Marx

Marx: La Visión del Marxismo

Como es conocido, en su obra El Capital, Marx se propuso hallar la ley económica que rige el movimiento de la sociedad capitalista y para ello, estudió la economía capitalista haciendo abstracción del comercio exterior. Esta metodología de análisis le permitió concentrar su atención en los aspectos socioeconómicos de la producción capitalista, como unidad de la producción, distribución, cambio y consumo. Ello le permitió concentrar la atención en las consecuencias del desarrollo capitalista sobre las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, esto es, para la mayoría de la población.



La expansión de la producción capitalista hizo que se perdiesen los límites de los mercados locales y se hizo prioritaria la búsqueda de nuevos horizontes y consumidores para la enorme masa de mercancías que la producción era capaz de crear. Marx consideró que el comercio fue la premisa para la transformación de la industria gremial y rural-domestica y de la agricultura feudal en la explotación capitalista. Al respecto, señaló

“Es el comercio el que hace que el producto se convierta en mercancía, en parte creándole un mercado y en parte introduciendo nuevos equivalentes de mercancías y haciendo afluir a la producción nuevas materias primas y materias auxiliares y abriendo con ello ramas de producción basadas de antemano en el comercio, tanto en la producción para el mercado interior y el mercado mundial como en las condiciones de producción derivadas de este.”



Marx, Carlos, “El Capital”, Tomo III, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1980. p. 357



A su vez, Marx fundamentó que a medida que la producción industrial es más masiva e inunda el mercado existente, empuja hacia la destrucción de sus barreras, entonces lo que pone límite a esta producción no es el comercio, sino la magnitud del capital en funciones y la fuerza productiva desarrollada. El comercio termina convirtiéndose en servidor de la producción industrial.

Las colonias y el mercado mundial permitieron a las metrópolis europeas atraer hacia el sector industrial una mayor concentración de obreros asalariados, obligados a asegurar sus condiciones de vida, pero esto generó las causas para el propio exceso relativo de trabajadores y, con ello, creó las condiciones para la carencia de medios de vida en otros trabajadores, o sea el propio sistema con el trabajo no da riqueza a todo hombre, como planteaba Smith, sino un mínimo para mantenerlos trabajando y así asegurar a los que verdaderamente se apropian de ella (los dueños de los medios de producción). Como dice Marx en el Manifiesto Comunista

“El precio medio del trabajo asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de subsistencia indispensables al obrero para conservar su vida como tal obrero. Por consiguiente, lo que el obrero asalariado se apropia por su actividad es estrictamente lo que necesita para la mera reproducción de su vida.”



Marx,C. y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Obras Escogidas en Dos Tomos, Tomo I, Editorial Progreso, Moscú, 1971. p.33.

Marx concluye que el propio desarrollo del capitalismo potencia las contradicciones de este régimen de producción, de aquí que el verdadero límite de la producción capitalista es el mismo capital. El desarrollo de las fuerzas productivas choca constantemente con el fin, que es valorizar el capital existente, por lo tanto, si el régimen capitalista de producción tiene la misión de desarrollar la capacidad productiva material y de crear el mercado mundial correspondiente, contradice las condiciones sociales de producción del régimen.

Marx expresa:

“Pero el mismo comercio exterior fomenta en el interior el desarrollo de la producción capitalista y, con ello, el descenso del capital variable con

respecto al constante, a la par que, por otra parte, estimula la superproducción en relación con el extranjero, con lo cual produce, a la larga, el efecto contrario.”

Marx, Carlos. Ob. Cit. pp. 260-261.

De este modo, Marx pone de relieve como el incentivo de exportar desarrolla la producción para el comercio interno y a su vez, como el excedente resultante se transforma en motivo para el comercio exterior.

En resumen, Marx puso de relieve cómo el régimen capitalista de producción revolucionó las fuerzas productivas de su época y, a la vez, puso límites al consumo de las masas y con ello al desarrollo de su mercado interior, a la par que como exigencia de este modo de producción, respondió fomentando cada vez más la fuerza productiva del trabajo social y, consecuentemente, lanzándose por todo el mundo en busca de nuevos consumidores. El mercado para Marx, en resumen, constituye una relación de desigualdad.

A estas concepciones de Marx y Engels está muy unido el pensamiento de V.I. Lenin, a quien correspondiera interpretar la realidad de Rusia como escenario de la lucha de los oprimidos. El tema del mercado fue objeto de su atención en su libro “Desarrollo del Capitalismo en Rusia”, donde por primera vez se emplea la categoría mercado interior o interno y se examina el papel que desempeña en el desarrollo del sistema capitalista.

Para Lenin, el mercado capitalista es creado por el propio capitalismo en desarrollo, mediante la división social del trabajo y la desintegración de los productores directos, convirtiéndolos en capitalistas y obreros. Lenin dedujo la existencia de una correspondencia entre el grado de desarrollo del mercado interior y el del capitalismo. En su opinión, el mercado interior no debe interpretarse como una cuestión independiente y diferente al nivel de desarrollo del capitalismo.

Lenin, Vladimir, “El Desarrollo del Capitalismo en Rusia”, Editorial Ariel, Barcelona, 1974. p. 500.

