política monetaria

Políticas Monetarias, Reservas y Exoneraciones Tributarias

Una de las principales funciones del banco central de cualquier país es la regulación de la moneda y el crédito del sistema financiero. En la mayoría de países, el principal mecanismo de intervención que usan los bancos centrales es el de las tasas de interés. No es ninguna novedad decir que la Reserva Federal de los EEUU, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, por ejemplo, periódicamente publican las variaciones que hacen en las tasas de referencia que fijan y las razones que las sustentan.


Normalmente, una de dichas tasas de referencia es el centro de un corredor fijado por la autoridad monetaria para las realización de las operaciones del mercado interbancario. Es decir, el banco central establece en qué nivel debería estar el precio de las operaciones crediticias de muy corto plazo entre las diferentes entidades financieras. Para ello, los bancos centrales establecen precios para sus operaciones activas y pasivas, según se trate de otorgar préstamos a dichas entidades o de recibir depósitos de ellas, respectivamente. La lógica elemental indica que las operaciones activas deben de tener una tasa de interés mayor que las operaciones pasivas, y ambas a su vez deben ser más caras y menos rentables que sus análogas del mercado, respectivamente, a menos que se trate de una intervención puntual de la autoridad monetaria en el mercado.

De lo contrario, en el primer caso, las entidades podrían arbitrar a la autoridad monetaria respecto de sí misma (hacer ganancias pidiendo préstamos cuyos intereses son pagados por los intereses de los depósitos hechos en la misma entidad) o, en el segundo caso, podrían introducirse distorsiones perversas en el mercado (como limitar el deseable desarrollo del mercado interbancario si la autoridad monetaria paga más por los depósitos que lo que pagarían otras entidades de mayor riesgo o si cobra más barato que lo que las demás entidades cobrarían).

En el Perú, desde el establecimiento de metas explícitas de inflación en 2002, la política monetaria se ejerce a través del establecimiento de tasas de referencia, las cuales se modifican periódicamente. El tema no sería mayormente relevante, si el banco central sólo fijara su tasa de referencia para su "moneda nacional", como lo hacen todos los otros bancos centrales respecto de sus "monedas nacionales". Y es que sólo se puede establecer precios de referencia de la moneda que se emite y controla, por la definición misma de cualquier banco central.


En cambio, aunque nuestro banco central no fije una tasa de referencia objetivo explícita en dólares, que se supone lo hace la Reserva Federal de los EEUU, sí ha venido fijando tasas de interés para sus operaciones activas y pasivas en dólares. La razón del establecimiento de esta extraña particularidad se hallaría en que, con la oferta de dichas operaciones, el banco alienta el “incremento” de las famosas reservas internacionales netas (RIN), de paso que ofrece proveer cierto “seguro” de liquidez en dólares en una economía altamente dolarizada que, en estricto, no tiene prestamista de última instancia en dólares. Pero, ¿es esto realmente saludable?

Por un lado, el incremento en las RIN se logra “recibiendo” depósitos en dólares de las entidades financieras locales, las cuales tendrían como alternativa depositarlos en otras entidades financieras en el exterior, depósitos que obviamente no computaría como parte de las RIN. Es decir, en realidad las RIN son reservas netas sólo de obligaciones “internacionales” (en moneda extranjera), pero no son reservas netas de obligaciones “locales” en moneda extranjera, las mismas que no suelen existir de manera significativa en un país sin problemas de dolarización. ¿Acaso una economía se vuelve más sólida si considera como “propias” las reservas de divisas que en realidad son propiedad privada de sus ciudadanos? Sólo si se apropiara de ellas. Desde este punto de vista, el concepto de las RIN de países sin problemas de dolarización se aproximan más al concepto que en el Perú se denomina posición de cambio (PC). La PC no son otra cosa que las RIN netas de obligaciones "locales" en moneda extranjera. La PC son las reservas internacionales que realmente cuentan (propiedad neta del banco central) y son las que realmente le dan holgura a la economía en situación de vulnerabilidad, sin necesidad de tocar las divisas "ajenas".

