Argentina

Impacto de los Clusters del Sector TIC en las Economías Regionales Argentinas (2003-2009)

Análisis de los aglomerados tecnológicos en la postconvertibilidad. Historia, logros y desafíos*



Autor: Juan Ignacio Zaballa

Licenciado en Economía (UBA). Contacto: juanzaballa@hotmail.com

Junio de 2011

*Tesis final de la carrera de Economía en la FCE-UBA.


Resumen

Las experiencias de cluster son adoptadas en muchos sectores económicos como un generador de competitividad a partir de la sinergia positiva de las partes implicadas (empresas privadas, sector público, instituciones académicas). Para las actividades vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), esta estrategia de clustering es una de las los opciones predilectas para explotar el potencial de mercado que la nueva economía global del conocimiento les plantea. En Argentina también se utilizan estas estrategias de aglomeraciones de firmas tecnológicas.


En este trabajo se desarrollan los diferentes casos de clusters tecnológicos del país, con especial énfasis en la actividad de software y servicios informáticos (SSI), integrando temas como su nacimiento, desarrollo posterior, dinámica de integración con los sectores público y académico, redes de vinculaciones, desafíos hacia el futuro, entre otros. El lineamiento general que cruza a todas las experiencias será el análisis de su impacto en las economías regionales desde el punto de vista de la generación de empleo calificado, el surgimiento o radicación de nuevas empresas y la profundidad de su integración con el contexto socioeconómico. Finalmente, se dedica un apartado a observar la dinámica generada en la educación superior vinculada a las carreras informáticas en las diferentes universidades locales alrededor de todo el país.

Abstract

Cluster experiences are adopted in several economic areas as competitivity generators derived from positive synergy among the parties involved (private companies, public sector, academic institutions). For activities related to the new information and communication technologies, this clustering strategy is one of the most preferred options at the time of exploiting the market potential provided by the present global knowledge economy. Argentina is one of the countries using such strategy.

In this thesis, is explained the different technology cluster cases in Argentina, particularly focusing on the software and computer services activity, integrating topics such as the origin, later developtment, integration methods with the public and academic sectors, network connections, future challenges, among others. The common aspect shared by all experiences shall be the analysis of its impact on regional economies considering aspects such as the creation of qualified employment, the emergence and settlement of new companies and the level of integration in the socio economic context. Finally, there is a whole section focused on analysing the process about technology courses in local universities all along the country.

PALABRAS CLAVE: cluster, TICs, industria SSI, competitividad, coopetencia, sinergias, trabajadores IT, sector público, universidad local, economías regionales.

KEY WORDS: clusters, IT, software industry, competitiveness, synergies, IT workers, public sector, local university, economies.

Introducción

Los expertos en políticas públicas, sociales y económicas están prestando cada vez mayor atención a la conformación y desarrollo de conglomerados de empresas de base tecnológica como herramienta fundamental para el desarrollo local y regional. La concentración geográfica de empresas de un mismo sector económico es un fenómeno observado hace varias décadas, desde los distritos industriales británicos de principios de principios del siglo XX hasta el moderno conglomerado de firmas tecnológicas en el Silicon Valley estadounidense. Esto hace necesario llevar a cabo análisis microeconómicos que trasciendan a la firma individual para comprender el motivo por el cual dichas aglomeraciones generan mayor competitividad a todas ellas en su conjunto, con la paradoja de que una economía globalizada generaría los fundamentos para desconcentrar las actividades económicas y sin embargo la cercanía local de su propia competencia es una fuente de competitividad innegable.

Si bien hay diversas actividades económicas que a nivel mundial presentan estos ejemplos de congregarse en un mismo lugar, las industrias relacionadas a las tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) han demostrado una dinámica sin precedentes en este campo de estudio, constituyendo polos de empresas tecnológicas que permitieron no solo el crecimiento de las firmas que se concentraban sino el fomento al desarrollo de nuevos emprendimientos de este sector potentemente innovador y en permanente evolución.

En este trabajo se hablará puntualmente del concepto de “clusters” (“agrupar”, en inglés), desarrollado por Michael Porter a principios de los años ´90 y que constituye hasta el día de hoy una referencia para analizar estas experiencias. Porter planteaba que la concentración geográfica de empresas dedicadas a una misma industria generaba competitividad por medio del aumento de la productividad de dichas firmas, por fomentar la innovación en ese sector y porque el esquema estimulaba el ingreso de nuevos participantes que se beneficiaban del know how del lugar. A su vez, todas las empresas en su conjunto disfrutaban de economías de escala por la cercanía de proveedores, recursos humanos calificados, servicios públicos con costos compartidos, entre demás ventajas. Igualmente, a pesar de dedicar un apartado a distinguir las diferencias entre los casos de polos, parques, distrititos o clusters, se utilizarán todos estos vocablos según la característica de cada experiencia que se desarrolle en el presenta trabajo y se los identificará con la abarcadora idea de cluster, desde su acepción más generalista de la concentración de empresas dedicadas a una misma rama económica que se benefician en conjunto de las ventajas que genera su cercanía.

En Argentina, las experiencias de clustering se han desarrollado fuertemente para el caso de la industria de Software y Servicios Informáticos (SSI) que experimentó en los últimos años una gran expansión, no comparable con ningún otro sector económico del país. Los números de este sector son elocuentes; según la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), durante el período analizado en esta investigación (2003-2009) las ventas totales se incrementaron un 227,6%, las exportaciones 221,8% y el empleo 162,5%. En estas páginas se pondrá a disposición información sobre la evolución histórica del sector SSI nacional, haciendo hincapié en el impacto que sobre el mismo tuvo el crecimiento económico generalizado del país y la competitividad lograda por el nuevo escenario de posconvertibilidad. En estos años, el surgimiento de clusters de este sector fue un fenómeno extendido en diversas regiones del país, cada uno con sus propias particularidades y dinámicas que serán detalladas lo más representativamente posible.

Si bien el énfasis estará puesto en el mencionado sector SSI, en el tratamiento de cada experiencia se utilizarán criterios menos estrictos sobre el perfil específico de las firmas integrantes, por lo que se nombrará a todos las aglomeraciones de empresas intensivas en conocimiento o de base tecnológica, por entender que las actividades pueden ser tanto de SSI, como de hardware, electrónica industrial o de innovación científica productiva. Asimismo, dentro de cada caso se verá la interrelación con su contexto en su origen y evolución, analizando sus vinculaciones con los sectores público y académico local, el perfil y tamaño de las empresas que se suman.

El objetivo de esta investigación consistirá en analizar si las diferentes iniciativas de asociatividad sectorial de la industria SSI implicaron en su propia localización geográfica un marcado aumento del trabajo calificado que emplean, un incremento en la cantidad de nuevas empresas vinculadas a este sector y un estímulo a la formación universitaria en carreras informáticas. En principio, al ver la evolución del sector a nivel nacional e incluso a nivel provincial, sumado a que los clusters SSI han surgido prolíficamente y evolucionado sin registrarse casos de desintegraciones de los mismos, podría decirse que la respuesta es positiva. El planteo de esta hipótesis, pues, necesitará de mayores precisiones cuantitativas (empleo, empresas, estudiantes) para cada caso en particular, integrándose con el análisis cualitativo del desarrollo histórico y económico local.

El esquema de este trabajo comienza con un primer capítulo dedicado a desarrollar el concepto de cluster desde las ideas iniciales de Marshall hasta la actualidad, integrando diferentes autores que trataron el tema de la aglomeración geográfica de empresas de similar rubro económico y distinguieron la competitividad que logran a partir del conjunto para desempeñarse en una economía global. Las ventajas de dicha concentración en general están referidas a la especialización de los proveedores, la disponibilidad de recursos humanos calificados en un mismo lugar y la difusión tecnológica que la cercanía provoca implícitamente entre las firmas y los trabajadores locales.

