La paridad monetaria, también llamada paridad cambiaria, indica la relación que existe entre dos divisas, es decir, cuanto debo entregar de una divisa para recibir una unidad de otra divisa. Por ejemplo, si debemos entregar 1,5 dólares estadounidenses para obtener un euro, la paridad cambiaria entre esas dos divisas es de 1.5.
Cuando estamos ante un régimen cambiario de tipo de cambio flotante, la paridad monetaria puede variar en el tiempo, por diversos motivos de oferta y demanda de divisas. El valor del euro en dólares en los últimos años, viene oscilando entre 1.20 y 1.60 .
Cuando se menciona a una paridad monetaria fija, se dice que el valor de una divisa se mantiene estable en el tiempo, en relación al valor de otra divisa, otra canasta de divisas u otro indicador, como el precio del oro.
Argentina mantuvo una paridad monetaria de 1 a 1 entre el peso argentino y el dólar durante el período 1991-2001. Este período se denominó convertibilidad, porque el banco central argentino mantuvo en sus reservas una cantidad de dólares similar a la cantidad de pesos que circulaban en el mercado. Una ley impedía que el Banco Central se desviara de este comportamiento.
Actualmente existen pocos países con una paridad monetaria fijada por ley, sin embargo, muchos países, como China, intervienen fuertemente en el mercado cambiario para adecuar la paridad monetaria al valor que consideren conveniente para su política económica.
Esto se denomina flotación sucia.
En el mundo globalizado, los cambios en la paridad monetaria tienen grandes influencias en la economía de los países, tanto en las exportaciones, importaciones, inflación, estructura del sistema productivo, etc. Existen muchas investigaciones y modelos económicos para investigar estos fenómenos. Si bien el tema es muy complejo para tratarlo en este artículo, un modelo muy conocido es el modelo de Mundell-Flemming.