Por otro lado, contraproducentemente se continúa otorgando un “seguro” de liquidez en dólares a los intermediarios del sistema financiero cuando el banco central ofrece otorgar créditos en dólares, como si realmente pudiera cumplir el papel de prestamista de última instancia en dólares. Buena parte de la disponibilidad de este “seguro” no es “segura” porque no es parte de la PC, y ni siquiera del encaje obligatorio, sino que está limitada a la “disposición” de las mismas entidades financieras a mantener depósitos “voluntarios” en el banco central para que éste, a su vez, pueda seguir prestándolos. Una mejor señal sería retirar dicho inseguro “seguro”, pues, lo que en realidad sí “asegura” es la subestimación del riesgo de liquidez en dólares del sistema, subestimación que continúa inhibiendo un franco proceso de desdolarización en un contexto externo positivo que por razones obvias no será permanente.


Pero aún hay más. Debido a un incentivo tributario inadecuado, en el último año el mantenimiento de tasas activas y pasivas en dólares por parte del banco central ha ocasionado, además, serias inconsistencias en la política monetaria, las cuales fue hábilmente aprovechada por los especuladores. El “incentivo” consiste en que, desde 2002 al menos, se viene renovando una exoneración del impuesto a la renta sobre los intereses y demás ganancias provenientes de créditos concedidos al sector público nacional. Esto significa que, toda vez que el banco central no pertenece al sector privado nacional, la exoneración se hace extensiva a las ganancias por los depósitos efectuados en el banco central (tasas pasivas). Una exoneración así implica una ganancia adicional por menor pago de impuesto a la renta para las entidades financieras que sí generen utilidad gravable.

Así, en diciembre de 2005, cuando la Reserva Federal de los EEUU subió su tasa de referencia en 4.25% y cuando la tasa de interés a la que los bancos estadounidenses se prestaban a un día (libor overnight) cerró en 4.4%, el BCRP cerró el mismo mes pagando tasas de interés de 4.0% por los depósitos recibidos (tasas pasivas). Sin embargo, producto de la exoneración de impuesto a la renta vigente, la rentabilidad neta de los depósitos no fue sólo de 4.0% sino que pudo llegar hasta 5.2%, en función de la capacidad de cada entidad para usar el referido beneficio tributario.

Pero no quedó ahí todo. Como el banco central también fija tasas de referencia en moneda nacional, en esas mismas fechas se vio obligado a ofrecer más recursos en el mercado para defender su “independencia” y no subir las tasas en soles innecesariamente. A esa misma fecha, el costo de las operaciones de crédito (tasas activas) en soles ofrecidas por el banco central se encontraba en torno al 4%. Así, no resultó muy complicado que algunas entidades financieras se endeudaran en soles con la misma autoridad monetaria a tasas de un poco más de 4% para comprar dólares (al mismo tiempo que la autoridad monetaria los vendía y así reducía su posición de cambio) e inmediatamente los depositaran en el mismo banco con una rentabilidad efectiva de casi 5.4%, incluyendo el efecto tributario (actividad de arbitraje que cuando se realiza con dos bancos y dos monedas se conoce como carry trade).

Para tratar de evitar el arbitraje a sí mismo, el banco central tuvo que ir subiendo su tasa en soles, pero la oportunidad de arbitraje se mantuvo porque las tasas en dólares del banco central también fueron subidas automática e ¿innecesariamente?. Es decir, las entidades financieras locales lograron por sus depósitos una rentabilidad inclusive mayor a la que lograron las mismas entidades financieras del exterior por hacer una operación equivalente (4.4%), sin "afectar" aparentemente a las RIN.

La espléndida oportunidad fue aprovechada hasta julio de 2006 inclusive. Actualmente este mecanismo de arbitraje se halla inhibido, no por cambios regulatorios sustanciales, sino debido a la creciente tendencia apreciatoria del sol, que produjo pérdidas cambiarias (más del 5% en un semestre) que revirtieron las ganancias logradas por diferencial de tasas de interés (50% de un promedio de 150 puntos básicos en el mismo semestre). Tendencia apreciatoria que desde entonces viene siendo contenida con recurrentes intervenciones del banco central en el mercado cambiario, las cuales "afortunadamente" ahora sí vienen fortaleciendo la PC que fue debilitada para enfrentar los ataques especulativos, que aún pueden repetirse en el futuro.