A continuación, se tratará en el segundo capítulo la identificación formal de los clusters vinculados a la industria SSI en Argentina, con la posterior exposición de las experiencias más paradigmáticas: el Cluster Córdoba Technology, el Polo Tecnológico Rosario y el Bariloche Cluster Technology. Al ser estas las experiencias más emblemáticas, los análisis son conceptualmente muy valiosos y permiten identificar fehacientemente las características diferenciales de cada caso desde la dinámica empresarial, la evolución de los trabajadores, el grado de participación de los sectores público y académico regionales, la red de interrelaciones y vinculaciones logradas con el contexto socioeconómico, además de su desarrollo histórico desde sus conformaciones. En el capítulo que le sigue, estos mismos enfoques analíticos se posan sobre el resto de las experiencias de clustering tecnológicos del país, donde en cada caso se hace una disgregación en base a su contexto local y la profundidad alcanzada en las redes de vinculaciones.

Finalmente, se tratará sobre el principal insumo de las industrias intensivas en conocimiento: los recursos humanos calificados, en especial los “perfiles IT”. Al contar con estadísticas públicas a nivel provincial y desagregada por cada universidad pública se intentará establecer si los diversos clusters impactaron positivamente en la cantidad de nuevos estudiantes de carreras informáticas, así como computar los egresados anuales de dichas carreras. Este segmento trata brevemente el tema de la escasez de recursos humanos calificados para el sector, producto de la baja formación técnica en las competencias informáticas y también por la extraordinaria absorción de mano de obra, que como se vio tuvo un incremento del 165,2% para el período de convertibilidad analizado.

Como el foco del trabajo son los clusters y su impacto en las economías regionales, se deja un Apéndice para quien desee abundar en información referida a los antecedentes históricos de la industria SSI argentina, así como también detalles sobre la economía de las TIC, su subsectores y la descripción de la cadena de valor del software.

En vista de la cantidad de cluster tratados (unos 20 casos, algunos de gran importancia y otros experiencias más modestas), se puede afirmar que el siguiente es el trabajo más completo sobre la temática. La bibliografía disponible en general trata sobre los principales casos (Capital Federal, Rosario, Córdoba, etc.) pero no se había desarrollado hasta ahora un análisis consolidado de la totalidad de estas concentraciones geográficas de empresas de base tecnológica. Asimismo, esta es la razón por la cual la extensión de este trabajo es superior a la recomendada para realizar este tipo de tesis pero se justifica en la pretensión de presentar la enorme mayoría de los casos de conglomerados geográficos tecnológicos del país, y no quedarse acotados solamente con los más representativos, que habrían representado menor cantidad de páginas en detrimento del valioso conocimiento de diversas experiencias de menor importancia relativa a nivel nacional pero sí para sus respectivas regiones.

Como se verá, nos es posible hacer un estudio que permita obtener conclusiones generales a todos los clusters en su conjunto, porque muchos representan dinámicas completamente diferentes, que van desde una simple asociación de tipo gremial, pasando por una iniciativa del sector público que aglomera a diferentes actores clave, o por una universidad local que arma un proyecto de vinculación con las empresas para el desarrollo de un polo o parque tecnológico. Es así que se hace necesario presentar a través de herramientas comunes (cuantificación de empresas y empleados, redes de vinculación interfirma, interrelación con el contexto socioeconómico regional) análisis similares para cada experiencia que se haya desempeñado en el período delimitado.

Por otra parte, al tratar estas páginas sobre el impacto en las economías regionales se deja arbitrariamente de lado al sector metropolitano conformado por la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, zona que hacia 2009 concentraba alrededor de 100 empresas vinculadas a la industria SSI y ocupa directamente más de 5.800 empleados. Si bien el Polo IT Buenos Aires es uno de los más importantes del país, la propia atracción e importancia económica que tiene la Ciudad hace difícil determinar el real impacto de una política de cluster ya que las empresas igualmente eligen desarrollarse aquí, por lo beneficios que no del provienen del aumento de la competitividad conjunta, sino de la amplia disponibilidad de recursos humanos calificados, sumado a la importancia y variedad de los clientes que se pueden incorporar. Es así que este trabajo aparta del foco de análisis el caso de la Ciudad de Buenos Aires, aunque se le dedica en el primer capítulo información relevante sobre el estado del sector SSI local y la evolución del nuevo Distrito Tecnológico de Parque Patricios. En suma, el estudio de los clusters SSI en las economías regionales argentinas abarcará en detalle todas aquellas localizaciones geográficas fuera de la región metropolitana, así como también para cada zona (Cuyo, NOA, NEA, etc.) se presentará una breve reseña social y económica que contextualice el análisis de sus clusters correspondientes.

Se espera que este trabajo realice un aporte significativo al análisis de las experiencias de clusters como opción concreta de incremento de competitividad para las empresas, además de generar derrames positivos hacia el contexto socioeconómico donde se desempeñan, como por ejemplo mediante la vinculación de empresas de la región con las firmas desarrolladoras de software o la existencia de trabajadores calificados bien remunerados residentes en la localidad donde se conforma uno de estos. Asimismo, al desarrollar comparativamente diferentes tipos de iniciativas surgidas del sector público, privado o académico, junto con la posterior evolución en la densidad de las redes y vinculaciones logradas, se espera aportar a los análisis de políticas sectoriales para evaluar la posibilidad de establecer o reforzar un cluster de base tecnológica como dinamizador del desarrollo de una economía regional.

Autor: Juan Ignacio Zaballa

Pool de Siembra

Concepto de Pool de Siembra: un pool de siembra es una asociación de inversores que tiene como finalidad la obtención de un rendimiento económico mediante una explotación agraria. En un pool de siembra participan inversores de diferente tamaño de capital, englobando de este modo agentes financieros ajenos al sector agropecuario tradicional.


En los pool de siembra no participan campesinos, definiendo al campesino como alguien que vive únicamente de los producido por su trabajo, sin tener inversiones financieras.


Los actores intervinientes en un pool de siembra pueden ser varios, entre los que podemos mencionar a:

  • inversores
  • administradores
  • propietarios de campos
  • contratistas


Existen varias configuraciones para un pool de siembra, dado que los propietarios de campos o contratistas pueden formar parte o no de un pool de siembra.

Proceso de un pool de siembra

Muchas veces, el organizador de un pool de siembra es una empresa financiera con presencia en el sector. Esta entidad tiene varias opciones jurídicas para unir a los inversores, siendo figuras usuales los fondos comunes de inversión y fideicomisos financieros. Luego de conseguido el capital, el pool de siembra consigue tierras para llevar a cabo la producción propiamente dicha. Es usual que la tierra se arriende para la cosecha. Se contratan los servicios de siembra, fumigación y cosecha, como así también seguros que disminuyen el riesgo para los inversores del pool de siembra. Luego de vendida la cosecha, las ganancias se distribuyen entre los inversores del pool de siembra.

Economías de Escala en los Pool de Siembra

Las economías de escala se presentan en la producción de la soja, debido a que el mayor tamaño permite a un pool de siembra acceder directamente a la importación de insumos como herbicidas, fertilizantes, semillas, etc. o bien obtenerlas a menor precio del mercado mayorista. También pueden distribuir costos de asesoramiento entre mas hectáreas de producción. Desde este punto de vista, los pool de siembra son un tipo de organización mas eficiente, que permite disminuir costos y aprovechas las economías de escala.

Críticas a los Pool de Siembra

Sin embargo, los pool de siembra han recibido fuertes críticas. Quienes critican a los pool de siembra argumentan que el proceso de sojisación, si bien ha traído grandes beneficios económicos, ha traído consecuencias negativas como ser la deforestación, la pérdida de nutrientes del suelo, la concentración económica y expulsión de pequeños productores, la contaminación del aire y el agua, la excesiva utilización de Glifosato (herbicida perjudicial para la salud), la influencia de grandes grupos económicos en la política agropecuaria, etc. Mas sobre este asunto es tratado en la siguiente nota.

¿No hay más qué hacer por la distribución del ingreso?

Autor: Pablo A DÍAZ ALMADA - Año 2009


Argentina, desde mediados de los setenta hasta el presente ha experimentado aumentos sustanciales de la desigualdad y la pobreza. Es posible identificar distintos eventos que han moldeado la distribución. Si bien se afirma que el gobierno actual ha realizado esfuerzos en este sentido aún queda mucho por hacer, más teniendo en cuenta el contexto de crisis internacional que ya golpea a la Argentina fuertemente en los sectores productivos y en el mercado laboral y pareciera que el impacto será mayor aún. El presente trabajo analiza las medidas del actual gobierno y se concluye que no parece ser tan férreo luchador contra la desigualdad y que no hay muestras de la existencia de algún estudio técnico para cada medida que se toma, complicando la obtención de un buen diagnóstico de la realidad para atacar el problema de una manera más eficiente.