Tales deducciones condujeron a Lenin a centrar su análisis del desplazamiento de los obreros dentro del territorio nacional y la emigración desde las regiones más atrasadas hacia las más adelantadas, es decir, desde las zonas agrícolas hacia las industrializadas ( la industrialización de la población, según él),buscando mejores condiciones de vida y de trabajo. A ello habría que agregar el desarrollo mercantil e industrial capitalista de la agricultura, a lo que denominó industrialización de la agricultura, para definir la formación del mercado interior para la sociedad capitalista.

“El mercado interior para el capitalismo se crea precisamente con el desarrollo paralelo del capitalismo en la agricultura y en la industria.”

Ibídem. p. 545.

Según Lenin, en la zona agrícola ocurre una desintegración del campesinado para formar clases de la sociedad capitalista, entre las que sobresale la burguesía rural y el proletariado agrícola, aunque advierte que entre ellas existe un grupo intermedio que se descompone en el proceso de evolución capitalista adhiriéndose a los extremos de la población rural.

Entre sus estudios, Lenin también abordó la teoría de la realización y la repercusión de esta en el mercado interior, donde enfocó la importancia del consumo productivo, en el papel cada vez mayor, que desempeñaba este en la ampliación del mercado para el capitalismo, contradiciendo así a los economistas burgueses (populistas en su país) que solo se limitaban al consumo personal obviando en la teoría la existencia del capital constante y reduciendo el problema de la realización a lo tocante a la reproducción de plusvalía. Al respecto, Lenin afirmó:

“El incremento de la producción capitalista y, por consiguiente, del mercado interior, se verifica no tanto a expensas de los artículos de consumo cuanto a

los medios de producción. Dicho de otro modo, el incremento de los medios de producción va por delante del de los artículos de consumo.”

Lenin, Vladimir: “El Desarrollo del Capitalismo en Rusia”, citado por Karataev, Ryndina, Stepanov y otros, “Historia de las Doctrinas Económicas”, Volumen Segundo, Editorial Grijalbo, S.A, Méjico D.F, 1964. p. 869.

Lenin criticó así con claridad, el error de los populistas y de toda la economía burguesa en general hasta el momento, para lo cual se apoyó en las tesis de Marx sobre la composición del producto de la producción capitalista. Al propio tiempo, percibió que la expansión de la producción mercantil destruye la dispersión de los pequeños negocios, propios de la economía natural, absorbiendo los mercados locales y creando un enorme mercado nacional.

”El mercado interior para el capitalismo se crea precisamente con el desarrollo paralelo del capitalismo en la agricultura y en la industria”

Las investigaciones realizadas por Lenin, le permitieron advertir la contradicción entre el mercado interno y externo, expresada en el hecho de que el capitalismo no puede subsistir y menos desarrollarse sin una constante búsqueda de mercados. Al igual que para Marx, Lenin advirtió que el mercado exterior constituye una necesidad para el capitalismo, ya que éste no es capaz de reproducir los procesos de producción, sin una variabilidad de las condiciones de producción, lo que se traducía en provocar un aumento ilimitado de la producción.

En resumen para Lenin el capitalismo consta en su desarrollo, influye sobre el desarrollo del capitalismo en la agricultura y la industria, creando su propio mercado interior, pero junto a ello, provoca la extensión de un mercado exterior que le permita colocar el excedente de productos que se generan por la producción nacional.

“el proceso de formación del mercado para el capitalismo ofrece dos aspectos a saber: el desarrollo del capitalismo en profundidad, es decir, un mayor crecimiento de la agricultura capitalista y de la industria capitalista en un territorio dado, determinado y cerrado; y su desarrollo en extensión, es decir, la propagación de la esfera de dominio del capitalismo a nuevos territorios.”

Autor: Eloy Samuel Ramírez Acosta

La Concepción Marxista

(La Ideología Alemana, El Capital, Categorías del Marxismo) (18)



Para la visión marxista las Categorías son las formas de concientización de las leyes más generales y universales de Ser y el Cosmos; por lo tanto, a diferencia de la concepción Kantiana, las categorías están plenas de contenido, pues provienen directamente de la experiencia humana a través de la práctica histórica. Aunque el marxismo contabiliza varias categorías, ahora citaremos algunas de ellas.

Lo Concreto

Refleja lo íntegro, lo entero, lo desarrollado, el objeto en sí, tal como lo presenta la realidad. Por ejemplo, una mesa es algo concreto, puesto que es la interconexión objetiva de todos sus componentes



Lo Abstracto

Parte de un conjunto, lo unilateral, lo simple, lo no desarrollado como concreto. Por ejemplo, el tamaño es algo que no puede ser separado de lo concreto, en este caso de la mesa, a no ser que participe la actividad de la mente que se llama Abstracción.