Por tanto, a estas alturas, ofrecer tasas activas y pasivas en dólares trae más perjuicios que beneficios para la salud de la economía. Mejor es concentrase en la PC que en las RIN y para ello no se necesita ofrecer las operaciones de ventanilla en dólares que incentivan la miopía del sistema en torno a un seguro bastante inseguro, salvo que se considere seriamente la posibilidad "viable" de una apropiación de depósitos en dólares como se hizo en otros países cuando enfrentaron crisis por problemas de alta dolarización similares. La vulnerabilidad se agudiza más por una de tantas exoneraciones tributarias que se renuevan cada fin de año, muchas de ellas entre gallos y medianoche. Esa misma exoneración que ha hecho que, desde julio de 2006, la rentabilidad efectiva de un depósito en dólares en el banco central sea mayor que el costo de tomar prestados esos mismos dólares del mismo banco. Realmente inexplicable

Dedicada a Evelyn Carlott

William

Email:williamanglas@yahoo.it

¿Es la FED independiente?

Según algunos investigadores, el capital accionario del FED -Reserva Federal de EE.UU.- sería propiedad de algunos pocos bancos privados de ese país. ¿Y la independencia del FED?


Autor: Sebastián Laza - economista

En opinión de algunos investigadores, el FED no sería un Banco Central común y corriente. No sería como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No sería un banco central propiedad del Estado. Sería lisa y llanamente, un banco privado. Y se trataría de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Según dichos investigadores, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones -62%- eran propiedad de sólo tres bancos hacia 1994. ¿Qué bancos? El Chase Manhatan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas controlarían esos tres bancos: Rockefeller, Rotschild y Davison -Morgan-. Es más, según dichos investigadores, sería por ello que en el anverso de cualquier billete dólar se lee la expresión FEDERAL RESERVE NOTE, y no UNITED STATES TREASURY NOTE.

Recuerdo cuando aún era estudiante de la Licenciatura en Economía, en la materia Economía Monetaria teníamos un profesor brillante, Gustavo Reyes, uno de esos jóvenes economistas que tuvieron la posibilidad de posgraduarse en universidades del 1er mundo, en su caso Inglaterra, y volver a su país nutridos de modelos teóricos nuevitos, listos para estrenar en la lejana América del Sur, en su caso en Argentina, en la época donde Menem-Cavallo y sus políticas pro-mercado todavía hacían furor. Corría el año 1995.


De todas aquellas excelentes clases con Reyes, me quedó sobremanera grabada una de ellas: la clase sobre "Reglas versus Discrecionalidad en las Políticas Monetarias", donde aún recuerdo el ahínco que Reyes ponía cuando nos hablaba de la necesidad de que los Bancos Centrales fueran independientes de los Ministros de Economía de turno. Decía Reyes que esta condición era clave para un Banco Central, para ir logrando una buena reputación ante "los mercados", a los fines de lograr determinada credibilidad para que la política monetaria tuviera efectividad.

Por supuesto que la recomendación venía porque en aquella época -y aún hoy, año 2006- en Argentina el Banco Central era bastante influído por el Ministerio de Economía. El Mingo Cavallo tallaba pesadamente en la política monetaria que ejecutaba Roque Fernández, como hoy lo hacen Kirchner-Miceli con Martín Redrado. Y así en muchísimos países del mundo. Y Reyes nos insistía que para un país con la inflacionaria historia económica de Argentina eso no era bueno, remarcando que un buen ejemplo a seguir era el de EE.UU. con su Reserva Federal, donde su titular Alan Greenspan -aún hoy sigue en el cargo- era bastante independiente del presidente de EE.UU.

En síntesis, subyacente al pensamiento de Reyes y de muchos otros economistas, estaba la aún hoy arraigada idea de que el Tesoro de EE.UU. no mete mano en el manejo de la política monetaria de la economía norteamericana. Es decir, la cantidad de dinero circulante en dicha economía, su nivel de crédito, sus tasas de interés, su tipo de cambio, etc., todos serían instrumentos resorte de Greenspan y nadie más. Greenspan a la misma altura del presidente de EE.UU., el ideal, el paraíso para la política monetaria de un país.