Zona Objeto de Estudio: Rio Negro

Zona objeto de estudio

Generalidades

En la presente sección se realiza un estudio de las particularidades de la provincia de Río Negro con el fin de mostrar la importancia relativa de la actividad ovina con respecto a las otras actividades que se desarrollan dentro de la misma.



  • Ubicación: La provincia de Río Negro integra la Región patagónica. Limita al norte con La Pampa, al este con Buenos Aires y el Océano Atlántico, al sur con Chubut y al oeste con Neuquén y la República de Chile. Se encuentra comprendida entre los 37º35' y 42º de latitud sur y los 62º47' y 71º55' de latitud oeste.
  • Superficie: 203.013 Km2. Representa el 7,5 % de la superficie continental del país y el 5 % de la superficie total.
  • División política: La provincia está dividida en 13 departamentos y su capital es Viedma.

Mapa IV.1: División política de la Provincia de Río Negro

Fuente: ARGENTINA, MINISTERIO DE ECONOMÍA, SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA,

INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA (INTA), Estación experimental agropecuaria



Bariloche, CD del Sistema de soporte de decisiones, Río Negro, 2000.

  • Relieve: Al oeste se levanta la cordillera de los Andes que sirve de límite con la República de Chile. Corresponde a la Provincia el Sector Cordillerano Austral con una altura promedio de 2.500 metros, aunque presenta cumbres de gran altura, cubiertas de nieves eternas, como el Monte Tronador de 3.478 metros. Entre las montañas se extienden gran profusión de lagos que tienen mucha importancia en la regulación de las cuencas hídricas, como el Mascardi, el Steffen y el Nahuel Huapi. Este último, compartido con la provincia del Neuquén, es el más extenso con una superficie de 550 Km2 y numerosos brazos que, hacia el oeste, penetran en la cordillera andina. En el resto del territorio provincial predominan los relieves amesetados que, en ciertas zonas, constituyen verdaderas planicies elevadas como es el caso de la meseta de Somuncurá También se levantan sierras como la de Queupunyeo o Las Blancas, en contraste con otras zonas hundidas, como el bajo de la Valcheta o el gran Bajo del Gualicho, en cuya parte más deprimida se encuentra la salina homónima. La meseta constituye la zona más extensa de la Provincia, escalonándose progresivamente desde la costa atlántica hasta la cordillera.
  • Clima: La zona costera se caracteriza por oscilaciones de temperatura en invierno y primavera. Hacia el Oeste las variaciones térmicas son muy amplias, las precipitaciones escasas y los vientos fuertes. En la mayor parte del centro de la Provincia el clima es completamente seco, mientras que en la cordillera es húmedo, con presencia de abundante vegetación. Los vientos descargan su humedad en las laderas cordilleranas, conformándose un bosque denso que confiere especial atractivo al paisaje.
  • Hidrografía: Los ríos Colorado y Negro atraviesan el territorio provincial de oeste a este, sin recibir afluentes. El río Colorado marca el límite con la provincia de La Pampa. El Negro, de 635 Km. de largo y de carácter alóctono, es el auténtico motor del desarrollo regional. Su caudal, de 1000 m3 por segundo, es aprovechado para regar extensas zonas, entre las que se destacan especialmente el Alto Valle y Choele Choel. Resultante de la unión de dos ríos de montaña, el Limay y el Neuquén, el río Negro atraviesa el semidesértico territorio patagónico, labrándose un ancho y profundo valle que se extiende de oeste-noroeste.



Situación socioeconómica

Estructura demográfica

De acuerdo con el último censo nacional de población y vivienda que corresponde al año 2001 la población de Río Negro asciende a 552.822  habitantes, con una densidad poblacional promedio de 2.7 hab./km2. Sólo cuatro municipios concentran más de la mitad de la población rionegrina (53,2%): Bariloche (16,9%); General Roca (14,2%); Cipolletti (13,6%) y Viedma (8,6%)1.

La baja densidad de Río Negro con respecto a la media nacional, que es de 13 hab/km2, se acentúa cuando se toma en cuenta la distribución espacial de la población diferenciando entre la población urbana y la población rural. Por ejemplo, Bariloche con 20,3 hab/km2 encabeza los departamentos más densamente poblados, le siguen General Roca con 19,2 hab/km2 y Adolfo Alsina con 5,8 hab/km2. En tanto 9 de Julio es el de menor densidad poblacional con 0,18 hab/km2.

Cuadro IV.1: Población urbana y rural. Censos 1991 y 2001

Población urbana y rural

Año

1.991

2.001

Total

506.772

 

552.822

 

Urbana (1)

405.010

79,9%

466.539

84,4%

Rural (2)

101.762

25,1%

86.283

18,5%

Agrupada

36.043

35,4%

36.221

42,0%

Dispersa

65.719

64,6%

50.062

58,0%

(1) Se considera población urbana a la que habita en localidades de 2.000 y más habitantes

(2) Se clasifica como población rural a la que se encuentra agrupada en localidades de menos de 2.000 habitantes y a la que se encuentra dispersa en campo abierto

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC, Censo nacional de población y vivienda, años 1991 y 2001, http://www.indec.gov.ar , noviembre de 2004.

 

La situación socioeconómica de la población de la región manifiesta situaciones contrastantes y diferenciales según zonas. Del total de la población rural de la provincia el 41,98% vive en aglomerados rurales y un 58,02% es población dispersa. En los diez años que mediaron entre los censos la población rural disminuyó en términos relativos un 15,21% mientras que la población urbana aumentó un 15,19% (ver Cuadro Nº1 del anexo estadístico). Esta emigración rural hacia los centros urbanos fue señalada en diversas oportunidades como un efecto derivado del deterioro de la producción rural2. Un análisis sobre la población urbana y rural en la provincia permite establecer que el crecimiento es concentrado en las zonas urbanas de economía más activa, con una tendencia que muestra la importante migración de la población rural a la ciudad3.

Según los datos del Censo Nacional Agropecuario del año 2002 (CNA 2002) del total de la población rural dispersa 24.418 personas se distribuyen en 6.354 explotaciones agropecuarias (EAPs).

Actividad económica

La actividad económica de la provincia se reparte entre las actividades primarias, como la actividad agrícola del Alto Valle y la ganadería de tipo extensiva a lo largo de toda la provincia, la extracción de gas y petróleo en la cuenca neuquina y la pesca en el Golfo San Matías.

La provincia se caracteriza por presentar una marcada especialización en la producción de bienes agroindustriales de exportación, siendo la actividad agrícola bajo riego, y dentro de ésta especialmente la fruticultura, una de las principales actividades económicas.

De acuerdo con los datos estadísticos del año 20044 para la provincia la Tasa de actividad fue 41,8%, la Tasa de desocupación 6,4% y la Tasa de empleo ascendió a 39,4%.

Según los datos del último Censo Nacional de Población y Vivienda (año 2001) existían 97.486 personas con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) agrupadas en  24.823 hogares, lo que representa el 16,1% del total de hogares. Estas cifras de NBI sugieren una situación media a nivel provincia, pero en algunas de las zonas o departamentos rurales se cuenta con cifras muy elevadas de NBI, por ejemplo para el departamento de El Cuy esta se eleva al 33,5%, siendo de las peores cifras a nivel país5.

El Producto Bruto Geográfico (PBG) de Río Negro alcanzó en el año 2003 los $3.581 millones (en $ de 1993), representando el  1,5% del producto bruto nacional.

Tradicionalmente Río Negro ha aportado a la economía nacional tres actividades centrales: la producción frutícola (manzana, pera, vid), el turismo y la explotación de hidrocarburos, que se han sostenido por su competitividad a lo largo del tiempo. Alrededor de estas producciones se han desarrollado importantes actividades de servicios (básicamente empaque y frío de la fruta) e industriales (de jugos y maderera). La producción forestal se ha desarrollado como insumo de la fruticultura y no adquirió aún dinámica propia.

Gráfico IV.1: Composición del PBG de Río Negro por sector

En la composición del producto bruto geográfico sobresalen las actividades agropecuarias (8,16%), la industria manufacturera (8,60%), las actividades relacionadas con el comercio, restaurantes y hoteles (18,96%) y las actividades inmobiliarias y de intermediación financiera (18,25%). Actividades que en conjunto conforman aproximadamente el 54% del producto provincial6.

