Ecología

Recursos Naturales

Por recurso natural se entiende a todo componente de la naturaleza, susceptible de ser aprovechado en su estado natural por el ser humano para la satisfacción de sus necesidades. Esto significa que para que los recursos naturales sean útiles, no es necesario procesarlos, por ejemplo, mediante un proceso industrial. Al mismo tiempo, los recursos naturales no pueden ser producidos por el hombre.


Es importante la definición explícita de recurso natural de la legislación de cada país. En este sentido, es usual que se en la definición de recurso natural se indique que deben tener valor actual o potencial en el mercado.

Los recursos naturales representan fuentes de riqueza económica, pero el uso intensivo de algunos puede llevar a su agotamiento. Esto sucederá si el nivel de utilización del recurso natural es tan alto que evite su regeneración. Por ejemplo, si la extracción de agua de una reserva hídrica subterránea es mas alta que la tasa de reposición del líquido.

Los recursos naturales se pueden clasificar en:


- recursos naturales renovables

- recursos naturales no renovables

Recursos naturales renovables

Los recursos naturales renovables son aquellos cuya cantidad puede mantenerse o aumentar en el tiempo. Ejemplos de recursos naturales renovables son las plantas, los animales, el agua y el suelo.


Algunos recursos naturales renovables:

- Biomasa: bosques y madera.

- Agua

- Energía hidráulica (puede ser hidroeléctrica).

- Radiación solar

- Viento

- Olas

- Energía Geotermal

- Peces

Recursos naturales inagotables

Los recursos naturales inagotables son aquellos recursos renovables que no se agotan con el uso o con el paso del tiempo, sin importar su utilización. Ejemplos de recursos naturales inagotables son la luz solar, el viento y el aire.

Recursos naturales no renovables

Los recursos naturales no renovables existen en cantidades determinadas, no pueden aumentar con el paso del tiempo. Ejemplos de recursos naturales no renovables son el petróleo, los minerales, los metales y el gas natural. La cantidad disponible de los recursos naturales no renovables es un stock, que va disminuyendo con su uso.

Elementos Naturales

Los elementos naturales son aquellos elementos que han sido producidos por la naturaleza sin intervención del hombre. Los recursos naturales son un subconjunto de los elementos naturales. La diferencia radica en que los elementos naturales no necesariamente deben tener utilidad para los seres humanos.

© zonaeconomica.com

imágen con licencia cc perteneciente a Jule_Berlin (agua)

Cómo citar:

Federico Anzil, "Recursos Naturales", Diciembre de 2006, http://www.zonaeconomica.com/definicion/recursos-naturales. Última actualización: Abril de 2014

¿Ecología vs. Economía?

Koffi Annanpor Koffi Annan


La única forma de asegurar una vida digna para las próximas generaciones es actuar con equilibrio sobre el medio ambiente. Una escuela de pensamiento privilegia el crecimiento y el desarrollo económico a cualquier precio como guiando inexorablemente al Apocalipsis. Otra minimiza la importancia de los problemas ecológicos reales que enfrentamos, o nos asegura que algún adelanto tecnológico espontáneo vendrá a nuestro rescate. Ninguno de los enfoques es útil, ni ninguno es preciso. Nosotros los seres humanos podemos prosperar en el futuro, como lo hicimos en el pasado, viviendo en armonía con nuestro ambiente natural. Pero en el presente estamos fallando en hacer eso. El tema no es el medio ambiente versus el desarrollo, o la ecología versus la economía. Es cómo integrar a los dos. Ahora tenemos una oportunidad para hacer lo correcto: la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible, que se inicia el 26 de agosto en Johannesburgo. Por supuesto, una cumbre por sí sola no cambiará la historia. Pero yo creo que esta cumbre será recordada por haber marcado un punto decisivo, si ganamos compromisos claros para cambiar y nuevas iniciativas para hacer que esto suceda en cinco áreas específicas. En primer lugar, en la cuestión del agua. Para salvar a más de 3 millones de personas que mueren cada año de enfermedades relacionadas con el agua, debemos mejorar los servicios de agua y saneamiento y el acceso a ellos, encontrando nuevas fuentes de financiación para el desarrollo y la administración del agua. Y para salvar a dos tercios de la población mundial de enfrentar serias insuficiencias de agua en las décadas venideras, debemos reducir el derrame y el despilfarro, especialmente en agricultura. En segundo término, en el tema de la energía. Para darle a la gente pobre una oportunidad para escapar de la pobreza, debemos proveer energía limpia para los 2.000 millones de personas que ahora la carecen. Y para asegurar que este avance no sea acompañado por cambios climáticos desastrosos, debemos mejorar la eficiencia energética, usar más energía renovable, implementar el Protocolo Kyoto y poner un fin a los subsidios perversos y a los incentivos impositivos. La tercera área es la salud. Para salvar la vida de millones que mueren cada año por un medio ambiente insalubre debemos redoblar nuestros esfuerzos para crear un medio ambiente seguro, hacer que la inmunización y el tratamiento sean accesibles a todos, y aumentar nuestra investigación sobre enfermedades tropicales que imponen enormes cargas humanas y económicas en los países más pobres. El cuarto sector es la agricultura. Para asegurar que la producción de alimentos mantenga el mismo ritmo de las bocas por alimentar, debemos encontrar maneras de detener la degradación de la tierra y revertir el agudo declinar de la productividad agrícola, especialmente en Africa. Eso significa planear y administrar más responsablemente el uso de la tierra, y financiar la investigación en nuevas cosechas resistentes a las sequías. Finalmente, debemos avanzar en la biodiversidad. Para detener la galopante extinción de especies, que tiene influencias devastadoras para la vida humana, debemos restringir la pesca y la tala ilegal y debemos ayudar a la gente que actualmente depende de esas actividades para encontrar otras maneras más sostenibles de ganarse la vida. En todas estas áreas hay cosas que podemos hacer ahora, con tecnologías ya a nuestra disposición, que requieren de nosotros las iniciativas correctas. Pero la ciencia nos traerá muchas más soluciones si hacemos la correcta inversión en investigación. El conocimiento ha sido siempre la llave del desarrollo humano. Esta agenda sonará demasiado ambiciosa a algunos, decepcionantemente estrecha a otros. Pero yo creo que representa el comienzo esencial, alcanzable, que nosotros debemos alentar, si queremos preservar la esperanza de una vida decente para nuestros hijos y nietos.