Proceso de conocimiento teórico



El conocimiento teórico-científico es el movimiento del pensamiento que parte de la diversidad sensorial de lo concreto y logra la reproducción del objeto en sus relaciones multilaterales. Es el proceso que empieza con la percepción de lo concreto por los sentidos; continúa con la abstracción y análisis de sus componentes, separados por la abstracción, y culmina con el resultado de la investigación para volver al concreto inicial y compararlo con el concreto logrado por la mente, por medio de la abstracción

Teoría y Práctica

Son dos categorías filosóficas que designan la actividad material y espiritual de la actividad objetiva socio-histórica de los seres humanos, la que se expresa en el conocimiento y transformación de la naturaleza y  de la sociedad misma. La diferencia con los empiristas y positivistas es que no toma la experiencia individual como punto de referencia de la práctica histórica, más bien recurre a la actividad conjunta de los hombres en las relaciones de clase que los determinan. Por otra parte, afirma que la actividad de los hombres es siempre racional. Por ejemplo, la producción de los bienes de producción no satisface directamente las necesidades vitales, pero sirve de base para conseguir los objetivos sociales finales, para lo que es preciso organizar el trabajo y administrarlo.

            Rechaza a la percepción teórica como la contemplación pasiva de la verdad desentrañada y afirma que la conciencia teórica no tiene ninguna influencia en la construcción de la realidad. Por último, considera que la teoría y la práctica se encuentran separadas en el régimen de producción capitalista, por lo que es necesario unirlas a través de una constante generalización teórica de la experiencia práctica de los grupos sociales, para lograr la consolidación de la teoría de vanguardia.

 

La materia

El punto de partida del proceso cognoscitivo marxista es la afirmación de la existencia objetiva de la materia, la que no estaría condicionada ni limitada por nada; sería eterna e inagotable, esto es, absoluta.

La materia sería la realidad objetiva que existiría fuera e independientemente de la conciencia y que se refleja en esta última y tiene la capacidad de autodesarrollarse indefinidamente. La conciencia sería la forma superior del reflejo de la materia. El carácter universal  absoluto de la materia caracteriza la unidad material del mundo. La materia, según la versión marxista, no se reduce a sus formas concretas de manifestación, v.g. la sustancia o los átomos, dado que existen formas no sustanciales, como los campos electromagnéticos y gravitacionales, pero, en cualquier manera de expresión, la materia siempre está organizada y es inseparable de las diferentes formas de movimiento

            Las formas de la materia son, dice el marxismo: los sistemas de la naturaleza inorgánica, v.g., partículas elementales, moléculas, sistemas cósmicos… los sistemas biológicos y los sistemas socialmente organizados. Algo que debe subrayase es que la “Materia” es una categoría filosófica, la que no debe ser confundida con las expresiones concretas químicas o físicas, las que tienen un carácter particular. De esta manera, no debe confundirse la categoría filosófica Materia con sus expresiones tales como “masa”, “energía”, “espacio”

Materia de Conocimiento

Son las relaciones y propiedades de los objetos fijados en la experiencia e incorporados al proceso de la actividad práctica del hombre que se investiga con un fin determinado en condiciones y tiempo determinados. El materialismo dialéctico, que es la filosofía del marxismo, reconoce la influencia del objeto sobre el sujeto que conoce, pero será la práctica histórica la que se constituya en el verificador del conocimiento adquirido. La discriminación del conocimiento como algo independiente de la materia objetiva es un error tipificado como “idealista”. El desarrollo del objeto de conocimiento se desarrolla de modo lógico e histórico (otras dos categorías de la dialéctica materialista)

El Materialismo

Según los marxistas es la corriente filosófica opuesta al “Idealismo” y afirma la prioridad de lo material y el carácter secundario de lo espiritual, lo que significa que el mundo es eterno, no fue creado y es infinito en tiempo y espacio. La Conciencia sería un reflejo de la materia, por lo que se la estudia como reflejo del mundo exterior para afirmar así la cognoscibilidad de la naturaleza. Se postula que la forma superior del Materialismo, esto es, el Materialismo Científico, fue creado por Marx y Engels y se acepta que éste tuvo desviaciones que desembocaron en lo que llaman el “materialismo vulgar”, entre ellos, el positivismo.

Materialismo Dialéctico

Es la base filosófica del marxismo y declara ser un reflejo de la evolución del pensamiento filosófico en relación al avance científico y la práctica histórica de la humanidad. El Materialismo Dialéctico aplicado a la   historia da como resultado el Materialismo Histórico, algo así como la sociología del marxismo, como “cosmovisión de la clase proletaria”. De acuerdo con el Materialismo Dialéctico, la filosofía tiene su objeto de estudio que está constituido por el estudio de las leyes más generales de la naturaleza, la historia y el pensamiento, los principios y bases generales del mundo objetivo y de su reflejo en la conciencia humana y también el método de explicación, conocimiento y transformación práctica de la realidad. Rechaza la existencia de “esencias supranaturales. Su teoría del Conocimiento y su Lógica provienen, afirma el marxismo, de la vinculación de la doctrina del Ser, del mundo objetivo y de la doctrina de su reflejo. Por último, el Materialismo Dialéctico  es la base filosófica del programa, la estrategia y la  táctica de la actividad de los partidos comunistas del mundo.

Materialismo Histórico

Es la ciencia filosófica sobre la sociedad y se aplica a la historia. Toma como pivote principal el hecho social común a todas las sociedades, la de “obtener los medios de vida”, al que vincula todas las relaciones de los individuos, lo que denomina “las relaciones de producción” que, a su vez, determinan la existencia de una superestructura jurídico-política y varias formas del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de producción que surge en determinado grado de desarrollo de las “fuerzas productivas”, se subordina a las leyes del surgimiento, funcionamiento y tránsito comunes a todas las formaciones sociales.