Es más, la historia reciente avala esta idea generalizada, cómo habría de ser de independiente el Banco Central de EE.UU. que en los '90 el FED le habría hecho perder a Bush padre su reelección -ante Clinton- porque no sacó a tiempo a EE.UU. de una recesión, que hizo decaer la popularidad del presidente ante el electorado. Como en Argentina y muchos otros países el Bancos Central siempre juega a favor del presidente de turno, y en EE.UU. según éste y otros ejemplos no, la realidad norteamericana era "el dorado" a la vista de Reyes y de la mayoría de los economistas sensatos del mundo, cómo dudar de la independencia del FED. El mismo Bush padre reforzó esta idea de independencia cuando dijo, después de perder su reelección, en referencia a Greenspan: "I've appointed him and he disappointed me", como diciendo "yo te ayudé a que llegaras ahí y ahora me pagás con esto".

Y yo mismo como economista me formé con esa idea: la independencia del FED, el modelo a seguir. Es por eso que gran conmoción me causó hacia el año 2004 cuando, leyendo "Hitler ganó la guerra" del inefable Walter Graziano, inteligente y polémico economista argentino, ex-gurú de la city porteña, y para nada de izquierda, me entero de que el FED no sería como en Argentina y la mayoría de los países del mundo un Banco Central estatal, sino que sería una entidad privada, donde sólo tres grupos financieros tienen más del 60% de su capital accionario. O sea que, si es verdad lo que dice Graziano, el dólar norteamericano, no sería la moneda emitida por la Républica de EE.UU., sino básicamente por tres bancos privados, o sea por unos pocos clanes familiares, y peor aún, la política monetaria del FED, que impacta en la economía de todos los países emergentes como Argentina, sería manejada por dicho pequeño grupo chico de personas.

Me dije a mi mismo, ¿será ésto verdad o Graziano se habrá vuelto loco? Si ésto fuera verdad, se me estaría cayendo del pedestal la principal institución que rige la economía internacional. Habrá sabido de este "detalle", de esta presunta sospecha, el profesor Reyes. No creo, es más, no creo que lo sospechen ni siquiera la mayoría de los economistas norteamericanos. Ya que si ésto fuera verdad, de qué independencia del FED vamos a hablar, ya que no la influenciaría el Secretario del Tesoro de EE.UU., tampoco el presidente, pero significaría que la política monetaria de EE.UU. estaría privatizada. A propósito, si Menem hubiera tenido éxito en su proyecto dolarizador, bajo este punto de vista habríamos privatizado también la moneda Argentina.

¿Pero de dónde habrá sacado semejante teoría Graziano? Dejando de lado la posibilidad de que se haya vuelto loco, podemos decir que el ex-gurú estuvo más de 2 años investigando para dicho libro, junto a un equipo multidisciplinario de jóvenes profesionales que lo ayudaron, y que en estos temas ha sido influenciado, entre otros, por las obras de Anthony Sutton, recientemente fallecido economista y periodista norteamericano, que trabajó en grandes universidades americanas -Stanford por ejemplo- hasta que sus libros empezaron a incomodar al poder y perdió su trabajo. Pero más allá de su situación de desempleado, Sutton durante los '80 y '90 no dejó de investigar estos temas, pasando al mundo editorial underground. Durante esa época produjo una serie de libros antisistema muy interesantes, que narran quiénes y cómo manejarían el poder desde las sombras en los EE.UU., incluyendo el manejo del FED y Wall Street. Graziano ha chequeado la presunta seriedad de todo esta obra y se ha animado a analizarla, reproducirla y enriquecerla con otros autores también, por lo tanto debemos darle al asunto la seriedad que se merece.

Vamos a citar textualmente algunos de sus comentarios más polémicos, para que el lector reciba su mensaje sin distorsiones:

"El FED fue creado por ley del Congreso el 22 de diciembre de 1913. Los banqueros privados, en aquel momento, venían criticando en forma pública la ley que creaba un Banco Central en EE.UU. Sin embargo, en forma reservada, los principales banqueros norteamericanos se frotaban las manos ante esa ley que habían logrado sacar, entre gallos y mediasnoches, gracias al senador Aldrich, casado con una hija del magnate John D. Rockefeller I. Una gran cantidad de legisladores se encontraban ausentes al acercarse la Navidad y la votación parlamentaria fue manipulada."

