de México, el gobierno esta en la búsqueda de un posible emisor que podría ser una compañía aseguradora o un banco de inversión.
¿Cómo funcionan? El emisor obtendría los fondos para uso exclusivo de pagos para desastres. A cambio, los inversionistas que adquieran dicho bono obtendrían tasas cupón bastante altas debido al riesgo total o parcial que podría enfrentar su principal de darse el evento catastrófico. Si el evento no se da, el inversionista ganaría altos rendimientos debido al riesgo que enfrentaría su capital. No obstante, si el evento se da, el inversionista podría perder los cupones que faltarían pagar más no su principal. El principal bien podría devolverse años mas tarde del periodo de maduración del bono, pero esto implicaría una perdida de capital de manera parcial porque no es lo mismo US$ 1 mañana que el mismo dólar pasado mañana por un tema del valor del dinero en el tiempo.
Generalmente, los bonos catastróficos han sido concebidos bajo la idea de que constituyen una mejor alternativa para el reaseguro; en otras palabras, los bonos catastróficos cubrirían el exceso de perdidas que las aseguradoras no podrían enfrentar. No obstante, una posible implementación de este tipo de instrumentos no podría mirarse bajo este enfoque debido a la alta informalidad en el país. ¿Cuántos activos en el Perú están asegurados, es decir, viviendas, fabricas, edificios, etc? No dispongo de cifras, pero es muy probable, que muy pocos activos estén asegurados en el Perú.
Por tanto, si hay pocos activos asegurados en el mercado peruano, entonces los bonos catastróficos no serían una alternativa, sino mas bien constituiría el llenar un vacio que no se ha cubierto, que es el de proteger los activos de aquellos que no poseen seguros contra desastres. ¿Por qué los inversionistas deberían invertir en un instrumento de este tipo? ¿Qué pasaría con el mercado de capitales peruano luego de la introducción de este tipo de instrumento?
En primer lugar, los riesgos catastróficos no están correlacionados con los movimientos de los mercados financieros, por tanto la compra de un bono catastrófico implicaría la adquisición de un activo que reduciría la volatilidad del portafolio de los inversionistas. El desarrollo de estos instrumentos en el mercado secundario contribuiría a un mayor desarrollo del mercado financiero peruano. En este sentido, aumentaría la oferta de instrumentos financieros, lo que de por si podría mitigar los problemas que tienen actualmente las AFPs.
Si bien podrían parecer instrumentos demasiado riesgosos, hay que tener en cuenta que los bonos catastróficos solo protegen un tipo de desastre, el cual es especificado en el bono. Podría implementarse por ejemplo, bonos que protejan contra el fenómeno del Niño, para lo cual habría que elaborar un indicador que determine un umbral si el fenómeno del Niño es o no intenso así como la escala de Richter en el caso de los terremotos.
Se sabe que el Fenómeno del Niño tiene una frecuencia aproximada de darse cada 5 años, por lo que se hace bastante previsible (cosa que no ocurre con un terremoto); ahora bien, lo que es difícil de determinar es su intensidad. Asimismo, considero que el gobierno no seria el agente adecuado para emitir este tipo de instrumentos debido a que tendría incentivos para darle un uso distinto a los recursos obtenidos lejos de velar por el financiamiento de desastres.
Considero que en un inicio, tanto el gobierno como la banca de inversión o reaseguradoras podrían trabajar en conjunto en la emisión de estos instrumentos. Por ejemplo, que el instrumento sea emitido por alguna reaseguradora y que ella se encargue de velar por los fondos y pagos de los cupones. De esta forma, cuando se da el evento, la aseguradora financia las reparaciones del desastre con los fondos obtenidos y el gobierno se encargaría de devolver el principal a los inversionistas.
Ahora bien, un problema asociado con la argumentación anterior sería como es que una eventual entidad privada pagaría los altos cupones asociados a estos instrumentos. Para el caso de desastres asociados a terremotos, lo ideal es que los fondos permanezcan intactos y no se tengan que usar para inversiones de largo plazo. En este caso, tendrían que haber coordinaciones con el Gobierno para el pago de cupones. En el caso de que dichos bonos financien desastres asociados al Fenonemo del Niño, podrían realizarse inversiones de mas largo plazo debido al conocimiento que se tiene en relación de la frecuencia del Fenómeno del Niño (cada 5 años aproximadamente).
El desarrollo de estos instrumentos dependerá en gran medida de la mayor información que se brinde sobre estos bonos: periodo de maduración, cupones, que desastres cubre, etc. Considero que estos instrumentos podrían ser una alternativa para un mayor desarrollo de los mercados financieros en el país, aunque tendría que estructurarse todos los detalles que involucra creación de este nuevo instrumento, poniendo especial énfasis, en que agentes emitirían este bono, cuales serían las formas de devolución del capital a los inversionistas en caso de darse un evento catastrófico, cuando se devolvería este capital, etc.