Lo que más nos interesa sobre el Materialismo Histórico en este punto,  es su afirmación de que “Las acciones de los individuos en el marco de cada formación socio-económica, infinitamente diversas, individualizadas y, al parecer, no sujetas a registro alguno ni a sistematización, fueron sintetizadas y reducidas a las acciones de las grandes masas”. Por otra parte, critican a las posiciones no marxistas, acusándolas de fabricar una sociología que se limita al examen de los motivos ideológicos de la actividad humana y no investigan las causas materiales que los engendran. Denuncia a los historiadores no marxistas, acusándoles de que resaltan sólo el papel de algunas personalidades sin prestar atención a las acciones de las masas, “verdaderos artífices de la historia”. Sin embargo, afirman que no desconocen el papel de las ideas, las instituciones y organizaciones políticas, poniendo de relieve el “inmenso papel del factor subjetivo”, esto es, las acciones de los hombres, clases y partidos, como el grado de conciencia y de organización de las masas. Rechaza el fatalismo y el voluntarismo. Los hombres hacen su historia pero no pueden hacerla a su libre albedrío, pues cada nueva generación actúa en determinadas condiciones objetivas. Todas esas afirmaciones aparecen en “La Ideología Alemana”, obra en la que Marx y Engels pusieron por primera vez los fundamentos filosóficos de lo que ahora conocemos como el Marxismo.

Materialismo y Empiriocriticismo (19)

Hubo una lucha ideológica, casi personal entre Avenarius y Mach, los fundadores del Empiriocriticismo, por una parte, y Lenín, por la otra. Avenarius y Mach decidieron ampliar la base filosófica del materialismo dialéctico con propuestas que Lenín calificó de ideas subjetivistas, entre otros adjetivos parecidos. Los herejes acudieron a Berkeley, uno de los filósofos que los marxistas más detestan por la negación del mundo objetivo y, por supuesto, de la materia. Recordemos que Berkeley basó su percepción filosófica en el postulado de que la existencia de los objetos materiales consiste en su perceptibilidad: todo lo que percibimos no es sino complejos sensoriales. Como se comprenderá, el intento de Mach y Avenarius de “aportar” al Materialismo Dialéctico con las percepciones reactualizadas de Berkeley, tenía que ser rechazada terminantemente por los defensores del Marxismo. En realidad, ambos proponentes se convirtieron en una especie de obsesión reiterada, en una pesadilla reiteradaa, en la vida de Lenín.

Para entender la aplicación de los principios filosóficos a la práctica, tal como lo ven los marxistas, no debemos olvidar que sostienen el Partidismo Filosófico, es decir, la defensa intransigente del marxismo como una visión integral y no separable del comportamiento diario de sus militantes.

Autor: Mario Blacutt Mendoza

18. Karl Marx, La Ideología Alemana: publicado 1994 Publ. Universitat de Valencia; el Ca-pital: publicado 2001 Siglo XXI, Categorías de del Materialismo Dialéctico: Mark Moi-seevich Rozental,, Grigori? Markovich Schtraks publicado 1965

Grijalbo

19. Lenin, publicado 1974, editorial Ayuso

¿Es Marx metafísico o científico?

(Distinción entre esencia y fenómeno)



Los economistas convencionales se niegan a reconocer que en economía es necesario distinguir entre la esencia de las cosas y su forma de manifestación. Las expresiones “esencia” y “forma de manifestación” les suena tanto a Marx y a su herencia hegeliana, que el rechazo es prácticamente instintivo. Y como no reconocen la necesidad de hacer tal distinción filosófica, ignoran que en la forma de manifestación las cosas se presentan a menudo distintas a como son en esencia. Por lo tanto, lo primero que debemos hacer será demostrar que esa distinción filosófica es un saber más corriente de lo que se supone y que el conocimiento de su poder inversor es básico para el desarrollo exitoso de todas las ciencias.

Todos estamos acostumbrados a decir que el Sol sale por el Este y se pone por el Oeste. De hecho, de acuerdo con nuestra experiencia diaria y la información que nos suministra los sentidos, las cosas se presentan así: la Tierra aparece como un cuerpo inmóvil y el Sol aparece moviéndose alrededor de ella. Pero todos sabemos que en esencia las cosas ocurren al contrario: el Sol es el cuerpo inmóvil y la Tierra es el cuerpo móvil. Si expresáramos esta contradicción de forma dialéctica, estaríamos obligados a decir que el movimiento de la Tierra sobre sí misma genera la apariencia de que el Sol se mueve alrededor de aquella.

En este sencillo ejemplo quedan claras dos cosas: una, la necesidad que tienen los físicos de reconocer la distinción filosófica entre esencia y forma de manifestación, y dos, la necesidad que tienen los físicos de saber que en la forma de manifestación las cosas se presentan al contrario de cómo son en esencia. En primer lugar, la Tierra, que es el cuerpo móvil, aparece como inmóvil, y el Sol, que es el cuerpo inmóvil, aparece como móvil. Y en segundo lugar, lo que en esencia es un movimiento de rotación, se presentan en apariencia como un movimiento de traslación.


