Desde el 2004 se ve una baja en la IED, esto se debe a varios factores; hay una mayor participación del Estado como inversor/operador de ciertos negocios, este tipo de vuelco que tiene el gobierno es festejado por varios sectores poco proclives a la apertura económica, y fomentado por un reciente pero fuerte nacionalismo por parte del pueblo. Se crean condiciones "ventajosas" para el capital local e importantes barreras que atentan contra la entrada de nuevos inversores, salvo los ya existente como los participantes de la U.E quienes siguen reinvirtiendo en sus empresas Argentinas, ellas lo hacen aplicándolo al aumento de la capacidad productiva, pero también incursionan en nuevos campos.
Otro factor a considerar es la cantidad de conflictos internos con los que cuenta el gobierno, generando un dificultoso panorama que impiden al inversor extranjero involucrarse en el mercado local, provocando un desincentivo para IED. Muchos otros aspectos se combinan para desalentar el desembarco de inversores extranjeros en Argentina, a saber: intervención creciente de los mercados, elevada presión tributaria, informalidad de gran parte de la economía, burocracia estatal y alineación internacional, entre otras.
La competencia que nos representa Brasil es muy marcada, siendo uno de los principales focos para la inversión. Y fuera de lo que es el bloque México es también un gran competidor.
Tampoco hay que olvidarse que a partir de 1999 los ingresos por IED no son generados por privatizaciones. Lo que hace que baje notablemente el índice. Siendo este un punto importante este aspecto se torna preocupante, ya que en los últimos años la IED mundial creció con números récord.
La argentina actualmente se encuentra en el puesto 90 en la lista de 178 países que fueron analizados, esta lista muestra las regulaciones que incentivan o desmotivan las inversiones. Según el informe de 2008 del banco mundial los motivos son muy claros y poco saludables:
"Según el informe Doing Business 2008, que elabora el Banco Mundial, existe una serie de factores que complican el ingreso de inversiones en la Argentina, entre los que destaca la burocracia para iniciar un negocio, la fuerte carga fiscal y las regulaciones que dan una fuerte rigidez a las relaciones laborales"
En particular, el estudio compara la dificultad de obtener licencias para la construcción y puesta en marcha de, por ejemplo, un depósito. En este particular apartado, la Argentina sufre su peor revés y se ubica dentro de los peores países, estando en el puesto 165, siendo superado por países como Bolivia y Venezuela, que en el ranking global están por detrás de nuestro país
Construir y obtener las licencias para poner en marcha un depósito en el país toma casi un año (338 días) y 28 procedimientos, mientras que en Bolivia se hace en 249 días y 17pasos.
El informe destaca que "cuando el peso de las regulaciones es muy grande, los empresarios mueven su actividad a la informalidad, dejando a todos peor".
En cuanto a lo fiscal, el informe afirma que cuanto más fuerte es el peso impositivo más se tiende a la evasión.
Según los especialistas, el país debería mejorar en casi todos los aspectos para ponerse de nuevo en la mira de los inversores y subir en el ranking del Banco Mundial. Para ello, "el Gobierno debería revisar todas las regulaciones y aplicar reformas como vienen haciendo los demás países".
Conclusiones
En la época de las privatizaciones se alivio la situación financiera del gobierno. Este momento positivo se vio reflejado en varios aspectos: En primer lugar, el financiamiento (ya que en esa época el acceso a este era dificultoso), luego mejora de las cuentas externas, la relación con los agentes exteriores quienes presionaban desde épocas anteriores para que se tome la política neoliberal y por último, también mejoró la situación fiscal, ya que las empresas privatizadas en su mayoría generaban déficit muy altos.
Pero la época dorada de la IED cae lentamente también por varios motivos: las empresas grandes ya fueron compradas, es muy notoria la situación por la que está atravesando el país, lo que genera una sensación de incertidumbre para los inversores extranjeros, hay muchas trabas burocráticas y fiscales. Cuando un inversor extranjero analiza mercados, Argentina pierde mucha fuerza frente a países como Brasil, Perú, Chile y México. Estos países son los principales focos de IED de América Latina por la estabilidad y credibilidad que transmiten por periodos prolongados.
La IED de Argentina proviene en su mayoría de Europa, principalmente de capitales españoles, quienes fueron los que adquirieron mayor cantidad de empresas en la época de las privatizaciones. Hoy, su inversión se destina en mayor medida para la mejora de estas y no para la locación de nuevas empresas. De todos modos hay que seguir incentivando esta actividad, ya que la reinversión en las empresas locales genera innumerables beneficios, tanto económicos como culturales.
Es muy importante la IED en el desarrollo de los países, que transfiere nuevas tecnologías y know-how, genera aparición de numerosas empresas satélites nacionales, facilita el acceso a los mercados de créditos internacionales, estimula la competencia, etc. Sería bueno comprender entonces, que las inversiones que nuestro país tanto anhela (ya sean cualitativas o cuantitativas) se lograrán creando un clima propicio para la inversión tanto local como extranjera. Para ello, hay que transmitir estabilidad y no sólo económica, es preciso también evitar trabas como las fiscales y burocráticas.