En 2003 las exportaciones de la provincia de Río Negro totalizaron un valor de U$S 334,3 millones, correspondiendo al 1,13% del total nacional. La estructura de las exportaciones rionegrinas, en 2003, ha sido liderada por los productos primarios que alcanzaron el 54,35% de las ventas externas. Le siguen en importancia combustibles y energía con el 27,19%, las manufacturas de origen agropecuario (MOA) con el 13,25% y las manufacturas de origen industrial (MOI) con el 5,20% de las ventas 7.

Regiones

La provincia puede dividirse en diferentes regiones considerando distintas zonas de articulación socioeconómicas tales como, los espacios de la ganadería, de la fruticultura, del turismo, de las economías de enclaves extractivos (petróleo, minería, etc.) o los espacios industriales.

  • Región Norte: Los recursos naturales más importantes son el petróleo y el gas. La actividad económica se basa en la explotación de ambos. Además esta es una zona agrícola-ganadera. La ciudad más importante es Catriel.
  • Alto Valle de Río Negro: Su actividad principal está basada en la agricultura intensiva bajo riego. La producción más importante corresponde a frutas de pepita (manzana y pera). A éstas le siguen la vid y el cultivo de otras frutas y hortalizas. Junto a la producción primaria se ha desarrollado una importante producción agroindustrial. A lo largo de los aproximadamente 100 Km de valle irrigado, se encuentra la mayor concentración de población de la Provincia. Sus ciudades más importantes son: General Roca, Cipolletti, Villa Regina,  Belisle, Darwin, Allen y Cinco Saltos.
  • Valle Medio de Río Negro: La principal actividad económica es la frutihortícola, que se alterna con forrajes y viñedos. La ganadería y la apicultura también son actividades importantes. Las principales ciudades son: Choele Choel, Chimpay, Luis Beltrán, Pomona y Lamarque.
  • Valle Inferior de Río Negro o Región Noreste: La actividad económica del Valle Inferior del Río Negro se basa fundamentalmente en la agricultura bajo riego y la producción ganadera, en especial la vacuna. En esta subregión se encuentra localizada Viedma que es la sede del gobierno provincial, por lo cual la administración pública es la principal actividad económica en este Valle.
  • Región Sur: Esta meseta de una altura media de 200 a 300 metros sobre el nivel del mar, ocupa aproximadamente el 56 % de la superficie total provincial. Posee clima muy árido y con fuertes vientos, algunas cuencas sin desagües y pequeños arroyos. Las actividades predominantes son la cría extensiva de ganado ovino y caprino y la minería. La población es escasa y dispersa, y hay pocos centros poblados. Las principales ciudades son: Los Menucos, Maquinchao e Ingeniero Jacobacci.
  • Región Andina: La explotación de los recursos paisajísticos y en menor medida los forestales, son sus principales actividades. En la localidad de El Bolsón adquiere importancia el cultivo del lúpulo y de las frutas finas. Las principales ciudades son: San Carlos de Bariloche y El Bolsón.
  • Región Atlántica: Sobre la costa del océano Atlántico se explota la minería y la pesca. Reviste una particular importancia la actividad portuaria con epicentro en San Antonio Este. Las principales ciudades son: San Antonio Oeste, Sierra Grande y Valcheta.

Mapa IV.2: Regiones de la Provincia de Río Negro

Fuente: ARGENTINA, MINISTERIO DE ECONOMÍA, SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA,

INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA (INTA), Estación experimental agropecuaria

Bariloche, CD,…, op. cit

Sector agropecuario

Características generales

En el siguiente cuadro se puede apreciar la evolución de la cantidad de EAPs en catorce años, que es el tiempo que transcurrió entre los dos censos agropecuarios. La provincia de Río Negro contaba, de acuerdo con los datos del último CNA (año 2002), con 7.507 explotaciones agropecuarias cubriendo una superficie de 14.716.470 hectáreas (has.).

Cuadro IV.2: EAPs con y sin límites definidos. Censos 1988 y 2002

Año

TOTAL

Total EAPs con límites definidos

Total EAPs sin límites definidos

Cantidad

Cantidad

Superficie (has.)

Cantidad

1.988

9.234

7.708

13.426.964

1.526

2.002

7.507

7.035

14.716.470

472

Variación Intercensal

-18,70%

-8,73%

9,60%

-69,07%

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC, CNA 1988 y 2002

El proceso de abandono de EAPs, como consecuencia de la crisis que enfrentaron los productores agropecuarios, puede observarse en el Cuadro IV.2 donde el número de EAPs cayó un 18,71% en el período intercensal considerando toda la provincia, pasando de 9.235 en el año 1988 a 7.507 en el año 2002.  La superficie ocupada en hectáreas, en las EAPs con límites definidos, aumentó un 9,60%. Esto se explica por dos motivos: uno es la recuperación de áreas que estaban prácticamente abandonadas por la desertificación y por la incorporación al censo de tierras fiscales; y el otro motivo es que parte de la superficie de los establecimientos que desaparecieron quedó incorporada en EAPs que resistieron y sobrevivieron a los impactos negativos de la crisis. Ambos motivos explican la aparente contradicción existente entre la disminución de explotaciones ocurrida para el total provincial y el aumento de la superficie.

No se debería considerar que el aumento en el tamaño medio de las explotaciones (+20,10%), que pasó de 1.742 has. a 2.092 has., se deba exclusivamente al aprovechamiento de las economias de escala 8. Por el contrario, se debe tener en cuenta  que si bien la cantidad de explotaciones disminuyó,  aumentó la superficie afectada a la actividad agropecuaria y que este aumento está relacionado, adicionalmente, a la incorporación de más tierras al censo 2002.

Las explotaciones más pequeñas, de hasta 500 has., son las más afectadas por la desaparición de establecimientos agropecuarios. Este estrato perdió el 20,87% de las EAPs con respecto a 1988, aunque se observó un aumento de la superficie ocupada por éstas. En el estrato de 500,1 has. a 2500 has. se observó un 48,46% más de EAPs  con un 50% más de la superficie que en el año 1.988. En los estratos superiores no se registraron grandes variaciones 9.

Actividad Agrícola

Río Negro se caracteriza por presentar una marcada especialización en la producción de bienes agroindustriales de exportación, siendo la actividad agrícola bajo riego, y dentro de ésta especialmente la fruticultura una de las principales actividades económicas. La provincia cuenta con un total de 117.326,9 has. implantadas en las cuales se desarrolla principalmente la actividad frutihortícola, la que ocupa una superficie de 42.657,5 has. en los valles irrigados. Es la principal actividad económica de la Región del Valle con una fuerte tradición exportadora, ingresa divisas por más de u$s 300.000.000 y genera unos 50.000 puestos directos de trabajo. Las actividades agroindustriales, básicamente el procesamiento de manzanas y peras, son las que tienen mayor importancia dentro de la industria provincial.

Debido a la importancia que revisten sus productos, dentro de la economía provincial, se realiza un análisis de las regiones del Alto Valle y de la Zona Andina con el fin de mostrar el contraste, en cuanto a la calidad de vida y posibilidades de desarrollo, de los productores de estas regiones y los de la Línea Sur, dedicados casi exclusivamente a la producción ovina, la cual será estudiada en una sección aparte dentro del presente capítulo.

Alto Valle10 : El área frutícola del Alto Valle de Río Negro presenta una gran similitud en muchos sentidos con los oasis cuyanos. Como Cuyo, también el clima es desértico pero con mayor presencia de heladas. Por eso es la zona privilegiada de la manzana y la pera y no así de la vid y otros frutales. Las posibilidades de riego, además, son mucho mayores que en Cuyo. Otra diferencia, además de las temperaturas, estriba en los vientos más frecuentes y más intensos con respecto a las otras regiones del país.