Primera reflexión. ¿El hecho de que nosotros sepamos cómo son las cosas en esencia hace desaparecer su forma de manifestación? Dicho de forma más práctica: ¿el hecho de que nosotros sepamos cómo son las cosas en esencia implica que mañana, cuando nos levantemos de la cama y hagamos nuestra vida diaria, veremos las cosas tal y como son en esencia, esto es, al Sol inmóvil y a la Tierra girando sobre sí misma? Pues no y mil veces no. El conocimiento de cómo son las cosas en esencia no disipa la ilusión generada por la apariencia, no evita que en su forma de manifestación las cosas sigan apareciendo invertidas.

Segunda reflexión. ¿El hecho de que nosotros sepamos cómo son las cosas en esencia hace necesario que le pidamos a los profesores que no enseñen a los niños en la idea de que el Sol sale por el Este y se pone por el Oeste y a las autoridades locales que se empeñen en convencer a los ciudadanos de que no calculen la hora observando la posición del Sol? Pues no y mil veces no. El conocimiento de la forma de manifestación de una cosa es tan necesario como el conocimiento de su esencia y, por lo tanto, las categorías fenoménicas son tan necesarias como las categorías de esencia.

Tercera reflexión. Si en un fenómeno físico tan sencillo, como es la relación de movimiento entre la Tierra y el Sol, es necesario distinguir entre esencia y forma de manifestación y saber que en la forma de manifestación las cosas aparecen al contrario de cómo son en esencia, ¿cómo no va a ser necesario hacer tal distinción y tener en cuenta tal saber en unos fenómenos tan complejos como son los económicos? Negarse a ello, como hace la economía convencional, es actuar en contra del saber filosófico más básico y, por lo tanto, en contra de la ciencia. Puesto que la ciencia nació de la filosofía y no debe proceder ignorando sus postulados básicos.


Cuarta reflexión. Lo que en economía es el valor, tal y como fue concebido por Marx, en nuestro ejemplo es la Tierra girando sobre sí misma. Lo que dice la economía convencional es que como el valor, tal y como lo concibió Marx, no puede percibirse por los sentidos, no habiendo manera de descubrirlo en el mercado, debemos concluir que dicho valor no es más que un ente metafísico inventado por la mente ideologizada de Marx. Si aplicáramos a nuestro ejemplo el procedimiento seguido por la economía convencional en el tratamiento crítico del concepto de valor de Marx, estaríamos obligados a plantear las cosas en los siguientes términos: cómo no podemos ver a la Tierra girar sobre sí misma, debemos concluir que dicho movimiento no es más que un ente metafísico inventado por la mente de los astrónomos.

Para los economistas convencionales las cosas son tal y como aparecen: es el capital la causa del interés, y la tierra la causa de la renta del suelo (es el Sol el que se mueve sobre la Tierra.) Pero para Marx las cosas no son tal y como aparecen: no es la tierra la causa de la renta del suelo ni el capital la causa del interés, sino que la causa del interés y de la renta del suelo es la fuerza de trabajo (es la Tierra la que se mueve.) Lógicamente los economistas convencionales están en su derecho de argumentar en contra de que las cosas sean como dice Marx. Pero la economía convencional no argumenta en contra de Marx, sencillamente lo descatalogan como científico. ¿Y por qué? Porque Marx hace uso de la distinción filosófica entre esencia y forma de manifestación cuando analiza los hechos económicos. Pero en verdad los que no actúan como científicos son los economistas convencionales, que ignoran que todas las ciencias, o la mayoría de ellas, actúan sobre la base de ese conocimiento filosófico.

Forma Total, Forma General y Forma Dinero

De la Forma individual del Valor a la Forma Dinero



Por un lado, uno de los grandes defectos de la economía convencional estriba en considerar el dinero sólo en forma de objeto, como algo dado, como consecuencia de que un día los hombres se pusieron de acuerdo y dijeron: vamos a inventar el dinero. Pero como hemos visto en la lección de Marx, el dinero no es más que el resultado de un proceso de evolución, donde el valor experimenta una serie de cambios de forma. Y por otro lado, el gran defecto de los marxistas estriba en concebir el valor sólo en su forma natural, como trabajo humano abstracto, como sustancia inmanente a las mercancías. Cuando la clave de El Capital estriba en el estudio de las distintas formas del valor. Así que no estará de más hacer un recuento de las distintas formas del valor, para observar su riqueza, y comprobar así cuánto se ha ocultado el verdadero pensamiento de Marx.

FORMA SIMPLE O INDIVIDUAL DEL VALOR

. La mercancía que expresa su valor se encuentra en forma relativa simple o individual de valor, y la mercancía que sirve de material de expresión del valor se encuentra en forma equivalente simple o individual de valor.

FORMA DESARROLLADA O TOTAL DEL VALOR

. La mercancía que expresa su valor se encuentra en forma relativa desarrollada del valor, y las mercancías que sirven de material de expresión del valor se encuentran en forma de equivalentes particulares de valor.

FORMA GENERAL DE VALOR

. Las mercancías que expresan su valor se encuentran en forma relativa unitaria del valor, mientras que la mercancía que sirve de material de expresión del valor se encuentra en forma de equivalente general.