"Se trató de un movimiento magistral a la medida de la elite que se originó en conversaciones reservadas entre los principales banqueros en 1910. Para poder crear el FED, la elite financiera y petrolera norteamericana tuvo que manipular las elecciones de 1912. El presidente Taft buscaba la reelección. Pero su partido, el Republicano, se había pronunciado públicamente contra la creación del FED. Así dadas las cosas, la elite decidió fracturar al Partido Republicano en dos. Por un lado, se presentaba Taft. Por el otro, Theodore Roosevelt, ex presidente de la República. La división abrió las puertas para que el manipulable Woodrow Wilson accediera al poder con mucho menos del 50% de los votos. La elite, con su presencia y la del senador Aldrich, se ganaría la seguridad de la aprobación de la creación de un Banco Central privado: el FED."

"No cabe dudas que el mejor negocio de la Tierra es emitir moneda. Desde hace siglos los principales banqueros saben muy bien que si la gente acepta como medio de pago un papel emitido por un banquero privado, con la promesa de redimirlo en oro o plata metálica, entonces tal banquero tendrá la potestad de decidir quiénes deben recibir crédito y cuánto, qué tasas de interés cobrarles, a quién no prestarle. Y todo mediante la creación de medios de pago."

"Si los banqueros privados observaban que la gente no requería que le redimieran en metálico los billetes puestos en circulación, sino que la población los acumulaba y efectuaba sus transacciones en papel moneda, entonces podían generar de la nada muchos más billetes y ponerlos en circulación. De esta manera, el total de papel moneda superaba con creces las reservas en metálico que los banqueros privados guardaban en sus cajas fuertes. En otras palabras, los banqueros privados tenían la potestad de crear dinero de la nada si la gente aceptaba sus billetes. Y fue lo que ocurrió."

"El origen de la propia banca debe buscarse a través de operaciones de este tipo. Los bancos de Inglaterra, Francia y Alemania no comenzaron -como usualmente se piensa- como bancos estatales ni como empresas de las respectivas coronas, sino como bancos privados, controlados en buena medida por la dinastía banquera europea que se había instalado en forma familiar en Inglaterra, Francia, Alemania, Austria e Italia: el clan Rotschild, junto con sus asociadas Khun, Loeb, Lehman, Warburg, etc."

"Que el negocio bancario estaba monopolizado en unos pocos clanes familiares se puede ver simplemente a través de una vieja anécdota: mientras Max Warburg dirigía el Banco Central alemán durante el gobierno del káiser Guillermo II, y se constituía en su banquero personal antes de la 1ra Guerra Mundial, su hermano, Paul Warburg, era directivo del FED. El tema alcanzó ribetes escandalosos en EE.UU. y obligó el rápido reemplazo de Paul Warburg."

"Otra anécdota: mientras la familia Rotschild era una de las principales accionistas tanto en forma directa como indirecta del propio Banco de Inglaterra, la rama francesa de dicho clan colocaba varios integrantes para dirigir nada menos que el Banco de Francia, el cual sólo fue estatizado luego de la 2da Guerra Mundial"

"El 1er Banco Central creado fue el Banco de Inglaterra. Ya antes de las guerras napoleónicas los Rotschild poseían un enorme poder financiero en toda Europa. Deseaban aumentarlo y así establecer las políticas financieras en los principales países europeos. Lo mismo pudieron hacer durante el transcurso del siglo XIX con los bancos centrales de Francia y Alemania. A menudo financiaron guerras entre los países, con la estrategia de prestarles a ambos bandos. De esta manera, cuando las guerras finalizaban, las naciones y las casas reales quedaban debilitadas, endeudadas y, por lo tanto, cada vez más dependientes de los banqueros."

"Fueron los Rotschild quienes decidieron ingresar a EE.UU. financiando a clanes familiares a los que observaban durante mucho tiempo antes de otorgarles fondos para sus emprendimientos, y que resultaban "amigos incondicionales": los Rockefeller, los Morgan, Carnegie, los Harriman, etc."