Fiscalías Ambientales

Enviado por Roberto F. Bertossi - robertossi@hotmail.com


Los recientes estragos climatológicos, las respuestas posibles de ‘madre naturaleza’ a tanta provocación y necios desafíos, ciertamente puede asustar, sobre todo a partir de demasiada testadurez e insensatez humana, impunes.

La problemática de la contaminación del medio ambiente reflejada en conflictos climáticos y sucesos nacionales y extranjeros, nos alertan sobre el particular.

Toda persona tiene derecho a gozar de un medio ambiente sano. Este derecho comprende el de vivir en un ambiente físico y social libre de factores nocivos para la salud, a la conservación de los recursos naturales, y la preservación de la flora y la fauna.

El agua, el suelo y el aire como elementos vitales para el hombre, deben ser materia de especial protección.

Cada municipio, cada provincia, cada Estado, cada organismo supranacional están comprometido gravemente en esta protección debiendo ordenar el uso, explotación, explotación y resguarda del equilibrio del sistema ecológico, sin discriminación de individuos o regiones.

Por eso es preciso dictar normas que aseguren: 1) La eficacia de los principios de armonía de los ecosistemas y la integración, diversidad, mantenimiento y recuperación de recursos; 2) La compatibilidad de la programación física, económica y social con la preservación y mejoramiento del ambiente; 3) Una distribución equilibrada de la urbanización; 4) La asignación prioritaria de medios suficientes para la elevación de la calidad de vida de los asentamientos humanos.


Por cierto, los tremendos intereses corporativos no tienen ni dirección ni desempeños erráticos. Están firmemente determinados en la lógica del máximo beneficio y de la rentabilidad, en un comercio reñido, antagónico e incompatible con el medio ambiente, poco menos, en términos de terrorismo ambiental.

Pero, esos intereses benefician a algunos y a algunos más en tanto, los daños ambientales afectan y pueden afectar a la humanidad toda, sin ‘arcas de Noe’ ni cosa semejante.

Para colmo de males, no existen programas de educación y concientización ambientales globales, nacionales y locales, elementos básicos para generar en las personas percepciones, valores, comportamientos y actitudes que sea acordes con un ambiente equilibrado, elementos imprescindibles para propender a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, naturalmente razonable, en términos de un mejoramiento de la calidad de vida de la población y de las generaciones por venir.


Esta educación ambiental debe programarse sin demoras ni vetos presupuestarios, constituyendo un proceso continuo y permanente, sometido a constante actualización, que como resultado de la orientación y articulación de las diversas disciplinas y experiencias educativas, favorezca y facilite un ‘termómetro’ mas humano del ambiente y el desarrollo de una conciencia y de una fuerte cultura ambientales.

Esta educación debe seguir algunos principios como, la armonización de legislaciones y de agencias o entes reguladoras en todas las jurisdicciones, esgrimiendo a la prevención como estrategia y la plena vigencia del principio de precaución ambiental de modo tal que –invertida la carga de la prueba- el que se supone podría dañar el ambiente, ha de demostrar fehacientemente lo contrario así como principios de cooperación, solidaridad, sustentabilidad, subsidiariedad, responsabilidad, progresividad y de equidad intergeneracional.

¿Quién advierte sobre la progresiva degradación ambiental?

¿Quién conoce el modo, el cómo se va lesionando y menguando la calidad de vida de la población?

¿Quién mide o prevé los múltiples y diversos impactos ambientales?

¿Quién puede ponderar humanamente los daños derivados de la irresponsable utilización de residuos industriales?

¿Quién controla la adulteración, degradación y contaminación del agua, del suelo, la atmósfera, de los recursos naturales en general que, no se dude, han puesto en riesgo las humanas condiciones de vida, de los seres vivos en general, de la diversidad biológica, de la fauna, de los bosques, de los montes, de la flora, de los sistemas ecológicos?

Acaso alguien puede pensar que así se respetan los presupuestos mínimos de protección ambiental?

A modo conclusivo, la responsabilidad legal, objetiva y subjetiva por daños ambientales, las medidas autosatisfactivas, las acciones de clase si bien son un avance novedoso, son relativas e insuficientes.

Entonces es de la mayor premura institucionalizar fiscalías ambientales para que procedan de oficio, denunciando y persiguiendo publica y penalmente a todo aquel que dañe el ambiente utilizando irracionalmente recursos naturales (aire, agua, tierras, minerales, bosques, floras, faunas, etc.).

Para ello, debemos progresar decidida e integralmente con acciones interinstitucionales mancomunadas, con patrullas ambientales, locales y regionales, con la responsabilidad social del periodismo, de los dirigentes, de los funcionarios, con la responsabilidad social empresaria certificada y, disponiendo finalmente, sin demoras, la implementación estratégica de fiscalías ambientales.

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