Así como el Alto Valle se asemeja a Cuyo en el tipo de producciones emprendidas, hay también una semejanza en la estructura social agraria: grandes empresas agroindustriales, importantes sectores medios frutícolas, pequeñas explotaciones en manos de sujetos sociales con una pluralidad de inserciones en la vida socio-económica. Hay un importante contingente de trabajadores frutícolas (esta es una de las pocas áreas con importante presencia gremial agraria y agroindustrial, junto a Tucumán, por ejemplo). Hay también contingentes migratorios para las cosechas. Como en muchas otras ciudades intermedias del país, hay desde las últimas décadas asentamientos pobres en áreas peri-urbanas, vinculadas en gran proporción a la producción frutícola (sobre todo trabajadores temporarios o peones).

En el Alto Valle y en otros valles frutihortícolas de menor escala (valles medio e inferior de la misma cuenca y otros valles de poca significación comparativa) hay dos razones por las cuales no puede hablarse de existencia de base campesina. En primer lugar, los tamaños modales de las chacras exceden a las condiciones de ese tipo de productores. En segundo lugar, los productores mismos -en el sentido de los "dueños" de esas unidades- no son campesinos en la mayoría de las explotaciones de escaso tamaño. Esto no niega la presencia aislada de pequeños productores de bajos recursos y, más recientemente, de empresas familiares empobrecidas, pero los pobres rurales o agropecuarios se vinculan más bien a otras categorías sociales, particularmente, trabajadores.

La actividad ha sido tradicionalmente asociada con la presencia de un chacarero relativamente próspero. La presencia de mano de obra familiar es una característica de las pequeñas explotaciones en las cuales la baja proporción de  asalariados contratados son  principalmente temporarios. En las explotaciones mayores a las 5 has. aumenta la contratación de mano de obra, y en mayor medida la contratación de permanentes.

En cuanto al nivel de capitalización, se observa que el porcentaje de productores que posee tractor es alto, prevaleciendo las unidades de más de veinte años en todos los estratos. Asimismo, casi todos los productores poseen algún tipo de vehículo; en cuanto al otro indicador tomado de nivel de capitalización, la posesión de pulverizadora, da lugar a diferencias según el estrato analizado, aunque en los más chicos la mitad la posee.

Desde el punto de vista de la diversificación, surge como característica relevante en las explotaciones menores de 15 has. la especialización en el cultivo de frutales y en particular en el cultivo de manzana y pera. La diversificación está correlacionada con el aumento de superficie. La vid está en retroceso y sólo es encarada por los productores más grandes con destino a uva de mesa o para fabricación de vinos varietales.

A medida que aumenta el tamaño de la superficie se incrementa el número de productores que han incorporado espaldera, esto se vincula a que el sistema requiere de una alta inversión inicial.

Existe una correlación entre ingresos extraprediales y la superficie de la explotación: se los encuentra en el 46% de las explotaciones de 0 a 5 has., en el 33% de las de 5 a 10 has., y en el 20% de las de 10 a 15 has. Los rubros que aparecen con mayor fuerza en la composición del ingreso son los ingresos "complementarios" (como empresarios, comerciantes y profesionales) y asalariados en los tres estratos. Los empresarios y comerciantes minoristas aumentan a medida que aumenta la superficie de la explotación.

La mayor presencia de profesionales en el estrato inferior se debe a la realización de inversiones en la actividad productiva. En muchos casos estos predios chicos responderían a objetivos recreativos (casas de fin de semana), lo que se vería confirmado por el alto porcentaje de productores que residen en la ciudad en este estrato.

En cuanto a los que se desempeñan como asalariados, cuando tienen unidades de hasta 10 has., trabajan como encargados, tractoristas, etc. en explotaciones vecinas, mientras que en el estrato superior tienen fuerte presencia los empleos en los sectores privado urbano y público.

Zona Andina 11: La cordillera está caracterizada por el bosque andino-patagónico. Hay un nivel de precipitaciones anuales muy importante y valles donde se lleva a cabo una agricultura intensiva. Los frutales de carozo, las frutas finas, el lúpulo y los berrys son las actividades más destacadas.

Los agricultores son pequeños y medianos pero siempre con cierto grado significativo de dotación de recursos (riego y capital en implantaciones y equipos). Sin embargo, hay también crianceros, pequeños ganaderos de especies menores, que utilizan los campos cordilleranos como sitios de veranada o simplemente se desenvuelven todo el año en estas áreas. Estos son los productores más pobres.

Hay localidades urbanas importantes y hay muchos pequeños asentamientos rurales. La mayoría de las producciones agrícolas intensivas de estas áreas requieren diversas actividades postcosecha. Estas actividades no sólo se hacen con instrumentos de trabajo especiales sino que necesitan de instalaciones diversas (para acondicionamiento, secado, depósito, elaboración de subproductos, refrigerados, etc.) que, generalmente, están cerca de las viviendas.

En el área se identifican dos tipos modales de unidades agrícolas:

  • Chacra de frutas finas de 3 has. (2 has. de frambuesa y 1 ha. de cerezas): esta no posee maquinarias ni implementos agrícolas accesorios, por lo que los costos de implantación y de producción incluyen el pago de servicios de maquinaria. La actividad de frutas finas era emprendida por unas 96 explotaciones agropecuarias (el 77% de las cuales tienen un tamaño de 0,25 - 2,00 has..) y por 35 establecimientos elaboradores (estos últimos con una capacidad máxima en conjunto de 8 millones de unidades).
  • Chacra de 10 has. de lúpulo: también contrata servicios de maquinaria. Toda la superficie está dedicada a este cultivo. Según datos de la campaña 1991-92 (sobre 230 has..) se producían 301,75 toneladas de lúpulo. La actividad era llevada a cabo en 22 chacras, cuyo tamaño medio era de 9,12 has. aunque el 83% de la producción se generaba en chacras de más de 9,8 has.. Estas explotaciones contaban con las principales instalaciones para las tareas de postcosecha (excepto palletizado que lo hacía una cooperativa local). El grueso de la producción se destinaba a la industria cervecera nacional.

Actividad pecuaria

La actividad pecuaria abarca principalmente al ganado ovino, bovino y caprino según se muestra en el Cuadro IV.3 de acuerdo a los datos del CNA 2002.

Cuadro IV.3: Actividad pecuaria

Cantidad de EAPs y cabezas por especie

 

Ovinos

Bovinos

Caprinos

Equinos

Porcinos

Camélidos

EAPs

2.391

2.268

1.207

3.077

332

15

Cabezas

1.509.867

538.142

176.164

70.466

9.317

745

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC, CNA  2002

Se desarrolla en forma extensiva la ganadería ovina, predominando las razas merino australiano, merino argentino y raza criolla. El rodeo es de 1.509.867 cabezas. La actividad se orienta a la producción de lanas finas sucias, canalizándose la comercialización hacia el mercado externo. La carne ovina se orienta principalmente al mercado interno.

La provincia aumentó su stock bovino en 95.622 cabezas (+21,60%) entre los años 1988 y 2002, constituyendo el stock más importante de la región patagónica. La actividad se desarrolla en la zona de secano, siendo las razas predominantes la Hereford y Aberdeen Angus. La ganadería se caracteriza por la producción de cría en forma extensiva, destinándose una cantidad importante de terneros para ser terminados en la provincia de Buenos Aires y La Pampa. La provincia cuenta con cinco frigoríficos habilitados con una capacidad de 1.000 cabezas

Mapa IV.3: Sistemas reproducción predominantes

Fuente: ARGENTINA, MINISTERIO DE ECONOMÍA, SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA,

INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA (INTA), Estación experimental agropecuaria

Bariloche, CD,…, op. cit

El sector caprino ocupa principalmente la zona centro a centro-oste de la provincia (excluida la cordillera). La información existente de la evolución del sector caprino en la provincia entre 1988 y 2002 muestra una caída del 40,3% en las existencias, registrándose pérdidas en todos los departamentos a excepción de General Roca y Pichi Mahuida.

Entre los departamentos con mayores existencias equinas en el año 2002, se encuentran a 25 de Mayo, 9 de Julio, Valcheta, El Cuy, Ñorquincó, General Roca y Avellaneda. La variación de las existencias equinas a nivel provincial muestra una disminución de solo el 5,4%, representando una variación casi nula en comparación con las especies ganaderas analizadas anteriormente, a excepción de los bovinos.

1- RÍO NEGRO, DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICAS y CENSOS, SECRETARIA DE PLANIFICACIÓN y CONTROL DE GESTIÓN, http://www.spi.rionegro.gov.ar , marzo de 2005.