FORMA DINERO

. La mercancía que expresa su valor se encuentra en forma relativa simple o individual del valor, mientras que la mercancía que sirve de material de expresión se encuentra en forma de precio.

Forma desarrolada del Valor

En la forma desarrollada del valor no vemos ya el intercambio fortuito y ocasional entre una mercancía individual y otra mercancía individual, sino lo que vemos es que cada mercancía se cambia con una serie de otras mercancías. Esta forma del valor corresponde históricamente a un estadio donde en el mercado hay un intercambio habitual y regular de distintas especies de mercancías. Representado por medio de ecuaciones tenemos: 1 metro de tela = 2 kilos de trigo, o 1 metro de tela = 20 gramos de oro, o 1 metro de tela = 4 kilos de café, etcétera.



1. Forma relativa desarrollada del valor. El valor de una mercancía, el de la tela, se expresa ahora en todas las mercancías presentes en el mercado. Se refleja, como en un espejo, en cualquier otra mercancía. El valor se presenta así por primera vez como cristalización de trabajo humano indiferenciado. ¿Por qué? Porque el trabajo que crea el valor de la tela equivale a cualquier otro trabajo humano, tenga la forma natural que tenga. Ya se objetive el trabajo humano en forma de trigo, en forma  de oro, o en forma  de café, en todos los casos equivale al trabajo que crea el valor de la tela. El hecho de que la tela pueda expresar su valor  en cualquier otro valor de uso, implica que al valor le es indiferente el valor de uso en el que exista. Al igual que al peso, por ejemplo 3 kilos, le es indiferente el cuerpo en el que exista: en hierro, en pan, en madera, en paja, etcétera. A los niños les cuesta mantener la representación de la indiferencia de las sustancias respecto de los cuerpos en los que puedan existir. Así que cuando les preguntamos qué pesa más, si un kilo de hierro o un kilo de paja, nos responden: 1 kilo de hierro. No mantienen la representación del peso independientemente del cuerpo en el que exista.  Una misma magnitud de valor, por ejemplo, 8 horas de trabajo social medio, puede existir en forma de 1 metro de tela, de 2 kilos de trigo, de 20 gramos de oro, de 4 kilos de café, etcétera. En este estadio de desarrollo, el que corresponde a la forma relativa desarrollada del valor, el valor ha logrado dar un paso más en su independencia y objetivación frente al valor de uso.

2. Forma particular de equivalente. En el estadio de la forma desarrollada del valor,  todas las mercancías desempeñan la forma de equivalente, puesto que todas sirven para expresar el valor de la tela. Así que cada una de estas mercancías es una forma particular de equivalente junto a otras formas particulares de equivalentes. A la forma relativa desarrollada del valor de una mercancía corresponde la forma de equivalente particular del resto de las mercancías. También es importante señalar aquí que los trabajo útiles, concretos, contenidos en las mercancías que se encuentran en forma de equivalente, figuran como formas particulares de realización del trabajo humano.

3. Defectos de la forma desarrollada del valor.  Primer defecto: La expresión relativa del valor de la mercancía es incompleta. ¿Por qué? Porque su serie nunca se cierra. Con cada nueva mercancía que entra en el mercado, tenemos otra nueva expresión relativa del valor de la tela. Segundo defecto: Como la forma natural (forma de valor de uso) del trigo, del oro, del café, etcétera es una forma particular de equivalente junto a muchas otras, no existen más que formas limitadas de equivalentes que se excluyen mútuamente . Y tercero: El tipo de trabajo útil contenido en cada equivalente particular de mercancía es una manifestación particular y no exhaustiva del trabajo humano . Se podría decir que el valor de la tela tiene su forma de manifestación completa en el conjunto de esas formas particulares de manifestación, en el del trigo, oro, café, etcétera. Pero así carece de forma fenoménica unitaria .



Forma simple o individual del Valor

1 metro de tela = 2 kilos de trigo. Esta ecuación, con la que representamos la relación de cambio entre esas dos mercancías, puede transformarse en una pregunta y en una respuesta. Pregunta: ¿cuánto vale 1 metro de tela? Respuesta: 2 kilos de trigo. De esta manera hacemos más evidente que las dos mercancías no desempeñan el mismo papel. La seda desempeña un papel activo, puesto que es la mercancía que expresa su valor . Mientras que el trigo desempeña un papel pasivo, puesto que es la mercancía que sirve de material de expresión del valor de la tela. Pues bien, de la mercancía que expresa su valor, diremos que está en forma relativa de valor , y de la mercancía que sirve de material de expresión de la otra diremos que se encuentra en forma equivalente de valor. Por lo tanto, la forma del valor o valor de cambio incluye dos formas de valor: la relativa y la equivalente. Baudrillard erróneamente concibe la relación de cambio entre las mercancías sólo como una relación de equivalencia. Es obvio que una mercancía necesita expresar su valor, pero no puede expresar su valor en sí misma. No podemos decir que 1 metro de tela vale 1 metro de tela, pues así estamos expresando lo contrario, que 1 metro de tela no es más que 1 metro tela. La tela sólo puede expresar su valor de forma relativa, esto es, en otra mercancía. Por lo tanto,  la forma relativa de valor presupone que otra mercancía se halle frente a ella en forma equivalente. Y a la inversa, ninguna mercancía puede estar en forma equivalente si otra mercancía no se encuentra frente a ella en forma relativa. Por lo tanto, forma relativa de valor y forma equivalente de valor son dos momentos de la expresión del valor, se pertenecen el uno al otro, cada uno existe por medio del otro, y  se excluyen polarmente. Es evidente que la ecuación 1 metro de tela =  2 kilos de trigo incluye la contraria: 2 kilos de trigo = 1 metro de tela. Pero si hacemos eso, será entonces el trigo la mercancía que esté en forma relativa de valor, mientras que la tela se encontrará en forma equivalente. Pero nunca podrá suceder que una misma mercancía se encuentre simultáneamente bajo las dos formas.