"Por lo tanto, no debe llamar la atención del lector que el FED no sea un Banco Central común y corriente. No es como el Banco Central de cualquier país latinoamericano o el Banco Central Europeo. No es un banco central propiedad del Estado. Es lisa y llanamente, un banco privado. Y se trata de un banco privado propiedad de unos pocos bancos privados. Por ejemplo, de los 19,7 millones de acciones del FED, unas 12,2 millones de acciones -62%- eran propiedad de sólo tres bancos hacia 1994. ¿Qué bancos? El Chase Manhatan, el Citibank y el Morgan Guaranty Trust. Tres grandes apellidos desde hace muchas décadas han controlado y controlan esos tres bancos: Rockefeller, Rotschild, Davison -Morgan-.

"Ese porcentaje habría continuado creciendo merced a las fusiones que se registraron en la última década. Tampoco debe llamar la atención, entonces, que el actual jefe del FED, Alan Grenspan, haya sido director corporativo de JP Morgan, de Morgan Guaranty Trust y de la petrolera Mobil -Standard Oil of New York- de los Rockefeller, antes de ocupar el actual estratégico cargo que posee en el FED."

"Greenspan también es un empleado, más técnico, y quizás de mayor jerarquía que el propio presidente de EE.UU. Pero no deja de ser un empleado, un empleado de un banco privado propiedad mayoritaria de tres bancos privados."

"La moneda de EE.UU., el dólar, no es la moneda emitida por un país, sino la moneda emitida por el sistema de la FED, y su salud depende en realidad de la salud de esos bancos privados. Es por ello que en el anverso de cualquier billete dólar se lee la expresión FEDERAL RESERVE NOTE, y no UNITED STATES TREASURY NOTE. Aunque no nos extenderemos, simplemente mencionaremos que los dos presidentes de EE.UU. que intentaron suplantar los Federal Reserve Notes por los US Treasury Notes murieron asesinados antes de concluir sus mandatos."

"¿Dónde está el poder entonces? Es fácil y correcto deducir que unos pocos clanes familiares dominan la estructura de los bienes considerados estratégicos para el dominio global: energía, banca, armas y laboratorios. Pero es ridículo pensar que a esta altura del siglo XXI una decena de personas pueda sentarse a una mesa a decidir qué hacer con el mundo sin más ni más. La realidad es más sutil, más perfecta, aunque no menos espantosa.", finaliza Graziano, para luego continuar tratando de descifrar quiénes detentan el verdadero poder en el mundo."

Vemos entonces la tesis central de Graziano, fundamentada en la obra de Sutton y otros autores: el FED no sería el Banco Central independiente ideal de la teoría económica, tampoco el que se ganó el respeto de mi ex-profesor Gustavo Reyes y de tantos economistas en el mundo, incluído quien escribe este artículo, sino que, si bien independiente de la secretaría del tesoro de EE.UU. y hasta del presidente de EE.UU., sería un banco privado. Es decir, EE.UU., tendría privatizado el manejo de su moneda, y peor aún, a través de un monopolio.

No voy a terminar con un CREER o REVENTAR porque no corresponde, más bien sería un INVESTIGAR MÁS o REVENTAR. Graziano y Sutton son sólo dos voces, muy respetables, pero sólo dos veces que opinan tan radicalmente sobre el tema. Creo que sería interesante que una comisión de académicos notables investigue estos temas, ¿será muy utópica mi propuesta?

Política Monetaria del Banco Central de Chile

En mayo de 1995 se cambia la manera en que se instrumentaliza la política monetaria del Banco Central. Tras haber analizado las políticas monetarias del Banco Central en el período anterior, ahora se observan ciertas modificaciones.


Este cambio implicaba una forma de realizar la política monetaria “más sofisticada, y eficaz” y su introducción se justificó por “la confianza de que la economía chilena ha llegado a un adecuado grado de madurez en el funcionamiento de su sistema financiero” , y sin abandonar la política de control de tasas de interés.