2- PERALTA, Carlos y HUERTA, Guillermo,…, op. cit. pág. 8.

3- TSAKOUMAGKOS, P., SOVERNA, S., CRAVIOTTI, C., Campesinos y pequeños productores en las regiones agroeconómicas de Argentina, SAGPyA, Serie documentos de formulación , Nº2, Buenos Aires, 2000, págs. 17/18 y 21.

4- RÍO NEGRO, DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICAS y CENSOS,…, op.cit.

5- Cuadro Nº 2 del anexo estadístico.

6- Ver cuadro Nº 4 del anexo estadístico.

7- RÍO NEGRO, DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICAS y CENSOS,…, op. cit.

8- Ver cuadro Nº5 del anexo estadístico.

9- MINISTERIO DE ECONOMÍA, SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA, PESCA y ALIMENTOS (SAGPyA), DIRECCIÓN DE ECONOMÍA AGRARIA, Resultados definitivos del CNA 2002, pág. 13.

10- TSAKOUMAGKOS, P., SOVERNA, S., CRAVIOTTI, C., Campesinos y pequeños productores en las regiones agroeconómicas de Argentina, SAGPyA, Serie documentos de formulación , Nº2, Buenos Aires, 2000, págs. 17/18 y 21.

11-TSAKOUMAGKOS, P., SOVERNA, S., CRAVIOTTI, C.,…, op. cit., págs. 22/23.

Autor: Marcela Báez

Mendoza, Agosto de 2005

Universidad Nacional de Cuyo

Facultad de Ciencias Económicas

Reflexiones sobre el caso de Argentina

(Crisis a partir de Diciembre de 2001)


Esta sección ha sido escrita con base en datos y acontecimientos acaecidos hasta febrero de 2002. Hasta ahora se hace evidente que la especial condición actual de Argentina se ubica en un escenario de crisis internacional diferente a las últimas dos crisis internacionales (1995 y 1998-1999). En esta ocasión, (i) el descenso en la producción regional abarca a todas las naciones; (ii) los mecanismos de difusión son financieros y comerciales; y (iii) los tres mercados más importantes del mundo evidencian problemas de estancamiento y desaceleración económica (Europa Occidental, Estados Unidos y Japón).

De conformidad con datos actuales, proyecciones y las características de la economía argentina y las de países con mayor probabilidad de contagio de la crisis, no se evidencian signos de mayor difusión o dispersión de la inestabilidad, de manera fulminante. La única excepción podría ser un problema de contagio vía la interconexión bancaria en particular y de subsidiarias de empresas multinacionales en general. La concreción de este efecto estaría dado por: (i) retiro de capitales; (ii) disminución de operaciones; y (iii) restricción en los fondos de inversión (tanto netos como de reposición).

El contagio vía subsidiarias de multinacionales estaría restringido a operaciones ya en curso y se vería limitado por capacidades instaladas fijas de producción y/o prestación de servicios. De llegar a ocurrir esta condición, la repercusión en la macroeconomía sería en el mediano plazo. Las posibilidades de esta condicionante son restringidas dada la estructura de interrelación comercial y financiera de Argentina.


Condicionantes de la situación argentina

Uno de los principales detonantes de la crisis social y política en el país en diciembre de 2001, fue el reforzamiento del plan de déficit cero que descargó los principales recortes en salarios y pago de pensiones. Se trataba con ello de profundizar el cumplimiento de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, a fin de que este organismo otorgara al menos 1,200 millones de dólares antes de finalizar 2001, como componente de refinanciamiento de la deuda externa argentina.

Al enfrentar esta crisis, el gobierno argentino se encuentra con persistentes problemas en dos frentes:


  1. (a) en lo externo, la declaración de moratoria significa la mayor de su tipo en cuanto al monto de deuda que se haya implicado; y
  2. (b) en lo interno, los dos factores económicos más sobresalientes se relacionan con:
    1. la contracción de la demanda interna a raíz de las restricciones de retiro de fondos bancarios (máximos niveles de egreso mensual de cuentas bancarias que han fluctuado entre 1,000 y 1500 pesos; a medida que la devaluación se profundice, disminuye el poder adquisitivo aún con ciertos aumentos de montos nominales); y
    2. la devaluación del peso argentino que al abandonar la convertibilidad de 1:1 con la divisa estadounidense, se ha deslizado a niveles de 1.8 y 2.3.

Se ha reconocido oficialmente que el producto interno bruto argentino tuvo una caída de 4.9 por ciento en el tercer trimestre de 2001. Una de las principales variables dentro del escenario recesivo es la contracción de la inversión interna bruta, la que tuvo una caída de 17.6 por ciento. Los sectores de mayor contracción han sido la construcción (-9.4 por ciento) y el de equipos durables de producción (-29.6 por ciento). En medio de esas condiciones, el sector manufacturero ha reducido su actividad en 12.4 por ciento y el de servicios en 4.6 por ciento. Una proyección revisada podría muy probablemente apuntar a una contracción económica de 6.8 en lugar de –2.3 por ciento estimado a mediados de noviembre de 2001.

Estudio sobre condiciones de un posible “contagio” de situación argentina

Se estima que existen restringidos riesgos, en el plazo inmediato, de un posible contagio de carácter fulminante, derivado de la situación argentina. Esto involucra principalmente las esferas de lo económico y financiero, con repercusiones a nivel macroeconómico. La base de esta tendencia estaría evidenciada por el comportamiento de los agentes económicos y sociales, así como por el manejo de las políticas macroeconómicas de naciones con mayor relación económica con Argentina. En tal sentido, se han considerado los siguientes indicadores: (i) políticas macroeconómicas: monetaria, fiscal y cambiaria; (ii) indicadores de vulnerabilidad externa identificados en resultados de la cuenta corriente de la balanza de pagos; y (iii) percepción de empresarios a partir de cotizaciones en las bolsas de valores.

Los datos relativos a las políticas macroeconómicas -cambiaria, monetaria y fiscal- se presentan en las Tablas 1, 2 y 3. El elemento general de sustentación del criterio acerca de la poca probabilidad del contagio de la situación argentina se basa en la mayor flexibilidad general con la cual han sido utilizadas las medidas macroeconómicas en los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Chile, Bolivia y Venezuela.

Es notable el contraste en el manejo cambiario realizado por Brasil. Luego de una apreciación de la moneda en 2000, año en el cual se evidenciaba aún la recuperación de la crisis del país del año anterior, se pasó a una depreciación del cambio real de 16 por ciento. Esto contrastó con la situación argentina de mantenimiento de la paridad cambiaria. Esta mayor flexibilidad se presentó también en Chile. Esto ofrece una explicación a la “absorción” de los efectos a medida que las políticas se adaptaban a cambiantes condiciones externas.

Tabla No. 1

Tipo de Cambio Real

(variación anual en porcentajes)

(valores positivos indican apreciación, negativos depreciación)

 

País / región

 

2000

 

2001

América Latina y Caribe

- 0.8

+ 1.1

Argentina

- 0.3

+ 1.2

Brasil

+ 7.1

- 16.3

Uruguay

- 0.4

- 0.2

Paraguay

- 3.8

- 0.3

Bolivia

- 3.1

- 0.1

Chile

- 0.2

- 9.3

Venezuela

+ 2.1

 + 4.2

Fuente: Banco Mundial, SELA, CEPAL.

Los datos del manejo monetario reflejan con mayor dramatismo lo restrictivo de la política macroeconómica argentina. En 2001 la contracción de la masa monetaria argentina identificada por M1 fue de 17 por ciento. Esto tendía a promover alza en las tasas de interés y por tanto en la generación de una menor oferta agregada.

Se privilegiaba un escenario de control de inflación y de estabilidad cambiaria por sobre las condiciones de aumento de producción y promoción de empleo mediante una política monetaria expansiva. Estas condiciones evidentes en Argentina, contrastan en general con las correspondientes a Brasil y Venezuela, y aparecen como similares a las identificadas en el caso de Uruguay.

Tabla No. 2

Oferta Monetaria

(M1,tasas anuales de variación, %)

 

País / región

 

2000

 

2001

Argentina

- 5

- 17

Brasil

13

7

Uruguay

- 11

- 3

Paraguay

8

4

Bolivia

1

6

Chile

- 1

13

Venezuela

16

 19

Fuente: SELA, CEPAL, FMI.