Consecuencia semiótica. La relación de cambio entre mercancías constituye un caso particular de modo de expresión. Así que sobre la base de este caso particular podemos atrevernos a definir lo que es un modo de expresión en general. Hay modo de expresión cuando dos objetos entran en una relación de expresión, donde uno de ellos es el objeto que se expresa y el otro sirve de material de expresión. (He elaborado un pequeño Tratado de Semiótica donde desarrollo en todos sus detalles el concepto de modo de expresión. Dicho tratado se encuentra publicado en el ARCHIVO VIRTUAL DE SEMIOTICIANS con el título “Reflexiones sobre Semiótica”)

Contenido de la forma relativa del valor. Volvamos a nuestro ejemplo. 1 metro de tela se cambia por 2 kilos de trigo. Recordemos que esta relación de cambio se puede representar por medio de una ecuación: 1 metro de tela = 2 kilos de trigo. Pero para comparar dos magnitudes de cosas distintas, hay que reducirlas primero a la misma unidad . Deben ser concebidas como objetos de la misma índole, y pueden concebirse así porque efectivamente son de la misma índole, esto es, valores. Así que la base de la ecuación es tela = trigo. Las dos mercancías desempeñan papeles distintos. Sólo se expresa el valor de la tela. ¿Y cómo? Mediante su relación con el trigo en calidad de equivalente suyo. En esta relación el trigo figura como forma de existencia del valor o como cuerpo de valor . Esta noción es muy importante para comprender el análisis de las formas del valor. Así que entremos en detalles. Empecemos con un ejemplo del mundo religioso. Nosotros podemos considerar a Jesucristo como un personaje histórico real sin más, como podemos considerar el trigo como un valor de uso sin más. Pero de acuerdo con la representación religiosa cristiana, podemos ver en Jesucristo, no sólo ni fundamentalmente un personaje histórico, sino la forma de existencia sensible de Dios. Así se presenta Jesucristo ante el cristiano: como Dios hecho hombre. Dios es una sustancia espiritual y, por consiguiente, imperceptible. Necesita, por lo tanto, volverse sensible, objetivo, perceptible. Y Jesucristo representa esa objetivación sensible. En suma, a Jesucristo lo podemos concebir de dos modos: por un lado, en sí mismo, en tanto personaje histórico de carne y hueso, y por otro lado, como forma fenoménica de Dios. Del mismo modo el valor de la tela es una sustancia social y, por lo tanto, imperceptible. Necesita objetivarse, volverse sensible. Y esto sólo puede hacerlo relacionándose con otra mercancía en calidad de equivalente suyo, por ejemplo, con el trigo. Y así, en su relación de cambio con la tela, el trigo existe como forma sensible del valor de la tela. No figura como valor de uso, sino que su valor de uso figura como forma de existencia del valor, del mismo modo que Jesucristo figura como forma de existencia de Dios. Lo mismo ocurre con la palabra: podemos concebirla en si misma, como valor referencial sonoro sin más, o como significante, esto es, como forma de existencia sensible del significado.

Las tres particularidades del contenido de la forma equivalente del valor. La tela al expresar su valor en el trigo, le imprime al trigo  su forma de valor particular, la de equivalente. La tela saca a relucir su valor mediante el hecho de que el trigo equivale a ella. La forma de equivalente de una mercancía es, por consiguiente, la forma de su inmediata intercambiabilidad por otra mercancía.  Hemos visto que la tela al expresar su valor en el trigo, le imprime a esta última su forma de valor particular, la de equivalente. Pues bien, la primera particularidad de la forma de equivalente es ésta: el valor de uso se convierte en forma fenoménica del valor . Para ilustrar esta primera particularidad Marx recurre a un ejemplo muy interesante. Una manzana es pesada y tiene, por lo tanto, peso. Pero no se puede ver ni tocar el peso de la manzana. Por lo tanto, a la manzana le pasa lo que a la tela con su valor, que no puede expresar su peso en sí misma, sino que tiene que expresarlo en otro cuerpo. Tomemos entonces diversos trozos de hierro cuyo peso se ha determinado previamente. Para expresar el peso de la manzana lo ponemos, por medio de una balanza, en relación con los trozos de hierro. En esta relación el hierro figura como un cuerpo que sólo representa peso. Dicho en términos fenomenológicos: en esta relación el cuerpo del hierro se presenta como forma fenoménica del peso.  Si la manzana y el hierro no fueran ambos pesados, el uno no podría servir de expresión del peso de la otra. Si ponemos la manzana y el hierro en el platillo de la balanza, vemos que en cuanto peso son lo mismo y que en cierta proporción pesan lo mismo. Del mismo modo, por una parte, el trigo en su relación   con la tela figura como cosa que sólo representa valor, y por otra parte, en cierta proporción tienen la misma magnitud de valor. Por lo tanto, se ha demostrado que la primera particularidad de la forma equivalente estriba en que el valor de uso se convierte en forma fenoménica del valor.



