¿Economía Social? ¿Economía Solidaria? ¿Hablamos de lo Mismo?
El término Economía Social es utilizado como sinónimo de tercer sector, de economía popular o solidaria. Sin embargo, existen diferencias entre estos conceptos e incluso entre lo que cada corriente ideológica piensa cuando se refiere a ella. Este debate también se presenta a la hora de definir quiénes, y qué proyectos se encuadran dentro de cada categoría. Con el objetivo de realizar un aporte a esta discusión, presentaremos tres visiones sobre la economía social para luego ubicar nuestra posición.
Una primera acepción es aquella que piensa a la economía social como un tercer sector, una esfera que no corresponde a lo privado ni a lo público, donde se encuentran las organizaciones de la sociedad civil. Esta definición plantea para los neoliberales la posibilidad de desmantelar las políticas públicas, y traspasarlas al mercado y a las organizaciones de la sociedad civil. Esta transformación parte de la concepción de que cualquier intervención del Estado será ineficiente. El problema aquí radica en colocar derechos de los ciudadanos en una visión asistencialista, en un lugar de ayuda. Se plantea así una economía para los pobres, para aliviar la pobreza de un subgrupo.
Una segunda definición, es la ligada a la tradición Europea. Esta determina a las organizaciones de la economía social a través de su forma jurídica, es decir, sólo incluye a las cooperativas y mutuales. Esta interpretación es insuficiente para describir la realidad de las experiencias de Argentina y de América Latina en general, por la diversidad de experiencias existentes como la producción comunitaria, el trabajo autogestivo, etc.
Una última concepción de Economía Social, que comparten varios autores latinoamericanos, se define por su crítica a la economía capitalista, y por su lógica de producción que responde a la reproducción ampliada de la vida de todos. Necesariamente se centra en el trabajo, el medio ambiente, la redistribución, la democracia y es contraria a la centralidad unívoca de la acumulación capitalista. Nace desde la Economía Popular, que es el subsistema de la economía capitalista donde se encuentra toda la producción que permite la reproducción de la vida de los trabajadores.
Entre los autores de esta corriente, podemos mencionar a Coraggio, de Argentina, para quién la Economía Social es una práctica de construcción consciente de otra economía y otra sociedad, una transición desde el sistema capitalista actual hacia la Economía del Trabajo. Otro autor, es Razetto, de Chile, quien plantea una Economía de la Solidaridad definiéndola así por encontrarse atravesada por ésta. El autor no se refiere a una ayuda externa, o impuesta, que llega desde afuera del grupo como una forma de asistencia. Se refiere a una economía que construye, produce, distribuye y consume en solidaridad.
En esta última concepción existen una gran variedad de formas de organización entre las que se encuentran: el trabajo autogestivo, los emprendimientos familiares, cooperativas, asociaciones de producción y de consumo, de coalición del poder de compra, de construcción de mercados como las redes de trueque, ferias, etc. No sólo nos referimos a empresas de producción de bienes sino también de espacios de formación como las escuelas autogestivas, los bachilleratos populares, o culturales como las radios comunitarias y demás medios alternativos, y las entidades de recreación y ocio como los clubes, espacios teatrales, etc.
Estas experiencias conviven, interactúan e imponen condiciones a la economía capitalista y al Estado. Constituyen un cúmulo de experiencias que hoy se desarrollan y que se encuentran en constante reconstrucción, transformación y contradicción, con actores que van aprendiendo en la construcción, que van disputando espacios, y poder a la economía capitalista. Experiencias donde los actores sociales colectivos se van constituyendo en el mismo proceso, van interactuando y van construyendo poder popular.
Autor: Lic. Lorena Putero - Economista – CEMoP