En cuanto a la política fiscal, los valores en negativo pueden asociarse con una intención de efecto expansivo hacia la producción. De nuevo uno de los casos más sobresalientes es el de Brasil, la mayor flexibilidad ha permitido parapetarse de los efectos adversos de Argentina. Por lo general, las políticas de ajuste estructural económico insisten en disciplina fiscal en el manejo de las cuentas nacionales.

Tabla No. 3

Finanzas del Sector Público

(% del Producto Interno Bruto)

 

País / región

 

2000

 

2001

América Latina y Caribe

- 2.8

- 3.2

Argentina

- 2.2

- 3.8

Brasil

- 4.2

- 8.1

Uruguay

- 4.0

- 4.1

Paraguay

- 3.8

- 1.6

Bolivia

- 4.0

- 4.0

Chile

+ 0.1

- 0.2

Venezuela

- 1.8

 - 3.9

Fuente: SELA, CEPAL, FMI.

Además de los indicadores macroeconómicos se presentan dos componentes complementarios: los relacionados con el comportamiento empresarial caracterizados en las cotizaciones de las bolsas (Tabla No. 4) y la vulnerabilidad externa de las economías caracterizada en los resultados de cuenta corriente (Tabla No. 5). La Tabla No. 6 contiene el crecimiento de la producción de las economías bajo estudio durante el período 1999-2002, los datos para este último año son estimaciones del SELA.

Los niveles de las bolsas de valores evidencian una pérdida de dinamismo en los países en 2001. Esto estaría promovido por condiciones internas y externas a las naciones. Las pérdidas en Argentina surgen en 2000 y se profundizan en 2001, siguiendo una tendencia regional, aunque más pronunciada.

Tabla No. 4

Cotizaciones en Bolsas de Valores

(%, variación anual de índice en US$)

 

País / región

 

1999

 

2000

 

2001

América Latina y Caribe

58

- 18

- 16

Argentina

32

- 21

- 53

Brasil

65

-   6

- 38

Chile

38

- 12

-  9

Venezuela

- 7

22

-  8

Fuente: CEPAL, SELA.

Con excepción de Venezuela, en lo que se ha evidenciado como una constante histórica, los demás países muestran una gran vulnerabilidad externa. Las exportaciones petroleras son responsables con mucho de los valores positivos de la cuenta corriente venezolana. En estos resultados, para las otras naciones, afectan los adversos términos de intercambio.

Tabla No. 5

Saldos de Cuenta Corriente

(% del Producto Interno Bruto)

 

País / región

 

2000

 

2001

América Latina y Caribe

- 3.6

- 3.7

Argentina

- 3.8

- 3.5

Brasil

- 4.1

- 4.1

Uruguay

- 3.7

- 3.6

Paraguay

- 4.1

- 2.2

Bolivia

- 4.4

- 4.1

Chile

- 2.0

- 2.1

Venezuela

 10.2

4

Fuente: Banco Mundial, SELA, CEPAL.

Tabla No. 6

Crecimiento Económico

(% de variaciones anuales del Producto Interno Bruto)

 

País / región

 

1999

 

2000

 

2001

 

20021

América Latina y Caribe

0.4

4.1

0.6

1.3

Argentina

- 3.4

- 0.6

- 3.8

- 4.2

Brasil

0.7

4.5

1.1

2.1

Uruguay

- 2.9

- 1.5

- 1.1

- 0.3

Paraguay

- 0.1

- 0.6

0.8

1.2

Bolivia

0.4

1.8

0.3

1.1

Chile

- 0.1

4.9

3.1

2.2

Venezuela

- 5.8

 4.0

2.8

2.7

Notas:

1/ Estimaciones del SELA.

Fuente: Banco Mundial, CEPAL, SELA.

Principales Lecciones

(a) El control de la inflación, aún cuando puede ser prioritario en determinadas condiciones coyunturales y de mediano plazo, debe insertarse en un esquema de: (a) sostenida reactivación productiva; (b) manejo integrado de finalidades macroeconómicas, especialmente en lo relativo a: estabilidad de precios, crecimiento de producción, generación de empleo, elevación de los niveles de integración social y mejora en las balanzas comerciales y de cuenta corriente.

(b) Establecer procesos de “dolarización” en el sentido de mecanismos de fijación de una moneda al dólar puede conllevar estabilidad. Sin embargo la medida debe ser aprovechada dentro de un contexto de reactivación rápido de la economía. Es muy arriesgado mantener la “atadura” o indexaciones hacia la moneda estadounidense por tiempo indefinido, esto puede perjudicar la capacidad exportadora y crear presiones subsecuentes en la cuenta corriente. Los riesgos aumentan en un medio internacional dominado por tipos de cambio volátiles.

(c) Puede resultar muy desventajoso la prolongada continuidad de políticas restrictivas tanto en lo monetario como fiscal, especialmente en condiciones fijas de tipo de cambio y de alta competitividad en los mercados regionales y mundiales.

(d) Mayores niveles de pobreza, indigencia y en general exclusión social significa socavar los cimientos de planes de reactivación económica sostenida y de fortalecimiento de la estabilidad política.

(e) Se requiere mantener niveles de eficacia en las esferas institucionales y de no exacerbar los alcances de manera indiscriminada respecto de los procesos de privatización. Esto es notablemente válido para el caso de entidades financieras y bancarias.

(f) Los mecanismos de reactivación de economías de países –especialmente con significativos niveles de dependencia de flujos financieros y comerciales mundiales, en las condiciones actuales de globalización- requieren en lo óptimo, de una perspectiva de mediano plazo, con visión secuencial de medidas macroeconómicas relacionadas con los “costos sociales” de los diferentes sectores, y en función de acuerdos de integración regional.

(g) La actual situación argentina evidencia la oportunidad de profundizar los mecanismos de integración. Es posible acelerar los procesos y llegar a la etapa de unión económica en el MERCOSUR, básicamente en lo que corresponde a la convergencia de políticas macroeconómicas como precondición del lanzamiento de una moneda única. Los esfuerzos de integración se verían notablemente aumentados en función de efectivos acuerdos con el Grupo Andino.

Comportamiento de las Variables Macroeconómicas Argentinas

Serie histórica reciente: variables críticas

Tabla Nº 7

Argentina 1999-2002:

Principales Indicadores Macroeconómicos

 

Variable

 

1999

 

2000

 

20011

 

20022

Producto interno bruto (PIB)3

-3.4

-0.6

-3.8

-6.4

Precios al consumidor3

-1.8

-0.7

-1.6

-0.9

Desempleo Urbano4

15

16

18

16

Gasto del Gobierno/PIB4

-1.7

-2.4

-3.5

-2.8

Tasa de Interés Activa4

12.4

12.2

23.7

14.7

Tasa de Interés Pasiva4

9.4

9.4

15.3

11.3

Saldo en Cuenta Corriente5

-12,038

-8,973

-5,301

-4,328

Notas:

1/ Cifras preliminares con base en estimaciones y proyecciones del Sistema Económico Latinoamericano (SELA).

2/ Proyecciones y estimaciones, a enero 2002 del SELA.

3/ Tasas de variación anual.

4/ Porcentajes.

5/ Miles de millones de dólares corrientes.

Fuentes: CEPAL, SELA, Banco Mundial, FMI, BID.

Serie histórica de variables macroeconómicas generales 1991-2000

Tabla Nº 8

Argentina 1991-2000: Principales Indicadores Macroeconómicos

 

Año

 

PIB1

 

PIB/pc2

Formación de Capital Fijo3

 

Inflación4

 

Inversión Extranjera Directa5

Deuda Externa5

Transf. Neta de Recursos6

Deuda Externa/

Exporta-ciones4

1991

10.6

9.1

29.9

84

2439

61334

-1573

426.3

1992

9.6

8.1

32.2

17.6

3218

62766

6402

407.1

1993

5.7

4.3

15.1

7.4

2059

72209

9349

438.8

1994

5.8

4.5

13.5

3.9

2480

85656

8107

440.4

1995

-2.8

-4.1

-13

1.6

3756

96547

354

393.9

1996

5.5

4.2

8.8

0.1

4937

109756

5072

385.5

1997

8.1

6.7

17.5

0.3

4924

124696

9138

403.3

1998

3.9

2.5

6.7

0.7

4175

140489

10449

451.8

1999

-3.4

-4.6

-12.8

-1.8

4958

144657

5508

521.2

2000

-0.6

-1.2

-6

-0.7

5000

147000

100

472.7

Notas:

1/ PIB: producto interno bruto en tasas anuales de crecimiento anual.