Intrínseco y extrínseco. Dice Marx: “ Las propiedades de una cosa no surgen de su relación con otras cosas, sino que más bien se limitan a actuar en tal relación ”. La propiedad de ser pesada de la manzana no brota de su relación con el hierro, sino que la tiene independientemente de esa relación. Tampoco la magnitud del peso de la manzana viene determinada por su relación con el hierro, sino que es independientemente de esa relación. Es la magnitud del peso de la manzana quien determina la cantidad de hierro que expresa esa magnitud. Lo mismo sucede en la relación de cambio entre las mercancías. La propiedad de ser valor de la tela no brota de su relación con el trigo, sino que la tiene independientemente de esa relación. Tampoco la magnitud del valor de la tela viene determinada por su relación con el trigo, sino que viene determinada independientemente de esa relación. Es la magnitud del valor de la tela quien determina la cantidad de trigo que expresa esa magnitud. En suma, del mismo modo que no podemos confundir el peso de la manzana con su expresión por medio del hierro, tampoco debemos confundir el valor de la tela con su expresión por medio del trigo. Es evidente, por lo tanto, que el valor de la tela es intrínseco a la tela.

Segunda particularidad de la forma de equivalente . El cuerpo de la mercancía que sirve de equivalente, el trigo, por una parte, es producto de un trabajo útil determinado, el de agricultura, y por otra parte, en su relación con la tela figura como encarnación de trabajo humano abstracto. Por lo tanto, este trabajo concreto deviene expresión del trabajo humano abstracto. Tanto en forma de tejeduría, el  trabajo útil que crea la tela, como en forma de agricultura, el trabajo útil que crea el trigo, se gasta fuerza de trabajo humana. Nada de esto es misterioso. Lo que sucede es que en la relación de la tela con el trigo las cosas se presentan al revés. Para expresar que el tejer constituye el valor de la tela en su propiedad general de trabajo humano, se le contrapone la agricultura en calidad de forma sensible de realización de trabajo humano abstracto. Por lo tanto, la segunda particularidad de la forma de equivalente estriba en que el trabajo concreto se convierte en forma fenoménica del trabajo humano abstracto.

Tercera particularidad de la forma de equivalente. Al figurar este trabajo concreto, el agrícola, como expresión de trabajo humano indiferenciado , posee la forma de igualación con el otro trabajo, el de tejeduría . Y por eso, aunque trabajo privado, es trabajo en forma social directa . Así, pues, la tercera particularidad de la forma de equivalente consiste en que el trabajo privado devenga forma del trabajo social directo .



Resumamos las tres particularidades de la forma de equivalente: primera, el valor de uso se convierte en forma fenoménica del valor, segunda,  el trabajo concreto deviene forma sensible de realización del trabajo humano abstracto, y tercera, el trabajo privado deviene forma del trabajo social directo.

Insuficiencia de la forma simple del valor. Marx llama a la forma simple del valor forma germinal del valor. ¿Por qué? Porque esta forma tiene que experimentar aún una serie de metamorfosis, esto es, una serie de cambios de formas, hasta concluir en la forma dinero. La forma acabada del valor sería aquella donde  la tela  pudiera representar, por una parte, su igualdad cualitativa con el resto de las mercancías, y por otra parte, su proporcionalidad cuantitativa con el resto de las mercancías . Pero en la forma simple del valor este objetivo no se logra, pues la tela lo único que representa es su igualdad con el trigo.

Teoría del Valor

Francisco Umpiérrez Sánchez



(Director del Centro de Estudios Karl Marx)

fumsa@msn.com



Este trabajo interesa a todos aquellos investigadores que hacen uso, por una parte, de los conceptos de forma y de valor, y por otra parte, de la distinción filosófica entre esencia y fenómeno. Así que creo que interesará a economistas, sociólogos, filósofos, lingüistas y semiólogos. También será de mucho interés para todas aquellas personas dedicadas a la defensa de los intereses de los trabajadores y a propagar la necesidad del socialismo. Y será de interés igualmente para todas aquellas personas que quieran conocer el pensamiento de Marx en origen, cuya riqueza en contenidos conceptuales y en formas categoriales no tiene parangón. Este trabajo se compone de dos secciones: en la primera se expone la transformación de la mercancía en dinero, esto es, la teoría del valor de Marx, y en la segunda, una crítica a los detractores de Marx. Para las personas inquietas, las que desde el principio quieren saber cuál es el sentido, el estilo y el modo de este trabajo, les recomiendo que lean, en la segunda sección, el artículo titulado: ¿Es Marx metafísico o científico? Pero para comprender a ciencia cierta toda la parte crítica, es necesario leer previamente la primera sección. Es imposible entender la crítica a Baudrillard sin conocer la primera sección.

Las Palmas

30 de Mayo de 2003



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