Estas modificaciones buscaron ampliar y perfeccionar el instrumental disponible para lograr el objetivo de control del gasto agregado. La nueva modalidad se resume, en lo fundamental, en que el Banco Central dejar de fijar las tasas de interés directas de sus PRBC, y de ofrecerlos por ventanilla abierta concentrando su atención, en cambio, en el uso de tasas de interés de un día para instrumentalizar su ejecución. Para asegurar la manutención de esta tasa, se continúan utilizando los instrumentos a corto plazo existentes (redescuentos, repos), por ende, el Instituto Emisor crea nuevos mecanismos destinados a la contracción de liquidez en el corto plazo: a) La línea de depósito de liquidez, y b) Licitaciones extraordinarias de Pagarés Descontables del Banco Central (PDBC). Así el Banco Central fija una zona, dentro de la cual puede fluctuar la tasa de interés interbancaria compatible con el objetivo inflacionario de las autoridades.



Política Monetaria de Chile

Otro elemento importante a destacar es que a partir de 1990, el Banco Central (BC) pasó a ser una entidad autónoma del gobierno, con el objetivo específico de velar por el normal funcionamiento de los pagos internos y externos -evitar trastornos del sistema financiero y crisis de balanza de pagos-, y de velar también por la estabilidad de los precios. Los instrumentos que el legislativo entregó para hacer frente a estos objetivos fueron las políticas monetaria y cambiaria, así como la facultad de dictar normas relativas a las instituciones financieras.



En el referente contexto, el objetivo antiinflacionario acogido a fines de la década anterior, pasó gradualmente a ser el objetivo líder de la política monetaria. El recientemente autónomo Banco Central puso gran parte de su esfuerzo en esta materia, a la vez que el nuevo escenario de abundantes flujos de capital y mejores condiciones externas se tradujo en que la política de un tipo de cambio real “alto”, seguida hasta entonces, perdiera fuerza a favor de un tipo de objetivo de cambio real que pasa a denominarse de “equilibrio de mediano y de largo plazo”.

Para alcanzar los objetivos propuestos por la ley, la política monetaria se orientó a mantener la evolución del gasto agregado en línea con la evolución del producto potencial y las posibilidades de financiamiento externo permanente.

Las autoridades monetarias se propusieron así a reducir la inflación a los niveles internacionales; prueba de esto es que las tasas de interés reales se mantuvieron relativamente elevadas durante la década de los noventa, sólo durante dos meses de 1992 las tasas de interés reales anualizadas para los Pagarés Reajustables del Banco Central (PRBC) fueron inferiores al 5%, nivel que en 1987 fue considerado de ajuste. La inflación, por su parte, ha mostrado una constante tendencia a descender, produciéndose un alza en las tasas de interés de los PRBC cada vez que la inflación se ha estancado o el gasto se ha acelerado respecto al PIB –las alzas de tasa se produjeron en enero de 1990, durante 1992, y a fines de 1995-. La preocupación que el Banco Central tiene por el control de la inflación de debe a los costos que ésta trae consigo. En primer lugar, altos niveles de inflación se asocian con gran variabilidad de ésta y de los precios relativos, lo cual desalienta el crecimiento económico, a mediano plazo afectando especialmente a la inversión. En segundo lugar, la inflación tiene efectos indeseados sobre la distribución del ingreso, ya que cuando ésta excede el valor previsto, hay grupos que ganan –los que mantienen ahorros en UF por ejemplo- y otros que pierden –también por ejemplo, los que han contraído créditos indexados-, lo cual podría en un mal escenario conducir a conflictos sociales. Sin embargo, el objetivo antiinflacionario, debe ser alcanzado en forma armónica con la estabilidad del crecimiento del producto, así como la mantención de un tipo de cambio real de equilibrio de mediano y largo plazo.



En una economía como la chilena, en que no se cuenta con objetivos intermedio de agregados monetarios o tipos de cambio, la tasa de interés pasa a ser la herramienta a través de la cual se instrumentaliza la política monetaria. Una de las peculiaridades de esta política, dadas las importantes prácticas de indexación, es que en vez de utilizar tasas de interés nominales como herramienta, se emplean tasas de interés reales –tasas indexadas a la UF-. Esta característica se presta a veces para confusiones, y se señala que la economía chilena carece de ancla nominal. Sin embargo, no debe perderse de vista que el instrumental de tasas reales se ajusta en función de objetivos nominales, como lo es la meta de inflación mencionada anteriormente.





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