2/ PIB/pc: producto interno bruto per capita en tasas anuales de crecimiento anual.

3/ Tasas anuales de variación con base en dólares de 1995.

4/ En porcentajes anuales.

5/ En miles de millones de dólares.

6/ En miles de millones de dólares; cifras negativas indican transferencia de recursos al exterior.

Fuentes: SELA, Banco Mundial, FMI, CEPAL, BID, informaciones oficiales de gobiernos.

Casas de Cambio en Argentina

Aeromar Casa de Cambio

Av. Corrientes 546

4394-0414


Banco de Corrientes

San Martín 333

4394-0311

Banco Exprinter

San Martín 176

Banco Finansur S.A.

Av. Corrientes 400


Banco Piano

San Martín 347

4321-9200

Cambio América S.A.

Sarmiento 501

4393-0081

Cambio Internacional S.A

San Martín 367

4325-1797


Cambio Montevideo

Florida 580

4328-8425

Paris Cambio

Av.Santa Fé 840

5238-2000

Puente hnos

Sarmiento 444

4326-7102

Cooperativa de Industrias

Enviado por Prof. Roberto F. Bertossi - robertossi@hotmail.com


Alberdi propuso, constitucionalmente, “una industria sin trabas”

La industria cooperativa es una industria esencialmente nacional.

Milkaut, Sancor, Manfrey, Arroyo Algodón, Arroyo Cabral (productos lácteos-Córdoba), cristalerías y tractores (Córdoba); Fecovita y TAC (vinos y transportes-Mendoza), Campo Herrera (azúcar-Tucumán); almacenamiento y servicio de cereales, frutales y oleaginosas... (ACA, FACA, Agricultores Federados Argentinos); viviendas económicas (Cooperativa Horizonte); generación de energía, agua potable y servicios sanitarios, energía eléctrica, telefonías, gas, pavimentación y alcantarillado, mediante cooperativas a cargo de su gestión, en toda la geografía nacional; Coovaeco (turismo)... etc., son realidades palpables que acreditan sustantivamente a la industria cooperativa argentina.

El notable desarrollo energético, cibernético y turístico, si bien nos permite prescindir en alguna medida de las tradicionales ‘chimeneas’ como exclusivos signos industriales, simultáneamente aparejaron crecientes grados de exigencias en términos de calidad, eficiencia y competitividad, entendida ésta, en nuestro caso, como la habilidad o capacidad de la industria cooperativa para alcanzar una prosperidad económica duradera, que incorpore también mejoras en la equidad, reduciendo la pobreza, la desigualdad social, aportando a la sustentabilidad ambiental mediante una clara y definida responsabilidad social de la empresa cooperativa.


La industria cooperativa, por sus principios, características propias y modalidades de organización, manifestó concretamente su capacidad de respuesta a la primera ‘oleada’ del proceso de desindustrialización de finales de los años 70’ y principios de los 80’.

Su trayectoria desde 1884 y consolidación impidieron que grandes empresas monopólicas se desbordaran perjudicando cooperativas, pequeñas industrias y el artesanado.

La industria cooperativa prioriza el mercado interno al externo, los recursos nacionales y las ventajas comparativas.

Sus inversiones en el país –asumiendo todos los riesgos- (Por ejemplo: Sancor, acaba de invertir millones en sus plantas argentinas) así lo acreditan distinguiendo a nuestras empresas cooperativas industriales y de servicios.

En este ultimo sentido, el sector cooperativo ha realizado –y realiza- aportes al desarrollo de la infraestructura necesaria para mejorar la vinculación física de personas y economías, brindando condiciones para el desarrollo y cohesión de las economías locales y regionales, facilitando el aprovechamiento de oportunidades, siendo esto pionero y coincidente con uno de los objetivos centrales –a otra escala- de la Fundación de la Comunidad Sudamericana de Naciones plasmada en la reciente Cumbre de Cusco (Perú).

En esta perspectiva, quién puede desconocer que los servicios públicos gestionados y servidos por cooperativas, fueron, son y serán artífices del desarrollo rural (electrificación, telefonías, acueductos, gasoductos, etc.) y urbano, reduciendo costos, llevando progreso y bienestar.

Todo esto se ha comprendido atento la pareja valorización constitucional del cooperativismo en las provincias argentinas.

Claro, esta valorización no es una pura abstracción. Córdoba cuenta con cientos de cooperativas para servicios públicos: agua potable y servicios sanitarios: 100; energía eléctrica: 204; telefonías: 79, etc.; Santa Fe: telefonías: 81; agua potable: 107; energía eléctrica: 61; Buenos Aires: agua potable: 125; telefonías: 117; energía eléctrica: 215; Entre Ríos: agua potable:32; telefonías: 5; energía eléctrica: 18; Mendoza: agua potable: 9; energía eléctrica: 9; Río Negro: agua potable: 8; telefonías: 12; energía eléctrica: 2; Chaco: agua potable: 7; telefonías: 5; energía eléctrica: 15; La Pampa: agua potable:25; telefonías: 11; energía eléctrica:29; Chubut: agua potable: 14; telefonías: 7; energía eléctrica: 30; Misiones: agua potable: 37; telefonías: 5; energía eléctrica: 8; etc. etc..


Asimismo es destacable que la industria cooperativa no admita empleo en negro, contratos basura ni personas -en su organización y funcionamiento- privadas de obra social, aportes jubilatorios y protección inmediata en caso de accidentes de trabajos, dejando a salvo las peculiaridades de las cooperativas de trabajo e industria.

Igualmente, es plausible su claridad y transparencia. En efecto, en las cooperativas se conocen quienes son sus administradores y asociados –cuotas nominativas-, dónde viven, cual es su capital y cual su patrimonio, haciendo previsible y más segura cualquier vinculación con las mismas que, por otra parte, están sujetas a controles públicos periódicos (Arts. 81, 99, 100 y cc. de la Ley de Cooperativas Nº 20.337).

A modo conclusivo, nuestra industria cooperativa viene contribuyendo a la creación y aumento de la riqueza nacional, a la inclusión social con justicia distributiva y precio justo, al superávit fiscal (en ocasiones injustamente debido a la persistencia de impuestos distorsivos) e, incluso, positiva y favorablemente con la balanza de pagos, la dignidad de los trabajadores y la justicia social.

En esa perspectiva, nuestra Carta Magna, en sus artículos 4, 14, 75 inc. 18 y cc. promueve explícitamente la industria nacional y la industria cooperativa es –reitero- industria nacional.

A ello debe sumarse sin demora, la facilitación de acceso al crédito cooperativo para medianas y grandes inversiones, la dotación de una infraestructura complementaria y adecuada a los nuevos requerimientos regionales y supraregionales, la simplificación administrativa y una consideración fiscal acorde sus características y finalidades, eliminando verdaderas e injustas gabelas impositivas actuales que por estos días alcanzan ribetes absurdos cuando gravamos con severas retenciones los frutos y productos del campo, precisamente, lo que otros países protegen e incluso subsidian, a pesar de nuestros contradictorios reclamos, claro está.

Finalmente con Alberdi sostenemos que los fines de las constituciones de hoy en día, deben propender a organizar y constituir los grandes medios prácticos para sacar a la América emancipada del estado oscuro y subalterno en que se encuentra.

Esos medios deben figurar hoy a la cabeza de nuestras constituciones.

Así como antes colocábamos la independencia, la libertad, el culto, hoy debemos poner la inmigración libre, la libertad del comercio, los caminos de fierro, la industria sin trabas, no en lugar de aquellos grandes principios, sino como medios esenciales de conseguir que dejen ellos de ser palabras y se vuelvan realidades”.

Concluimos entonces, sosteniendo que no será difícil detectar las potencialidades y oportunidades cooperativas que ya merecen sobradamente decisiones políticas coherentes, consistentes, constantes y federales para destrabar cualquier anomalía ajena al notorio desempeño cooperativo en nuestra industria nacional.

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